Bernardo Stamateas (Autor de los Best sellers Resultados Extraordinarios y Fracasos Exitosos). Es de nacionalidad Argentina, Licenciado en Teología, Terapeuta Familiar, Licenciado en Psicología y Sexólogo Clínico. Miembro distinguido de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, ha hecho conferencias en todo el mundo.
Cómo identificar y tratar a las personas que te complican la vida para relacionarte sanamente.
Comienza por priorizar tu vida, cuida tus emociones, deshazte de toda la gente tóxica que por años estuvo cerca de ti y sigue tu camino. Aprende a ser independiente, a ser el constructor de tu propio destino.
Bernardo Stamateas reúne en el libro Gente Tóxica el análisis sobre cómo reconocer a este tipo de gente Tóxica, cómo evitarlos y si no es posible, como tratarlos y evitar que nos perjudiquen.
«La gente tóxica potencia nuestras debilidades y nos llena de frustraciones»
La ley de la Concentración establece: Cuanto más pienses sobre una cosa, más ésta se hace parte de tu realidad. Es decir que aquello que pienses acerca de ti mismo será aquello en lo que te convertirás.
¿Quién no conoce a alguien que al principio finge ser tu amigo pero que poco a poco va lanzando mensajes dañinos para minar tu moral? Sólo crecerá si te hace a ti pequeño y suelen exagerar tus errores mientras que menosprecia tus logros. Alguno incluso inventa rumores falsos para acabar con tu buena reputación. Son personas que sólo buscan acaparar poder sobre los otros y su egocentrismo no tiene comparación.
Si al leer estas líneas ya le has puesto a cara a algún conocido, compañero de trabajo, vecino, etc… A partir de ahora tenga cuidado porque son personas «TÓXICAS».
Así las denomina el psicólogo argentino Bernardo Stamateas, que en su libro ‘Gente tóxica’, da algunos consejos sobre cómo lidiar con este tipo de personajes. Debemos tener cuidado porque si no ponemos remedio pueden acabar con las confianza que tenemos en nosotros mismos.
El libro «Gente Toxica», tiene como objetivo describir las distintas personalidades tóxicas más frecuentes con las cuales convivimos a diario en los diferentes medios en los que nos movemos, el ambiente laboral, la familia, las instituciones, los amigos, y lo que nos causan dichas toxicidades, es decir sus efectos y sus consecuencias.
Nos brinda información para saber qué hacer y cómo hacerlo para ser libre de todas estas personas que a diario tratan de enfermarnos la vida.
Una de las virtudes de Gente Tóxica es exponer con toda claridad cómo afrontar el problema de nuestra relación con individuos que son capaces de sacarnos de nuestras casillas, de perjudicar nuestras relaciones sociales y en algunos casos de acabar con nuestras expectativas de trabajo y humanas.
El libro, sin embargo, insiste en que no es necesario soportarlos sin más, que hay formas de afrontarlos sin que nuestra acción nos perjudique a posteriori, o maneras de evitar que este tipo de personas llegue a acercarse demasiado.
El autor dedica un capítulo completo de Gente Tóxica a cada tipo de individuo tóxico, Desde elmeteculpas y el envidioso hasta el orgulloso y el quejoso, pasando por el falso o el psicópata. Examina en profundidad a cada una de estas personas y sus particularidades psicológicas, poniendo ejemplos de su comportamiento y sobre todo, explicando cómo deberíamos reaccionar ante ellos.
Las exposiciones son lo bastante claras como para que podamos incluso sentirnos identificados con algunos de estos caracteres humanos. Si es así, quizá, al darnos cuenta, podremos reflexionar y corregir nuestra relación con los demás.
Todos queremos progresar y alcanzar nuestros sueños. Sin embargo, la vida está llena de obstáculos que hacen el camino sumamente difícil… La «Gente Toxica» es sin dudas una de esas grandes trabas de las que nos tenemos que deshacer.
Somos víctimas de nuestras elecciones. Anónimo
¿Cómo podemos contrarrestar el poder de la gente tóxica? ¿Hay algún antídoto? El primer paso esidentificarlos. Una vez que sabemos quiénes son, debemos inventar una estrategia que refuerce nuestra confianza para evitar caer en sus redes. Y en último caso, poner kilómetros entre medias. Cuanto más lejos mejor.
CLASIFICACIÓN DE GENTE TÓXICA
Cómo identificar y tratar a las personas que te complican la vida. Según Stamateas existen diferentes tipos de personas nocivas. Estas son sólo algunas de ellas:
- EL METECULPAS
«Si lees este libro, deberás atenerte a las consecuencias.» Con todo lo que yo hice por ti, ahora ¿me pagas así? Una madre a su hijo.
Este tipo de gente tóxica siempre traslada el mensaje de que «no eres lo bastante bueno». Las personasmeteculpas suelen decir: El día me puso mal. Mi jefe me sacó de quicio. Me arruinaste la jornada. Hoy me saturaste. Tú me obligaste…
La culpa nos lleva a olvidar lo que sentimos y necesitamos, nubla por grandes períodos de tiempo nuestros derechos, convirtiendo nuestras prioridades en necesidades secundarias.
