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Aida. Atemorizantes Nuevas Formas como la…Internet lo Perfila a Usted.

por Scott Allan Morrison 08 Febrero 2016
Del sitio Web TheDailyBeast
Scott Allan Morrison fue corresponsal de tecnología para el Financial Times y Dow Jones Newswires, así como colaborador de The Wall Street Journal.
Su primera novela, condiciones de uso,
fue publicado el primero de enero.
FacebookGoogle y los otros titanes de Internet tienen métodos cada vez más sofisticados e intrusivos de minar datos, y eso es sólo la punta del iceberg.
El éxito de Internet de los consumidores se puede atribuir a una simple gran negociación.
Hemos sido alentados a buscar en la Web, compartir nuestras vidas con amigos y disfrutar de todo tipo de otros servicios gratuitos. A cambio, los titanes de Internet que proporcionan estos servicios, así como cientos de otras empresas menos conocidas, han rastreado meticulosamente todos nuestros movimientos con el fin de bombardearnos con publicidad dirigida. Ahora bien, este gran acuerdo está siendo probado por nuevas actitudes y tecnologías.
Los consumidores que no hace mucho tiempo eran alegremente desdeñosos de las cuestiones de privacidad sienten que han perdido cada vez más el control sobre su información personal.
Mientras tanto, las compañías de Internet, empresas de Adtech, y los corredores de datos siguen desplegando nuevas tecnologías para construir perfiles cada vez más granulares de cientos de millones, si no miles de millones de consumidores.
Y con la siguiente generación de inteligencia artificial puesta para explotar nuestros datos de maneras que ni siquiera podemos imaginar, los términos simples del antiguo acuerdo parecen lamentablemente inadecuados.
En los primeros días de Internet, fuimos llevados a creer que todos estos datos nos conducirían a un estado de nirvana de información. Habríamos de conseguir nuevas herramientas y mejores comunicaciones, el acceso a toda la información que pudiéramos necesitar, y los anuncios que en realidad quisiéramos recibir.
¿Quién podría discutir con eso?
Durante un tiempo, las predicciones parecían hacerse realidad. Pero entonces las publicaciones objetivo fueron (repetidamente) movidas, empresas fueron atrapadas (accidentalmente) husmeándonos, y los hackers nos mostraron lo fácil que es robar nuestra información personal.
Los anunciantes no estaban emocionados tampoco, sobre todo cuando adoptamos los teléfonos móviles y las tabletas. Esto se debe a que las cookies que nos rastrean en nuestros ordenadores no funcionan muy bien en dispositivos móviles. Y con nuestra actividad en línea dividida entre nuestros diversos dispositivos, cada uno de nosotros de repente parecíamos ser dos o tres personas diferentes.
Esto no era nada malo para los consumidores, ya que los teléfonos móviles emiten datos que permiten a las empresas aprender nuevas cosas acerca de nosotros, tales como dónde vamos, donde nos reunimos, los lugares a los que vamos de compras y otros hábitos que ayudan a reconocer y luego predicen nuestros patrones a largo plazo.
Pero ahora, las nuevas tecnologías en varios dispositivos están permitiendo a la industria de la publicidad combinar todos nuestros flujos de información en un amplio perfil único mediante la vinculación de cada uno de nosotros en nuestro computador de escritorio, teléfono móvil, y iPAD.
Tirados en dispositivos portátiles como un Fitbit, televisores conectados, y el Internet de las Cosas, y el concepto de seguimiento en varios dispositivos se expande para incluir potencialmente cualquier cosa que emita una señal.
La industria de la publicidad está babeando sobre esta tecnología, ya que puede rastrearnos a nosotros a medida que avanzamos a través de nuestras rutinas diarias, ya sea si estamos buscando en nuestro escritorio, navegando en nuestro iPad o fuera de la ciudad con nuestro teléfono en la mano.
 Hay dos métodos para rastrear a las personas a través de dispositivos. La técnica más precisa es el rastreo determinístico, que une los dispositivos a un único usuario cuando esa persona se registra en el mismo sitio desde una computadora de escritorio, teléfono y tableta.
Este es el enfoque utilizado por gigantes de Internet como,
  • Facebook
  • Twitter
  • Google
  • Apple,
… todos los cuales tienen enormes bases de usuarios que inician sesión en sus propiedades móviles y de escritorio.
Un vistazo rápido a los datos de la política de privacidad de Facebook muestra que registra casi todo lo que hacemos, incluyendo el contenido que ofrecemos, con quién nos comunicamos, lo que buscamos en sus páginas, así como la información sobre nosotros que nuestros amigos proporcionan.
Facebook guarda la información de pagos, detalles acerca de los dispositivos que utilizamos, información de ubicación, y detalles de conexión.
La red social también sabe cuándo vamos a sitios de terceros que utilizan sus servicios (tales como el botón Me gustaInicio de sesión en Facebook, o la empresa de medición y servicios de publicidad).
También recoge información sobre nosotros de sus socios.
La mayoría de los gigantes de la tecnología tienen políticas similares y todos ellos hacen hincapié en que no comparten información de identificación personal con terceros.
  • Facebook, por ejemplo, utiliza nuestros datos para ofrecer anuncios dentro de su jardín amurallado, pero dice que no permite que foráneos exporten nuestra información.
  • Google dice que sólo comparte conjuntos de datos anónimos agregados.
Empresas poco conocidas – principalmente las redes de publicidad y empresas de Adtech como Tapad y Drawbridge – también nos están observando.
Nunca vamos a iniciar sesión en sus sitios Web, por lo que usan técnicas de seguimiento probabilísticas para enlazarse a nuestros dispositivos. Comienzan mediante la incorporación de etiquetas digitales o píxeles en los millones de sitios Web que se visitan para poder identificar nuestros dispositivos, controlar nuestros hábitos de navegación, buscar patrones basados en el tiempo, así como otras métricas.
Batiendo cantidades masivas de estos datos a través de modelos estadísticos, las empresas de rastreo pueden discernir patrones y hacer predicciones sobre quién está utilizando el dispositivo. Sus defensores afirman que tienen más del 90 por ciento de precisión la mayor parte del tiempo, pero nada de esto es visible para nosotros y es por lo tanto muy difícil de controlar.
En recientes comentarios a la Comisión Federal de Comercio, en el Centro para la Democracia y Tecnología se ilustra cuán invasiva podría ser la tecnología cruzada de seguimiento de dispositivos.
Supongamos que un usuario ha buscado síntomas de enfermedad de transmisión sexual en su ordenador personal, utiliza un teléfono para buscar indicaciones para llegar a una clínica de Planificación de la Familia, visitó una farmacia, y luego regresó a su casa.
Con este tipo de seguimiento en varios dispositivos, sería fácil inferir que el usuario fue tratado por una enfermedad de transmisión sexual.
Eso es lo suficientemente espeluznante, pero considere esto:
mediante el uso de la información GPS o Wi-Fi generada por el teléfono móvil del paciente, no sería difícil descubrir su dirección. Y al fusionar su perfil en línea con la información fuera de línea de un corredor de datos de terceros, sería bastante sencillo identificar al paciente.
Por lo tanto, ¿deberíamos preocuparnos que las empresas utilicen el rastreo cruzado en varios dispositivos para compilar los perfiles más completos de nosotros?
Vamos a contar las razones:
  • Sus datos podrían ser pirateados:
    Privacy Rights Clearinghouse informa que en 2015 solamente, los piratas informáticos obtuvieron acceso a los registros de,
    • 4,5 millones de pacientes en el Sistema de Salud de la UCLA
    • 37 millones de clientes de la tramposa red en línea Ashley Madison
    • 15 millones de cuentas de Experian
    • 80 millones de clientes Anthem
    • más de 21 millones de individuos en base de datos de control de seguridad de la Administración de Personal de la oficina Federal
    Y estas eran solamente los titulares que llamaron la atención de los medios.
    Ningún sitio Web o red es completamente segura, y numerosos investigadores ya han demostrado lo increíblemente fácil que es «re-identificar» o «des-anonimizar» a individuos escondidos en datos anónimos.
  • Su perfil puede ser vendido:
    De hecho, por lo general es hecho de manera anónima. Ese es todo el punto.
    Pero en muchos casos, las políticas de privacidad de las compañías de Internet también dejan claro que nuestros perfiles son activos a ser comprados y vendidos en caso de que la empresa cambie de propietario.
    Este fue el caso cuando Verizon compró a AOL y fusionaron sus esfuerzos de publicidad, creando perfiles mucho más detallados de su base de usuarios combinada.
    Yahoo podría ser el siguiente en decidir escindir sus propiedades de Internet.

  • Sus datos podrían ser utilizados en formas que usted no anticipa:
    Google, Facebook y otras compañías crean experiencias Web personalizadas en base a nuestros intereses, comportamiento, e incluso nuestros círculos sociales.
    Por un lado, esto tiene mucho sentido, ya que ninguno de nosotros quiere desplazarse a través de páginas y páginas de resultados de búsqueda irrelevantes, noticias, o actualizaciones de redes sociales.
    Pero los investigadores han demostrado que nuestros perfiles en línea también tienen consecuencias en el mundo real, incluyendo los precios que pagan por los productos, el importe del crédito concedido a nosotros, e incluso las ofertas de trabajo que podemos recibir.
Nuestros datos ya son utilizados para construir y probar los modelos de análisis avanzados para nuevos servicios y características. Hay mucho más por venir.
Los Googles y Facebooks de Internet cuentan con que la inteligencia artificial de reciente aparición les permitirá analizar una mayor cantidad de nuestros datos para discernir los nuevos patrones de comportamiento y predecir lo que vamos a pensar y querer antes de que realmente pensemos y deseemos.
Estas empresas sólo han empezado a rascar la superficie de lo que es posible con nuestros datos. Estamos siendo retratados en forma increíble y cada vez más detallada, y nuestros datos pueden ser explotados para fines que no podemos todavía posiblemente entender.
La vieja ganga – servicios «libres» de Internet a cambio de publicidad dirigida – rápidamente se está convirtiendo en una pintoresca reliquia del pasado.
Y sin ningún sentido de cómo, cuándo o por qué nuestros datos podrían ser utilizados en el futuro, no está claro qué es lo podría suceder.

Aida. Hoy elijo que el resto de mi vida sea lo mejor de mi vida

Hoy elijo ser feliz, elijo priorizarme, cuidarme y quererme un poco más, y que las estrellas den luz a ese sendero de mi vida que me queda por transitar, para que todo lo que llegue sea bueno. Elijo ser valiente y saber dar felicidad a los míos.

Nunca es tarde para los buenos propósitos, nunca es tarde para darnos cuenta de que tal vez, merecemos más y que somos nosotros mismos los primeros a los que hay que convencer para coger el timón de nuestra vida, y dar, por qué no, un poco más de aire a nuestras velas para alcanzar la felicidad.

Lo mejor de tu vida siempre es ahora, es esa linea de salida en la cual, arrancar el motor de tus ilusiones, dar aliento a tus cenizas para encender el mejor de los luceros: ese que alumbrará tu camino.

