Estos últimos meses estamos siendo testigos de gran cantidad de noticias sobre el espacio exterior.
Continuamente, vemos noticias relacionadas con Marte, Plutón, planetas parecidos al nuestro, estrellas lejanas y búsqueda de vida extraterrestre.
Más allá de la posible o no posible existencia de vida extraterrestre, que hoy en día casi nadie pone en duda, lo cierto es que parece haber un interés creciente en hablar sobre este tema.
Estos días, por poner un ejemplo, hemos conocido los planes del multimillonario ruso Yuri Milner, que ha lanzado un ambicioso proyecto científico de 100 millones de dólares, llamado Iniciativa Breakthrough, cuyo objetivo principal es la búsqueda de vida extraterrestre, contando con el apoyo de reputados científicos como Stephen Hawking.
Asimismo, también hemos sabido que el telescopio Kepler de la NASA, ha descubierto el primer planeta fuera del sistema solar que podría ser similar a la Tierra y capaz de sostener vida. Según dicen las noticias: “a diferencia de otros planetas de tamaño similar, el recién descubierto se encuentra en una zona habitable, cerca de una estrella similar al Sol, a 1400 años luz de distancia”.
Incluso el Vaticano está interesado en ello, como destacábamos en el artículo titulado: Los astrónomos del Vaticano se lanzan a la búsqueda de “Hermanos Extraterrestres”
Lo cierto es que todos estos descubrimientos e iniciativas son tremendamente estimulantes y nadie las pondrá en duda jamás.
Pero también existe la posibilidad de que escondan un interés secreto.
Y es que más allá del obvio interés científico sobre el tema, a determinadas élites globalistas, les puede parecer muy conveniente hablar de posible vida extraterrestre.
La idea de una especie alienígena tiene un enorme potencial globalizador a nivel psicológico, capaz de derribar las barreras conceptuales de nuestras diferencias culturales, étnicas, religiosas o nacionales.
Precisamente el tipo de barreras que las élites globalistas necesitan derribar para instaurar un gobierno mundial centralizado.
Si supiéramos que existe una civilización extraterrestre, que hay una especie alienígena ahí fuera, diferente a todos nosotros, dejaríamos de vernos a nosotros mismos como mexicanos, españoles, holandeses, nigerianos, chinos o norteamericanos y pasaríamos a vernos solo como humanos, en contraste con esos alienígenas.
Caerían todas esas barreras y nacería la necesidad de establecer órganos globales que nos unan más y mejor como especie, para poder responder de forma más eficiente a los nuevos retos planteados.
Recibir una señal extraterrestre podría ser el elemento clave para instaurar un Nuevo Orden Mundial.
En un anterior artículo que escribimos en la Gazzetta del Apocalipsis, elucubramos sobre esta posibilidad y nos planteamos de qué manera las élites de este planeta podrían simular, de forma fácil y efectiva, un falso contacto extraterrestre para alcanzar sus planes.
Algunas de las elucubraciones que hicimos en este artículo, se ven reforzadas por las recientes declaraciones de uno de los científicos implicados en la Iniciativa Breakthrough, el científico australiano Matthew Bailes.
Bailes “aconseja que la humanidad no ofrezca ninguna respuesta, en caso de recibir una señal extraterrestre, puesto que un hipotético contacto con extraterrestres podría tener un trágico desenlace para nuestra especie, ya que si los alienígenas fueran capaces de transmitir una señal tan potente desde miles de años luz, eso significaría que son mucho más avanzados que nosotros”.
Como veremos en el siguiente artículo que escribimos en la Gazzetta, este “miedo” preventivo al contacto extraterrestre, resultaría un elemento esencial en la implementación de los planes de las élites…
Se aproxima el evento que centrará el interés público mundial durante décadas…
El acontecimiento que será calificado como “la mayor noticia de la historia”.
Quizás ahora te parezca una fantasía…pero por lo visto, pronto “contactaremos con extraterrestres”.
Y cuando eso suceda, ya nada volverá a ser igual. El mundo cambiará para siempre.
Los indicios de que ese momento se aproxima los tienes a tu alrededor.
Cada vez hay más pistas que indican que ese momento se acerca…
Pero no te confundas.
El objetivo de este artículo no es convencerte de la existencia de civilizaciones alienígenas, ni tampoco convencerte de lo contrario.
No hablaremos ni de ovnis, ni de abducidos, ni de bases militares secretas.
Eso entra dentro de las creencias y el criterio de cada uno.
El objetivo de este artículo es alertar de una posible manipulación a gran escala relacionada con este presunto “acontecimiento histórico”.
