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Adriana – Retiro de silencio

Retirarse en silencio para permitir que la mente se aquiete y dejarse ir en las profundidades del Ser. No hacer nada, pero permitir que todo suceda. Escuchar la vibración del silencio hasta hacerse uno con ella, diluyéndose en la nada para serlo todo.

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La mente siempre quiere hacer algo y el ego conseguirlo todo. Sin embargo, entre los intentos por conseguir y el constante hacer se abre una fisura por donde la vida se escapa como si fuera agua entre los dedos, mientras que un extraño desasosiego comienza a invadirnos. La ansiedad se queda instalada como si fuera algo normal, pero, ¿lo es?
El Retiro que presentamos es una propuesta de trabajo interno destinado a aquellos que en verdad tienen auténtica sed de comprensión, y por ello anhelan hacer un alto en el camino. Detenerse y simplemente escuchar. Un tiempo destinado a hacer el “no-hacer”, para sentir el cuerpo, recordar el olvidado sí mismo y escuchar el Corazón.

Sentarse y sentirse… sin ninguna otra pretensión que compartir el silencio con los demás. Tiempo para la interiorización y el autoconocimiento, para saber quién y qué se es por experiencia directa, sin conceptos ni ideas preconcebidas, o adquiridas de los demás.

Unas condiciones idóneas para traspasar las diferentes capas superficiales del ego y la personalidad, con el fin de conectar con zonas más profundas y nucleares, allí donde mora el alma, siempre dispuesta a susurrarnos sus secretos. Lo que en tales estados de profundidad emerja formará parte de la experiencia íntima de cada cual.

En definitiva, un tiempo de silencio y quietud dedicado a la práctica intensiva del Radja yoga, el yoga del conocimiento, del autodescubrimiento que se produce a través de la meditación sentada y en quietud.

Una oportunidad para brindarse la posibilidad de experimentar el sabor que proporciona la percepción de contemplar cómo el tiempo, el espacio y uno mismo se diluyen en el vacío infinito que todo lo contiene.

Emilio J. Gómez
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«15 Consejos de Feng – Shui»

Según una antiquísima ciencia china de más de 4000 años de antigüedad, la posición y orientación del espacio a construir es una cuestión muy importante a tener en cuenta. El lugar que ocupa nuestra residencia, nuestra oficina de trabajo y los objetos que nos rodean pueden afectar seriamente a nuestra existencia . En occidente no tenemos costumbre de deparar en estos detalles, más bien instalamos los objetos según nuestra comodidad y siguiendo modelos de moda o decoración. En muy contadas ocasiones acertamos en su posición exacta (plantas, espejos, cuadros, etc), aunque los sabios chinos advierten que en esta filosofía oriental influye mucho la intuición. Y ésta es una virtud, que todos los seres humanos poseemos en mayor o menor medida.

El Feng-Shui es un arte milenario que intenta utilizar los elementos a nuestro alcance para hacernos más favorables las energías del planeta.

El vocablo Feng significa viento y Shui agua. La frase viento y agua simboliza «el viento ascendiendo a la cima de una montaña y el agua subiendo hacia su cumbre». Esta filosofía oriental, se puede aplicar en decoración de interiores y exteriores, arquitectura y jardinería. Los que se atrevan a estudiar el Feng-Shui descubrirán un mundo fascinate y muy amplio que podrá llevar a la practicar, comprobando sus resultados, de una forma muy amena y divertida.

Occidente poco a poco se va rindiendo al Feng-Shui, siendo muchos los arquitectos que diseñan y elaboran sus planos con la ayuda de maestros y asesores de esta técnica. Multinacionales de gran prestigio internacional (sobre todo norteamericanas) están elaborando sus edificios respetando estas tradiciones orientales y poco a poco se dejan ver muchos elementos de decoración vinculados con el Feng-Shui.

LA HISTORIA

Hay dos maneras de estudiar y practicar el arte Feng-Shui: la Escuela de las Formas basada en la orientación de la puerta principal del hogar y la Escuela de la Brújula desarrollada a partir de los puntos cardinales, independientemente de donde esté situada la entrada.

Ambas se extendieron por separado y sólo se logró enlazar ambas enseñanzas a finales del Siglo XIX. El motivo de estas dos practicas viene de antaño. Los habitantes de china se establecieron en el sur y el norte del continente, con unas condiciones de vida completamente distintas. La zona norte era un territorio plano, pobre y sacudido por los vientos, mientras que la parte sur, tenía colinas florecientes y ríos ondulantes. En el Siglo IX vivió allí el gran maestro YanYung-sun quien se encargó de recopilar y concretar la Escuela de las Tres Puertas, como era conocida también la Escuela de las Formas y la denominó Hsing Shih que significa forma y orden.

Dicha escuela se ocupaba de las características visibles de un paisaje en el entorno de la vivienda. Aproximadamente un siglo después, el maestro Wang Chih dio una nueva perspectiva al Feng-Shui al desarrollar el método de la brújula. Procedía del norte y por ello esta tendencia se conoce también como Escuela de Fu-Kien. Este estudioso pensaba que la otra escuela era poco rigurosa. Naturalmente el sistema de Wang Chih era más ajustado para el paisaje poco cambiante de su origen, mientras que en el sur todo eran frecuentes cambios propiciados por la naturaleza.

Sin embargo durante muchos siglos los maestros de las diferentes disciplinas no se ponían de acuerdo y cada uno defendía sus propias consignas. Hace apenas unos cien años los maestros comenzaron a unificar posturas. En la actualidad, los consultores y maestros de Feng-Shui utilizan, evidentemente, los dos medios para llevar a cabo sus análisis, cosa impensable hace siglos.

No pretendo extenderme más en esta cuestión, tan sólo aclarar un tema de frecuente confusión para los recién llegados al Feng-Shui. El verdadero proposito del presente trabajo es ofrecer varios consejos muy útiles, que son muy sencillos de aplicar para que el lector comience a utilizar este noble arte y experimente en su propio hogar.

EL MÉTODO

Éstas son las herramientas básicas para comenzar a conocer los entresijos del FENG-SHUI y que le ayudaran a compensar las zonas erróneas de su hogar y potenciar por ejemplo la fortuna, la salud, la familia o los benefactores, según los coloque en los lugares apropiados.
Objetos brillante (espejos, bolas de cristal Feng-Shui y luces artificiales)
Los colores (cada habitación de la casa se potencia con un color según el Ba-Gua)
Los sonidos (sonerías, campanas y música)
Fuerza Vital (plantas, peceras, estanques, etc)

Energía Cinética (fuentes de agua, ventiladores de aire, etc)
Objeto de peso (esculturas, columnas, etc)
Energía eléctrica (ubicación de equipos electrónicos)
Los símbolos (flauta de bambú, Ba-Gua, etc)
Otras herramientas (banderas, cortinas, incienso, cuadros, etc)
Con estos objetos se suavizaran las malas energías que se puedan concentrar en algunos puntos de su hogar o negocio, debido a una inadecuada construcción del edificio o al mal emplazamiento de los enseres.

LOS CONSEJOS

1.- Elige una casa de forma cuadrada que tenga protegida la parte posterior y los laterales, dejando vía libre la zona de la entrada. La protección puede estar refrendada por arboles, colinas u otros edificios. Un elemento esencial en la entrada puede ser la instalación en su lado izquierdo de una fuente o estanque de agua que favorecerá la fortuna.

Evite colocar una piscina justo detrás de su casa, el lugar adecuado para su ubicación es en la parte delantera. Y siempre con formas redondeadas y suaves.

2.- Evita los objetos agudos y afilados como plantas de hojas afiladas, esquinas, mesas cuadradas, vigas, columnas, etc. Hay que tener en cuenta que un fundamento esencial del Feng-Shui es utilizar la energía del Chí, fuerza universal que nos rodea y que podemos canalizar y utilizar. Por tanto todos los objetos redondeados y en espiral le serán propicios y evitara que la energía se estanque. Por el contario las lineas rectas, que no son nada aconsejables en Feng-Shui, como por ejemplo un pasillo o una columna cuadrada propagan muy mal el Chí. Si tiene una mesa cuadrada o rectangular con puntas, coloque sobre ellas objetos redondos que suavicen las formas.

3.- La parte delantera de la casa es Yang (movimiento) por lo que se recomienda que se instale junto a la puerta los lugares de ocio y el comedor, dejando para la parte posterior, Ying (quietud) los dormitorios y la biblioteca. Nunca situé en la entrada grandes objetos que dificulten el acceso de la energía. Los expertos señalan que situar plantas de cactus en la entrada es muy nocivo por su forma puntiaguda.

4.- La limpieza y el orden deben ser imprescindible , pues permite que la energía fluya con libertad. Ordene los trasteros y evite acumular objetos inservibles. Los aromas naturales y los inciensos aumentan el flujo del Chí y mucho mejor si es acompañado con música de relajación.

5.- Los animales domésticos son muy aconsejables, atrayendo el Yang moviendose regularmente por toda la casa. Los maestros de Feng-Shui aconsejan la posesión de tortugas que es un animal de protección del hogar. Los gatos suelen eligir zonas de radiaciones para sentarse o descansar, por tanto nunca te acomodes en dichos lugares.

6.- Precaución con los espejos. Nunca ponerlos alineados con puertas y ventanas (excepto si tienes delante de tu vista un bello paisaje y pretendes atraer para tu hogar el Chí de la naturaleza). Sobre todo evitarlos frente a la puerta principal y en los dormitorios. En la entrada te repelerá la energía, que no entrará en tu casa y en los dormitorios al entrar dentro de los objetos considerados Yang, te perjudicaran el descanso. Al menos intenta que no refleje la cama y que no sean excesivos. Si no se puede evitar, cúbrelos durante la noche.

