Archivo de la categoría: PSICOLOGÍA- CEREBRO

Aida. No es lo que dices, sino cómo lo dices

No es lo que dices es cómo lo dices

En “El principito” se dice que “el lenguaje es fuente de mal entendimiento”. La frase es muy sabia, si tomamos en cuenta que no es nada fácil convertir nuestros pensamientos en palabras y expresarlas de tal modo que nuestro interlocutor las comprenda completamente.

De hecho, nuestros mensajes nunca son comprendidos en un 100%. Si alguien dice, por ejemplo, “estoy enamorado”, se refiere a una realidad que difícilmente va a ser entendida por el otro totalmente.

“Estoy enamorado” puede ser sinónimo de estar ilusionado, haber logrado un vínculo muy estrecho con la pareja, o sentirse simplemente muy atraído por otra persona. Tendríamos que conocer mucho a alguien para saber qué dice cuando dice “estoy enamorado”.

                                   “Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras.”
-William Shakespeare-

Así mismo, las palabras no son la única fuente de comunicación, pues son acompañadas por las actitudes, los gestos, las posturas. Se puede decir algo con la lengua y otra cosa totalmente opuesta con el tono, la mirada o la actitud en general. De ahí que aprender a comunicarnos sea un verdadero arte.

Lo que dices…

mujer rosa en el pecho

El mayor desafío de la comunicación se produce cuando hablamos de nuestro mundo interior. Especialmente de nuestros sentimientos, emociones o percepciones. Además de que no es fácil poner todo eso en palabras, resulta imposible desligarnos de los sentimientos, emociones y percepciones que podemos generar al decir algo. Para comunicar algo, siempre tomamos en cuenta la reacción que desatamos en quien nos escucha.

No nos comunicamos solamente para transmitir una información, sino que principalmente buscamos incidir de alguna manera en nuestros interlocutores. Queremos que nos crean, que nos admiren, que nos validen, que nos comprendan.

Pero a veces también buscamos que nos teman, nos obedezcan, nos permitan imponernos o que se sientan lastimados, heridos. A veces somos conscientes de esto y a veces no. Por extraño que parezca, en ocasiones nuestro propósito al comunicarnos es crear confusiones. No que nos entiendan, sino que dejen de entendernos.

Es precisamente la intención lo que define la esencia de cada mensaje. Se puede halagar a alguien para reconocer sus virtudes, pero también para adular a esa persona y hacerla más vulnerable a algún tipo de manipulación que queremos poner en marcha.

Esa intención, sin embargo, muchas veces no es clara ni siquiera para nosotros mismos. Pensamos que nuestro objetivo es “sacar a otro de su error”, pero no hemos considerado la posibilidad de que sea el otro quien tenga la razón.

Creemos que el propósito es desnudar nuestros sentimientos, pero ignoramos el hecho de que muy en el fondo lo que en realidad estamos buscando es compasión o reafirmación. Y si no las obtenernos, aseguramos que no comprendieron ni una letra de lo que dijimos.

Más allá de las palabras

mujer pájaros en el cabello

La comunicación humana es un proceso complejo, que siempre tiene algún grado de equívoco. No depende solamente de laspalabras que empleamos para decir las cosas (aunque estas son muy importantes), sino de un sinnúmero de circunstancias.

Hay que tomar en cuenta el momento, el lugar, el interlocutor. Pero principalmente tiene que haber un gran esfuerzo para asegurarnos, hasta donde sea posible, de que decimos realmente lo que queremos decir. Los seres humanos estamos comunicando todo el tiempo. Con la expresión de nuestro rostro, la forma en que nos vestimos, en que caminamos, nuestra mirada y un largo etcétera.

De este modo, buena parte de nuestros mensajes se libran en el plano del inconsciente. Cuando decimos que alguien nos “da mala espina”, es porque nos ha comunicado con sus gestos y actitudes que aparentemente no es confiable. Igual al contrario. Eso que comunicamos en todo momento de nosotros mismos genera el precedente para vínculos constructivos, destructivos o neutrales.

Los vínculos cotidianos, con el señor que nos vende la leche por ejemplo, estarán impregnados de sensaciones y emociones a las que probablemente no les demos mucha importancia. Pero cuando se trata de los grandes vínculos en nuestra vida, el tema de la comunicación se vuelve relevante.

Los vínculos estrechos están llenos de elementos comunicativos. Las palabras, los silencios, las miradas, todo en realidad tiene algún significado.

Es entonces cuando resulta más importante que nunca generar mecanismos para que los mensajes fluyan de una manera sana. Para lograrlo es importante erradicar ciertas fórmulas de comunicación y alimentar otras.

Básicamente es necesario aprender a comunicarnos desde el afecto. Aludir a lo que sentimos, de la manera más clara posible y evitar la desastrosa costumbre de referirnos a lo que siente el otro. ¿Cómo es que tú sabes que siente otra persona, si, seguramente, no conoces del todo lo que sientes tú mismo?

La comunicación agresiva siempre deja huellas profundas. Los únicos acompañantes de la ira deben ser el silencio y la pausa. Si no es así, es muy probable que deformemos lo que realmente queríamos decir.

pareja hablando

La buena comunicación exige serenidad y pertinencia. Buscar el momento, el lugar y el estado de ánimo adecuado para tratar temas difíciles. Dejar fluir espontáneamente nuestros afectos cuando estamos tranquilos y abiertos a los demás.

En realidad, lo que entorpece la comunicación no es lo que dices, sino la forma como lo dices. Y lo que enriquece un vínculo importante es tener la delicadeza de escoger las mejores formas para decirnos y decirles a otros lo que sentimos y pensamos.

Adriana – Para ‘acomodar’ el cerebro

PapaNoel+Reno

cerebrogym

A veces las palabras adecuadas no te vienen a la mente, los pensamientos van a la velocidad de la luz, y parece que tu pobre cerebro está a punto de explotar. En una situación así te pueden servir los consejos de la terapeuta Victoria Nazarevich. Sólo tendrás que tomar una hoja de papel y un lápiz y empezar a dibujar. No importa cómo. Dentro de poco tiempo después de hacerlo sentirás armonía y tranquilidad.

Por lo tanto, si te encuentras en una situación extraña, empieza a dibujar.

•Si estás cansado, dibuja flores.

•Si estás enojado, dibuja líneas.•

Si te duele algo, esculpe.

•Si estás aburrido, llena una hoja de papel con colores diferentes.

•Si estás triste, dibuja un arcoíris.•

Si tienes miedo, teje macramé o elabora aplicaciones de telas.

•Si sientes angustia, haz una muñeca de trapo.

•Si estás indignado, rompe el papel en pedazos pequeños.

•Si estás preocupado, practica origami.

•Si estás tenso, dibuja patrones diferentes.

•Si necesitas recordar algo, dibuja laberintos.

•Si estás decepcionado, haz una réplica de una pintura.

•Si estás desesperado, dibuja caminos.

•Si necesitas entender algo, dibuja mandalas.

•Si necesitas restablecer las energías, dibuja paisajes.

•Si quieres entender tus sentimientos, dibuja un autorretrato.

•Si es importante recordar tu estado, dibuja manchas de colores.

•Si necesitas sistematizar tus pensamientos, dibuja celdas o cuadrados.

•Si quieres entender tus deseos, haz un collage.

•Si quieres concentrarte en tus pensamientos, dibuja usando puntos.

•Para encontrar la solución óptima a una situación, dibuja olas y círculos.

•Si sientes que estás estancado y necesitas seguir adelante, dibuja espirales.•

Si quieres concentrarte en una meta, dibuja cuadrículas y un blanco.

genial.guru
mauandayoyi.blogspot.com.ar

Adriana – 8 Poderosas Decisiones para Dominar el Cambio

PapaNoel+Reno

plenitud

Muchas cosas de las que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás siendo partícipe, están fuera de tu control. Pero afortunadamente, no importa las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que puedes adueñarte y tomar control.

Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento ante tus problemas y retos. Estoy hablando de tu actitud. Es decir, de cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.

Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda.

Si bien darse un masaje o hacer ejercicios —o incluso el amor— son excelentes antídotos contra el estrés, si no son acompañados por un cambio de actitud apenas llegan a tener un efecto temporal.

¿Cómo te adueñas de tu actitud? A continuación te ofrezco ocho simples pero poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.

Primera decisión:
En vez de resistir… Yo Acepto

Acepta lo fáctico, lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces, no puedes cambiar —al menos no tan rápido como te gustaría. En ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.

Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede. Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo. Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.

En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar? ¿Qué puedes dejar de resistir?

Que quede claro: no estoy sugiriendo que te resignes. Tú puedes aceptar las circunstancias actuales —simplemente por el hecho de que en este momento, son esas las circunstancias— y a la vez elegir cambiar lo que está en ti modificar.

Segunda decisión:
En vez de resignarme… Yo aprovecho

Así como es importante aceptar lo fáctico también es fundamental aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro. Esto es lo que hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor situación.

Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cuál sí tienes injerencia y te es posible llevar a cabo.

¿Qué oportunidades puedes aprovechar?

Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de sentirte el efecto pasas a experimentarte como causa.

Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.

