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MESA VERDE – MISTERIO DE LOS ANAZASI

El Parque Nacional Mesa Verde es un parque nacional de los Estados Unidos, declarado también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978. Está situado en el condado de Montezuma, en el sudoeste de Colorado. El parque ocupa 211 kilómetros cuadrados y contiene numerosas ruinas de habitaciones y aldeas construidas por el pueblo anasazi. Destacan las construcciones realizadas en cuevas y bajo salientes de los acantilados; entre ellas Cliff Palace.

Estos poblados de piedra, grandes y bien construidos, son el resultado de una larga ocupación durante la cual se fueron agregando habitaciones y almacenes de manera aparentemente aleatoria.

El parque se extiende 21,2 kilómetros de norte a sur y 19,2 de este a oeste. El terreno está dominado por sierras y valles en dirección norte-sur. Muchas de las sierras culminan en una cresta cerca del extremo norte del parque.

El lugar estuvo habitado desde el siglo VI por los indios anasazi, que construyeron sus poblados primero en las cimas de las mesetas y más tarde, a partir del siglo XII en cuevas en las paredes de los cañones, hasta que fue abandonado repentinamente hacia 1275 por razones desconocidas.

Los primeros europeos que llegaron a la región de Mesa Verde fueron los exploradores españoles, que buscaban una ruta de Santa Fe (Nuevo México) a California, en las décadas de 1760 y 1770. Bautizaron la región con el nombre de Mesa Verde debido a sus elevadas mesetas cubiertas de bosques de enebros y pinos.

https://youtu.be/OHZoR9U_omY

No fue hasta 1873, con las observaciones de un prospector llamado John Moss, cuando se hizo pública la existencia de los poblados de piedra. El año siguiente, el prospector guio al fotógrafo William Henry Jackson por el cañón del Mancos, en la base de Mesa verde, desde donde pudo fotografiar uno de los poblados. En 1875, el geólogo William H. Holmesrecorrió la ruta de Jackson. Los informes de Jackson y Holmes fueron incluidos en el informe del Hayden Survey, en 1876, una de las cuatro expediciones de exploración del oeste americano financiadas por el gobierno federal, que, junto con otras publicaciones, condujeron a propuestas para la exploración sistemática de los restos arqueológicos del suroeste, aunque durante algunos años no tuvieron consecuencias prácticas. Seguir leyendo MESA VERDE – MISTERIO DE LOS ANAZASI

Los increíbles objetos sobrenaturales del Rey Salomón

Por todos es conocida la figura del rey Salomón, personaje que aparece no sólo en los textos bíblicos sino al que también se alude en el Corán y en el Talmud.

Tercer rey de Israel, hijo del rey David, era considerado un mandatario de excepcional sabiduría, poseedor de grandes riquezas y responsable de la construcción del templo de Jerusalén.

Según se relata en los textos, este monarca contaba en su haber con una serie de objetos de peculiares características que facilitaban sus empresas al servicio de Dios y que otorgaban un inmenso poder a su poseedor. No en vano, según las profecías de diferentes pueblos semitas, el que tuviera estos objetos bajo su posesión tendría el poder para dominar el mundo.

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Son muchos los misterios que rodean a esta enigmática figura

Y tal vez esta sea la razón de que numerosos grupos a lo largo de la historia hayan tratado de dar con el paradero de tan insólitos objetos, desde los templarios, hasta algún servicio secreto.

Uno de estos maravillosos objetos es la conocida como ’’ mesa de Salomón’’ que construyó Moisés bajo las meticulosas órdenes de Dios del siguiente modo:

‘’Harás asimismo una mesa de madera de acacia. Su longitud será de 90 centímetros, su anchura de 45 centímetros y su altura de 68 centímetros. La revestirás de oro puro y harás una moldura de oro alrededor del borde.

Le harás cuatro argollas de oro y pondrás argollas en las cuatro esquinas que estén sobre sus cuatro patas. Cerca del borde estarán las argollas para meter las varas a fin de llevar la mesa. Harás las varas de madera de acacia y las revestirás de oro, y con ellas llevarán la mesa.

Harás también sus fuentes, sus vasijas, sus jarros y sus tazones con los cuales se harán las libaciones. De oro puro los harás. Y pondrás sobre ella el pan de la Presencia perpetuamente delante de Mí’’.

                                                                                                                                                                             Ex 25:23-30

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La mesa de Salomón parece más un artilugio con otro tipo de función más allá que la de una mesa

Se piensa que en este objeto sagrado, que se guardó en el templo de Salomón una vez estuvo construido, el mismo rey inscribió el ‘’Shem Shemaforash’’ o Verdadero nombre de Dios que, según la tradición cabalística, no debe ser pronunciado ya que es el vocablo que utilizó Dios para crear el universo, la fuente de toda creación. No sólo esto, sino que en esta mesa estaría inscrito todo el conocimiento del universo.

Otro de los objetos en posesión del monarca era el denominado ‘’Sello de Salomón’’. Una suerte de anillo mágico en el que también estaba inscrito el nombre de Dios y que Yahvé le dio a Salomón directamente del cielo.

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Es recurrente en varias culturas la idea de que algunas palabras mágicas conceden poder a su conocedor

Este anillo otorgaba al rey una serie de poderes asombrosos tales como el control sobre genios y demonios, la autoridad sobre el viento y el agua o la capacidad de comunicarse con los animales.

Parece que Yahvé sentía una especial predilección por Salomón al que, además de otorgarle un gran poder, le hizo poseedor de una avanzada tecnología divina de la que era incapaz el ser humano.

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El Rey Salomón era tan poderoso que tenía control sobre entidades sobrenaturales

Otros excepcionales objetos mencionados en los textos antiguos son ‘’El Urim y el Turim’’, unas piedras engarzadas a un pectoral sacerdotal que debían situarse sobre el corazón mediante las cuales se transmitía la voluntad divina y que se utilizaban para cuestiones en las que se consideraba necesaria una respuesta de Dios, como decisiones de interés nacional ya que Yahvé era el legislador de Israel.

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El Dios del Antiguo Testamento utilizaba varias vías de comunicación para designar su voluntad ante su pueblo elegido

También se relata que Salomón tenía una alfombra mágica que utilizaba para viajar por el aire, podía llevarle no sólo a él, sino a toda su corte y podía atravesar grandes distancias en muy poco tiempo. Estaba tejida con seda verde y con oro e iba acompañada por bandadas de pájaros en sus viajes.

Pero el más importante de los objetos de los que fue poseedor el rey Salomón fue ‘’el arca de la alianza’’ que, después de acompañar al pueblo elegido en su vagar por el desierto acabó guardándose en el templo de Jerusalén.

Un cofre que se colocaba en el lugar más santo del tabernáculo y que también Dios mandó construir a Moisés. Hecho de madera de acacia y revestido en el interior y en el exterior de oro puro; la cubierta, al contrario, no estaba recubierta de oro sino que era de oro macizo adornada con las figuras de dos querubines:

“Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. Harás pues un querubín en un extremo y un querubín en el otro extremo, de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines’’.

                                                                                                                                             Ex 25:18-20

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El misterio del Arca de la Alianza continúa irresoluble

El arca representaba la presencia de Dios y parece ser el medio que éste utilizaba para comunicarse con el pueblo de Israel:

“Allí ciertamente me presentaré a ti, y hablaré contigo desde más arriba de la cubierta, desde entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio’’.

                                                                                                                                                                                             Ex 25:22

Este extraño objeto debía de colocarse en el interior del tabernáculo tras una pantalla divisoria además de ser cubierto por pieles de foca y una tela de color azul para impedir que el pueblo la mirase ni siquiera:

‘’Por el más mínimo momento y por lo tanto, muriese’’

                                                                                                                                                                            Ex 40:3

Parece que era peligroso acercarse al arca; tocarla o mirarla podía ser motivo de muerte por alguna extraña razón. Así nadie podía acceder al interior del tabernáculo a excepción del sumo sacerdote que únicamente tenía permitida la entrada una vez al año y, para ello, debía de portar incienso, ir cubierto de sangre de cordero y estar libre de pecado, sino cumplía todos estos requisitos, corría el peligro de sucumbir bajo la ira de Dios.

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¿A dónde fueron a parar todos los objetos sagrados que se guardaban en el templo de Jerusalén?

Este dios, se manifestaba muy celoso del cuidado y del respeto con el que este objeto era tratado por los hombres, llegando a matar instantáneamente a quien se atreviera a posar su mano sobre el arca; incluso aunque fuera con las mejores intenciones:

‘’Pero cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió la mano hacia el arca de Dios, y la sostuvo porque los bueyes casi la volcaron. Y se encendió la ira del Señor contra Uza, Dios lo hirió allí por su irreverencia; y allí murió junto al arca de Dios’’.

                                                                                                                                      2 Samuel 6:6-7

Los hebreos creían que Dios residía dentro del arca y la trataban con el mismo respeto con el que tratarían al propio Dios al interpretar su presencia cerca del objeto, y es que cuando el pueblo de Israel atravesaba el desierto, Yahvé los acompañaba en forma de nube junto al arca:

‘’Y la nube del Señor iba sobre ellos de día desde que partieron del campamento’’. – Nu 10:34

‘’En una nube apareceré encima de la cubierta’’. — Le 16:2

Este objeto también era usado como un arma de gran poder gracias a la cual el pueblo elegido logró vencer en las guerras que su dios les ordenaba emprender conquistando así las tierras de Canaán y Jericó.

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El pueblo elegido contaba con varios objetos sagrados a los que adoraban con gran devoción y respeto

Y la presencia de Yahvé cerca del arca no era solo percibida por los hebreos sino que según se narra en Samuel, uno de los pueblos enemigos, los filisteos, pudieron constatarlo, al encontrarse el arca en el campo de batalla:

‘’Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! Pues antes de ahora no fue así. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda la plaga en el desierto’’.

1 Samuel 4:6-8

Por último, el arca era también el contenedor de otros objetos que Dios otorgó al pueblo hebreo: las tablas de la ley entregadas por Dios a Moisés, la vara de Aarón con la que realizaba los milagros de Dios y la fuente de maná, que era el alimento que Dios hacía llegar a su pueblo mientras les guiaba por el desierto.

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¿Cuál era la fuente del gran poder contenido dentro del arca?

Este dios celoso e iracundo, que encontraba un especial deleite en el oro, en algún momento hizo entrega a los hombres de una tecnología tan avanzada que sus poderes eran interpretados como voluntad divina pero que sólo otorgaba a unos pocos elegidos como el rey Salomón, o como medio para obtener un cierto fin.

El paradero de estos mágicos objetos que casi parecen venidos de otros mundos se desconoce a día de hoy; aunque no son, ni han sido pocos los que incansablemente tratan de dar con ellos.

Cabe destacar que la última mención que se hace del arca en el texto bíblico aparece en el Apocalipsis de Juan:

‘’Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo’’.

http://www.ufopolis.com/2015/08/los-increibles-objetos-sobrenaturales-del-rey-salomon/

«Marchando a Sión»

Versión recortada a 30 minutos

Por más de 1800 años, los judíos permanecieron dispersos por todas las naciones del mundo. Pero en 1948, sucedió lo imposible. El estado de Israel fue creado y los judíos una vez más poseían la tierra prometida. Muchos cristianos han afirmado que esto es un milagro y una bendición de Dios, pero fue esto realmente una bendición del Señor o fueron fuerzas ocultas las que trabajaron?

Versión completa

 


Melvecs V

Arqueólogos israelíes descubren la puerta de la ciudad de Goliat

Ruinas monumentales, de la Edad del Hierro, de la antigua ciudad filistea de Gat, que alguna vez fue el hogar del legendario gigante bíblico Goliat, fueron desenterrados por las excavaciones de un equipo de arqueólogos de la Universidad de Bar Ilán.

Gat era una de las cinco ciudades de los enemigos de los antiguos israelitas. Fue una de las urbes más grandes de la región en los siglos IX y X antes de la era cristiana. La Biblia describe a Gat como el hogar de Goliat, el gigantesco guerrero filisteo abatido, mediante el disparo de una honda, por el joven pastor israelita David, que más tarde fundaría una dinastía de reyes.

«Sabíamos que la ciudad filistea de Gat, en el siglo X al IX (AC) era una gran ciudad, quizás la más grande en esta tierra en aquel momento», apuntó el líder de la excavación profesor Aren Maeir a la revista Live Science. «Estas fortificaciones monumentales destacan cuán grande y poderosa era esta ciudad».

Según Maeir, la puerta monumental se encuentra entre las más grandes

que se hayan encontrado en Israel y confirma que Gat era una de las ciudades más influyentes de la región, en esa época.

Cerca de la puerta, el equipo de Maeir también desenterró los restos de la extensa muralla de la ciudad, un templo filisteo, trabajos en hierro y cerámica.

Mientras que la cerámica guarda el sello distintivo del estilo filisteo, pueden verse también elementos de técnicas en los fragmentos, lo que indica que había entre las dos culturas una interacción mayor de lo que se pensaba.

«Esto refleja las conexiones intensas y multifacéticas que existían entre los filisteos y sus vecinos», puntualizó Maeir.

Los arqueólogos también encontraron evidencias de una destrucción generalizada, provocada por un terremoto en el siglo IIIV A.C., en lo que el equipo sostiene que podría ser el desastre que se menciona en el libro bíblico de Amós.

Aunque los arqueólogos han estado excavando en el lugar desde 1899, los expertos se han dado cuenta hace poco cuán extenso era el sitio de la Edad de Hierro.

Entre otros descubrimientos notables realizados a lo largo de veinte años de excavaciones, en este sitio, se destaca la primera inscripción filistea descifrable, que contiene dos nombres similares al del personaje bíblico Goliat.

http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/66522/

Rabino pedófilo israelí huye de Holanda para evitar su extradición

El rabino israelí Eliezer Berland, acusado de pedofilia y agredir sexualmente a varias de sus seguidoras, se ha fugado de Holanda para evitar su extradición a los territorios ocupados palestinos.

Berland, cuya extradición fue autorizada la semana pasada por un tribunal holandés, no se entregó a la Policía y los fiscales holandeses creen que ha huido a un país que no tiene un tratado de extradición con el régimen israelí.

Tras su huida de Palestina ocupada en 2012 y antes de trasladarse a Holanda, Berland, que niega las acusaciones en su contra, vivió en Marruecos, Zimbabue y Suiza.

kaa/ncl/rba

Enoc anduvo con Dios en medio de un mundo impío

EL DIABLO sostiene que es capaz de alejar de Dios a toda la humanidad, y en ocasiones ha dado la impresión de que lo está consiguiendo. Tras la muerte de Abel pasaron casi cinco siglos sin que nadie se distinguiera por ser un fiel siervo de Jehová. Es más, la conducta pecaminosa e impía era lo habitual.

Fue durante ese período de degradación espiritual cuando apareció en escena Enoc. Según la cronología bíblica nació en el año 3404 a.E.C. En contraste con sus contemporáneos, este hombre se granjeó la aprobación de Dios. De hecho, el apóstol Pablo lo incluyó entre los adoradores de Jehová cuya fe es un ejemplo que imitar para los cristianos. ¿Quién era Enoc? ¿Qué dificultades tuvo que afrontar? ¿Cómo las superó? Y ¿qué nos enseña su integridad?

Casi cuatro siglos antes del nacimiento de Enoc, en los días de Enós, “se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová” (Génesis 4:26). Puesto que se había utilizado el nombre divino desde los inicios de la historia humana, lo que empezó en vida de Enós no estaba relacionado, claro está, con invocar a Jehová con fe y según la adoración pura. Algunos hebraístas afirman que Génesis 4:26 debería decir “empezó de manera profana” o “empezó la profanación”. Probablemente la gente empleaba el nombre de Dios para denominarse a sí misma o a las personas mediante las cuales intentaba adorar a Dios; o tal vez se asignaba a ídolos el nombre divino.

‘Enoc anduvo con el Dios verdadero’

Aunque Enoc estuvo rodeado de iniquidad, “siguió andando con el Dios verdadero”, Jehová. No se dice que sus antepasados, a saber, Set, Enós, Quenán, Mahalalel y Jared, anduvieran con Dios. Al menos no debieron de hacerlo al mismo grado que él, pues su forma de vida lo distinguió, según parece, de todos ellos (Génesis 5:3-27).