Y es que, aunque mucha gente piense lo contrario, a las élites que gobiernan el mundo les interesaría sobremanera dar una noticia como ésta; el descubrimiento de una civilización extraterrestre representaría el espaldarazo definitivo para sus planes de dominación planetaria.
Sería su jugada maestra, su jaque mate, el mayor engaño de la historia de la humanidad.
Tengamos en cuenta que para llevar a cabo una manipulación de tal magnitud, solo hace falta sembrar adecuadamente la mente de la población para que el engaño arraigue…y como indicamos en un anterior artículo titulado EXTRATERRESTRES Y MANIPULACIÓN SOCIAL, ese condicionamiento mental ya se ha producido en las últimas décadas.
La cultura popular ya tiene plenamente integrados los conceptos necesarios: solo hace falta vehicularlos de la forma más conveniente.
Así pues, las fichas ya están sobre el tablero…solo queda decidir cómo y cuándo ejecutar el movimiento definitivo.
CÓMO ESCENIFICAR EL CONTACTO EXTRATERRESTRE
Para llevar a cabo una maniobra de este calado, es necesario alcanzar un perfecto equilibrio entre el impacto que cause la noticia, la credibilidad que se le otorgue y los efectos que provoque.
Tengamos en cuenta que estamos hablando de la escenificación pública y orquestada de un falso contacto extraterrestre y por lo tanto, de una operación tipo “falsa bandera”.
Alguna gente pensará automáticamente en la aparición de enormes naves extraterrestres surcando nuestros cielos, al más puro estilo película de Hollywood o imaginará a falsos enviados alienígenas, grabados por las televisiones en directo, visitando la Casa Blanca y presentando credenciales.
Esa es una visión ingenua y algo peliculera, propia de los sueños más fantasiosos de un niño. En las redes ya hay supuestas teorías al respecto, como por ejemplo, el esperpéntico “Proyecto Blue Beam”.
Pero basar un engaño en este tipo de artificios visuales sería un grave error, por múltiples razones.
La razón principal es que requeriría un presupuesto enorme, un equipo de personas encargadas de llevarlo a cabo demasiado amplio y una excesiva complejidad. Y como todos sabemos, como más complejo es un plan, más variables deben controlarse, más cabos sueltos pueden quedar y consecuentemente, más probabilidades hay de que se produzca un error que eche al traste todo lo planificado.
Por lo tanto, para que un plan de este tipo funcione, debe ser simple y efectivo.
Y ante todo, plausible y realista.
Si las cosas se hacen de la “forma correcta”, la verdad es que no veremos ni a un solo extraterrestre. Ni una sola nave espacial. Ni tan solo una luz misteriosa surcando los cielos.
No serán necesarios.
Porque la dirección de una maniobra como ésta no debe recaer en manos de un director de cine y un grupo de especialistas en efectos especiales.
Debe recaer en manos de un “guionista”, es decir, de un narrador.
Y es que en este caso, sorprendentemente, el mayor efecto se conseguiría con la opción más simple y barata.
Lo único necesario sería…una señal de radio y una buena historia.
Tan simple como eso.
LA SEÑAL
La mejor forma de iniciar una maniobra de esta índole consistiría en simular la recepción de una “señal sutil” en un radiotelescopio, como pueden ser el famoso radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico o el ALMA (Atacama Large Millimeter Array), por poner un par de ejemplos.
Esa señal sería debidamente construida en su origen; los datos serían “fabricados” con el fin de que pareciera que proceden, inequívocamente, de una fuente inteligente y compleja, es decir, de una civilización extraterrestre avanzada.
Una vez fabricados, esos datos serían suministrados a las redes de análisis correspondientes en los organismos científicos encargados de ello, como pueden ser universidades, centros de investigación o las redes del proyecto SETI.
Pero el gran descubrimiento no se haría público de forma inmediata…
OCULTACIÓN Y NEGACIÓN
La clave para otorgarle credibilidad, residiría, precisamente, en ocultarlo inicialmente a la opinión pública.
Al principio, convirtiéndolo en un rumor basado en informaciones parciales y contradictorias, publicado en alguna revista o web especializada en ciencia y tecnología, que rápidamente sería negado por fuentes “científicas oficiales”, calificando las conclusiones de “apresuradas y basadas en una mala interpretación de los datos”.
Esa negación oficial sería la clave.
Porque una vez realizada esta primera negación oficial, solo haría falta poner en marcha la maquinaria de los medios ufológicos alternativos, que se encargarían de convertirla en una teoría de la conspiración.