Tercera decisión:
En vez de evadir… Yo Asumo

¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?

Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable. El reto—y la esencia de la madurez—está en asumir lo que es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad que tienes para cambiar las cosas.

Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes lo que te corresponde te adueñas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.

Cuarta decisión:
En vez de sólo desear… Yo Me Comprometo

La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias.

¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?

Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés. En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.

Por ejemplo, si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta mediática, qué tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte. Te apuesto algo: el mundo no va a cambiar porque tú dejes de ver, escuchar y leer noticias; pero tu salud mental sí puede beneficiarse enormemente de una adecuada dieta mediática.

¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para sentirte mejor?

¿Qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?

Quinta decisión:
En vez de preocuparme… Yo Me Ocupo

El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.

Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control. Hagamos lo que hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas. Entonces, ¿qué caso tiene preocuparte por aquello que escapa de ti?

¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto? Entonces ponte en acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.

Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento. Pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.

Sexta decisión:
En vez de olvidarme de lo que tengo… Yo Agradezco

Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.

¿De cuántas cosas podrías estar agradecido en tu vida?

La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes —para continuar avanzando hacia tu éxito y plenitud— en vez de aquello que te hace falta.

En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido y tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades, aprendizajes, momentos, oportunidades, amores. talentos, fortalezas, conocimientos.

¿Qué podrías agradecerle a la vida en este momento?

Séptima decisión:
En vez de desconfiar… Yo confío

¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?

¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la primavera?

¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?

¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter y la capacidad del otro?

Confiar o no confiar. La decisión es tuya.

Octava decisión:
En vez de visualizar en negativo… Yo Apuesto a Ganar

Como decía Henry Ford, “si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto”. En ti está elegir conscientemente apostarle a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.

El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede suceder. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes enfocar en lo que realmente deseas: el éxito.

No es simple pensamiento positivo. No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser.Esta es la octava decisión. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el proceso. Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible. Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti, en el otro y en el proceso.

Ya lo que queda es apostar a ganar… y llevar tus decisiones a la acción.

Leo Alcalá
http://mauandayoyi.blogspot.com.ar

Aida. La necesidad de reconocimiento

necesidad_reconocimiento

Los seres humanos hacemos muchas cosas por la necesidad de reconocimiento inconsciente que tenemos. Es un motor importante para nuestra actividad diaria, sea el hecho de cocinar en casa para la familia esperando que les guste, e inconscientemente deseando que nos digan que así es, como dirigiendo una gran empresa y disfrutando de un “status” reconocido por los demás por tu trabajo. En la mayoría de nosotros, la necesidad de reconocimiento de los demás es muy sutil, no nos damos cuenta. Yo puedo escribir un artículo esperando que sea del agrado de los demás, o qué por lo menos le interese a alguien. Cuando lo escribo no estoy pendiente de eso, pero cuando recibes elfeedback te das cuenta que te ha gustado que otros lo hayan considerado un buen artículo. El hecho de que te haya “gustado” que otros hayan reconocido lo que has hecho, forma parte de un mecanismo imbuido en los parámetros del programa ego, del que ya hemos hablado otras veces, no como sinónimo de “vanidad” sino como rutina “informática” de gestión de la psique del ser humano y de nuestra consciencia artificial y personalidad virtual. Así, la necesidad de ser reconocidos es puramente “humana”, huelga decir que si uno se deja imbuir por la consciencia de su ser, Yo Superior, su mónada o esencia, etc., la necesidad de reconocimiento no existe, no tiene cabida ni sentido, pues no forma parte de las características que nos definen como los seres que realmente somos.

Un parámetro asociado en cadena a un miedo ancestral

Así, el cuerpo que usamos, y la psique y consciencia artificial que lo gestiona, imbuye dentro del programa de coordinación y control de nuestra personalidad (el ego), esta necesidad de ser reconocidos por lo que hacemos, que enlaza con la necesidad de ser aceptado y querido por los demás, que provoca la fragmentación en múltiples Yos de la personalidad en la esfera de consciencia, para poder cubrir siempre todos los posibles frentes a los cuales tuviéramos que enfrentarnos, y de los cuales intentamos siempre salir airosos. Si os acordáis, en anteriores artículos habíamos hablado de los grandes miedos que poseemos los seres humanos, en lo más profundo de nuestra psique: el miedo a la oscuridad, el miedo a los predadores, el miedo al abandono, el miedo al caos, etc. y es de aquí de donde nace esta necesidad automática que se ejecuta todo el tiempo sin intervención consciente por nuestra parte. En este caso, la necesidad de reconocimiento por parte del resto de miembros de la especie a la que pertenecemos, está relacionada con el miedo al abandono, principalmente.

La lógica programada en los parámetros del ego actúa y analiza así las cosas: Tengo que actuar, hacer, decir y comportarme de forma que se me reconozca lo que hago –> esto me lleva a saber y comprobar si estoy siendo aceptado socialmente –> si es así, esto implica que disminuye el riesgo a ser dejado de lado o apartado por los demás –> si es así, esto implica que se disminuye el riesgo al abandono y a estar solo frente al mundo  –> lo cual implica mayor posibilidad de supervivencia en todos los niveles, al tener la protección del grupo y del entorno, que viene a ser el último objetivo del ser humano a nivel instintivo, ya que el riesgo de muerte, y el miedo a la muerte, es uno de los grandes miedos primarios que subyacen en nosotros.

Es no menos que impresionante la cadena de “capas”, programas y comportamientos que desarrolla nuestra psique para qué, de algo que inicialmente era un miedo a morir, hayamos desarrollado un mecanismo de defensa sutil para que sintamos o busquemos la aprobación de otros con lo que hacemos.

Actúa inconscientemente

La necesidad de reconocimiento está imbuida en todos los pequeños actos que realizamos, pues la mayoría de personas no buscamos reconocimiento mundial ni ser famosos en los diarios, eso se llama posiblemente delirios de grandeza, y es otra historia psicológica asociada a otros Yos de la personalidad virtual y quizás a otro tipo de carencias emocionales. En general, el reconocimiento viene en los detalles mundanos del comportamiento inconsciente para con los demás. Hago “esto” para que lo vean mis amigos, trabajo así para causar una buena impresión, me comporto de esta manera para poder encajar en ese grupo, etc. Es tan trivial y tan mundano que el programa de gestión de nuestra personalidad no le presta más atención que la que necesita para colocar al “Yo” adecuado en control de la personalidad en la situación que toque en cada momento. Es una tarea, podríamos decir, puramente rutinaria, ya que así funcionamos todos en esta sociedad.

Ahora bien, es interesante conocer este parámetro y como funciona. Normalmente no necesitamos parar a ver si estamos haciendo las cosas por necesidad de feedback de los demás, para realmente ponernos a hacerlas, en general, en un gran número de ocasiones, lo que hacemos lo hacemos porque queremos o nos sale espontáneo hacerlo así. Sin embargo, es una de las formas por las cuales, literalmente, tenemos un catalizador para actuar, para crecer y para avanzar. Entre otras cosas, por qué el hecho de qué instintivamente sepamos que si gusta o se reconoce lo que hacemos nos hace sentir que todo está “bien”, sirve para que lo hagamos.

Amor por el servicio vs servicio por reconocimiento

¿Que sucede si no hay una necesidad de reconocimiento inconsciente? Si no necesito que nadie apruebe mi trabajo porque no espero que reconozcan nada al respecto, ¿como lo haría? ¿sería igual de detallista, profundo, o cuidadoso con él? Si no necesito inconscientemente que nada ni nadie dé el visto bueno, me dé su opinión, o más importante, me pague por él (si no gusta nuestro trabajo no solemos cobrar por lo que hacemos, y el cobrar por algo es otra forma de sentirnos reconocidos y poder “sobrevivir”), ¿tendría el mismo interés en hacerlo?

Así pues, aunque la necesidad de reconocimiento se pudiera eliminar a través de la reprogramación de los parámetros del ego, ¿con que lo sustituiríamos si quisiéramos tener el mismo catalizador y detonante para seguir haciendo las cosas igual de bien y con el mismo interés y calidad cuando no necesitas que nadie se interese por ello?

El único catalizador que puede sustituir como “fuerza” para hacer algo al mismo nivel es el amor por servir a los demás, es decir, que cuando hagas algo, se haga por amor al servicio al prójimo, ya que entonces, pones todo tu interés, esfuerzo y trabajo en hacer lo que siempre has hecho, pero no porqué en tu programa ego haya un “bit” codificado que diga que lo tienes que hacer así, sino precisamente por qué al no estar ya esa necesidad de hacerlo, uno busque en otras partes de si mismo el porqué hacer las cosas. En este caso, el motor para ello solo está disponible en la consciencia de tu ser y Yo Superior, que ejecuta y hace las cosas por “amor a hacer las cosas”, por querer crecer, experimentar y aprender haciéndolas, y por servir a los demás mientras las haces.

Así, al al final te planteas cosas como, este artículo, ¿cómo lo he hecho? ¿Lo ha gestionado mi programa ego por la necesidad que tiene de que los lectores digan que les ha gustado, o lo ha gestionado mi Yo Superior porqué simplemente quiere compartir lo que ha aprendido por el hecho de que así se puede servir a los demás?

