El rompecabezas de la tumba 55

“Estoy convencido de que, al final, el propietario del sarcófago nos dará una sorpresa.”GASTÓN MASPERO, 1907
En enero del año 1907, la expedición del norteamericano Theodore M. Davis al Valle de los Reyes, en Tebas, encontró una tumba. Como la mayoría de tumbas en Egipto, su contenido, dañado, estaba en completo desorden. Pero el alboroto en este caso no era a consecuencia de un robo en la tumba, sino aparentemente el resultado de la actividad oficial de la antigüedad. Resolver el misterio sobre lo que sucedió ha inquietado a los egiptólogos durante más de un siglo, e incluso hoy en día hay prácticamente tantas “soluciones” como investigadores.

La tumba, con el número oficial KV (King’s Valley – Valle de los Reyes) 55, comprende una escalera, un pasillo y una sola cámara. Hay muchos objetos esparcidos alrededor de la tumba; el más grande es un sepulcro desmantelado, originalmente hecho para rodear el sarcófago de la reina Tiy (una de las esposas de Amenhotep III) por su hijo Akhenatón (h. 1353-1335 a. de C.). Akhenatón es conocido a menudo como el “faraón hereje”, ya que abolió la religión tradicional de Egipto a favor del culto a un solo dios del Sol, conocido como Atón. Alrededor de la cámara había cuatro fetiches protectores (“ladrillos mágicos”), uno de los cuales llevaba el nombre de este faraón. En un nicho, en la pared norte de la cámara, había cuatro vasos canopos -hechos originalmente para contener las vísceras de la segunda esposa de Akhenatón (Kiya), pero con las inscripciones borradas. Restos de un sello de barro encontrados en el suelo de la tumba llevaban el nombre del sucesor de Akhenatón: Tutankhamón (h. 1333-1323 a. de C.).

EL MISTERIO DE LA MOMIA
La pieza clave de la tumba, sin embargo, era un sarcófago, también hecho para Kiya pero modificado extensivamente para albergar a un rey. Lamentablemente, la identidad de este rey fue ocultada borrando de forma deliberada el nombre (dondequiera que ocurriera) y quitándole la máscara de oro. El sepulcro sufrió daños similares, con la destrucción total de las imágenes y nombres de Akhenatón. Dentro del sarcófago yacía una momia, muy dañada por la humedad. El hecho de que tuviera la pelvis hundida indujo a error a uno de los primeros que la examinó, ya que declaró que el cadáver correspondía a una mujer. Davis, así pues, bautizó el sepulcro como la tumba de la reina Tiy. Pero cuando su libro con este título salió, un correcto examen había demostrado que el cuerpo era de un hombre. La opinión casi general es que perteneció al mismo Akhenatón. Su memoria fue condenada una vez muerto, lo que explica las borraduras en el sarcófago y en el sepulcro.
Sin embargo, según otros, el cuerpo podría ser de Smenkhare, que parece que fue co-regente de Akhenatón durante sus últimos años y cayó en el mismo agravio póstumo que el faraón hereje. Se ha debatido mucho sobre la identidad de éste y de otro personaje llamado Neferneferuatón, que aparece aproximadamente en la misma época. Una mejor interpretación de las pruebas consistiría en identificar a los dos como la misma persona, que sufrió un cambio de nombre durante los tres años que fue co-gobernante.
El descubrimiento de la tumba de Tutankhamón en el año 1922 aportó indicios adicionales importantes. En primer lugar, la momia de Tutankhamón demostró que él y la persona de la KV55 estaban emparentados y que eran hermanos o padre e hijo. En segundo lugar, la KV55 contenía numerosos artículos que habían sido construidos originalmente para la sepultura de Smenkhare, pero que nunca fueron utilizados. En concreto, había cuatro sarcófagos en miniatura pensados para sus vísceras, al igual que uno de los sarcófagos de tamaño natural. En todos se reinscribió el nombre de Tutankhamón, pero quedaban rastros del nombre de su propietario original (lo que se puede observar en las zonas que habían sido ocupadas por los nombres de la realeza y en el hecho de que se ve claramente que los rostros de los sarcófagos no son los de Tutankhamón). Algunos investigadores que defienden que Smenkhare es el ocupante de esta tumba han considerado significativo el hecho de que todos estos artículos de la KV55 sean los mismos que los representados en el material que, en su día, perteneció a Kiya.
Otros han continuado argumentando que el cuerpo es el de Akhenatón. Las estimaciones realizadas acerca de la edad de la momia en el momento de la muerte han sido de poca ayuda: distintos anatomistas han dado cifras que oscilan desde los 30 años (favorables a Smenkhare) hasta 30-40 (más adecuadas para Akhenatón). Se han presentado muchos argumentos para explicar la historia de la tumba, la mayoría de los cuales se excluyen entre sí. El único hilo en común en líneas generales es que la momia, quienquiera que fuera, había sido sepultada originalmente en Tell el-Amarna (la nueva capital construida por Akhenatón a unos 300 km. al norte de Tebas) y trasladada a KV55 después del abandono de la nueva ciudad.