Andar con Jehová implicaba tener cierta familiaridad e intimidad con él, algo que Enoc solo pudo haber logrado viviendo en armonía con la voluntad divina. Por ello, Jehová aprobó su devoción. Es más, la Septuaginta griega dice que “Enoc era del buen agrado” de Dios, idea que también expresó el apóstol Pablo (Génesis 5:22, nota; Hebreos 11:5).

La fe de Enoc desempeñó un papel fundamental en su buena relación con Jehová, lo que indica que confió en la prometida “descendencia” de la “mujer” de Dios. De haber conocido personalmente a Adán, pudo haber obtenido de él información sobre los tratos de Dios con la primera pareja humana en Edén. Fuera como fuese, el conocimiento que tenía del Creador le indujo a ‘buscarlo solícitamente’ (Génesis 3:15; Hebreos 11:6, 13).

Tanto en el caso de Enoc como en el nuestro, para mantener una buena relación con Jehová hace falta más que mero conocimiento. Si nuestro vínculo con cierta persona es particularmente estrecho, ¿no es cierto que sus opiniones influyen en nuestro modo depensar y actuar? Además, evitamos hacer o decir cualquier cosa que pueda romper la amistad que nos une. Y si decidimos efectuar algún cambio en nuestra vida, ¿no tomamos en cuenta cómo repercutirá tal decisión en la relación que tenemos con ella?

El deseo de mantener una estrecha relación con Dios también influye en nuestra conducta. Primero, es esencial que sepamos lo que él aprueba y desaprueba. Después hemos de dejarnos guiar por ese conocimiento y esforzarnos para que nuestra forma de pensar y actuar le complazca.

Así es, para andar con Dios debemos agradarle. Eso es lo que hizo Enoc por cientos de años. De hecho, la forma del verbo hebreo que indica que “anduvo” con Dios denota una acción continua y repetitiva. Otro hombre fiel que siguió este mismo proceder fue Noé (Génesis 6:9).

Enoc era un padre de familia con esposa, hijos —entre los que se encontraba Matusalén— e hijas (Génesis 5:21, 22). Sin duda presidió su casa lo mejor que pudo. No obstante, no tuvo que serle fácil servir a Dios, tomando en cuenta la iniquidad que lo rodeaba. Es posible que Lamec, el padre de Noé, fuera el único de sus contemporáneos que puso fe en Jehová (Génesis 5:28, 29). Pese a todo, Enoc practicó con valor la adoración verdadera.

¿Qué le ayudó a permanecer fiel? Lo más probable es que no se relacionara con quienes profanaban el nombre de Jehová ni con personas cuya compañía era poco indicada para un adorador de Dios. Por otro lado, orar a Jehová en busca de ayuda debió de fortalecer su determinación de evitar todo lo que desagradara a su Creador.

Profetizó contra los impíos

Sabemos por experiencia que no es nada fácil mantener elevadas normas morales en medio de gente impía. Pues Enoc no solo hizo eso, sino que pronunció un firme mensaje de juicio contra los inicuos. Dirigido por el espíritu de Dios, profetizó: “¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos, y para probar la culpabilidad de todos los impíos respecto a todos sus hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron contra él” (Judas 14, 15).

¿Qué efecto producirían sus hirientes palabras en los obstinados incrédulos? Parece lógico suponer que Enoc soportó un gran rechazo; tal vez, irritantes burlas y mofas, y hasta amenazas. Es probable que algunos desearan silenciarlo para siempre. Sin embargo, Enoc no se dejó intimidar. Sabía lo que le había sucedido al justo Abel y, como él, estaba resuelto a servir a Dios, sin importar lo que sucediera.

“Dios lo tomó”

Por lo visto, Enoc se encontraba en peligro de muerte cuando “Dios lo tomó” (Génesis 5:24). Jehová no permitió que su fiel profeta sufriera a manos de sus rabiosos enemigos. Según el apóstol Pablo, “Enoc fue transferido para que no viera la muerte” (Hebreos 11:5). Muchas personas sostienen que no murió, que Dios lo llevó al cielo, donde siguió viviendo. No obstante, Jesús dijo claramente: “Ningún hombre ha ascendido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre”. Por lo tanto, Jesús fue el “precursor” de todos los que ascienden al cielo (Juan 3:13; Hebreos 6:19, 20).

Entonces, ¿qué le sucedió a Enoc? El que fuese “transferido para que no viera la muerte” puede significar que Dios lo sumió en un trance profético durante el cual puso fin a su vida. En tales circunstancias, Enoc no experimentaría los dolores de la muerte. Después de aquello “no fue hallado en ningún lugar”, según parece, porque Jehová hizo desaparecer su cuerpo, como ocurrió en el caso de Moisés (Deuteronomio 34:5, 6).

Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, poco si lo comparamos con la mayoría de sus contemporáneos. Ahora bien, lo importante para quienes aman a Jehová es servirle fielmente hasta el final de sus días, y sabemos que ese fue el caso de Enoc porque “antes de su transferencia tuvo el testimonio de haber sido del buen agrado de Dios”. Las Escrituras no revelan cómo se lo comunicó Jehová. Sin embargo, antes de morir, Enoc supo con certeza que tenía la aprobación divina, así que podemos estar seguros de que Dios lo recordará en la resurrección.

Imitemos la fe de Enoc

Es apropiado que imitemos la fe de las personas piadosas (Hebreos 13:7). Por fe, Enoc llegó a ser el primer profeta fiel de Dios. El mundo en los días de Enoc era como el nuestro: violento, blasfemo e impío. Sin embargo, él era diferente. Tenía fe verdadera, y su devoción piadosa fue ejemplar. Es cierto que Jehová le encomendó un mensaje de juicio de capital importancia, pero también le dio fuerzas para proclamarlo. De modo que Enoc cumplió con valor su comisión, y Dios cuidó de él cuando se vio acechado por sus enemigos u opositores.

Si mostramos la fe de Enoc, Jehová nos fortalecerá para que declaremos su mensaje en estos últimos días. Nos ayudará a afrontar con valentía la oposición, y nuestra devoción piadosa nos distinguirá claramente de los impíos. La fe hará posible que andemos con Dios y que nos comportemos de forma que regocijemos su corazón (Proverbios 27:11). Debido a su fe, el justo Enoc logró andar con Jehová a pesar de la impiedad que lo rodeaba; nosotros también podemos lograrlo.

¿Cita la Biblia del Libro de Enoc?

El Libro de Enoc es un texto apócrifo y seudoepigráfico, falsamente atribuido a Enoc, que se escribió, según parece, entre los siglos II y I a.E.C. Es una colección de mitos judíos cargados de exageraciones y sin fundamento histórico que, obviamente, no son más que invenciones ajenas a la breve referencia a Enoc que aparece en Génesis. Estos detalles bastan para que quienes aman la Palabra inspirada de Dios descarten dicha obra.

Solo el libro bíblico de Judas contiene las palabras proféticas de Enoc: “¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos, y para probar la culpabilidad de todos los impíos respecto a todos sus hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron contra él” (Judas 14, 15). Muchos comentaristas sostienen que esta profecía de Enoc contra sus contemporáneos impíos es una cita directa del Libro de Enoc. ¿Es posible que Judas se remitiera a una obra apócrifa y nada fidedigna?

Las Escrituras no revelan cómo llegó a conocer Judas la profecía de Enoc. Tal vez citara simplemente de una fuente común, una tradición acreditada de gran antigüedad. Es evidente que Pablo hizo algo similar cuando identificó por nombre a Janes y Jambres, quienes, si no fuera porque él los mencionó, seguirían siendo los magos anónimos de la corte de Faraón que se opusieron a Moisés. Si el escritor del Libro de Enoc tuvo acceso a una antigua fuente de esta clase, ¿por qué no podía tenerlo Judas?* (Éxodo 7:11, 22;2 Timoteo 3:8.)

No importa cómo consiguió Judas la información sobre el mensaje de Enoc. Se puede confiar en ella porque Judas escribía bajo inspiración divina (2 Timoteo 3:16). De modo que el espíritu santo de Dios impidió que dijera algo que no fuera cierto.

[Nota]

El discípulo Esteban también proporcionó detalles que no aparecen en ninguna parte de las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, dijo que Moisés recibió una educación egipcia, que tenía 40 años cuando huyó de Egipto, que pasó otros cuarenta años en Madián antes de regresar y que hubo intervención angelical en la transmisión de la Ley mosaica (Hechos 7:22, 23, 30, 38).

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2001688#h=2

Espadas y amapolas (sobre las declaraciones de Antonio Gala)

Los poetas (Ash-Shuaara) es el título de la Sura 26 del Corán. En ella se habla de la tendencia natural del ser humano a despreciar la verdad cuando le perjudica. Un mal endémico que ha enfermado a todas las sociedades, en todos los tiempos y en todos los lugares. Los poetas a los que alude la Sura 26 son Moisés, Noé, Abraham y otros profetas comunes a las tres religiones del Libro que comparten la misma raíz, el mismo tronco, y se distancian en las ramas. Algunas podridas. Muchas. Pero no todas. La religión no tiene la culpa de lo que hacen algunos de sus fieles. Los cristianos no tienen la culpa de que algunos curas sean pederastas. Los judíos no tienen la culpa de que algunos israelíes masacren a palestinos. Ni los musulmanes tienen la culpa de que algunos terroristas se hilvanen bombas en el pecho. Por eso se ha equivocado Antonio Gala. En el fondo y en la forma. Algún día no tendremos que defendernos del Islam, como expresó a la ligera, pero quizá sí de algunos islamistas que desconocen la historia de Andalucía tanto como la ignoran los propios andaluces.  Igual que tendremos que defendernos desde ya de quienes aventan el miedo a los turbantes para alimentar el españolismo de la Una, Grande y Libre que jamás lo fue en ninguno de sus tres epítetos.

Tras la desaparición política de Al Ándalus, al nacional-catolicismo español y al panarabismo-islamista no español interesaron por igual el mito de una conquista extranjera de la península ibérica, y su colonización por extraños durante más de ocho siglos. Y unos utilizan esta teoría absurda e insostenible para justificar la “Reconquista”,  y otros para enarbolar la bandera de la recuperación del paraíso perdido. Pero ni los unos reconquistaron lo que nunca perdieron, ni los otros perdieron lo que nunca conquistaron. Al Ándalus es un componente más de la historia de Andalucía, España y de Europa. Y los andalusíes eran hispanos y europeos. Muchos andaluces, pero también extremeños, valencianos, portugueses, aragoneses o catalanes. No eran árabes, aunque sus nombres se escriban en árabe. Y mal que les pese a quienes todavía custodian con alzacuellos aquella versión sectaria de la historia, en Al Ándalus coexistieron musulmanes, judíos, cristianos, ateos y paganos. La misma coexistencia que desapareció por la fuerza con el destierro de sefardíes y moriscos (más hispanos que sus represores), y con la posterior persecución inquisitorial de la diferencia.

Esta verdad me convierte en un poeta para los integristas excluyentes de uno y otro bando. Sin embargo, no estoy solo. Somos muchos los poetas alistados en la milicia utópica del abrazo. Una inmensa minoría. Cada vez más invisible. Y ahí es donde radica el verdadero peligro del que hablaba Antonio Gala: la invasión de los espacios públicos de opinión por los ciegos que se niegan a ver. Los que niegan la pluralidad política, linguística, cultural y religiosa dentro de España. Y los que piden la reconquista de Al Ándalus para el Islam. Los dos mienten. Pero cada vez son más. Gritan. Se retroalimentan. Y asustan. Nada nuevo bajo el sol. Nada que no explique la Sura de Los poetas. Noé advirtió del diluvio y no le creyeron. El pueblo adoró a los ídolos y no al Dios de Abraham. El pueblo salvó a Barrabás y condenó a Jesús… Y hace poco votó mayoritariamente a los que prometían pleno empleo o negaban la misma existencia de la crisis del capitalismo. Todos los que decían la verdad jamás fueron creídos por el pueblo hasta después de muertos. El mismo pueblo que canta esta poética sevillana: “Como tú y yo lo vemos no es de la misma forma. Tú piensas en espadas y yo en amapolas”.

http://www.paralelo36andalucia.com/espadas-y-amapolas-sobre-las-declaraciones-de-antonio-gala/

EL FARAÓN QUE FUE AHOGADO

«Como ocurrió a la gente de Faraón y a los que les precedieron: desmintieron los signos de su Señor y les hicimos perecer por sus pecados. Anegamos a la gente de Faraón: todos eran impíos» (C. 8:54)



La Antigua Civilización Egipcia, junto con otras ciudades estados establecidas en la Mesopotamia en la misma época, es conocida por ser una de las civilizaciones más vetusta y se le reconoce un estado organizado con el más avanzado orden social de ese entonces. El haber inventado la escritura alrededor del siglo III AC y hacer uso de ella, el usufructo el río Nilo y el hecho de que estaban protegidos de peligros externos debido a la naturaleza de la región donde se establecieron, contribuyó en gran medida al desarrollo de la civilización egipcia.

Pero en esa sociedad «civilizada» prevalecía «el reino de los faraones», sistema de dominio incrédulo, pagano, que el Corán menciona y expone del modo más claro y pleno. Henchidos de orgullo, se convirtieron en blasfemos. Pero en definitiva, ni sus avances en materia de civilización, ni su orden político-social, ni sus éxitos militares, pudieron salvarlos de la destrucción.

La Autoridad de los Faraones

La civilización egipcia se fundamentó en la fertilidad del río Nilo. Los egipcios se asentaron en el valle del mismo, debido al caudal de agua que aportaba, por lo que podían cultivar las tierras sin depender de las lluvias estacionales. El historiador Ernst H. Gombrich dice en su escrito que Africa es muy calurosa y a veces no llueve nada durante meses, debido a lo cual tiene áreas extremadamente secas, cubiertas por vastos desiertos. Ambas márgenes del río Nilo también están cubiertas por desiertos y resulta difícil que en Egipto se produzcan precipitaciones pluviales. Pero, como dijimos, las lluvias no son tan necesarias porque el río Nilo recorre todo el país por el medio de su geografía de arriba abajo(33)

Así, quien tuviese el control del río Nilo, que es de una importancia muy grande, posee también la posibilidad de controlar la mayor fuente del comercio y de la agricultura. De ese modo los faraones pudieron establecer su dominio sobre Egipto.

La forma estrecha y vertical (norte-sur) del valle del Nilo no permitía que las unidades residenciales alrededor del río se expandan mucho, por lo que los egipcios desarrollaron ciudades y aldeas en pequeña escala en vez de grandes conglomerados urbanos. Este factor fortaleció el dominio de los faraones sobre el pueblo.

El faraón Menes es conocido por ser el primero en unir al antiguo Egipto, alrededor de 3000 años AC. En realidad, el término «faraón» se refería originalmente al palacio donde vivía el rey egipcio, pero en su momento se convirtió en el título del mismo. Entonces los reyes que gobernaban Egipto empezaron a ser llamados «faraones».

Al ser éstos los propietarios, administradores y gobernantes de todo el estado y sus tierras, fueron aceptados como un reflejo del dios principal en la religión politeísta tergiversada del antiguo Egipto. La administración y división de las tierras; las rentas; todas las propiedades, servicios y producción dentro de las fronteras del país, eran dirigidos por cuenta y orden del faraón.

El absolutismo del régimen proveyó al faraón gobernante de un poder tal que le permitía tener todo lo que deseaba. Inmediatamente después del establecimiento de la primera dinastía, cuando Menes se convirtió en el primer rey de Egipto al unir el Alto y Bajo Egipto, el Nilo empezó a ser puesto al servicio del público a través de canales. Además, el control absoluto de la producción de mercancías de todo tipo y los servicios, pasaron a manos del rey, y éste distribuía esos bienes entre el pueblo en las proporciones que él decidía. Los reyes pudieron someter fácilmente al pueblo a su dominio gracias a la supremacía que tenían. El rey, o con el nombre que luego tendría, el faraón, era contemplado como un ser sagrado muy poderoso que cubría todas las necesidades del pueblo: se lo transformó en un dios. Y los faraones llegaron a creer que realmente lo eran.

