En China rural, se ha llegado a esto: campesinos pidiendo los servicios de un taoísta local para que convoque a las fuerzas del cielo y castiguen a un funcionario local que se apoderó de sus tierras.

Según el Southern Metropolis Daily, un grupo de aldeanos en la provincia de Guangdong ha quedado tan hastiado después de buscar durante siete años justicia con las autoridades locales, que decidió consultar a un practicante del Tao para obtener ayuda.

Los residentes del poblado del Río Qingshui en Shenzhen invitaron al taoísta a crear un altar y pedir al cielo castigar a Liang Weixin, líder de la aldea.

En la China tradicional, los seguidores del Tao, o el Camino, creen que los actos benevolentes generan buenas respuestas, mientras que las malas acciones se encuentran con la retribución. En base a esta creencia, los campesinos chinos a veces llaman a taoístas para exorcizar malos espíritus cuando hay una enfermedad poco común o desgracias en la familia.

El 8 de abril, más de 10 aldeanos y un hombre vestido con traje taoísta quemaron incienso y realizaron rituales, mientras que entonaban conjuros contra la corrupción.

Liang, el líder de la aldea, vendió 50.000 metros cuadrados de tierras que tenían un valor de 2 mil millones de yuanes (US $ 323 millones de dólares) a desarrolladores inmobiliarios por sólo 30 millones de yuanes (cerca de US $ 5 millones de dólares). También formó una sociedad de negocios con el promotor, y los aldeanos recibirán el 20 por ciento del valor de la propiedad después de terminada la construcción.

Un aldeano llamado Liang Ronghui le dijo al Southern Metropolis Daily que a los pobladores ni siquiera les garantizan conseguir el 20 por ciento ya que según el contrato, se convertirá en una inversión para la aldea si el desarrollador trabaja en futuros proyectos en el pueblo. En esas condiciones, significaría que el desarrollador obtiene la tierra de forma gratuita.

Los aldeanos dicen que los funcionarios han estado haciendo enormes ganancias durante mucho tiempo expropiando tierras de propiedad colectiva, según el informe. Como no se han celebrado elecciones locales en más de una década, Liang Weixin se ha mantenido como jefe de la aldea. Después de reclamar durante siete años, la última esperanza de los aldeanos es que el cielo le dará al funcionario corrupto su merecido, ahora que han recibido la ayuda de un taoísta.

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