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En la secta Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, en Colombia, se violan los derechos humanos y se discrimina a los incapacitados

La líder de la secta colombiana Iglesia de Dios Ministerial, María Luisa Piraquive, promueve la discriminación contra la población de discapacitados, ante la complacencia del Senador de la República de Colombia, por el partido político MIRA, Carlos Alberto Baena, quien es el Pastor General de dicha organización religiosa. Amenazan con castigos divinos y maldiciones a los que pretendan hacer valer sus derechos. Quienes les critican son poco menos que “endemoniados” y, lógicamente según ellos, no hay que hacerles caso. El caso de esta secta no es más que otro reflejo de los extremos/extremismos a que llegan muchos grupos que se hacen pasar por religiones y que campan a sus anchas en sus decisiones y planteamientos. Parece olvidárseles que Dios es, fundamentalmente, AMOR, a todo y a todos, sin excepción. El único poder de estas gentes retrógradas y fanáticas es el miedo que siembran y la ‘confianza’ que logran de personas ignorantes.

http://eltemplodelaluzinterior.com/

El Yunque: los rituales oscuros del Barrio de Salamanca

Hace unos años Hazteoir.org lo petaban. Era esa asociación ciudadana que sacó a tantos españoles de bien a la calle para protestar contra el aborto, contra los gays y contra la demolición de los valores de España que estaba llevando a cabo el Gran Satán Zapatero, por aquel entonces presidente del Gobierno. Era la sociedad civil de bien contra los políticos malvados, nuestro propio Tea Party, actor influyente en la escena de la derecha ultramontana patria, con buenos contactos en algunos medios de comunicación, en la jerarquía eclesiástica y en el PP. Y en cabeza, Ignacio Arsuaga, un buen chico de mocasín y jersey cruzado sobre los hombros, padre de muchos hijos y defensor de la Vida, de la Familia y de esas cosas que tiran tanto en el Barrio de Salamanca.

Hoy se empieza a saber, y así lo apuntan algunas sentencias judiciales, que Hazteoir no es más que una pantalla de algo más siniestro o como mínimo más underground; una sociedad secreta de tintes sectarios y paramilitares llamada El Yunque, con raíces en México y que lleva operando en España desde hace treinta años, y que si bien quiere algo similar a lo que pedía en público Hazteoir pretende conseguirlo de forma subrepticia, por lo bajini, como los Canteros de los Simpson.

Han sido señores igual de finos que Arsuaga, tan de misa como él, los que han hecho saltar la liebre. Un tal Fernando López Luengos abandonó Hazteoir y elaboró un informe detallado para los obispos en los que les explica a partir de testigos directos de qué va el rollo del Yunque. Entre ellos la mujer de Luis Losada, un presentador de informativos de Intereconomía que pertenecía a la organización. Una jueza ya ha sentenciado que toda la información es veraz. Por su parte Pedro Leblic, abogado, le ha enviado una carta al Papa en un arrebato de responsabilidad católica explicándole también lo que sabe del asunto a partir de los testimonios de antiguos miembros que han salido escaldados de la organización.

Explican que El Yunque se dedica a buscar a chavales creyentes, a captarles en colegios, en universidades, en actividades parroquiales, para comerles la cabeza y que pasen a ser soldados de la organización. Según los principios que la rigen, le deben lealtad absoluta y su militancia pasa a ser prioritaria; no pueden contarle nada a nadie de lo que hacen, de lo que ven ni de lo que oyen, ni siquiera a sus padres; deben ser totalmente disciplinados y obedecer absolutamente al jefe. Lo que vendría siendo una secta, vamos.

Corre por YouTube un vídeo de una ceremonia del Yunque mexicano, en el que se aprecia su estética de velas y terciopelo rojo, sus uniformes pseudonazis, su simbolito esvasticoide y sus saludos y gritos chungos.

Después del ritual empieza la juerga, con entrenamientos duros, pseudomilitares, en los que resuena el nombre de la organización: «En lo sucesivo serás un yunque que cuantos más golpes recibe más se afirma en sus principios». Se advierte a los neófitos de lo que les puede pasar si abandonan y se les acosa psicológicamente cuando su moral flaquea. En el día a día se reza mucho, se lee mucha Biblia y se adoctrina a los jóvenes soldados de Dios para infiltrarse políticamente en organizaciones de distinto tipo, bajo el juramento de no hablar nunca del Yunque. El objetivo es crear una élite infiltrada en los puestos clave del país, como un Opus Dei con parafernalia de sociedad secreta nazi y, de momento, sin el reconocimiento de Roma. Pablo Leblic asegura que hay gente de mucho poder que viene de la organización.

Nos ha hecho mucha gracia el anexo de un libro publicado en México (El ejército de Dios, de Álvaro Delgado) que reproduce un manual de bienvenida a la sociedad secreta. En él se explican los principios del Yunque con tono de folleto informativo y mezclan informaciones bastante sórdidas con adorables personajes icónicos. En ellas se explica las razones del asunto, la lucha contra el malvado dragón del ateísmo.

Las peculiares normas de la secta como si fueran simples indicaciones en un avión sobre qué hacer en caso de accidente.