Algunos de los términos usados por el faraón cuando habla con Moisés, y que se mencionan en el Corán, demuestran que intentó intimidar a éste: «Dijo (faraón): ‘¡Si tomas por dios a otro diferente de mí, he de enviarte a la cárcel!'» (C. 26:29), a la vez que dijo a quienes estaban allí: «‘¡Dignatarios! Yo no sé que tengáis a ningún otro dios que a mí. ¡Haman! ¡Cuéceme unos ladrillos y hazme una torre! Quizás, así, pueda llegarme al dios de Moisés. Sí, creo que miente» (C. 28:38), porque se autoconsideraba un dios.

Creencias Religiosas

Según el historiador Herodoto, los egipcios de la antigüedad eran los seres más «devotos» del mundo. Sin embargo, la religión que seguían no era la de Verdad, sino una religión politeísta contumaz que no podían abandonar debido a un conservadurismo extremo.

Los egipcios de la antigüedad estaban muy influenciados por el ambiente natural en el que vivían. Las características geográficas protegían perfectamente al país de ataques desde el exterior por encontrarse rodeado de montañas, desiertos y mares por todas partes.

Una probable agresión contra Egipto se podía hacer por dos rutas y ambas eran muy fácilmente defendibles. Gracias a esos factores naturales los egipcios permanecieron aislados del resto del mundo.

Pero el paso de los siglos transformó ese aislamiento en una atroz intolerancia. De ese modo se mantuvieron extremadamente conservadores respecto de la religión y empezaron a tener una opinión contraria al perfeccionamiento y el progreso. La «religión de sus ancestros», como lo menciona frecuentemente el Corán, se convirtió en la entidad más importante de ese pueblo.

A eso se debió que el faraón y su círculo íntimo le dieran la espalda a Moisés y Aarón cuando éstos les anunciaron la religión de Verdad: «Dijeron (faraón y sus amigos): ‘¿Has venido a nosotros con objeto de apartarnos de lo que nuestros padres seguían, para que la dominación de la tierra pase a vosotros dos? ¡No tenemos fe en vosotros!'» (C. 10:78).

La devoción del antiguo Egipto se dividía en ramas, y las más importantes eran: la religión oficial del estado, las creencias populares y la creencia en la vida después de la muerte.

De acuerdo a la religión oficial del estado, el faraón era un ser sagrado. Se trataba de un reflejo sobre la tierra, de los dioses que adoraba el pueblo, y su propósito era dispensar justicia y proteger a las personas en sus vidas terrenales.

Las creencias difundidas entre la población eran extremadamente complicadas y las particularidades en discrepancia con la religión oficial quedaban supeditadas a lo que imponían los faraones. Básicamente, el pueblo creía en muchos dioses, a los que se describía en general con cabezas de animales y cuerpos humanos. También se podían encontrar tradiciones locales, es decir, creencias que diferían de región en región.

La vida después de la muerte constituía la parte más importante de la creencia egipcia, opinándose que después que el cuerpo moría el alma seguía con vida y era llevada por determinados ángeles ante Dios, quien era el Juez, mientras que otros cuarenta y dos jueces hacían de testigos. El alma era puesta en una balanza y pesada. Las más generosas o excelentes pasaban a vivir felices en un lugar hermoso, en tanto que las almas más ruines eran enviadas a un lugar donde quedaban sometidas por la eternidad a grandes tormentos por parte de una criatura extraña denominada «Comedor de Muertos».

La creencia de los egipcios en el Más Allá muestra claramente un paralelismo con la fe monoteísta y la religión de Verdad. Es menester considerar incluso que esa creencia en la otra vida prueba solamente que la religión de Verdad, es decir, el mensaje (de Dios), había llegado a la civilización del antiguo Egipto, aunque más tarde fue corrompido y el monoteísmo transformado en politeísmo. Ya se sabe que los amonestadores que llaman a las personas a Dios Uno y las convocan a ser Sus servidores obedientes, fueron enviados a Egipto de época en época, al igual que a todos los pueblos de la tierra, en uno u otro momento. Uno de esos enviados fue el profeta Yusuf (José), cuya vida se relata detalladamente en el Corán. La historia de este profeta también es muy importante porque incluye el arribo de los Hijos de Israel a Egipto así como su asentamiento allí. 

Por otra parte, en las fuentes históricas hay referencias a algunos egipcios que invitaron al pueblo a las religiones monoteístas, incluso antes de Moisés. Uno de ellos es el faraón más interesante en la historia de Egipto, es decir, Amenhotep IV.

Amenhotep IV, el Faraón Monoteísta 

En general, los faraones fueron brutales, opresores, beligerantes y despiadados. Prácticamente todos ellos adoptaron la religión politeísta del país y se autodivinizaron valiéndose de la fe en vigencia.

Pero en la historia de Egipto existe un faraón muy distinto de los demás. Defendía la fe en un solo Creador y fue muy resistido por los sacerdotes de Amón, quienes se beneficiaban –al igual que algunos soldados que los apoyaban– de la religión politeísta; finalmente fue asesinado. Dicho faraón fue Amenhotep IV, quien llegó al trono en el siglo XIV AC.

Al asumir en 1375 AC, se topó con un tradicionalismo paralizante, el cual se venía prolongando a lo largo de los siglos: hasta antes de asumir este faraón, tanto la estructura social como las relaciones del pueblo con el palacio real, no habían sufrido ningún cambio. La sociedad en su conjunto mantenía firmemente cerradas las puertas del país a todo lo que ocurría en el exterior y al tratamiento de nuevos temas o situaciones por parte de la religión. Ese conservadurismo enervante, observado también por los viajeros de la antigua Grecia, era causado por las condiciones geográficas naturales ya explicadas.

La religión oficial, impuesta sobre el pueblo por los faraones, requería una fe incondicional en todo lo pretérito y tradicional (ya corrompido). Pero Amenhotep IV no adoptó la religión oficial. Escribe el historiador Ernst Gombrich: «Él (Amenhotep IV) rompió con muchas de las costumbres, santificadas por una tradición antigua. No deseaba rendir culto a esa cantidad de dioses populares que la gente moldeaba, dándole formas extrañas. Para él había un solo dios supremo, Atón, a quien adoraba y lo representaba con la forma del sol, por lo que se cambió el nombre por el de Akhenatón, en seguimiento de su dios, y puso a su corte fuera del alcance de los sacerdotes politeístas al trasladarse al palacio que ahora se denomina El-Amarna»(34)

Después de la muerte de su padre, el joven Amenhotep IV se vio sometido a grandes presiones, porque desarrollaba una religión basada en el monoteísmo, porque modificaba o reemplazaba la religión politeísta tradicional y porque buscaba introducir cambios radicales en todos los terrenos. Pero los líderes de Tebas no le permitieron hacer conocer el mensaje de esa religión. Amenhotep IV y su gente salieron de Tebas y se establecieron en Tell-El-Amarna. Allí crearon una ciudad nueva y moderna llamada «Akh-et-aton». Es allí donde cambió el nombre que llevaba (que significa «Satisfacción de Amón») por el de Akh-en-atón (que significa «Sometido a Atón»). Amón era el nombre con el que se designaba al tótem más grande en el politeísmo egipcio. Según Amenhotep IV, Atón es «el creador de los cielos y de la tierra», con lo que lo hacía equivalente a Dios. 

Los sacerdotes, afligidos por lo que estaba sucediendo, quisieron arrebatarle el poder aprovechándose de una crisis económica del momento. Finalmente fue envenenado por los conspiradores politeístas. Los faraones que le sucedieron se cuidaron de mantener la influencia de los sacerdotes.

Después de Akhenatón, los faraones que llegaban al poder lo hacían con un gran respaldo militar y el politeísmo tradicional se expandió por todas partes, retornándose al pasado después de un considerable esfuerzo en tal sentido. Aproximadamente un siglo más tarde llegó al trono Ramsés II, quien fue en el faraón que más tiempo estuvo en el poder. Según muchos historiadores, éste fue quien atormentó a los Hijos de Israel y luchó contra Moisés(35)

La Llegada del Profeta Moisés

Los egipcios, debido a la profunda intolerancia que los envolvía, no iban a abandonar las creencias idólatras. Algunas personas les llevaron el mensaje de no adorar más que a Dios, pero el pueblo de faraón volvía siempre a sus creencias pervertidas. Por último Dios envió a ellos como mensajero (rasul) a Moisés, debido a que habían adoptado ese sistema falso, contrario a la religión de Verdad y debido a que habían esclavizado a los Hijos de Israel. Moisés recibió la instrucción con respecto a ambas cosas: invitar a los egipcios a la religión de Verdad y salvar a los Hijos de Israel de la esclavitud, mostrándoles el sendero recto. Se dice en el Corán: «Te recitamos la historia de Moisés y de Faraón, conforme a la verdad, para gente que cree. Faraón se condujo altivamente en el país y dividió a sus habitantes en clanes. Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían sido humillados en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos, darles poderío en el país y servirnos de ellos para hacer que Faraón, Haman y sus ejércitos experimentaran lo que ya recelaban» (C. 28:3-6).

Faraón quiso impedir que los Hijos de Israel se multiplicaran y para ello decidió asesinar a los niños recién nacidos. Es por eso que Dios inspiró a la madre de Moisés para que lo ponga en una cesta y lo deje en el río. Así es como entra en el palacio de Faraón. El Corán lo explica así: «Inspiramos a la madre de Moisés: ‘¡Dale de mamar y, en caso de peligro, ponlo en el río! ¡No temas por él, no estés triste! Te lo devolveremos y haremos de él un enviado’. La mujer de Faraón dijo: ‘Mi alegría y la tuya. ¡No le mates! Quizá nos sea útil o le adoptemos como hijo’. No presentían…» (C. 28:7-9).

La esposa de Faraón impidió que fuera asesinado y lo adoptó. De ese modo Moisés pasó su infancia en el palacio de Faraón. Con la ayuda de Dios, su propia madre fue a palacio para amamantarlo.

Un día, siendo ya adulto, Moisés vio que uno de los Hijos de Israel estaba siendo maltratado por un egipcio y le dio a éste un golpe a raíz del cual murió. A pesar de que estaba viviendo en el palacio de faraón y de que había sido adoptado por la reina, las personalidades de la ciudad decidieron que el castigo que merecía era la muerte. Al enterarse Moisés de ello huyó de Egipto y se fue a Madián. Después del período que pasó allí, Dios le habló directamente y le dio el rango de profeta. Le ordenó que regrese y se encuentre con faraón para hacerle conocer el mensaje de la religión de Dios.

El Palacio de Faraón

Moisés y Aarón, obedeciendo a Dios, se dirigieron al encuentro de faraón y le comunicaron el mensaje de la religión de Verdad. Le pidieron que no atormente más a los Hijos de Israel y que les permita irse de allí con ellos. Para faraón era inaceptable que Moisés, quien convivió con él en palacio durante años y quien posiblemente lo sucedería en el trono, lo enfrente así y le hable de esa manera, motivo por el cual lo acusó de ingrato.

«Dijo (faraón): ‘¿No te hemos educado. cuando eras niño, entre nosotros? ¿No has vivido durante años de tu vida entre nosotros? Desagradecido, hiciste lo que hiciste'» (C. 26:18-19).

Faraón buscaba incidir sobre los sentimientos y consciencia de Moisés. Le dio a entender que como él y su esposa lo habían criado, debía obedecerles. Además, Moisés había matado a un egipcio, lo cual tenía penas muy graves. Al intentar hacer creer que en Moisés había sentimientos de culpa, faraón buscaba también lograr el pleno apoyo de las personalidades de su sociedad.

Por otra parte, el mensaje de la religión de Verdad proclamado por Moisés minó la (postura de) superioridad de faraón y lo redujo al nivel de la gente común. Luego se revelaría que él no era un dios y además sería constreñido a obedecer a Moisés. Se encontraba en una situación difícil. Si liberaba a los Hijos de Israel, perdería una importante fuerza de trabajo, lo cual podría llevar a pasar apuros o a enfrentar una escasez en la producción de bienes.

Todo eso hizo que faraón ni siquiera escuche a Moisés e intentó burlarse de él y cambiar el tema de conversación a través de hacerle preguntas sin sentido. Al mismo tiempo buscó que se vea a Moisés y a Aarón como anarquistas y los acusó de perseguir objetivos políticos. En definitiva, ni faraón ni las personalidades dentro de su estrecho círculo íntimo, con excepción de los magos, obedecieron a Moisés y a Aarón. No siguieron la religión de Verdad que se les enseñaba. Por lo tanto Dios, en primer lugar, le envió algunas calamidades.

Las Desgracias Que Acontecieron a Faraón y a las Personas Más Cercanas a él

Faraón y los allegados a él eran gente muy arraigada en el politeísmo y la idolatría, es decir, estaban muy apegados a «la religión de sus ancestros», la que se habían propuesto seguir para siempre.

Incluso dos milagros de Moisés –la transformación del color natural de una de sus manos en blanca (como si se tratase de lepra, aunque estaba sana) y la transformación de la vara que usaba para apoyarse, en una serpiente– no fueron suficientes para apartar a faraón y sus amigos de las supersticiones que seguían. Además manifestaban abiertamente: «Dijeron (faraón y sus amigos): ‘Sea cual sea el signo que nos traigas para hechizarnos con él, no te creeremos'» (C. 7:132)

Debido a esa conducta Dios les envió una serie de calamidades, como «milagros diferentes», para que sufran el tormento en este mundo, antes que padezcan el tormento eterno en el otro. El primero de ellos fue la sequía y la escasez de granos. Dice el Corán: «Infligimos a Faraón años (de sequía) y escasez de frutos. Quizás, así, se dejaran amonestar» (C. 7:130)

El sistema agrícola egipcio dependía de las aguas del Nilo, debido a lo cual no se veía afectado por otros cambios en las condiciones naturales. Pero les sobrevino un desastre inesperado debido a que rechazaron al profeta de Dios. Lo más probable es que, por diversas razones, bajaran mucho el nivel del río y los canales de irrigación se quedaran sin agua suficiente para las áreas bajo cultivo. Y el calor extremo hizo que la siembra se seque. La desgracia cayó sobre faraón y su grupo de íntimos cuando menos la esperaban, lo cual produjo la consternación del gobernante, pues tenía por costumbre decir a su pueblo: «…’¡Pueblo! ¿No es mío el dominio de Egipto, con estos ríos que fluyen a mis pies? ¿Es que no veis?» (C. 43:51)

Sin embargo, en vez de «prestar atención», rehusó creer, como relatan los versículos coránicos. Faraón y sus amigos sostuvieron que lo que sucedía se debía a la mala suerte que les trajeron Moisés y los Hijos de Israel, de lo cual estaban convencidos debido a las supersticiones y a la religión de sus ancestros. Prefirieron sufrir la zozobra de lo que les acontecía con la esperanza de que vendrían tiempos mejores. Pero lo que les estaba sucediendo era recién el comienzo. Dios les envió otras desgracias, como lo describe el Corán: «Enviamos contra ellos la inundación, las langostas, los piojos, las ranas y la sangre, signos inteligibles. Pero fueron altivos, eran gente pecadora.» (C. 7:133)

Esos mismos desastres están descritos también en el Antiguo Testamento, en concordancia con lo que dice el Corán.

«… hubo sangre en todo el país de Egipto» (Exodo 7:21). «Si te niegas a dejarle partir, infestaré de ranas todo tu país. El río bullirá de ranas, que subirán y entrarán en tu casa, en tu dormitorio y en tu lecho, en las casas de tus servidores y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas» (Exodo 7:27-28). ‘»Dijo Yahvéh a Moisés: »Di a Aarón: ‘Extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra que se convertirá en piojos sobre todo el país de Egipto’ » «‘ (Exodo 8:12). «La langosta invadió todo el país de Egipto, y se posó en el territorio egipcio, en cantidad tan grande como nunca había habido antes tal plaga de langosta ni la habrá después» (Exodo 10:14). «Dijeron los magos a Faraón: ‘¡El dedo de Dios está aquí!’ Pero el corazón de faraón se endureció, y no les escuchó, como había dicho Yahvéh.» (Exodo. 8:15)

A faraón y sus colaboradores cercanos les acontecieron desastres horrorosos, algunos de ellos causados por los objetos que el pueblo idólatra adoraba. Por ejemplo, tenían por sagrados el Nilo y las ranas, a los que habían divinizados. Mientras esperaban que sus «dioses» los ayuden y orienten, Dios los castigó por medio de esas «deidades», de modo que pudiesen ver el error en el que estaban y pagaran por las injusticias cometidas.

