Una creciente incidencia de la enfermedad renal crónica (ERC) en poblaciones campesinas que trabajan con fertilizantes químicos ha encendido las alertas en América Central y otros países.
El asunto fue abordado en un encuentro internacional esta semana en la capital de El Salvador por especialistas de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Cuba, España, México y otros.
La preocupación en torno al asunto se refleja desde el título de la conferencia y la reunión de alto nivel del SICA que le siguió: Sobre ERC “de Causas no Tradicionales en Centroamérica”.
Un informe de la Organización Panamericana de la Salud indica que El Salvador es afectado por una doble epidemia de ERC.
La primera es la tradicional, asociada a factores de riesgo como la obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardio cerebro vasculares y el proceso de envejecimiento.
La segunda -apunta el texto-, que es una epidemia que se expresa principalmente en hombres entre las edades de 20 a 60 años, y de profesión agricultor, de etiología no precisada.
La afirmación fue corroborada por una investigación desarrollada desde 2009 por médicos salvadoreños y con el apoyo de colegas de Cuba, que detecto un alto nivel de ERC en las comunidades agrícolas.
La ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, señaló en el foro internacional que el padecimiento se ha convertido en un serio problema de salud en El Salvador y países centroamericanos y de otros continentes.
Estamos frente a una enfermedad multifactorial que tiene como eje central la nefro toxicidad, agentes tóxicos ambientales e íntimamente ligados a los factores ocupacionales, dijo la Ministra.
Rodríguez informó que un estudio desarrollado en comunidades rurales arrojó una alta incidencia de la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), mayormente en agricultores menores de 60 años.
Añadió que esas poblaciones están sometidas a factores de riesgo adicionales a los clásicos de la enfermedad, entre ellos el contacto con sustancias químicas tóxicas utilizadas en las comunidades agrícolas.
Apuntó que el incremento de las enfermedades renales es resultado de años de descuido en la previsión de esos factores de riesgo.
El resultado ha sido la tremenda demanda de servicios de nivel terciario de pacientes en la fase de Insuficiencia Renal crónica, que abarrotan los hospitales en busca de diálisis o trasplante de riñón, expresó.
La ministra de Salud afirmó que la intención del gobierno es enfrentar el problema en su inicio y no cuando llegue a la fase terminal, lo cual requiere un esfuerzo coordinado con otras instituciones del estado.
La previsible afectación renal a los agricultores que trabajan con fertilizantes químicos fue reconocida en la reunión del SICA y los funcionarios de la salud acordaron impulsar políticas públicas para enfrentar el problema.