Archivo de la categoría: frases y reflexiones

«Agua viva» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«El Agua es el fluido de la Tierra; para las piedras, las plantas, los animales, los hombres, es una de las condiciones indispensables de la vida. Cuando los científicos afirman que no hay vida en otros planetas, una de las primeras razones que dan es la ausencia de agua.
¿Pero, acaso los humanos aprecian verdaderamente el agua? Sí, instintivamente, inconscientemente. ¡Y sobre todo cuando el agua escasea! Pero es en su conciencia que el agua debe ahora cobrar valor, a fin de ser un factor poderoso para su vida física. Muchos de los ejercicios, muchos de los métodos que os doy, tienen por finalidad haceros descubrir el agua interiormente, mostrándoos cómo, gracias al agua física, podéis uniros al agua verdadera. Y esta agua verdadera debéis buscarla en vosotros, debéis descubrir las fuentes de agua viva que fluye en las profundidades de vuestro ser. Es largo, es difícil, naturalmente, pero perseverad, porque el agua es la madre de la vida. Meditad detenidamente sobre esta idea y, mirando el agua, tocándola, decidle: « ¡Oh! tú que alimentas a todas las criaturas, revélame los secretos de la vida eterna.»»

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«Manifestaciones de afecto» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Darse un apretón de manos, abrazarse o cualquier otra manifestación de afecto cuando nos encontramos, requiere que les prestemos una atención especial. Si no, es inútil, y no sólo inútil, sino también perjudicial. Porque esta forma de inconsciencia en las relaciones humanas ejerce en el psiquismo de unos y otros efectos negativos.
Los signos exteriores de amistad, de ternura, manifestados sin poner el pensamiento y el alma, arrebatan algo, tanto a quien los da como a quien los recibe. Este algo es ciertamente imponderable, pero lo esencial para nuestra alegría, para nuestro desarrollo es siempre imponderable. Por esto una buena mirada, un segundo de silencio, una sonrisa expresión del alma, puede aportar mucho más que cualquier manifestación más concreta o incluso regalos

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«Cualidades y defectos» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Todo el mundo os dirá que las cualidades son preferibles a los defectos y las virtudes preferibles a los vicios. Pero la verdad es que ni las cualidades ni las virtudes tienen en sí mismas un valor absoluto.
Muchas personas poseen grandes cualidades, pero ¿qué hacen con ellas? Nada o no gran cosa. Mientras que otras tienen graves defectos, pero son conscientes de ello y quieren mejorar, y entonces, trabajando cada día sobre ellos mismos, hacen el bien y consiguen realizar grandes cosas. Si no tuvieran esos defectos, quizás no harían nada. Es fácil de constatar: a fuerza de trabajar sobre sus defectos, ciertas personas consiguen realizar proezas; mientras que otras, satisfechas con sus cualidades, van viviendo.
Entonces, creedme, por nuestras cualidades, por nuestros defectos, el Cielo no da ni un céntimos. Lo único que le importa, es el trabajo que realizamos en nosotros mismos para poner nuestros defectos y nuestras cualidades al servicio de una gran causa

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La importancia de dedicarle tiempo a nuestro Ser

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Meditador
Meditador en Cerro Uritorco, fotografía por Sebastián Alberoni

“Podemos creer que al meditar estamos perdiendo el tiempo, pero esto es de lo más importante que somos llamados a hacer.”

Esa idea la sentí como una inspiración mientras estaba meditando junto con otra persona que, justo antes de empezar la meditación, me había planteado su inquietud: si bien reconoce que meditar le hace muy bien, no lo suele hacer porque le parece que pierde el tiempo. Esto les sucede a muchas personas. Se suele creer que tenemos que estar siempre haciendo, siendo productivos, y que dedicar tiempo a actividades como meditar u otras actividades de conexión interna que requieran que estemos en un estado de quietud y de no hacer, es desaprovechar nuestro tiempo.