Sus tendencias en el interiorismo y el vestir, siempre a la última

Su concepción de la vida sana

O se nos presenta al Jefe de Todo Esto con su cara de buen tío, como si no tuviera ni idea de que sus cachorrillos se han montado un chiringuito que rivaliza con el de Charles Manson, una Iglesia de élite dentro de la Iglesia de siempre.

http://www.vice.com/es/read/el-yunque-los-rituales-oscuros-del-barrio-de-salamanca

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La secta de Centroamérica que descuida la salud de sus niños mientras espera el «rapto divino»

Miembros del grupo "El cuerpo místico de Cristo"Image copyrightEl Nuevo Diario Alejandro Sanchez
Image captionMás de 600 personas esperan en el noroeste de Nicaragua la venida del Espíritu Santo y el rapto divino.

Descalzos, malnutridos y sin posibilidad de ir a la escuela.

Así se encuentran, según denunciaron las autoridades nicaragüenses, más de 300 menores que forman parte de un asentamiento instalado en el noroeste del país conformado por unas 650 personas procedentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y otras partes de Nicaragua.

Todos ellos, miembros de un grupo religioso que se autodenomina «El cuerpo místico de Cristo», esperan en El Viejo, departamento de Chinandega, la llegada de Jesucristo y el consecuente rapto divino.

Ahora, conforme el caso cobra cada día más relevancia, el gobierno del presidente Daniel Ortega se plantea si llegó el momento de intervenir.

Lea: Nueva Jerusalén: la «guerra santa» de una secta mexicana contra la educación

Arrebatamiento o rapto divino

Los miembros del movimiento religioso, calificado como secta por los medios locales, han ido llegando a la zona rural de El Viejo desde hace meses.

Menores del grupo Image copyrightEl Nuevo Diario Alejandro Sanchez
Image captionLas autoridades están muy preocupadas por la salud de los menores del grupo religioso asentado en El Viejo.

El grupo, liderado por el pastor Javier Sánchez que actualmente está detenido, espera alcanzar la salvación en esta pequeña localidad ubicada a 75 kilómetros de Chinandega y a poco más de 200km de la capital, Managua.

La periodista Carol Munguía, de El Nuevo Diario, visitó la comunidad y constató el estado de precariedad en que se encuentran sus habitantes, especialmente los menores.

«Allí hay más de 600 personas, muchas de ellas adolescentes y niños en estado vulnerable y de hacinación», le cuenta Munguía a BBC Mundo.

La reportera describe cómo los pastores que lideran la comunidad, 11 en total, residen en viviendas de bloques, con todo lo necesario, computadoras y acceso a internet, mientras que «los demás están hacinados, viven en chozas hechas con palma, plásticos y madera, seguidas una de otra a medio metro, y duermen en hamacas».

«Fueron llamados por un pastor del movimiento ‘El cuerpo místico de Cristo’ formado hace unos 10 años, y están concentrados a la espera de un rapto divino.

«Ellos esperan ese acontecimiento de la venida del Espíritu Santo y creen que puede ocurrir en cualquier momento desde hace unos meses hasta la próxima primavera (del hemisferio norte)», relata Munguía.

El sacerdote católico Luis Santamaría del Río, de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas,le explica a BBC Mundo que «un rapto divino en resumen es lo siguiente: cuando llegue el fin de los tiempos, en un momento previo a la tribulación predicha por el Apocalipsis, los creyentes verdaderos serán arrebatados (o ‘raptados’) corporalmente por el Señor«.

Miembros del grupo Image copyrightEl Nuevo Diario Alejandro Sanchez
Image captionLos adultos no permiten que los niños acudan a la escuela o reciban atención sanitaria.
Miembros del grupo Image copyrightEl Nuevo Diario Alejandro Sanchez
Image captionTodos los gastos de la comunidad se financian con el dinero que los miembros donaron a los líderes del grupo.

Pero, advierte el religioso, «los acontecimientos finales son de iniciativa divina, y no pueden ser adelantados o retrasados por los hombres, tal como a veces defienden algunos intérpretes errados».

Condiciones insalubres

Mientras los miembros del grupo esperan con devoción que se cumpla el fenómeno espiritual, fuera de la comunidad la mayor preocupación gira en torno al estado de salud de los niños, que por orden de los mayores no tienen acceso a la atención médica.

Muchos de los niños, por ejemplo, están enfermos de varicela, pero los adultos no permiten que sean atendidos, ni siquiera por las Brigadas Médicas que el gobierno desplazó a la zona.

«Existe el peligro de que haya un brote epidemiológico», advierte Munguía,«pero ellos insisten en que tienen un único sanador: Jesús».

En este sentido, la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, declaró: «No hemos podido convencer a estas personas de la necesidad de que los niños sean atendidos».

Si bien quizo dejar claro que en Nicaragua se respetan las creencias y la fe de las personas y que hay libertad de culto y de religión, Murillo insistió en que «los niños tienen derecho a recibir salud y a recibir educación y a la protección de una familia y esa legislación se tiene que cumplir».

No se sabe, por ejemplo, cuántos de los niños allí presentes están acompañados de sus padres o, en su defecto, si cuentan con el permiso de sus progenitores para permanecer allá.