DOS SOLUCIONES
Tell el-Amarna dejó de ser capital hacia la mitad del reinado de Tutankhamón y abandonada definitivamente después de la muerte de éste. La creación de KV55, así pues, habría tenido lugar en algún momento entre la mitad del reinado de Tutankhamón y su entierro, cuando su sello habría dejado de utilizarse.
Una opinión expresada es que Smenkhare y/o Akhenatón -junto con la madre del último (Tiy), que había sido enterrada con él en Tell el-Amarna- habían sido trasladados hasta KV55 tan pronto como el gobierno abandonó la ciudad. La mutilación del contenido de la tumba se atribuye ya a los violentos reyes antiatonistas de principios de la dinastía XIX ya a los oficiales de Ramsés IX. Fue quizá durante la construcción de esta tumba del faraón, contigua, que se redescubrió la KV55. Según estos argumentos, el cuerpo de Tiy habría sido sacado y enterrado en otra parte, y su sepulcro olvidado cuando una parte habría quedado atascada en el único pasillo de entrada parcialmente desbloqueado. También podría haber sido extraído otro cuerpo y, el restante, privado de su identidad. Las imágenes de Akhenatón del sepulcro fueron destruidas antes de que la tumba fuera cerrada y de que el ocupante que quedaba, fuera abandonado a la oscuridad eterna.
Otra opción, sin embargo, es que el traslado se produjera después de la muerte de Tutankhamón, pero antes de su entierro. Como va quedando claro hoy en día, la destrucción de los monumentos de Akhenatón empezó ya en vida de Tutankhamón. La presencia en el trono del hijo de Akhenatón habría refrenado las fuerzas de reacción, pero con la muerte de Tutankhamón esta cadena habría desaparecido. De acuerdo con estos argumentos, el cuerpo de KV55 habría sido instalado solo, y sin nombre, en su nueva tumba desde el principio. El último desorden habría sido entonces resultado del redescubrimiento de la tumba durante el reinado de Ramsés IX, afectado por problemas económicos. Los oficiales, ansiosos de riquezas, habrían tenido interés en sacar y rescatar el contenido en oro, pero su intento se habría visto frustrado cuando una parte del sepulcro se atascó en el paso de entrada.
¿UNA SOLUCIÓN?
Ambos tipos de argumentos podrían ser apropiados (tanto si el cadáver es el de Akhenatón como el de Smenkhare), pero falta resolver dos cuestiones fundamentales. ¿Por qué un rey fue colocado en el sarcófago minuciosamente reformado de una mujer? ¿Qué debía ocurrir con el suyo? Las modificaciones no afectaron a la naturaleza atonista pura de los textos del sarcófago. Esto sugiere que el sarcófago fue preparado para utilizarse en la sepultura “principal” de un faraón durante el reinado de Akhenatón, ya que, una vez muerto éste, el abandono de esta religión fue rápido y drástico. Akhenatón debió tener un conjunto completo de sarcófagos preparados mucho antes de su muerte, que prácticamente seguro fueron utilizados para su entierro. Sin embargo, como ya hemos dicho, se tiene la seguridad de que Smenkhare (aunque se hubiera completado como mínimo un sarcófago y los canopos), no fue enterrado con sus propios objetos, sino que éstos fueron utilizados para el joven rey Tutankhamón.
Smenkhare no era atonista devoto ni mucho menos, a pesar de adoptar posteriormente el nombre de Neferneferuatón. Sus objetos funerarios eran completamente tradicionales y la cabeza del panteón convencional (Amón) era adorada en su templo. No obstante, parece que murió mientras su padre Akhenatón, el autor de la revolución atonista, aún vivía. Dada la falta absoluta de tolerancia de Akhenatón con todo lo relacionado con las divinidades que no fueran Atón (visible en su mutilación generalizada de los monumentos politeístas), es muy probable que Akhenatón denegara a Smenkhare la sepultura con los objetos tradicionalistas que éste último había preparado.
Si fue así, habrían sido necesarios receptáculos alternativos para la momia y las vísceras. Por consiguiente, los objetos adecuados religiosamente correctos que en su día habían pertenecido a Kiya fueron reformados para el joven rey y utilizados en su funeral, casi seguro en una tumba en el wadi de la realeza de Tell el-Amarna, donde el faraón estaba protegido por el sepulcro de la reina Tiy. Desde aquí el cuerpo fue trasladado finalmente al Valle de los Reyes.
Sólo la tapa del sarcófago KV55 se encuentra actualmente en el Museo de El Cairo. El oro de los restos podridos del sarcófago parece que fue robado del museo durante la primera guerra mundial y posteriormente apareció en Alemania en los años 70. Informes no confirmados indican la presencia de un cartucho intacto de Smenkhare, que corrobora los indicios de un fragmento de oro del sarcófago en El Cairo y la solución mencionada justo arriba. Tras las insistentes reclamaciones del gobierno egipcio, finalmente el sarcófago fue devuelto recientemente a su legítimo propietario: el Museo de El Cairo.

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