Incluso desde las neurociencias se sabe que el cerebro siempre quiere estar en alerta, buscar la novedad, y se resiste a ponerse en estado de reposo, ya que va en contra de una de sus funciones primordiales, que es la de mantenernos a salvo de posibles amenazas.

Y así solemos pasar nuestros días, corriendo de acá para allá, en el cotidiano hacer, el trabajo, las obligaciones prácticas y familiares, en muchos casos incluso padeciendo estrés, sin hacernos un espacio para esta conexión. Desde ya que la idea tampoco sería escaparnos de la vida cotidiana y nuestras sanas obligaciones, eso sería el otro extremo. Buscando un equilibrio, podemos nutrir nuestra vida con nuestros caminos, o más aun, tomar nuestra vida cotidiana como parte de nuestro camino, como parte de nuestra práctica espiritual, aprendiendo a permanecer en un estado de presencia, conexión y disfrute en el compartir con nuestra familia, con los demás y en el diario hacer.

Pero para esto es importante que nos permitamos nutrirnos de nuestra fuente espiritual, ya sea mediante una meditación, o cualquier otra práctica, herramienta o actividad que nos ayude a encontrar ese estado de paz interior que siempre está disponible allí dentro nuestro pero que tantas veces no lo sentimos, por taparlo con estados de ansiedad y descontento, así como las nubes muchas veces tapan el sol. Y así, nuestro compartir y nuestro hacer estará imbuido de Ser, será mucho más disfrutado, y lo podremos hacer mejor. ¡Cuán claro se ve que en vez de pérdida de tiempo es una inversión!

Incluso en algunas ocasiones conversando con padres y madres jóvenes que viven en este lugar tan bello y energético que es la zona de Capilla del Monte, en las sierras de Córdoba, ha surgido una inquietud similar. Muchos de ellos hace algunos años vinieron a vivir aquí siguiendo un llamado interno, una búsqueda espiritual, y hoy, si bien agradecen poder estar aquí, se cuestionan que están demasiado ocupados con sus actividades diarias, laborales, familiares, la escuela, las actividades de los chicos, y se están dando a sí mismos poco o nada de lugar para nutrir sus caminos y conexión espiritual.

La intención de este escrito no es crear una barrera entre “lo que es espiritual y lo que no”, sino por el contrario, poder integrar la vivencia espiritual y la cotidiana. Por ejemplo, pudiendo estar plenamente presentes cuando compartimos con nuestros hijos, sintiéndonos realmente bien y en paz, experimentando ese amor que es un milagro.

Otra recomendación es permitirnos de cuando en cuando participar de encuentros con otras personas en donde, mediante diversas formas, se nutra esta conexión y se vibre un estado de plenitud y hermandad. Por ejemplo, el fin de semana pasado tuve la bendición de poder participar en un encuentro de tres días llamado “2do Campamento Erks” en el “Camping del Peregrino” cerca de Los Terrones, en esta zona de Capilla del Monte, en donde se dieron conferencias y distintas actividades, todas en conexión con la naturaleza, entre nosotros mismos y con los seres espirituales o hermanos mayores que según se dice están presentes en estos lugares, lo cual he podido vivenciar personalmente en algunas experiencias concretas a lo largo de estos años.

Círculo de cierre 2do Campamento Erks en Camping del Peregrino
Círculo de cierre en 2do Campamento Erks, fotografía por Cristian Belluco

Una de las premisas de este enriquecedor encuentro era integrar distintas corrientes y abordajes de esos temas, en un marco de hermandad y respeto mutuo. Más allá de la temática, se sentía una gran hermandad y amor entre todos los presentes. Estoy convencido de que siempre que la gente se une en nombre del espíritu, sucede algo mucho mayor, algo más se hace presente, como si la unión de nuestras presencias se hiciera exponencial. “Dos o más en mi nombre y ahí estaré” dice Cristo.

