Stephen Porges |
¿Qué pasa si muchos de tus problemas pudieran explicarse por la reacción automática de tu cuerpo a lo que ocurre a tu alrededor? ¿Qué pasa si la cura para los trastornos mentales y emocionales, que van desde el autismo a los ataques de pánico, tuvieran una nueva forma de entenderse y enfocarse desde el propio funcionamiento del sistema nervioso? Stephen Porges, piensa que podría ser así. Porges, es profesor de psiquiatría en la Universidad de Illinois, Chicago, y director del Brain-Body Center de esta misma institución, y ha pasado gran parte de su vida en busca de pistas sobre la forma en que funciona el cerebro, en esta búsqueda ha desarrollado lo que él denomina la teoría polivagal. Se trata de un estudio sobre la evolución del sistema nervioso humano y los orígenes de las estructuras cerebrales, y con ello supone que muchos trastornos de nuestra conducta social y emocional son biológicos, es decir, que hay más «circuito biológico» (hard wired) dentro de nosotros de lo que solemos pensar. Basándose en esta teoría, Porges y sus colegas, han desarrollado técnicas de tratamiento que pueden ayudar a la gente a comunicarse y relacionarse mejor con los demás.
El término «polivagal» combina «poli», que significa «muchos», y «vagal», que hace referencia con un importante nervio llamado «vago«. Para entender esta teoría, debemos ver primero el nervio vago, el componente primario del sistema nervioso autónomo. Esto es el sistema nervioso que no controlamos, que hace cosas de forma automática, como digerir los alimentos. El nervio vago sale del tronco encefálico y tiene ramas que regulan la estructura de la cabeza y de diversos órganos, incluyendo el corazón. La teoría propone que dos ramas diferentes del nervio vago están relacionadas con esa forma única en que reaccionamos ante una situación que percibimos como segura o insegura. También se describen tres etapas evolutivas que tuvieron lugar durante millones de años, con el desarrollo de nuestro sistema nervioso autónomo.
La mayor parte del trabajo Porges se lleva a cabo ahora en el Brain-Body Center, de unos 2.230 metros cuadrados, como centro de investigación interdisciplinario de la Universidad de Illinois. En el Centro, trabajan juntos profesionales del campo de la endocrinología, neuroanatomía, neurobiología, psiquiatría y psicología. Allí estudian modelos de comportamiento social y el desarrollo de tratamientos para trastornos como el autismo y la ansiedad. La teoría polivagal de Porges se está convirtiendo en parte de la formación de los trabajadores, sean terapeutas o educadores. Un ejemplo es la conferencia nacional de Hakomi el pasado verano celebrada en la Universidad de Naropa, donde el Dr. Porges fue orador principal. (Hakomi es a la vez un sistema de trabajo corporal y un sistema de psicoterapia centrada en el cuerpo).
En esta entrevista, Porges habla sobre la teoría polivagal y su importancia, con Ravi Dykema, editor de Nexus.
R.Dykema: Por favor, hábleme acerca de la teoría que ha desarrollado, la teoría polivagal. ¿Es una innovación en la teoría de los dos sistemas nerviosos?
S.Porges: Permítame aclararlo. Históricamente, el sistema autónomo se divide en dos ramas, una se llama el simpático y la otra el parasimpático. Se trata de un modelo organizativo que entró en vigor a finales de 1800 y principios de 1900. Con el paso de los años, este modelo ha adquirido una vida propia, a pesar de nuestro actual mayor conocimiento. Básicamente, el sistema simpático se vincula con la respuesta de «lucha o huida», y el sistema parasimpático con el funcionamiento normal, cuando uno está tranquilo y sereno.
Este modelo del sistema nervioso autónomo ha ido evolucionando en diversas «teorías de equilibrio», dado que la mayoría de los órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el intestino, reciben inervación simpática y parasimpática.
La mayor parte de la inervación parasimpática (energía nerviosa) proviene de un nervio, llamado el nervio vago, que sale del cerebro e inerva el tracto gastrointestinal, el tracto respiratorio, el corazón y las vísceras abdominales. Sin embargo, la forma más fácil de imaginar las vías nerviosas que pasan por el nervio vago, es pensar en éste como un tubo o conducto. La conceptualización del vago de esta manera, obligó a los científicos a darse cuenta que varias fibras del nervio provienen de distintas áreas del tronco encefálico. Por ejemplo, las vías nerviosas que pasan por el nervio vago hasta el intestino inferior provienen de un área del cerebro, mientras que los caminos que los nervios que van al corazón y los pulmones vienen de otra área.
R.Dykema: ¿Es eso una información relativamente nueva?
S.Porges: Sí. Pero la teoría es que el sistema reacciona a los desafíos del mundo real de una manera jerárquica, y no de una manera equilibrada. En otras palabras, si estudiamos el camino evolutivo de cómo se desarrolló el sistema nervioso autónomo de los vertebrados, desde los antiguos peces sin mandíbulas hasta los peces óseos, de los mamíferos hasta los seres humanos, nos encontramos con que no sólo existe una complejidad en el crecimiento de la corteza, (la capa exterior del cerebro, que es la parte más grande del cerebro), también hay un cambio en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo. No se trata sólo de un sistema simpático / parasimpático en equilibrio. En realidad, es un sistema jerarquizado.
R.Dykema: Así que, ¿sucede una cosa y a continuación otra, después otra y después otra cosa?
S.Porges: Correcto. Esto influye en la forma que reaccionamos ante el mundo. La jerarquía se compone de tres circuitos neuronales. Un circuito puede sustituir a otro. Por lo general, reaccionamos con nuestro más reciente sistema, y si eso no funciona, se prueba con el anterior, y si no, el más antiguo. Comenzamos con nuestros sistemas más modernos, y vamos trabajando hacia atrás.
Asi es como la teoría polivagal considera la evolución del sistema nervioso autónomo y su organización, pero también hace hincapié en que el sistema vagal no es una sola unidad, como se piensa desde hace mucho tiempo. Actualmente hay dos sistemas vagal, uno viejo y uno nuevo. De ahí es donde viene el nombre de polivagal.
La etapa final, la más reciente, sólo aplicable a los mamíferos, se caracteriza por un vago que tiene vías mielinizadas. El vago es el nervio principal del sistema nervioso parasimpático. Tiene dos ramas principales. La más reciente está mielinizada y está vinculada con los nervios craneales que controlan la expresión facial y la vocalización.
R.Dykema: Lo cual es totalmente beneficioso para alguien que nos mira, ¿no?
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