7.- Los colores deben ser utilizados correctamente en cada habitación de la casa o negocio, según le corresponda dentro del esquema del Ba-Gua (ver dibujo que acompaña el articulo y que podras trasladar al plano de tu hogar, negocio,etc).

8.- Las puertas y ventanas no deben estar alineadas, si no pueden cambiarse separarlas visualmente, bien con un biombo o con cortinas.

9.- Colocar objetos que tengan que ver con el agua (elemento muy importante) en la parte norte de la casa (excepto si hay un inodoro), como por ejemplo un acuario o una fuente. Ayudara a potenciar la zona de la fortuna atrayendo el dinero.

10.- Si tienes escaleras dentro de la casa no colocar jamás debajo de ella un escritorio o un acuario ni nada que exprese movimiento, instala más bien elementos relacionados con la familia.

11.- Tanto las columnas cuadradas como las vigas expuestas son consideradas mal Feng-Shui, creando un Chí negativo debido a sus esquinas y formas rectas, actuando como flechas envenenadas hacia el lugar donde apunten. Un remedio para las vigas expuestas es crear un falso techo, si no es posible colocar dos flautas de bambú con cordones rojos apuntando sus boquillas hacia arriba. Para las columnas cuadradas se pueden colocar plantas que giren alrededor de la columna, objetos redondos, sonería o espejos (estos anulan visualmente la columna).

12 .- El cuarto de baño debe emplazarse en la zona norte, nordeste o noroeste del hogar ya que esta vinculado al elemento agua. Es la zona mas conflictiva de la casa, se aconseja tener siempre el inodoro cerrado, sobre todo cuando se utilice la cisterna. Mantenerlo perfumado y ordenado. Situado en el centro de la vivienda provoca posibles enfermedades. El remedio puede ser colocar un cristal semicircular en la puerta.

13.- Los hornillos de la cocina siempre han de estar limpios y pulcros, pues representan la prosperidad. Nunca deben estar junto a la pila de fregado. Si no se puede cambiar colocar un objeto de madera entre ambos, como por ejemplo una cuchara de madera colgada de la pared. Evitar un inodoro alineado con los hornillos al otro lado de la pared. El mejor emplazamiento de la cocina es el lado oeste de la vivienda, procurando que no coincida con la puerta principal. Evitaríamos problemas de obesidad y psicológicos.

14.- En los dormitorios buscamos tranquilidad por ello no son aconsejables como vimos anteriormente los elementos Yang, como por ejemplo el agua, elude todo lo relacionada con ésta. Elige colores relajantes como el azul, los tono beige y claros. Eludir sobre todo la existencia de una viga descubierta sobre la cama y mucho más si es de forma vertical, pues representa la separación de la pareja. El colchón de matrimonio debe ser de una sola pieza y se debe evitar los metales en la cama o en la cabecera.

15.- En la sala de estar, elige colores como el verde, el amarillo o el rojo (aclarar que cuando hablamos de colores no sólo me refiero al tono de las paredes si no al color general de los objetor reinantes en el lugar). Coloca el sofá de modo que os veáis frente a frente, la rinconera son propicias por su forma circular. Sitúa un gran espejo frente a donde vayáis a comer de modo que se refleje toda la familia. La mesa de la sala o comedor, debe de tener las esquinas redondeadas, si no es así compensalo con objetos y floreros circulares o con curvas.

Estos consejos son universales en el Feng-Shui, sin embargo hay mucho más. El interesado podrá encontrar en el mercado un amplio surtido de libros para todos los gustos y cuanto más profundice en tan interesante arte milenario, más irá adaptándolo a su propia forma de ver el Feng-Shui. Lo transformará en algo personal guiado por su intuición, factor muy valioso para los maestros y a su vez cambiará su vida y la de los demás.


Mari Cármen Muñoz
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Adriana – Medicina China-El Punto De La Longevidad‏

¿Sabías que de acuerdo con la Medicina Tradicional China nuestro cuerpo contiene 365 puntos y 12 meridianos principales (una red de canales que permiten que la energía fluya accediendo a todas las partes del cuerpo) equivalente a los días y meses del año?

La medicina china tiene una larga historia y tradición. Percibe el cuerpo como un sistema de energía y cree que masajeando unos puntos particulares la energía fluirá en el cuerpo, aumentará y mejorará la función de los órganos del cuerpo.

Uno de estos puntos es conocido como «el punto de la longevidad”, y se cree que puede frenar el proceso de envejecimiento y contribuir en la prevención de una serie de enfermedades.

Echemos un vistazo a lo que este punto de presión puede hacer por nuestro cuerpo:

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Localización del Punto de Longevidad

Situado justo debajo de la rótula (ver imagen superior), el punto de la longevidad se pueden encontrar fácilmente. Sólo tienes que colocar las manos sobre las rodillas, manteniendo la mano izquierda sobre la rodilla izquierda y la mano derecha sobre la rodilla derecha. Su punto exacto se encuentra entre los extremos de tu dedo anular y el meñique.

Procedimiento:
Toma unos segundos para relajarte antes de comenzar. Antes de masajear este punto, asegúrate de estar sentado cómodamente. Inhala profundamente, centrándonte en tu estado emocional.

Masajea el punto en movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, unas nueve veces con cada pierna. Masajea la zona con los dedos. También puedes utilizar un calcetín relleno de cereales como trigo sarraceno, avena o arroz.

Preferiblemente, es mejor masajear el punto de la longevidad por la mañana, ya que esta acción antes de dormir puede causar insomnio. Por la noche una mejor alternativa sería masajear estos puntos en tus piernas para descansar mejor.

Los Beneficios para la Salud
Según la medicina tradicional china, se cree que este punto puede combatir innumerables problemas y condiciones de salud.
El masaje de este punto es especialmente beneficioso para los órganos en la parte inferior del cuerpo. Se cree que el punto de la longevidad puede aumentar la función del sistema reproductivo, riñones, glándulas, el transito gastrointestinal y el tracto digestivo.

El masaje de este punto también ha dado resultados positivos en problemas como el estreñimiento, gastritis, incontinencia urinaria, impotencia, así como el hipo.
El punto de la longevidad también puede ser muy útil para eliminar la ansiedad, el estrés y la tensión. Este punto es beneficioso para mantener un equilibrio interno y aumentar la confianza. Mientras que también puede ayudarte a lidiar con el estrés; estos 8 puntos de presión también te proporcionarán una solución rápida y largo plazo.

El masaje de este punto regularmente tiene efectos positivos en la prevención de la inflamación, la regulación y estimulación del sistema inmune, así como en la regulación de los niveles de glucosa e insulina.​​

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Adriana – Mudra de desintoxicación

Este mudra está destinado a fomentar la desintoxicación del organismo a través de sus medios habituales, pero también para liberar al cuerpo y la mente de aspectos negativos, como el mal humor, pensamientos negativos o temores.

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Se practica con las dos manos: coloca el pulgar en la pared interior de la tercera falange del dedo anular.

Por lo menos una vez al año, habría que llevar a cabo una cura depuradora del organismo, sin que importe demasiado que se haga en un magnífico balneario o en casa. Pero lo que sí es fundamental es que durante el tiempo que se realice, te cuides mucho y te permitas descansar todo lo necesario, sin olvidar incluir el suficiente ejercicio (pasear, yoga, ejercicios respiratorios). Lo más eficaz y suave es una dieta de arroz o patatas. Durante 3 o 4 días, por la mañana, toma una infusión de ortigas (Urtica dioica L.) y come pan de harina integral, que sea fácil de digerir; a mediodía y por la noche un plato de arroz o patatas con hojas de alguna verdura al vapor. Entre horas, bebe agua o toma infusiones. Cada dos días deberías administrarte una lavativa y de vez en cuando, reforzar la depuración con una cataplasma.

La cataplasma de patata, por ejemplo, es fácil de preparar y extrae literalmente las toxinas del organismo. Aplícatela como complemento de la cura de desintoxicación general sobre el hígado o los pulmones o también en las partes del cuerpo que te duelan. Cocer las patatas con piel y aplastarlas con un tenedor para formar una pasta. Envolverla en un paño de algodón y colocarla en el lugar elegido; cubrir la cataplasma y esa parte del cuerpo con un paño caliente. Dejar actuar durante unos 30 minutos.
Los días que dure la cura de depuración, conviene echarse y descansar de vez en cuando; es el momento ideal para practicar este mudra que ayuda a reforzar el proceso de desintoxicación.

Aprovecha estos días para reflexionar acerca de lo que estás dispuesto a dejar de lado, aparte de las toxinas y deshechos de tu organismo: malos recuerdos, viejos rencores, hábitos, rasgos del carácter, miedos, etc. De esta manera, dejarás espacio para lo nuevo. ¿Qué será?

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Adriana – Equilibrio

La mente busca el equilibrio porque considera que detrás de él, una vez conseguido, se encuentra oculta algún tipo de perfección. Al mismo tiempo, y por alguna extraña razón, la mente asocia también, junto con el concepto de equilibrio, la idea de ser algo estático e inmóvil. Sin embargo, todo ello bien poco o nada tiene que ver con el verdadero equilibrio.

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El equilibrio se expresa a través del movimiento y no en la quietud. El funámbulo que camina sobre el alambre ha de estar en permanente movimiento si no quiere caerse. Al igual que el ciclista, que ha de pedalear sin cesar para generar movimiento si quiere mantenerse en equilibrio.

El equilibrio es dinámico por propia naturaleza. Nuestro universo está en equilibrio precisamente porque no cesa en su movimiento; al margen de estar en constante cambio. De ahí nace la percepción de la impermanencia, que es la ley que rige la realidad del mundo exterior, material y relativo.

Sin embargo, a la mente le gusta considerar que el equilibrio ha de ser algo estático, en vez de dinámico. La propia fuerza dinámica de la vida se expresa a través de una fuerza centrífuga hacia el exterior, y otra centrípeta hacia interior.