Es cuestión de que cada uno encuentre la respuesta y descubra como dejar de actuar instintivamente según la necesidad de reconocimiento social que impera por programación y creación genética del vehículo que somos, y entonces trabajemos con el mismo tesón por el simple hecho de querer hacerlo, para que sirva como servicio a otros. El resultado puede ser el mismo, pero el catalizador para ello no tiene nada que ver, y la energía debajo que lo mueve es evidentemente radicalmente opuesta. ¿Alguien me da un “like” en Facebook? :—)

un abrazo,
David Topí

Aida. Dime cómo recuerdas y te diré cómo es tu cerebro

Un estudio demuestra que las conexiones de las personas con memoria episódica son distintas a las que tienen memoria semántica.

© Studio Cl Art – Photl
Los recuerdos pueden ser muy detallados o generales

Hay dos tipos principales de personas, según su manera de recordar: los que recuerdan los detalles (memoria episódica), y los que se centran en los hechos (memoria semántica). Ahora, un estudio canadiense ha demostrado que las conexiones cerebrales de las personas sanas son también distintas en los dos tipos. En el primer caso, la zona del cerebro relacionada con la memoria está más conectada con la zona de los procesos visuales, mientras que en el segundo, hay más conexiones con la zona del razonamiento.

¿Por qué algunas personas tienen recuerdos detallados de las experiencias del pasado (memoria episódica), mientras que otros tienden a recordar sólo los hechos sin detalles (memoria semántica)?

Un equipo de investigación del Instituto de Investigación Rotman del centro hospitalario Baycrest (Toronto, Canadá) ha demostrado por primera vez que estas diferentes formas de experimentar el pasado se asocian con distintos patrones de conectividad cerebral que pueden ser inherentes a la persona y sugiere que hay una «memoria característica» para toda la vida. El estudio fue publicado recientemente en la revista Cortex.

«Durante décadas, casi todas las investigaciones sobre la función de la memoria y el cerebro han tratado a la gente como si fueran iguales, haciendo un promedio entre los individuos», dice el investigador principal, Sheldon Signy, ahora profesor asistente de psicología en la Universidad McGill (Montreal), en la nota de prensa de Baycrest.

«Sin embargo, como sabemos por la experiencia y de la comparación de nuestro recuerdo con los de los demás, los rasgos de la memoria de la gente varían. Nuestro estudio muestra que estos rasgos de memoria corresponden a diferencias estables en el funcionamiento del cerebro, incluso cuando no estamos pidiendo a la gente que realice tareas de memoria, mientras están en el escáner».

En el estudio, 66 adultos jóvenes sanos (24 años de edad promedio) completaron un cuestionario en línea -la Encuesta de memoria autobiográfica (SAM)- describiendo lo bien que recuerdan acontecimientos y datos autobiográficos. Sus respuestas estaban entre los extremos de personas con Memoria Autobiográfica Muy Superior (HSAM, por sus siglas en inglés) o Muy Deficiente (SDAM), descritos recientemente por investigadores de la memoria.

Después de rellenar la encuesta en línea, se escaneó con resonancia magnética en estado de reposo el cerebro de los 66 participantes.

Los investigadores se centraron en las conexiones entre los lóbulos temporales mediales del cerebro y otras regiones cerebrales. Los lóbulos temporales mediales son bien conocidos por estar involucrados de forma fundamental en la función de memoria. Los que afirmaron tener recuerdos autobiográficos ricamente detallados tenían una mayor conectividad del lóbulo temporal medial con las regiones de la parte posterior del cerebro involucradas en los procesos visuales, mientras que aquellos que tienden a recordar el pasado de una manera objetiva (con menos detalles) mostraron una mayor conectividad del lóbulo temporal medial con las áreas de la parte delantera del cerebro involucradas en la organización y el razonamiento.

Preguntas

Los resultados plantean preguntas interesantes para los científicos cognitivos, relacionadas con el envejecimiento y la salud del cerebro. Una de las preguntas más provocativas es: ¿Podría ser ciertos rasgos de memoria protectores, retrasando la manifestación del deterioro cognitivo relacionado con la edad?

«Con el envejecimiento y la demencia precoz, una de las primeras cosas que la gente nota es la dificultad para recuperar los detalles de los eventos», dice el autor principal del estudio, Brian Levine, científico de Baycrest y profesor de Psicología en la Universidad de Toronto. «Sin embargo, nadie ha visto cómo se relaciona esto con los rasgos de la memoria. Las personas que están acostumbrados a recordar con detalle pueden ser muy sensibles a los cambios sutiles de memoria a medida que envejecen, mientras que los que se basan en un enfoque factual puede que sean más resistentes a esos cambios«.

¿Podría el perfil de los de rasgos de memoria de una persona ayudar a guiar el tratamiento de sus problemas de memoria en la vejez? Los hallazgos abren la puerta a posibilidades muy interesantes que requieren una mayor exploración científica, dice Levine.

Ahora se están realizando estudios de seguimiento sobre la relación de los rasgos de la memoria con la personalidad, con trastornos psiquiátricos como la depresión, con el rendimiento en otras medidas cognitivas y con la genética. Esta investigación es parte de la nueva tendencia a centrarse en las diferencias en la estructura y función del cerebro de las personas sanas.

Referencia bibliográfica:

Signy Sheldon, Norman Farb, Daniela J. Palombo, Brian Levine: Intrinsic medial temporal lobe connectivity relates to individual differences in episodic autobiographical remembering. Cortex (2015). DOI: 10.1016/j.cortex.2015.11.005

Tendencias 21
lun, 14 dic 2015 21:46 UTC

La capacidad para procesar el sonido es una medida de nuestra salud cerebral

Un estudio comprueba que múltiples factores influyen en el tratamiento de los estímulos sonoros
Un estudio realizado en EE.UU. ha comprobado que múltiples factores influyen en nuestra capacidad para procesar los sonidos, una de las más complejas que realiza el cerebro, por lo que es una buena medida de su salud. Las personas que tocan música de forma ‘amateur’ pueden oír mejor entre el ruido que los que no la tocan, y la pobreza y el nivel educativo de la madre también pueden afectar a la capacidad auditiva del niño.

 

Fuente: Ngo et al.

Fuente: Ngo et al.

La profesora de la Universidad Northwestern (Illinois, EE.UU.) Nina Kraus ha arrojado luz sobre una de las tareas más complejas del cerebro, dar sentido a los sonidos, durante la reciente conferencia Muros que caen (Falling Walls) en Berlín.

Esta reunión anual presenta descubrimientos significativos o «avances» de 20 de los principales científicos y líderes sociales del mundo pertenecientes a una amplia gama de campos. Durante su charla de 15 minutos, Kraus explicó cómo fue capaz de resolver un problema importante creando una nueva forma de medir lo que ocurre en el cerebro cuando se procesa el sonido.

«Los sonidos de nuestras vidas cambian nuestro cerebro», dice Kraus, inventora, música aficionada y directora del Laboratorio de Neurociencia Auditiva de Northwestern en la Facultad de Comunicación. «En nuestro laboratorio, investigamos cómo nuestra vida sonora cambia el cerebro.»

Para medir la respuesta del cerebro al sonido, los investigadores canalizan el habla o la música directamente en los oídos de los voluntarios. Luego, los científicos miden la electricidad creada por el cerebro mientras traduce el sonido, a través de sensores conectados a la cabeza de los participantes.

Los resultados de una serie de estudios con miles de participantes, desde recién nacidos hasta personas de 90 años, sugieren que la capacidad del cerebro para procesar el sonido está influida por todo, desde la reproducción de música y el aprendizaje de un nuevo idioma al envejecimiento, los trastornos del lenguaje y la pérdida de la audición, explica la información de Northwestern.

Los estudios indican que durante toda la vida, las personas que tocan música de forma activa (como hobby) pueden oír mejor entre el ruido que los que no la tocan. El trabajo de Kraus también sugiere que la pobreza y el nivel educativo de la madre pueden afectar a la capacidad del niño para procesar las partes esenciales del sonido.

«Somos capaces de ver cómo procesa el cerebro ingredientes esenciales del sonido, que tienen sus raíces en el tono y el ritmo y el timbre», dijo Kraus en Falling Walls. «Una mesa de mezclas es una buena analogía. Es una sintonización muy fina».

La nueva capacidad de medir el procesamiento del sonido en el cerebro ha dado lugar a otros descubrimientos importantes en neuroeducación por parte de Kraus y su equipo, que han llevado a cabo estudios en escuelas, centros comunitarios y clínicas.

Seguir leyendo La capacidad para procesar el sonido es una medida de nuestra salud cerebral

30 Rasgos De Un Empático. ¿Cómo Saber Si Eres Uno?

Ser empático es cuando te afectan las energías de otras personas, y tienes una capacidad innata de sentir intuitivamente y percibir a los demás. Tu vida está inconscientemente influenciada por los deseos, sueños, pensamientos y estados de ánimo de los otros. Ser empático es mucho más que ser muy sensible y no se limita sólo a las emociones. Los empáticos pueden percibir sensibilidades físicas e impulsos espirituales, así como simplemente saber las motivaciones e intenciones de los demás. O eres empático o no lo eres. No es un rasgo que se aprende. Estás siempre abierto, por así decirlo, para procesar los sentimientos y la energía de las otras personas, lo que significa que realmente sientes, y en muchos casos cargas con las emociones de los demás. Muchos empáticos experimentan diariamente cosas como fatiga crónica, sensibilidades al medio ambiente, o dolores y sufrimientos inexplicables. Estas son todas cosas que son más propensas a ser adquiridas de influencias externas y no tanto de uno mismo. Esencialmente, estás caminando por el mundo con toda la acumulación del karma, emociones y energía de los demás.
 