Entonces, el anzuelo ya estaría echado.
Miles de voluntarios, apasionados de la ufología y deseosos de destapar “conspiraciones extraterrestres”, se encargarían de realizar el trabajo sucio, difundiendo el rumor de forma gratuita y aportando sus propias interpretaciones sobre los hechos.
No importarían en absoluto las invenciones y los disparates que éstos pudieran inventarse o elucubrar, pues todos ellos, contribuirían involuntariamente a la creación del caldo de cultivo necesario.
Ese es el papel que desempeñarían los medios alternativos, la mayoría de forma inconsciente e involuntaria.
Aunque entre ellos habría una pequeña minoría selecta al servicio de la trama, que de forma premeditada, conduciría al resto del “rebaño alternativo”.
EL HÉROE
Sería entonces, una vez se hubiera generado el ambiente idóneo en los círculos conspirativos más entusiastas, cuando aparecería la figura del “héroe filtrador”, el “paladín de la verdad”, al más puro estilo Edward Snowden o Julian Assange.
Un heroico científico o astrónomo que, saltándose las instrucciones de sus superiores o el secretismo impuesto por las autoridades, haría público el descubrimiento en algún periódico o medio oficial.
Su mensaje sería: “Es la noticia más grande de la historia de la humanidad ¡No podemos ocultarla! ¡La población debe saberlo!”
LA GRAN REPRESENTACIÓN
Llegados a este punto, los hechos se precipitarían.
Al principio, un manto de silencio oficial lo cubriría todo.
Los jefes de estado y los altos mandatarios se negarían a hablar del tema en las ruedas de prensa, interrogados por los medios de comunicación, caldeando con su actitud aún más el ambiente.
Su respuesta ante esas preguntas impertinentes sería una sonrisilla nerviosa acompañada del típico “no comment” o “éste no es el tema que debemos tratar aquí”.
De hecho, muchos de ellos no tendrían ni por qué saber lo que está sucediendo en realidad…
Se publicarían entonces noticias sobre reuniones secretas a alto nivel, procedentes de prestigiosos periodistas de investigación de la prensa escrita a los cuales se les filtraría adecuadamente la información necesaria para que la difundieran.
Los rumores se multiplicarían y todo ello contribuiría, durante días o semanas, a crear un creciente clima de incógnita y expectación, generando un debate abierto en los medios alternativos y un cierto descolocamiento en los medios generalistas, necesitados de una confirmación oficial.
Esa falta de sintonía entre lo “oficial” y lo “alternativo”, contribuiría aún más a generar la sensación de “que se oculta algo”.
Y sería en ese momento, en el que la tensión mediática acumulada alcanzara el grado necesario, cuando los grandes mandatarios escenificarían el “momento histórico”, el impacto emocional definitivo.
Tras unas horas de incertidumbre, enmedio de noticias contradictorias y rumores sobre viajes no programados de los grandes mandatarios, se produciría una comparecencia conjunta en la sede de las Naciones Unidas, tras una convocatoria urgente de la Asamblea General, en la que, públicamente, darían la noticia al mundo: la detección de una compleja señal de inequívoco origen extraterrestre, que confirmaría, definitivamente, que no estamos solos en el universo.
Todo ello vendría acompañado, evidentemente, de una serie de históricos discursos de los grandes líderes mundiales, especialmente del presidente de EEUU, de Rusia y de China.
Un evento histórico culminante, trufado de imágenes emblemáticas para la posteridad y vendido con todo lujo de detalles, ahora sí, por los grandes medios de comunicación.
Y dependiendo de las circunstancias políticas en que se produjeran los acontecimientos, el efecto podría ser aún mucho mayor.
Por ejemplo, si todo esto sucediera enmedio de un ambiente de tensión entre las grandes superpotencias, se conseguiría un efecto multiplicador sin precedentes.
¿Como vería el mundo, en el caso de que los EEUU y Rusia estuvieran inmersos en una grave escalada de tensión diplomática próxima a un enfrentamiento bélico, que de repente, sus máximos mandatarios aparecieran juntos para dar una noticia de esta magnitud y calado?
¿Cuál seria el efecto extraordinario que un hecho como éste tendría sobre la opinión pública?
¿Esa señal extraterrestre no sería considerada casi como una señal providencial de los cielos, aún para los más recalcitrantes ateos?
¿Alguien se atrevería a poner en duda la autenticidad de una señal que salvara al mundo de una posible Tercera Guerra Mundial?