Desde luego, nos estamos refiriendo a los Gunas, las cualidades de la manifestación: Rajas, actividad; Tamas, pasividad; y Sattwa, equilibrio. Sin estas dos fuerzas contrapuestas -Rajas y Tamas- no podría existir la tercera fuerza que es neutra: Sattwa, el equilibrio.

Es en la cualidad Sattwa donde el equilibrio se manifiesta. Descubrir esta tercera fuerza es uno de los objetivos fundamentales de la práctica del Radja yoga a través de la observación inafectada que se produce durante la meditación sentada y en quietud.

Por este motivo, la práctica de la meditación se realiza instalado en una postura que cuida al máximo el equilibrio postural, generando un centro de gravedad, al tiempo que el cuerpo está sumido en una profunda relajación, mientras que los sentidos están proyectados hacia el interior y al mismo tiempo hacia el exterior, gracias a una mirada introvertida y extrovertida al unísono.

Equilibrio inmóvil, la paradoja
Paradójicamente, aunque el equilibrio se manifiesta en la actividad y la acción, durante el tiempo de práctica del Radja Yoga se invita a la inmovilidad. ¿Qué se trata de encontrar a través de la inmovilidad? Sattwa, la fuerza neutra donde el equilibrio deja de ser un concepto más para convertirse en experiencia.

Sattwa es la fuerza que no interviene hacia fuera ni hacia dentro, pero que sin embargo es la que permite la expresión del movimiento y de la quietud, tanto en el mundo exterior como en el interior.

La postura del despertar, instrumento fundamental del Radja yoga, utiliza el cuerpo a modo de receptor para que la consciencia se “dé cuenta” y descubra el fondo estático sobre el cual se manifiesta y desarrolla el principio dinámico, el fenómeno de la vida, del que todos formamos parte indivisible.

Cuando la percepción de la realidad física, visible, material y tangible que conforma el principio dinámico se aquieta, aparece el principio estático, lo Real, lo intangible e invisible. ¿Quién queda ahí para darse cuenta?

Emilio J. Gómez
(Fragmento del libro: Kevala Kumbhaka, entre el todo y la nada)
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Adriana – Vence las preocupaciones y la ansiedad

Las instituciones médicas más prestigiosas, como Harvard Medical School, avalan y recomiendan las técnicas de Yoga y Relajación como tratamiento para superar definitivamente la ansiedad.

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El ataque empezó, como casi siempre, por la noche. Lucía se había despertado sobresaltada y había ido a la oscura cocina repasando mentalmente la lista interminable de tareas que tenía que hacer al día siguiente: llevar a sus hijos al colegio, presentar un informe que no había tenido tiempo de terminar, hacer la comida, sacar al perro…

Pero no tuvo tiempo de repasar mentalmente toda la lista. De repente empezó a sentir que se le contraía el estómago, les sudaban las palmas de las manos, su respiración se hizo irregular y entrecortada, se sentía mareada… La ansiedad se había apoderado de ella.

Lucía tardó más de dos horas en recuperar la tranquilidad e hizo el firme propósito de aprender a canalizar y controlar sus reacciones de estrés y ansiedad. No se trataba de una opción. Se trataba realmente de una necesidad si quería compatibilizar su trabajo y su familia.

Al igual que Lucía, millones de personas en todo el mundo luchan por encontrar el equilibrio en una sociedad cada vez más exigente. Muchas de ellas encuentran la solución en las milenarias técnicas del Yoga y la Relajación.

Desde hace milenios los yoguis han explicado la necesidad de dominar nuestras mentes y cesar sus perturbaciones para así encontrar la paz interior y la salud física y mental. También el Buda explicó la importancia de controlar la mente y las preocupaciones para alejarnos el sufrimiento: los deseos, las expectativas sobre el futuro, los recuerdos del pasado, etc., nos mantienen presos del sufrimiento.

El yoga controla y reduce la ansiedad y el estrés
El yoga se ha estudiado desde la década de 1970 como un posible tratamiento para la depresión y la ansiedad. Recientemente, investigaciones realizadas por la Universidad de Harvard y recogidas en Harvard Mental Health, han demostrado que el yoga afecta positivamente a la respuesta al estrés y al estado emocional. La práctica de yoga hace que el cerebro libere unas sustancias naturales que actúan como potentes antidepresivos y ansiolíticos, constituyendo una gran promesa para la mejora de la salud de las personas.

Globalmente, la depresión golpea a más de 100 millones de personas. Cada año, esto desemboca en casi un millón de suicidios. Afortunadamente, existen muchos testimonios de cómo el yoga le ha salvado la vida a muchas personas.

Las técnicas efectivas de yoga son capaces de regular la respuesta al estrés al reducir la sensación de estrés y ansiedad. Esto, a su vez, disminuye la activación fisiológica -por ejemplo, reduciendo la frecuencia cardiaca, disminuyendo la presión arterial, y facilitando la respiración-. También existen evidencias de que la práctica de yoga ayuda a aumentar la variabilidad del ritmo cardíaco, un indicador de la capacidad del cuerpo para responder al estrés con mayor flexibilidad.

Investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Utah, Estados Unidos, han revelado que el yoga también afecta a la capacidad de tolerar el dolor.

Podría seguir exponiendo muchos otros estudios que demuestran los increíbles efectos positivos que el yoga tiene sobre el estrés y la ansiedad, pero lo mejor es experimentar por uno mismo y comprobar de forma personal cómo el yoga ayuda de forma eficaz a superar la ansiedad.

Ten fe en el propio esfuerzo y en la propia confianza. Con el poder de los pensamientos puedes determinar tu destino. – Swami Sivananda

Quiero compartir contigo este valioso ejercicio para que lo practiques cuando sientas que las preocupaciones y la ansiedad toman el control:

Ejercicio: Acepta que no puedes saberlo todo
Nos pasamos la vida opinando y escuchando opiniones, algo que puede ser una importante fuente de estrés. Cuando la incertidumbre te produzca ansiedad o agitación mental, practica este ejercicio para descansar en el “no saber”.

Siéntate en un lugar tranquilo, céntrate en tu respiración y haz una proyección hacia el futuro, ¿cómo será tu vida en diez años? La respuesta más probable es: “no lo sé”.

Acepta este desconocimiento y déjate llevar por la sensación liberadora. Después, archiva este momento y usa este “no saber” ante situaciones conflictivas.

Descubrirás que te relaja y que, poco a poco, logras superar esos instantes de angustia y preocupación.

Beatriz Recio
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Adriana – El principio de la meditación

La meditación es un estado. Es un lugar al que hay que llegar sin ir a ninguna parte. Cuando te sientes a meditar vendrás del estado del hacer y deberás cambiar al estado de no-hacer. Esa es la primera dificultad y quizá el primer desafío: sentarte y permitirte no hacer.

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El ambiente adecuado es un lugar tranquilo, sin televisor, sin teléfonos que suenen (ni siquiera el móvil en vibrador), sin otros con los que hablar, con bajo nivel de estímulos, sobre todo, para no tentar a la mente y a la distracción. Si en tu casa no encuentras un lugar así, sal a dar un pequeño paseo y busca tu lugar fuera del circuito habitual de tu vida. El mundo es grande y siempre hay un rincón para volverse silencioso, debajo de un árbol e incluso dentro de un templo en horarios en los que no hay actividad. Siempre es una buena inversión armarse un rinconcito sagrado en casa para parar un rato y volverse hacia el interior.

La fuerza de voluntad es fundamental. Debemos tener claro que lo que queremos hacer es un trabajo interior y por la salud integral de nuestro ser. Es por nuestra salud y la de nuestros estados internos, es para mejorar nuestras vidas y nuestras relaciones. Por lo tanto, decidirse a meditar es mucho más que aislarse, esconderse o hacer la pantomima del loco solitario; es decidir con fuerza ocuparnos por unos momentos de nuestro mundo interior y dejar ser a nuestra consciencia absoluta aquí y ahora.

Una vez que hemos conseguido encontrar el lugar del mundo para meditar, buscamos una postura cómoda para quedarnos un rato quietos y relajados. Es importante estar sentados, cómodos (preferentemente con la espalda recta) y conscientes durante todo el tiempo de la meditación. Si nos cuesta estar sentados con la espalda recta, podemos adoptar una posición que nos relaje, en una silla, sentados en el suelo con la espalda apoyada, sobre un almohadón o con algo debajo y hasta acostados si no vamos a quedarnos dormidos. Recuerda que la meditación es un estado interno, por lo que la posición del cuerpo, al comienzo, puede variar. En última instancia, cuando ya se ha dominado el ingreso a la meditación, es posible hacer diversas actividades aún en ese estado.
Cuando meditamos debemos dejar que el universo sea, como fue y será, aun en nuestra presencia. Cuando estamos en la mente creemos que todo es porque nosotros lo percibimos, que el mundo existe en tanto nosotros lo concibamos como tal, pero en el fondo de nuestra consciencia sabemos que todo estuvo y estará antes y después de nuestra presencia en la Tierra.
Dejar que el universo nos viva

Toda esa concepción de lo que es o lo que no es existe sólo en nuestras mentes. Por lo tanto, lo que buscamos en la meditación es trascender los pensamientos, toda la actividad de la mente para vivir la experiencia de la consciencia pura o el Ser y estar en el universo sin tratar de entender, sin pensarlo, sin actuar en uno u otro sentido, dejar que el universo nos viva o se manifieste a través de nosotros.

La meditación es la trascendencia del estado ordinario de consciencia, del estado en el que estamos permanentemente juzgando, proyectando, recordando, calculando, interpretando. Dejar que los pensamientos se disuelvan, disminuyan, que la mente quede en un estado de latencia donde cada pensamiento que aparezca sea sólo el reflejo de la mente y su naturaleza, como una nube en el cielo limpio que dejamos pasar mientras observamos con toda nuestra percepción el gran cielo celeste que hay detrás.