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y, al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a los otros.
Los psicólogos establecen que la culpa es la diferencia entre lo que hice y lo que debería haber hecho, entre lo que quiero y lo que debería hacer.
Cuando proyectes con toda tu fuerza tus sueños y pongas en marcha tus objetivos, conocerás tu propia esencia, tu valor, y el dominio propio, ese que está dentro de ti. Entonces tu verdadero yo emergerá y sabrá reconocerse a sí mismo. Vivir, gozar y disfrutar son derechos que tenemos todos los seres humanos, no privilegios. Nos corresponden por ley.
De noventa enfermedades, cincuenta son producidas por la culpa y las otras cuarenta por la ignorancia.
- EL ENVIDIOSO
«¡Qué buen libro Stamateas! (¡Ojalá nadie te lo compre!)»
«Nada nuevo… muy sencillo… no va a marchar…». Exce1ente trabajo!, Lástima que lo entregastetarde. Un jefe a su empleado.
Las personas envidiosas siempre tratan de buscar aliados. Hablará con otros para envenenarlos porque su objetivo es boicotear proyectos. La envidia no vive sola, convive con la crítica, la murmuración, el chisme, la dependencia, el desgano, todas actitudes que consumen nuestras fuerzas. La envidia, no tiene sexo.
El acto de envidiar implica mucho más: te coloca en un plano de continua insatisfacción y de queja permanente.
Envidiar es desear lo que el otro tiene. La excelencia y el triunfo siempre traen envidia. Nadie envidia a un miserable o a un linyera. Se envidian los logros, el reconocimiento, la casa, el dinero, la familia, la pareja, los amigos. La envidia es un deseo de venganza; tu brillo opaca al envidioso.
El silencio del envidioso está lleno de ruidos. Khalil Gibran
La envidia es una declaración de inferioridad. Napoleón Bonaparte
- EL DESCALIFICADOR
«Nada nuevo… muy sencillo… no va a marchar…». Exce1ente trabajo!, Lástima que lo entregastetarde. Un jefe a su empleado.
El descalificador tiene como objetivo controlar nuestra autoestima, que nos sintamos mal, hacernos sentir «nada» ante los demás, para que de esta forma, él pueda brillar y ser el centro del universo. Los descalificadores hoy te endiosan y mañana te bajan del pedestal en un instante. Juegan juegos crueles que pretenden desestabilizar tus emociones y robarte los sueños. ¡Es un digno representante de la gente tóxica!
Muchas personas desperdician a diario minutos y horas de su tiempo tratando de descalificar a todo aquellos que se encuentran a su alrededor. Pareciera ser que disfrutan al menospreciar y rebajar a los demás, sea cual fuere la tarea que están realizando o el vínculo que tengan con las víctimas.
Invalidar, descalificar, manipular son los objetivos, las metas del descalificador. El procura tener control y poder sobre tus emociones, tu alma y tu razón para luego destruir tu estima y que entonces que pases a depender absolutamente de él.
Su idea es que vivas desconfiando, te sientas inseguro y seas dependiente de sus palabras y opiniones. El agresor piensa que «el mundo empieza y termina en cada uno», a la larga se convertirá en su creencia.
Son seres que proyectan en los otros todas las frustraciones e inseguridades que no les permitieron crecer ni desarrollar su potencial y sus sueños. Esa necesidad ilimitada de demostrar poder sólo es el resultado de una estima baja, herida, que encuentra valor a sí misma hiriendo y lastimando a otro.
El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele. Marco Aurelio.
Cuando el ser humano se transforma en «cosa», enferma, lo sepa o no. Erich Fromm
- EL AGRESIVO VERBAL
«Soberana estupidez.» ¡Vamos, estúpido! ¡Muévete! Un automovilista a otro.
La persona agresiva verbalmente consigue que otra persona se sienta insegura con gritos y contestaciones agresivas. Pretende amedrentar para que le respeten. Los agresivos son personas difíciles, complicadas, seres que minuto a minuto obstaculizan nuestra existencia, que pareciera encuentran placer en hacernos difícil la convivencia o nuestro trabajo. Sus contestaciones filosas y agudas nos sorprenden, nos dejan mudos, «sin palabras.» Establecer una comunicación con este tipo de gente nos deparará tener que controlar nuestros más bajos instintos.
Los agresivos son seres cuya violencia verbal fluye a través de sus poros, produciendo un desgaste impresionante a quien debe tratar con ellos. Protagonizamos continuos intercambios verbales que nos llevan a pensar qué es lo que debemos decir y cómo y qué debemos hacer y qué no, para evitar despertar al «monstruo» que esta violencia del otro guarda dentro de sí misma.