Los empáticos suelen ser triunfadores reservados. Se pueden tomar un tiempo para aceptar un cumplido; son más propensos a señalar los atributos positivos de otros. Son muy expresivos en todas las áreas de conexión emocional, y hablan abiertamente, y, a veces, son bastante francos. Pueden tener algunos problemas al hablar sobre sus propios sentimientos si otro quiere escuchar (sin importar lo mucho que escuchen a los demás).
Sin embargo, pueden ser exactamente lo contrario: solitarios y aparentemente insensibles. Incluso pueden aparecer ignorantes. Algunos son muy buenos para “bloquear” a los demás y eso no es siempre algo malo, al menos para el aprendizaje empático luchando con un aluvión de emociones de los demás, así como con los propios sentimientos.
Los empáticos tienen una tendencia a sentir abiertamente lo que está fuera de ellos más que lo que está dentro de ellos. Esto puede provocar que los empáticos ignoren sus propias necesidades. En general un empático no es violento ni agresivo y se inclina más hacia ser el pacificador. Cualquier zona llena de desarmonía crea una sensación incómoda en un empático. Si se encuentran en medio de una confrontación, se esforzarán por resolver la situación lo antes posible. Si expresan palabras duras al defenderse a sí mismos, probablemente van a disgustarse por su falta de auto-control, y tendrán una preferencia por resolver pacíficamente el problema lo más rápido posible.
 
Los empáticos se inclinan más a recoger los sentimientos de los demás y proyectarlos sin darse cuenta de su origen. Hablar las cosas es un factor importante para la liberación de las emociones en el aprendizaje empático. Ellos pueden desarrollar un grado aún mayor de entendimiento para poder encontrar paz en la mayoría de las situaciones. La desventaja es que los empáticos pueden reprimir las emociones y construir barreras gigantes a fin de no dejar que los demás sepan de sus pensamientos y/o sentimientos más íntimos. Esta retención de la expresión emocional puede ser un resultado directo de una experiencia traumática, una educación sin expresión, o simplemente de que se les decía cuando niños, “¡Los niños están hechos para ser vistos pero no oídos!”
Sin lugar a dudas, esta retención emocional puede ser perjudicial para la salud. Mientras por más tiempo uno no libere sus pensamientos y/o sentimientos, estos construyen más poder. Los pensamientos y/o sentimientos con el tiempo pueden convertirse en explosivos, si no paralizantes. La necesidad de expresarse con honestidad es una forma de sanarse y es una elección abierta a todos. No hacerlo puede resultar en una ruptura de la persona y en una inestabilidad emocional y mental, o la creación de una dolencia física o una enfermedad.
Los empáticos son sensibles a la TV, vídeos, películas, noticias y transmisiones. La violencia o los dramas emocionales que representen escenas impactantes de dolor físico o emocional en adultos, niños o animales pueden llevar a un empático fácilmente a las lágrimas. A veces, pueden sentirse físicamente enfermos o ahogarse en lágrimas. Algunos empáticos tienen dificultades para comprender tal crueldad, y pueden tener graves dificultades para expresarse frente a la ignorancia, mente cerrada y evidente falta de compasión de otros. Ellos simplemente no pueden justificar el sufrimiento que sienten y ven.
 
Vas a encontrar a más empáticos trabajando con personas, animales o naturaleza, con una verdadera pasión y dedicación para ayudarlos. A menudo son infatigables profesores y/o cuidadores de nuestro medio ambiente y todo lo que está dentro de él. Muchos voluntarios son empáticos y renuncian a su tiempo personal para ayudar a los demás sin remuneración ni/o reconocimiento.
Los empáticos pueden ser excelentes narradores debido a una imaginación sin fin, mentes inquisitivas y conocimiento cada vez mayor. Pueden ser viejos románticos en el fondo y muy amables. También pueden ser los “guardianes” de los conocimientos ancestrales y de la historia familiar. Si no son los típicos historiadores de la familia, pueden ser los que escuchan las historias pasadas y que poseen la mayor parte de la historia familiar. No es sorprendente que hayan comenzado o posean un árbol genealógico.
Tienen un gran interés en la música para satisfacer sus muchos temperamentos expresivos. Algunos pueden preguntarse cómo los empáticos pueden escuchar un estilo de música, y en pocos minutos, cambiar a algo completamente diferente. Las letras de las canciones pueden tener efectos adversos, de gran alcance en los empáticos, sobre todo si son relevantes a una experiencia reciente. En esos casos, es aconsejable que escuchen música sin letra, ¡para evitar jugar con sus emociones!
Ellos son igualmente expresivos con el lenguaje corporal que con las palabras, pensamientos y sentimientos. Su creatividad se expresa a menudo a través del baile, la actuación, y los movimientos corporales. Los empáticos pueden proyectar una cantidad increíble de energía que describe y/o libera su emoción. Pueden perderse en la música, hasta el punto de estar en un estado de trance; se convierten en uno sólo con la música, a través de la expresión de sus cuerpos físicos. Ellos describen esta sensación como un tiempo cuando todo lo demás alrededor de ellos es casi inexistente.
La personas de todas las clases y los animales se sienten atraídos por la calidez y la compasión genuina de los empáticos. Sin importar si los otros se dan cuenta de que alguien es empático, ¡se sienten atraídos por ellos al igual como a un objeto de metal le atrae un imán!
Incluso a completos desconocidos les resulta fácil hablar con empáticos de sus cosas más personales, y antes de darse cuenta, han derramado sus corazones y almas sin proponérselo conscientemente. Es como si en un nivel subconsciente esa persona sabe instintivamente que los empáticos los van a escuchar de manera compasiva.
Estos son los oyentes de la vida. Pueden ser extrovertidos, entusiastas y un placer de estar con ellos, ¡así como altamente humorísticos en los momentos más insólitos! Por otro lado, los empáticos pueden tener cambios de humor que harán que otros alrededor de ellos quieran saltar por la borda y abandonar el barco. Los pensamientos y sentimientos empáticos que reciben de todos pueden ser tan abrumadores (si no se entienden) que sus estados de ánimo pueden fluctuar con la velocidad del rayo. En un momento pueden ser realmente felices y, de la nada, miserables.
 
Abandonar a un empático en la angustia de sus alternados cambios de ánimo puede crear efectos perjudiciales. Un simple retorno de un amor-escucha empático y preocupación compasiva sin prejuicios o condenas – puede hacer que la recuperación de un empático sea un largo camino. Muchos empáticos no entienden lo que está ocurriendo en su interior. Ellos literalmente no tienen idea de que las emociones de otra persona ahora se sienten como propias y las reflejan hacia el exterior. Están confundidos en cuanto a por qué en un momento todo estaba bien, y luego el siguiente, se sienten tan deprimidos, solos, etc. La necesidad de entender las posibilidades de conexión empática es una parte vital del viaje de los empáticos para ellos mismos y para quienes los rodean.
Los empáticos son a menudo solucionadores de problemas, pensadores e investigadores de muchas cosas. En lo que concierne a los empáticos, donde hay un problema, también hay una respuesta. A menudo buscarán hasta que encuentren una – aunque sólo sea por la paz mental. Esto sin duda puede resultar beneficioso para los demás en sus relaciones, en el trabajo, o en la casa. Donde hay voluntad, hay un camino y el empático lo encontrará. Las empáticos pueden literalmente (probablemente sin el conocimiento de lo que está ocurriendo en realidad) utilizar conocimiento universal y orientarse a la solución de cualquier cosa en la que ponen su cabeza y corazón.
Los empáticos a menudo son soñadores vivos y/o lúcidos. Pueden soñar en detalle y son inquisitivos acerca del contenido del sueño. A menudo sienten que de algún modo los sueños están vinculados a su vida física, y no son sólo un montón de imágenes sin sentido e irrelevantes. Esta curiosidad lleva a muchos soñadores empáticos a desentrañar algunos de los “misteriosos” contenidos de los sueños desde una edad temprana y a conectar la interpretación con la relevancia en sus vidas físicas. Si no es así, pueden soñar con interpretaciones a través de otros medios.
Los empáticos son soñadores con dificultades para mantenerse enfocados en lo mundano. Si la vida no es estimulante, un empático va a entrar en un estado desconectado de la mente. Van a ir a alguna parte, a cualquier lugar, en un pensamiento que aparece alejado de la realidad física. Si un profesor imparte clases con poca o ninguna interacción emocional, los empáticos no serán receptivos a este tipo de enseñanza y pueden (inintencionadamente) derivar en un estado de ensoñación.
 
