La pequeña isla de Chipre se encuentra en estado de shock tras conocer las condiciones del pacto del rescate financiero acordado con nocturnidad y alevosía durante la reunión extraordinaria convocada por el Eurogrupo la pasada madrugada del viernes.
Como condición para rescatar de la bancarrota con 10.000 millones a Chipre, la Unión Europea impuso a los ahorradores chipriotas un nuevo impuesto extraordinario del 9,9% sobre los depósitos de más de 100.000 euros.
Los chipriotas acudieron el sábado por la mañana en masa a las sucursales bancarias para sacar su dinero, pero las pocas entidades que estaban abiertas cerraron y se procedió a cortar los sistemas. Una medida de este tipo nunca antes había sido adoptada en la Eurozona.
Los dirigentes económicos europeos se han saltando a la torera todas las promesas de que el dinero de los depositantes jamás se tocaría y que estaba ‘plenamente a salvo’. Se ha procedido a una confiscación pura y dura de los ahorros de los ciudadanos. Este acuerdo del Eurogrupo no ha respetado el límite de 100.000 euros que en teoría cualquier ahorrador europeo tiene asegurado por el Estado. La credibilidad de Bruselas es nula.
Ante el evidente malestar de la ciudadanía, el presidente de Chipre Nicos Anastasiades, aseguró que “Era la única solución para evitar la bancarrota. Puede ser una decisión dolorosa, pero es la única que nos permite seguir con nuestras vidas”. Como de costumbre las soluciones para salvar a los ciudadanos las tienen que pagar los propios ciudadanos y no los responsables. Como no, las autoridades europeas evitan hablar de una quita a los depositantes, ellos prefieren llamarle ‘un impuesto’, pero si es blanco esta en botella y sabe a leche es leche.
La decisión ha sido tomada por los ministros de economía europeos con alevosía y en mitad de un puente en Chipre, que celebra el carnaval ortodoxo y es festivo hasta el martes. Los ahorros de los chipriotas serán utilizados para salvar a sus bancos. Para agravar las cosas, Bruselas ha decidido que los depositantes paguen, pero que los acreedores que posean bonos de alto nivel en los bancos, incluyendo algunos de los fondos de cobertura, se escapen de rositas.
La mayor parte de los depósitos en Chipre pertenece a Rusia según Jim Sinclair
La isla de Chipre es un lugar donde se sabe que los rusos realizan desde hace tiempo grandes operaciones de lavado de dinero, asi que cuando el próximo martes reabran los bancos una gran cantidad de depósitos pertenecientes a oligarcas rusos asimismo se verán menguados.
El legendario inversor Jim Sinclair en una entrevista con King World News señalaba que “Acabamos de presenciar uno de los eventos más importantes de la historia y tendrá un gran impacto en el mercado del oro”. Según Sinclair “Se intenta hacer creer que el 80% de los depósitos en Chipre pertenecen al pueblo chipriota y que únicamente el 20% de los depósitos pertenecen a ciudadanos rusos, pero esto es absolutamente falso ya que después de 1985, cuando los ‘barones del KGB’ se hicieron dueños de la economía rusa, el principal lugar para exportar fondos rusos era Chipre”.
“Lo que acaba de suceder es que el FMI ha respaldado, elogiado y apoyado la quita del 10% como si se tratara de una victoria, sobre lo que realmente resulta ser un 80% de dinero negro ruso, se trata de dinero del antiguo KGB que ahora circula en la economía y Putin fue un ex oficial de la KGB. Se trata quizás del mayor error que el FMI podría haber cometido nunca”, asegura Jim Sinclair.
Sea como sea, los perjudicados son los ciudadanos chipriotas que de la noche a la mañana han perdido parte de los ahorros cuidadosamente acumulados a lo largo de décadas, los han perdido de un plumazo simplemente porque los burócratas de la Unión Europea han decidido proteger su propia ineficacia, beneficiar a los bancos, a los fondos de cobertura o darle una lección a los rusos.
Se le pone a uno la piel de gallina cuando escucha las inquietantes declaraciones de alabanza del Ministerio de Economía y Competitividad español indicando que este nuevo impuesto extraordinario del 9,9% sobre los depósitos en Chipre, “es un buen acuerdo que resuelve el problema específico y que no es extrapolable a ningún otro país”.
Estas manifestaciones evocan un texto de 1946 que erróneamente fue atribuido a Bertolt Brecht que decía “’Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron a por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron a por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron a por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron a por mí pero no quedaba nadie para protestar”.
No se trata, como se puede leer y escuchar en muchos medios de comunicación españoles, que la Unión Europea únicamente esté imponiendo un duro rescate a Chipre, se trata de un robo a mano armada, de una confiscación por decreto de los ahorros de los ciudadanos por parte de los funcionarios europeos, de pura represión financiera. Pero el Ministerio español de Economía insiste “en absoluto se puede hablar de corralito ya que lo único que se va a retener es el impuesto correspondiente hasta el lunes y luego la gente va a poder mover su dinero libremente”. ¿Nos están tomando el pelo los gobernantes europeos y españoles?
Este maquiavélico plan de rescate diseñado por los ministros de Finanzas de la Eurozona junto con el FMI, teniendo en cuenta que el FMI pretendía un recorte aún mayor de los depósitos, envía un mensaje inquietante para cualquiera que tenga sus ahorros depositados en un banco europeo.
Medidas drásticas para tiempos extremos será el argumento de los gobiernos en el futuro para suspender los derechos de propiedad privada e iniciar la fase de confiscación directa. Los gobiernos necesitan desesperadamente financiación y comenzarán a nacionalizar empresas, hogares, tierras de cultivo y todo lo que se les ponga por delante.
Vivimos épocas cruciales para la libertad, no debemos olvidar que los totalitarísmos de cualquier índole fueron posibles porque los pueblos con su indiferencia o su apoyo los hicieron posibles. No seamos indiferentes.