Según algunos intérpretes del Antiguo Testamento, la «sangre» era la transformación del Nilo en ese elemento. De acuerdo a otra interpretación el color rojo que tomó el Nilo se debió a un tipo de bacteria. También están los que consideran que se trata de una expresión metafórica.

Para los egipcios de entonces el Nilo era la principal fuente de vida. Cualquier daño que se le hiciera a esa fuente podía significar la muerte de todo Egipto. Si la bacteria había cubierto el río tan completamente como para volverlo de color rojo, todo lo viviente que usaba esa agua debería haber sido infectado por la misma.

Explicaciones recientes de esa coloración roja señalan como sus causantes a los protozoarios, al zooplancton, a las florescencias algáceas de agua salada y dulce (fitoplancton) y a los dinoflagelados. Todas esas distintas florescencias –de plantas, hongos o protozoos– quita oxígeno al agua y produce toxinas nocivas para los peces y las ranas.

Patricia A. Tester, del Servicio de Pescadores de la Marina Nacional, al citar el relato del Exodo que aparece en la Biblia, advirtió que de las aproximadamente cinco mil especies de fitoplancton conocidas, menos de cincuenta son tóxicas y pueden ser peligrosas para la vida acuática. En la misma publicación, Ewen C. D. Todd, de la Sanidad Canadiense, se refiere a los datos históricos y prehistóricos y cita unas dos docenas de ejemplos de fitoplanctons específicos que producen diversos principios de epidemias en el mundo. W. W. Carmichael e I. R. Falconer hicieron una lista de enfermedades asociadas con el alga verde-azul de agua dulce. El ecólogo de medios acuíferos Joann M. Burkholder de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, descubrió un dinoflagelado –Pfiesteria piscimorte (encontrado en las aguas del estuario)– que es capaz de asesinar peces, como lo denota su nombre(36)

Parece que este tipo de encadenamiento de desastres ocurrió en la época de faraón. De acuerdo con el escenario planteado, los peces también murieron cuando se contaminó el Nilo y los egipcios quedaron privados de una importante fuente de nutrientes. Al desaparecer los peces carroñeros, las ranas pudieron alimentarse libremente tanto en distintas fuentes como en el río, sobrepoblándolo. Eventualmente, se escaparon del ambiente anóxico, tóxico y putrefacto, dirigiéndose a tierra firme, donde iban a morirse y descomponerse al igual que los peces. De ese modo el Nilo y las tierras adyacentes se volvieron fétidas y resultaba peligroso beber el agua o bañarse en ella. Además, la extinción de las ranas provocó que insectos como las langostas y los piojos se reprodujeran excesivamente.

En definitiva, ni los desastres y efectos acontecidos hicieron que faraón y su pueblo se volviesen a Dios y le prestasen la atención debida. Por el contrario, mantuvieron la actitud arrogante.

Faraón y sus colaboradores más cercanos eran tan hipócritas, que pensaron que podían engañar a Moisés, y en consecuencia a Dios. Cuando el horrendo castigo se les vino encima, llamaron de nuevo a Moisés para que los salve.

«Y, cuando cayó el castigo sobre ellos, dijeron: ‘¡Moisés! Ruega a tu Señor por nosotros en virtud de la alianza que ha concertado contigo. Si apartas el castigo de nosotros, creeremos, ciertamente, en ti y dejaremos que los Hijos de Israel partan contigo’. Pero, cuando retiramos el castigo hasta que se cumpliera el plazo que debían observar, he aquí que quebrantaron su promesa» (C. 7:134-135)

El Exodo de Egipto

Como una forma de advertirles sobre su conducta, Dios explicó a faraón y a su círculo de amigos íntimos, a través de Moisés, el comportamiento que debían seguir. Pero en respuesta a esa advertencia se rebelaron y lo acusaron al profeta de mentiroso y poseído. Entonces Dios les preparó un fin humillante y reveló a Moisés lo que iba a suceder.

«E inspiramos a Moisés: ‘¡Parte de noche con Mis siervos! ¡Seréis perseguidos!’. Faraón envió a las ciudades a gente que convocaran (a personas de guerra): ‘Son una banda insignificante y, ciertamente, nos han irritado. Nosotros, en cambio, somos todo un ejército y estamos bien prevenidos’. Les expulsamos de sus jardines y fuentes, de sus tesoros y suntuosas residencias. Así fue, y se lo dimos en herencia a los Hijos de Israel. A la salida del sol, les persiguieron (los egipcios a quienes iban con Moisés). Cuando los dos grupos se divisaron, dijeron los compañeros de Moisés: ‘¡Nos han alcanzado!'» (C. 26:52-61)

En esas circunstancias, cuando los Hijos de Israel pensaban que estaban atrapados, y los hombres de faraón consideraban que ya los tenían cercados, Moisés, que nunca perdió la fe en la ayuda de Dios, dijo: «¡No! ¡Mi Señor está conmigo! ¡Él me dirigirá!» (C. 26:62).

En ese momento Dios salvó a Moisés y a los Hijos de Israel por medio de separar el mar. Faraón y su gente se ahogaron en las aguas que se volvieron a juntar sobre ellos después que los Hijos de Israel cruzaron el mar y se habían puesto a salvo.

«E inspiramos a Moisés: ‘¡Golpea el mar con tu vara!’. El mar, entonces, se partió, y cada parte era como una imponente montaña. Hicimos que los otros se acercaran allá y salvamos a Moisés y a todos los que con él estaban. Luego, anegamos a los otros. Ciertamente, hay en ello un signo, pero la mayoría no creen. ¡Sí, tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso!» (C. 26:63-68)

La vara o bastón de Moisés tenía cualidades maravillosas. En su primera revelación Dios la había convertido en una serpiente, la cual devoró los encantamientos realizados por los magos de faraón. Después Moisés separó las aguas del mar con esa vara. Este fue uno de los principales milagros concedido al profeta Moisés.

El Incidente de la Separación de las Aguas, ¿Tuvo Lugar en las Costas Mediterráneas de Egipto o en el Mar Rojo?

No existe acuerdo respecto del lugar donde Moisés separó las aguas. Como en el Corán no se dan detalles en tal sentido, no podemos estar seguros de la corrección de los puntos de vista en la materia. Algunas fuentes indican las costas mediterráneas de Egipto como el lugar donde ocurrió el evento. Se dice en la Enciclopedia Judaica: «La opinión mayoritaria identifica el Mar Rojo del Exodo con una de las lagunas próxima a la costa del Mar Mediterráneo»(37)

David Ben Gurión dijo que el hecho pudo haber ocurrido lugar durante el reinado de Ramsés II, posiblemente después de la derrota de Kadesh. En el Libro del Exodo en el Antiguo Testamento, se dice que el evento sucedió en Migdol y Baal-Sefón, ubicados en el norte del delta.(38)

En las traducciones del Libro del Exodo del Antiguo Testamento se dice que faraón y sus hombres fueron ahogados en el Mar Rojo. Pero según los que sostienen ese punto de vista, la palabra traducida como «El Mar Rojo», en realidad significa «El Mar de los Juncos». En muchas fuentes se identifica la palabra como «Mar Rojo» y se la usa para esa ubicación. Sin embargo, la denominación «Mar de los Juncos» se usa para referirse a las costas mediterráneas de Egipto. Al mencionarse en el Antiguo Testamento la ruta recorrida por Moisés y quienes lo seguían, se mencionan Migdol y Baal Sefón, localidades ubicadas al norte del delta del Nilo, en las costas egipcias. Por inferencia, la mención de «El Mar de los Juncos» aporta la posibilidad de que el acontecimiento haya tenido lugar en las costas mediterráneas porque en esa región, de acuerdo con el sentido del nombre, se multiplican los juncos gracias a las inundaciones del delta.

Faraón y sus Hombres Se Ahogaron en el Mar

El Corán nos informa acerca de los aspectos más importantes de la división del Mar Rojo. Según ese relato, Moisés se preparó para partir de Egipto con los Hijos de Israel, y así lo hicieron. Sin embargo, faraón no podía aceptar que se fueran si su permiso, debido a lo cual los persiguió con sus soldados «con espíritu de rebeldía» (C. 10:90), alcanzándolos a orillas del mar. Algunos de los Hijos de Israel, al observar esto, empezaron a lamentarse. Según el Antiguo Testamento dijeron a Moisés: «…Porque mejor nos es servir a los egipcios (es decir, seguir siendo esclavos) que morir en el desierto» (Exodo 14:12). Esta debilidad de la comunidad de Moisés también se describe en el Corán: «Cuando los dos grupos se divisaron, dijeron los compañeros de Moisés: ‘¡Nos han alcanzado!'» (C. 26:61)

En realidad, esta no fue ni la primera ni la última vez que los Hijos de Israel exhibían tal comportamiento, por medio del cual mostraban que para nada eran obedientes. La comunidad se había quejado antes a Moisés diciéndole: «Hemos sufrido antes de que tú vinieras a nosotros y luego de haber venido…» (C. 7:129). Contrariamente a la conducta vacilante de su gente, Moisés expresaba una confianza plena en todo lo que hacía pues tenía una profunda fe en Dios. Desde que empezó su misión tuvo la promesa de Dios de que le ayudaría y lo respaldaría: «Dijo: ‘¡No temáis! Yo estoy con vosotros, oyendo y viendo» (C. 20:46)

Cuando Moisés se encontró por primera vez con los magos de faraón «temió en sus adentros» (C. 20:67). Entonces Dios le reveló que ya no temería y que finalmente se impondría, como lo expresa el versículo 20:68. De ese modo Dios educó a Moisés, quien adquirió una enseñanza completa de Sus caminos. En consecuencia, cuando algunos de los suyos temían que los soldados de faraón les dieran alcance, dijo: «¡No! ¡Mi Señor está conmigo, Él me dirigirá!» (C. 26:62)

Dios reveló a Moisés que debía golpear el mar con su vara. Al hacerlo, «El mar entonces, se partió y cada parte era como una imponente montaña» (C. 26:63). Faraón, al ver tal milagro, debería haber comprendido que estaba en presencia de algo extraordinario y de la intervención Divina. El mar se separó para (permitir el paso) del pueblo que faraón quería destruir. Pero nada garantizaba que no se uniese de nuevo apenas lo cruzasen. No obstante, faraón y su ejército se lanzaron tras los Hijos de Israel, por lo que lo más probable es que hayan perdido la cordura debido a su «espíritu de rebeldía», incapaces de comprender la naturaleza milagrosa de esa situación.

El Corán describe los últimos momentos de faraón: «…’¡Sí, creo que no hay más dios que Aquel en Quien los Hijos de Israel creen!; y soy de los que someten a Él'» (C. 10:90)

Aquí es posible ver otro milagro de Moisés: «Moisés dijo: ‘¡Señor! Tú has dado a Faraón y a sus dignatarios lujos y bienes en la vida de acá para terminar, ¡Señor!, extraviando a otros de Tu camino. ¡Señor! Borra sus bienes y endurece sus corazones a fin de que no crean hasta que vean el castigo doloroso!’. Dijo (el Señor): ‘Vuestra plegaria ha sido escuchada. ¡Id los dos por la vía recta y no sigáis el camino de los que no saben!'» (C. 10-88-89)

De estos versículos se comprende claramente que Moisés fue informado que faraón creería en Dios en el momento en que enfrentara el doloroso castigo. Efectivamente, faraón dijo que creía en Dios cuando las aguas empezaron a cubrirlo. Sin embargo, resultaba evidente que esa actitud (de reconocimiento de Dios) era falsa, no sincera. Lo más probable es que dijera lo que dijo buscando salvarse de la muerte segura que se le venía encima.

Pero la aceptación de la fe en los últimos momentos y el pedido de perdón no fue tenido en cuenta por Dios. Faraón y su ejército no podían salvarse de morir ahogados.

(Responde Dios al pedido de faraón): «‘¿Ahora (lo pides)? ¿Después de haber desobedecido y de haber sido de los corruptores? Esto no obstante, hoy te salvaremos en cuanto al cuerpo a fin de que sea signo para los que te sucedan’. Son muchos, en verdad, los hombres que no se preocupan de Nuestros signos…» (C. 10:91-92)

También se nos hace saber que faraón y sus hombres recibieron el castigo que les correspondía. Puesto que los soldados de faraón tenían «espíritu de rebeldía» (C. 10:90), eran «pecadores» (C. 28:8), «impíos» (C. 28:40) y como «Creían que no iban a ser devueltos a Nosotros» (C. 28:39) –al igual que faraón–, tenían bien merecido el castigo. Es por eso que Dios se apoderó de faraón y sus huestes y los precipitó en el mar, como expresa el Corán en 40:40.

Es así como Dios, debido a que rechazaron Sus signos, no prestaron atención a los mismos y Le desmintieron, les retribuyó puntualmente ahogándoles en el mar, como también lo indica el Corán en 7:136

Dios describe en el Corán en 7:137 todo lo que sucedió después de la muerte de faraón.

http://www.nurelislam.com/faraon.htm

Las diez plagas de Egipto, ¿tienen una explicación científica?

Las diez plagas de Egipto (מכות מצרים o Makot Mitzrayim) también conocidas simplemente como las diez plagas o las plagas bíblicas son una serie de calamidades que, según elAntiguo Testamento y la Torá, Dios infligió a los egipcios para que el faraón dejara partir a los hebreos de Egipto.

La narración aparece en el segundo libro del Antiguo Testamento y de la Torá, el Éxodo (en hebreo Shemot). Este libro describe como Moisés y Aarón aperciben al faraón que, de no liberar a su pueblo, Dios les castigaría, de manera sucesiva, con diez grandes males que caerían sobre Egipto. Conforme al relato, sólo después de los enormes padecimientos, el faraón autorizó que los israelitas abandonaran Egipto. —- ESTO SON OFICIALMENTE según la Bíblia las 10 plagas… ¿Pero fueron reales? ¿ O tienen explicación científica ? Desde aquí creemos que tienen explicación científica y a continuación las razones, solo es una idea, no tuvo porque ser así…:

Tomemos en cuenta la explosión del Volcán de Santorini (o la isla Thera) a 800 kilómetros de Egipto, los resultados del cataclismo serían los siguientes:

1.Rio Rojo

10 plagas de egipto Aarón golpea con la vara las aguas que había en el río y se convierten todas las aguas en sangre. Éxodo 7:19-20.

Explicación: El terremoto provoca que dentro del área egipcia se rompan bolsas de aire, las mismas contenían gas con altas concentraciones de hierro y al hacer contacto con el oxígeno provocaron herrumbre que al diseminarse en el agua provocó el color rojo del agua. Los peces, al sufrir la falta de oxigeno en el augura, mueren y se acumulan en la orilla.

2.Ranas

10 plagas de egipto Aarón extiende su mano sobre las aguas de Egipto y las ranascubrieron la tierra de Egipto. Éxodo 8:6.

Explicación: A excepción de los peces del mar, las ranas siguen vivas porque pueden salir a la superficie, pero ya que no pueden volver al agua se quedan en los sembrados comiéndose todo lo que encuentran a su paso.

3.Piojos

10 plagas de egipto Aarón golpea con la vara el polvo de la tierra y en todo el polvo del país el polvo se convierte en piojos. Éxodo 8:16-17

Explicación: Sin agua limpia y con los peces podridos en todos los lagos y el mar, empieza a crecer una plaga de piojos.

4.Moscas

10 plagas de egipto Toda clase de moscasmolestísimas. Éxodo 8:24-29

Explicación: De la misma manera que con los piojos sucede con la plaga de moscas.

5.El Ganado Muerto

10 plagas de egipto Peste o plaga sobre el ganado (caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas).Éxodo 9:3

Explicación: Como consecuencia de lo anterior, los animales domésticos, sin agua limpia y en condiciones infecciosas permanentementes, mueren.