En ocasiones, y casi sin darnos cuenta, las personas postergamos nuestra vida. Nos limitamos “a existir”, pero no a vivir. Y no estamos hablando de no poder hacerlo por problemas económicos, hay quien lleva una vida auténtica, plena y feliz teniendo lo mínimo.

Hablamos de esa vida en la cual, uno está en equilibrio consigo mismo y vive desde el corazón, haciendo de verdad lo que ama y rodeándose de personas de las que recibe una auténtica reciprocidad.

Hay veces en que quedamos encallados en salas de espera eterna, aguardando alcanzar nuestro billete para esa vida real y auténtica porque estamos atados a cosas, situaciones o incluso a personas que vetan por completo nuestro crecimiento personal.

Cuando la vida no es vida y es sólo existencia

mujer cubriéndose la cara con el cabello por una vida de tristezas

A lo largo de nuestro ciclo vital pasamos por diferentes etapas donde la felicidad, no siempre está garantizada. Son instantes en que la vida no es vida, es sólo un transcurrir de los días donde quedamos diluidos, donde no hay intensidad, donde no hay ilusión.

Toda ilusión que se pierde es una verdad que no afrontamos, por eso, hoy elijo asumir mi pasado y mis verdades, para permitir que amanezca mi presente con energías renovadas, sin pesadumbres, sin censuras…

Quien se limita a dejarse llevar por la rutina y por las elecciones que otros hacen por ellos, día a día está perdiendo su rumbo.Llegará sin duda un momento en que dejará de conocerse a sí mismo. porque su identidad se habrá deshilachado en un manto frío donde ya no quedará cobijada su autoestima. Donde no quedará nada.

  • A veces, son determinadas situaciones las que nos acaban condicionando de tal forma, que ya no nos cuestionamos las cosas. “Sé que mi trabajo no me hace feliz, que vulneran mis derechos, pero al menos tengo un sustento económico. Dejarlo supone un riesgo, y a pesar de que estoy perdiendo mi salud no puedo hacer nada…”
  • Otra razón por la cual quedamos encallados y limitados en nuestro crecimiento personal, es por esas parejas afectivas que limitan nuestras aspiraciones, que vetan nuestros espacios, nuestros objetivos, hasta tal modo, que en ocasiones, optamos por dejarnos llevar…

En realidad, son muchas las razones por las que nuestra vida, esa vida auténtica que soñamos para nosotros mismos queda postergada. Puede incluso que seamos nosotros mismos quienes nos cerremos las puertas por indecisión, por miedo a salir de una determinada zona de confort.

Los enemigos de nuestro crecimiento vital y nuestra felicidad no siempre están en el exterior. En ocasiones, nuestros propios pensamientos y atribuciones pueden ser los más peligrosos. 

  tarro con luciernagas escapando representando la fugacidad de la vida

Hoy elijo que empiece lo mejor de mi vida

La simple decisión ya es un gran paso. Decidir que deseamos y vamos a ser felices implica un acto de valentía y rodearnos de algo con mucha fuerza, algo que se llama ilusión y a su vez, proyecto de vida.

Hay algo que nunca deberíamos olvidar: la felicidad no es un sentimiento, la mayoría de las veces la felicidad es una decisión.

A partir de hoy vas a dejar de ver la vida como  “quien pasa las hojas de un libro”. Ahora, vas a escribir el libro de tu vida y vas a ser el auténtico protagonista,  para ello, es necesario dar los siguientes pasos.

  • Hoy empieza el resto de tu vida, y va a ser lo mejor de tu existencia, y por eso, debes entender que tu felicidad depende en realidad de una sola cosa: de ti mismo, y de tu actitud.
  • Todo acto de determinación requiere a su vez actos de valentía. Y por ello, puesto que ahora te alzas como artífice de tu destino, es momento de valorar qué es lo que te impide ser tu mismo en tu vida. Valora qué te ofrece infelicidad, tristezas y qué vulnera tu autoestima.
  • Ten en cuenta que para ser feliz, tal vez tengas que hacer alguna que otra renuncia.
  • Ya eres consciente de aquello que te hace daño. Ahora pon tu mirada en aquello que es importante para ti y a lo que jamás vas a renunciar: a tu familia, tus amigos, tus aficiones, tus sueños…
Da fuerza a lo que amas y ofrece alientos a tus sueños: lo mejor de tu vida es ahora, porque estás en equilibrio contigo mismo, porque puedes y lo mereces.

chica con pelo largo disfrutando de la vida

La Mente es Maravillosa

Los terribles daños que causan los ‘padres helicóptero’ al volar sobre sus hijos incesantemente

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que a los niños no se les prestaba demasiada atención. Si los adultos hablaban debían guardar silencio, si tenían una rabieta eran ignorados hasta que se les pasara y si estaban aburridos se les daba vía libre para que se entretuvieran como consideraran más oportuno. De hecho, el escritor inglés D.H. Lawrence creía que lo mejor para el bienestar de los niños era no hacerles demasiado caso. Tenía tres reglas para educarlos: “dejarlos en paz, dejarlos en paz y dejarlos en paz”.

Sin embargo, poco queda de aquel modelo de educación, hoy hemos caído de lleno en un estilo de crianza que implica convertir a nuestros hijos en el centro de nuestra atención, dándoles todo lo que desean cuando lo desean, sin dilaciones. No hemos sabido encontrar un equilibrado punto medio. Esta alarmante tendencia a la hiperpaternidad se puso de manifiesto primero en Estados Unidos, donde se estima que 1 de cada 10 estudiantes ha sido educado de esa forma.

¿Quiénes son los “padres helicóptero”?

Este término surgió en el año 1969, cuando Haim Ginnott escribió en su libro Between Parent & Teenager: “mi madre sobrevolaba sobre mí como si fuera un helicóptero”. Más tarde, en los años 2000, se retomó para hacer referencia a un fenómeno que se estaba extendiendo entre las familias de clase media de los países más desarrollados.

Los padres helicóptero son aquellos que se preocupan excesivamente por sus hijos, hasta el punto que su relación llega a ser tóxica. Este nuevo modelo de crianza implica que los progenitores asumen un rol hiperprotector, quieren resolver todos los problemas por sus hijos, y desean tomar todas las decisiones, incluso las más intrascendentes. En práctica, es como si estos padres siempre estuvieran sobrevolando a sus hijos, listos para emprender una operación de rescate cuando noten el más mínimo signo de «peligro».

Obviamente, esta relación padre-hijo sobrepasa los límites de lo que se considera psicológicamente saludable. De hecho, estos padres no conocen límites, ni de edad ni de estatus social: pueden llegar a recriminar a los profesores por las malas notas de sus hijos, aunque estos ya estén en la universidad, o incluso pueden acompañarles a la entrevista de trabajo y se enfadan si el entrevistador no les permite entrar durante la prueba.

Su objetivo en la vida es lograr que su hijo sea brillante y que logre todo lo que desea, pero sin que tenga que esforzarse. ¡Eso ya lo hacen ellos! Estos padres organizan la agenda de sus hijos, se encargan de eliminar cualquier problema de su camino y siempre están pendientes de sus resultados.

Algunos de los detalles que desvelan a un padre helicóptero son:

– Hablan siempre en plural, diciendo cosas como «¡cuántos deberes nos han puesto hoy!«, aunque en realidad los deberes son para el niño. No se dan cuenta que de esta manera absorben la identidad del niño.

– Híper estimulan a sus hijos, llenándoles la agenda de actividades extraescolares, con el objetivo de que estén «bien preparados para la vida». Sin embargo, no se percatan de que así solo logran robarle su infancia.

– Encierran a sus hijos bajo una campana de cristal, de forma que se convierten en su voz, impidiéndoles que resuelvan sus problemas con los demás. De esta manera, los hijos jamás llegan a desarrollar las habilidades de resolución de conflictos que necesitan para mantener buenas relaciones interpersonales.

– Brindan una gratificación instantánea, complacen en todo a sus hijos, aunque tengan que hacer enormes sacrificios. Están siempre disponibles para entretener a sus hijos, de manera que estos terminan creyendo que son el centro del universo.

Consecuencias: Padres extenuados, hijos incompetentes

Para los padres, ese deseo de ser perfectos en todo momento y tener que lidiar con los problemas de sus hijos, puede llegar a ser extremadamente agotador. De hecho, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington desveló que las madres que asumían un estilo de crianza hiperprotector estaban más expuestas a la depresión y el estrés, lo cual se debe a que cargan sobre sus hombros un peso demasiado grande.

Por otra parte, esa tendencia a la hiperpaternidad solo consigue que los hijos sean inseguros, miedosos, incapaces de tolerar la frustración, de tomar decisiones por sí solos y de asumir responsabilidades. De hecho, el principal problema es que como estos hijos sobreprotegidos nunca han tenido que poner a prueba sus capacidades, no han desarrollado la confianza necesaria en sí mismos.

Un caso extremo, contado por la escritora Eva Millet en su libro sobre la hiperpaternidad, narra la historia de una estudiante universitaria que se quedó encerrada en el ascensor de un centro educativo en Barcelona y, en vez apretar el botón de alarma, llamó a su madre a Estados Unidos, la cual le avisó a la sede central en Chicago, los cuales a su vez dieron parte a la sede en Barcelona para que fueran a rescatar a la chica. Simplemente no era capaz de resolver el problema por sí sola, y probablemente ni se le ocurrió. ¿Para qué? Si siempre ha tenido a una madre que los resuelve por ella.

Otra investigación, realizada también en la Universidad de Washington, analizó a 297 estudiantes de instituto cuyos progenitores podían catalogarse como «padres helicóptero» y descubrió que estos adolescentes y jóvenes puntuaban más alto en las escalas de depresión y ansiedad. Según estos psicólogos, el origen de estos trastornos emocionales se haya en la «Teoría de la Autodeterminación» según la cual, para que una persona sea feliz y se sienta realizada, debe satisfacer tres necesidades: sentirse autónoma, competente y conectada con otras personas.

Obviamente, la hiperpaternidad no satisface ninguna de estas tres necesidades, al contrario, las limita. De esta forma, aunque los padres pueden tener las mejores intenciones del mundo, en realidad terminan lastrando el desarrollo emocional, intelectual y social de sus hijos.

¿Por qué se desarrolla este tipo de hiperpaternidad?

– Percibir al hijo como una posesión valiosa. El hecho de que las parejas tengan hijos a edades cada vez más tardías, a menudo después de haberse sometido a varios tratamientos de fertilidad, hace que esos niños sean considerados como una posesión muy valiosa que hay que cuidar a todo precio. Así, los niños terminan siendo colocados en un altar, metafóricamente hablando.

– Presión social por el cuidado de los niños. Hace algunos años los padres intentaban compensar la falta de atención con los regalos. Este fenómeno ha provocado una gran campaña a nivel social para evitar a esos “padres emocionalmente distantes”, por lo que ahora hemos caído en el extremo opuesto: padres excesivamente presentes que se desviven por sus hijos.

– Incertidumbre generada por la crisis económica. La crisis económica ha generado una gran preocupación por el futuro, generando sentimientos de precariedad y provisionalidad, los cuales han disparado el miedo de los padres a que sus hijos se equivoquen y que no sean capaces de lograr por sí solos todo lo que la sociedad les demanda. Por eso, intentan acompañarles durante el mayor tiempo posible en el proceso de maduración.

