La idea central es utilizar la fuerza centrífuga a través de movimientos de rotación para recrear la gravedad de la Tierra, que es seis veces mayor que la de la Luna.
La lista de desafíos a los que se enfrentarán los exploradores espaciales es formidable. Tendrán que producir aire respirable, agua limpia y alimentos en entornos extremadamente hostiles que carecen de todo lo anterior. También tendrán que coexistir pacíficamente con pequeños grupos de compañeros exploradores en espacios reducidos durante largos períodos de tiempo, todo mientras minimizan la exposición a la radiación abrasadora que es omnipresente prácticamente en cualquier lugar al que vayan.
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