El modo de hablar denunciará si el comunicador quiere llegar a un acuerdo o si, desde el comienzo de la conversación, intenta comenzar un debate o una guerra.
Hagas o no hagas, el violento verbal siempre encontrará motivos para discutir y establecer conflictos. El objetivo del «violento verbal» siempre será confundirnos, hacer pasar lo normal por anormal y viceversa. Tratará por todos los medios de intimidar tu accionar y coartar tus expresiones. El violento verbal sólo podrá cambiar su actitud si él mismo decide hacerlo.
Identifica cada palabra que te molesta y te lastima y no te permitas recibirla más.
Poder poner límites a la ira y a la violencia verbal es salud. No permitas que nadie ni nada te ofenda. El violento verbal debe saber que tú te respetas, y que bajo ninguna circunstancia permitirás ni el abuso ni el maltrato. Unirte a su agresión es errar en el blanco: lo peor que puedes hacer es devolver violencia contra violencia.
Si aprendes a tratar con gente difícil y complicada, te aseguro que el que tendrá el control y el dominio de la situación serás tú. No perdamos el control de la situación: con serenidad y en paz se toman las mejores decisiones.
Si sabes cuál es tu posición, nadie podrá lastimarte y las palabras de los demás serán simplemente eso: «palabras.»
Los hechos no dejan de existir por el simple hecho de ignorarlos. Aldo Huxley
Cuando dejamos morir el bosque, las palabras pierden el sentido. Günter Grass
Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una. Francisco de Quevedo y Villegas
- EL FALSO
«Lo estábamos esperando, la humanidad necesitaba un libro así.» Mi pareja es maravillosa, estamos tan enamorados. La amo con todo mi corazón. Un mujeriego a su grupo de amigos.
¿Quién no ha usado en algún momento de su vida una máscara? Todos tenemos actitudes que representamos para que los demás no nos reconozcan. Hombres y mujeres nos hemos convertido, con el tiempo, en expertos en el uso de las máscaras. Sabemos bien cuál usar de acuerdo con quien estamos y a la situación que vivamos, pero en medio de ese trajín, que no nos da descanso, nos olvidamos de mejorar quien realmente somos. Las máscaras no hacen excepción de personas, edad, raza o religión. Algunas de las máscaras son:
- Máscaras de poder: muchos las tienen sólo para cubrir sus necesidades básicas, pero se esmeran en convencer a los otros de su poder diciendo: «Yo soy amigo de tal» o «Yo soy íntimo del director»
- Máscaras de superioridad: las llevan aquellos que transportan su curriculum a todas partes. Necesitan impresionar, demostrar y sobresalir
- Máscaras de víctima: las usan personas que nunca sonríen, que sufren por todos y por todo. Y todo le sucede a ellos, ¡nunca los podrás igualar en fatalidades!
Sin darte cuenta, terminas necesitando cada vez más máscaras para actuar el papel que quieres que otros crean de ti, olvidando que estas máscaras terminan ridiculizando tu vida, aprisionan lentamente tus emociones y te convierten en un ser dependiente de ellas. La realidad es que las máscaras sólo sirven para convencer a los demás de algo que no eres.
Destruye todo lo que te limita, antes de que esa limitación te destruya a ti. Tienes el libre albedrío para elegir lo que aceptas o lo que rechazas que te suceda. Naciste para ser libre, libre para que elegir qué pensar, qué decidir y qué hacer.
El 80% de las restricciones que sentimos son generadas por nosotros mismos
El problema es que no estamos acostumbrados a mirar para adentro; en general solemos desviar nuestras miradas hacia el afuera, hacia los otros.
Tu verdadera seguridad eres tú mismo. Sabes que puedes lograrlo y eso nunca lo podrán controlar. Mao West
- EL PSICÓPATA
«Me dolió mucho lo que escribió este hombre… Si me lo cruzo por la calle lo piso.» A mí nadie me dice lo que tengo que hacer. Un hombre a su médico.
El psicópata mostrará una imagen falsa todo el tiempo, tratando de hacer creer que está interesado en lo que en realidad no lo está. Muestran una imagen que no se corresponde con su interior. Son tus ‘amigos’ mientras les sirves para conseguir sus propósitos. Una vez alcanzados te tratan como si no te conocieran.
No reconocen el sufrimiento humano. Los psicópatas representan a las personas que no tienen culpa ni angustia, que mienten, engañan, roban y no sienten absolutamente nada por el daño que causan. El psicópata es un experto en el arte de usar máscaras, manipular, mentir y engañar sin escrúpulos.
«¿Qué es lo que desata tal crueldad en una persona sin generarle ningún tipo de remordimiento?»
Los psicópatas están en todos lados. Psicópata no es solamente un estafador, un asesino en serie, sino que puede ser una persona que está en el trabajo, la escuela, la iglesia, en cualquiera de los ámbitos donde nos movemos.
Los psicópatas son expertos en la mentira y en los engaños y tienen como fin traicionar y arruinar tu vida. Estos personajes no son antisociales a simple vista, sino que se caracterizan por su capacidad de adaptarse y alterar su forma rápidamente.