Por su parte, la ministra de la Familia, Adolescencia y Niñez, Marcia Ramírez, llegó el martes a la zona donde está asentada la comunidad.

Minutos antes de comenzar su visita, Ramírez habló brevemente con BBC Mundo para decir que su objetivo era monitorear la situación, en especial la de los menores, conversar con los miembros del grupo y buscar posibles soluciones.

Marcia Ramírez, ministra de la FamiliaImage copyrightMifan
Image captionLa ministra de la Familia, Adolescencia y Niñez se desplazó a la zona para monitorear la situación de cerca.

Se espera que la ministra dé más información sobre el caso cuando regrese a la capital este jueves.

Venta de todos sus bienes

Por el momento, la medida más llamativa de las autoridades fue la detención, el pasado fin de semana, de Javier Sánchez, el pastor que lidera el movimiento.

Sánchez fue arrestado mientras intentaba entrar en el país procedente de Honduras con familiares hondureños y otros cinco pastores.

De su estado no han trascendido detalles, sólo se sabe que se encuentra en la dirección de investigaciones criminales DIC de la policia nacional.

La periodista Carol Munguía le dice a BBC Mundo que, durante sus conversaciones con los miembros del grupo, percibió que son personas que están sin opciones, «a merced de lo que diga el pastor que las dirige».

Miembros del grupo Image copyrightEl Nuevo Diario Alejandro Sanchez
Image captionPara los miembros de «El cuerpo místico de Cristo», las críticas externas no son más que obstáculos para la consecución de su anhelo espiritual.

«Son personas que, procedentes de varios países centroamericanos, lo vendieron todo, sus bienes, electrodomésticos, vehículos, y le dieron todo el dinero a los pastores, que lo están administrando».

«Ahora están un poco perdidos sin el cabecilla, se preguntan por qué lo detuvieron», agrega.

Así las cosas, la policía nacional y las Brigadas Médicas vigilan el lugar pendientes de si se ordena una intervención, que será muy distinta a la que esperan los miembros del grupo.

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151006_nicaragua_secta_que_espera_el_rapto_divino_bd