6.Úlceras

10 plagas de egipto Aarón toma ceniza de un horno y Moisés la esparce hacia el cielo en presencia del faraón, ocasionando a los egipcios un sarpullidoque a su vez, produjo úlceras. Éxodo 9:8-10

Explicación: A diferencia de las anteriores, ésta se basa en las consecuencias directas del problema ambiental supuesto por el cataclismo, la liberación de gases tóxicos del suelo (Se toma en cuenta que además del movimiento telúrico, se dieron las condiciones para que el humo tóxico del volcán recorriera los 800 kilómetros de distancia hasta Egipto, provocando el sarpullido que afectó a los egipcios.

7.Granizo

10 plagas de egipto Granizo mezclado con fuego. Éxodo 9:24

Explicación: Al tiempo que el aire trajo todo ese gas tóxico, trajo también las cenizas humeantes que, llegadas a cierto punto en la estratósfera se entremezclan con la humedad y, por lo tanto caen juntas, tal como dice la Biblia que caería hielo (provocado por la humedad) y fuego (las cenizas mismas) a la vez.

8.Langostas

10 plagas de egipto Langostas. Éxodo 10:12

Explicación: Los sucesos climáticos recientes implicaban una alteración del ecosistema y las heladas en Egipto atrajeron la llegada de las langostas, que como sabemos, arrasan con todo.

9.Tinieblas

10 plagas de egipto Tinieblas durante tres días «tan densas que podían palparse». Éxodo 10:21

Explicación: Al completarse la llegada de la nube de cenizas se encontraron con una oscuridad total. El volcán al erupcionar soltó gran cantidad de cenizas, cubriendo el cielo con una gran nube de esta.

10.La Muerte de los Primogénitos

10 plagas de egipto Tinieblas durante tres días «tan densas que podían palparse». Éxodo 10:21

Explicación: En un momento determinado, una réplica levanta en un momento una especie de nube de dióxido de carbono desde el suelo que es capaz de matar mientras se encontraban concentradas antes de disiparse. Los primogénitos egipcios gozaban de privilegios culturales y uno de ellos era dormir en la planta más baja. Fueron los más expuestos a ese gas y murieron.

Conclusiones

Con esto concluimos que no concluimos, me explico; hay quien entiende esto como una gran mentira… y que nada tiene que ver con Dios ni con Moises ni nada, pero también se puede mirar de la siguiente manera:

¿Quiere decir esto que todo lo sucedido en Egipto no vino de la mano de Dios? ¿Que Moises no era un profeta?

¡NOOO! Lo que todo esto nos enseña es que el poder de Dios esEl Conocimiento De Todas Las Cosas, y que es por medio de la física, química, matemáticas, etc., …. que Dios hace todas las cosas.

El sabe como y cuando combinar todos los elementos para cumplir sus designios. Fue su conocimiento de todas las cosas lo que hizo posible que El creara los cielos y la tierra, que diera la vida a los muertos, que sanara al enfermo, etc.

Porque todo, hasta el poder de Dios, tiene una explicación razonable y lógica.

Es mucho más facil entender el poder de dios de esta manera que creer simplemente en el Abracadabra.

Y eso son las explicaciones, ahora sacad vuestras propias conclusiones.

http://www.zumacaya.com/explicacion_10_plagas_egipto.html

Las enseñanzas secretas del Talmud


En el Talmud hay enseñanzas contrarias a Cristo y los cristianos, obligando a los judíos a perseguir y matar a los cristianos, sin embargo en el año 1631 decidieron suprimir todo lo referente a Cristo y los cristianos para poder así vivir en paz pero en su lugar poner un O y que dichos pasajes se enseñaran sólo verbalmente y para que los hombres de ciencia cristianos no le reprochen nada.


A continuación pueden ver cuales son estas enseñanzas suprimidas en la versiones impresas del Talmud y cómo a través de los siglos han perseguido y obrado en contra de los cristianos y el cristianismo y como creando logias y manejando un gran poder económico han sido artífices de grandes acontecimientos de la historia como la revolución francesa, la revolución rusa entre otros.

La ley contenida en el Talmud, que rige al judío, le manda, a despreciar y odiar a todos los pueblos, en especial a los cristianos, y no parar hasta dominarlos y sujetarlos como esclavos.


 Paulus L. B. Drach, el célebre rabino del siglo XIX convertido al cristianismo, en su famosa y rara obra De l’harmonie entrel’Eglise et la Synagogue, Paul Melier, Libraire-éditeurs, Paris, 1844. Dice Drach que el Talmud designa el gran cuerpo de doctrina de los judíos, en el que trabajan sucesivamente, en épocas diferentes, los más acreditados ministros de Israel. Es el código completo, civil y religioso, de la sinagoga. Su objeto es explicar la ley de Moisés conforme al espíritu de la tradición verbal, y encierra las discusiones de los diversos doctores.

El Talmud contiene las tradiciones reales, que están confiadas a un cuerpo de setenta doctos, el sanhedrín, que era mirado como legítimo sucesor de Moisés. Allí se mezcla lo religioso con lo profano, sobre todo después que los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia (586 a. C.). La autoridad de los rabinos desplaza entonces a Moisés y los profetas. Las prescripciones para el acrecentamiento temporal del pueblo judío adquieren más importancia que los preceptos del mejoramiento religioso.

El Talmud adquirió singular virulencia después de la aparición del cristianismo. Allí se estamparon las más insolentes y sacrílegas infamias contra Cristo y los cristianos. Esto determinó que los libros del Talmud fueran entregados a las llamas por orden de los Romanos Pontífices o de los príncipes cristianos. Fue entonces cuando un Sínodo judío, reunido en Polonia en 1631, ordenó suprimir cuanto se refiere a Cristo o a los cristianos, en los siguientes términos: «Por tales razones, os ordenamos que de ahora en adelante, cuando publicareis una nueva edición de estos libros, dejéis en blanco los pasajes donde se habla de Jesús de Nazareth, haciendo un circulo como éste O; y todo rabino, como cualquier otro maestro, tenga el cuidado de enseñar tales pasajes a sus fieles sólo verbalmente. De este modo los hombres de ciencia cristianos no tendrán nada que reprochamos al respecto, y podremos evitar que nos sobrevengan las más grandes calamidades y nos será posible vivir en paz».

En 1892, de la tipografía de la Academia de Ciencias de San Petersburgo salía la mejor y más cuidadosa antología de máximas talmúdicas referentes a Cristo y los cristianos. Su autor era Mons. I. B. Pranaitis, titular de la cátedra de hebreo de la Universidad Imperial y tenía por título: «Christianus in Talmude Judaeorum, sive Rabbinicae doctrinae de christianis secreta». (El cristiano en el Talmud de los judíos, o los secretos de la enseñanza rabínica acerca de los cristianos). El libro llevaba, el texto hebreo de las prescripciones rabínicas con su traducción en latín. Pero los ejemplares desaparecieron casi completamente. Sólo algunos pocos se salvaron. De esa edición aparecida en los Editores Tunminelli y Cía., Milán, Roma, 1939, proviene los siguiente:

SOBRE CRISTO :

Se le llama con desprecio: «este hombre», «un quídam»,»hijo del carpintero», el «colgado». Se enseña que es hijo espúreo, de una mujer menstruada. Que tenía en sí el alma de Esaú, que era tonto, prestidigitador, seductor, idólatra, que fue crucificado, sepultado en el infierno, y que hasta ahora es un ídolo para sus secuaces. Como seductor e idólatra, no pudo enseñar otra cosa que el error y la herejía, y ésta irracional e imposible de cumplir.

SOBRE LOS CRISTIANOS

Son llamados Notsrim, Nazarenos, y se les aplica todos los nombres con los cuales se designa a los no judíos. Abada zara, es decir, cultivadores de la idolatría; acum, adoradores de las estrellas y de los planetas; Obdé Elilim, siervos de los ídolos; Mínim, herejes; Edom, idumeos; Goim, gentiles; Nokhrim, extranjeros, forasteros; Ammé Aarez, pueblos de la tierra, ignorantes; Apicorosim, epicúreos; Cutim, samaritanos.

Se dice de los cristianos lo más abominable que se pueda imaginar. Que son idólatras, hombres pésimos, peores que los turcos, homicidas, libertinos,animales impuros, indignos de llamarse hombres, bestias con forma humana, contaminantes a manera del estiércol, bueyes y asnos, puercos, perros, peores que los perros; que se propagan a modo de las bestias, que son de origen diabólico; que sus almas proceden del diablo y que han de volver al diablo en el infierno después de la muerte; que el cadáver de un cristiano muerto no se distingue de los restos de una bestia extinta.

Del culto de los cristianos se dice que es idolátrico, que sus sacerdotes son sacerdotes de Baal, que sus templos son casas de fatuidad e idolatría, y que todos los aparatos que hay en ellos, cálices, libros, sirven a la idolatría; que sus preces privadas y públicas son pecados que ofenden a Dios y que sus fiestas son días de calamidades.

La segunda parte de los preceptos del Talmud sobre los cristianos encierra tres capítulos: los cristianos deben ser evitados, deben ser destruidos, deben ser matados.

LOS CRISTIANOS DEBEN SER EVITADOS:

Según el Talmud, por lo mismo que el judío viene de un linaje escogido y recibe la circuncisión, está dotado de tan alta dignidad que nadie, ni siquiera un ángel, lo puede igualar. (Chullin 91 b).Aún más, se le considera casi igual a Dios. Quien golpee al israelita en la mejilla, dice R. Chemina, es como si da una bofetada a la Divina Majestad.(Sanhedrin 58 b). El judío es siempre bueno, a pesar del número y cantidad de los pecados, que no alcanzan a contaminarle, al modo que el barro no contamina el núcleo de la nuez sino sólo su cáscara. (Chagigah 15 b). Sólo el israelita es hombre; de él es todo el universo y a él deben servirle todas las cosas, principalmente los animales que tienen forma de hombre. Siendo esto así, se hace manifiesto que todo comercio con los cristianos mancha a los judíos. y desdice grandemente a su dignidad. Deben, por tanto, mantenerse lejos de todas las costumbres y actos de los cristianos.

Los cristianos deben ser evitados porque son inmundos. El AbhodahZarah 72 b cuenta que una vez un hebreo trasvasó vino por medio de un sifón con dos cañas, una y otra .sumergidas en los vasos. Vino un cristiano y tocó el sifón, y de repente quedó contaminado todo el vino. Deben ser evitados porque son idólatras y perniciosos. y así no es lícito al judío usar nodriza cristiana, ni preceptor, ni médico, ni peluquero, ni obstetriz cristianos.

LOS CRISTIANOS DEBEN SER DESTRUIDOS
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A los discípulos de «aquel hombre», cuyo mismo nombre entre los judíos suena a «bórrese su nombre y su memoria», no se les puede desear otra cosa sino que perezcan todos, romanos, tiranos, los que llevan en cautiverio a los hijos de Israel, de suerte que los judíos puedan librarse de ésta su cuarta cautividad. Está obligado, por tanto, todo israelita a combatir con todas sus fuerzas aquel impío reino de Idumea, propagado por el orbe. Pero como no siempre y en todas partes y a todos es posible este exterminio de cristianos, manda el Talmud combatirlos al menos indirectamente, haciéndoles daño de todas las maneras y así disminuyendo su poder y preparando su ruina. Donde sea posible, puede el judío matar a los cristianos y debe hacerlo sin ninguna misericordia. Vamos a detenernos en este último punto trayendo los textos de la obra de Pranaitis. Abhodah Zarah 26 b: Los herejes y traidores y apostatas deben ser tirados en un pozo de donde no puedan ser sacados.

Si añadimos a éstos los tiranos que ahora reducen en cautiverio a Israel, tendremos los cuatro géneros de los que deben ser matados por los judíos; es, a saber: los traidores, los apostatas, los tiranos y todos los herejes-cristianos, sin ninguna excepción, ni aunque fueran los mejores de los hombres.

I) Son considerados como los mayores enemigos de los judíos aquellos que revelan los secretos del Talmud o causan daño pecuniario a los judíos aunque sea de poca importancia -Noseroth- traidores.

Choschen Hammischpat 388, 10. Es lícito matar al delator aun en nuestro tiempo, en todo lugar en que sea encontrado. Puede ser matado antes de la delación, tan pronto como haya dicho que él quiere traicionar a alguien en sus bienes de vida o de riqueza, aunque éstas sean pequeñas y no le produzca mucho daño, ya pronunció contra si mismo suficiente causa de muerte, Avísenle y díganle: «No quieras delatar». Pero si imprudentemente dice: «No, manifestaré esto», debe ser muerto; y cuanto más pronto alguien le matare, tanto mayor mérito tendrá. Si faltare el tiempo de avisarle, el aviso no es necesario. Hay quienes dicen que el traidor debe ser matado sólo cuando sea imposible librarse de él privándole algún miembro. Si fuera posible librarse de él, por ejemplo, quitándole la lengua o los ojos, entonces no es lícito matarle, porque no es peor que los otros perseguidores.


Choschen Hammischpat 388, 15: Si se hubiera probado que alguien ha traicionado por tres veces a Israel, o ha hecho que su dinero pasara a manos de cristianos, será necesario buscar un medio prudente y astuto de suprimirlo del haz de la tierra. Sanhedrín 59 a: Dice R. Jochamam: el cristiano que escruta la ley es reo de muerte.

II) Deben ser matados los judíos que reciben el bautismo. Iove Dea 158, 2 Hagah: Los prevaricadores que se pasan a la parte de los cristianos y que se contaminan entre los cristianos, dando culto a las estrellas y a los planetas como ellos hacen, son semejantes a aquellos que prevarican para irritar a Dios; por eso deben ser echados al pozo y no sacados.

III) Deben ser matados los cristianos porque son tiranos, restos de los amalecitas, a los que manda destruir la ley antigua.Zohar I, 219 b: Cierto es que nuestra cautividad debe durar hasta que sean borrados de la tierra los príncipes cristianos que adoran a los ídolos.

IV) Deben ser matados todos los cristianos, sin exceptuar los mejores de entre ellos.

Abhodah Zarah 26 b. Tosephoth: El mejor entre los goim merece ser muerto.

V) El judío que mata a un cristiano no peca, sino que ofrece un sacrificio aceptable. Sepher Or Israel 177 b. Borra la vida del cristiano y mátale. Es agradable a la majestad divina como el que ofrece un don de incienso.Ibid. fol. 180. El israelita está obligado a poner todo su empeño en quitar las espinas de la viña esto es, en arrancar y en extirpar a los cristianos de la tierra; no se puede dar alegría mayor a Dios bendito que ésta que hacemos exterminando a los impíos y a los cristianos de este mundo.

VI) Después de la destrucción del templo de Jerusalén no hay sacrificio más grande que el exterminio de los cristianos. En el Zohar III, 227 b., dice el buen pastor: No hay otro sacrificio fuera del que consiste en quitar del medio la parte inmunda.Mikdasch Melech en el Zohar f. 62, dice: El cabrón que mandaban el día de la expiación a Azaziel nos enseña que también nosotros debemos suprimir del mundo a los cristianos.

VII) A los que matan a los cristianos se les promete el supremo lugar en el paraíso. Zohar I, 38 b. y 39 a. En el cuarto palacio del paraíso están todos los que lloraban a Sión y a Jerusalén y todos los que han destruido los restos de las naciones idólatras… Y como la púrpura es el vestido honorífico y distintivo de Dios, así serán honrados y distinguidos todos los que habrán matado a los otros pueblos idólatras.


VIII) No se deben hacer las paces con los cristianos, sino que hay que exterminarlos.

Hilkhoth Akum 10, 1. No hagan las paces con los idólatras; de suerte que les concedan permiso de adorar a los ídolos… sino que los aparten de su culto y los maten.