Si se le da al estudiante empático un profesor que habla con estímulos y emociones (a través de la experiencia real de un tema determinado), serán receptivos y alertas. Los empáticos son un público cautivado. Este mismo principio se aplica en la actuación. Un actor puede cautivar a la audiencia a través de la expresión (en todos los aspectos) de emociones (como si en realidad experimentaran el papel que están representando) o los perderá por completo. Los empáticos pueden ser actores destacados.
Los empáticos con frecuencia experimentan “déjà vu” y sincronicidades. Lo que puede comenzar inicialmente como, “Oh, qué casualidad”, dará lugar a la comprensión de las coincidencias. Estas sincronicidades se convertirán en acontecimientos bienvenidos y en continua expansión. Las sincronicidades pueden provocar un sentimiento de euforia cuando los empáticos se identifican con ellas y aprecian la conexión a su naturaleza empática.
Los empáticos son más propensos a haber tenido experiencias paranormales a lo largo de sus vidas. Las NDS’s (experiencias cercanas a la muerte) y las OBE’s (experiencias fuera del cuerpo) pueden causar a un empático desprevenido un período de despertar y les da el impulso necesario para un viaje de descubrimiento. Los que quedan atrapados en la vida, en formas que dictan la sociedad, en el trabajo, etc, pueden perderse en una forma mecánica de vida que tiene muy poco sentido. Todos los “signos de orientación” se ignoran en este estado de “hacer”. Un camino para estar sano de nuevo se hace evidente y comienza la búsqueda de más significado en la vida.
Este tipo de experiencias parecen dramáticas, pueden de verdad alterar la vida, y tienen seguramente la misma intensidad memorable en los años venideros. Son la voz que nos guía y anima a seguir nuestro camino en conciencia. A veces, ¡algunos de nosotros requerimos de esa ayuda extra!
Para algunos empáticos, la falta de comprensión hacia los sucesos paranormales que experimentan, puede conducir a la supresión de tales habilidades. (La mayor parte de estas habilidades son muy naturales y no son coincidencia.) Los empáticos pueden adoptar, sin saberlo, la actitud positiva o negativa de los demás como propia. (Sin embargo, esto puede ser superado.) Los empáticos pueden tener que seguir sus intereses en lo paranormal y lo inexplicable con el fin de explicar y aceptar sus circunstancias de vida.

Aquí están 30 de los rasgos más comunes:

 

1. Conocimiento:

Los empáticos simplemente saben cosas, sin que se las hayan dicho. Es un conocimiento que va mucho más allá de la intuición o los sentimientos, a pesar de que así es como muchos podrían describirlo. Mientras más sintonizados están, más fuerte se hace este don.

2. Estar en lugares públicos puede ser abrumador:

Los lugares como centros comerciales, supermercados o estadios en los que hay un montón de gente alrededor pueden llenar a un empático de las emociones turbulentas que vienen de los demás.

3. Sentir las emociones de otros y llevarlas como propias:

Algunos sienten las emociones de los que están cerca y otros sienten las emociones de los que están a una gran distancia, o ambas. Un empático más hábil sabrá si alguien está teniendo malos pensamientos acerca de ellos, incluso desde gran distancia.

4. Observar violencia, crueldad o tragedia en la televisión es insoportable:

Mientras más sintonía empática tienen, se vuelve peor y puede hacer que finalmente tengan que dejar por completo de ver televisión y leer periódicos.

5. Sabe cuando alguien no está siendo honesto:

Si un amigo o un ser querido está diciendo mentiras, él lo sabe (aunque muchos empáticos tratan de no concentrarse en esto porque saber que un ser querido les miente puede ser doloroso). O si alguien está diciendo una cosa, pero sintiendo/pensando otra, lo sabe.

6. Recoge los síntomas físicos de otro:

Un empático casi siempre desarrollará las dolencias de otro (resfriados, infecciones oculares, dolores en el cuerpo y sufrimientos), especialmente de aquellos más cercanos, algo así como dolores solidarios.

7. Los trastornos digestivos y problemas de espalda:

El chakra del plexo solar se basa en el centro del abdomen y se le conoce como el asiento de las emociones. Aquí es donde los empáticos sienten la emoción del otro, lo cual puede debilitar el área y, finalmente, dar lugar a algo, desde úlceras de estómago hasta síndrome de intestino irritable (demasiadas otras condiciones como para listarlas aquí). Los problemas de espalda se pueden desarrollar por estar sin conexión a tierra (entre otras cosas).

8. Siempre mirando hacia los desvalidos:

Cualquier persona sufriendo, con dolor emocional o siendo intimidado, llama la atención y compasión de un empático.

9. Otros quieren descargar sus problemas en ellos, incluso extraños:

un empático puede convertirse en un vertedero de los problemas de todos los demás, que, si no tienen cuidado, pueden terminar como propios.

10. Fatiga constante:

Los empáticos a menudo agotan su energía, puede ser simplemente por cargar demasiado con los demás, lo que incluso el sueño no puede curar. Muchos son diagnosticados con síndrome de fatiga crónica.

11. Personalidad adictiva:

El alcohol, las drogas, el sexo, son, por nombrar sólo algunas, adicciones a las que los empáticos pueden recurrir para bloquear las emociones de los demás. Es una forma de protección de sí mismos con el fin de esconderse de alguien o de algo.

12. Extraer para sanar, terapias holísticas y todas las cosas metafísicas:

Aunque muchos empáticos amarían poder curar a otros, pueden terminar alejándose de ser sanadores (a pesar de que tienen una habilidad natural para eso), después de haber estudiado y estar calificados, porque cargan demasiado con quienes están tratando de sanar. Sobre todo si son conscientes de su empatía. Cualquier cosa de naturaleza sobrenatural es de interés de los empáticos y no se sorprenden fácilmente. Incluso en la revelación de lo que muchos otros consideran impensable, por ejemplo, los empáticos habrían sabido que el mundo era redondo cuando otros creían que era plano.

13 Creativos:

Desde cantar, bailar, actuar, dibujar o escribir, un empático tendrá una fuerte vena creativa y una vívida imaginación.

14. El amor a la naturaleza y a los animales:

Estar al aire libre en la naturaleza es una necesidad para los empáticos, y las mascotas son una parte esencial de sus vidas.

15. Necesidad de soledad:

Un empático se vuelve loco si no tiene tiempo para estar tranquilo. Esto es aún más evidente en los niños empáticos.

16. Se aburre o distrae con facilidad si no es estimulado:

El trabajo, la escuela y la vida familiar tiene que tener interés para un empático, o se desconectan de él y terminan soñando despiertos.

17. Le resulta imposible hacer cosas que no disfruta:

Igual que el anterior. Se siente como que están viviendo una mentira al hacerlo. Forzar a un empático a hacer algo que no le gusta a través de culpabilidad o etiquetándolo como inactivo, sólo servirá para hacerlo infeliz. Es por esta razón que muchos empáticos pueden ser etiquetados como perezosos.

18. Se esfuerza por la verdad:

Esto se hace más frecuente cuando un empático descubre sus dones y derechos de nacimiento. Cualquier cosa falsa se siente simplemente errónea.

19. Siempre en busca de respuestas y conocimientos:

Tener preguntas sin respuesta puede ser frustrante para un empático y hará todo lo posible para encontrar una explicación. Si saben algo buscarán una confirmación. La desventaja de esto es una sobrecarga de información.

20. Le gusta la aventura, la libertad y los viajes:

Los empáticos son espíritus libres.

21 Detesta el desorden:

Hace que se sienta agobiado y bloquea el flujo de energía.

22. Ama soñar despierto:

Un empático puede mirar al vacío durante horas, en un mundo propio y completamente feliz.

23. Encuentra que la rutina, reglas o control, lo aprisionan:

Cualquier cosa que le quite su libertad es debilitante e incluso como un veneno para un empático.

24. Propenso a llevar peso sin necesariamente comer en exceso:

El exceso de peso es una forma de protección para detener las energías entrantes negativas que tienen tanto impacto.

25 Excelente oyente:

Un empático no quiere hablar mucho de sí mismo a menos que sea con alguien en quien realmente confía. A ellos les encanta aprender y conocer acerca de los demás y preocuparse genuinamente.

26. Intolerancia al narcisismo:

Aunque son amables y a menudo muy tolerantes con los demás, a los empáticos no les gusta estar rodeado de gente excesivamente egoísta, que se ponen en primer lugar y se niegan a considerar los sentimientos o puntos de vista distintos de los demás.

27. La capacidad de sentir los días de semana:

Un empático obtendrá la “Sensación de Viernes” si trabajan los viernes o no. Toman en cuenta lo que está sintiendo el resto. Los primeros días de un fin de semana largo (Pascua, por ejemplo) pueden sentirse, para ellos, como que el mundo les está sonriendo, tranquilo y relajado. Las tardes de domingo, los lunes y los martes, de una semana de trabajo, tienen un sentimiento muy pesado.

28. No va a optar por comprar antigüedades, cosas vintage o de segunda mano:

Cualquier cosa que ha sido pre-propiedad lleva la energía del anterior propietario. Un empático incluso prefiere tener un auto nuevo o una casa (si se encuentran en la situación financiera para hacerlo) sin energía residual.