– Aumento de la competencia social. En los últimos años la sociedad ha tomado un cariz extremadamente competitivo, les exige cada vez más a las personas que se insertan en el mercado laboral: más conocimientos, más habilidades, mejores resultados… El temor de los padres a que sus hijos fracasen y no puedan cumplir con esas exigencias les hace querer llevar su mochila y asumir sus problemas. Por eso también llenan sus agendas desde pequeños con decenas de actividades extraescolares que, supuestamente, les prepararán para la vida.

La solución: Educar con mucho amor y una buena dosis de sentido común

En cada etapa del desarrollo, las personas deben luchar sus propias batallas. Los padres no pueden proteger a sus hijos por siempre ya que, tarde o temprano, estos tendrán que enfrentarse a sus propios miedos y cometer sus propios errores.

La tarea de los padres es guiar a los hijos y ayudarles a lidiar con los problemas, no solucionarlos en su lugar. Si asumimos todo el peso sobre nuestros hombros no estaremos criando a personas preparadas para la vida sino a verdaderos discapacitados emocionales. Hay veces en las que simplemente debemos cortar la rama y dejar que los hijos vuelen con sus propias alas.

Si sospechas que tú también eres uno de esos padres helicóptero o estás a punto de convertirte en uno de ellos, pon en práctica estos tres consejos:

1. Sé como un submarino, no asumas el rol del helicóptero. En vez de sobrevolar la cabeza de tus hijos y estar siempre presente, es más conveniente que te conviertas en un submarino; es decir, que te mantengas fuera de su radar pero siempre atento por si realmente necesita tu ayuda.

2. Practica la sana desatención. De vez en cuando, no pasa nada porque no puedas prestarle la atención que quisieras a tus hijos. Tú también tienes una vida fuera de la familia, no eres solo un padre o una madre. Y no caigas en el error de sobrecargar su agenda de actividades, déjales tiempo libre para que ellos mismos aprendan a gestionar las horas muertas.

3. Deja que cometa sus propios errores. Solo así aprenderá. Los errores son pasos fundamentales del aprendizaje y, si son bien usados, fortalecen características como la perseverancia, la autonomía y la autoconfianza. Solo si nos caemos y somos capaces de levantarnos, confiaremos en nosotros. Ayúdale a levantarse, pero no evites siempre que caiga.

Fuentes:

Schiffrin, H. H. et. Al. (2013) Helping or Hovering? The Effects of Helicopter Parenting on College Students’ Well-Being. Journal of Child and Family Studies; 23(3): 548-557.

Rizzo, K. M. et. Al. (2012) Insight into the Parenthood Paradox: Mental Health Outcomes of Intensive Mothering. Journal of Child and Family Studies; 22(5): 614-620.

Rincón de la Psicología

El experimento más polémico de la psicología

Una historia digna de los clásicos de terror del cine. Sin embargo, sucedió en realidad, en un experimento considerado como “el más cruel en la historia de la psicología”. Se trata de la historia del canadiense David Reimer, que fue castrado de forma accidental cuando apenas tenía 8 meses de edad para después tener que pasar por un tratamiento experimental para una reasignación de género que implicaba la remoción de sus testículos y la creación de un conducto vaginal.

David Reimer

Los gemelos idénticos David y Brian Reimer llegaron al mundo en 1965 en la ciudad de Winnipeg, Canadá. En Canadá, de la misma forma que en su país vecino, la circuncisión es una práctica bastante regular, los padres de David y Brian decidieron, por recomendación médica, someter a sus pequeños a la operación. Hasta ahí todo iba perfecto, pero el cirujano no pudo presentarse a la operación de David y el procedimiento fue llevado a cabo por su asistente. De forma inaudita, se suscitó una falla con el cauterizador eléctrico, un hecho que dejó el miembro de David totalmente chamuscado. Posteriormente el órgano pasó a un estado necrótico, pudriéndose en pocos días para finalmente desprenderse del cuerpo del pequeño.

El desarrollo de la cirugía de reconstrucción genital se encontraba en una fase muy prematura, lo que le auguraba pocas opciones al pequeño David. No obstante, sus padres se enteraron de la existencia de un médico en Baltimore, Estados Unidos cuya teoría defendía la inexistencia de una sexualidad innata, por consiguiente era posible cambiar la sexualidad del niño a través de una terapia de reorientación. John Money era un sexólogo con buena reputación, cuyas ideas sobre la superioridad de la influencia ambiental con respecto a la biológica le habían valido el reconocimiento dentro de los círculos ambientalistas de estudio de la Psicología. Money estaba convencido de que la educación determinaba la conducta de las personas.

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Cuando los padres de David decidieron solicitar un consejo a Money, este vio una oportunidad inigualable en el caso, ya que tendría a su disposición un voluntario para análisis y experimentos, David, y otro voluntario perfecto pare el control, Brian, con el que compararía las diferencias que surgirían según la educación recibida, pues estaba claro que a un nivel genético David y Brian eran prácticamente idénticos.

Money le aconsejó a la familia Reimer que David debía ser sometido a una operación de construcción de un conducto vaginal artificial, y que debía recibir una educación según su nuevo género: es decir, la educación que recibiría cualquier niña. A partir de aquí el pobre David pasó a ser llamado Brenda. Así, los preceptos que tenían que cumplir los padres eran muy sencillos: bastaba con tratar a Brenda como si fuera una niña y nunca mencionarle el asunto de su sexualidad artificial.

Los padres no tuvieron mejor idea que aceptar y ejecutar el plan. Sin embargo, Brenda odiaba los juguetes para niña como las muñecas, y acostumbraba a arrancarse y rasgar todos los vestidos. El temor de los padres era que algún día Brenda se diera cuenta de su verdadera sexualidad que no hacía nada más que aumentar, pero los problemas apenas y estaban comenzando. Conforme Brenda crecía, los efectos hormonales comenzaron a hacerse visibles, pese a su tratamiento de feminización con estrógenos. Así, comenzó a desarrollar una musculatura y estatura poco femeninas. Según cuenta su hermano Brian, el único rasgo distintivo entre ambos era la larga cabellera de Brenda, y partiendo de la inconsciencia de los niños, ya podemos imaginar la crueldad y el ridículo con que Brenda era tratada durante su etapa de estudiante.

Hermanos Reimer

Frecuentemente, los hermanos asistían a consulta con John Money para que su desarrollo fuera supervisado. Según relataron ambos hermanos tiempo después, la terapia del doctor Money tuvo consecuencias perturbadoras para ambos. En su biografía, David Reimer narra cómo el médico les mostraba imágenes de índole sexual, que eran, según Money, necesarias para reorientar su sexualidad. Uno de los episodios más estremecedores de las terapias, según lo relatado por David, sucedía cuando el Dr. Money les obligaba a despojarse de sus ropas contra la voluntad de los pequeños, y obligaba a Brenda a permanecer de rodillas mientras Brian realizaba movimientos y toques pseudo-sexuales contra el trasero de su hermana, en una escena que denominaban ensayo sexual. Brian nunca logró superar aquellos años. Sin embargo, el médico siempre negó estas prácticas.

Durante varios años, el Dr. Money se refirió al desarrollo de los Reimer como el caso “John / Johana”, describiéndolo como un caso exitoso del desarrollo del género femenino, y valiéndose de este supuesto triunfo para apoyar la viabilidad del cambio de sexo y de reconstrucción quirúrgica, aun en los casos de no intersexualidad.

Experimentos de la ciencia

La experiencia de los niños en sus visitas al Dr. Money era traumática, en lugar de terapéutica, y cuando él comenzó a presionar a los padres para que finalmente hicieran la cirugía de construcción de una vagina en Brenda, la familia decidió interrumpir las visitas de supervisión. Desde los 22 meses de vida y hasta sus primeros años como adolescente, David orinó a través de un orificio que los cirujanos hicieron en su abdomen.

Brenda fue creciendo y su vida deteriorándose progresivamente. Se negaba a tomar estrógenos y sus intentos de suicidio se convirtieron en un serio problema. Cuando el Dr. Money fue alejado de la familia su padre finalmente decidió contarle toda la verdad de su historia. Después de escuchar el relato, Brenda volvió a cambiar de sexo, se convirtió, de forma oficial, en un hombre nuevo, se inyectó testosterona, se realizó una mastectomía doble y dos operaciones de faloplastía.

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David incluso se casó años después con una mujer llamada Jane Fontaine y se convirtió en padrastro de tres hijos, pero poco tiempo después su historia se hizo pública, y terminó por perder su empleo y a su mujer. Poco años después, su hermano Brian se suicidó con una sobredosis de antidepresivos, según los informes, debido a una profunda culpabilidad que sentía por haber salido bien en la operación de circuncisión, y por los años de frustración viendo el sufrimiento de su hermano.

David tuvo una vida infeliz y miserable y no tenía por qué haber sido víctima de un sexólogo oportunista y demente. Si hay algo que podemos aprender de esta historia, es que el determinismo siempre debe ser cuestionable. Somos el resultado de un cúmulo de combinaciones, circunstancias y coincidencias que terminan por dar forma a nuestra manera de ser, y esta forma de ser no debe ser nunca un escenario donde personas ajenas se adjudiquen méritos o virtudes.

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La mañana del 5 de mayo de 2004, David se detuvo en el estacionamiento de un supermercado y cometió suicidio dándose un tiro en la cabeza con una escopeta recortada. Tenía tan sólo 38 años de edad.

http://asusta2.com.ar/2016/03/14/el-experimento-mas-polemico-de-la-psicologia/

La Necesidad del Adiestramiento Mental

ramiroMente

La persona es un ser de aprendizaje. De hecho aprendemos hasta que nuestros días acaban, o al menos podemos intentar hacerlo. Vamos aprendiendo y desaprendiendo, tomando y soltando. Es un proceso existencial e ineludible. Si no aprendemos más es porque nos estancamos, nos fosilizamos y nos dejamos ganar por los hábitos internos y externos. Tuvimos que aprender a caminar, hablar, leer y tantas otras cosas más. El aprendizaje no cesa y lo ideal es promoverlo en distintos órdenes para que nuestro cerebro no envejezca prematuramente y se vaya cristalizando.

La mente es entrenable y desarrollable, del mismo modo que las emociones pueden llegar a encauzarse y sanearse.

En el yoga al adiestramiento espiritual le denominamos Sadhana, término que quiere decir entrenamiento y que incumbe a la vida interior de la persona y su progreso espiritual. El sadhana es un conjunto muy nutrido de herramientas para elevar la consciencia, conocernos e irnos realizando. Sin sadhana es muy difícil mejorar la calidad de vida psíquica y liberar la mente de muchos de sus lastres y oscurecimientos.

Las técnicas para la realización de sí forman parte del sadhana. Las hay de muchas clases: las que hacen posible el trabajo consciente sobre el cuerpo (posturas de yoga, ejercicios de respirción consciente, la relajación profunda y otras), las que apuntan a la mente (meditación, concentración, visualización), las que indagan en la naturaleza porfunda de ser (autoindagación) o las que tratan de purificar el discernimiento para poder ver las cosas como realmente son y diferenciar entre lo ilusorio y lo real, lo adquirido en uno y lo esencial. Muchas de tales técnicas tratan de desarrollar la mente y poder adiestrar la percepción para que sea más directa, pura y penetrativa y revele lo que se oculta tras las apariencias.