Los psicópatas suelen ser individuos sumamente locuaces y siagregamos a estas conductas el hecho de que el psicópata considera al otro como simple objeto, entenderemos por qué se le hace tan sencillo maltratar, lastimar y abusar de los demás, sintiéndose con pleno derecho a hacerlo con impunidad.
El sujeto que padece este tipo de patología tiene en todo momento la sensación de que es mejor que los demás, posee un egocentrismo desproporcionado y el sentimiento de que puede hacer cualquier cosa que quiera, cómo y cuando quiera. Su meta permanente es buscar el poder y el control de todos los que están a su alrededor; esa necesidad lo convierte en un ser incapaz de comprender que haya personas que tengan ideas diferentes a las suyas. Un individuo de esta calaña puede estar escondido en cualquier lugar de poder, ya que llegar adonde quiere nunca le resulta muy conflictivo gracias a su elocuencia, a su naturaleza encantadora y a su falta de escrúpulos.
Prestemos mayor atención a las alertas que nos da nuestro propio ser con respecto a las otras personas.
La primera impresión que tengas de una persona es sumamente importante; los primeros cinco minutos son primordiales. Sin embargo éste no es el único parámetro en el que debemos apoyarnos.
Aprendamos a identificarlos y alejarnos de todo encuentro social que nos resulte tóxico.
No permitas que tu vitalidad sea dañada ni que su accionar te intimide en el vínculo interpersonal que a diario estableces con las personas que te rodean. Levanta un cerco alrededor de tu intimidad y no permitas que nadie viole tus emociones.
Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía. Anaxágoras, filósofo griego
- EL MEDIOCRE
«Yo lo leí hasta la mitad.» Vemos sobre la marcha, seguro que es una tontería. No se preocupe, con un poco de pegamento lo arreglamos. Respuesta de un plomero a una mujer a la que se le inundó toda la casa.
Cada día días te levantas y haces lo urgente, pero no haces lo importante. Cada mañana piensas en lo que tienes que hacer durante la jornada, pero tal vez te olvides de ti, que eres lo más importante.¿Cuánto tiempo hace que no te preparas un buen desayuno? ¿Que no lees un buen libro? ¿Que no vas al cine o comes un buen asado? ¿Cuánto hace que no accionas hacia lo que proyectas desde hace tanto tiempo?
Y al otro día, ¿qué haces?: te vuelves a levantar, vuelves a hacer lo urgente y nuevamente tú no quedas incluido en los planes. ¿Dónde quedaron tus sueños, tus metas? ¿Cuál es el beneficio de vivir a expensas de las demandas ajenas, de satisfacerlas sin separar tiempo para lo que realmente es importante?
Tal vez, cuando te recibiste, estabas lleno de sueños y de proyectos, pero luego te sumergiste en la vorágine diaria y todo aquello que tenías planificado comenzó a borronearse. Entonces te llenaste de miedos y de inseguridades y te paralizaste. Sin darte cuenta, te subiste al tren y seguiste a la manada y hoy corres y vas hacia donde todos van, sin ver que muchos van hacia la nada o simplemente, hacia el lugar donde todo está en calma, pero nada pasa.
¿Tienes miedo de arriesgar y perder? No importa, enfréntalo y avanza igual. El temor es parte de nuestra naturaleza. El temor te agota, te debilita, te habla en negativo y te enferma. El temor dificulta aún más la situación. Desde el génesis el principio de todo, el hombre sintió temor ante lo desconocido. Hasta los que alcanzaron el éxito, en algún momento, también han sentido temor. La diferencia es que esa emoción no los detuvo ni los paralizó.
La mediocridad, la chatura y el letargo son contagiosos, como cualquier otro de los síntomas de los que hemos hablado. Pereza, falta de estímulo, pérdida de sueños y de visión han llevado a muchos a conformarse con una vida monótona, pero claro, sin sobresaltos. Mediocridad, mediocridad, mediocridad. Todo esto hace referencia a relaciones interpersonales con calidad menos cero, a mandatos imperativos o explícitos que rigen nuestras conductas y nos hacen errar el blanco. Vives en el eterno letargo, sin hacerle mal a nadie, sólo a ti mismo.
Limitarse es una manera de morir, de decrecer, de aplastarse y de sumergirse en una monotonía y en una rutina que no tiene desafíos ni éxito. Piensa que si hoy no estás creciendo, estás decreciendo.
Por años hemos aceptado todo cuanto se nos ha dicho como si se tratase de verdades absolutas, y en obediencia hemos rechazado lo que a «los otros» les funcionaba y los colocaba en lugares de poder y liderazgo. La lucha no es por alcanzar la razón, sino por mejorar nuestra calidad de vida.
El noventa por ciento de los que fracasan no han sido derrotados sino que en realidad; ellos han renunciado.