Hay varios sentires luego de participar de este encuentro, pero sobre todo, se siente que uno renueva el contacto con esas realidades trascendentes, así como el compromiso y la motivación hacia el tránsito del propio camino, además de generar nuevas conexiones y amistades entre los presentes, que dan la sensación de reencuentro con una familia que, de alguna forma, uno ya conocía de antes.

También pude compartir parte de este encuentro con mi familia, lo cual fue muy enriquecedor. Incluso me tocó participar en una actividad, tocando flauta y didjeridoo junto a un hermano, Lucas y su guitarra, mientras Susana, otra hermana reencontrada, guiaba maravillosamente a todos los presentes en una meditación de sanación y conexión. El estar al cuidado de mi hija pequeña en ese momento no fue un impedimento sino todo lo contrario, ella me acompañaba, sentada en mis faldas, disfrutando de la actividad.

Estas sensaciones tan revitalizantes y plenas siempre las he sentido al participar de diversos encuentros y retiros, por ejemplo encuentros o retiros relacionados a Un Curso de Milagros, o retiros o reuniones de Meditación. En más de una ocasión charlando con los participantes, muchos coincidimos en que participar de estos encuentros es como recargar las baterías, y que nos deberíamos permitir hacerlo de cuando en cuando, e ir aprendiendo a que nuestra vida cotidiana sea una extensión de estas vivencias, en las que el corazón se expande y uno realmente siente que toca el cielo con las manos, donde el experimentar una Nueva Tierra se hace realidad.

Volviendo a la frase inicial, y completándola aun más, podríamos decir que conectar con nuestro Ser, nuestro Espíritu, nuestra realidad interior, inmutable, eterna, es de lo más importante que somos llamados a hacer, ya que de esa forma traemos la realidad espiritual a la realidad material, de esa forma espiritualizamos la materia, de esa forma traemos el cielo a la tierra. Y esto no es algo que sea solo para uno mismo, ya que al vivenciarlo se irradia a nuestro entorno y es para todos. Y así, nuestro camino se vuelve nuestra misión, y nuestra misión se vuelve nuestro camino.

«Memoria» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«¿Cómo no desear instruirse? ¡Hay en el mundo tantas cosas interesantes para ver, escuchar o leer! Pero de todas formas, más que dispersaros dejándoos llevar por la curiosidad, tratad de aceptar una disciplina para mejorar vuestra manera de vivir.
Porque el verdadero saber lo atraeremos a través de nuestra forma de vivir. Si no, he ahí lo que va a pasar: acumularéis conocimientos con todos los medios que tenéis actualmente a vuestra disposición, ¡y hay tantos! Pero lo que grabéis de esta manera, no vais a conservarlo mucho tiempo. Pronto, con la edad, como les sucede a tantas personas, empezaréis a quejaros de que perdéis la memoria. Sí, todo se borra poco a poco, en primer lugar porque muchos de esos detalles almacenados a lo largo de vuestra existencia, tienen realmente poca importancia, pero también porque esta vida que lleváis no influencia favorablemente vuestra memoria. No perdáis pues el tiempo en adquirir un saber que poco después os va a abandonar. Ocupaos más bien de vivir de acuerdo con las reglas divinas y la verdadera memoria empezará a despertarse en vosotros: todo lo que habéis aprendido de profundo, de esencial desde hace miles de años a través de vuestras diferentes encarnaciones, remontará poco a poco a vuestra conciencia

