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Sócrates solía decir que hay un conocimiento que es ignorancia y una ignorancia que es conocimiento.El conocimiento prestado es ignorancia.
La verdad experimentada te da conocimiento, pero te hace humilde. Cuanto más la conoces, menos afirmas conocerla. El día que la conoces perfectamente, sólo puedes decir: «Estoy en la ignorancia más completa. Sólo soy un niño recogiendo conchas en la playa. No sé nada.»
Sólo un hombre que sabe perfectamente puede decir «no sé.»La gente que dice: «Sabemos», son personas totalmente ignorantes aunque sus memorias estén repletas. Esas memorias están muertas porque de ellas no ha nacido ninguna experiencia propia.
El Buda Gautama solía decir: «Yo conocí a un hombre, era mi sirviente. Sentado a la puerta de mi casa solía contar las vacas que salían al amanecer a pastar al prado o que iban al río.» Las contaba, casi era algo automático para él. Su deber era estar sentado a la puerta de Gautama Buda por si necesitaba algo; si no surgía nada se pasaba todo el día sentado allí. Y cuando volvían las vacas… Es uno de los momentos más hermosos. En los pueblos indios que aún no están modernizados, el momento de la puesta de sol tiene un
nombre especial, goadhooli. Goa significa vaca y dhooli significa polvo: las vacas vuelven levantando polvo. El sol se pone, los pájaros vuelven a sus nidos, es un momento de mucha paz.En el momento del goadhooli volvía a contar las vacas que retornaban a casa. Y se preocupaba mucho si faltaba alguna, si la cuenta no era tan exacta como debía ser.
Más tarde, cuandoGautama Buda se convirtió en un gran maestro, empleaba la historia de este hombre y su hábito para explicar algo muy significativo.El dijo: «Yo solía preguntarle a aquel pobre hombre, “¿tienes una vaca?”. Y él contestaba: “Soy tan pobre que no tengo ni una vaca.” Y yo le decía: “Entonces por qué sigues contando miles de vacas por la mañana y también por la noche? Y si falta una de ellas, o te equivocas al contar, te quedas preocupado y no puedes dormir. No son tus vacas, ¡no tienes que preocuparte por ellas!”».
Buda solía decir a sus discípulos: «Todo conocimiento que no sea vuestro no os atañe. Estáis contando las vacas de otros; estáis perdiendo tiempo innecesariamente. Es mejor tener una vaca propia que os alimente.»
Todos vuestros eruditos y doctores sólo cuentan las vacas de los demás. Y están haciendo mucho daño sin saberlo, porque están ayudando a la gente a convertirse en conocedores sin serlo realmente.
Éste es el daño más grande que puedes hacer a un hombre, darle la sensación de que sabe, cuando en realidad no sabe nada. Has destruido su vida, has destruido la oportunidad que tenía de conocer, de experimentar, de vivir. Le has quitado todas sus oportunidades, todas sus posibilidades, de crecer.
Eso es puro veneno.
George Gurdjieff solía contar una historia… Había un mago que tenía muchas ovejas. Y resultaba problemático reunirlas en el bosque y devolverlas a casa cada noche. Había por allí animales salvajes y se estaban perdiendo muchas ovejas. Finalmente tuvo una idea: «¿Por qué no uso mi experiencia, mi magia?».Hipnotizó a todas sus ovejas y les dijo cosas distintas. A una de ellas le dijo: «Eres un león. No tienes que tener miedo; eres el rey de los animales.» A otra le dijo: «Eres un tigre», y a otra: «Eres un hombre.» Y les dijo a todas ellas: «Nadie os va a cazar porque no sois ovejas, no tenéis por qué tener miedo cuando volvéis a casa. Pero debéis volver temprano, antes de que caiga la noche.»Y desde aquel día no faltaba ninguna. De hecho, desde aquel día ninguna oveja se comportaba como una oveja: unas rugían como leones, otras actuaban como personas, y ninguna temía que la cazaran, que la mataran; ni se lo planteaban. Y el mago las descuartizaba y se las comía todos los días. Podían rugir como leones, pero no importaba porque después de todo eran ovejas.Al mago le iba muy bien. Tras haber dicho a una oveja que era un león, no tenía que temer que escapara cuando veía que las demás eran cazadas. Había ovejas que morían, pero esta oveja decía: «Soy un león, no soy una oveja. ¡Es normal que mueran las ovejas!». Y cuando ésta moría, las demás pensaban: «Era sólo una oveja, nosotras somos personas. Y no sólo era una oveja, sino una oveja alocada que pensaba que era un león, a pesar de lo que le decíamos nosotras. Se lo dijimos muchas veces: “Eres una oveja. Nosotras somos personas y sabemos más. Deja de rugir porque eso no te va a servir de nada.» Pero el mago seguía controlando toda la situación.Osho
De verdad, sabemos muy poco y con el paso de los años nos damos cuenta de que sabemos cada vez menos…Cuando somos jóvenes nos creemos sabios y dueños del mundo, de nuestra vida y nada nos parece imposible; con los obstáculos de nuestro camino nos vamos dando cuenta que no es así, que sólo vivíamos una euforia efímera. Ay del que se cree poseedor del conocimiento! Sin la humildad no llegamos a crecer por muchos años que vivamos, antes hemos de darnos a diario un baño de profunda realidad.
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