Todo lo que necesitas para triunfar está dentro de ti. Tus emociones te pertenecen: dependerá de ti ser el generador de cada logro que alcances. Toma la determinación de ser el hombre o la mujer que quieres ser.
No fuimos creados para vivir en medio de la insatisfacción y el stress continuo, ni sumidos en la depresión o frustración, todo lo contrario: disponemos de potencial, fuerzas y energía para cuestionar los imposibles y meternos en un mundo en el que, para los que tienen fe, nada es imposible.
El cambio es una puerta que sólo puede abrirse desde dentro. Terry Neill
Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance. Francois Alexandre, duque de la Rochefoucauld-Liancourt
- EL CHISMOSO
«Me dijeron de buena fuente que la página 74 es copia fiel de lo que escribió su tío.» ¿Te enteraste de que la secretaria del tercer piso de la oficina de… se acostó con el muchacho nuevo que entró hace un mes? «Yo sé de buena fuente que los de abajo venden droga» ¿Viste que la de al lado, la de la segunda puerta, tiene novio nuevo?.
¿Te suenan conocidas estas frases? Seguro que sí. Se trata de los «chismes», chismes destructores de vidas, chismes de pasillo, de trabajo, de vecindarios, de ejecutivos, de iglesias.
El chisme es el deporte oral más antiguo que se conoce: aún antes de la escritura, «el boca en boca» era hace muchísimos años la forma que se utilizaba para transmitir los mensajes. Hay chismes que han terminado con familias enteras, chismes que han producido peleas, batallas, rivalidades.
El chismoso no tolera hablar de sí mismo, él conoce la vida de todos pero nadie sabe nada de su vida; lo que él busca es hablar de otros periódicamente.
Los chismosos son personas que no toleran el silencio, por eso es importante para ellos hablar de algo (y qué mejor, piensa, que hablar de otros). El chisme es también una forma de liberar la agresividad reprimida.
Los rumores están vivos porque la gente cree en ellos. Cada rumor tiene su mercado: hay personas a las que les encanta chismear sobre temas del trabajo, ya sea de sueldo, de horario o de uniformes; se trata de ese tipo de gente que sabe hasta las veces que te levantaste de la silla y el tiempo que tomaste para descansar un rato.
«Si a las armas las carga el diablo, las municiones las esconde en la boca», dice el libro de Proverbios.
El rumor es una información difundida sin verificación oficial, es decir, una explicación no confirmada de los acontecimientos. Cuando uno habla de aquello cuya fuente original no ha confirmado, se transforma, no en un comunicador, sino en un cómplice del chisme, en un chismoso. Es tan chismoso el que lo vende como el que lo compra.
El chisme nace de una voz que casi nunca se puede identificar. Pero esto no es lo importante, ya que el rumor es siempre una construcción grupal que surge en forma espontánea y sin planificación. Todos los que participan o comentan el rumor son sus constructores, puesto que cada uno aporta algo al mismo. Las palabras del chismoso son como bocados suaves que penetran hasta las entrañas.
Hables o no hables, hagas algo o no, el chismoso siempre tendrá algo para cambiar, modificar o alterar en relación a la información. Aquellos que siguen hablando del chisme después de haberlo escuchado es tan responsable como su autor. Es uno mismo quien, al creerlo o al comentarlo a otro, lo difunde.
Los rumores no te quitarán la felicidad ni el sueño. Sólo tú podrás darle vida si les prestas más atención de que la que se merecen. Tu felicidad y todo lo que te propongas no depende de lo que los demás tengan para decir, sino de lo que tú estás dispuesto a hacer con el rumor. ¡No te envenenes!, desintoxícate y sigue adelante.
No todos repiten los chismes que oyen. Algunos los mejoran. Anónimo
Si ladran, hablan, rumorean, ¡es porque algo estás haciendo! De lo contrario, serías indiferente para la multitud. Tu identidad es una roca, ni un chisme, ni un rumor podrán destruirla. «Por nuestros frutos seremos conocidos».
- EL AUTORITARIO
«No leerás este libro porque así lo digo yo.» Esto es así o así, y si no te gusta, ahí está la puerta. Un supervisor a un jefe
Es muy común, en épocas como las que corren, que las relaciones de poder jefe-empleado no sean del todo agradables, y que la mayoría de las veces los objetivos propuestos no puedan llevarse a cabo dadas las constantes disputas que se establecen entre ambos. Unos, «los jefes», se sienten con pleno derecho de usar el poder con autoritarismo, mientras que los otros, «los empleados», obedecen por temor.
Los que están en posición de poder suelen confundir «servilismo», con «servicio o trabajo o acuerdo entre dos partes.»
Basados en el temor del empleado a perder el trabajo o en su necesidad de tener un salario «sí o sí», este estilo de jefes acrecientan su figura con autoritarismo con el fin de sacar ventaja de su posición y de que su voluntad sea cumplida sin ser cuestionada ni objetada.