También se proponen explorar otros ángulos de la mente más allá del solo conceptual o analítico. Se va obteniendo así otra manera de percibir y ser. El practicante trata de ir más allá de las formas o apariencias y conectar con el espacio más allá de las mismas. Mediante la introspección, por ejemplo, se trata de retirarse de la actividad sensorial, detener el discurso mental y vivirse en reveladora profundidad. El mantra, por ejemplo, es una técnica, asimismo, para mediante la palabra ir más allá de la palabra y establecerse en la mente quieta. El aspirante espiritual se sirve de la triple disciplina: la ética, la de concentración y la del cultivo de la Sabiduría, verbal y la corporal, así como de la triple autovigilancia: la mental, la verbal y la corporal. Se va aprendiendo a pensar y dejar de pensar. El pensamiento tiene su lugar pero es de corto alcance; más allá del pensamiento, hay otra manera de sentir y sentirse.

El sadhana es la disciplina para liberar la mente de ignorancia básica de sufrimiento inutil. Sin sadhana no hay avance, por mucho que hayan surgido gurús orientales y occidentales que digan desaprensivamente lo contrario o que hagan todo tipo de promesas falsas y vendan su producto asegurando que hay atajos para llegar al cielo. El sadhana es la garantía de que se puede prosperar, pero es que en cualquier disciplina la clave del éxito es la práctica asidua o motivado y regular adiestramiento. Como reza un antiguo adagio: «En el bloque de mármol está la escultura, pero hay que esculpirla».

Ramiro Calle
Centro Shadak

www.ramirocalle.com

Aida. La vida es cambio constante

La vida es un viaje maravilloso, pero no estático, estamos en constante cambio. Todo tiene un principio y un final y las cosas que ayer estaban, mañana puede que se esfumen de nuestro presente. Aceptar esta realidad nos permite vivir el aquí y ahora más tranquilamente, disfrutar de lo que tenemos entre manos, sin preocuparnos de si lo perderemos o no.

Es importantísimo aprender a cerrar etapas, capítulos o historias de nuestra vida porque precisamente eso es vivir: cambiar, renovarse y no permanecer en la dichosa -y ya famosa- zona de confort más  tiempo del necesario.

Cuando uno se queda anclado en una vida que no le está aportando nada por miedo al cambio, en realidad ya está dejando de vivir con plenitud.

El miedo a la incertidumbre

El cambio genera incertidumbre y esa incertidumbre nos da miedo. El ser humano tiene mucho deseo de control, pero como seres racionales que somos, es preciso aprender que la seguridad no existe, excepto en el caso de la muerte. Por mucho que intentemos controlar nuestro mundo, habrá ciertas situaciones o circunstancias que sucederán sin que lo esperemos y sin que tengamos ningún poder para modificarlas.

Por lo tanto, deja de intentar controlar, no puedes y te creará mucho malestar. Interioriza la idea, real y verdadera, de que las cosas pueden terminarse y eso estará bien porque es lo normal, forma parte de la vida.

Liberación de nuestros miedos

No quieras permanecer donde ya no hay que estar por miedo a la incertidumbre. Quizás hoy sufras por haber cerrado un capítulo, pero mañana te alegrarás y volverás a abrir otro y lo más seguro es que sea mucho mejor. Será mejor porque tú lo harás mejor, habrás aprendido de las anteriores etapas, habrás sacado conclusiones y habrás madurado como persona.

Tómate los recuerdos como lo que son e intenta no mezclarlos con sentimientos demasiado exagerados. Lo que se fue ya no volverá y no merece la pena darle vueltas. Ahora tienes ante ti una nueva etapa, para descubrir, para explorar, para conocerte mejor y sobre todo para apreciar y disfrutar.

Toda etapa encierra un placer, algo positivo, algo nuevo, nunca nada es totalmente malo, aunque ahora mismo no tengas la capacidad para darte cuenta de ello.

Si reflexionas fríamente, alejado de las emociones, verás que nada es totalmente bueno, ni totalmente malo. Si se acabó tu relación y te toca cerrar esa etapa, puedes pensar que quizá ahora puedas hacer cosas que antes con esa persona no podrías, o que has aprendido lo que no quieres en tu vida. Es cierto que las cosas buenas que tenías con esa persona también las perderás, pero como hemos comentado antes, vendrán otras cosas buenas a tu vida, se abrirás nuevas puertas, descubrirás nuevos caminos.

Todo cambia, todo pasa, todo se reinventa. Nosotros mismos también, evolucionamos como personas, no nos mantenemos estáticos. La persona que eramos ayer, no es la misma de ahora. Crecemos, maduramos, envejecemos y morimos; ese es el orden natural de las cosas y no tenemos que ir contra corriente ni intentar modificarlo, sino aceptarlo con serenidad.

¿Cómo desprenderse del miedo?

Deja de preguntarte el por qué de las cosas

¿Por qué tuvo que fallecer?, ¿por qué me dejó por otro?, ¿por qué se rompió?, ¿por qué me despidieron? Yo te pregunto: ¿Por qué te preguntras eso?, ¿acaso crees que se va a solucionar tu problema? ¡Qué más da!

El pasado, pasado está, déjalo ir, no te vayas a crear otro problema ni frustraciones innecesarias por averiguar el por qué. Quizás nunca sepas el por qué de nada y si lo sabes tampoco te va  servir para nada.

Revisa tu diálogo interno

No te digas cosas como “no es justo que esto termine”, “mi vida no tiene sentido después de mi ruptura”, etc. Son ideas falsas, exageradas y poco prácticas. Te adaptarás al cambio tarde o temprano, pero lo harás mucho antes si aprendes a manejar bien tusideas y pensamientos.

Para ello, tienes que cambiarlos por frases más realistas -que no positivas- hasta que comiences a creértelas y automatizarlas: “Puede que sea injusto que esto termine, pero la vida es injusta por definición. Podré soportarlo”, “El sentido de mi vida no depende de una persona en concreto, pues tengo más cosas de las que puedo disfrutar.”

Mujer con ojos azules

Despréndete de cosas que no te aportan nada, sin miedo

Tira lo viejo, borra fotos, rompe documentos, regala ropa, cambia de casa, de pareja o de trabajo… No te quedes anclado en donde no encajas ya mucho tiempo.

Empieza a construir desde tu presente y proyecta tu futuro. Eso que tu crees que necesitas y que es imprescindible para tu vida, en realidad no lo es. Imprescindible es comer, respirar, dormir, beber…lo demás es solo una rutina, una costumbre y el ser humano es capaz de acostumbrarse y de desacostumbrarse, de habituarse y deshabituarse… puedes hacerlo, ¡ponte a ello, sin miedo!, ¡no va a pasar nada terrible!

Intenta poner en marcha estos tres pasos y ganarás sabiduría, madurez, fortaleza y salud mental. Asume, abraza y acepta los cambios; hazlos parte de ti, de tu vida, de tu mundo.

Mira hacia adelante, como cuando vas conduciendo y nunca hacia atrás. El espejo retrovisor solo hay que mirarlo un instante, pero tenemos que conducir mirando hacia adelante, observando y aceptando lo que está llegando y lo que está por venir.

La Mente es Maravillosa

Aida. Madres e hijas: el vínculo que sana, el vínculo que hiere

madre e hija principal

Nuestras células se dividieron y desarrollaron al ritmo de los latidos de su corazón; nuestra piel, nuestro pelo, corazón, pulmones y huesos fueron alimentados por su sangre, sangre que estaba llena de las sustancias neuroquímicas formadas como respuesta a sus pensamientos, creencias y emociones. Si sentía miedo, ansiedad, nerviosismo, o se sentía muy desgraciada por el embarazo, nuestro cuerpo se enteró de eso; si se sentía segura, feliz y satisfecha, también lo notamos.

Christiane Northrup

Cada hija lleva consigo a su madre. Es un vínculo eterno del que nunca nos podremos desligar.  Porque, si algo debe quedarnos claro, es que siempre contendremos algo de nuestra madre.

Para tener salud y ser felices, cada una de nosotras tenemos que conocer de qué manera nuestra madre influyó en nuestra historia y cómo sigue haciéndolo. Ella es la que antes de nacer nos ofrece nuestra primera experiencia de cariño y de sustento. Y es a través de ella que comprendemos qué es ser mujer y cómo podemos cuidar o descuidar nuestro cuerpo.

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El legado que heredamos de nuestras madres

Christiane Northrup

Cualquier mujer, sea o no sea madre, lleva consigo las consecuencias de la relación que ha tenido con su progenitora. Si esta ha transmitido mensajes positivos acerca del cuerpo femenino y de la manera en la que hay que trabajarlo y cuidarlo, sus enseñanzas siempre formarán parte de una guía para su salud física y emocional.

Sin embargo, la influencia de una madre también puede resultar problemática cuando el papel que ejerce resulta tóxico debido a una actitud descuidada, celosa, chantajista o controladora.

Cuando conseguimos comprender los efectos que la crianza ha tenido en nosotras, comenzamos a estar dispuestas a comprendernos, a sanarnos, a ser capaces de asimilar lo que creemos de nuestro cuerpo o a explorar lo que consideramos posible conseguir en la vida.

La atención materna, un nutriente esencial para toda la vida

Cuando una cámara de televisión enfoca a alguien del público en un evento deportivo o cualquier otro acontecimiento… ¿Qué grita la gente generalmente? “¡¡Hola mamá!!”.

Casi todos nosotros tenemos la necesidad de ser vistos por nuestras madres, buscamos su aprobación. En origen, esta dependencia obedece a cuestiones biológicas, pues las necesitamos para subsistir durante muchos años; sin embargo, la necesidad de afecto y de aprobación se forja desde el minuto uno, desde que la miramos para ver si algo estamos haciendo bien o si somos merecedores de una caricia.

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Tal y como señala Northrup, el vínculo madre-hija está estratégicamente diseñado para ser una de las relaciones más positivas, comprensivas e íntimas que tendremos en la vida. Sin embargo, esto no siempre sucede así…

Con el paso de los años esta necesidad de aprobación puede volverse patológica, generando unas obligaciones emocionales que propiciarán que nuestra madre tenga el poder de nuestro bienestar durante toda o casi toda nuestra vida.

El hecho de que nuestra madre nos reconozca y nos acepte es una sed que tenemos que saciar, a pesar de que para ello tengamos que sufrir.  Esto supone una pérdida de independencia y de libertad que nos apaga y nos transforma.

¿Cómo comenzar a crecer como mujer y como hija?

No podemos escapar de ese vínculo, pues sea o no sea sano, manejará siempre de nuestro futuro a su antojo.

La decisión de crecer implica limpiar las heridas emocionales o cualquier cuestión que haya quedado inconclusa en la primera mitad de nuestra vida. Esta transición no es una tarea fácil, pues primero tenemos que detectar cuáles son las partes de la relación materno-filial que requieren de resolución y curación.

