Hierápolis escondió durante mucho tiempo un secreto en su misteriosa «puerta al infierno». Pero la ciencia moderna finalmente ha descubierto la verdad detrás de los mitos romanos.
En Pamukkale, en el oeste de Turquía, una enorme formación de roca blanca se eleva sobre la llanura circundante.
La montaña cae en forma de cascadas petrificadas hasta el fondo del valle, llenándolo de estalactitas y charcos de agua turquesa brillante.
Estas formaciones rocosas se llaman travertinos, acantilados de piedra caliza creados lentamente durante 400.000 años por el burbujeo de manantiales minerales.