El periodista Steven Emerson reveló a Fox News que el principal sospechoso de los atentados de la maratón de Boston, un ciudadano de Arabia Saudita identificado como Abdulrahman Ali Al-Harbi, será deportado del país por el presidente Obama por “asuntos de seguridad nacional”.
“Así es como se hacen las cosas con Arabia Saudita”, manifestó Emerson en el show de Sean Hannity, citando fuentes reservadas para su afirmación. “No arrestas a sus ciudadanos, sino que los deportas, ya que así no los incomodamos y tenemos paz con ellos”.
El 16 de abril, un día después de la explosión de dos bombas en la maratón de Boston, reportes de prensa informaron que Ali Alharbi, un estudiante de intercambio de 20 años proveniente de Arabia Saudita, había sido detenido por la policía en conexión con los atentados.
Según los primeros informes, el extranjero fue herido por la bomba y trasladado al hospital de Boston, donde permaneció bajo la custodia de la policía.
La madrugada del martes, autoridades federales interrogaron a su compañero de cuarto, Mohammed Bada, y pesquisaron un apartamento ubicado en la Ocean Avenue de Revere, extrayendo varios bolsos y maletas desde su interior. Los policías buscaban “un aparato peligroso”, informó el New York Post.
Grande fue la sorpresa al día siguiente, cuando la policía de Boston negó mantener al estudiante en custodia. Los investigadores señalaron que Ali Alharbi ya no sería considerado un sospechoso, sino un testigo más del hecho.
Esta inusual contradicción en las versiones de la policía generó inmediata suspicacia en redes sociales y blogs.
Autoridades federales incautan bolsos de apartamento conectado con Ali Alharbi.
Las sospechas sobre un eventual encubrimiento del gobierno aumentaron cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Saud Al-Faisal, visitó improvisadamente la Casa Blanca reuniéndose con el Presidente Barack Obama y su asesor de Seguridad Nacional, Tom Donilon.
“La reunión no estaba en la agenda pública de Obama”, indicó Reuters. El gobierno de Estados Unidos publicó en su sitio web que las autoridades tuvieron cita para discutir la crisis política de Siria.
De ser cierta la deportación de Ali Alharbi, ésta abriría muchas interrogantes sobre el comportamiento de las autoridades estadounidenses y, siguiendo la lógica de ataques terroristas auto-flagelados para justificar la política exterior de EEUU, respecto a su eventual complicidad en la autoría de los atentados de Boston.
Cabe destacar que Arabia Saudita y Estados Unidos han sido un gran aliado en el patrocinio de grupos terroristas. El presidente Bashar Al Assad ha denunciado que ambos países entregan dinero, armas y municiones al Frente Al-Nusra, una organización terrorista que se auto-denomina “el Al Qaeda de Siria”.
Según el fallecido ex piloto de la CIA y la DEA, Philip Marshall, el gobierno de George Bush se habría aliado con el gobierno saudita para montar los ataques terroristas del 11-S. En su libro “The Big Bamboozle”, Marshall comprueba que el príncipe Bandar financió a grupos terroristas a través de una cuenta del Banco Riggs, vínculo que habría sido ocultado por el entonces vicepresidente de Bush, Dick Cheney, para favorecer la invasión de países en Medio Oriente.