Los detalles son imprecisos en cuanto a lo que cubrirá la red, o cómo funcionará, pero el objetivo es llenar los vacíos en las comunicaciones terrestres y servir a las zonas rurales.
Estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del universo.
Crédito: NASA.
Hoy, a las 2 p.m. EST, Webb encendió sus propulsores a bordo durante casi cinco minutos (297 segundos) para completar la corrección final del rumbo posterior al lanzamiento a la trayectoria de Webb. Esta quemadura de corrección a mitad de camino insertó a Webb hacia su órbita final alrededor del segundo punto de Lagrange Sol-Tierra, o L2, a casi 1.5 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
El rápido paso de este objeto por nuestro sistema solar dejó más preguntas que respuestas, incluyendo la posibilidad de que se haya tratado de alguna sonda alienígena. Ahora, los astrónomos proponen lanzar una misión de 26 años para perseguirlo y estudiarlo mejor.
Muchos astrónomos argumentan que, trate de lo que se trate, objetos interestelares como Oumuamua representan una oportunidad única para aumentar nuestro conocimiento del cosmos. Una oportunidad que no pudimos aprovechar cuando tuvimos la chance en 2017, pero que estamos a tiempo de corregir.
Al menos eso piensan los investigadores de la ONG Iniciativa para Estudios Interestelares con sede en el Reino Unido, quienes proponen lanzar una nave espacial para que de dos vueltas a la Tierra, luego a Venus, y finalmente a Júpiter para ganar suficiente impulso gravitacional y alcanzar la «roca» inusual como parte de una misión denominada Proyecto Lyra.
Un equipo global de científicos dirigido por investigadores de la Academia de Ciencias de China (CAS) en Pekín dice que ha detectado agua debajo de la superficie de la Luna utilizando datos que la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) proporcionó desde el módulo de aterrizaje Chang’e-5 del país.
Crédito: CNSA.
Los científicos se valieron de una cámara panorámica, un espectrómetro mineralógico lunar (LMS) y un radar de penetración lunar para buscar evidencia de agua, según un estudio publicado en la revista Science Advances esta semana en colaboración con investigadores del Centro Nacional de Ciencias Espaciales de CAS, la Universidad de Hawái en Mānoa, el Instituto de Física Técnica de Shanghái de CAS y la Universidad de Nanjing.
La próxima vez que alguien reporte un platillo volador en la Luna, podría ser algo nuestro.
Los ingenieros aeroespaciales del MIT están probando el concepto para un rover que levita aprovechando la carga natural de la Luna. Esta ilustración muestra una imagen conceptual del rover. Crédito: MIT.
El «platillo volante» sería alimentado por el campo eléctrico que se acumula debido a la exposición directa al Sol y al plasma circundante. En ausencia de atmósfera, esta exposición solar crea una carga que puede hacer levitar polvo a más de un metro (más de tres pies) sobre la superficie lunar —una energía a aprovechar para este nuevo explorador robótico—.
Llamada LaserSETI, la red podrá monitorear todo el cielo nocturno en busca de láseres que podrían estar utilizando civilizaciones alienígenas avanzadas para comunicarse.
Crédito: SETI.
Los mensajes que usan luz son más efectivos que las ondas de radio porque pueden transmitir mucha más información. No obstante, en las últimas décadas solo ha habido una pequeña cantidad de proyectos ópticos de SETI que podrían escanear las estrellas en busca de destellos de luz extremadamente breves —de menos de un segundo—.
«Todos los instrumentos utilizados para estos proyectos se han basado en tubos fotomultiplicadores para detectar los destellos, lo que las convierte en cámaras esencialmente de un píxel», describe el instituto. «Los destellos de luz podrían ser homocromáticos —una característica intrínseca de los láseres—, por lo que podría ser posible utilizar detectores de estado sólido bidimensionales relativamente lentos como parte de la búsqueda».
Luego de un pequeño retraso, finalmente el telescopio más grande y poderoso jamás construido está listo para salir a su misión espacial.
Aquí no puede apreciarse, pero el telescopio está plegado dentro de la cápsula montada en este cohete Ariane 5 en Kourou, Guayana Francesa. Crédito: NASA / Bill Ingalls.
El sábado (25 de diciembre) entre las 7:20 a.m. y las 7:52 a.m. EST, un nuevo y brillante observatorio llamado Telescopio Espacial James Webb (JWST) está programado para montar un cohete que se lanzará desde Sudamérica. Una vez allí arriba, el telescopio espacial ocupará su lugar en órbita como el ojo más nuevo y más poderoso de la humanidad en el cielo, escaneando el cosmos en busca de signos de las primeras galaxias, estrellas recién nacidas y antiguas, e incluso vida en sistemas solares distantes.
El lanzamiento estaba programado previamente para la víspera de Navidad (24 de diciembre), pero el martes (21 de diciembre), los representantes de la NASA anunciaron en un comunicado que el lanzamiento se pospondría debido a condiciones climáticas adversas.
¿Cómo ver el lanzamiento del James Webb?
Además del sacrificio de levantarse muy temprano luego de la cena de Navidad —o bien aguantar despierto—, podrás ver el lanzamiento en vivo en NASA TV y en el sitio oficial de la NASA. A continuación insertamos un par de streamings para que puedas verlo desde aquí:
Escenarios de contingencia
Particularmente con esta misión, una vez lanzada, todavía hay 344 cosas que tienen que funcionar perfectamente para que sea un éxito. Estas son conocidas como «fallas de un solo punto», es decir, pasos o procedimientos que deben funcionar bien o podrían significar un desastre para toda la misión.
