Trabajadores de una mina de cromo de Sudáfrica que se manifestaban por mejoras laborales fueron reprimidos este martes por guardias privados en las cercanías de la ciudad de Rustenburgo.
La acción de los guardias, que dispararon balas de goma contra los trabajadores, dejó a diez mineros heridos y tuvieron que ser llevados al hospital, según fuentes de la Policía.
Ante la arremetida de los guardias privados, los mineros respondieron con el lanzamiento de piedras para defenderse, lo que también dejó a varios agentes privados heridos.
Los mineros se encuentran en huelga desde el pasado jueves para exigir mejoras laborales a la empresa. Los trabajadores de la cuenca de Rustenburg han creado con éxito un Comité de Coordinación de la Huelga conformado por representantes de cada una de las 15 explotaciones mineras, de varias empresas, en huelga.
Las relaciones entre los trabajadores y los patronos y el Gobierno de Sudáfrica continúan siendo tensas, después de que el año pasado 45 mineros fueron asesinados por la policía durante una huelga en la mina de platino de Marikana, en manos de la transnacional británico-estadounidense Lonmin.
De hecho, este 15 de mayo, los mineros de Marikana iniciaron de nuevo una huelga. Según la emisora de televisión eNews Channel Africa (eNCA), los mineros de Marikana, en el noreste de Sudáfrica, acudieron a la explotación, pero se negaron a bajar a las galerías subterráneas de la mina.
El coordinador regional de la Unión Nacional de Mineros (NUM), Mxhasi Sithethi, afirmó que se vive un clima de tensión en la explotación de platino.
El acuerdo con la empresa Lonmin a mediados de septiembre, que registró hasta un 22 por ciento de aumento en los salarios de los trabajadores mineros en esta empresa, sólo terminó el primer capítulo de esta lucha, y de hecho ha establecido un punto de referencia para los trabajadores de todo el país. Los trabajadores de otras empresas de platino continúan la batalla y los mineros del cromo, oro y carbón se han incorporado.
En la segunda mitad de 2012, el sector minero de Sudáfrica se vio sacudido por una oleada de huelgas originadas por las precarias condiciones de trabajo que imponen las grandes transnacionales occidentales que explotan las minas.