Si al comienzo son muchas las nubes o el cielo está completamente nublado, el saber que detrás está la gran cúpula celeste, nos debe dar la fuerza para quedarnos observando y esperar que aparezca por entre medio de las nubes, espacios, silencios, y, de a poco, como siempre ocurre, las nubes se irán disipando, los pensamientos irán disminuyendo hasta volverse pocos y pequeños.
Ese proceso sólo se logra estando en calma, respirando suave y naturalmente, sin forzar ni siquiera eso, la respiración, con la sola intención de volvernos observadores pasivos de la existencia, con la confianza y la voluntad puestas en lo saludable del proceso, en lo fascinante del viaje, en el placer del rato que nos dedicamos al silencio y la quietud, en el gran aprendizaje que resulta que toda la actividad de nuestra mente, las ideas, las preconcepciones, los juicios, etc., se vuelvan relativos y podamos trascenderlos para conectarnos con nuestra esencia pura y verdadera: el estado en el que hemos venido al mundo, un estado que vive en nosotros y podemos encontrar detrás de toda la información acumulada.

El comienzo de la meditación es una actitud, es permitirnos ir a ese estado, soltar sin miedo los prejuicios e imágenes que tenemos del mundo y de nosotros mismos para ser sin más ni más, sin egos, sin objetivos, sin querer alcanzar nada y observar conscientemente todo ello.

Pablo Rego.
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Adriana – Transformación y no solo consolación

Cuando nos conformamos con el mero consuelo o la simple consolación, corremos un riesgo cierto: no querer ir más allá en nuestro trabajo interior, sin obtener la transformación necesaria.

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Nos satisfacemos con lo poco obtenido, unas horas de consuelo, para luego seguir teniendo que soportar todas aquellas tendencias internas que nos siguen haciendo mucho daño y creando una angustia existencial sin cesar, y que se traduce como un sufrimiento psíquico que se manifiesta de las maneras más diversas, pero todas dolorosas y productoras de desdicha.

En la falsa creencia de que el cambio interior puede cubrirse rápida y facilmente, muchas personas recurren a los placebos o analgésicos espirituales que al final más entorpecen la mutación psíquica que otra cosa ,y que crean todo tipo de subterfugios y autoengaños para no mirar, entrar y resolver el núcleo de caos y confusión que hay en lo profundo de la psique.

Flaco favor hacen aquellos que prometen resultados rápidos o que embaucan a los demás enredándoles con todo tipo de elucubraciones pseudocientíficas y que no tienen la menor base científica ni siquiera medianamente razonable y que solo aquellos ansiosos de logros casi instantáneos pueden en su delirio asumir.

El mundo se ha poblado de estos pseudocientíficos que con su jerga tambien pseudocientífica atolondran a los demás con falsas promesas “cuánticas”, añadiendo al final confusión a la confusión y convirtiendo el primerizo consuelo en frustración y amargura, máxime si han tenido que cooperar con una no despreciable suma de dinero. Como reza el antiguo adagio, “la verdad a medias es la peor mentira”.

En el supermercado espiritual, las verdades a medias florecen por todas partes y son como venenos edulcorados que muchas personas ingieren por no ejercitar un poco ese don precioso de la mente que es el discernimiento. Pero los que quieren creer solo por hallar unos minutos de consuelo, sin aspirar al verdadero cambio interior, no se percatan, desafortunadamente, de que están haciendo el peor de los negocios consigo mismos, porque de esa forma continuan detenidos en su proceso de crecimiento y maduración. Y a la larga se paga un elevado diezmo, que consiste en más desconcierto, más desconsuelo y desdicha, más tristeza y mayor desaliento.

¡Cuánto sufrimos por no querer sufrir! No se trata de seguir ocultándonos nuestra realidad interna mediante composturas, parches, enmascaramientos o amortiguadores, sino de empezar a descubrirnos, por doloroso que resulte, para poder salir del callejón sin salida y caminar, o arrastrase, hacia otro lado más despejado y lúcido de la consciencia.
Es cierto que, en principio, esa lucidez puede resultar hiriente, pero es la posibilidad de la posibilidad de no seguir empantanado siempre en las mismas arenas movedizas de la psique. Todo aquello que nos ayuda a conocernos, como decia Nisagardatta, está bien; todo lo que nos lleva a no ser nosotros mismos, es mejor descartarlo.

Cuando a menudo se me pregunta por qué incorporé el yoga a mi vida, siempre respondo lo mismo: porque el verdadero yoga no se mueve por creencias, sino por experiencias. La creencia consuela, y como partida está bien, pero la experiencia transforma, y eso está mucho mejor y es más definitivo.
En cualquier caso, nadie nos cambia ni nadie puede hacer milagros por nosotros. El distintivo de todo falso maestro es que te diga que él lo puede hacer por ti o te puede facilitar “atajos para llegar al cielo”.
Como reza la antigua instrucción espirtual: “Los Grandes han señalado la Ruta, pero uno mismo tiene que recorrerla”. ¡Uno mismo!

Ramiro Calle
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Adriana – Los cuencos de cuarzo

Cuencos de Cuarzo

¿ Has oído hablar de los cuencos de cuarzo? Basados en la tradición del uso del sonido con cuencos de metal , comenzaron a utilizarse a finales de los años ochenta para la meditación y sanación, dada su enorme resonancia y poder terapéutico.

Los cristales de cuarzo pueden vibrar u oscilar de una forma regular y tienen una estructura molecular interna en espiral (muy similar a la del ADN). Esto hace que los cuencos de cuarzo tengan unas propiedades sonoras únicas.

Producen una onda sinusoidal pura y crean un sonido multidireccional que se expande hasta un kilómetro de distancia y que puede durar varios minutos antes de extinguirse.
Este sonido pasa a través de nuestro cuerpo y nos hace vibrar, las vibraciones producidas por los cuencos de cristal de cuarzo activan nuestras células y penetran profundamente en todo nuestro ser. Su sonido envuelve el cuerpo como una ola, proporcionando una experiencia similar a un masaje enormemente sutil o a una profunda y serena meditación.

La gente que experimenta los efectos de los Cuencos de Cuarzo describen su experiencia como una gran relajación física y mental, sensación de flotar, bienestar, plenitud… Producen importantes desbloqueos en el cuerpo físico y energético, por lo que se utilizan como una importante herramienta terapéutica.

El Dr. Gaynor, prestigioso oncólogo norteamericano, al proponer un nuevo paradigma para una medicina más holista cita en primer lugar el uso de los “cuencos de cristal y otros instrumentos en intervenciones en grupo para pacientes con enfermedades potencialmente mortales o crónicas, tanto para el desarrollo psicoespiritual como para la sincronización fisiológica”.

Los efectos de los Cuencos de Cuarzo

Llenando un Cuenco de Cuarzo con agua y activando su sonido se pueden observar también figuras geométricas en el agua. Dada la enorme resonancia del cuenco, al aumentar su intensidad el agua “salta” literalmente varios palmos por encima del cuenco por efecto de la vibración, como si estuviera en efervescencia.

Esto nos da una idea del efecto que producen estos instrumentos en el cuerpo, que como sabemos está formado en más de un 70% por agua. En este sentido el Dr. Jeffrey Thompson, director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas en el Instituto de Ciencias Humanas de California, dice: “Dado que el sonido viaja cinco veces mejor por el agua que por el aire, la estimulación en el cuerpo de la frecuencia sonora es una forma muy eficaz de estimulación corporal total, sobre todo a nivel celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando la vibración de la frecuencia de sonido, ha mostrado un marcado metabolismo celular, y con ello la posible movilización de una respuesta celular de curación”.

Por el principio de resonancia, base de toda terapia que se realiza con sonido, los Cuencos de Cuarzo producen una armonización entre su vibración y la de la persona.

La vibración producida por los Cuencos tiene el poder de hacer vibrar los átomos y reorganizarlos en una estructura cristalina, que es más fuerte, es decir, más armónica, más sana.

Su sonido afectará de una manera global al individuo, equilibrando primero su cuerpo energético y los chakras (centros de energía) y limpiando el campo áurico. La vibración repercute en la columna, que actúa como un poderoso vehículo de resonancia, y se extiende a través del sistema nervioso a nuestras células, tejidos y órganos.

Los sonidos más graves producen un “enraizamiento” en la persona porque afectan a los centros inferiores de energía. Son más amplios, contienen más armónicos, son más femeninos. Los más agudos resuenan en las zonas superiores del cuerpo (pecho, garganta y cabeza). Son sonidos más focalizados, más intensos; son más masculinos. Es posible trabajar con un set de tres o siete cuencos cuyas notas se correspondan con diferentes chakras para un trabajo más específico en los centros de energía.

Los Cuencos de Cristal de Cuarzo se utilizan en casos de contracturas musculares, roturas y otros problemas óseos. La vibración de los Cuencos “resuena” y armoniza la estructura cristalina presente también en nuestro esqueleto.

Tienen efectos positivos en casos de artrosis, problemas circulatorios, piedras en el riñón, depresiones y otras múltiples dolencias.

Cargan y potencian con su vibración esencias florales y aceites esenciales y se utilizan en la limpieza de espacios físicos.
Los Cuencos de Cristal de Cuarzo abren un importante camino en el campo terapéutico, y tienen la capacidad de transportarnos hasta el origen mismo del Sonido.

Los Cuencos de Cuarzo y el desarrollo interior
Todo parece indicar que la potente vibración de los Cuencos estimula las neuronas a realizar sus conexiones, lo cual influye en la capacidad cerebral y el desarrollo de la conciencia.

También, a nivel terapéutico, es posible solucionar problemas neurológicos, al establecerse nuevas conexiones neuronales. (El Dr. Jeffrey Thompson, director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas de California, ha conseguido resultados excelentes en eltratamiento de la dislexia, desórdenes en la falta de concentración y dificultades de aprendizaje utilizando frecuencias sonoras.)