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«Los amigos» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Con su apoyo, con sus consejos, los amigos pueden ser una ayuda preciosa en las pruebas de la vida. Pero no es razonable correr a su casa o coger el teléfono cada vez que tengamos alguna razón para estar tristes, decepcionados o descontentos.
Aunque nos sintamos un poco mejor después, se trata de una mejoría pasajera, porque no hemos hecho ningún verdadero trabajo interior para resolver los problemas y, a la primera ocasión, volvemos a caer en los mismos estados negativos. Así que, no sólo hemos envenenado a los demás, sino que no hemos mejorado nada en nosotros mismos.
¿Algo o alguien os ha contrariado? Quedaos en casa tranquilos, concentraos en la luz, rezad, cantad, escuchad música… O bien salid de casa e id a caminar por las calles o por la naturaleza y no os presentéis ante los demás hasta que no os sintáis capaces de aportarles algo bueno, constructivo. Si os acostumbráis a observaros, constataréis que tenéis más bien tendencia a hacer lo contrario: cuando las cosas van mal, corréis a casa de los demás para compartir vuestros problemas y, cuando las cosas van bien, no tenéis nada que contarles. Pues bien, de ahora en adelante pensad en compartir sólo las cosas buenas con vuestro entorno, vuestra paz, vuestro gozo: esto contribuirá también a aligeraros, a liberaros

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«El poder de la sonrisa» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«¿Habéis experimentado ya el poder de la sonrisa? Sentís una decepción, tenéis una dificultad, un disgusto, alguien os ha herido, etc. En vez de dejaros llevar por la irritación o el desánimo, tratad de utilizar el método de la sonrisa. Diréis: «¿El método de la sonrisa? ¿Qué es eso? ¿Sonreír a los demás?» No, no necesariamente. Aunque estéis solos, tratad de sonreír, así, para mostraros que estáis por encima de todos los pequeños inconvenientes de la vida. Pensad que, en lo más profundo de vosotros, sois invulnerables, inmortales, eternos y al pasar delante de un espejo, daos una sonrisa… Quizá, al principio, os salga un poco torcida, pero ¿qué importa?, ya habrá sido el principio de algo. Puesto que habéis decidido poneros en buena disposición tomando distancia respecto a los acontecimientos, llegaréis más fácilmente a superar vuestras contrariedades

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«Impersonalidad, paciencia y amor» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Nunca llegaréis a convencer a los que están a vuestro alrededor del valor de vuestra filosofía o de la enseñanza espiritual que seguís, si no es con vuestro ejemplo. Que esto quede bien claro: la Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal no debe serviros para dar lecciones a los demás ni para poneros a dar consejos, sino para convertiros vosotros mismos en un ejemplo vivo, benéfico para todos.
El objetivo de nuestra Enseñanza es contribuir a aportar la luz y la paz en el mundo. Así pues, si queréis mostraros realmente dignos de ella, debéis ante todo ser capaces de superar las cuestiones de interés personal para pensar más en los intereses de la colectividad. Si sois capaces de vivir con este espíritu, emanará de vosotros un poder tal que, incluso sin decir nada, influenciaréis a los que os rodean y les aportaréis las más grandes bendiciones.
No os ocupéis pues de las debilidades de los demás, no les deis sermones, sino que procurad vivir junto a ellos dando un ejemplo de impersonalidad, de paciencia y de amor

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«Voz del cielo» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Hay personas que creen que Dios o espíritus celestiales les hablan y se apresuran a comunicárselo a todo el mundo. Evidentemente, siempre pueden contar lo que quieran, pero hay criterios irrefutables para reconocer si la voz que dicen haber oído venía verdaderamente del Cielo o si se trata solamente de elucubraciones. He ahí cuáles son estos criterios.
En primer lugar, llegar a distinguir claramente el camino a seguir y avanzar firmemente por este camino.
Después, volverse cada vez más abiertos a los demás para comprenderlos, amarlos, ayudarlos y sentirse en cada instante llenos de gratitud hacia el Señor.
Y finalmente, tener una voluntad libre para llevar a cabo sin obstáculos todo lo que es justo, bueno y bello.
Aquel que cumpla estas tres condiciones puede estar seguro de que, en efecto, la voz que ha oído (digamos así las cosas) venía del Cielo.
Pero ¿por qué ir a contarlo por todas partes? Eso no es necesario.»

