Nota del editor: Girl Rising es una cobertura especial de CNN Films, que narra las historias de chicas extraordinarias y el poder de la educación para cambiar el mundo.
(CNN) — Hace seis meses, Malala Yousafzai yacía en una cama de hospital, recuperándose de un ataque de los talibanes en el cual le dispararon a quemarropa en la cabeza y el cuello.
El tiroteo tenía la intención de silenciar a la franca y directa adolescente paquistaní, que se había atrevido a desafiar la prohibición de los talibanes de que las niñas fueran a la escuela. Pero el tiro le salió por la culata a sus atacantes: en vez de silenciar a la chica de 15 años, el ataque solo hizo que su voz se hiciera más potente.
La historia de Malala ha incrementado la conciencia global de la educación de las niñas, causa que ha defendido durante años. Y ahora que ella salió del hospital y que regresó a la escuela, está decidida a seguir luchando por la igualdad. Hablará ante Naciones Unidas este verano, y se prevé que sus memorias sean publicadas a finales de este año.
“Dios me ha dado esta nueva vida”, dijo en febrero, en su primera declaración pública desde el tiroteo. “Quiero servir a la gente. Quiero que todas las niñas, todos los niños, tengan educación”.
En el mundo, hay 66 millones de niñas fuera de las aulas, según la Unesco, cifra mucho mayor que la de niños, quienes no enfrentan la misma discriminación y los mismos obstáculos que las niñas encaran en algunos países.
Sin embargo, después de escuchar sobre el tiroteo contra Malala, más personas han tomado conciencia de la disparidad y se han unido a la lucha. Tres millones de personas en todo el mundo firmaron la petición “Yo soy Malala” para exigir educación universal para las niñas. Líderes del mundo y artistas como Madonna y Angelina Jolie han expresado su apoyo, y han ayudado a recaudar fondos para la causa. Además en Paquistán ha habido manifestaciones y llamados al cambio.
“Parece que la valentía de Malala ha despertado a la mayoría silenciosa de Paquistán, quienes ya no están dispuestos a tolerar las amenazas e intimidaciones de los talibanes paquistaníes”, dijo el ex primer ministro británico, Gordon Brown, enviado especial de la ONU para la educación global.
La travesía de Malala comenzó años antes del tiroteo, cuando comenzó a escribir un blog para la BBC acerca de la vida en la zona conservadora paquistaní del Valle de Swat. Su padre, Ziauddin, siguió dirigiendo una escuela en ese lugar, a pesar de un edicto de los talibanes sobre la prohibición a las niñas de la región a acceder a la educación.
En su blog, Malala hablaba abiertamente sobre los desafíos, temores y amenazas que enfrentaba su familia. Al principio, ella escribía de forma anónima, pero con el tiempo se convirtió en una figura pública, concediendo entrevistas a la televisión, a cadenas como CNN y otros medios.
“Tengo derecho a la educación”, dijo en una entrevista con CNN, en 2011. “Tengo derecho a jugar. Tengo derecho a cantar. Tengo derecho a conversar. Tengo derecho a ir al mercado. Tengo derecho a dar mi opinión”.
La atención de los medios provocó la ira de los talibanes, los cuales se dice estuvieron detrás del tiroteo contra Malala en octubre. Ella iba a casa en una camioneta con algunos de sus compañeros de clase cuando hombres enmascarados detuvieron el vehículo y exigieron saber quién de ellos era Malala. Tras identificarla, los hombres abrieron fuego contra ella y otras dos chicas, quienes también sobrevivieron a las heridas.“No toleramos que personas como Malala hablen en nuestra contra”, dijo un vocero de los talibanes después del tiroteo.
Malala resultó gravemente herida en el ataque. Fue sometida a varias cirugías exitosas en Paquistán y en Reino Unido, donde vive ahora después de que a su padre le ofrecieran un trabajo en el consulado paquistaní.
En marzo, fue de nuevo a la escuela por primera vez desde el ataque, en una preparatoria exclusiva para mujeres en Birmingham, Inglaterra.
Mientras se recupera de sus lesiones, sigue inculcando conciencia y recaudando fondos para la educación. El mes pasado, anunció una donación de 45,000 dólares para un fondo que fue creado en su nombre, y las primeras beneficiadas serán las niñas del Valle de Swat.
“Vamos a darle educación a 40 niñas, e invito a todos ustedes a apoyar el Fondo Malala”, dijo Malala en un video que fue transmitido en la Cumbre de las Mujeres en el Mundo, en Nueva York. “Hagamos que la educación de 40 niñas sea la de 40 millones de niñas”.
Jolie, enviada especial de la ONU, donará 200,000 dólares para el Fondo de Malala, según Mujeres en el Mundo. El fondo fue creado porVital Voices Global Partnership, una organización no gubernamental fundada en 1997 por Hillary Clinton.
“En algunos lugares, la intimidación y la violencia son la realidad cotidiana en la vida de muchas niñas que quieren ir a la escuela y en la de muchos educadores que quieren enseñarles”, escribió Brown en un reciente artículo de opinión para CNN.com. “Incluso hoy, cinco meses después de la agresión contra Malala en el Valle de Swat, sus compañeros de escuela siguen con temor a la violencia, por el simple hecho de intentar regresar a la escuela”. El 12 de julio, en su cumpleaños 16, Malala hablará sobre el tema ante Naciones Unidas.
Desde el tiroteo, ella se ha convertido en el rostro de la educación de las niñas, un símbolo global. Ha sido nominada para el Premio Nobel de la Paz, y el año pasado fue seleccionada finalista para la Persona del Año, por la revista Time.
“Es la hija de todo el mundo”, dijo su padre a CNN. “Le pertenece al mundo”.