Los Cuencos de Cuarzo tienen la facultad de conducirnos a otros estados de conciencia, lo cual está posiblemente relacionado con la estimulación de las conexiones interneuronales. La práctica de la meditación y el aquietamiento de la mente permiten percibir “todo un mundo” de sonidos internos más sutiles. Tanto la tradición budista como la tradición yóguica de la India tienen un amplio conocimiento de este tipo de sonidos, asociados a otros estados de percepción.

Las ondas del sonido producido por los cuencos de cuarzo inducen a un estado de una gran relajación (estado alfa y zeta); llevan a la mente a un estado de calma que tanto necesita el hombre moderno.

El sonido de los cuencos conduce a la conciencia a un viaje interior, a un sentimiento de plenitud y vacío. Lo que los maestros zen llaman “llenarse de vacío”. Nos inducen hacia el Silencio Interno en el que poder salir de los estrechos límites del intelecto para adentrarnos en la paz del alma y la experiencia de nuestro espíritu, dándonos la oportunidad de ver el mundo y a nosotros mismos con otra percepción.

Así, los cuencos de cuarzo contienen dentro de sí un poder que va mucho más allá de la mera musicalidad y que requiere tanto de nuestra apertura consciente para ser percibido como de la correcta disposición e intención para ser utilizado. Con el cuenco estableceremos una relación “personal ” de corazón a corazón, de mente a mente.

Rosa Ruiz
http://mauandayoyi.blogspot.com.ar

Adriana – La práctica de la atención plena

La “atención plena” no es sólo una técnica. Es la actitud vital que puede ejercitarse en cada momento y que permite existir con plenitud, en el presente, siendo fieles a uno mismo.

Reconozcamos que vivimos bajo el influjo de muchas fuentes de estímulo que nos atrapan sin darnos cuenta. Nos comportamos siguiendo impulsos y hábitos inconscientes. Nadamos en medio de una corriente poderosa. Podemos caer en la tentación de dejarnos arrastrar, pero el precio sería renunciar a vivir conscientemente. Sufriríamos y posiblemente enfermaríamos.
La expresemos con estas o con otras palabras, todos hemos experimentado de algún modo esa situación en que no sabemos si estamos haciendo lo que es mejor para nosotros y para los demás. Sabemos que si no acertamos las consecuencias pueden ser terribles. Hablamos de reencontrarnos, de aclararnos, de relajarnos, de empezar una nueva vida…

Thay sonrie

LOS EFECTOS SOBRE LA SALUD
En caso de enfermedad, podemos acudir a los recursos innatos que el ser humano posee para aprender, crecer y curarse por sí mismo. Los términos “medicina” y “meditación” proceden de la misma raíz latina, “mederi”, que significa “curar” o “restaurar la medida interior adecuada”. La capacidad de prestar atención es uno de los recursos autocurativos que están inscritos en el organismo.

• Investigaciones realizadas por Jon Kabat-Zinn en la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) muestran que la meditación activa la región frontal izquierda de la corteza cerebral, relacionada con las emociones positivas y la resolución de situaciones estresantes.

• El mismo estudio demostró que la meditación también incrementa la actividad del sistema inmunitario, estimulando, por ejemplo, la producción de anticuerpos frente al virus de la gripe.

• La atención plena produce no sólo cambios en los patrones de ondas cerebrales, sino transformaciones en la estructura física del cerebro, según Sara Lazar, neuróloga de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Uno de los cambios hallados es que la corteza se hace más gruesa y densa.

• Quienes han meditado durante al menos 5 años sufren un 80 por ciento menos de enfermedades cardiovasculares, un 50 por ciento menos de cáncer y un 73 por ciento de otras afecciones menores, según estudios científicos recogidos en la base de datos Pubmed.

• Los meditadores segregan entre un 23 y un 47 por ciento más de hormona dehidroepiandrosterona (DHEA), que reduce el estrés, incrementa la memoria, preserva la función sexual y mantiene el peso bajo control.

• La meditación reduce significativamente la intensidad del dolor percibido. Es eficaz en enfermedades crónicas como la artrosis, los dolores premenstruales y los dolores de cabeza.

• También resulta eficaz en los ataques de pánico, la ansiedad, la depresión, la psoriasis, las adicciones y la hipertensión.

La alternativa es restablecer el contacto con los sentidos y con la propia mente, según Jon Kabat-Zinn, profesor y fundador de la Clínica de Reducción del Estrés del centro médico de la Universidad de Massachussets, autor de numerosos libros, entre ellos, La práctica de la atención plena. Kabat-Zinn se ha hecho mundialmente célebre por introducir en ámbitos académicos y hospitalarios la meditación budista como técnica para reducir la ansiedad y el dolor físico en caso de enfermedad. Pero la “atención plena” no es sólo una técnica. Es la actitud vital que puede ejercitarse en cada momento y que permite existir con plenitud, en el presente, y siendo fieles a uno mismo.
El cultivo de la “atención plena” no sólo puede cambiar la forma en que vemos la realidad, sino que puede cambiar la realidad misma. La experiencia demuestra que nuestra forma de pensar determina nuestro comportamiento y éste condiciona lo que ocurre a nuestro alrededor.

Esto no quiere decir que la meditación —la atención plena— sea una herramienta para controlar todo lo que nos sucede. Más bien es al contrario, porque para entrar en contacto con el lugar íntimo donde estamos en calma debemos “dejar de hacer” y “dejar de juzgar”. Pero la meditación de la atención plena tampoco es una mera relajación. Es una forma de ser.
Una mente no entrenada en la atención plena interpreta el mundo a través de determinados marcos de pensamiento. Estos marcos son filtros que limitan las posibilidades de percepción. Son creados por la cultura en que crecemos, el entorno familiar y nuestra propia necesidad de dotarnos de una identidad personal. La meditación ayuda a desactivar estos marcos y entonces la mente se abre a lo esencial, a las cosas tal como son. Entonces estamos más dispuestos a responder adecuadamente ante cualquier circunstancia que se nos presente.
Existe la idea de que meditar consiste en dejar la mente en blanco y que acto seguido se cae en un estado de beatitud o nirvana. Es una idea equivocada, porque durante la meditación puede aparecer toda la gama de las emociones humanas. Miedo, aburrimiento, dolor, impaciencia, tristeza, ira, frustración o cualquier otro estado puede ser experimentado, pero al meditar la conciencia se sitúa en un lugar desde donde observa lo que ocurre en la mente, en lugar de dejarse arrastrar por las emociones y los pensamientos. Es decir, se trata de cultivar un tipo de conciencia no condicionada. Gracias a la atención plena podemos liberarnos de las reacciones automáticas.
Un meditador explicaba que descubrió el efecto positivo de su práctica en medio de un incendio. Ocurrió en una gran sala de cine. Los espectadores cayeron presa del pánico, se abalanzaron sobre las salidas y pasaron unos por encima de otros. El meditador sintió el mismo miedo que los demás, pero al tiempo fue capaz de actuar de la manera más adecuada: no sólo se dirigió a la salida sin atropellar a nadie, sino que pudo ayudar a otras personas para que también pudieran abandonar el edificio. Estaba convencido de que meditar le ayudó a ver la situación con objetividad, como si se observara a si mismo desde fuera.

En otras palabras: la “conciencia de tener pánico” no es lo mismo que “tener pánico”. Si solo tenemos pánico, actuaremos alocadamente. Si “tenemos conciencia de que tenemos pánico”, gozaremos de mayor libertad para pensar y comportarnos adecuadamente. Este es el tipo de actitud que se cultiva con la práctica de la atención plena.
Por supuesto, el objetivo de la meditación no es estar preparado para una catástrofe. Tampoco proporciona únicamente calma y bienestar, sino que permite reconocer un nivel de conciencia que trasciende el individuo. Por eso la meditación es también un camino de conocimiento.
En palabras de Kabat-Zinn, “la atención plena es una conciencia sin juicios que se cultiva instante tras instante mediante un tipo especial de atención abierta, no reactiva y sin prejuicios en el momento presente”.
Existen muchas maneras de practicar la atención plena, pero es recomendable, al menos durante los primeros meses, elegir enseguida una, para no ir saltando de un modo a otro, lo que constituiría una forma de entretenimiento o distracción.

La meditación yacente
Lo más importante, cuando meditamos acostados, es recordar que se trata de una práctica orientada a despertar, porque el riesgo inherente a este tipo de meditación es el de caer dormidos.
Aunque se pueden mantener los ojos abiertos, es recomendable cerrarlos porque aumenta la capacidad para centrar la atención en el paisaje interior. Uno de los aspectos positivos de meditar acostados es que resulta cómodo. Evita distraerse con la preocupación de no estar correctamente sentado y permite meditar durante más tiempo.
Otra ventaja es que proporciona un par de ocasiones diarias –antes de dormir y después de despertar- para conectar profundamente con nosotros mismos e introducirnos en el hábito de la práctica de la atención plena.
Estando acostados boca arriba, resulta fácil percibir los movimientos de ascenso o expansión y de descenso o contracción del vientre que acompañan respectivamente la inspiración y la espiración.
Ser soportado por el suelo, la alfombra, la colchoneta o la cama nos familiariza con lo que los meditadores llaman “entrega incondicional”, concepto que describe la experiencia de vivir con plenitud el momento presente, independientemente de la situación en que nos encontremos.