La Orden Negra

«Lo que se debe llamar la Orden Negra representa la parte oculta, la parte que se ha separado y puesto a buen recaudo. Es negra porque se encuentra demasiado cerca del Único Sol y de su Terrible Resplandor para evitar que la mirada se oscurezca y se ciegue».
(J. Parvulesco, «La Espiral Profética»).Nuestra Civilización se encuentra en el ojo de un gran torbellino histórico. En él se están produciendo cataclismos formidables y se están revelando los signos precursores de un Gran Cambio que han ido preparando generaciones enteras de hombres entregados al Secreto.
Jean Robin, especialista en Sociedades Secretas e Historia de las Religiones, reveló en 1988 la existencia de una Gran Conspiración Internacional que parece involucrar tanto a presuntos miembros de Civilizaciones Intraterrenas como a Seres Interdimensionales.
Además, desenmascara la participación de miembros de varios Servicios de Inteligencia y hasta del propio General De Gaulle(jefe de la Resistencia y fundador de la Cuarta República Francesa) en una misteriosa Sociedad Secreta infiltrada en Francia, Europa y el mundo entero.
Las revelaciones que se han estado haciendo en Francia desde inicios de los 80, y la interpretación que de ellas ha dado Jean Robin, nos trasladan hasta la apoteosis de un mito: la existencia de una poderosa y omnisciente Orden Negra, cuyas raíces abrazan a un Nazismo Esotérico que habría estremecido al mismísimo Wagner.
Según las investigaciones de Robin, la finalidad de esta Supersociedad Secreta de Iniciados es la de preparar al mundo para el advenimiento de «Aquel», del queAdolf Hitler no habría sido más que un precursor. Por eso no faltan los que interpretan que tras estas particulares «revelaciones» se esconde el anuncio de la llegada del Anticristo.
7 ALDABONAZOS DE ULTRATUMBA
Todo comenzó en 1982, cuando Martin Couderc de Hauteclaire, un antiguo miembro de la Fuerza Aérea convertido ahora en Sacerdote, comenzó a publicar una trilogía.
Su primera entrega llevaba por título «El Libro de los Compañeros Secretos: Las Enseñanzas Secretas del General De Gaulle», donde se revelaba la existencia de la Orden de los 45 u Orden de los Compañeros Secretos, de quien el General De Gaulle habría sido su fundador.
En 1984, De Gaulle publicó la segunda parte: «La Boucane contra la Orden Negra», una obra llena de anécdotas y de revelaciones increíbles acerca de sus aventuras en Canadá en contra de la Orden Negra.
Finalmente, en 1986, publicó la tercera parte bajo el título de «El Manifiesto de los 45 y de sus Jóvenes Compañeros», donde revelaba que las Bases de la Orden Negra habían sido trasladadas a la Tierra del Fuego, en el extremo sur de América.
Los contenidos de esta trilogía coinciden con las tres primeras cartas de un total de 7, que De Gaulle habría legado a sus Compañeros de Orden para que fueran abiertas una vez transcurridos 10 años de su muerte.
El objetivo que persiguió De Gaulle con ellas era que sirvieran de aldabonazos que despertaran y llamaran a la acción a sus todavía seguidores.
De Gaulle, para quien «Francia sin grandeza no es Francia», creía que tenía una especie de «misión» que desempeñar como heraldo del advenimiento del Gran Monarca.
Según argumenta simbólicamente San Remy, este Gran Monarca debía venir alFinal de los Tiempos para conducir al planeta hacia la consecución de los oscuros designios trazados para él por la Divinidad: «Francia no podrá cerrar su historia más dignamente en los días de la Parusía», declaró.
Con la entrada en juego de la Orden Negra, el «mítico» objetivo de llevar al poder a un único Gran Monarca Mundial no quedaría sólo en los «planes» del Destino, sino que revela la existencia de un meditado plan para llevarlo a cabo.
DONDE CONVERGE LO IMPENSABLE
En su libro «Operación Orth», Jean Robin nos revela toda una trama donde se entremezclan Discos Voladores, poderosos Talismanes egipcios y toda la espesa mitología que se anuda alrededor de la región francesa del Razès, cerca de Carcasone.
Las investigaciones de este ensayista acaban por conducirle a toda una compleja red de túneles secretos que existen en Sudamérica, donde la Orden tiene su cuartel general actualmente y desde donde ejecuta sus acciones.
Parece ser que la finalidad práctica de la Orden de los 45 consistió en luchar contra la Orden Negra. Sin embargo, Jean Robin, que perteneció a la primera de estas dos Sociedades, afirma que con el paso del tiempo se vio completamente absorbida por la última, transformándose entonces en su «tapadera» esotérica.
AGENTES COSMOTELÚRICOS
El filósofo y pintor ruso Nikolai Rierij ha señalado reiteradamente que ciertasInteligencias Cósmicas dispersaron por todo el planeta Sensores y Emisores de Energía, con la intención de mantenerse al tanto del desarrollo objetivo del Planeta y de la Civilización. Y así poder introducir los correctivos pertinentes en caso de necesidad.
Esos Sensores —siempre según Rierij—, son como magnetos que sirven deBalizas Estabilizadoras en el camino de la Evolución sobre la Tierra, actuando como atractores del flujo (en apariencia casual) de ciertos acontecimientos vinculados con el desarrollo global de la Conciencia.
Según han podido saber autores como Robin, la Orden Negra, desde tiempos inmemoriales, tendría acceso a la localización de algunos de esos instrumentos oAgentes Cosmotelúricos.
En la Tercera Carta Secreta de De Gaulle a la Orden de los 45 se asegura que ha llegado ya el momento de instalar en los alrededores de Rennes-le-Chateau ciertos instrumentos relacionados con las Radiaciones Cósmicas y Telúricas, cuya finalidad sería propiciar, como Catalizadores Energéticos, el advenimiento de cierto acontecimiento que aquella Orden espera.
LA OPERACIÓN ORTH
Pierre (nombre ficticio), un experimentado piloto y amigo de Jean Robin, al compartir los intereses de éste y queriendo seguir su ejemplo, fue aceptado en la Orden de los 45 unos meses después que Robin la abandonara.
A principios de Junio de 1987, Pierre le contó a Robin que, rodeado de miembros desconocidos de la Orden y con una identidad falsa, había tenido acceso a la Base Aérea Militar de Francazal, donde se le invitó a entrenarse regularmente en grandes aviones Transalls que contaban con dispositivos especiales.
