RT: La austeridad que afecta a prácticamente todas las esferas de la vida en España parece no afectar a la Iglesia católica. Pese a la crisis económica la institución conserva la plenitud de sus privilegios y exenciones fiscales.
¿Cuántos millones de euros atesora la Iglesia?, ¿le afecta la crisis?, ¿cuál es su patrimonio? El cálculo resulta inviable, según la propia Conferencia Episcopal.
En época de ajustes, la opacidad de las cifras y los privilegios económicos atraen la lupa sobre la Iglesia católica en España. Según un informe de la Fundación 1º de Mayo, el año pasado la institución recibió 5.700 millones de euros de dinero público. No obstante, otro informe duplica la cifra.
“Es un despropósito, nosotros hemos sumado, y nos sale del orden de 11.400 millones de euros, que es algo más del 1% del PIB de España. Estamos incluyendo ahí no sólo lo que recibe directamente, sino lo que se ahorra por no pagar, las exenciones fiscales”, sostiene Enrique Ruiz, miembro de Europa Laica.
La Iglesia no paga por ley el impuesto sobre los bienes inmuebles al igual que otras instituciones sin ánimo de lucro. Pero es que se trata de un patrimonio ingente, ya que cuenta con unas 100.000 propiedades.
“Es verdad que la Iglesia es titular de muchos bienes, pero esos bienes están al servicio de los ciudadanos, se pueden visitar, son una riqueza para las ciudades, se beneficia la sociedad en su conjunto, la economía, realmente todo el turismo se beneficia de que la Iglesia mantenga todos esos patrimonio”, esgrime por su parte Fernando Giménez, vicesecretario de economía de la Conferencia Episcopal.
Sin embargo, lo que para las entidades laicas supone un gasto, para la iglesia es un ahorro al Estado. La institución religiosa defiende además su acción social en comedores y albergues, que según ellos, se ha visto multiplicada por la crisis en los últimos años.
Según las cuentas de la Iglesia, la mayor parte del dinero, el 65%, le llega de los fieles, un 10% de las rentas del patrimonio, y el 25% restante de declaración de la renta, que es la más polémica. A través de ella los ciudadanos pueden destinar opcionalmente a la Iglesia un 0,7% de los impuestos que tienen que pagar al Estado.
“Fundamentalmente hay un miedo al poder de la Iglesia católica que ha determinado durante decenios toda la vida, las costumbres, la cultura, la enseñanza, todos los grandes aspectos de la vida cotidiana y, por lo tanto, enfrentarse al poder es algo que no le interesaba a ninguno de los partidos políticos”, sentencia Enrique Ruiz.