Pese a las duras acciones de las autoridades sirias, la oposición vuelve a llamar a la gente a nuevas protestas. Mientras los países europeos se reúnen para discutir la posibilidad de sanciones contra el país árabe, surge el temor de que una intervención externa pueda suponer un duro impacto para Irán. Esto podría tener consecuencias impredecibles, según los expertos.
Hace tiempo que el norte de África y Oriente Medio están crispados con brutales confrontaciones civiles. Túnez, Egipto, Libia y ahora Siria. Muchos de los observadores internacionales aún se preguntan a dónde llevará este camino y quién está detrás de los acontecimientos.
«Si usted mira la propaganda actual de Washington sobre Siria, verá a EE. UU. denunciar que Irán ayuda al país norafricano a oprimir a los manifestantes. Lo que tienen en común Siria e Irán es que ambos tienen una oposición interna respaldada por los estadounidenses. Dicho de otra manera, el Gobierno norteamericano estaba interesado en intervenir en estos dos países cuya oposición estaba financiando», dice Paul Craig Roberts, miembro de la Administración de Reagan (1981-1982).
La alianza entre Siria e Irán tiene 25 años de historia. Su postura común es la resistencia a la política de Estados Unidos y de su aliado más cercano en la región, Israel. Es por eso que algunos ven a Siria como un trampolín para llegar a la nación más fuerte de la zona.
«Continúan con la idea de utilizar los instrumentos internacionales para conseguir sus propios objetivos bajo el pretexto de proteger los derechos humanos», opina Sabah al Mukhtar, presidente la Asociación de Abogados Árabes.
La información de que EE. UU. apoya a los grupos antigubernamentales en Siria causa una gran preocupación en la sociedad ya que los acontecimientos en este país podrían seguir el guión libio. «Si comienza la intervención extranjera en Siria, la respuesta de Irán sería un escenario muy real, tal como lo hizo en Irak cuando Estados Unidos invadió el país», según James Denselow, experto en política y seguridad en Oriente Medio.
Si estas sospechas llegan a ser realidad, el resultado podría ser catastrófico y el mundo sería testigo de una nueva y tal vez más estremecedora confrontación.
«Siria no es lo mismo que Libia desde el punto de vista geopolítico. Siempre tuvimos presente que Siria es el punto de partida de Irán en su lucha contra Israel. Es por eso que el golpe contra este país podría tener un fuerte impacto, por desgracia, en Irán», comenta Serguéi Voronin, catedrático de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos.
Sin embargo, mientras las Fuerzas Armadas de Libia se estiman en unos 50.000 efectivos, solo el Ejército de Tierra iraní es 7 veces más grande. Y las naves del país islámico ya atracan en los puertos sirios, un acercamiento preocupante para Tel Aviv.