La atención plena yacente puede realizarse en la postura que en yoga se denomina del “cadáver” y que consiste en permanecer estirado de espaladas, con los brazos junto al cuerpo y los pies apuntando hacia fuera. También puede practicarse tumbándose de lado o acostado boca abajo. Cada postura proporciona sensaciones diferentes y nos enfrenta a distintos retos.
• El primer paso consiste en abandonarse simplemente a la experiencia de estar acostado sobre una superficie cómoda. Podemos abrirnos a los sonidos que nos rodean o a las sensaciones que proceden de la piel. Podemos observar el cuerpo, empezando por los dedos de un pie, siguiendo por la planta, el talón, el dorso del pie, el tobillo, la espinilla, la pantorrilla, la rodilla, el muslo, la ingle y la cadera.
• Seguimos por el otro pie hasta la otra cadera, y luego observamos las sensaciones que proceden de los glúteos y los genitales, la parte baja de la espalda, el abdomen, las costillas, el pecho, el corazón, los pulmones, las escápulas y los hombros. Luego repasamos los brazos, desde la punta de los dedos a los hombros. Ascendemos en nuestra atención por el cuello y la garganta y, por último, la cara y la cabeza.
• Podemos centrar nuestra atención únicamente en las sensaciones físicas que proceden de cada zona del cuerpo, o podemos, quizá en otra ocasión, observar las emociones y pensamientos que suscita cada una.
• También podemos dirigir la atención a los pensamientos que uno detrás de otro ocupan la mente, pero sin seguir la estela de ninguno, sino simplemente observándolos, sin juzgarlos ni reprimirlos.
• Otra posibilidad, preferidas por muchos, sobre todo por quienes dan sus primeros pasos en la meditación, es atender a la respiración.

La meditación sentada
¿Por qué sentarse, si se está tan cómodo tumbado? Porque cada postura tiene una resonancia propia y aporta algo diferente. Si cuando estamos acostados, estamos entregados, al sentarnos adquirimos dignidad, dignidad que es imprescindible experimentar y mostrar para gozar de una vida plena. También favorece que la mente “se asiente”. En un sentido más práctico, sentados resulta menos probable quedarse dormido.
La postura más común es con las piernas cruzadas y los glúteos ligeramente separados del suelo mediante un cojín o una banqueta de meditación. Sin embargo, también es válido sentarse en una silla con respaldo recto.
Una vez sentados, tenemos ante nosotros las mismas alternativas que en la meditación yacente.
• Quizá sea especialmente adecuado trabajar la “puerta del oído”. Es decir, observar el paisaje sonoro –silencio, los ruidos inevitables en una casa, una música…- en que nos encontramos. Las ideas invadirán inevitablemente la mente y nos daremos cuenta de que habremos perdido atención sobre los sonidos del exterior. Entonces lo único que deberemos hacer es volver a concentrarla en la audición.
• Si elegimos atender a la respiración, la instrucción básica consiste en centrar la atención en las sensaciones que se producen en las fosas nasales y el abdomen. Cuando nos demos cuenta de que los pensamientos luchan por llamar nuestra atención, simplemente volvemos a la respiración, sin perder el tiempo en condenarnos (por distraernos) o en juzgar las ideas que han hecho acto de presencia.
• Asimismo podemos ampliar el objeto de observación a todo el cuerpo, además de las zonas implicadas en la respiración. Debemos aceptar cualquier sensación que aparezca -la molestia en una rodilla, un ligero de dolor de cabeza, la tensión en la espalda- sin tratar de evitarla o preguntarnos sobre su causa.
• La propia sucesión de pensamientos puede ser el centro de atención. Hemos de resistir la tentación de dejarnos llevar por su contenido, encadenando una idea con otra tal como hacemos “cuando pensamos”. En lugar de esto, observamos nuestros pensamientos espontáneos con ecuanimidad y nos damos cuenta de cómo desaparecen, disipándose unos en otros.
• Comparar lo que ocurre dentro de nuestra cabeza con un río puede ayudarnos a comprender la diferencia entre la mente ordinaria y la mente en estado meditativo. Los pensamientos son las corrientes, los remolinos y los burbujeos del agua. La mente ordinaria se halla dentro de la corriente y si esta es fuerte, puede arrastrarla y provocar desequilibrio y sufrimiento. En cambio, la mente en estado meditativo es como un espectador impasible que se sienta a la orilla del río.
• La persona que solo conoce su mente ordinaria –las personas que no meditan- puede creer que ella es sus pensamientos, todo esa sucesión de ideas, asociadas a emociones, con las que se explica a sí misma quién es y qué le sucede. La persona que medita aprende que esos pensamientos no son tan importantes y que se explican en buena parte por el efecto de las pasiones (el egoísmo, la ambición, el odio…). Y descubre sobre todo que hay una parte de sí mismo que está más allá de cualquier pensamiento.

La meditación de pie
Trabajar la atención plena en posición erguida nos hace semejantes a los árboles, inmóviles en el lugar, sean cuáles sean las circunstancias. Es muy interesante, porque obliga a tomar conciencia del modo en que repartimos nuestro peso sobre los pies, cómo sostenemos la cabeza o cuánto tiempo podemos estar quietos. Lo que ocurra en un primer intento puede dar muchas pistas sobre nuestro estado.
• Podemos realizar las mismas prácticas que en la meditación yacente y en la sentada, pero la meditación de pie se presta especialmente para practicar la “conciencia sin elección”. Consiste en no fijar la atención en nada concreto y permanecer abierto a todo lo que sucede –dentro y fuera de nosotros- aquí y ahora.
• Esto incluye la respiración y las sensaciones físicas interiores, los pensamientos, los sonidos y el resto de percepción a través de los sentidos, incluida la vista, si decidimos meditar de este modo con los ojos abiertos.
• Algunas personas eligen la meditación de pie para realizarla al aire libre y junto a un árbol, sintiéndose con los pies arraigados en la tierra, la cabeza alzándose hacia el cielo y la piel en contacto con el viento.

El paseo meditativo
Los más inquietos pueden optar por meditar mientras pasean, pero no se trata de un simple caminar. En primer lugar, no nos dirigimos a ningún lado, así que el paseo no tiene por qué tener un origen y un final, sino que puede consistir en ir y venir, una y otra vez, por el mismo sendero. En segundo lugar, la mente se concentra en cada paso, sintiendo cómo cada pie toma y pierde contacto con la tierra. De la misma manera podemos estar atentos a la respiración y el resto de sensaciones corporales.
• El paseo meditativo puede ser practicado a velocidades muy diferentes, desde el simple paso hasta la carrera, razón por la cual puede aplicarse a muchas situaciones de la vida cotidiana. Puede hacerlo, por ejemplo, el padre o la madre que pasean al bebé que se ha despertado llorando por la noche. O se puede hacer dando un doble sentido a la sesión de ejercicio físico. Sin embargo, conviene hacerlo lentamente para familiarizarse con las sensaciones que produce el caminar.
• Para empezar, nos ponemos en actitud meditativa al principio del camino y esperamos a sentir el impulso que nos lleve a mover el primer pie. A partir de ahí observaremos cada uno de los impulsos y las sensaciones que se produzcan, como el cambio en los puntos de apoyo o los desplazamientos de las piernas y los brazos.
• Se pueden acompasar los pasos con la respiración –siempre que no resulte algo complicado- u observar los cambios que el movimiento y el esfuerzo provocan en los ritmos cardiaco y respiratorio.
• Siempre que la mente se desvíe de estas observaciones y se dedique a pensar en si lo estamos haciendo bien o no, si deberíamos ir más rápido o más lento o cualquier otra idea, simplemente volveremos a concentrarnos en las sensaciones, una y otra vez.

Atención plena todo el día
Además del tiempo que permanecemos formalmente en actitud meditativa, podemos recuperar la atención plena a lo largo de todo el día y en numerosas circunstancias.
Mientras realizamos acciones rutinarias, como cepillarnos los dientes, ducharnos o ir en autobús, gozamos de la posibilidad de centrar la atención en lo que realmente está ocurriendo en ese instante.
Podemos empezar preguntándonos si realmente estamos aquí –en la ducha, en el trabajo, con la familia o los amigos- pues, si la dejamos, la mente nos llevará a algo que tenemos previsto hacer o algo que nos ha ocurrido.
La meditación enseña a mantener la atención en cualquier actividad. Esto es muy importante porque la dispersión es una característica de la sociedad actual y cada vez existe menos capacidad para concentrarse o analizar los problemas en profundidad.

Los obstáculos en el camino
La principal dificultad a la que se enfrenta la persona interesada en la meditación y sus beneficios es la falta de motivación. Se prueba un día o dos, pero cuesta continuar más allá. Pensamientos del tipo “ahora tengo que hacer algo más urgente”, “mejor me pongo a leer” o “lo haré por la tarde” acaban por imponerse hasta que se olvida por completo el tema de la meditación.
Por eso, lo primero que hay que entender es que no se trata de una práctica que se pueda hacer durante un tiempo, obtener un beneficio, y luego abandonarla. Hay que tomársela como un hábito –como asearse o hacer ejercicio- para el resto de la vida. Kabat-Zinn propone a los principiantes que practiquen como si la vida les fuera en ello, puesto que gracias a la meditación se aprender a experimentar realmente cada instante.
Otro obstáculo es que la atención se desvíe una y otra vez y aparezcan pensamientos como “la meditación no es para mí”. Lo cierto es que aprender a desengancharse de los pensamientos es precisamente uno de los objetivos de la meditación. No hay que criticarse, ni darle muchas vueltas. Sólo hay que insistir, sabiendo que estas resistencias son normales. Con el tiempo, la mente se aquietará.
Un reto mayor quizá sea el de idealizar la meditación. Es un error buscar una experiencia extraordinaria, el bienestar absoluto, la sabiduría o la felicidad. Algo de eso puede ocurrir, pero durará un instante, como sucedería probablemente sin necesidad de meditar.
Los meditadores expertos dicen que la búsqueda termina cuando comprendes que no hay nada que buscar, pero que la meditación es una ayuda incomparable –sino imprescindible- en el proceso de autoconocimiento y crecimiento personal.
La práctica de la atención plena ayuda a que las emociones se integren con los pensamientos y con las palabras, y propicia el reconocimiento de las señales que nos envía el cuerpo. Por tanto es también una herramienta para evitar el estrés y conservar la salud. Kabat-Zinn subraya que las investigaciones desarrolladas en los últimos 30 años han mostrado que la salud se relaciona con la integración armoniosa de cuerpo y mente. Cuando se experimenta una armonía interior, nos sentimos física, emocional y espiritualmente más sanos.
En el camino de la meditación no hay sólo impedimentos, también hay apoyos. Practicar en compañía lo hace mucho más sencillo y la figura del maestro, que proporciona enseñanzas tanto a través de sus consejos como de su conducta, resulta casi imprescindible. Pero no hay instructores perfectos y los mejores no alientan en ningún caso la dependencia y los sentimientos de inferioridad de sus discípulos. Por el contrario, ayudan a encontrar el propio camino y por los propios medios.