Con esta maniobra, la señal se vería revestida de un cierto halo de “luminosidad”, de un espíritu “bondadoso de unión planetaria”, mediante el cual, negarla representara identificarse con los aspectos mas negativos del ser humano.
Además, esa primera señal debería recibir un nombre emblemático y recordable, que pasara a formar parte del imaginario popular para siempre, como el cometa Halley o el planeta Saturno y a poder ser, asociarle algun tipo de imagen visual.
En definitiva, darle cara y nombre, para que viviera perpetuamente en el interior de nuestras mentes.
EL VALOR DE LA INCERTIDUMBRE
Como vemos, con una buena narración no es necesario mostrar ni una sola nave extraterrestre.
De hecho, en estas circunstancias, se aplicaría la máxima de “menos es más”.
La gestión adecuada de muy poca información y gran cantidad de incógnitas pueden servir para generar altas cotas de tensión narrativa, mucho más útiles y efectivas que mostrar explícitamente enormes platillos volantes surcando los cielos.
Pongamos un ejemplo:
Supongamos que estás encerrado/a en una habitación y escuchas inquietantes arañazos y golpes en la pared, acompañados de profundos e indescriptibles gruñidos.
Entonces te digo que al otro lado de la pared hay un ser monstruoso, que pretende hacer un agujero con sus garras para acceder a la habitación y devorarte.
Tú no sabes nada del monstruo, no sabes cuál es su tamaño o su aspecto. Solo escuchas sus gruñidos y jadeos exasperantes y el frenesí incesante de sus garras descascarillando el cemento y los ladrillos y no sabes cuándo conseguirá hacer el agujero en la pared y precipitarse sobre ti.
Solo lo oyes, trabajando arduamente para conseguirlo.
Ahora dime ¿qué da más miedo? ¿No saber cómo es el monstruo ni cuando te atacará o enfrentarte a la visión del monstruo directamente?
La clave de esta manipulación, pues, reside en la incertidumbre y en la acumulación de incógnitas. En que creas que el monstruo está ahí pero no sepas qué sucederá, cómo sucederá ni cuándo sucederá.
Con ello el manipulador se ahorra el gasto y el esfuerzo de tener que crear un “monstruo ficticio”, con los riesgos que ello conlleva y le permite mantener el control y el compás de la situación el tiempo que considere necesario. Todo son ventajas…
En el caso del falso contacto extraterrestre, se usaría la misma técnica.
En lugar de mostrar explícitamente a los extraterrestres y vernos enfrentados directamente a su presencia, se generaría una sensación permanente de incertidumbre, de insinuación de la información, que bien gestionada podría alargarse durante años.
El vehículo narrativo sería: “sabemos que están ahí, sabemos que están muy avanzados, pero no sabemos si nos han detectado, ni conocemos sus intenciones. Y ante todo, no sabemos qué sucederá si vienen a visitarnos”
GIROS ARGUMENTALES
Una vez creado este escenario, solo necesitamos ir añadiendo pequeños giros argumentales y aportes de información que mantengan la tensión en alto.
Pequeños indicios o pistas inquietantes procedentes del análisis de la información recibida en las señales extraterrestres.
Preguntas que sugieran respuestas, aunque no las ofrezcan explícitamente.
Como esos trozos de cemento arrancado que escuchas caer al otro lado de la pared, el raspar de lo que parecen unas garras afiladas o los inquietantes gruñidos guturales de lo que parece ser una enorme bestia hambrienta.
Imágenes que solo existen en tu mente y que tan solo necesitan de una buena sugestión.
En el caso de la señal extraterrestre, esos giros argumentales tendrían la forma de nuevas señales, recibidas en el momento adecuado, cuando la tensión pública al respecto disminuyera.
Señales que arrojaran gran cantidad de incógnitas y posibles interpretaciones, algunas de ellas inquietantes.
¿No sería inquietante, por ejemplo, saber que esas señales proceden de nuestro “vecindario cósmico”?
¿No resultaría aún más inquietante descubrir que esas señales no proceden siempre del mismo punto exacto del espacio?
¿Qué sucedería si pasados un par de años desde la primera señal se recibiera una nueva señal procedente de un punto mucho más cercano aún, pero con las mismas características?
Ello denotaría movimiento por parte de esa civilización extraterrestre.
Es decir, significaría que son capaces de viajar por el espacio a gran velocidad.
Una imagen poderosa…y perturbadora.
LA NARRACIÓN MÚLTIPLE
Inmersos en esta nueva etapa de la historia, aparecerían múltiples narradores, aunque no todos ellos cumplirían el mismo cometido ni dispondrían de la misma credibilidad.