De ello depende nuestro sentimiento de valía presente y futuro. Esto sucede porque siempre hay una parte de nosotras que piensa que debemos darnos en exceso a nuestra familia o a nuestra pareja para ser merecedoras de amor.

La maternidad e incluso el amor de mujer siguen siendo sinónimos culturales de sacrificio en la mente colectiva. Esto supone que nuestras necesidades queden  siempre relegadas al cumplimiento o no de las de los demás. Como consecuencia, no nos dedicamos a cultivar nuestra mente de mujer, sino a moldearla al gusto de la sociedad en la que vivimos.

Las expectativas del mundo sobre nosotras pueden llegar a ser muy crueles. De hecho, yo hablaría de que constituyen un verdadero veneno que nos obliga a olvidar nuestra individualidad.

Esta son las razones que hacen tan necesaria la ruptura con la cadena del dolor y la sanación íntegra de nuestros vínculos, o los recuerdos que tenemos de ellos. Debemos percatarnos de que estos hace tiempo que se convirtieron en espirituales y, por lo tanto, nos toca hacer las paces con las rarezas con las que nos tocó vivir. Sean o no sean tan malas.
La Mente es Maravillosa

Aida. Cero parásitos

ObstaculosenelCamino

Cuando uno se pone a trabajar en cualquier cosa, en cualquier objetivo, por cualquier causa, con cualquier meta enfrente, aparecen obstáculos. Se hace inevitable. Algunos son parte del proceso de crecimiento, de aprendizaje, están puestos ahí por la vida, por los resultados de las diferentes elecciones que hemos hecho, por la manifestación de procesos energéticos generados con anterioridad. Otros vienen por las dinámicas del entorno en el que nos movemos, por las leyes de causalidad, causa-efecto de todo lo que se mueve en nuestro plano, y por las fuerzas invisibles qué, depende de lo que nos hayamos propuesto hacer, tratarán de bloquearnos el camino.

Pero otras veces esos obstáculos son cosas más tangibles, cosas cotidianas, mundanas, y de nuestro entorno, incluso creados por nosotros mismos, quienes, consciente o inconscientemente, vamos poniendo algunas piedrecillas en el camino. Estos “obstáculos” o elementos que nos restan energía y que no nos permiten avanzar cómo queremos los podemos denominar “parásitos” (pero nada que ver con el concepto de parásito o larva de las terapias de sanación) y son todas las posibles barreras que pudieran interponerse entre una persona y su objetivo final.

Cosas que nos consumen energía

Para entendernos, un parásito es una cosa que nos consume energía y que aún toleramos. Algo que depende de nosotros y que podríamos suprimir. El parásito puede ser algo sencillo que no nos molesta demasiado, cómo el hecho de tener cambiar una bombilla e ir dejándolo cada vez para el día siguiente o algo que nos agota cómo pueden ser relaciones complicadas con un colega pesimista y negativo, un trabajo realmente nefasto, etc.

Por ejemplo. Imaginaros un tubo de riego. Queréis regar el seto que se encuentra al fondo del jardín dónde tenéis unas rosas. Resulta que vuestro tubo está perforado. Aún más, cada día, nosotros y los demás, vamos haciendo nuevos agujeros en el tubo de riego a medida que se nos acumulan esas cosas que nos quitan la energía (el agua de la manguera). El tubo acaba por tener fugas, y, si no hacemos nada, cada día tiene más fugas. ¿Resultado? La presión disminuye cada vez más hasta tal punto que apenas llega agua para regar el seto dónde se encuentran las rosas.

El tubo somos nosotros, y las rosas nuestro objetivo, sea el que sea. En nuestra vida cuándo aceptamos esas fugas de agua, sufrimos pérdidas de energía casi constantemente. Por efecto acumulativo, este modo de funcionar acaba por consumir toda nuestra energía vital y apenas somos conscientes de ello. En estas situaciones, que las tenemos todos, uno tendría que intentar alcanzar un estado libre de “parásitos” de forma que:

– No dejemos escapar nuestra energía vital – Dejemos de sufrir con situaciones que podríamos cambiar – No toleremos las cosas sin reaccionar y seamos más proactivos – Pasemos a un estado de tolerancia cero, cero molestias, cero interferencias y una visión clara de hacia dónde vamos y que hacemos para llegar allí. – No permanezcamos pasivos frente a consumos de nuestra energía vital – Encontremos la forma de salir de los compromisos, de las explicaciones y de justificaciones para hacer cosas que no queremos hacer y que no nos permiten hacer lo que queremos de verdad.

Encontrando los parásitos

Para llegar a estar libre de parásitos primero uno tiene que hacer una lista de cosas que le consumen energía y de cosas que nos impiden en este momento ponernos a realizar aquellos cambios que sean necesarios para moverse en la dirección del objetivo a conseguir. ¿Necesitas tiempo para estudiar o aprender algo nuevo? Pues busca los parásitos que te quitan ese tiempo precioso y aprovéchalo para ejecutar acciones que nos muevan en la dirección a la que queremos ir. ¿Necesitas recursos para empezar a montar algo nuevo en nuestra vida? Averigua si hay algún obstáculo que te impida obtenerlos e intenta superarlo.

Una buena media, para empezar, sería identificar unas decenas de esos parásitos presentes actualmente en nuestra vida, por qué al final, cuándo empezamos a buscarlos, nos daremos rápidamente cuenta que son muchos, y que los encontramos en todos los ámbitos. Es importante hacer esta lista por escrito, apuntarlos tal y cómo van apareciendo, siendo creativos.

¿Dónde están esos parásitos?

Como ya podéis imaginar, están en todas las áreas de vida:

Relaciones profesionales: el entorno, nuestros jefes y compañeros, el transporte, el tiempo que invertimos en él, etc. Relaciones personales: familia, amigos, vecinos, reuniones obligadas, etc. Trabajo: nuestro despacho o espacio para trabajar, nuestras tareas, el entorno físico… Nuestro hogar: cosas que posponemos constantemente, una reorganización para tener más espacio, comprar una mesa para montar el primer despacho para trabajar desde casa, etc. El coche: llevarlo al taller, limpiarlo, , etc., El ordenador: una revisión de nuestros hábitos con la informática, las herramientas que necesitamos y nunca instalamos, el tiempo que perdemos sin hacer nada, etc. La economía: los problemas relacionados con el dinero, nuestra situación financiera, nuestros gastos… La salud: comida, ejercicio, ir al médico, etc.

Buscando la forma de eliminarlos

Para cada uno de esos parásitos que hemos identificado hemos de proponer una forma de deshacernos de ellos, o transformarlos de forma que no se conviertan en obstáculos o derrochadores de energía.

Esto se puede hacer bien arreglando, comprando, ejecutando, cambiando lo que sea, o bien hablando con la gente, adaptando las circunstancias, renunciando a cosas o diciendo que no a otras. Pero ojo. No se trata de pelearse con todo el mundo y poner nuestra vida y la de nuestra familia patas arriba. La eliminación de estos parásitos se puede hacer de forma natural, encontrando la forma de transformar una situación que no es de nuestro agrado en otra que nos evite una pérdida de energía, motivación y buen humor. Se impone el sentido común y la lógica de cada uno de nosotros para encontrar la forma que mejor nos va para proceder a la eliminación del parásito.

El objetivo es conseguir deshacernos con el tiempo de todo aquello que en estos momentos pueda ser una carga y una cadena que nos ata a una situación en la cual no queremos estar y nos impide ir recorriendo el camino hacia dónde queremos ir. No se trata de poner nuestra vida patas arriba. Se trata de pensar y evaluar con calma nuestra situación y planificar acciones que puedan hacernos soltar lastre, poco a poco, actualizando nuestra vida e integrando cada uno de los pasos que demos en nuestro ser. La idea, una vez más, es ir creciendo, ir evolucionando e ir cambiando lo que tenemos ahora por aquello a lo que queremos llegar.

un abrazo,
David Topí

¿Sabías que la inteligencia se hereda de la madre?

Las personas inteligentes deben agradecerles a sus madres ya que, según la ciencia, son ellas las encargadas de transmitirle los genes relacionados con la inteligencia. Por tanto, quizá los estereotipos de género que hemos arrastrado a lo largo de tantos siglos estén a punto de dar un vuelco radical. Las madres solteras que quieran tener un hijo inteligente no necesitan buscar a un Premio Nobel en un banco de esperma y es probable que los hombres comiencen a encontrar en la inteligencia de las mujeres su mayor atractivo.
En la base de esta idea se encuentra lo que se conoce como “genes condicionados”, los cuales se comportan de manera diferente según su origen. En práctica, estos genes tienen una especie de etiqueta bioquímica que permite rastrear su origen e incluso desvela si son activos o no dentro de las células de la descendencia. Curiosamente, algunos de esos genes condicionados solo funcionan si provienen de la madre. Si ese mismo gen se hereda del padre, es silenciado. Obviamente, otros genes funcionan de manera contraria; es decir, solo se activan si provienen del padre.

Las células de la madre se dirigen a la corteza cerebral, las del padre al sistema límbico

Sabemos que la inteligencia tiene un componente hereditario, pero hasta hace poco se pensaba que este dependía tanto del padre como de la madre. Sin embargo, diferentes investigaciones desvelan que los niños tienen mayores probabilidades de heredar la inteligencia de su madre ya que los genes de la inteligencia se encuentran en el cromosoma X.
Una de las investigaciones pioneras en este ámbito se realizó en el año 1984, en la Universidad de Cambridge. Este estudio analizó la coevolución del cerebro y el condicionamiento del genoma, para concluir que los genes maternos contribuyen en mayor medida al desarrollo de los centros de pensamiento del cerebro.
En aquel estudio los investigadores crearon unos embriones de ratones especiales que tenían únicamente los genes de la madre o los del padre. Sin embargo, cuando llegó el momento de trasladarlos al vientre de un ratón, los embriones murieron. Así fue como se descubrió que existían genes condicionados que se activaban solo cuando eran heredados de la madre y que son vitales para el desarrollo adecuado del embrión. Al contrario, el legado genético del padre es esencial para el crecimiento de los tejidos que más tarde forman la placenta.
En aquel momento los investigadores hipotetizaron que si esos genes eran tan importantes para el desarrollo del embrión, era probable que también desempeñaran funciones relevantes en la vida de los animales y las personas, quizá incluso podrían determinar algunas funciones cerebrales. El problema era cómo demostrar esa idea ya que los embriones con genes de un solo progenitor morían rápidamente.
Los investigadores encontraron la solución: descubrieron que los embriones podían sobrevivir si mantenían las células embrionarias normales y manipulaban el resto. Así crearon diferentes ratones manipulados genéticamente que, asombrosamente, no se desarrollaron de la misma forma.
Los que tenían una dosis extra de genes maternos desarrollaron una cabeza y un cerebro muy grande, pero tenían cuerpos pequeños. Al contrario, los que tenían una dosis extra de genes paternos tenían cerebros pequeños y cuerpos grandes.
Al profundizar en estas diferencias los investigadores identificaron células que solo contenían genes maternos o genes paternos en seis partes diferentes del cerebro que controlaban distintas funciones cognitivas, desde los hábitos alimenticios hasta la memoria.
En práctica, durante los primeros días de desarrollo del embrión, cualquier célula puede aparecer en cualquier parte del cerebro, pero a medida que los embriones maduran y crecen, las células que tenían los genes paternos se acumulaban en algunas zonas del cerebro emocional: el hipotálamo, la amígdala, la zona preóptica y el septum. Estas áreas forman parte del sistema límbico, que es el encargado de garantizar nuestra supervivencia y está involucrado en funciones como el sexo, la alimentación y la agresividad. Sin embargo, los investigadores no encontraron ninguna célula de los padres en la corteza cerebral, que es donde se desarrollan las funciones cognitivas más avanzadas, como la inteligencia, el pensamiento, el lenguaje y la planificación.