Aproximadamente el 80 % de esos 344 pasos están asociados con el despliegue de Webb, según informó Mike Menzel, ingeniero principal de sistemas de misión para el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Maryland, durante una conferencia de prensa.
Debido a su enorme tamaño, Webb tuvo que ser plegado en su vehículo de lanzamiento, por lo que tiene que desplegarse con mucho cuidado mientras está en el espacio.
Si bien la misión tiene una buena cantidad de redundancia incorporada, o sistemas de respaldo, no es tarea fácil evitar una falla de un solo punto cuando se tiene un mecanismo de liberación —en este caso hay 144 mecanismos de liberación diferentes—. «Es difícil poner redundancia total en eso», dijo Menzel, refiriéndose al liberar los mecanismos que son parte del despliegue.
Estos mecanismos «deben funcionar perfectamente», agregó Krystal Puga, ingeniero de sistemas de naves espaciales Webb para Northrop Grumman, quien construyó la nave espacial.
Al comprender el inmenso riesgo que conllevan tantas fallas de un solo punto, los equipos que trabajan en esta misión se han estado preparando para que algo salga mal. «Durante los últimos dos años, el equipo ha estado practicando estos escenarios de contingencias, donde se introduce una anomalía, y el equipo trabajará para tratar de resolverlo y ensayar planes», señaló Alphonso Steward, líder de sistemas de implementación del Webb.
A un millón de millas
Pero si todo sale bien, después de que JWST abandone la Tierra, su nueva dirección será «L2», un destino a casi un millón de millas de su planeta de origen. La abreviatura se refiere al segundo punto de Lagrange; hay cinco de estos puntos en nuestro sistema solar, y representan «un maravilloso accidente de gravedad y mecánica orbital», según la NASA. En cada punto de Lagrange, la atracción gravitacional de la Tierra y el Sol coincide con la fuerza centrífuga de los cuerpos en órbita más pequeños, por lo que un satélite se puede «estacionar» en un lugar estable donde no necesitará gastar mucho combustible para permanecer en una posición fija.
Para JWST, ese punto está ubicado en la dirección opuesta al sol, aproximadamente a 930,000 millas (1,500,000 kilómetros) de la Tierra.
La posición L2 es especialmente buena para este nuevo telescopio. Como JWST observará objetos en el espacio utilizando infrarrojos, estar lo más lejos posible del Sol ayudará al telescopio a detectar objetos distantes y muy tenues.
Y debido a que el telescopio vivirá en una dirección fija, la NASA puede establecer una comunicación continua con él a través de la Red del Espacio Profundo. Este conjunto de antenas de radio gigantes está disperso en tres instalaciones que están separadas entre sí por 120 grados de longitud, de modo que el conjunto puede mantener contacto con satélites y misiones interplanetarias mientras la Tierra gira.
Sin embargo, enviar JWST a un lugar que está tan lejos también significa que los astronautas no podrán visitar y reparar el telescopio en caso de que las requiera, como podrían hacer con Hubble. Hubble orbitó la Tierra a una distancia de aproximadamente 340 millas (547 km) y fue construido para ser fácilmente reparado; cada pieza del hardware del Hubble tenía una copia de seguridad instalada en caso de falla, y la NASA realizó cinco misiones de reparación entre 1993 y 2009 —pero esa opción simplemente no será posible para JWST—.
«En los primeros días del proyecto Webb, se realizaron estudios para evaluar los beneficios, la practicidad y el costo del mantenimiento de Webb, ya sea mediante vuelos espaciales tripulados, misiones robóticas o alguna combinación, como la recuperación a la órbita terrestre baja», dijeron los representantes de la misión en un comunicado. «Esos estudios concluyeron que los beneficios potenciales del servicio no compensan los aumentos en la complejidad, la masa y el costo de la misión que se requerirían para hacer que Webb sea útil o para llevar a cabo la misión de servicio en sí».
¿Cuándo llegarán las primeras fotos?
JWST desplegará el protector solar después de aproximadamente una semana en el espacio, llegará a su nueva dirección y comenzará la inserción en órbita dentro de un mes. Tras eso, los ingenieros de la misión alinearán y calibrarán de forma remota los instrumentos del telescopio, y este realizará sus primeras observaciones a los seis meses.
El espejo principal del telescopio espacial James Webb. Crédito: NASA / Chris Gunn.
Estudiará los primeros momentos del universo, la formación de estrellas, los exoplanetas lejanos y los científicos incluso esperan que les ayude a comprender la materia oscura.
«Este es un momento Apolo para toda la NASA, para el mundo entero, pero especialmente para nuestros programas científicos en todo el mundo», dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. «Es la materia de los sueños».
La próxima arca no será un barco de Noé, ¡sino una nave espacial de Elon!
Musk tiene como meta poner humanos en Marte gracias a sus naves Starship en algún momento dentro del próximo lustro. Pero no solo humanos, en declaraciones dadas esta semana a la revista Time, agregó que tiene grandes planes para la próxima fase de exploración espacial y colonización.
«La próxima gran cosa es construir una ciudad autosuficiente en Marte y traer allí a los animales y criaturas de la Tierra», dijo. «Una especie de arca de Noé futurista. Sin embargo, traeremos más de dos de cada especie, sería un poco extraño si solo fueran dos».
El CEO de SpaceX ha advertido en repetidas ocasiones que la colonización de Marte es fundamental si queremos que la humanidad sobreviva más allá de la Tierra —pues es siempre importante tener un respaldo por si algo capaz de provocar una extinción masiva sucede en nuestro planeta—.