Este estilo de líderes busca el logro permanente de sus objetivos más allá del pensamiento en equipo, de la búsqueda de superación y el beneficio para todos, para poder alcanzar las metas propuestas.
El autoritarismo consiste en el abuso de esa autoridad; es el poder que traspasa los límites naturales que debieran existir en toda relación laboral.
El liderazgo, si no es ejercido en continuo aprendizaje, puede convertirse en un liderazgo ineficaz, lo que termina generando un conjunto de personas acéfalas de dirección y de guía. Por lo tanto, y en este orden de ideas, un jefe autoritario no guía, sino que hostiga, no logra que su equipo obedezca voluntariamente, sino que obtiene el control imponiendo su autoridad, inspirando temor en lugar de confianza, transformando al trabajo en una carga pesada en lugar de presentarlo como un proyecto interesante, motivador y beneficioso para todos.
Sea cual fuere la situación, en buen tono y con una actitud positiva de ambas partes, todo puede ser solucionado, sólo hay que otorgarle al otro la oportunidad.
«El hombre absurdo es aquel que no cambia jamás.»Anónimo
«Todos los hombres nacen ¡guales, pero es la última vez que lo son.» Abraham Lincoln
«Trata de poner en la obediencia tanta dignidad como en el mandar.» Chauvilliers
- EL NEURÓTICO
«Me gustaría leerlo, pero no sé… me da bronca… pero es posible.» Si no les gusta como soy, cambien ustedes.
El término neurosis fue utilizado por primera vez por un médico escocés en el año 1777 para describir una serie de enfermedades emocionales.
Algunas de estas alteraciones psicológicas del neurótico son: Necesidad de ser amados y aceptados, Necesidad de reconocimiento, Necesidad de poder y liderazgo, Necesidad de independencia, Necesidad de perfección.
La angustia en estas personas es mayor a la angustia normal de cualquier otro sujeto. Su excesiva preocupación, ansiedad e inseguridad lo conducen a una sensación de angustia constante y exagerada, angustia que aparece en todos los órdenes de su vida. La persona neurótica no sólo vive angustiada por lo que dice y hace, sino también por lo que no dice y por lo que no hace. La incertidumbre que lo acompaña suele generarle una serie de síntomas físicos (tales como ahogos, mareos, transpiración, temblores, palpitaciones, dolor de pecho, etc.) que rompe con los parámetros normales de toda angustia.
La angustia es parte constitutiva del ser humano: todos nos angustiamos y hasta es bueno que sea así, ya que otra realidad implicaría un signo de enfermedad mental (como el psicópata, que jamás siente angustia, no importa lo que haya hecho o dicho). Sin embargo el neurótico se va al otro extremo: vive angustiado, y frente al temor a sufrir el rechazo, vivirá jugando y cumpliendo roles que lo asfixiarán dentro de su propia enfermedad.
En el neurótico no hubo ni hay un desarrollo de personalidad, por lo tanto un sinónimo de neurosis es la inmadurez, inmadurez que se traslada a todas las áreas de la vida.
El neurótico es un excelente jugador, el egoísmo, la envidia, el chisme, la competencia, el deseo de ser admirado, etc., son mecanismos que utiliza para tapar su profunda inferioridad.
La persona neurótica necesitará crecer en cada área de su vida, y para ello requiere pautas que delimiten su accionar y reglas que lo ayuden a descubrir y a entender que ella tiene la capacidad dentro de sí mismo para dirigir y controlar su propia vida.
Si pasas muchas horas de tu vida con gente así, ponle límites. No hagas lo que les corresponda hacer a ellos. Estos sujetos deben aprender a ser responsables de sus propios actos.
Sólo si somos capaces de distinguir su accionar podremos ser libres de ellos y de sus artimañas.
‘Los que están siempre de vuelta de todo son los que no han ido nunca a ninguna parte.» Antonio Machado
«Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento.» Abraham Lincoln
- EL MANIPULADOR
«Mi amor, ¿por qué no me dijiste que este libro ya había salido? Te lo hubiese regalado para nuestro aniversario, pero bueno… ¡te perdiste la sorpresa!»
Ella, triste: «Me gustaría que me regalaras flores», Él, al día siguiente: «Mi amor, te traje flores», Ella, enojada: «Ahora no las quiero, no fuiste espontáneo».
¿Te sentiste alguna vez obligado a dar información sobre asuntos privados a quien no tenías intención de contarle nada?, ¿te pasaron por alto, te atropellaron o te quitaron algo propio de una forma tan sutil que sentiste temor de confrontar con quien lo hizo?, ¿te está costando dar tu punto de vista y admitir que quieres cosas diferentes a las que te proponen?, ¿sueles dejar tus deseos de lado para atender los anhelos o necesidades de otras personas?, ¿sientes que quieren aislarte de la gente en quién mas confiaste toda tu vida?
¿Limitan, intencionadamente, tu acceso a cursos, promociones o ascensos en el trabajo?, ¿sientes que últimamente estás tomando decisiones que van en contra de tus valores o que haces cosas que normalmente no harías?