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«Los momentos van unidos» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Decís que tenéis dificultades para meditar. ¿Por qué las tenéis? Porque todavía no habéis comprendido bien que cada momento de la existencia no está aislado, sino que va unido con todos los momentos que le preceden: debéis pues estar atentos y preparar las condiciones para poder hacer, llegado el momento, un verdadero trabajo con el pensamiento.
Suponed que hayáis discutido con alguien: al día siguiente, cuando queráis meditar, no dejaréis de rumiar vuestras quejas y querer arreglar cuentas con él. En vez de sentiros liberados y lograr elevaros hasta las regiones del alma y del espíritu, estaréis pegados al suelo, ocupados únicamente en proseguir las discusiones del día anterior. Una vez por una razón y otras veces por otra, la misma historia se repetirá interminablemente y nunca sabréis meditar. Así pues, que os quede claro. Podéis realizar muchas cosas con el pensamiento, pero sólo si tomáis conciencia de que cada momento de vuestra vida, al estar conectado con los que le preceden, el trabajo del pensamiento, como todos los demás trabajos, necesita de una preparación

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«Extender su amor» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Cuando se desea fundar una familia, estamos obligados a hacer esfuerzos para salir de sí mismo, para abrirse al otro, marido o mujer, y más tarde a los hijos. Sólo que, el error de los humanos, es no haber comprendido que debían todavía ampliar más este círculo de la familia, extender su amor a otras criaturas, a todo el universo. Por eso todavía no son felices, incluso con su familia y sus amigos.
La felicidad consiste en no detenerse en un ser o dos o diez o cien… sino amar al infinito. Seguid pues amando a aquellos que ya amáis, pero ampliad aún más el círculo de vuestro amor para tener intercambios incluso con todas las criaturas superiores: los ángeles, los arcángeles, las jerarquías celestiales, el Señor… Entonces, vuestra familia y vuestros amigos se sentirán enriquecidos, reforzados, embellecidos, purificados a causa de todos estos estados sublimes que alimentáis en vuestro corazón y en vuestra alma.»

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EL OTOÑO NOS DESPOJA DE TODO LO SUPERFLUO DE LA VIDA.

 

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Hace ya muchos años, un amigo escritor, Alfonso Navalón, me confesaba encontrarse en lo que él definía como el otoño dorado de su vida. Quizás era yo muy joven por aquel entonces y no supe valorar en su justa medida el valor de aquella afirmación, yo diría que la definición de lo que aquel hombre era capaz de sentir.

Ahora, llegado el momento, lo comprendo todo. Vivo en esa edad en que no eres joven, pero tampoco viejo; esa edad intermedia en que, los afanes ya no existen; la comprensión es una constante; el amor, un referente; la paz, lo más deseado; la salud, la gran quimera porque no te abandone; la amistad, ese valor maravilloso; la bondad un reto, y vivir toda una ilusión.

Para entender la grandeza del otoño nos basta y nos sobra al recordar el poema Zen que nos dice: “Los árboles meditan en Invierno, gracias a ello, florecen en Primavera, dan sombra y frutos en el Verano y se despojan de los superfluo en el Otoño” Dicho esto podemos comprender la grandeza del ser humano cuando ha alcanzado la cuota otoñal puesto que, en dicha estación es cuando nos despojamos de todo lo banal, casualmente, de todo aquello por lo que erróneamente hemos luchado en nuestra juventud.

¿Cuándo entiende un ser humano estar en el otoño dorado  de su vida? Podrían ser las canas que lucimos en la cabellera el detonante de haber llegado hasta dicha “estación”. Pero no, al margen de ello, uno certifica estar en el otoño dorado de su existencia cuando vive de forma espiritual sin importarle para nada todo aquello que tenemos dejar en nuestra partida. Es como una especie de comprensión interior, una forma de perdonarnos a nosotros mismos por todos los errores cometidos y, a partir de ese momento, a vivir la vida como si fuera el último día de nuestra existencia.