29. Siente la energía de los alimentos:

A muchos empáticos no les gusta comer carne o aves de corral, ya que pueden sentir las vibraciones de los animales (sobre todo si el animal sufrió), incluso si les gusta el sabor.

30. Puede aparecer de mal humor, tímido, distante, desconectado:

Dependiendo de qué es lo que está sintiendo, qué cara que le muestra al mundo. Ellos pueden ser propensos a los cambios de humor y si han tomado demasiadas cosas negativas parecerán tranquilos y poco sociables, incluso miserables. Un empático detesta tener que fingir ser feliz cuando están tristes, esto sólo aumenta su carga (hace que el trabajo en la industria de servicios, cuando hay que servir con una sonrisa, sea muy difícil) y puede hacer que se sientan como aplastados debajo de una piedra.
Si usted puede decir que sí a la mayoría o la totalidad de lo anterior, entonces eres definitivamente un empático.
Los empáticos están teniendo un momento particularmente difícil en la época actual, recogiendo todas las emociones negativas que la población está emanando al mundo.
http://www.upsocl.com/

Aida. La neurociencia de lo nuevo (o por qué tener experiencias nuevas es lo más inteligente que puedes hacer)

EXPERIENCIAS NOVEDOSAS, DESAFÍOS, APRENDIZAJE Y ENCUENTROS ESTÉTICOS PRODUCEN NUEVAS NEURONAS.

Todos hemos escuchado que hacer cosas nuevas mantiene el cerebro joven y en general es bueno para la salud. Esto se ha confirmado científicamente y, de hecho, realizar actividades novedosas es uno de los factores principales que promueven la neurogénesis, es decir, la generación de neuronas durante el curso de la vida. Experimentar cosas nuevas es quizás la mejor forma de procurar el desarrollo perenne de nuestra inteligencia.
Antes se creía que uno nacía con las neuronas que iba tener y que si las perdía, ello era un daño irreversible; con el auge de la neuroplasticidad hoy sabemos que, por suerte, nuestro cerebro es un órgano dinámico. La neurocientífica Sandrine Thuret explica que todos los días producimos por lo menos 700 neuronas en el hipocampo. “Pueden pensar que esto no es mucho comparado con los millones de neuronas que tenemos, pero cuando llegamos a los 50, hemos intercambiado las neuronas con las que nacimos en esta estructura por neuronas nacidas en nuestro cerebro adulto”.
Thuret entiende que la neurogénesis es una actividad en la que podemos influir voluntariamente. “Tenemos suficiente evidencia como para decir que la neurogénesis es un objetivo que podemos elegir si queremos mejorar nuestra memoria o nuestro estado de ánimo, e incluso prevenir el declive de funciones asociado con la edad o el estrés”. Thuret menciona tres actividades fundamentales que generan neuronas: correr (o hacer algún otro ejercicio), tener sexo y hacer algo nuevo (aprender un idioma, tomar clases de baile, etcétera).
El poder de aprender algo y de constantemente refrescarse sometiéndose a actividades novedosas –lo importante es que no nos estresemos haciéndolo– no debe ser subestimado. Diversos estudios muestran que cuando aprendemos, las células del cerebro envían y reciben información relacionada a una tarea de manera más eficiente. Esta actividad intensificada hace que se formen nuevas conexiones –y son estas conexiones las que, a la larga, mantienen la salud del cerebro y su capacidad de seguir aprendiendo.
Especialmente los nuevos pensamientos y habilidades son algo que crea vías neurales, las cuales pueden ser reforzadas a través de la repetición, formando hábitos; las vías neurales que se dejan de usar son como caminos que se van llenando de hierba y empiezan a desvanecerse. El  doctor Ernest Lawrence Rossi considera que el ejercicio físico, la estimulación neural mediante el aprendizaje de nuevos hábitos –como puede ser un idioma, la meditación y las experiencias estéticas son poderosas técnicas que fomentan la neurogénesis. La importancia de aprender cosas y estimular al cerebro es ejemplificada por investigaciones que muestran, quitando todas las demás variables, que las personas bilingües tardan 4.5 años más en desarrollar Alzheimer.
El caso de Rossi es particularmente notable, ya que él mismo sufrió daño cerebral a la vez que estudiaba los mecanismos de autosanación del cerebro. Según cuenta, someterse a novedosas experiencias artísticas y espirituales le ha permitido regenerar de manera importante su cerebro. Su hipótesis mantiene que existe un “efecto de novedad-numinosidad-neurogénesis”:
Sugiero que de la misma manera en que estados emocionales negativos pueden llevar a la red genómica psicosocial a que inicie una expresión de genes que desencadena la sobreproducción de proteínas de estrés y enfermedades, así también las experiencias psicológicas inician el efecto novedad-numinosidad-neurogénesis para facilitar la reproducción de la expresión de genes para optimizar la neuroplasticidad, la solución de problemas y la sanación.
Rossi cita estudios que muestran que, en el caso de animales que son sometidos a experiencias nuevas y ambientes de estímulos enriquecidos, se ha observado que el gen zif-268 se expresa durante el sueño. Este gen está asociado con la producción de proteínas, facilita la sinaptogénesis y la neurogénesis. Es durante el sueño que se consolidan las memorias.
De lo anterior podemos concluir que buscar experiencias novedosas, especialmente aquellas que presentan un desafío de aprendizaje o que nos hacen entrar en contacto con la belleza y el arte, es (según Rossi) una excelente forma de seguir creciendo mentalmente, no obstante la edad que tengamos. Así que ya sabes: intenta buscar nuevas experiencias en tu vida, para cultivar tu salud cerebral. Eso sí: cuando tenemos estas experiencias es importante dormir bien, para que los trazos de memoria y las conexiones puedan cimentarse.
 fuente/ PIjamasurf

LA HIPERIA · Nuevo paradigma psiquiátrico

Javier Álvarez, doctor en Filología y en Psiquiatría, con 39 años a sus espaldas atendiendo a enfermos psiquiátricos, ha elaborado una hipótesis –la Hiperia– que permite explicar los fenómenos psíquicos -llamados hasta ahora enfermedades mentales- de otra manera. La aceptación de su hipótesis supondría una total transformación de la psiquiatría tal como la entendemos ahora. La Hiperia, en lugar de catalogar los trastornos mentales como una desestructuración o caída de la conciencia, los define como una hiperestructuración, o una elevación del nivel de la conciencia. En lugar de definirlos como enfermedades, los describe como una función cognitiva en que la conciencia alcanza un grado superior de estructuración, de ahí el término de HIPERIA, del uso del prefijo HIPER, que significa demasiado o excesivo.
Podemos llamar HIPERIA al encendido en el cerebro de un gran número de neuronas a la vez, que hacen emerger a la conciencia una serie de vivencias psíquicas repentinas, automáticas y muy intensas. Estas sincronías, implican un corte brusco del normal discurrir de la conciencia que, quedando de pronto fuera del control de la voluntad, permite la irrupción de una penetrante vivencia pasiva que es experimentada siempre por el sujeto como algo extraordinario que le llena de asombro y extrañeza. Las personas que tienen estas vivencias extraordinarias –o hipéricas- disponen de un caudal fantástico de experiencias que tienen que expresar como pueden, más allá de la razón, sea mediante símbolos o sea mediante cualquier tipo de arte o expresión creativa.
Este descubrimiento ha impulsado al Dr. Javier Álvarez a la creación de laFundación NUEVA PSIQUIATRÍA, para reformar de arriba abajo, la atención psiquiátrica en España.

LA HIPERIA · Nuevo paradigma psiquiátrico

Aida. Para ser feliz debes aprender a ignorar a muchas personas

feliz

Muchas veces alejarnos de las personas conflictivas no solo es una cuestión de comodidad, sino de salud mental. Hay actitudes que nos llegan a desequilibrar tanto que nos bloquean y nos impiden realizarnos, sometiendo nuestro bienestar emocional a sus antojos.

Todos sabemos de buena tinta que nuestras relaciones no siempre nos aportan algo positivo, aunque realmente lo esperemos. A pesar de que somos conscientes de esto, no cuesta darnos cuenta de que estamos alimentando intercambios tóxicos.

O sea, nos parece algo “tonto” e incoherente pero, sin embargo, no podemos escapar de la realidad. Sacrificar nuestro bienestar por los demás está a la orden del día para cada uno de nosotros.

Así que nos encontramos ante el triste panorama de vivir sometidos a relaciones insanas con personas que no nos aportan sinceridad ni buenas emociones. Es decir, intercambios cargados de intereses y egoísmosPor eso, para poder crecer debemos de aprender a ignorar a cierta gente en ciertos momentos.

El verdadero fracaso es cuando dejas de intentar algo

¿Qué es lo que debemos ignorar para ser felices?

Las situaciones a partir de las que conviene comenzar a regalar nuestra ausencia son variopintas.Normalmente podemos reconocer con facilidad lo que nos turba pero es posible que nos lleve un tiempo en otras ocasiones.