Nuevos estudios, nuevas luces

Por supuesto, los científicos han continuado investigando esta teoría. Años más tarde, Robert Lehrke desveló que gran parte de la inteligencia de los bebés depende del cromosoma X. Además, demostró que como las mujeres tienen dos cromosomas X, tienen el doble de probabilidades de heredar las características vinculadas a la inteligencia.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Ulm en Alemania estudiaron los genes involucrados en los daños cerebrales y descubrieron que muchos de ellos, sobre todo los que están relacionados con las habilidades cognitivas, se encontraban en el cromosoma X. De hecho, no es casualidad que la discapacidad mental sea un 30% más común en el género masculino.
Sin embargo, quizá uno de los resultados más interesantes en este sentido proviene de un análisis longitudinal llevado a cabo en el Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit de Estados Unidos. En este estudio se entrevistaron anualmente desde el año 1994 a 12.686 jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 22 años. Los investigadores tuvieron en cuenta diferentes factores, desde el color de la piel y la educación hasta el nivel socioeconómico. Así descubrieron que el mejor predictor de la inteligencia era el C.I. de la madre. De hecho, el C.I. de los jóvenes se apartaba tan solo una media de 15 puntos del de sus madres.

La genética no es la única responsable

Si nos apartamos del ámbito genético, también podemos hallar otros estudios que desvelan que la madre desempeña un rol importante en el desarrollo intelectual de sus hijos, a través del contacto físico y emocional. De hecho, algunos estudios apuntan que el apego seguro está íntimamente vinculado a la inteligencia.
Investigadores de la Universidad de Minnesota, por ejemplo, encontraron que los niños que han desarrollado un apego seguro con sus madres desarrollan un juego simbólico más complejo a la temprana edad de dos años, son más perseverantes y muestran menos frustración durante la resolución de problemas.
Esto se debe a que el apego seguro les brinda a los niños la seguridad necesaria para explorar y la confianza suficiente como para resolver problemas sin desanimarse. Por otra parte, estas madres también les suelen proporcionar a los niños diferentes niveles de ayuda en la resolución de problemas, los cuales contribuyen a estimular aún más sus potencialidades.

La importancia de la relación afectiva para el desarrollo del cerebro ha sido demostrada por investigadores de la Universidad de Washington, quienes desvelaron por primera vez que un apego seguro y el amor de las madres es fundamental para el crecimiento de algunas partes del cerebro. Estos investigadores analizaron durante 7 años la forma de relacionarse de las madres con sus hijos y descubrieron que cuando estas apoyaban emocionalmente a los niños y satisfacían adecuadamente sus necesidades intelectuales y emocionales, a los 13 años el hipocampo de estos pequeños era un 10% mayor que el de los niños que tenían madres distantes emocionalmente. Vale aclarar que el hipocampo es una zona del cerebro vinculada con la memoria, el aprendizaje y la respuesta ante el estrés.

¿Podemos hablar realmente de inteligencia heredada?

Se estima que entre un 40-60% de la inteligencia es heredada. Esto significa que el porcentaje restante depende del entorno y la estimulación. De hecho, la inteligencia no es más que la capacidad para resolver problemas. Sin embargo, lo curioso es que para resolver problemas, incluso un problema matemático o físico, también entra en juego el sistema límbico pues nuestro cerebro funciona como un todo. Por tanto, aunque la inteligencia es una función que está íntimamente relacionada con el pensamiento racional, también influye la intuición y las emociones, que genéticamente hablando, es el punto en el que entra la contribución del padre.
Por otra parte, no debemos olvidar que aunque un niño tenga un elevado C.I., es necesario estimular esa inteligencia y alimentarla a lo largo de la vida con nuevos retos que representen un desafío constante. De lo contrario, la inteligencia se estancará.
Más allá de lo que afirme la genética, los padres no se deben desanimar porque también pueden contribuir mucho al desarrollo de sus hijos, sobre todo estando disponibles emocionalmente y convirtiéndose en su modelo. El C.I. con el que nacemos es importante, pero no determinante.
Fuentes:
Luby, J. L. et. Al. (2012) Maternal support in early childhood predicts larger hippocampal volumes at school age. Journal of Proceedings of the National Academy of Sciences; 109(8): 2854–2859.
Der, G. et. Al. (2006) Effect of breast feeding on intelligence in children: prospective study, sibling pairs analysis, and meta-analysis. BMJ; 333(7575): 945.
Zechner, U. et. Al. (2001) A high density of X-linked genes for general cognitive ability: a run-away process shaping human evolution? Trends Genet; 17(12): 697-701.
Keverne, E. B.; Surani, M. A. et. Al. (2004) Coadaptation in mother and infant regulated by a paternally expressed imprinted gene. Proc Biol Sci.; 271(1545): 1303–1309.
Vines, G. (1997) Mamá, gracias por la inteligencia. El Mundo; 253.
Keverne, E. B.; Surani, M. A. et. Al. (1996) Genomic imprinting and the differential roles of parental genomes in brain development. Brain Res Dev Brain Res; 92(1): 91-100.
Keverne, E. B. et. Al. (1996) Primate brain evolution, genetic and functional considerations. Proc. R. Soc. Lond. (Biol); 264: 1-8.
Matas, L.; Arend, R. A. & Sroufe, L. A. (1978) Continuity of adaptation in the second year The relationship between quahty of attachment and later competence. Child Development; 49: 547-556.

Rincón de la Psicología

4 claves para dejar de quejarse

¡Cuántas veces hemos escuchado a ciertas personas quejarse una y otra vez, con motivo o sin él, de lo difícil que es su vida, de lo duro y complicado que es salir a luchar cada día y de la mala suerte que han tenido!
La queja es, sin lugar a dudas, la madre de los problemas emocionales que actualmente tenemos. Seguramente, si dejásemos de quejarnos tanto por aquello que no funciona como nos gustaría y nos fijásemos más en todo lo que tenemos para disfrutar y ser felices, no estaríamos tan amargados. Vivimos en la era en la que más cosas y facilidades tenemos pero en la que la gente es más infeliz.

Nos hemos acostumbrado a necesitar cada vez más y a hacer un drama cuando esa necesidad inventada no se ve cumplida. Y en consecuencia nos quejamos una vez y otra vez sin llegar a ninguna salida, pues quejarse no sirve para nada más que para hundirnos más en la amargura.

¿CÓMO SON LAS PERSONAS QUEJICAS?

Negativizan todo, incluso lo positivo

Las personas protestonas nunca están contentas con nada. Desean algo, se quejan si no lo tienen y cuando lo tienen se vuelven a quejar.
Aunque la situación que vivan sea positiva o hayan conseguido grandes logros personales o profesionales, siempre tendrán en la boca la coletilla “Si, pero…”. Esta actitud al final hace que nunca disfruten de nada y que se amarguen a sí mismos y al resto de la humanidad con su toxicidad.

No buscan soluciones

Es mucho más fácil despotricar, criticar o dilapidar lo que no ha salido como me habría gustado, que buscar soluciones para modificar lo que se pueda modificar. Buscar soluciones a los problemas implica dejar de caer en el victimismo y empezar a luchar por aquello que quieres, lo que conlleva un esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a hacer.

Son chismosos y criticones

Las personas quejicas son, normalmente, criticones con los demás y con las circunstancias de su vida y esto es producto de su propia infelicidad y carencias. Recordemos que siempre criticamos de los demás, nuestros propios defectos.
Seguramente, el problema no esté ni en el criticado ni en el hecho que le está sucediendo, sino en ellos mismos, que no saben apreciar ni valorar las cosas buenas de los demás y de la vida en general. Su atención está plenamente enfocada en lo que ellos consideran como negativo, sin ser capaces de ver el lado positivo que todo tiene.

No aceptan que hay cosas que no se pueden cambiar

Para las personas criticonas, la aceptación no existe en sus vidas. No pueden tolerar que las cosas no salgan como ellos quieren y se dicen a sí mismos que ¡es insoportable, intolerable o desastroso que el mundo funcione como funciona!
El resultado es un empeoramiento de los problemas sin lograr hallar, evidentemente, ninguna solución al respecto y provocándose una ansiedad y sufrimiento importantes. La queja acabará cuando la persona se sienta cansada o aburrida de quejarse y vea que, aparte de una gran irritación, no obtiene nada con ello.
Para dejar de quejarse en primer lugar hay que reconocer que lo hacemos. Y a continuación puedes poner en marcha los siguientes consejos:
  • Deja de juzgarlo todo: Tú no eres juez de nada ni de nadie, por lo tanto, lo más inteligente y sensato es tener la boca cerrada de vez en cuando y adaptarte a las circunstancias. Además, antes de juzgar, mírate al espejo: tú tampoco eres perfecto.
  • Promueve la aceptación en tu vida: La aceptación es un bálsamo para conseguir la paz interior y la salud mental. Si nos damos cuenta de que hay diversas situaciones, personas o hechos sobre los que no tenemos ningún poder y control, aprenderemos a dejar de tener expectativas y a aceptarlo todo, tal y como viene.
  • Stop a los pensamientos negativos: las palabras son el producto de nuestros pensamientos, de lo que nos decimos a nosotros mismos. Si sabemos combatir las ideas negativas e irracionales, será muy difícil caer en el victimismo, las críticas y la queja continua.
  • (Fuente: La mente es maravillosa)

 

http://entrenandoapapas.blogspot.com.es/2016/03/4-claves-para-dejar-de-quejarse.html

Di lo que te molesta cuando te moleste, no esperes a que sea demasiado tarde

Normalmente, cuando algo me molesta, irrita o daña, lo digo inmediatamente. Expresar esa incomodidad me permite liberarme de ella, al menos en parte. Al contrario, si lo callo, termino sintiéndome doblemente molesta.
Obviamente, todas las personas no reaccionan de la misma manera. Hay quienes prefieren callar. Sin embargo, lo cierto es que el mejor momento para indicar que algo te molesta es ahora mismo. Si esperas, quizá será demasiado tarde y termines recriminándote por lo que no dijiste o dejaste de hacer, encerrándote en un bucle de pensamientos recursivos que te harán daño.
 

¿Por qué es importante expresar nuestra incomodidad inmediatamente?

 
– Porque nadie debe hacernos sentir mal. Si alguien traspasa nuestros límites y nos hace sentir mal, no debemos permitir que siga ocurriendo. De hecho, cuanto antes tomemos cartas en el asunto mejor porque así no echaremos leña al fuego de las emociones negativas. Recuerda que nadie puede hacerte daño sin tu consentimiento, no se lo des.
– Porque es importante hacer valer nuestros derechos. Todos tenemos unos derechos elementales, y los demás no deben pisotearlos. Si una persona nos ignora sin motivo, se comporta de manera agresiva o nos humilla, tenemos el derecho a detenerla.
 