Aplicando una máxima de Facundo Cabral cuando nos decía APENAS ME QUEDA GASOLINA EN EL TANQUE, la misma, como metáfora, es una de las verdades más grandes que nos recordaba Cabral al referirse al otoño dorado de su vida. Y tenía razón porque, cronológicamente dicho, el paso de los años es inexorable, nadie lo puede detener, por tanto, entrados en el otoño dorado de la vida certificamos haber vivido, todo un gozo para nuestro ser.

Recordando el poema antes citado, las criaturas mortales somos idénticos a los árboles; florecimos en primavera, justo cuando procreamos y fuimos padres; dimos frutos en el verano cuando lográbamos que nada les faltara a nuestros hijos y, cumplida nuestra labor, llegado el otoño de la vida, nada superfluo nos ata, más bien, en realidad, lo que sí hemos logrado es caminar ligeros de equipaje porque, para mi dicha, en todo lo aquí narrado, no aparece arraigo crematístico alguno, por ello, evidentemente, el otoño dorado de nuestra vida no es otra cosa que el gran sinónimo de paz con el que disfrutamos a diario.

Cuando éramos jóvenes queríamos conquistar el mundo con nuestras acciones; ahora, para nuestra dicha, somos unos conquistados por la vida. Como antes decía, no hay afanes que nos torturen, ni tampoco ambiciones que nos deslumbren. Ahora, un abrazo nos reconforta más que un fajo de billetes; una sonrisa nos alegra el alma; un amigo nos ayuda a vivir; y si tenemos salud sabemos comprender que somos esencialmente ricos. Esta es la diferencia que podemos encontrar desde la primavera ilusionante en que vivimos, al otoño dorando donde hemos logrado la paz que andábamos buscando en nuestra errante vida.

«Procesos de purificación» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«El agua, debido a su gran poder de absorción, se carga de impurezas al circular por la tierra y en la atmósfera. Pero la naturaleza ha previsto ciertos procesos para su purificación. Estos procesos son de dos clases. En el primero, el agua se filtra en el suelo: ahí en la oscuridad, atraviesa diferentes capas y deja sus impurezas a su paso; poco a poco se vuelve clara y cristalina, y un día brota de nuevo como agua de manantial. En el segundo, se produce la evaporación: calentada por los rayos del sol, el agua se eleva por la atmósfera, y se purifica con su misma evaporación. Más tarde, vuelve a caer sobre la tierra en forma de rocío o de lluvia aportando vida a la vegetación y a todas las criaturas.
Para los humanos, existen también dos métodos de purificación. Si llevan una vida opaca, prosaica, pasional, deberán purificarse hundiéndose en el suelo en donde serán sometidos a fuertes presiones; es decir que pasarán por pruebas, sufrimientos. Pero los espiritualistas eligen conscientemente el segundo método: saben que si se exponen a los rayos del espíritu, se volverán más ligeros, se elevarán y se impregnarán de partículas más luminosas que les purificarán y les santificarán.»

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«Revelación» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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«Como en una iluminación, seguramente habréis tenido la ocasión de tener la revelación de una verdad que os transforma. Con la rapidez del rayo, algo del mundo del espíritu os atraviesa y transforma todo lo que hasta entonces habían sido vuestras convicciones, vuestras certezas. Pensáis que a partir de ese momento ya nada podrá ser como antes. Y en efecto, es posible que a partir de ese momento ya nada sea igual. Pero esto no es así de simple. Un acontecimiento turbador se ha producido, pero sentir todo vuestro ser sacudido por una revelación no significa que haya penetrado suficientemente en vuestra materia psíquica para que podáis manifestaros enseguida de acuerdo con ella.
Habéis sido deslumbrados, habéis penetrado en un misterio, se os apareció una verdad, pero esto no basta para transformaros. No os extrañe pues si en vuestro comportamiento cotidiano, toda clase de indicios prueban que aún no la habéis comprendido y aceptado suficientemente. Cuando logréis realizar en vuestros actos esa verdad de la que habéis tenido la revelación, sólo entonces la habréis comprendido realmente

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