Al parecer, se trataba de aparatos destinados a la navegación polar y de instrumentos inéditos de medición telúrica, llamados Horbig, y que exigían la presencia de 10 técnicos en la cola del avión. Algunos de estos aparatos volvían los Transalls invisibles para los radares.
Además de sus vuelos en el Transall, Pierre debía someterse a pruebas en DC-8 e Hidroaviones. Simultáneamente, prestó juramento frente al deán (nonagenario) de la Orden, un hombre apodado Hoang Chang.
A finales de Junio, Pierre es convocado por el Padre Martin a su apartamento, para ser informado sobre la «Operación Orth».
Ésta consistiría en sustraer un importante Talismán (Robin lo llama «El Talismán de Seth») del Cementerio de Millau (Aveyron), y transportarlo a la Isla de los Osos, posesión noruega al sur del Spitzberg… poniéndolo, de este modo, fuera del alcance de la Orden Negra.
Pierre es propuesto para esta Operación como copiloto.
El Viernes 3 de Julio, hacia las 23:00 Hrs, Pierre es sorprendido por tres hombres a bordo de un Citröen, en la casa apartada donde vive. El Jefe de Comando lo convoca a «Sloty-Calvat», la primera fase de la Operación.
Con un transmisor en mano, debía vigilar, mientras tres hombres se dirigían al cementerio. Al cabo de media hora, regresan acompañados de un refuerzo de hombres y una furgoneta con una caja alta, cuadrada y pesada en su interior, con el Talismán dentro, y que se dirige a la Meseta de Larzac.
Allí, un helicóptero al que llaman «Ícaro», llega para cargar el cofre, y a los miembros del Comando. Despega con las luces apagadas y en vuelo rasante (ayudándose con el radar y el altímetro) hasta la pista privada de Moussoulens, cerca de Carcasona, reservada a la administración del Estado.
El Domingo 5 de Julio, a las 2:00 AM, se inicia «Woëvre», la segunda fase. El Transall despegará con destino al aeródromo militar de Montmédy-Marville, cerca de Stenay, en las Ardenas. Pero, por razones desconocidas, Pierre es descartado en el último momento.
La Operación culminará con un segundo avión que, proveniente de Noruega, tomará el misterioso cargamento de allí, para depositarlo en la Isla de los Osos.
LAS REFLEXIONES DE ROBIN
Cuando Robin oyó de su amigo el nombre «Sloty», recordó una novela que «casualmente» había leído tiempo atrás: «La Insólita Aventura de Marina Sloty», de Raoul de Warren, cuya joven heroína vivía en Millau y cuya acción se desarrollaba en 1959 en el marco salvaje de Larzac…
En la novela, experiencias «de pequeña envergadura» realizadas bajo el patrocinio de la Comisión de Energía Atómica, provocan una «falla» en el continuum espacio-temporal, y Marina Sloty, debido a una serie de idas y venidas entre 1959 y 1970, experimentaba increíbles complicaciones familiares…
Robin también recordó, casi mecánicamente, que según el Padre Martin, el General De Gaulle, antes de su regreso al poder en 1958, se había interesado por las experiencias que se llevaban a cabo en la Meseta de Larzac, relacionadas con «el papel escatológico de Francia».
El nombre «Calvat» le remitió a Mélanie Calvat, la pastora de las Apariciones Marianas de La Salette, y que profetizaba, entre otras cosas, la destrucción de París por el fuego (¿nuclear?).
JEAN ORTH
En cuanto al nombre de la Operación, le remitió al brillante y rebelde Archiduque«Jean Orth» (Jean-Népomucène Salvador de Habsburgo), que en Febrero de 1889 renegara de su condición y privilegios, redactando un testamento político, que terminaba de este modo:
«En los más respetuosos términos, haré saber al Emperador que el estatuto dinástico de los Habsburgo ya no es mi ley; que dejo de pertenecer a la familia imperial; que, por lo tanto, abandono mi rango, mi título, mis posesiones y todas mis prerrogativas de archiduque para convertirme en un hombre común, con un nombre burgués, simplemente Jean Orth…».Tras esto, el 14 de Octubre, Jean Orth es privado de la nacionalidad austriaca, teniendo prohibido permanecer en el Imperio. El 16, deja su país, sin intención de regresar.
En ese momento, obedeciendo a una misteriosa llamada, se dirige a la no menos enigmática región francesa de Rennes-le-Chateau, a fin de encontrarse con otro rebelde: el abate Berenguer Saunière. Sólo Dios sabe qué confabularon.
Tras este lapso olvidado por la historia, Jean Orth deja Francia el 26 de Marzo de 1890, en la Santa Margarita, un barco de tres mástiles que acababa de adquirir. Después de 24 días de navegación, arriba al puerto de Ensenada, en Argentina.
El 10 de Julio anunció su intención de explorar Tierra del Fuego y los alrededores del Cabo de Hornos. Y no se supo más. Se llegó a la conclusión de que había encontrado la muerte en los arrecifes del Cabo de Hornos, en Julio de 1890. Sin embargo, una tradición afirma que fue una desaparición simulada.
Julio Verne, un amigo de su hermano Luis Salvador de Austria, lo sabía bien y lo convirtió en héroe de uno de sus libros, «Los Náufragos de Jonathan», que narraba la historia de unas desafortunadas personas que prueban su suerte en el extremo del mundo y que se encuentran en una isla de Tierra del Fuego gobernada por un anarquista, el Kaw-Djer.
Este Príncipe lo ha abandonado todo por un ideal: «Soy enemigo irreconciliable de cualquier gobierno que sea». Pero, para Julio Verne, la extrema libertad da origen, irremediablemente, a la tiranía. De modo que el Kaw-Djer, alias Jean Orth, termina convertido en el representante de un anarquismo aristocrático.
Según la tradición de la falsa desaparición, Jean Orth habría muerto a muy avanzada edad, en Noruega, con el nombre de Hans Koehler. Noruega… país al que pertenecía la Isla de los Osos, a donde fue llevado el Talismán de Seth.
«Una vez más, esto no aclara nada —escribirá Robin—, pero introduce una suerte de lógica insana, de coherencia perversa».
EMISARIOS DE LA ORDEN NEGRA
El Miércoles 8 de Julio de 1987, Pierre recibe una llamada de tres misteriosos personajes que dicen pertenecer a una poderosa organización que utiliza la Orden de los 45.