– Porque es la forma más rápida de solucionar un problema. Un refrán antiguo dice que “cuando se cae el burro, se le dan los palos”. Cuando indicamos un comportamiento que nos incomoda, el asunto normalmente no tiene mayor trascendencia, se soluciona y termina ahí. Al contrario, si callamos pero seguimos ofendidos, seguiremos acarreando ese problema con nosotros.
Recuerda que todo aquello que nos molesta y callamos termina acumulándose en nuestro interior. Si en una relación tragamos un trago amargo detrás de otro, la rabia y la frustración terminarán estallando en el momento más inapropiado y nos harán decir o hacer cosas de las que nos arrepintamos.

La capacidad de autoafirmarse sin herir a los demás

La asertividad es una capacidad que nos permite autoafirmarnos sin dañar a los demás. Cuando somos asertivos logramos defender nuestros derechos y expresar lo que sentimos sin herir los sentimientos de las personas que nos rodean. Se trata de defender nuestro espacio, respetando a la vez el espacio ajeno.
El principal problema es que cuando algo nos molesta, inmediatamente nos irritamos, nos enfadamos o nos sentimos frustrados. Entonces dejamos que sean esas emociones las que hablen por nosotros y, al reclamar nuestros derechos, terminamos agrediendo a los demás. En vez de autoafirmarnos, terminamos atacando. Y ese no es el objetivo.
Por eso, cuando algo nos molesta, irrita o daña, debemos intentar ser lo más asertivos posible. Da un paso atrás, metafóricamente hablando, e intenta desligarte de tus emociones y convertirte en un observador externo. Solo entonces puedes expresar lo que no te gusta.
Por ejemplo, puedes decir: “No me gusta que me grites, me hace sentir incómodo. Creo que nos entenderíamos mejor si bajases la voz”. De esta manera no solo expresas tu incomodidad sino que también brindas una solución.
Cuando te conduces con ecuanimidad, la otra persona se da cuenta de que ha traspasado ciertos límites. De hecho, es probable que lo haya hecho sin darse cuenta. Pero si te irritas y le gritas, solo lograrás que la situación degenere rápidamente.

5 reglas para expresar lo que te incomoda

 
1. Usa expresiones que denoten tu forma de sentir, como “quiero”, “me gusta” o “me siento”. De esta forma logras establecer un vínculo emocional más profundo con la otra persona. Por ejemplo, en vez de decir: “estoy harto de que me grites”, puedes decir: “no me gusta que me grites, cuando lo haces me siento mal”.
2. Reconoce lo positivo de tu interlocutor. No se trata de elogiarle porque sí, pero puedes resaltar alguna cualidad positiva, así lograrás que sea más receptivo a tu mensaje. Por ejemplo, puedes decirle: “Normalmente eres una persona muy tranquila, pero ahora me estás gritando”.
3. No uses reproches, ironías ni desprecios. Si quieres que los demás respeten tus derechos, también tú debes respetarlos. Eso significa que debemos tratar a los otros como nos gustarían que nos trataran. No recurras a la humillación, las recriminaciones y el sarcasmo para herir a tu interlocutor. Son golpes bajos que no te hacen mejor persona y no conducen a ninguna parte.
4. Sé conciso. Muchas personas tienen miedo a perder la aprobación de los demás, por lo que terminan dando vueltas sobre el asunto y, al final, no logran su cometido. Si algo te molesta, preocupa o inquieta, clarifícalo inmediatamente. No tengas miedo a expresar tu opinión. De hecho, es mejor que seas directo para que no des pie a malos entendidos. Por ejemplo, en vez de decir: “siempre te comportas así” puedes ser más específico: “me molesta que me grites”. Recuerda que no se trata de atacar a la persona sino de señalar un comportamiento o actitud que no te agrada.
5. Brinda una solución. En muchas ocasiones expresamos cómo nos sentimos pero no somos capaces de vislumbrar una vía de escape, por lo que el problema se queda en un callejón sin salida. De hecho, debemos tener en cuenta que es probable que nuestro interlocutor también se sienta agobiado o frustrado. Por eso, cada vez que indiquemos algo que nos molesta, sería conveniente proponer una solución, indicar otra forma de hacer las cosas. Por ejemplo, puedes decir: “No me gusta que me grites. Te propongo dar un paseo y hablar tranquilamente”.

Rincón de la Psicología

Aida. Si alimentamos a los niños de amor, los miedos morirán de hambre

amor niños

Lo más interesante de asumir la educación emocional de nuestros niños es que a través de ella cambiamos la química de sus cerebros; o, lo que es lo mismo, les estamos ofreciendo la posibilidad de controlar su biología.

La influencia negativa y penetrante de los medios de comunicación, las prácticas educativas poco acertadas o la falta de respeto hacia las escuelas o hacia la sociedad están mermando las capacidades emocionales de nuestros niños.

Podemos aceptar que es inevitable que cierto tipo de cambios sociales ocurran, pero lo que tenemos en nuestras manos son herramientas para potenciar su salud emocional. ¿Qué podemos hacer? En realidad es muy sencillo, véamoslo…

Niños viendo un atardecer

Que una sonrisa le sirva de paraguas

Sabiendo que la serotonina es la hormona principal en la regulación de nuestro estado de ánimo, podemos ayudar a nuestro cerebro a producirla de una manera natural. Para regularla basta con mantener una dieta saludable, dormir las horas adecuadas o hacer ejercicio de manera habitual.

Es decir, que para una correcta salud emocional, debemos implementar en su vida diaria hábitos saludables. De esta manera, lograremos que su cerebro se encuentre en las condiciones óptimas para evitar las sobrecargas de energía que se derivan del estrés y de los miedos.

Cabe apuntar, como curiosidad, que investigadores destacados señalan que decirles a nuestros niños que sonrían y que las cosas irán mejor es verdaderamente útil. De hecho, a la luz de los datos, los seres humanos podemos equilibrar nuestros niveles de serotonina con una simple sonrisa.

Cuando sonreímos nuestros músculos faciales se contraen, lo que hace que disminuya el flujo sanguíneo de los vasos cercanos. Esto, a su vez, provoca que se enfríe la sangre, por lo que disminuye la temperatura de la corteza cerebral, lo que tiene como consecuencia la producción de serotonina.

Me gusta como soy

Jugar es el trabajo de los niños  

Lo que hemos comentado hasta ahora viene a confirmar la idea de que las cosas pequeñas son importantes. Pero si de alguna manera podemos articular el aprendizaje emocional infantil es a través del juego.

La mejor forma de enseñarles habilidades que les permitan gestionar sus emociones es a través del juego, pues lograremos brindarles la oportunidad de aprender y practicar nuevas maneras de sentir, de pensar y de actuar.

Además, podemos convertirnos en parte integral del proceso de aprendizaje emocional de una manera tremendamente eficiente.De hecho, una vez que introduzcamos una dinámica atractiva, la curiosidad y la repetición que el niño solicita de algo que le divierte harán el resto del trabajo.

Por ejemplo, cuando un niño o niña se enfrenta a un miedo es bueno ayudarle a que se sienta identificado con un personaje de ficción al que admire. De esta manera, podemos jugar con él o ella a que se imagine qué haría su ídolo en su lugar cuando se enfrente a una situación complicada.

Si articulamos una serie de juegos de este tipo o de otros como las marionetas, la relajación o la exploración corporal, lograremos que el niño adquiera las habilidades necesarias para gestionar sus emociones.

Esto supondrá, además, un grato autorreconocimiento, el cual fomentará su interés por trabajar aspectos de los que todavía no alcanza a comprender la complejidad.  Gracias a ello fomentaremos el desarrollo de una autoestima saludable basada en el autorrespecto y en la consecución real y propia de sus logros.

Niña viendo la ciudad desde la ventana

Claves para aumentar sus habilidades emocionales

Como hemos dicho antes, a veces es muy sencillo lograr que nuestros niños crezcan de manera equilibrada. Así, basta con los alimentemos de amor para que sus miedos y sus problemas emocionales se mueran de hambre. Veamos a continuación cómo podemos hacerlo en 3 sencillos pasos…

1. Ofreciéndoles un hogar, un lugar en el que se sientan protegidos y arropados

Un hogar se crea de emociones que parten de las personas que lo componen. No vale de nada que tengan cientos de juguetes en su habitación si no compartimos con ellos nuestro amor a través de gestos de cariño y de cuidado.

2. Háblales de manera cariñosa

Cuando los niños hacen algo mal o se comportan de manera agresiva solemos emplear estrategias de rechazo hacia su persona. Esto es algo así como decirles “ya no te quiero” o “qué malo eres”; sin embargo, de esta manera no les hacemos ver que lo que está mal es lo que han hecho (o sea, su comportamiento) y no su propia valía.

Por esta razón, el mensaje que debemos transmitirles sería del tipo “no está bien lo que has hecho” , sin mermen su autoestima ni poner en duda nuestros sentimientos hacia ellos.

3. Regalándoles nuestro tiempo, nuestro interés y el deseo de disfrutar los desafíos que nos proponen.

Lo que nuestros niños ven en nosotros no lo ven en nadie más. Ni siquiera alcanzan a imaginarlo. Por ello, es indispensable regalarles todo de nosotros y ofrecerles una visión de su mundo cálida e incondicional.

La Mente es Maravillosa

Os enseñamos 9 formas en que podríamos, ahora mismo, dejar de cooperar con el sistema

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Marx dijo que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero tal vez las cosas se presentan de muy distinta manera. Puede ser que las revoluciones sean el acto por el cual la humanidad que viaja en tren aplica los frenos de emergencia.
Walter Benjamin, Tesis sobre la historia (apuntes, notas y variantes)

Es posible que en ninguna otra época de la humanidad más que en esta en que ahora vivimos la sensación de crisis haya estado tan presente y haya sido, paradójicamente, tan constante. Esta última característica es contradictoria porque, en una acepción elemental, las crisis serían los puntos de quiebre de un proceso, momentos de inflexión en un desarrollo dado que, justamente por eso, tienen el carácter de extraordinario, fuera de lo normal o lo habitual, súbito incluso. Vivir en una crisis sostenida parece, entonces, un contrasentido, acaso incluso un absurdo, sin embargo…
¿Es posible vivir de otra manera? La respuesta a esta pregunta es sencilla, pues de algún modo es binaria: Sí o No. Como en el famoso topoema de Octavio Paz, estas dos palabras, que son posibilidades, se nos presentan como los escenarios potenciales de múltiples formas de vida que aun en esa diversidad innegable, pueden tener un denominador común: la cooperación o la resistencia. ¿Con qué? En pocas palabras, con el sistema que nos mantiene en crisis perpetua, con este horizonte de posibilidades esencialmente económicas que funciona sobre la base de la acumulación de la riqueza, la explotación del trabajo y la consecuente desigualdad económica. Cooperación o resistencia.
A continuación compartimos 9 puntos orientados a dejar de cooperar en esa forma de vida y, a cambio, resistir, no vana, adolescentemente, sino como el primer paso que conduzca a la construcción de otro modo de ser y estar en el mundo.