Los medios alternativos
De nuevo aparecerían los medios alternativos, encarnados en los fanáticos de la ufología.
Ellos serían los encargados de esparcir la psicosis y la paranoia.
Y de nuevo, no sería necesario pagarles para que desempeñaran tal cometido.
Millones de personas alrededor del mundo estarían predispuestas a ver ovnis, platillos y luces misteriosas por todas partes, enmedio de un clima de pánico.
Los avistamientos se multiplicarían, así como las bromas y las manipulaciones.
Los ufólogos, con el aval del descubrimiento de vida extraterrestre se convertirían en una suerte de nuevos sacerdotes populares.
Aquellos que “ya advertían de lo que sucedía” y a los que “nadie hizo caso”…
¿Cuántos de ellos, ahora refrendados en sus convicciones, estarían dispuestos a afrontar la posibilidad de una gran manipulación?
Y ante todo, ¿cómo actuarían estos ufólogos ante todo aquel que osara insinuar que ese contacto extraterrestre es una falacia?
Efectivamente, ellos, de forma involuntaria, se convertirían en el núcleo duro de la manipulación.
Serían el nuevo sacerdocio fanatizado, capaz de quemar a los “herejes”.
Una curiosa inversión de papeles…una manipulación magistral.
La ciencia oficial
Pero en última instancia, la credibilidad y el prestigio recaería en un reducido círculo de científicos oficiales, los máximos representantes del paradigma tecnocrático hacia el que se encamina el mundo.
Ellos serían los narradores centrales de la situación, pues serían los encargados últimos de interpretar y analizar los datos recibidos y de elaborar las teorías destinadas a convertirse en la verdad oficial.
Con el respaldo de la ciencia, de los medios de comunicación y de los gobiernos, una insinuación suya sería mil veces más terrorífica que el griterío enfervorizado del ufólogo más apocalíptico.
Gracias a sus datos fríos y asépticos y a sus teorías bien fundamentadas, sentiríamos el aliento de esa espectral civilización alienígena cada vez que levantáramos la vista hacia el cielo y no podríamos evitar sentirnos observados y amenazados por un fantasma desconocido cada vez que miráramos las estrellas.
Ese sería su gran papel: con voz tranquila y sosegada, nos venderían la sombra de la amenaza latente y la necesidad imperiosa de establecer un mando fuerte y centralizado a escala planetaria.
Un gobierno global que supere las viejas e ineficientes diferencias del pasado, con el fin de preparar a la humanidad ante los nuevos retos que se ciernen sobre ella.
El nuevo paradigma social, económico y político.
El viejo sueño de las élites.
¿Y quién podría negarse dada la situación?
¿Recuerdas la habitación del horror?
¿Recuerdas al monstruo que te amenaza desde el otro lado de la pared?
Si un policía está contigo dentro de la habitación, vestido con su uniforme y su arma y te asegura que si obedeces todas sus órdenes te salvará del monstruo, ¿No seguirás todas y cada una de sus instrucciones sin rechistar? ¿No le entregarás toda la autoridad y poder para afrontar una situación tan desesperada?
¿Dudarías en hacerlo?
Piensa que el monstruo sigue arañando la pared y nadie sabe cuando conseguirá irrumpir en la habitación…
En eso consiste la gran jugada.
Y como has visto, para llevarla a cabo solo se necesita una buena historia…
Un ejercicio de simulación
Evidentemente, todo lo que hemos contado en este artículo son solo un conjunto de elucubraciones, suposiciones y teorías.
En el fondo, nos hemos puesto en la piel de las élites y hemos imaginado qué haríamos nosotros si estuviéramos en su lugar y quisiéramos alcanzar determinados objetivos.
Éste es un ejercicio que todo el mundo debería hacer, en solitario o en reuniones de amigos aunque fuera a modo de diversión o de juego.
Se trata de imaginar qué tipo de manipulaciones pueden realizar los gobiernos o las personas poderosas para alcanzar sus fines, un ejercicio de simulación parecido al que pueda realizar un Think Tank, aunque de forma mucho más informal y con pocos recursos.
Evidentemente, quedan muchos cabos sueltos y lo expuesto hasta ahora no es más que un esbozo muy superficial.
Pero cada vez hay más indicios que apuntan en esta dirección y vale la pena intentar avanzarse a los acontecimientos.
A grandes rasgos, hemos visto una forma posible de realizar esta manipulación…Pero, ¿qué estarían buscando al hacer algo como esto?
Y ante todo, ¿qué podrían llegar a conseguir?
La respuesta a estas preguntas puede resultar perturbadora…
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS