El neurólogo Henri Markram ha conseguido una aportación de 1.000 millones de euros otorgados por la Comisión Europea (CE) para tratar de conseguir un cerebro artificial que recree el cerebro humano.
En 2009, en la TED Conference de Oxford, Markram hizo pública su intención de crear una inteligencia artificial que recrease el cerebro humano e introducirla en un supercomputador que discurriese de forma independiente, como una persona.
El doctor Markram está convencido de que si la ciencia no ha conseguido simular aún un cerebro humano de forma fiel es por “falta de ambición”. De esta forma, él está convencido de poder simular las funciones de los 86.000 millones de neuronas en el cerebro humano y las 100 billones de conexiones que se establecen.
Una vez construido ese cerebro artificial, sería posible averiguar las causas de las enfermedades cerebrales o alumbrar una nueva generación de robots y tecnologías inteligentes.
Markram está convencido de que con la tecnología actual es posible recrear con fidelidad el comportamiento del cerebro humano. Su proyecto se ha ganado el apoyo de importantes figuras como el neurólogo ganador del Nobel Torsten Wisley o el co-fundador de Sun Microsystems Andy Bechtolsheim.
Investigación con ratas
El Swiss Federal Institute of Technology en Lausanne ha visto futuro en las investigaciones de Markram en los últimos años. Allí ha recreado, junto con un grupo de 15 investigadores postdoctorales, el comportamiento de una porción de un millón de neuronas del neocortex de la rata que será simulado por el superordenador IBM Blue Gene.
La investigación de Markram no garantiza que se pueda escalar esta recreación a un cerebro completo y menos aún que se pueda llegar a reconstruir un cerebro humano, mucho más complejo. Además, si se llegara a simular el cerebro humano con fidelidad, tampoco existe la certeza de que se comporte realmente como lo hace un cerebro humano. En este sentido, Markram explica que “la única forma que hay de averiguar eso es construyéndolo”.
Markram ha convencido e implicado de alguna forma a 6.000 investigadores y ahora es cuando vendrá su prueba de fuego. A principios de este año, la Comisión Europea decidió concederle 1.300 millones de dólares (1.005 millones de euros) para desarrollar su proyecto.
El profesor de Caltech Chrostof Koch, director científico en el Allen Institute for Brain Science en Seattle, opina no obstante que “hay demasiadas cosas que no sabemos aún“. Como ejemplo, apunta que “la oruga de tierra tiene exactamente 302 neuronas y aún no tenemos ni idea de cómo funciona este animal”.