El papel de los sentidos
La práctica de la atención plena se realiza a través del cultivo de los sentidos. Normalmente somos conscientes sólo de una pequeña parte de la realidad, porque la observamos a través de patrones culturalmente establecidos. El trabajo con los sentidos permite vivir con más profundidad y plenitud en el aquí y ahora.
Ver. Vemos a través del filtro de nuestros pensamientos y emociones. Así, un determinado paisaje o cosa nos puede resultar agradable o desagradables. Nuestros ojos buscan unos objetos y no quieren ver otros. La práctica de la atención plena a través de la vista se esfuerza en ver todo lo que hay, sea cual sea su efecto. En último término se experimenta una fusión empática entre el observador y lo visto.
Oír. El oído es quizá el primero y más importante de los sentidos, pues es el primero en ponerse en marcha y relacionarnos con el exterior y con las personas queridas ya en el seno materno. En la práctica de la meditación debemos escuchar sin intentar explicarnos o comprender el origen de cada uno de los sonidos que apreciamos. Simplemente se producen y se desvanecen.
Tocar. La piel es el límite entre lo interior y lo exterior. Es también el órgano sensorial que nos transmite el afecto de los demás a través de las caricias. En la práctica de la atención plena, la observación de las sensaciones que proceden de la piel refuerza la conexión de la mente con el cuerpo y con el mundo exterior.
Oler. Los olores casi siempre nos remiten a experiencias pasadas. Explicamos cada nueva sensación olfativa en función de un aroma ya sentido y al que normalmente asociamos una emoción positiva o negativa. La observación de los aromas –al entrar en contacto con otra persona o al comer- puede explorar todas las evocaciones o centrarse exclusivamente en los olores en sí mismos.
Degustar. La ansiedad, la prisa, la distracción con los propios pensamientos nos llevan a deglutir los alimentos sin apreciar apenas los sabores. Comer es una excelente oportunidad para practicar la atención plena sobre los sabores. ¿Podemos distinguir con los ojos cerrados cada uno de los ingredientes que forman un plato?

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Adriana – Disciplinas para Sanar la Mente y el Cuerpo

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Un recuento de las mejores disciplinas físicas para sanar nuestra mente y cuerpo de manera integral, disciplinas como el Yoga, el Taichi, Qi-Gong o Chi-Kung, que han demostrado ser eficaces en la reducción del estrés, y por lo tanto mejoran nuestro sistema inmunitario. La investigación ha mostrado que el estrés psicológico puede impactar en el sistema inmunitario y la susceptibilidad a enfermedades.
Además, las terapias de cuerpo y mente han sido vinculadas a las alteraciones en las funciones cerebrales e inmunitarias en enfermedades. Por lo tanto, es lógico pensar que las prácticas de reducción de estrés tales como yoga, taichi y otras intervenciones de mente y cuerpo puedan ser beneficiosas en una enfermedad de desregulación inmunitaria.

El Tai Chi: Una forma de arte marcial de la antigüedad, es muy conveniente para las personas ancianas o débiles. Basado en el Taoísmo, un sistema de creencias chino, la práctica del Tai Chi envuelve movimientos suaves y respiración rítmica.
El Yoga: Es una técnica antigua de postura y respiración, que proviene de la India. Yoga significa “unión”. El yoga también usa movimientos lentos, además de la meditación y los ejercicios de respiración para alcanzar un estado de relajación.
El Chi Kung: Se practica generalmente con objetivos orientados al mantenimiento de la salud, pero también en algunos casos, especialmente en China, se puede prescribir con objetivos terapéuticos específicos.

El yoga utiliza una variedad de técnicas diseñadas con el fin de afianzar la capacidad de la mente para afectar la función y los síntomas corporales. Es un término que agrupa conceptos y prácticas muy amplias y variadas derivadas de filosofías orientales. Como terapia utiliza prácticas posturales, técnicas y ejercicios respiratorios, técnicas de meditación y relajación y orientaciones verbales, encaminados a obtener relajación, bienestar y a mejorar las funciones mentales y físicas.
Comprende una gran diversidad de técnicas habitualmente relacionadas con la medicina tradicional china y el yoga, que incluyen ejercicios respiratorios y ejercicios físicos. Se practica, generalmente, con objetivos orientados al mantenimiento de la salud, pero también se puede prescribir con objetivos terapéuticos (reducción del estrés, mejorar la circulación sanguínea o la inmunidad, tratar distintas alteraciones).
Este sistema de ejercicios persigue el equilibrio del flujo de la energía vital (Qi) a través de los meridianos de la acupuntura. Así, el Qi-Gong es un componente de la medicina china tradicional que combina el movimiento, la meditación y la regulación de la respiración para ampliar el flujo de Qi en el cuerpo, mejorar la circulación sanguínea y afianzar la función inmune.
Las reacciones que suscita la práctica del chi kung varían de forma destacable. La mayoría de médicos occidentales y algunos profesionales de la medicina china tradicional, así como el gobierno de China, ven el chi kung como un conjunto de ejercicios de respiración y movimiento, con algún posible beneficio para la salud debido a la práctica de ejercicio físico y a la educación de la respiración.
Hay diversos estudios médicos que avalan algunos beneficios atribuidos a la práctica del chi kung. Otros ven el chi kung en unos términos más metafísicos y proclaman que la respiración y los ejercicios de movimiento pueden influir las fuerzas del universo.
Nada en el mundo es más blando y suave que el agua,
pero cuando ataca la fuerza y la dureza,
nada puede superarla.
Por lo tanto, nada puede tomar su puesto.
Que lo débil vence a la fuerza
Y que lo blando vence a la dureza
es cosa bien conocida.
Sin embargo, nadie es capaz de ponerlo en práctica.

—Dao De Qing
taichi

El alto grado de concentración, indispensable en la práctica del Tai Chi, favorece las funciones del Sistema Nervioso Central. Al disciplinar, simultáneamente, la mente y el cuerpo, se produce la estimulación de la corteza cerebral, que reacciona, ocasionando excitación en algunas regiones y protección o inhibición en otras.
El alto grado de concentración, indispensable en la práctica del Tai Chi, favorece las funciones del Sistema Nervioso Central. Al disciplinar, simultáneamente, la mente y el cuerpo, se produce la estimulación de la corteza cerebral, que reacciona, ocasionando excitación en algunas regiones y protección o inhibición en otras.
Tai Chí
El principio fundamental del tai chi chuan es la suavidad: el practicante debe moverse de manera natural, relajada, suelta y fluida. Al ejercitar el tai chi chuan no hay ejercicios de fuerza, rapidez o endurecimiento. Por el contrario, se exige que los movimientos se efectúen con un mínimo de fuerza. A diferencia de muchas otras artes marciales, el tai chi chuan se ejercita de manera lenta, para poder aplicar las técnicas de la manera más correcta posible.

La respiración debe ser profunda, relajada y fluir de manera natural. A través de que se procura una respiración abdominal, la frecuencia respiratoria es notoriamente más baja que en la respiración torácica usualmente empleada. En tanto que los principiantes en la mayoría de los casos deben aprender primero a dejar fluir libremente la respiración o adaptarla a los movimientos, el ritmo respiratorio de los practicantes avanzados se ajusta de manera natural al movimiento.
Las 10 reglas fundamentales del Tai Chí

Los siguientes «diez principios fundamentales» de Yang Cheng Fu resumen la postura corporal y espiritual ideal de un practicante. En los diversos estilos existe además una variedad de principios adicionales.
Erguir la cabeza de manera relajada.
Mantener el pecho atrás y enderezar la espalda.
Soltar la región lumbar, la cintura.
Separar lo vacío y lo lleno (distribuir el peso correctamente).
Dejar colgar los hombros y los codos.
Aplicar el Yi y no la fuerza física.
La coordinación de lo de arriba con lo de abajo.
La armonía entre el interior y el exterior.
El flujo ininterrumpido (que el movimiento fluya).
Mantenerse quieto en el movimiento.
Los ejercicios se emplean principalmente en forma preventiva, para el mantenimiento general de la salud espiritual y física del ser humano, más que como tratamiento para determinadas enfermedades o dolencias. Sin embargo, los efectos positivos del ejercicio sobre la salud se conciben de manera esencialmente más amplia que por ejemplo los efectos de la actividad deportiva en la medicina occidental.
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Una persona puede equilibrar su cuerpo, emociones, mente y espíritu a través de sus formas, automasajes y ejercicios meditativos cuyo cuerpo de conocimiento está basado en el pensamiento filosófico de la China antigua.
Qi-Gong o Chi-Kung
Qi Gong, o Chi Kung, es un arte terapéutico de origen chino, creado por los grandes sabios taoístas para fortalecer el organismo humano en todos sus niveles: físico, mental y emocional. Se puede decir que los primeros estudios en Occidente han demostrado eficaces resultados en:
El sistema nervioso central y en la regulación del resto de los sistemas.
El funcionamiento orgánico en general.
El mantenimiento de articulaciones, músculos y tendones.