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1. Cuestiona

En la filosofía occidental, uno de los principios vivificantes fundamentales ha sido la duda, esa operación de la inteligencia por medio de la cual nos preguntamos si eso que vemos, escuchamos o creemos entender es cierto, verdadero, real, si acaso no se trata de un mensaje que podríamos tomar en otro sentido. El cuestionamiento es notablemente útil cuando lo aplicamos a aquello que parece más evidente, más normal. La duda, por otro lado, no es meramente teórica, también puede dar paso a su correlato práctico, de acción política. Descartes puede ser uno de los mejores ejemplos a este respecto: comenzó dudando, pero de ahí pasó a estructurar todo un sistema de pensamiento que, dio pie a buena parte de la manera en que ahora aprehendemos la realidad (esa fue su acción política, en el sentido amplio de este término). La sociedad funciona en buena medida sobre narrativas que otros construyen y que otros más sólo llegan a habitar. ¿Cuál es la tuya? ¿Es netamente tuya o de qué fragmentos está hecha?

2. Desconéctate

Actualmente, el binomio conectar/desconectar es uno de los más presentes en nuestro actuar cotidiano, aunque quizá no con tanto dinamismo como tal vez suponemos. Es posible, en efecto, que muchos de nosotros más bien estemos de continuo conectados y sólo muy de vez en cuando, acaso nunca, nos desconectemos realmente. Tu teléfono móvil, tu trabajo, relaciones personales y sociales que te mantienen en el statu quo, etc. Romper con eso es, en cierta forma, romper también con el miedo, atravesar una membrana, quizá incluso dar un salto en el vacío, ¿pero no sería esto deseable al saber que del otro lado nos espera la construcción gradual de nuestra propia libertad?

 

3. Evita la distracción

Desde que el poder comenzó a conformarse como tal –es decir, como un elemento que posibilita la sujeción de la mayoría en manos de una minoría, sus detentores encontraron en el entretenimiento un medio efectivo para evitar que la muchedumbre cuestionara la legitimidad de su autoridad. La famosa locución latina panem et circenses (original del poeta romano Juvenal) condensó para la historia este método de control sobre las masas y los individuos. En nuestra época ese circo es permanente, lo tenemos literalmente al alcance de la mano y siempre ante nuestros ojos, en la multitud de pantallas que se iteran infinitamente adondequiera que miremos. La “sociedad del espectáculo” que conceptualizó el situacionista francés Guy Debord es hoy más vigente que nunca: por todos lados se nos ofrece un “espectáculo” que consumir, el cual, además, se presenta bajo el aura de lo urgente, lo necesario, lo imperdible. Todo, además, es susceptible de recibir dicho tratamiento espectacular: desde miles o millones de videos de YouTube con personas semidesnudas echándose un balde lleno de hielos hasta la manera en que el presidente de un país usa unos calcetines. Pero si a esto que es banal se da el trato de importante, ¿de qué nos están distrayendo? ¿Qué es lo que realmente está pasando?

La usura de los bancos

4. No votes por ningún partido político

A pesar de sus lineamientos y sus programas, sus discursos, sus promesas y sus supuestas ideologías, los partidos políticos no son otra cosa que engranajes del mismo sistema. Es cierto: el acercamiento a la realidad de un partido de derecha y de otro de izquierda puede ser diferente, pero al final, en un sentido estructural, ninguno buscará cambiar realmente el estado de las cosas. ¿Por qué? Simple: porque hacerlo significaría su propia desaparición. Los partidos políticos son parte de esa minoría que no hace otra cosa más que repartirse el poder, participar en ese juego de suma cero en que ganar algo significa quitarle a otro la posibilidad de tenerlo. La alternativa, en este sentido, es la autoorganización, la convivencia política cotidiana entre pares, no bajo la sumisión de un politburó.

5. Aprende a discernir

“Ningún hombre es una isla”, escribió atinadamente John Donne. Nadie puede vivir aislado y, en efecto, la comunicación es un impulso natural del ser humano, gregario por esencia. Esto, sin embargo, no significa que no podamos elegir con quién juntarnos, por decirlo de alguna manera. Todos los medios masivos de comunicación tienen su propia agenda, sus intereses corporativos y de grupo. Infórmate sobre éstos. Consulta una noticia importante en distintas fuentes y date cuenta de las diferencias con las que se presenta la información. La palabra “manifestantes” no tiene las mismas implicaciones que “inconformes” o “vándalos”, con todo, distintos medios pueden usarlas para contar el mismo hecho. En casi todos los casos, los grandes consorcios de medios apuestan por la conservación del statu quo, lo cual implica que sean aliados de las clases dominantes, que perpetúen el discurso hegemónico, que releguen a las minorías, etc. Leer no es únicamente repasar palabras o imágenes para aprender uno de sus significados, sino distinguir también eso que se encuentra entre líneas.

 6. No formes parte de ningún ejército

En pleno siglo XXI, más de 500 años después de las utopías optimistas del Renacimiento, el ser humano continúa viviendo en guerra. La industria de las armas es una de las más rentables de nuestro tiempo y todos los días ocurre en el mundo un acto violento relacionado con su mercancía de muerte. Millones de personas enlistadas, muriendo y matándose con el único propósito último que ni siquiera le concierne a ellas, sino a las personas en el poder: preservar el statu quo. Este punto, sin embargo, también tiene un sentido metafórico. ¿No somos también un ejército de consumidores que se encaminan voluntariamente a la compra desenfrenada de cuanto artilugio se encuentra en el mercado? ¿No hay otro tipo de ejércitos no necesariamente provistos de armas de fuego que también guerrean por el sistema y defienden sus causas?

7. Es tu salud, cuídala tú (no la industria farmacéutica)

Estamos vivos: enfermarnos es inevitable. Con todo, ello no implica que abdiquemos de la responsabilidad de nuestra propia salud para cedérsela a la poderosa industria de los fármacos, que ha convertido el decaimiento natural de nuestro cuerpo en su propio negocio. Cuida tu alimentación, realiza cotidianamente alguna actividad física, cultiva tus relaciones personales, cuando sea posible opta por alternativas tradicionales y naturales de sanación (que, por otro lado, en muchos casos son antiquísimas: el ser humano no siempre se “curó” con medicinas), no creas todo lo que te dice la industria farmacéutica. En una palabra: hazte cargo de tu cuerpo (y tu espíritu).

8. Evita los alimentos industrializados

La guía más sencilla a este respecto la dio recientemente el nutriólogo Michael Pollan en una sola línea: “Si viene de una planta, cómelo; si fue hecho en una planta, evítalo”. La industrialización de los alimentos conlleva el añadido de peligrosos componentes que les permiten durar más (conservadores), tener un aspecto más atractivo (colorantes artificiales) o un gusto distintivo (saborizantes) e incluso resultar de una producción más rentable (organismos genéticamente modificados). Sin embargo, la consecuencia no dicha de este proceder es que esos aditivos empleados pueden resultar tóxicos en el largo plazo para el ser humano, provocar enfermedades terribles como el cáncer, volvernos adictos a una sustancia (el azúcar o el glutamato monosódico, por ejemplo), etc. En suma, trastornar nuestro cuerpo. Antes recomendamos cuidar tu alimentación, pero quizá sería mejor precisar eso en “atiende tu alimentación”: pon atención en qué estás llevando al interior de tu cuerpo, con qué lo estás haciendo vivir. ¿Regarías una planta diaria y exclusivamente con una bebida gaseosa altamente azucarada? ¿Se la darías de beber a tu perro? ¿Por qué lo haces contigo?

9. Deja de consumir

Este es quizá el punto menos sencillo de todos. Estamos inmersos en un sistema que en un siglo ha convertido el consumo en una de las etapas fundamentales de su dinámica de funcionamiento. El consumo ha adquirido tal importancia que prácticamente se encuentra en todas las acciones posibles de nuestro actuar: consumimos información, alimentos, mercancías, estímulos e incluso las relaciones personales, las emociones y los sentimientos son susceptibles de convertirse en objetos de consumo. Como los estoicos, podríamos probar a vivir con lo menos posible (materialmente hablando), sin embargo, esto no es suficiente. El consumo es también una suerte de mindset, un fragmento del aparato ideológico con el cual aprendemos, habitamos y experimentamos el mundo. Una forma de ser y estar. La alternativa quizá sea entender eso de otro modo. Darnos cuenta, por ejemplo, de que no todo lo que se rompe tiene forzosamente que desecharse y reemplazarse de inmediato. Que no porque algo se produzca tiene necesariamente que consumirse. Que el bienestar auténtico descansa en un puñado de bienes (algunos materiales, inevitablemente, otros muchos no).

http://infomag.es/2016/03/04/os-ensenamos-9-formas-en-que-podriamos-ahora-mismo-dejar-de-cooperar-con-el-sistema/

El Credo de la Mujer

El texto que compartimos hoy se llama El Credo de la Mujer, es de Jan Phillips y nos lo manda una lectora de Orlando, Florida.

Generalmente, este tipo de contenidos lo publicamos en la categoría Reflexión pero esta vez es diferente.

Lo dejaremos en la categoría Afirmaciones por que además de ayudaros a reflexionar os servirá para cambiar vuestra forma de pensar, actuar y vivir.

Podéis utilizarlo a diario, todo el texto o alguna frase que os “toque” en el momento presente.

El Credo de la Mujer

Yo creo que dentro de mi yace una extraordinaria Mujer, y me comprometo a permitir que mi Luz se expanda por el mundo.

Yo creo que la fuente de mi poder y sabiduría está en el centro de mi ser, y me comprometo a actuar desde este lugar de fortaleza.

Yo creo que poseo pasión y potencial creativo en abundancia, y me comprometo a la expresión de estos dones.

Yo creo que ha llegado el momento de dejar ir viejas ideas y actitudes insanas, y me comprometo a re-examinar lo que se me ha dicho sobre la belleza y a descartar aquello que insulta a mi Alma.

Yo creo que los pensamientos y palabras negativos comprometen mi bienestar, y me comprometo a pensar y hablar en positivo sobre mi misma y sobre los demás,

Yo creo que las Mujeres jóvenes necesitan modelos positivos, y me comprometo a ser un ejemplo de autenticidad y auto-amor.

Yo creo en la relación de mi bienestar y el bienestar del Planeta, y me comprometo a una Vida de conciencia plena que percibe a todo ser viviente como sagrado y digno de mi Amor.

Yo creo que es mi responsabilidad espiritual cuidar mi cuerpo con respeto, cariño y compasión, y me comprometo a equilibrar mi Vida de manera que mi cuerpo físico sea expresado y nutrido por completo.

Yo creo que disfrutar es una parte esencial del bienestar, y me comprometo a quitar cualquier obstáculo del disfrute y a crear una Vida llena de belleza y goce.

Yo creo que la Mujer que se Ama a sí misma es una fuerza atractiva, poderosa y apasionada, y me comprometo, de hoy en adelante, a Amarme a mi misma de manera profunda y apasionada.

http://reikinuevo.com/credo-mujer-jan-phillips/