IX) Todos los judíos están obligados a obrar concordemente para destruir a los traidores sus enemigos; si no con la acción directa, al menos con todos los medios. Choschen Hammischpat, 388, 16: Todos los habitantes de la ciudad están obligados a resarcir los gastos hechos para matar al traidor, aun aquellos que pagan por otro concepto sus tributos. Pesachim 49 b: Dice R. Eliezer: Es lícito estrangular al hombre idiota en la fiesta de la expiación, aun si caiga en día sábado. Le dijeron sus discípulos: Rabbí, di más bien inmolar. A lo que les respondió: De ningún modo; porque inmolando es necesario recitar ciertas preces, y estrangulando no son necesarias.


* Registros históricos de los judíos ajusticiando cristianos:

San Justino, en su famoso Diálogo con el judío Trifón, dice repetidas veces que los judíos, después de haber matado al Justo, y antes de Él a los Profetas, ahora deshonran y alzan increpaciones contra los cristianos, y cuando pueden aun les quitan la vida (XVI, CXXXIII).

 San Basilio afirma que antes los judíos y los paganos han luchado entre sí, pero ahora tanto unos como otros luchan contra el cristianismo. Y así vemos a los judíos en Esmirna, en 155, reclamando suplicios para San Policarpo (Martyrium Sancti Policarpi); el 250 los vemos insultar a los cristianos que se niegan a apostatar (Passio S. Pionié); el 304 se los encuentra entre los más violentos de los que quieren obligar a sacrificar a los ídolos a San Felipe y su diácono Hennes en Heraclea (Passio S.Philippi Heracleensis), y asimismo en las Actas de los martirios de San Poncio de Cimiez el año 261 y San Marciano de Cesarea; en Mauritania el año 303 figuran los judíos excitando a los paganos contra los Santos Mártires. Ellos son, asimismo, los que levantan las calumnias contra los cristianos para suscitar persecuciones de parte de los paganos, como afirman San Justino, Tertuliano (Ad. Marcionem III, XXIII), Orígenes (C. Cels. VI, XXVII) Y San Gregorio Nacianceno (Oratorio n contra Jul.).

Los judíos colaboran gozosos con Juliano el Apóstata en las terribles persecuciones contra los cristianos (Sócrates, Hist. Ecl. III, XVII). En Persia, dicen las Actas de San Simeón- bar-Sabae, Patriarca de Seleucio, la persecución de Sapor es fomentada por los judíos, estos perpetuos enemigos de los cristianos que se encuentran siempre en los tiempos de tempestad, tenaces en su odio implacable y que no retroceden ante ninguna acusación calumniosa. En Singara, el año 390, el niño judío Abdul Masich, que se había convertido al cristianismo, es degollado por su padre; el año 524, el rey Dhon Nowas, de los Hyniaritas, judío, desencadena, a instigación de los judíos, una persecución criminal contra los cristianos (H. Leclerc, Les Martyrs, París 1905,t. IV, p. CIII). En Antioquía, el año 603, los judíos se precipitan sobre los cristianos, matan un gran número y queman los cadáveres. En Palestina, el año 614, masacran a los cristianos por millares e incendian las iglesias y conventos. (Ver el artículo de F. Ver net, «Juifs et Chrétiens» en Dictionnaire d’Apologétique).

Desde el siglo XII en adelante disminuyen estas persecuciones, no porque se amengüe el odio, sino porque, dada la vigilancia de la Iglesia y del Estado, disminuyen las posibilidades de realizarlas. Sin embargo, vemos a los judíos aliados con los herejes en la destrucción del cristianismo. Con sus intrigas deciden a León Isáurico en su campaña iconoclasta. Los judíos inspiran y se alían con Cátaros y Valdenses. Una ordenanza de Felipe el Hermoso, del 6 de junio de 1299, nos enseña que los judíos escondían a los herejes fugitivos (Donais, L’Inqusition, París 1906), y en1425 el duque de Baviera castigó a los judíos de su ducado, que habían proporcionado armas a los hussitas contra los cristianos.


No es aventurado afirmar, con el judío Darmesteter, Les Prophétesd’lsrael, que todos los revolucionarios del espíritu (herejes, por tanto) vienen a él, en la sombra o en plena luz, a recoger el arsenal criminal de razonamientos y blasfemias que legará luego a la posteridad. (Ver Luis Dasté, Les SocietésSecrètes et le juifs, París, 1912).


Los judíos, si quieren la desaparición del cristianismo, también deben trabajar para el extermino de los Estados cristianos. Y no sólo los cristianos, sino que ellos al considerarse la estirpe elegida por Dios menosprecian a todo pueblo como se puede ver alrededor de la historia.


La acusación del ministro Amán al rey Asuero contra los judíos cautivos en Babilonia señala: Hay un pueblo -dice- esparcido por toda la tierra, que se gobierna por leyes propias y que, oponiéndose a la costumbre de todas las gentes, menosprecia las órdenes de los reyes y altera con su discusión la concordia de todas las gentes.Nación contraria a todo el linaje de los hombres, que sigue leyes perversas y perturba la paz y concordia de las provincias. (Est. 13, 4).


En España, los judíos, de acuerdo con sus hermanos de África, traman el año 694 una conjuración para abrir la península a los árabes; el 711 se alían con los árabes, que invaden y conquistan a España. El 852 entregan Barcelona. En Francia, por el año 507, acusan a San Cesáreo, obispo de Arlés, de querer entregar a los francos la ciudad ocupada por los visigodos, mientras un judío, en nombre de sus correligionarios, se ofrece a los sitiadores para introducirlos en la plaza. Hasta el siglo XII duró en Tolosa la práctica de la colafisación: el viernes santo el representante de la comunidad judía debía recibir en presencia del conde una bofetada en castigo de la traición hecha por los judíos en favor de los musulmanes. Igual práctica existía en Béziers.El año 845 la ciudad de Burdeos fue entregada a los normandos por los judíos, y a fin del siglo XIII se habrían entendido con los mongol es en contrade los cristianos de Hungría.


En el año 1338 el Emperador Luis de Baviera concede a los burgueses de Francfort, a fin de que protejan a los judíos de la ciudad y velen por su seguridad con mejor corazón, un privilegio especial, gracias al cual podrán obtener empréstitos de los judíos al 32 1/2 % al año, mientras que con los extranjeros están autorizados a prestar hasta el 43 por ciento. El Consejode Maguncia contrajo un empréstito de 1.000 florines y les permitió reclamar el 52 por ciento. En Ratisbona, Augsburgo, Viena y otras partes, el interés legal subía frecuentemente hasta el 86 por ciento.


Pero los intereses más vejatorios eran los que exigían los judíos por préstamos mínimos contraídos a corto plazo, préstamos a los que estaba obligado a recurrir el pequeño comerciante y el campesino. Los judíos saquean y despellejan al pobre hombre, dice el coplero Erasmo de Erbach (1487).


Hay más de cien casos perfectamente registrados, algunos tan famosos como San Guillermo de Inglaterra, niño de 12 años, afrentosamente martirizado por los judíos en1144. San Ricardo de París, asesinado el día de Pascua de 1179, el Santo Dominguito de Val, crucificado en Zaragoza el año 1250. El beato Enrique de Munich, que fue desangrado y herido con más de 60 golpes, el año 1345. Elbeato Simón, martirizado en Trento el año 1475.


Más recientemente el Padre Tomás de Calangiano, martirizado en Damasco, con su criado, el año 1840; caso famoso éste, en que los asesinos confesaron su crimen y fueron condenados a muerte por Chérif-Pachá, gobernador general de Siria. Pero intervino la judería universal en favor de los culpables, influyendo sobre Mehemet-Alí para que revocase la sentencia del gobernador de Siria. Cremieux, judío, vicepresidente del Consistorio francés no tardó en tomar la defensa de los culpables, y en una carta aparecida en el Journal des Débats del 7 de abril de 1840 no dudó en atribuir este odioso asunto a la influencia de los cristianos de Oriente Los judíos de todos los países se agitaron en favor de los santos y de los mártires; es decir, de los asesinos de Damasco… Inmensas sumas fueron ofrecidas a los empleados de los consulados y a los testigos… para obtener la conmutación de la pena y la no inserción en los Procesos verbales de las tradiciones de los libros judíos y de las explicaciones dadas por el rabino Mouza-Abu-el-afich


Y el hecho es que Mehemet-Alí, en vista de la inmensa población judía que por medio de Montefiore y de Crémieux reclama en favor de los asesinos, decretó su libertad.


* La enseñanza de la Iglesia respecto a los judíos, muchos Papas hablaron a los cristianos del cuidado que debían tener de los judíos, pero nunca como lo hace el Talmud, mandaron a ajusticiar a los judíos. 

Inocencio III ha resumido la doctrina y jurisprudencia con respecto a los judíos: Son ellos -dice el Papa- los testigos vivos de la verdadera fe. El cristiano no debe exterminarlos ni oprimirlos, para que no pierda el conocimiento de la Ley. Así como ellos en sus sinagogas no deben ir más allá de lo que su ley les permite, así tampoco debemos molestarlos en el ejercicio de los privilegios que les son acordados. Aunque ellos prefieran persistir en el endurecimiento de sus corazones antes que tratar de comprender los oráculos de los Profetas y los secretos de la Ley y llegar al conocimiento de Cristo, sin embargo no tienen por eso menos derecho a nuestra protección. Así lo reclaman nuestro socorro, Nos acogemos su demanda y los tomamos bajo la égida de nuestra protección, llevados por la mansedumbre de la piedad cristiana; y siguiendo las huellas de nuestros predecesores de feliz memoria,de Calixto, de Eugenio, de Alejandro, de Clemente y de Celestino, prohibimos,a cualquiera que fuere, de forzar al bautismo a ningún judío. «Ningún cristiano debe permitirse hacerle daño, apoderarse de sus bienes o cambiar sus costumbres sin juicio legal. Que nadie les moleste en sus días de fiesta, sea golpeándolos, sea apedreándolos, que nadie les imponga en esos días obras que puedan hacer en otros tiempos. Además, para oponernos con toda nuestra fuerza a la perversidad y a la codicia de los hombres, prohibimos, a cualquiera que fuere, el violar sus cementerios y desenterrar sus cadáveres para sacarles el dinero. Los que contravinieren estas disposiciones serán excomulgados.

EL GHETTO

Pero si los judíos deben ser respetados en el ejercicio de sus legítimosderechos, no hay que desconocer su peligrosidad ni hay que dejar de reprimirla. Y así la Santa Sede puso en vigor, con energía, la disciplina del ghetto, es decir, el aislamiento de los judíos y la restricción de los derechos civiles.El dominico Ferraris ha resumido la legislación sobre el ghetto, cuando escribe: «Todos los judíos deben habitar en un mismo lugar; y si éste no fuera capaz, en dos o tres o los que sean necesarios, contiguos, los que deben tener sólo una puerta de entrada y de salida». Los judíos no podían domiciliarse fuera de los ghettos, y aun no podían ausentarse de ellos desde el toque del Ave María al atardecer hasta la madrugada.Tres ventajas importantísimas se derivaban de este régimen: (Constant,Les juifs devant l’Eglise):

1ª El Estado tenía constantemente número e identidad de los judíos, lo que facilitaba su vigilancia.

2ª El sentimiento de esta vigilancia mantenía al judío en el recto proceder, ya que el judío se rige por el temor, de acuerdo a lo que enseña SanPablo, quien dice, hablando de ellos, que han recibido el espíritu de servidumbre en el temor.

3ª Atendiendo a que la noche es cómplice del malhechor, Qui maleagit odit lucem (el que obra mal, odia la luz.), se prevenían las perversidades de los judíos durante la noche.

Además de la reclusión en los ghettos, los judíos debían someterse a la obligación de llevar una escarapela o cinta amarilla que los distinguiese de los no-judíos, para que en esta forma, perfectamente individualizados, no pudiesen hacer daño más que a los cristianos tontos que se pusiesen en relaciones con ellos.

 Santo Tomás de Aquino, consultado por la duquesa de Brabante sobre si era conveniente que en su provincia los judíos fueran obligados a llevar una señal distintiva para diferenciarse de los cristianos, contesta: Fácil es a esto la respuesta, y ella de acuerdo a lo establecido en el Concilio general (Cuarto de Letrán, año 1215, c. 68), que los judíos de ambos sexos en todo territorio de cristianos y en todo tiempo deben distinguirse en su vestido de los otros pueblos. Esto les es mandado a ellos en su ley, es a saber,que en los cuatro ángulos de sus mantos hayan orlas por las que se distingan de los demás.

RESTRICCIONES CIVILES

Además de la obligación de recluirse en los ghettos, había otras restricciones que limitaban los derechos civiles de los judíos dentro de las sociedades cristianas. Así, por ejemplo, no podían tener nodrizas, ni sirvientes cristianos, de ambos sexos; no podían dedicarse al comercio de mercaderías nuevas; de modo particular les estaba vedada la confección de seda de toda especie y género, y la compra o venta, aun indirecta, de seda nueva, tejida o no,debiendo limitarse a la compra-venta de ropa usada o a un comercio definido y limitado de alimentos necesarios para la vida. (Benedicto XIII, Aliasemanarunt). Se les prohibía el ocupar cátedras en las universidades; y no podían ser promovidos al doctorado, ni ejercer la medicina entre los cristianos, ni ser farmacéuticos, ni hoteleros, ni ejercer la magistratura ni la carrera de las armas. Se les permitían, en cambio, las profesiones de banqueros, proveedores de los reinos, joyeros, impresores, corredores, profesiones ellas, que no implicaban un peligro directo para los cristianos, y en las que mostraban los judíos singulares aptitudes, ya por las inmensas riquezas de que disponían, ya por su cosmopolitismo, que les permitía el rápido desplazamiento de la riqueza.


Tanto el Renacimiento como la Reforma Protestante, el Enciclopedismo del siglo XVIII, la Revolución Francesa, el Capitalismo, la contaminación de los pueblos con el Liberalismo y el Socialismo, el Comunismo, la Revolución Soviética, han sido en gran parte fraguados por los judíos y han servido ciertamente de beneficio a los judíos en detrimento de los pueblos cristianos.

En otras palabras: desde el Renacimiento hasta el Comunismo se desenvuelve un proceso uniforme de descristianización de los pueblos y de su sometimiento a los judíos, que de siervos que eran en la Edad Media pasan a amos y reyes. Y este proceso es en gran parte obra de los judíos.

El judío Darmesteter ( Coup d’oeil sur l’histoire du Peuple juif ) dice: El judío se ocupa en descubrir los puntos vulnerables de la Iglesia, y tiene a su servicio para descubrirlos, además de su inteligencia de los libros santos, la sagacidad terrible del oprimido. Es el doctor del incrédulo, todos los sublevados del espíritu vienen a él en la sombra o a cielo abierto. Él está en obra en el inmenso taller del blasfemo del gran Emperador Federico y de losPríncipes de Suavia o de Aragón; es el que forja todo ese arsenal criminal de razonamiento y de ironía que legará a los escépticos del Renacimiento, a los libertinos del gran siglo, y el sarcasmo de Voltaire no es más que su último y resonante eco de una palabra murmurada seis siglos antes en la sombra del ghetto y más antes aún en tiempos de Celso y de Orígenes, en la cuna misma de la religión de Cristo.

Y es otro judío, Bernard Lazare, quien dice ( L’Antisémitisme, I, 222) que durante los años que anuncian la Reforma el judío llega a ser el educador y quien enseña el hebreo a los sabios, los inicia en los misterios de la Cábala después de haberles abierto las puertas de la filosofía árabe; él los equipa,contra el catolicismo, de la temible exégesis que los rabinos habían cultivado y fortificado durante siglos; esta exégesis de la que se serviría el Protestantismo y más tarde el Racionalismo.

No hay duda (aunque no sea fácil aportar las pruebas documentales precisas) que todas las sectas y sociedades secretas, ocultistas y cabalistas que pululan por todas partes al final de la Edad Media en forma más o menos disfrazada, algunas de ellas bajo las apariencias de las célebres Academias Italianas de los siglos XV y XVI; otras, como la misteriosa Orden de los Templarios, extinguida por Felipe el Hermoso y Clemente V, eran reductos de conspiración contra la Iglesia y los Estados cristianos, manejados hábilmente por la mano judaica.