Si respondiste a más de una pregunta con un «sí», déjame decirte que puedes estar siendo víctima de manipulación y probablemente has sido engañado.
Cuando hablamos de engaño, no estamos hablando sólo de una equivocación de nuestra parte; todos nos equivocamos. Todos podemos «meter la pata». Pero con el engaño es distinto: el que te engañó, lo hizo con la intención deliberada de dañarte. Se metió en tu mente, te sedujo y te utilizó.
Por lo general, los manipuladores estudian a las personas en busca de su vulnerabilidad, de su debilidad. Ellos suelen tener como objetivo a la gente codependiente, crédula, gente con complejo de salvador o llena de culpa. Buscan personas que superponen la amabilidad a su propia dignidad, gente a la que le cuesta decir «NO» y que teme a la confrontación.
Debemos recordar que el único objetivo del manipulador es la destrucción y para obtenerla, aplicará distintas técnicas:
- Acoso moral: se da cuando el manipulador te grita o insulta, a solas o en grupo, asignándote tareas imposibles de lograr, atacando o descalificando lo que haces o dices.
- Maltrato verbal: es el que ejerce mediante amenazas o calumnias, destruyendo tu reputación, aislándote de otras personas, presionándote para que cambies de horarios, sueldos o tareas atacando tu religión o tus convicciones, poniéndote gente en contra o difundiendo chismes acerca de ti
El acoso es utilizado como un bombardeo psicológico que produce el exterminio emocional. Esto sucede durante un tiempo prolongado mientras el manipulador degrada y maltrata a su víctima sistemáticamente a fin de anularla como persona. El manipulador trabajará adormeciendo a su víctima
El manipulador vendrá primero con palabras seductoras o de reconocimiento, pero lentamente irá introduciendo su descalificación, gritos e insultos.
Cuando sea tu turno, te hará sentir permanentemente en riesgo de que si te equivocas de alguna forma, vas a perderlo.
La manipulación estará apuntada a dos áreas: el hacer y el ser. Su objetivo es quebrar la estima y una acusación constante logrará deshacerla.
- El hacer. El manipulador descalificará, cuestionará y rebajará todo lo que hagas; dirá: Estás mal sentado, Te pusiste mal la peluca, ¡Qué ignorante!.
- El ser. Desvalorizará tu motivación, inventará malas decisiones para llenarte de culpas y malestar.
«Es necesario ser un gran simulador y disimulador: los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar.» Maquiavelo
En psicología, ese mecanismo se llama «satanización»: él quiere hacerte creer que eres lo que no eres, que tienes características de una mala persona.
Los manipuladores son personas que quieren tener control sobre tu vida. Si ven lo valioso que eres, que tienes éxito o simplemente perciben en tu vida algo que ellos no tienen, querrán sacártelo.
Te hará creer todo el tiempo que él vale más que tú para que te dé miedo perderlo y quieras retenerlo, cuando en realidad es él quien está manipulándote porque quiere quitarte lo que tú tienes.
El manipulador exigirá que estés en todo momento para satisfacer sus necesidades, pero nunca estará ahí para cuando tú lo necesites.
Arriésgate a exponer tus pensamientos, destierra tus miedos. Toma decisiones propias y olvídate de los sentimientos de culpa o vergüenza. Ésta es la única forma en la que vas a ser libre de verdad, libre de cualquier tóxico.
Aprender a cuidarnos es un trabajo difícil, pero no imposible y debemos hacerlo.
No dejes que te pasen por alto y evita justificar las acciones de los otros. Nada justifica el maltrato, no lo hagas una constante en tu vida. Si ya elegiste enfrentarte al hecho de que fuiste manipulado y decidiste que no vas a tolerar más eso para ti, ya estás en el camino al cambio.
Elegir nunca sacrificar nuestra dignidad es una decisión que nos llevará lejos.
- EL ORGULLOSO
«¡Impresionante! Veo que el autor siguió mis consejos, pero le falta un poco para alcanzarme.» «Me gustaría ser mujer para poder ser besada por unos labios tan bellos como los míos. Un narcisista a su novia».
«Espejito, espejito ¿hay alguien más lindo que yo?». Soberbio, vanidoso, arrogante, fatuo, endiosado, inmodesto, pedante, petulante, narcisista, autosuficiente, satisfecho, engreído, presumido son todos sinónimos de una misma palabra: orgulloso. Son muchas, ¿verdad?
De sólo pensar que una persona reúne todos estos calificativos, esa persona ya tiene «mala prensa».
El orgulloso es aquel que tiene un exceso de confianza en sí mismo, en lo que dice, en lo que hace, en las decisiones que toma; para él todo lo que hace es perfecto, él es perfecto, él es Dios y él hace todo bien, y nada ni nadie pueden contradecirlo.