También es beneficioso como:
Antidepresivo
Antiestrés
Relaja los nervios
Regulariza el sueño
Regulariza el sistema digestivo
Equilibra las emociones
El Chi Kung o Qi Gong, es un conjunto de prácticas orientadas a mejorar la salud del ser humano con todo lo que ello implica, el cuerpo, la mente y la energía. Consiste en ejercicios suaves, que armonizados con la respiración y concentrándonos adecuadamente en dirigir la energía a ciertos lugares de nuestro cuerpo, van a producir un efecto beneficioso sobre la salud de la persona.
La práctica del chi kung propone tres procesos de armonización o regulación mutua (San Tiao) en el que los unos interaccionan con los otros buscando una armonía entre los tres como si se tratase de la interpretación de una canción en la que interviniesen tres instrumentos. Estos procesos son: regular el cuerpo, regular la mente (corazón) y regular la respiración para regular los Tres Tesoros (San Bao): regular la esencia (Jing), regular el aliento (Qi), y regular el espíritu (Shen).
yoga
Yoga significa unión, uncir, asociar. La unión del alma individual con el Espíritu Universal es Yoga. Esta noción es, sin embargo demasiado abstracta para ser entendida fácilmente, así que para nuestro nivel de comprensión suelo decir que Yoga es la unión del cuerpo con la mente y de la mente con el alma.
Yoga
El yoga puede proporcionarnos la preparación progresiva (el yoga es un proceso y no un producto) de la mente para pensar bien. Cuando se practica de forma sincera y regulada en el yoga, se desarrolla una mente lúcida y clara, disminuyen los sinsabores que traen consigo los momentos difíciles de nuestra vida: problemas laborales, problemas en la vida familiar, fracaso ante metas inalcanzables, etc. Con el yoga podremos hallarles solución mucho más fácilmente.
El yoga no son ejercicios aptos solo para contorsionistas, ni tampoco es estar sentado con los ojos cerrados durante largos periodos de tiempo. El yoga es una combinación de ejercicio físico, técnicas de respiración, meditación y relajación, que ayudan a alcanzar el equilibrio físico, mental y espiritual del practicante.
Beneficios terapéuticos del Yoga

Numerosos médicos de todo el mundo vienen interesándose cada vez más por el yoga como terapia, haciendo que esta ciencia venga tomando más fuerza en la medicina. Son muchos los médicos que lo practican o aconsejan a sus pacientes.

Principales beneficios de las asanas (posturas)
Los músculos, tendones y ligamentos son ejercitados adecuadamente, recuperando su flexibilidad natural, la fortaleza y el tono ideal. Las articulaciones también se fortalecen y recuperan toda su movilidad.
La columna vertebral adquiere elasticidad y en cierta medida se corrigen sus deformaciones.
Todos los sistemas y aparatos del cuerpo (circulatorio, nervioso, digestivo, endocrino y excretor) son tonificados y armonizados, recuperando su funcionamiento óptimo.
El equilibrio energético que inducen las asanas del yoga, genera un estado emocional positivo y vital.
Contribuye al despertar de la Conciencia superior y al desarrollo de una actitud mental positiva, constructiva y optimista.

Beneficios generales del Pranayama (ejercicios respiratorios)
La práctica de los ejercicios respiratorios influye positivamente en todas las estructuras del ser humano: el cuerpo físico, y los niveles emocional y mental.
Mejora la captación de oxígeno y la eliminación del dióxido de carbono.
Purifica las vías respiratorias y los pulmones incrementan su circulación sanguínea.
Asegura la apropiada circulación de los fluidos corporales en los riñones, estómago, intestinos, hígado, etc. Estimula el proceso digestivo.
Tonifica el corazón, el sistema nervioso, la médula espinal, y el cerebro.
Estimula el rendimiento intelectual. Mejora la memoria y proporciona claridad mental. Otorga calma y serenidad.
Es una técnica corporal que permite entrenarnos en la conciencia corporal y permitir así acercarnos a aquello que es real por dentro, más que a negarlo, reprimirlo o ignorarlo. Permite a la persona conectarse con su propio cuerpo a través del movimiento corporal, estamos muy acostumbrados a estar en la mente, como si fuéramos “mentes flotantes sin cuerpo”. Los pensamientos seguirán apareciendo, pero la atención del usuario irá dirigida a esa parte del cuerpo que está en movimiento. Vivir en nuestro cuerpo supone vivir aquí y ahora.

Estas tres disciplinas pueden beneficiar ampliamente nuestra salud, tanto física como mental y hasta espiritual, recuerde consultar un especialista en alguna de estas técnicas, para tener los mayores beneficios de estas disciplinas para sanar.

Alexander Barranca
http://sanazion.com/
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Adriana – La ciencia de la relajación

Todos los métodos de relajación están inspirados en la relajación del yoga, que cuenta con miles de años de antigüedad. Es una extraordinaria medicina y sin contraindicaciones. Sus efectos psicosomáticos son excepcionales y es de ayuda para todo el mundo.
relajate

El yoga es el precursor de la ciencia psicosomática y la primera disciplina integral de la salud en el mundo, y los yoguis fueron los primeros en concebir, ensayar y experimentar la relajación no solo como fuente de energía y vitalidad, sino también como procedimiento útil para el control psicosomático y la reintegración emocional.

Asimismo, descubrieron que es muy beneficiosa para el cuerpo, la mente y las energías, y la convirtieron en un procedimiento fiable para acumular fuerza vital, e incluso la utilizaron para complementar otras técnicas de yoga.

Se ha constatado que los estiramientos y masajes que promueve el yoga facilitaban una relajación más profunda, lo que indujo al doctor Behanama a declarar: «Como sistema de prácticas para inducir a un alto nivel de relajación, el yoga es insuperable». Las posturas, al trabajar con estiramientos mantenidos y masajes, van, por un lado, tensando para relajar y, por otro, presionando puntos vitales y desbloqueándolos. Los antiguos yoguis denominaron savasana a la postura de relajación, es decir, postura del cadáver, para apuntar así que el cuerpo, durante la práctica, tiene que estar tan inmóvil como el de un muerto.

La relajación de yoga se puede aplicar de manera independiente o después de haber efectuado las posiciones de estiramiento y masaje, las asanas. Si se recurre al segundo esquema de trabajo, podemos denominarlo relajación activa-pasiva, pues primero se acude a las posiciones de yoga, que eliminan crispaciones, tensiones, contracturas, y estiran para relajar. Pero si se realiza sin asociarla a las posturas corporales, la podríamos calificar de relajación pasiva y consciente, porque exige máxima inmovilidad y máxima atención vigilante.

Es la atención vigilante y consciente la que va sintiendo las diferentes partes del cuerpo, para después soltar los músculos. Sentir y soltar, sentir y soltar: ese es el secreto. Mediante este fácil procedimiento se obtiene una relajación profunda y saludable, además de beneficio físico, energético y psicomental. Sentir y soltar. Es necesario mantener la mente atenta, el cuerpo pasivo y la concentración activa a lo largo de la práctica.

El método

–Escoja una habitación tranquila, en semipenumbra, eligiendo una superficie que no sea ni muy blanda ni excesivamente dura: una manta doblada sobre el suelo, una alfombra…
–Tiéndase de espaldas colocando la cabeza en el punto de mayor comodidad. Separe ligeramente las piernas y deposite los brazos sobre el suelo a ambos lados del cuerpo, con las palmas de las manos ladeadas o hacia arriba, como mejor se encuentre.
–Cierre los ojos, pero evite cualquier crispación en los párpados.
-Regule la respiración, preferiblemente por la nariz, haciéndola un poco más lenta y pausada. Si de manera natural se torna abdominal o diafragmática, mejor.
–Ahora comience a revisar su cuerpo, sin prisa, desde los pies a la cabeza, para sentir las diferentes zonas y aflojarlas. Sentir y aflojar. Sentir y aflojar.
–Dirija la atención mental a los pies y a las piernas. Nótelos. Concéntrese bien en esa zona del cuerpo. Deben irse relajando más y más, más y más.
–Conduzca ahora la atención al estómago y el pecho. Concéntrese en todos sus músculos; se aflojan, relajando. Siéntalos más y más sueltos. La mente siempre muy atenta. Con la concentración en el estómago y el pecho, suelte más y más todos estos músculos.
–Desplace la mente a la espalda, los brazos y los hombros. Deben ir aflojándose tanto como sea posible. Suelte los músculos más y más. Siéntalos flojos, relajados, más y más relajados.
–Fije la mente en el cuello, en todos sus músculos. Siéntalos más y más relajados, más y más relajados.
–Ahora tiene que revisar las partes de la cara. Suelte la mandíbula, relájela. Afloje tanto como pueda los labios, las mejillas y los párpados. Sienta el entrecejo y la frente. Los músculos se relajan, se aflojan.
–Sienta todo su cuerpo flojo y relajado, flojo y relajado. Si tiene tensión en alguna zona, dirija la mente hacia ella, concéntrese bien en la misma y afloje, afloje, afloje…
–Conéctese mentalmente con la respiración. Es como una apacible ola que viene y se va, lenta, pausada, reparadora; lenta, pausada, reparadora. Concéntrese en esa ola apacible. Viene y se va, viene y se va. Cada vez que expulsa el aire, se relaja más y más, más y más. El cuerpo se relaja profundamente, cada vez más profundamente. La respiración es una ola de sosiego y paz, sosiego y paz.
–Note cómo todo el cuerpo es invadido por una placentera sensación de relajación, bienestar y descanso.
–Manténgase así de diez a quince minutos. Disfrute de la relajación del cuerpo y del sosiego de la mente.

Antes de salir del estado de relajación…
Respire una decena de veces muy profundamente. Tome y suelte tanto aire como pueda.
Mueva lentamente los pies y las manos. Después las piernas, los brazos, la cabeza y el resto del cuerpo.
Incorpórese suavemente.

Ramiro Calle
http://mauandayoyi.blogspot.com.ar