Francia ha desplegado por todo su territorio unidades de ”vecinos vigilantes”, es decir, residentes que actúan como informadores a la Policía ante las sospechas de robo o de que haya ladrones o delincuentes merodeando por el barrio. “Si no alerta a la Policía… mi vecino lo hará”. Es el mensaje de esta iniciativa que comenzó en 2007 en la zona de los Alpes Marítimos para luchar contra los hurtos y que ya se aplica en todo el territorio francés. Más de 1.000 comunidades de vecinos del país están inscritas en este programa de vigilancia de barrio, que está controlado por la Policía.
Thierry Chicha, fundador de esta plataforma de vigilancia policial, explica a teinteresa que cada día se suman unos 100 nuevos ‘ciudadanos observadores’ ya que se han incrementado los robos como consecuencia de la crisis, hasta el punto de que se registra uno cada 90 segundos. “Hay tensión en los barrios”, admite Thierry, que precisa que en ningún caso se trata de patrullas ciudadanas, algo que sí se permite por ejemplo en el Reino Unido.
El Ministerio del Interior, dirigido por Manuel Valls, controla el desarrollo de este colectivo de vigilantes urbanos. Los ojos y el teléfono son las armas de los vecinos que colaboran con las autoridades para la seguridad del barrio. Para ello, reciben charlas de la Policía que les enseña las principales técnicas de robo y les da consejos sobre cómo prevenirlo.
Thierry explica que la comunicación con la Policía es la clave. El vecino alerta a los agentes ante indicios de robo o de que un ladrón está al acecho. ¿Cuáles son esas señales? Por ejemplo, un coche merodeando en las inmediaciones de la vivienda de una familia que se ha marchado de vacaciones; o que se haya borrado la señal dibujada con tiza en la pared de la casa. Los ladrones se comunican mediante códigos y que se haya borrado un garabato o dibujo puede indicar que el robo está cerca.
La comunicación entre los residentes es fundamental, señala Thierry, que añade que una de las reglas es avisar al vecino cuando hay planes de vacaciones. También, los agentes recomiendan dar la sensación de que la vivienda está ocupada. Por ejemplo, los vecinos pueden recoger el correo postal, o encender unas horas la luz del piso.
La actividad de estos vecinos vigilantes está controlada por la Policía. Además, el residente se inscribe en la plataforma a través de Internet.
Thierry insiste en que estos ciudadanos están organizados y supervisados por las autoridades, pero no llevan a cabo patrullas de forma voluntaria. El único episodio al margen de lo habitual se produjo recientemente en Lille, donde hay un campo de gitanos cerca. “Había muchos robos en la zona y algunos vecinos tomaron fotos de supuestos ladrones y las distribuyeron“.
La iniciativa de los vecinos vigilantes surgió en EEUU en los años 60, como reacción al asesinato en plena calle de Kitty Genovese, en Nueva York, delante de una decena de personas. Este suceso hizo comprender a la sociedad que no solo bastaba con la Policía para velar por la seguridad.
Los ciudadanos observadores se han organizado en EEUU, Gran Bretaña, Canadá, los Países Bajos o Alemania.
Patrullas vecinales en pueblos de Lleida y Huesca
En España se produce un robo en una vivienda cada cuatro minutos y la probabilidad es mayor en època estival o en Semana Santa. Pero no existe ningún grupo nacional coordinado con la Policía.
No obstante, han surgido iniciativas en zonas rurales de Hueca y Lleida ante el aumento de robos en instalaciones agrícolas. Por ejemplo, tres localidades de Huesca (Tamarite de Litera, Candasnos y Albelda) han puesto en marcha patrullas ciudadanas por la noche para vigilar y alertar si hay algún indicio de robo.
También, agriculores de Alcarràs, en la comarca de Segrià de Lleida, han hecho rondas de vigilancia por la noche ante el incremento de hurtos en sus instalaciones.
En octubre de 2010, vecinos propietarios de fincas del sur de Madrid hicieron guardia nocturna y se organizaron en rondas para cazar a los ladrones, avisando a tiempo a la Policía.
Las patrullas ciudadanas no han escapado de la polémica en Europa. En Italia, el exprimer ministro Silvio Berlusconi intentó en 2009 aprobar una ley que autorizara las patrullas ciudadanas, pero finalmente retiró la propuesta. Sin embargo, las rondas ciudadanas existen desde hace años en el norte de la península, sobretodo en Véneto y Lombardia, los bastiones electorales del partido de derecha de la Liga Norte. Se dirigen contra delincuentes y ciudadanos extranjeros irregulares.
En Londres surgieron en los años 90 patrullas ciudadanas precisamente para proteger a la población de ataques racistas.
En EEUU regalan armas para que se defiendan los vecinos
Mucho más lejos se llega en EEUU, donde voluntarios de una organización regalan armas a los residentes para defenderse de delincuentes. Este colectivo lo está poniendo en práctica en varios barrios de 15 ciudades de EEUU.
Los que llaman a la puerta son los voluntarios del Proyecto de los Ciudadanos Armados, una organización no gubernamental que quiere extender la teoría de que las armas hacen los barrios más seguros, según cuenta la BBC.
En México, ya se ha montado una especie de policía paralela integrada por vecinos armados, en regiones sacudidas por la violencia.