El problema surge cuando creemos que ese logro que obtuvimos nos habilita a pisotear, insultar o descalificar al resto de las personas que están cerca de nosotros. Tener confianza es bueno, pero un exceso de fe en una idea o en una determinada situación paraliza todo lo positivo que puede sucedemos. El exceso de confianza no da margen para mejorar. Quien dice: «Lo que hice está perfecto» no analiza: «¿Cómo podría hacer para mejorarlo?»
Muchos piensan que podrían cambiar el mundo, terminar con el problema de desnutrición mundial, pero lamentablemente creen que sólo ellos serán capaces de establecer el cambio. Son personas que en cuyas mentes repica:
«Yo soy el más inteligente, el más lindo, el más sagaz, el más todo». Ellos son todo.
El orgullo no es malo hasta un cierto punto. El problema radica en la medida exacerbada del mismo. Ese es el verdadero conflicto. Una persona con exceso de confianza no puede mejorar y entonces, sin darse cuenta, se estanca.
«La persona que no es capaz de hacer un análisis y un balance para mejorar, siempre será mediocre».
«Sólo las mentes abiertas son capaces de comprender que todo puede ser mejorado, y que siempre podemos ir por más».
«El orgullo es el complemento de la ignorancia.» Bernard de Fontenelle
- EL QUEJOSO
«Muchas páginas… medio largo… la letra es pequeña.» Se lamenta todo el tiempo. Es dependiente y espera a que el otro resuelva sus problemas. Tiene una mente cerrada, duda de todo y no tienen metas.
Una mujer dice:» ¡Qué sed que tengo!, ¡Qué sed que tengo! ¡Qué sed que tengo!» Una vecina la escucha y le acerca un vaso de agua y entonces, tras beber, la mujer dice:»¡Qué sed que tenía!» :¡Qué sed que tenía!.
Si llueven se molestan, si sale el sol también, si los saludaron de mala gana se enojan, si los saludas amablemente, se fastidian. El tema es quejarse, encontrar un motivo para pensar que el mundo está en contra de ellos y que nadie es capaz de entenderlos. El quejoso siempre encontrará un motivo para quejarse.
Existen personas que lo primero que hacen es quejarse. La queja es un lamento, una demanda, un reproche, una desazón, un disgusto, un reclamo permanente que lo único que logra es alejarte de la mejor gente. ¿A quién le gusta estar cerca de personas que siempre están dispuestas a encontrarle «la quinta pata al gato?»
Muchos son coleccionistas de quejas, dicen por ejemplo: «Me lastimaron», «me maltrataron», ¿quiénes?, les preguntan, y ellos responden indistintamente: «Mi jefe», «mi primo», «mi tío.»
La queja sólo produce insatisfacción, siempre mostrará descontento, resentimiento, disgusto; refleja una emoción encapsulada que termina enfermando no sólo tus pensamientos, sino también tu cuerpo.
Muchas personas hacen de la queja un hábito, una forma de vida, pensando que si se siguen quejando, el problema desaparecerá, creen que a través de la demanda continua el conflicto va a ser solucionado, o que quizás, otro ser humano bondadoso se apiadará de su situación y solucionará su problema.
Son personas que se lamentan todo el tiempo, sin darse cuenta de que con su discurso se atan aún más al pasado y a la dificultad, reviviendo viejas penas y culpándose tal vez por no haber podido aprovechar tal o cual oportunidad.
Miedos, inseguridades, inquietud, aflicción y dolor son sentimientos por los cuales atraviesan las personas quejosas, convirtiéndose así en seres tóxicos para sí mismos y para los que están a su alrededor. La queja te mata, te detiene, te destruye. Tus palabras son el cartel que indica hacia dónde estás yendo y tienen el poder de darte vida o muerte.
«Las quejas son el lenguaje de la derrota.» Frank Grane
«Si tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no tiene remedio, ¿Por qué te quejas?» Proverbio oriental
Ser libre de la gente no quiere decir encerrarnos en una burbuja y no tener contacto con nada que tenga que ver con las personas, sino elegir con quiénes hemos de relacionarnos. El ser humano es un ser social, y como tal, necesita relacionarse con pares.
El hecho es que muchas veces fallamos, confiamos y nos apegamos a personas que no sumarán, sino que, por el contrario, tratarán por todos los medios boicotear nuestro sueño.
Nuestra meta es poder elegir eficazmente a quienes nos acompañarán en el camino hacia nuestros sueños.
Si te aferras a tu propósito lograrás hacer lo que nunca hiciste, y entonces todo fracaso o error será transformado en entendimiento y progreso.
La felicidad y el éxito, la desdicha y el fracaso serán el resultado sólo de tus propias decisiones.
Todos nuestros enemigos son mortales. Paul Valery
PDF. Libro. Gente Tóxica. Stamateas Bernardo
Comienza por priorizar tu vida, cuida tus emociones, deshazte de toda la gente tóxica que por años estuvo cerca de ti y sigue tu camino. Aprende a ser independiente, a ser el constructor de tu propio destino.
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