Luego, cuando se dispone a entrar en su auto, es abordado por un «Misterioso Desconocido» cuya semejanza con el famoso esoterista René Guénon (fallecido en 1951) es impresionante.
Éste Guénon maduro, tal como se ve en sus fotografías de El Cairo, le pregunta qué piensa de sus actividades actuales y sonríe cuando Pierre le confiesa su asombro.
La breve conversación con el «Guénon» resucitado termina con la promesa de un nuevo encuentro. Pierre, visiblemente alterado, llama inmediatamente a Robin, como solía hacer.
Éste piensa en un «ardid» de los Compañeros, utilizando a uno que se parece mucho a Guénon para mistificarle o «condicionarle», y le sugiere ir donde el Padre Martin a exigirle una explicación.
Éste va al apartamento del Padre Martin, que recibe de mala manera a Pierre y su hipótesis y jura por Dios y María Santísima que jamás había visto a ese «Guénon». Finalmente, lanza a Pierre una advertencia contra el… Diablo.
Días después, Pierre recibe la llamada de un alemán con acento bávaro (reconoce el acento, ya que su padre es bávaro), que dice llamarse Helmut, y que le propone una cita en un camino rural.
Pierre acepta y se encuentra con un judío alemán, aparentemente diplomático, cuyo tono le irrita un poco:
—La subversión del desorden es el orden —le dice.
Helmut se refiere a los Compañeros Secretos como «Boy Scouts» y «cooperadores estúpidos», señalando, con irónico desdén, que en estos momentos «se portan bien», en un monasterio belga donde suelen hacer retiros.
En este punto del relato de Pierre, Jean Robin no pudo evitar recordar las palabras de J. Parvulesco, donde da muestras de una increíble intuición, más si se tiene en cuenta que no conocía lo que ocurriría. En efecto, en «La Espiral Profética», escribía:
«Es imposible no comprender que la Orden de los Cuarenta y Cinco […], es, en realidad la representación dialécticamente invertida de la Orden Negra, su muralla exterior […] su manta sacrificial, la parte […] que se deja ver deliberadamente […]
»La Orden de los Cuarenta y Cinco sólo sería la sombra, una de las sombras proyectadas sobre el mundo, y sobre la historia en progreso, por la permanencia inmutable de la Orden Negra […]».Finalmente, respondiendo a Pierre, que le interroga sobre sus líderes, Helmut le confía:
—Los jefes de todos nosotros, es el Argond.
Aparentemente, la organización que representa, ha entrado en una fase de intensa actividad cuyo objetivo es 1992, fecha que constituiría la cuarta etapa de un proceso que cuenta con 7. (¿Existiría un lazo con las cartas de De Gaulle?). Una vez más, se despiden con la promesa de un nuevo encuentro.
De hecho, el mismo personaje restablecerá contacto el 21 de Agosto por la mañana. La cita se fija para el 3 de Setiembre, en el Pico Nora (donde se encuentra la antena repetidora para la región Midi-Pirineos), o en el Valle de Arán. Pierre se encontraría allí con los responsables y sabría finalmente lo que se espera de él.
Mientras tanto, el Lunes 27 de Julio, otro enigmático personaje solicita una entrevista, esta vez en el domicilio de Pierre. Se llama Manfred Lickers. Pese a su nombre germánico, se trata de un escocés oriundo de Glasgow, pero que habla un francés perfecto.
Llega a la casa de Pierre acompañado de un árabe que no pronuncia ni una palabra durante el encuentro. Solamente realiza una sesión de quiromancia.
A Pierre le impresiona la belleza y cordialidad de sus visitantes. Tal vez le recuerdan a los impresionantes «Superiores Desconocidos» de la mitología clásica de las Sociedades Secretas.
Manfred Lickers efectúa un interrogatorio encubierto acerca del itinerario espiritual de Pierre. Éste hace una referencia incidental a su amigo Jean Robin, al mencionar sus libros (Lickers tuvo la extrema amabilidad de recordar las «fructíferas investigaciones» de este investigador).
Mientras Pierre relata su entrevista anterior con Helmut y confiesa su extrañeza acerca del «Argond», escucha en tono de reproche:
—Pero vamos, el Argond, es el Dragón.
EL DISCO VOLADOR
Finalmente, el 3 de Setiembre, Pierre se dirige al Pico de Nora, habiéndose descartado el Valle de Arán. Allí, Helmut comienza enseñando a Pierre las ventajas de un nuevo sistema de navegación aérea.
Tras 5 minutos de espera en aquel escenario salvaje, Pierre pudo percibir un silbido que casi alcanzaba el límite del ultrasonido, que iba incrementándose, sin que nada visible apareciese.
—Por favor —dice Helmut con su eterna sonrisa, más socarrona que nunca, mientras se desplazaba—. Puede entrar.
¿Entrar a dónde? Pierre no veía nada. Sin embargo, da tres pasos, un tanto avergonzado por el gesto aparentemente tan absurdo… y casi cae contra una escalera mecánica que acaba de «materializarse».
Al levantar la mirada, comprueba atónito que lleva a un enorme Disco Volador apoyado en cuatro patas: el típico platillo que se dibujaba en las revistas de los años 50, de forma elipsoidal. Y un color blanco brillante que recuerda las lentes de mercurio, y parece surgido de otra dimensión.
Pierre, con evidente emoción, asciende por los peldaños de la escalera y entra en un compartimento, cuya sobriedad le asombra. Pocos cuadrantes. No hay ventanillas. El único piloto se limita a pulsar un botón y la nave despega.
Al parecer, el artefacto funciona gracias a fuerzas antigravitacionales, y emplea las redes telúricas subterráneas y magnéticas aéreas.
Para cambiar de dirección, existe un sistema de agujas, «reductores de rotación» que crean en el interior de la nave una corriente magnética completamente artificial que enlaza la corriente inicial y la del nuevo rumbo.
Pierre también menciona a Robin la «aceleración de Coriolis», pero en este punto, el investigador empieza a perderse un poco…
BASE INTRATERRESTRE EN VALPARAÍSO
Al cabo de sólo 30 minutos, Pierre se encuentra en Chile (el trayecto desde Barcelona tarda 16 horas de vuelo).
A unos 10 Kms de Valparaíso, la nave se desmaterializa momentáneamente, para pasar a través de una pared rocosa. Pierre siente como si le arrancasen un traje de buzo.
Pronto, se encuentra en el interior de una red de túneles subterráneos cuyo equipamiento recuerda a una película de Ciencia Ficción. El viaje desde el Pico Nora ha durado sólo 35 minutos. Pronto nota que la lengua empleada en ese lugar, es el francés.