 Un francmasón, el H. Ludwig Keller, consejero íntimo de los Archivos de Berlín, ha aprovechado los documentos que le estaban confiados para tratar a fondo esta cuestión ( Les Academies italiennes au XVIII siécle et les comencements de la Francmasonnerie dans les pays latins et les pays duNord ), y llega a la conclusión de que las de los siglos XV y XVI, las Compañías de los siglos XVII y XVIII como la «Truelle» de Florencia, las sociedades filarmónicas como el «Apollon» de Londres, fueron humanistas y han conservado, por tanto, desde el comienzo el carácter judío y pagano del Renacimiento. (Ver Mons. Jouin, La Judéo-Masonnerie et l’Eglise Catholique ). 


Por otra parte, Werner Sombart, el autorizado historiador del Capitalismo, que no es ni católico ni antisemita, en su documentado libro «Los judíos y la Vida Económica» demuestra cómo algunas sectas protestantes, y en especial el puritanismo ( Les juifs et la Vie Economique, pág. 321), son judaicas, de suerte que puede justificarse lo que presentía el judío Enrique Heine: ¿Los Escoceses Protestantes – pregunta en sus Confesiones – no son hebreos con nombres bíblicos, su canto no tiene algo de hierosolimo fariseo, y su religión no es en el fondo el judaísmo, con la diferencia que están autorizados a comer cerdo?.

Se conocen las relaciones íntimas que durante la Reforma Protestante se establecieron entre el judaísmo y ciertas sectas cristianas, y el furor que se declaró entonces por la lengua y los estudios hebraicos; se sabe también que en la Inglaterra del siglo XVII los puritanos rodeaban a los judíosde un culto casi fanático y que los «Levellers», Niveladores, que se decían judíos, exigían la promulgación de una ley que hiciese del Thora de los judíos el código inglés; se conoce, además, que los oficiales de Cromwell, también gran judaizante, le propusieron componer su Consejo de Estado de 70 miembros, a ejemplo del Sanhedrín de los judíos, y que en el año 1629 se propuso en el Parlamento reemplazar el feriado del domingo por el del sábado.

Pero cualquiera sea la influencia de los judíos en el Renacimiento y en la Reforma Protestante, lo cierto, certísimo, es que los judíos se beneficiaron de uno y otra. El judío Ber nard Lazare ha podido decir ( L’Antisémitisme, I, 225) que el espíritu judío triunfó con el Protestantismo.


 En expresión del Talmud, dé a los judíos el cetro del mundo, de suerte que todos los pueblos y todos los reinos les serán sometidos. Entonces cada judío tendrá 2.800 servidores y 310 mundos. ( Jalgut, fol. 56. Bachai, fol. 168). La venida de este Mesías será precedida de una gran guerra en la cual perecerán dos terceras partes de los pueblos, de modo que los judíos necesitarán siete años en destruir las armas conquistadas . (Abardanel, Masmia Jesua, fol. 4-9, a).

El célebre rabino Maimónides cree también en el imperio universal de los judíos, quienes dicen que cuando éste se entronice, los dientes de los antiguos enemigos de Israel saldrán de sus bocas y alcanzarán una longitud de 22 varas. ( Othioth del Rabbi Agiba, 5, 3), y que entonces el Mesías recibirá los dones de todos los pueblos y no rehusará sino el de los cristianos.  (Tract.Pesachim, folio 118 b). El famoso Drach, gran rabino convertido, dice que el Mesías que los judíos se obstinan en esperar, a pesar de que éste se obstina en no venir, debe ser un gran conquistador que hará a todas las naciones del mundo esclavas de los judíos. Estos volverán a la Tierra Santa triunfantes, cargados con las riquezas de todos los infieles. Jerusalén será adornada con un nuevo Templo, y sus más pequeñas piedras serán de diamantes. ( De l’ harmonie entre l’ Eglise el la Synagogue ).

El judío Isaac Wise en «The Israelite» del 3 Y 17 de agosto de 1855: La Masonería -dice- es una institución judía, cuya historia, reglamentos, deberes, consignas y explicaciones son judías desde el comienzo al fin, con excepción de alguna regla secundaria y algunas palabras en el juramento.

Por los numerosos documentos secuestrados de los Archivos masónicosde Budapest en 1919 ( La Franc-Masonne rie en Hongrie, Preface de CharlesWolf, Budapest, 1921) aparece claro que la masonería es una obra eminentemente judía. Así, por ejemplo, el libro que contiene la Constitución dela Gran Logia Simbólica de Hungría, impreso en Budapest en 1905, lleva la fecha de la era judía 5886. El texto de los votos pronunciados por los miembros está concebido en lengua hebraica. Las consignas, que cambian cada seis meses o cada año, son igualmente hebreas. La lista publicada al fin del libro nos muestra que el 92% de los miembros de las Logias son judíos; no son sino nombres como Abel, Bloch, Berger, Fuchs, Herz, Levy, Pollak, Rosenthal, Schon, etc., o bien nombres judíos magiarizados como Kun, Ka dar,etc. (Ver Mons. Joum, La Judeo-Masonnerie et l’Eglise Catholique ).

La afirmación de Gougenot des Mousseaux (Le juif et la judaisation des peuples, 1869) de que en el Consejo universal y supremo, pero secreto, de la Masonería, compuesto de nueve miembros, se han de reservar cinco asientos para los representantes de la nación judía.

La francmasonería es obra de los judíos. La Revolución Francesa, a su vez, es obra de la francmasonería. Por otra parte, la Revolución Francesa se hizo contra la Iglesia, en beneficio exclusivo de los judíos. El Padre José Léhmann, célebre judío del siglo pasado, convertido, ha estudiado en forma concluyente la entrada de los judíos en la Sociedad Francesa y en los Estados cristianos. La obsequiosidad de la Masonería -dice-
para con el judaísmo no tardó en manifestarse. Los francmasones llevaron a la Constituyente la emancipación de los judíos, y ellos se encargaron de hacerla pasar. Es Mirabeau quien le prestará el apoyo perseverante de su elocuencia, y Mirabeau es francmasón de los altos grados, íntimo con Weishaupt y sus adeptos. Y cuando, después de dos años de titubeos, la Asamblea Constituyente, llegada a su última hora y en su penúltima sesión titubee aún, el francmasón y jacobino Duport exigirá el voto sin más trámite y con la amenaza en los labios.

Bajo la apariencia de ritos y fórmulas judaicas inofensivas, con el pretexto de «trabajar por el mejoramiento material y mora1 en el perfeccionamiento social e intelectual de la humanidad» (E. Plantagenet, La Franc-Masonnerie francaise ),  se buscará destruir cuanto la Iglesia Católica había hecho en el mundo. (A. Preuss, Etudes sur la F. M. Américaine).

El problema de la Masonería es un fantasma hay pruebas abundantes y sólidas de la acción mortífera de ésta. Son éstas, sobre todo, los documentos masónicos incautados, como los del «Iluminismo de Baviera», caídos en manos de la Policía en 1785,  los de «La Alta Venta Romana», llegados a poder del Vaticano en 1845, los Archivos masónicos de Budapest, incautados en 1919 cuando la caída de Bela Kun en Hungría.

Werner Sombart ha escrito un voluminoso libro donde documenta con abundancia abrumadora como los judíos han creado el capitalismo y cómo sin ellos no se podría explicar este régimen económico. ( Les juifs et la Vie Economique, traduit del’Allemand avecl’autorisation de l’auteur par le Dr. S. Jankélévitch, Payot, París, 1923). Henry Ford, el rey del automóvil, aporta datos interesantísimos en » El judío internacional «, datos sobre todo relacionados con el poderoso capitalismo norteamericano, que demuestran la influencia jamás sospechada de la Banca judía internacional.

Que el socialismo sea judaico no sólo se demuestra porque sus pro hombres fueran judíos, tales como Marx, Engels,Lasalle, Kurt Eisner, Bela Kun, Trotsky, León Blum, sino, sobre todo, como hace notar el judío Alfredo Nossig (Integrales Judentum, El Judaísmo integral), porque el socialismo y el mosaísmo no sólo no se oponen, sino que, por el contrario, entre las ideas fundamentales de ambas doctrinas hay unaconformidad sorprendente.


Está comprobado quién es el que ha proporcionado, al menos como agente directo, el oro que ha favorecido, fraguado y financiado la Revolución Soviética en Rusia: Jacobo Schiff, jefe de la fabulosa Banca Kuhn, Loeb and Cº, fallecido en octubre de 1920.


A. Netchvolodow ha demostrado en su libro L’Empereur Nicholas II et les juifs cómo Jacobo Schiff adelantó fondos al Japón para la guerra con Rusia,cómo Schiff financió la propaganda revolucionaria entre los prisioneros de guerra rusos internados en Japón, cómo Schiff, el 14 de febrero de 1916, promete dinero a los revolucionarios rusos residentes en Nueva York, y cómo el mismo Schiff, según la relación secreta del Alto Comisario francés en Wáshington a su gobierno, en la primavera de 1917 proporciona subsidios a Trotsky para establecer en Rusia el comunismo. Leamos parte de esta relación secreta, extraída de los archivos de una de las principales instituciones gubernamentales de la república francesa y que fue publicada por vez primera en el número 1, del 23 de septiembre de 1919,en el diario «A Moscú», -editado en Rostow-sobre-el-Don. Dice así:


I. – En febrero de 1916 se supo por primera vez que se tramaba una revolución en Rusia; se descubrió que las personas y casas infrascritas estaban comprometidas en esta obra de destrucción:


1. Jacobo Schiff, judío.


2. Kuhn, Loeb and Cº, casa judía.


Dirección: Jacobo Schiff, judío


Félix Warburg, judío


Otto Kahn, judío


Mortimer Schiff, judío


Jerónimo H. Hanauer, judío.


3. Gugenheim, judío


4. Mar Breintung, judío.

Apenas hoy duda de que la revolución rusa, que estalló un año después de la información ante dicha, fue lanzada y fomentada por influencias claramente judías. De hecho, Jacobo Schiff hizo una declaración pública en abril de 1917 diciendo que gracias a su apoyo financiero había tenido éxito la revolución rusa.

II – En la primavera de 1917 comenzó Jacobo Schiff a pedir al judíoTrotsky ayuda para hacer la revolución social de Rusia… De Estocolmo, el judío Mar Wartburg comanditaba igualmente a Trotsky y compañía, y asimismo pedía ayuda al sindicato Westfaliano-Renano, importante negocio judío, lo mismo que al judío Olef Aschberg, de la NyeBanken de Estocolmo, y al judío Jivotovsky, cuya, hija se casó con Trotsky. Así se establecieron las relaciones entre los multimillonarios judíos y los judíos proletarios.

III. – En octubre de 1917 la revolución social tuvo lugar en Rusia, gracias a la cual ciertas organizaciones de los soviets tomaron la dirección del pueblo ruso. En estos soviets se destacaron los individuos siguientes: (sigue una listade 29 judíos y de Lenín, ruso de madre judía).


IV. – Si observamos el hecho de que la firma judía Kuhn, Loeb and Cº está en relaciones con el Sindicato Westfaliano-Renano, firma judía de Alemania; los hermanos Lázare, casa judía de París; y también la casa de banca Ganzburgo, casa judía de Petrogrado, Tokio y París; si observamos además que esos negocios judíos están en estrechas relaciones con las casas judías de Speyer y Cía., de Londres, Nueva York y Francfurt, lo mismo que con la Banca Nye, negocio judío bolchevique de Estocolmo, se verá que el movimiento bolchevique como tal es, en cierta medida, la expresión de un movimiento general judío, y que ciertas casas de banca judías están interesadas en la organización de este movimiento

Y desgraciadamente los judíos no sólo han desempeñado un papel en el desarrollo de la revolución bolchevique, sino que han sido los principales actores en cada uno de los peores crímenes de esta revolución. En los anales del terrorismo hay cuatro nombres que surgen siniestramente: Jankel Yurovski, fue el  que asesinó a los once miembros de la familia imperial en los sótanos de la casa Ipatief en Yekaterinburgo, incluso las cuatro hijas del zar; Moisés Uritsky, el primer, ejecutor en jefe de la Tcheka; Bela-Kun, el verdugo de Budapest y de Crimea; Djerdinsky, el ejecutor general de laTcheka. De estos cuatro nombres, ni uno solo es ruso; uno de los cuatro, polaco; los otros tres, judíos. (Ch. Sarolea, Impression of soviets, Rusia)

– Con el capitalismo los judíos se apoderan de las riquezas de todos los pueblos.
– Con el liberalismo y el socialismo esparcen sus ideas
– Con el comunismo los judíos exterminan a sus opositores y sujetaban a los cristianos a un yugo de esclavos imposible de romper.


El objetivo el sueño dorado de los judíos es ser dueños del mundo, con Jerusalén por capital, entonces, sueñan, ha de venir el Mesías, el gran conquistador que hará «a todas las naciones del mundo esclavas de los judíos» (Drach, De l’harmonie entre l’Egliseet la Synagogue ) y que recibirá los dones de todos los pueblos y sólo rehusará el de los cristianos.

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El Exodo no existió», afirma el arqueólogo Israel Finkelstein

TEL AVIV.- Israel Finkelstein es un hombre de suerte: aunque sus trabajos de arqueología cuestionan el origen divino de los primeros libros del Antiguo Testamento, judíos y católicos acogen sus hipótesis con auténtico interés y, curiosamente, no lo estigmatizan.

