Durante las últimas semanas el gobierno de Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa la posibilidad de eliminar la rebaja del impuesto al diésel, para equipararlo con el de la gasolina. La medida, aunque aún no se ha concretado, ha sido recibida con cierto escepticismo, aunque existen estudios que avalan su implementación como medida para reducir las emisiones a corto plazo y como alternativa a la prohibición de vehículos diésel que se está planteando en varias ciudades europeas.
«Creo que la medida llegaría un poco tarde, porque en unos pocos años, cuando ya se hayan aplicado por normativa todas las medidas de reducción de emisiones, el diésel contaminará igual que la gasolina», explica a eldiario.es el investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, Xavier Querol.
Sin embargo, Querol, que lidera un proyecto financiado por la Comisión Europea destinado a mejorar la calidad del aire en el sur de Europa (AIRUSE), considera que, aunque tardía, la decisión puede servir para paliar los problemas derivados de los malos controles a los que la UE sometía a los vehículos, ya que éstos no reflejaban las emisiones reales.
Aunque a día de hoy la normativa y los controles se han corregido, de forma que los nuevos vehículos diésel y de gasolina tendrán niveles de emisiones similares, la realidad es que el tiempo que se ha tardado en corregir el error ha provocado que el parque automovilístico diésel esté plagado de vehículos demasiado contaminantes.
«La Comisión Europea conocía el problema de los tests de emisiones como mínimo desde 2008. Como no le puso freno, ahora tenemos un parque automovilístico lleno de vehículos diésel mucho más contaminantes de lo que deberíamos», sentencia Querol.