Conocerlas nos ayudará a tomar conciencia de la realidad e incluso puede ayudarnos a anticipar estas cuestiones, de manera que podamos impedir que nos hagan más daño que el inevitable. Dicho esto, veamos algo más detenidamente lo que debemos aprender a ignorar:

1.Las críticas de los demás. Nadie nos puede afectar sin nuestro consentimiento. O sea, somos nosotros lo que damos validez a lasopiniones de los demás. Lo que otros piensen sobre las decisiones que tomamos no debería importarnos, ya que es tan probable que nosotros nos equivoquemos como que ellos lo hagan.

2. La creación de inseguridades. Hay personas que se piensan que son expertos en la vida de todo. Estos acaban consciente o inconscientemente, creando inseguridades y pequeñas frustraciones en la gente que les rodea. Procura ignorar este tipo de actitudes, pues solo te conducen a la frustración.

3. Preocuparnos por lo que no podemos controlar. Si nos preocupa cómo va a actuar esa persona o qué va a hacer o decir, algo va mal. O sea, la gente no va haciendo daño deliberadamente y no debería de tenernos en vilo que nos respeten o no. Si esto ocurre, es mejor de que alejes de esa persona.

4. Las comparaciones obsesivas. Está muy bien que la gente triunfe y tenga éxito, pero no que hagan sentir a los demás poca cosa. No hay persona más insignificante que aquella que usa sus logros para menospreciar a los demás. Por eso, sigue centrándote en lo que tú puedes hacer para seguir creciendo y recuerda que lo que consigas depende en gran parte de que te lo creas.

5. Los intereses y egoísmos. No todo el mundo te está ayudando cuando intentan aparentar estar haciéndolo. Empieza a desactivar la realidad y analiza hacia qué lado se inclina la balanza siempre. Si hay un equilibrio, significa que hay armonía en vuestra relación; si por el contrario no lo hay, algo va mal.

que te importe quien te aporte (3)

Regala tu ausencia a quien no valore tu presencia

Regala tu ausencia y tu indiferencia a quien no te valore; pero no de cualquier forma, auséntate emocionalmente. No lo hagas como una forma de venganza, sino como una manera de protegerte.

Tenemos que darnos cuenta de que con el tiempo la imagen que tenemos de las personas puede cambiar, lo que implica quedesconoceremos a aquellos que creíamos conocer.

A veces nos percatamos demasiado tarde de que todo lo que hemos hecho por alguien ha sido ignorado o menospreciado en el terreno emocional. Es posible que entonces nos sintamos decepcionados y que nos demos cuenta de que no han movido ni un dedo por nosotros.

Conseguir que lo que alguien haga o no haga no nos afecte actúa como un bálsamo. Puede que resulte costoso al principio, pero los resultados comienzan a notarse bien pronto en nuestra salud emocional.

De hecho, cuando somos capaces de hacerlo, nos damos cuenta de que es un verdadero placer poder escucharnos sin nada que enturbie nuestro diálogo interior.
La verdad es que intentarlo no solo merece la pena, merece la alegría.
La Mente es Maravillosa

Aida. Aunque te decepcionen, no te canses de hacer el bien

Dicen que hacer el bien es olvidarse de uno mismo para darlo todo por los demás; pero no es cierto. En absoluto. Actuar de forma correcta, con integridad y favorecer a su vez el bienestar de quienes nos rodean, no supone “abandonarse”.

Quien procura siempre lo mejor para el conjunto, actúa según la voz de su interior, y de acuerdo a sus propios valores. Si no lo hiciera, sería ir en contra de sus propias esencias, y entonces, sí que estaría provocándose un grave daño a su autoconcepto, a su identidad.

Dicen que hay decepciones que nos hacen abrir los ojos y cerrar el corazón. Es un dolor que nos obligará a ser más prudentes, pero que jamás debería llevarnos a perder nuestra capacidad por hacer el bien.

De algún modo, esta idea nos recuerda un poco a aquella que nos dejó Saint-Exupéry en El Principito: “sería una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó”.

Así pues, no por haber sufrido una decepción vamos a odiar al resto del mundo, y aún más, tampoco vamos a cambiar nuestra filosofía de vida por haber experimentado varias, o incluso demasiadas decepciones. Puedes vestirte con la prudencia, con la armadura de la cautela, pero nunca claudiques al rencor o al odio. No vale la pena.

Aunque me decepcionen no me cansaré de hacer el bien

hombre con chaqueta negra pensando en hacer el bien

Todos contamos con más de una historia personal marcada por la decepción. Las hay que duelen más que otras, e incluso algunas nos han obligado a perder esa inocencia inicial con la que solemos llegar a este mundo.

Dicen que hasta el corazón más enamorado se cansa de ser lastimado, pero por muchas heridas que recibamos nunca deberíamos perder nuestra capacidad de amar, de querer a quienes de verdad lo merecen.

En la vida, invertimos tiempo, emociones, sueños y esperanzas en alcanzar determinados objetivos. En ocasiones, son sólo aspiraciones, otras veces es vida invertida en determinadas personas que en algún momento, nos pueden decepcionar.

  • Cuando queremos algo con mucha intensidad y lo perdemos, aparece la decepción y el vacío.
  • No sólo perdemos esa relación, ese sueño, también dejamos ir una parte de nosotros mismos.
  • El mayor peligro de las decepciones está en caer en la indefensión. Hay algo que no se ha ajustado a nuestras expectativas, que no ha salido tal y como esperábamos… Y eso duele, tanto, que podemos generar la sensación de que hagamos lo que hagamos, volverá a repetirse el mismo resultado.
  • Son muchas las veces en que determinados fracasos y sobre todo, decepciones, generan en nosotros sentimientos negativos como la ira, la rabia, el rencor o la frustración.
  • Toda aquella emoción negativa mantenida de forma crónica en el tiempo, puede hacer cambiar nuestra visión sobre la vida, la gente, e incluso sobre la idea de que aún pueda existir gente buena en el mundo.

Jamás debemos dejarnos llevar hasta estos extremos en los cuales, se quiebran por completo nuestros valores. Porque cuando perdemos nuestros valores lo perdemos todo, y si pierdes tu capacidad por hacer el bien pensando que no vale la pena, estarás dejando de ser tú mismo. Dejarás de reconocerte cada vez que te mires en el espejo.

mujer con elefante pensando en hacer el bien

Cómo superar una decepción para seguir confiando en ti mismo, y en quienes te rodean

Cada cosa que acontezca en tu vida, ya sea bueno o malo, acéptalo, intégralo y sigue avanzando de la forma más ligera posible. Si almacenas rencor caminarás despacio, si guardas rabia buscarás venganza, si escondes odio quedarás encallado y  habrás perdido por completo tu capacidad por hacer el bien. Por generar felicidad.

En esta vida no somos más que breves pasajeros en un camino donde quienes vayan ligeros de odios y rencores, serán capaces de disfrutar el trayecto con mayor sabiduría e integridad.

Sabemos que no siempre es fácil afrontar una decepción, pero si hay algo que no debes permitir, es que el mal comportamiento de otros quede impregnado en ti hasta el punto de cambiarte. De hacerte creer que ya no existen las buenas personas, o más aún, que las buenas personas siempre acaban heridas.

Toma nota de cómo debes protegerte en tu día a día para protegerte, en la medida de lo posible, de las decepciones:

  • Intenta vivir en el “aquí y ahora“, céntrate en el presente sin generar excesivas expectativas sobre lo que debe ocurrir o lo que ocurrirá. Déjate llevar. 
  • Acepta que las decepciones forman parte del trascurso vital y que debemos aprender de ellas. No permitas que ellas te cambien a ti en algo que NO eres.
  • Comprende que no puedes controlar aquello que hacen los demás, ya sea bueno o malo. Tú sabes quien eres y lo que quieres, y sabes que hacer el bien forma parte de tus raíces, de tu esencia vital.
  • Cree en los demás hasta que no te demuestren lo contrario. Permítete confiar, tienes experiencia, tienes nobleza en tu corazón y mereces encontrar siempre lo mejor de las personas. Si te acercas a ellas con rencores pasados, encontrarás rechazos.
Enfoca las decepciones como una renovación: es experiencia y un claro ejemplo de lo que no quieres repetir. Jamás pierdas tu capacidad de hacer el bien por muchas veces que te decepcionen, por muchas veces que caigas.