Según Pierre, también las personas, solas o en grupo, pueden atravesar la pared rocosa gracias a un Bastón Dorado que recuerda al Bastón de Aarón. Cuando son varias personas, van en fila india detrás del que porta el Bastón. Al aproximarse a la pared, el Bastón emite una fuerte luminosidad, y sin más trámite, los hombres atraviesan la roca.
Las personas del subterráneo pueden también crear «réplicas psíquicas» de los Discos Voladores. Para hacerlo, introducen una nave en una enorme campana de vidrio, y después ponen en funcionamiento algunos «aparatos». Unos instantes más tarde, un aura luminosa se eleva y crece hasta recubrir por completo la nave.
—Está estable —declara un técnico.
La campana se levanta para poder sacar la nave original, y luego vuelve a bajar. Un flash blanco, azul y amarillo ilumina la campana, y 10 segundos más tarde le sigue un flash amarillo: una nueva nave aparece, idéntica al «modelo», pero sin consistencia: puede atravesarse.
—No es mala imitación, ¿No? —concluye el técnico con una sonrisa.
De los subterráneos, a veces del ancho de dos autopistas, sólo puede recorrerse una mínima parte, y es posible que surquen todo el continente. Pierre oyó hablar de La Paz… Todo se encuentra bañado por una luz blanca amarillenta, que parece solar, sin que se pueda determinar de dónde proviene.
¿QUIÉNES SON?
La Orden cuenta con cerca de 350.000 miembros de todos los países (unos mil de ellos son franceses), y van y vienen entre los subterráneos y el mundo exterior.
En esta organización, árabes y judíos conviven pacíficamente. Y, según pudo comprender Pierre, uno de los objetivos de sus inspiradores es la utilización de la«Fuerza Psíquica» del Pueblo Elegido.
Sus miembros nunca se dejan ver, salvo a los «invitados» que hubiesen aprobado con éxito las pruebas psíquicas. La multitud de oscuros recibe las órdenes por medio de altavoces, mientras que los Altos Iniciados se desplazan por levitación.
El Argond, su círculo dirigente, está compuesto por 7 alemanes y, cosa extraña, todos enamorados de Francia. Al referirse a ella, se les llenan los ojos de lágrimas.
Los hombres del Argond dicen a Pierre que esperan a «Aquel Que Ha de Venir».Eso es lo que los retiene, por así decirlo, ya que disponen ya de los medios para conquistar el planeta.
EL CHESHKIN
Veneran a una curiosa manifestación que llaman el Cheshkin, «nacido de las entrañas de la materia»: una especie de llama verde con reflejos verde pálido en los bordes. También se puede ver en el centro un movimiento espiral, a la vez ascendente y descendente, de color amarillo.
Esta extraña manifestación la conservan en un santuario, un nicho de piedra de 2 mts de alto. El Cheshkin se encuentra suspendido en el aire: está en contacto con la parte superior del nicho, pero no con la base, de forma tal que nada parece sustentarlo. A cada lado del nicho, 6 luces verdes recuerdan la lámpara roja delSanto Sacramento.
Cinco veces al día, los habitantes del subterráneo van a «recargarse», y se puede observar un curioso fenómeno:
Los Iniciados Menores de la Orden parecen saturarse de una energía demasiado fuerte para ellos, y se retiran rígidos, con movimientos entrecortados que recuerdan a los robots. Los Iniciados Mayores, por el contrario, dominan a la perfección esta energía y su comportamiento no se altera.
Finalmente, 12 Sacerdotes, Guardianes del Santuario, se turnan constantemente para velar el Cheshkin. Están ataviados con un vestido blanco adornado con unaCruz de San Andrés verde. Detalle curioso: todos son indígenas.
Según le explicaron a Pierre, «Aquel Que Ha de Venir» vendrá cuando el Cheshkin se solidifique.
Robin piensa que el Cheshkin sería una aparente hipóstasis de la Shekinah, «Presencia Real» de la Divinidad, en relación con Agartha. Y de los Sacerdotes indígenas, piensa en un posible vestigio de la Tradición Atlante (de Raza Roja).
EL CADÁVER DE HITLER
En un segundo viaje, a Pierre se le muestra el cadáver de Hitler, conservado en un relicario hexagonal. Según le explican, Hitler no se suicidó en el Búnker, como indica la versión oficial, sino que murió en aquella Base Subterránea en Abril de 1953.
Alemania, le contaron, fue abandonada por la Orden Negra el 10 de Febrero de 1943, sin que Pierre pudiese comprender qué importancia tenía esa fecha. Sólo pudo saber que en Valparaíso se consideraba con verdadera condescendencia a algunos jerarcas «intelectuales» del Tercer Reich.
Para más extrañeza, al lado del cadáver de Hitler, estaba el de de Raoul Wallenberg, aquel diplomático de familia sueca que, según la versión oficial, había salvado a miles de judíos húngaros durante la guerra, desapareciendo misteriosamente en 1945, «secuestrado» por los soviéticos en Budapest.
Según le explicaron, en 1945, Wallenberg había ido a Kiev a hacer un «stage». Tampoco hubo secuestro, sino que, simplemente regresaba al seno de la Orden Negra (donde numerosos soviéticos, muy hostiles a Trotsky, consideran al bolchevismo como un mal necesario).
Pierre estuvo demasiado asombrado ante esta historia para formular preguntas inteligentes, para las cuales, seguramente, no le habrían brindado las verdaderas respuestas.
LOS CONDENSADORES MAGNÉTICOS
Posteriormente, Pierre formó parte en dos expediciones nocturnas a la mítica región francesa de Rennes-le-Chateau: la primera para desplazar cierto «Talismán de Isis» unos kilómetros. Y la segunda, para instalar tres «Condensadores Psíquicos» que reproducen a escala reducida el Cheshkin.
Tal vez, con ello se pretenda propiciar el advenimiento del Gran Monarca francés, profetizado desde la Edad Media…
Pierre contó a Robin que el Cheshkin original había redoblado su actividad: la misteriosa energía que emite, había causado varios muertos en las filas de la Orden Negra. Por esta razón se había decidido limitar a 3, en lugar de 5, las visitas cotidianas al «Santuario».
FUENTES:
«Operación Orth» (Jean Robin).
«¿Quién mueve los hilos del mundo?» (Monográfico de Rev. «Más Allá», Junio de 1993).
Publicado por Xentor Xentinel en 13:00
Por Xentor Xentinel
http://xentinels.blogspot.com.es