Este enfant terrible de la ciencia revolucionó la nueva arqueología bíblica cuando afirmó que la saga histórica relatada en los cinco libros que conforman el Pentateuco de los cristianos y la Torá de los judíos no responde a ninguna revelación divina. Dijo que, por el contrario, esa gesta es un brillante producto de la imaginación humana y que muchos de sus episodios nunca existieron.
El Pentateuco «es una genial reconstrucción literaria y política de la génesis del pueblo judío, realizada 1500 años después de lo que siempre creímos», sostiene Finkelstein, de 57 años, director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv.
Añade que esos textos bíblicos son una compilación iniciada durante la monarquía de Josías, rey de Judá, en el siglo VII a.C. En aquel momento, ese reino israelita del Sur comenzó a surgir como potencia regional, en una época en la cual Israel (reino israelita del Norte) había caído bajo control del imperio asirio.
El principal objetivo de esa obra era crear una nación unificada, que pudiera cimentarse en una nueva religión. El proyecto, que marcó el nacimiento de la idea monoteísta, era constituir un solo pueblo judío, guiado por un solo Dios, gobernado por un solo rey, con una sola capital, Jerusalén, y un solo templo, el de Salomón. En sus trabajos, que han marcado a generaciones de la nueva escuela de la arqueología bíblica, Finkelstein establece una coherencia entre los cinco libros del Pentateuco: el Génesis, el Exodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio. Los siglos nos han traído esos episodios que relatan la creación del hombre, la vida del patriarca Abraham y su familia -fundadores de la nación judía-, el éxodo de Egipto, la instalación en la tierra prometida y la época de los Reyes. Según Finkelstein, esos relatos fueron embellecidos para servir al proyecto del rey Josías de reconciliar a los dos reinos israelitas (Israel y Judá) e imponerse frente a los grandes imperios regionales: Asiria, Egipto y Mesopotamia. El arqueólogo recibió a LA NACION en la Universidad de Tel Aviv.
-Durante más de veinte siglos, los hombres creyeron que Dios había dictado las Escrituras a un cierto número de sabios, profetas y grandes sacerdotes israelitas.
-Así es. Para las autoridades religiosas, judías y cristianas, Moisés era el autor del Pentateuco. Según el Deuteronomio, el profeta lo escribió poco antes de su muerte, en el monte Nebo. Los libros de Josué, de los Jueces y de Samuel eran archivos sagrados, obtenidos y conservados por el profeta Samuel en el santuario de Silo, y los libros de los Reyes venían de la pluma del profeta Jeremías. Así también, David era el autor de los Salmos y Salomón, el de los Proverbios y el del Cantar de los Cantares.
-Y sin embargo?
-Desde el siglo XVII, los expertos comenzaron a preguntarse quién había escrito la Biblia. Moisés fue la primera víctima de los avances de la investigación científica, que planteó cantidad de contradicciones. ¿Cómo es posible -preguntaron los especialistas- que haya sido el autor del Pentateuco cuando el Deuteronomio, el último de los cinco libros, describe el momento y las circunstancias de su propia muerte?
-Usted afirma que el Pentateuco fue escrito en una época mucho más reciente.
-La arqueología moderna nos permite asegurar que el núcleo histórico del Pentateuco y de la historia deuteronómica fue compuesto durante el siglo VII antes de Cristo. El Pentateuco fue una creación de la monarquía tardía del reino de Judá, destinada a propagar la ideología y las necesidades de ese reino. Creo que la historia deuteronómica fue compilada, durante el reino de Josías, a fin de servir de fundamento ideológico a ambiciones políticas y reformas religiosas particulares.
-Según la Biblia, primero fue el viaje del patriarca Abraham de la Mesopotamia a Canaán. El relato bíblico abunda en informaciones cronológicas precisas.
-Es verdad. La Biblia libra una cantidad de informaciones que deberían permitir saber cuándo vivieron los patriarcas. En ese relato, la historia de los comienzos de Israel se desarrolla en secuencias bien ordenadas: los Patriarcas, el Exodo, la travesía del desierto, la conquista de Canaán, el reino de los Jueces, el establecimiento de la monarquía. Haciendo cálculos, Abraham debería de haber partido hacia Canaán unos 2100 años antes de Cristo.
-¿Y no es así?
-No. En dos siglos de investigación científica, la búsqueda de los patriarcas nunca dio resultados positivos. La supuesta migración hacia el Oeste de tribus provenientes de la Mesopotamia, con destino a Canaán, se reveló ilusoria. La arqueología ha probado que en esa época no se produjo ningún movimiento masivo de población. El texto bíblico da indicios que permiten precisar el momento de la composición final del libro de los Patriarcas. Por ejemplo, la historia de los patriarcas está llena de camellos. Sin embargo, la arqueología revela que el dromedario sólo fue domesticado cuando se acababa el segundo milenio anterior a la era cristiana y que comenzó a ser utilizado como animal de carga en Medio Oriente mucho después del año 1000 a.C. La historia de José dice que la caravana de camellos transporta «goma tragacanto, bálsamo y láudano». Esa inscripción corresponde al comercio realizado por los mercaderes árabes bajo control del imperio asirio en los siglos VIII y VII a.C. Otro hecho anacrónico es la primera aparición de los filisteos en el relato, cuando Isaac encuentra a Abimelech, rey de los filisteos. Esos filisteos -grupo migratorio proveniente del mar Egeo o de Asia Menor- se establecieron en la llanura litoral de Canaán a partir de 1200 a.C. Esos y otros detalles prueban que esos textos fueron escritos entre los siglos VIII y VII a.C.
-El heroísmo de Moisés frente a la tiranía del faraón, las diez plagas de Egipto y el éxodo masivo de israelitas hacia Canaán son algunos de los episodios más dramáticos de la Biblia. ¿También eso es leyenda?
-Según la Biblia, los descendientes del patriarca Jacob permanecieron 430 años en Egipto antes de iniciar el éxodo hacia la Tierra Prometida, guiados por Moisés, a mediados del siglo XV a.C. Otra posibilidad es que ese viaje se haya producido dos siglos después. Los textos sagrados afirman que 600.000 hebreos cruzaron el Mar Rojo y que erraron durante 40 años por el desierto antes de llegar al monte Sinaí, donde Moisés selló la alianza de su pueblo con Dios. Sin embargo, los archivos egipcios, que consignaban todos los acontecimientos administrativos del reino faraónico, no conservaron ningún rastro de una presencia judía durante más de cuatro siglos en su territorio. Tampoco existían, en esas fechas, muchos sitios mencionados en el relato. Las ciudades de Pitom y Ramsés, que habrían sido construidas por los hebreos esclavos antes de partir, no existían en el siglo XV a.C. En cuanto al Exodo, desde el punto de vista científico no resiste el análisis.
-¿Por qué?
-Porque, desde el siglo XVI a.C., Egipto había construido en toda la región una serie de fuertes militares, perfectamente administrados y equipados. Nada, desde el litoral oriental del Nilo hasta el más alejado de los pueblos de Canaán, escapaba a su control. Casi dos millones de israelitas que hubieran huido por el desierto durante 40 años tendrían que haber llamado la atención de esas tropas. Sin embargo, ni una estela de la época hace referencia a esa gente. Tampoco existieron las grandes batallas mencionadas en los textos sagrados. La orgullosa Jericó, cuyos muros se desplomaron con el sonar de las trompetas de los hebreos, era entonces un pobre caserío. Tampoco existían otros sitios célebres, como Bersheba o Edom. No había ningún rey en Edom para enfrentar a los israelitas. Esos sitios existieron, pero mucho tiempo después del Exodo, mucho después de la emergencia del reino de Judá. Ni siquiera hay rastros dejados por esa gente en su peregrinación de 40 años. Hemos sido capaces de hallar rastros de minúsculos caseríos de 40 o 50 personas. A menos que esa multitud nunca se haya detenido a dormir, comer o descansar: no existe el menor indicio de su paso por el desierto.
-En resumen, los hebreos nunca conquistaron Palestina.
-Nunca. Porque ya estaban allí. Los primeros israelitas eran pastores nómadas de Canaán que se instalaron en las regiones montañosas en el siglo XII a.C. Allí, unas 250 comunidades muy reducidas vivieron de la agricultura, aisladas unas de otras, sin administración ni organización política. Todas las excavaciones en la región exhumaron vestigios de poblados con silos para cereales, pero también de corrales rudimentarios. Esto nos lleva a pensar que esos individuos habían sido nómadas que se convirtieron en agricultores. Pero ésa fue la tercera ola de instalación sedentaria registrada en la región desde el 3500 a.C. Esos pobladores pasaban alternativamente del sedentarismo al nomadismo pastoral con mucha facilidad.
-¿Por qué?
-Ese tipo de fluctuación era muy frecuente en Medio Oriente. Los pueblos autóctonos siempre supieron operar una rápida transición de la actividad agrícola a la pastoral en función de las condiciones políticas, económicas o climáticas. En este caso, en épocas de nomadismo, esos grupos intercambiaban la carne de sus manadas por cereales con las ricas ciudades cananeas del litoral. Pero cuando éstas eran víctimas de invasiones, crisis económicas o sequías, esos pastores se veían forzados a procurarse los granos necesarios para su subsistencia y se instalaban a cultivar en las colinas. Ese proceso es el opuesto al que relata la Biblia: la emergencia de Israel fue el resultado, no la causa, del derrumbe de la cultura cananea.
-Pero entonces, si esos primeros israelitas eran también originarios de Canaán, ¿cómo identificarlos?
-Los pueblos disponen de todo tipo de medios para afirmar su etnicidad: la lengua, la religión, la indumentaria, los ritos funerarios, los tabúes alimentarios. En este caso, la cultura material no propone ningún indicio revelador en cuanto a dialectos, ritos religiosos, formas de vestirse o de enterrar a los muertos. Hay un detalle muy interesante sobre sus costumbres alimentarias: nunca, en ningún poblado israelita, fueron exhumados huesos de cerdo. En esa época, los primeros israelitas eran el único pueblo de esa región que no comía cerdo.
-¿Cuál es la razón?
-No lo sabemos. Quizá los protoisraelitas dejaron de comer cerdo porque sus adversarios lo hacían en profusión y ellos querían ser diferentes. El monoteísmo, los relatos del Exodo y la alianza establecida por los hebreos con Dios hicieron su aparición mucho más tarde en la historia, 500 años después. Cuando los judíos actuales observan esa prohibición, no hacen más que perpetuar la práctica más antigua de la cultura de su pueblo verificada por la arqueología.
-En el siglo X a.C. las tribus de Israel formaron una monarquía unificada -el reino de Judá- bajo la égida del rey David. David y su hijo, Salomón, servirán de modelo a las monarquías de Occidente. ¿Tampoco ellos fueron lo que siempre se creyó?
-Tampoco en este caso la arqueología ha sido capaz de encontrar pruebas del imperio que nos legó la Biblia: ni en los archivos egipcios ni en el subsuelo palestino. David, sucesor del primer rey, Saúl, probablemente existió entre 1010 y 970 a.C. Una única estela encontrada en el santuario de Tel Dan, en el norte de Palestina, menciona «la casa de David». Pero nada prueba que se haya tratado del conquistador que evocan las Escrituras, capaz de derrotar a Goliat. Es improbable que David haya sido capaz de conquistas militares a más de un día de marcha de Judá. La Jerusalén de entonces, escogida por el soberano como su capital, era un pequeño poblado, rodeado de aldeas poco habitadas. ¿Dónde el más carismático de los reyes hubiera podido reclutar los soldados y reunir el armamento necesarios para conquistar y conservar un imperio que se extendía desde el Mar Rojo, al Sur, hasta Siria, al Norte? Salomón, constructor del Templo y del palacio de Samaria, probablemente tampoco haya sido el personaje glorioso que nos legó la Biblia.
-¿Y de dónde salieron sus fabulosos establos para 400.000 caballos, cuyos vestigios sí se han encontrado?
-Fueron criaderos instalados en el Sur por el reino de Israel varios decenios más tarde. A la muerte de Salomón, alrededor del 933 a.C., las tribus del norte de Palestina se separaron del reino unificado de Judá y constituyeron el reino de Israel. Un reino que, contrariamente a lo que afirma la Biblia, se desarrolló rápido, económica y políticamente. Los textos sagrados nos describen las tribus del Norte como bandas de fracasados y pusilánimes, inclinados al pecado y a la idolatría. Sin embargo, la arqueología nos da buenas razones para creer que, de las dos entidades existentes, la meridional (Judá) fue siempre más pobre, menos poblada, más rústica y menos influyente. Hasta el día en que alcanzó una prosperidad espectacular. Esto se produjo después de la caída del reino nórdico de Israel, ocupado por el poderoso imperio asirio, que no sólo deportó hacia Babilonia a los israelitas, sino que además instaló a su propia gente en esas fértiles tierras.
-¿Fue, entonces, durante el reino de Josías en Judá cuando surgió la idea de ese texto que se transformaría en fundamento de nuestra civilización occidental y origen del monoteísmo?
-Hacia fines del siglo VII a.C. hubo en Judá un fermento espiritual sin precedente y una intensa agitación política. Una coalición heteróclita de funcionarios de la corte sería responsable de la confección de una saga épica compuesta por una colección de relatos históricos, recuerdos, leyendas, cuentos populares, anécdotas, predicciones y poemas antiguos. Esa obra maestra de la literatura -mitad composición original, mitad adaptación de versiones anteriores- pasó por ajustes y mejoras antes de servir de fundamento espiritual a los descendientes del pueblo de Judá y a innumerables comunidades en todo el mundo.
-El núcleo del Pentateuco fue concebido, entonces, quince siglos después de lo que creíamos. ¿Sólo por razones políticas? ¿Con el fin de unificar los dos reinos israelitas?
-El objetivo fue religioso. Los dirigentes de Jerusalén lanzaron un anatema contra la más mínima expresión de veneración de deidades extranjeras, acusadas de ser el origen de los infortunios que padecía el pueblo judío. Pusieron en marcha una campaña de purificación religiosa, ordenando la destrucción de los santuarios locales. A partir de ese momento, el templo que dominaba Jerusalén debía ser reconocido como único sitio de culto legítimo por el conjunto del pueblo de Israel. El monoteísmo moderno nació de esa innovación. .

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Enoc, Elohim y los Ángeles Caídos en la tradición judía

La tradición judía de la cábala, los midrash (métodos de interpretación de los textos bíblicos) y libros como el de los Jubileos o el de Enoc o el mismo Génesis, han recogido la historia y vicisitudes de diversos tipos de ángeles, en este caso los caídos que han traicionado su lealtad a Yahvé o los Elohim, empezando por el jefe Semyazza o Shemazai, y acabando con Raziel. Apuntamos en este vídeo información sobre Enoc en relación con el universo angeológico y su papel como guardián de secretos y conocimientos, y alguna interpretación dada por la antropología religiosa a estas leyendas. Tiempo habrá en próximos vídeos para profundizar en este apasionante asunto, porque existen algunos fundamentos para considerar a los Vigilantes o hijos de Dios (de los Elohim) como algo más que ángeles, es decir, seres humanoides de carne y hueso que mantuvieron contacto sexual con las mujeres de la tierra y que dieron lugar a unos extraños híbridos: los Nefilim. Es ésta una aproximación a mitos y leyendas y textos existentes. Es esta una visión religiosa y esotérica, no expolítica.

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EL PODER SIONISTA A LA CONQUISTA DEL MUNDO – Como una élite de falsos Judíos han logrado engañar al mundo entero.

Esta nota -como algunos saben, es la respuesta a una acusación en mi contra-, donde se me tildó de antisemita y antijudío. No entraré en detalles de lo que se me dijo, pero pude advertir que no fui atacado por alguien que -siendo israelí- supiera realmente de que trata todo este enorme lio que es el tema palestino-israelí, y que tiene alcances que llegan a involucrar a todo el mundo como podrán ver, toda vez que lean la nota entera.

Los que me conocen saben que soy profundamente respetuoso de las personas con las que diariamente interactúo en facebook, y que en ningún momento ataqué al sentir judío, todo lo contrario, he llevado a cabo una sistemática defensa de ellos, y al mismo tiempo he denunciado el poder que la doctrina sionista-satanista (bajo la conducción de la cúpula del poder de Israel) ha ejercido lavando el cerebro de una gran parte de la población de ese país, haciéndoles creer que judaísmo y sionismo son lo mismo y un todo indivisible. Debo señalar que existen dos conceptos de sionismo, uno que está sentado en el legítimo deseo de los judios de ir a tierra prometida, y el otro que se basa sobre una agenda de dominación y sobre este último precisamente trata esta nota, de demostrar que ese sionismo y judaísmo son cosas absolutamente distintas y que el sionismo lejos de ser algo de carácter espiritual, es una agenda de dominación mundial, donde una pequeña élite quiere hacerse de un gobierno global, y ve al resto de los seres humanos como simples esclavos que deben estar a su completo servicio.

En primer lugar debemos saber que el sionismo es una doctrina nacida en 1897 a manos de Theodor Herlz, un periodista austriaco que promovió la idea de un retorno de los judíos a la región de Palestina para formar una nación. Este es un movimiento de tipo nacionalista que busca que los judíos vuelvan a Sión, es decir a su lugar de origen que es el monte de Jerusalén en la actual Palestina, y por lo tanto NO es un referente religioso, y menos es una religión, sino una agenda de dominación global, cuya carta fundamental son «Los protocolos de los sabios de Sión», que como veremos más adelante, no es reconocida por ellos, por el inconveniente de que lo que dice es realmente aterrador, al punto que nunca se atreverán a admitir que es su guía de campo en el oscuro camino de la toma del poder de todo el mundo.

Los Protocolos de los sabios de Sión. Una pauta clara y brutal de dominación planetaria de parte de los sionistas.

El padre del sionismo Theodor Herlz.

El padre del sionismo Theodor Herlz.

En segundo lugar, tenemos que el judaísmo es una religión, como la católica, o la musulmana, con sus respectivos referentes espirituales, -que en esta nota no entrarán en cuestión- y que sientan las bases donde ciertas personas siguen un Dios con especial devoción, aparte, tenemos el término israelí que corresponde a aquellas personas nacidas en el territorio de Israel actual, por lo tanto, israelí es un gentilicio, que no quiere decir sionista, ni judío, ya que como hemos visto los 3 términos son acotados y cada uno significa algo distinto. Muchas veces he oído a Israelíes decir «Por mis venas corre sangre Judía», y yo les contesto que aquello no es posible, porque no existe la sangre judía, es como si yo dijera «Por mis venas corre sangre católica»…en fin, creo que queda clarísimo que profesar una religión, no tiene que ver con el tipo de etnia y sangre. Por último aclarar el término «semita», que esto si tiene que ver con el origen de sangre, ya que los semitas son una raza de medio oriente, cuyos orígenes están en la descendencia de Shem, segundo hijo de Noé, y que si tienen directa ligazón geográfica con lo que es la actual Palestina. Seguir leyendo EL PODER SIONISTA A LA CONQUISTA DEL MUNDO – Como una élite de falsos Judíos han logrado engañar al mundo entero.