mujer de rojo pensando en hacer el bien

La Mente es Maravillosa

La rebelión adolescente en seno de la familia

La adolescencia es una etapa complicada, supone la transición de la niñez a la vida adulta y está repleta de cambios en diferentes ámbitos, físicos, cognitivos, emocionales, sociales, sexuales, etc. Es una etapa, por lo tanto, de preparación, de maduración, de búsqueda de la identidad y desarrollo de la personalidad.
Los adolescentes de repente se encuentran con un cuerpo de adultos, con una capacidad cognitiva de adulto, con un rol social que les exige demandas de adultos, sienten y piensan de manera diferente, pero aún no han aprendido a desenvolverse con estos nuevos factores, aún no saben desenvolverse en las nuevas situaciones. Están con las emociones a flor de piel y una revolución hormonal en marcha, buscando su propia identidad y desarrollando su personalidad.
El adolescente y la familia
Para las familias, enfrentarse a la tarea de educar a un hijo/a adolescente, puede convertirse en una ardua tarea, en ocasiones bastante complicada. Es una nueva etapa en la que es importante reajustarse al nuevo rol de los adolescentes, ya no son niños/as y por lo tanto requieren dejar de ser tratados como niños/as, e ir desarrollando su autonomía e independencia al tiempo que reafirman su identidad y personalidad. Sin embargo, tampoco son adultos y por lo tanto, no pueden enfrentarse por sí solos a demandas de adultos, aunque ya hayan alcanzado las capacidades de un adulto, les falta la experiencia y el aprendizaje que les permita desenvolverse con éxito.
Todo esto es una complicada tarea para las familias, que deben enfrentarse también a los cambios que experimentan los adolescentes y las repercusiones de estos cambios y esta etapa. Las emociones a flor de piel y la necesidad de reafirmarse, junto con la desorientación que viven al enfrentarse a múltiples cambios, conllevan a una situación donde predomina la rebeldía y los conflictos son constantes.
La rebeldía adolescente en el seno de la familia
Es habitual que sea en el seno de la familia, donde los adolescentes dejen salir su rebeldía. Su necesidad de reafirmarse y desarrollar su autonomía, hacen que tiendan a cuestionarse y transgredir las normas establecidas. Aunque esto sea un quebradero de cabeza para las familias, es algo normal y necesario para su desarrollo sano. Si queremos que sean adultos con una personalidad madura y con propio criterio, es importante entender que deben desarrollar su autonomía y cuestionar lo establecido.
Es muy habitual observar como los adolescentes, entran en conflicto y responden, defendiendo su punto de vista e incluso atacando el punto de vista ajeno (cuando no, a la persona ajena). Esta conducta tiene su explicación, están ensayando maneras de comportarse, es una preparación para afrontar conflictos (como adultos que tienen su propio criterio), en diferentes situaciones. Es importante conocer todas estas características de los adolescentes y su conducta, para poder guiarles y orientales en su proceso de desarrollo.
10 Claves para tratar con la rebeldía adolescente
– Entiende la etapa por la que están pasando y ten mucha paciencia.
– No te lo tomes como algo personal o como algo que sea culpa tuya. Es una etapa natural y necesaria, por lo tanto no puedes evitar la rebeldía.
– Permite que desarrollen su autonomía y su responsabilidad. Déjales decidir en pequeñas cosas, y poco a poco deja que sean más las decisiones que vayan tomando.
– Procura no estar siempre encima de ellos/as. En la adolescencia el grupo de amigos cobra más importancia, y la familia queda un poco de lado (en comparación con etapas anteriores). Es necesario para su desarrollo social y para reafirmar su identidad. No puedes controlar todo, ni saberlo todo y menos cuanto más lo intentes. En esta etapa tenemos que aprender a estar pendientes de ellos, desde la distancia. Dejar que actúen por si solos, observando como lo hacen y guiando su conducta.
– Procura no entrar en discusiones con ellos. Para ello es bueno ofrecerles opciones, si les das a elegir entre varias opciones, no podrán oponerse a lo que hayan elegido.
– Escúchales de forma activa. Procura ir más allá de lo que dicen y llegar a la emoción que subyace debajo. Muéstrales tu comprensión, pero mantente firme en lo establecido.
– Cuida y refuerza su autoestima. Critica las acciones y no a ellos, emplea el elogio creíble, no etiquetes, ni compares y acéptales tal y como son.
– No les trates como a niños/as, ya no lo son.
– Educa con tu ejemplo. Evita para ello los gritos y muéstrales maneras de discutir y defender la opinión de cada uno, sin atacar a nadie.
– Déjales su espacio y respeta su intimidad. En esta edad necesita  su intimidad, como espacio para reafirmarse más que en etapas anteriores. Estar con uno mismo les ayuda a conocerse.
(Fuente: Celia Rodriguez)
http://entrenandoapapas.blogspot.com.es/2015/12/la-rebelion-adolescente-en-seno-de-la.html

Síndrome de Cotard: el trastorno que hace que las personas crean que están muertas

Delirio

En 1995, cuando el ahora psiquiatra mexicano Jesús Ramírez estudiaba medicina, un paciente le llamó la atención: aseguraba que estaba muerto.

En ese entonces le habían diagnosticado esquizofrenia. Más tarde, durante su especialización, descubrió que en realidad aquel hombre tenía el síndrome de Cotard.

También conocido como delirio de negación o nihilista, este trastorno mental hace que quien lo padece cuestione su existencia.

Desde entonces Ramírez ha investigado en profundidad este síndrome que no está reconocido por la Organización Mundial de la Salud ni por el manual de diagnóstico y estadístico de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos.

«Estos son pacientes con un nivel muy alto de sufrimiento«, le dice a BBC Mundo el especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México. «Esto se debe a que han perdido el aparato racional y lógico que tenemos todos».

Mi corazón dejó de funcionar, siento que mi hígado y estómago se están enfermando, dejaron de funcionar. No siento mi cuerpo desde adentro. No tengo corazón».

Mujer de 18 años que padece el síndrome de Cotard.

Las personas con Cotard tienen una negatividad extrema que los llevan a negar las cosas más obvias.

Uno de los casos que el doctor Ramírez trató fue el de un hombre de 78 años que se negaba a ser hospitalizado porque «ya estaba muerto».

«Estoy acabado, no tiene sentido que me traten», decía el hombre.

«Me siento como un autómata, como si el mundo no existiera, estoy completamente eliminado», se lamentaba más tarde.

Muerto, inmortal o los dos

Si bien la característica más conocida de este síndrome es la creencia de estar muerto, lo cierto es que quienes padecen este trastorno tienen otros tipos de negación delirante.

MujerImage copyrightThinkstock
Image captionLas personas con síndrome de Cotard tienen un nivel muy alto de sufrimiento

En otro de los casos que Ramírez investigó, una joven de 18 años se quejaba constantemente de haber perdido sus manos, y pensaba que había sido hechizada.

«Mi corazón dejó de funcionar, siento que mi hígado y estómago se están enfermando, dejaron de funcionar. No siento mi cuerpo desde adentro. No tengo corazón», explicaba la mujer.

Jesús Ramírez señala que estos pacientes «sufren una despersonalización. Pueden tener alucinaciones, estados de depresión muy severos».

«El síntoma de estar muerto puede o no estar presente».

De hecho, continúa el experto, algunas personas pueden creer que son inmortales, «o bien pueden coexistir con los dos delirios».

Y es esta coexistencia de esas dos creencias tan contradictorias lo que lleva a algunos pacientes a una situación de suicidio.

«La persona, como tiene esta negación de su propia vida, o de sus propios órganos corporales, puede llegar a cometer actos mucho más dramáticos», explica Ramírez. «Por ejemplo, hemos visto pacientes que se han mutilado».

El síndrome de Cotard se presenta en condiciones psiquiátricas o neurológicas muy distintas.

El síndrome de Cotard

 

Los pacientes con esquizofrenia pueden llegar a tener este trastorno, los estados de depresión psicótica, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad cerebrovascular o las infecciones cerebrales también pueden desencadenar este trastorno.

«Sin embargo, la mayoría de los pacientes esquizofrénicos, con Parkinson, enfermedad cerebrovascular o depresión no van a presentar el síndrome de Cotard», aclara el experto.

En sus muchos años de experiencia, Ramírez ha visto 14 casos de personas con este trastorno de las decenas de miles de pacientes que ha visto.

Una hipótesis, dos factores

Todavía no se sabe a ciencia cierta qué causa el síndrome de Cotard.

Una de las hipótesis más aceptadas es la del experto australiano en ciencia cognitiva Max Coltheart.

«Él dice que se requieren dos factores para tener este tipo de delirio», explica Ramírez. «El primero es una anomalía neurobiológica que produce mecanismos neuropsicológicos alterados y que lleva a una experiencia subjetiva altamente anormal».

Como por ejemplo la pérdida de la memoria emocional que hace que el paciente experimente una falta extrema de familiaridad con una situación de su vida, su cuerpo o su identidad.

«También se requiere de una falla de los mecanismos lógicos que se conoce como el sistema de evaluación de creencias; porque una persona puede tener problemas de despersonalización, pero no llegar a la conclusión de que está muerta», agrega el psiquiatra.

La persona, como tiene esta negación de su propia vida, o de sus propios órganos corporales, puede llegar a cometer actos dramáticos. Hemos visto pacientes que se han mutilado»

Jesús Ramírez, especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México.

Si bien hoy en día no hay un tratamiento específico para el síndrome de Cotard, existen terapias universales que pueden aplicarse con éxito en estos pacientes.

«Primero hay que tratar la enfermedad de base», advierte Ramírez.

Es decir, si el paciente tiene una enfermedad cerebrovascular, párkinson o alguna infección, esto es lo primero que hay que atacar.

Luego, muchos son sometidos a terapias interpersonales y psicoterapia cognitivo conductual.

«Uno de los problemas más graves que ocurren en este fenómeno es el estado de aislamiento grave que hace que la persona esté completamente distanciado del fenómeno vital de la relación humana», señala el experto.

Y es aquí donde el clínico tiene que acercarse para reconstruir esos puentes.

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151117_sindrome_cotard_cree_muerto_gtg