El libro prohibido de Dellschau y la sociedad secreta Nymza

Vicente Fuentes comenta el impresionante hallazgo de un manuscrito del siglo XIX en donde aparecen menciones a tecnologías relacionadas con la antigravedad y a una sociedad secreta llamada Nymza en el marco de la oleada ovni de Estados Unidos del año 1896. Los dibujos, la historia de sus creadores, en especial de un hombre llamado Albert Deschau y la aparición de una misteriosa sustancia llamada NB serán los protagonistas de esta historia sin par. Esperamos que sea de su agrado.

Ufopolis.com 2015

¿Ha sido la historia dirigida por sociedades secretas?

A través del libro El Código Da Vinci, Dan Brown abrió una puerta que dejaba entrever ciertos secretos celosamente guardados durante siglos.
Se abrió una puerta que nos llevaba a ver y a conocer aspectos ignorados o que, como por casualidad, habían pasado desapercibidos.
En Ángeles y Demonios, Dan Brown libera otros secretos aun más peligrosos. Se trata de una guerra abierta contra el poder de la Iglesia, capitaneada por una sociedad secreta denominado Illuminati. La pregunta que nos podemos plantear es: ¿quién está manejando los hilos de la sociedad?
La conspiración y los ritos iniciáticos vinculados a las sociedades secretas, no son temas nuevos. En el siglo XI Hasan ibn Sabbah fundó una secta inspirada por una rama fanática del ismailismo, los Asesinos oHashashin, que significa «los que consumen haschís».
 Ejecutaban a sus víctimas con gran crueldad, impulsados por un estado de euforia criminal que les propiciaba el uso de esa droga. En el siglo XIII fueron condenados a muerte más de doce mil miembros del citado grupo.
 Muchos lograron salvarse y se dispersaron por Siria, sin que actualmente se sepa que ocurrió con los supervivientes de la secta. En 1776 Adam Weishaupt crea la secta de los Iluminados de Baviera, conocidos como Illuminati.
Su objetivo oficial y explícito era conducir al ser humano al correcto camino de la espiritualidad primitiva. Pero el método para lograrlo era erradicar los gobiernos y las propiedades privadas, derrocando monarquías e instaurando repúblicas autoritarias. Aunque las fechas son confusas, en 1785 la orden fue oficialmente disuelta, aunque no desapareció.
Pero hay otros aspectos que aluden a la masonería, los rosacruces, o los que vinculan las tramas secretas de conspiración mundial con algunas siglas, como, por ejemplo, la OSS, denominación de un grupo de investigación precursor de la CÍA actual, o bien la Logia P2, una de las sociedades más poderosas que hubo en Italia.
René Chandelle es un escritor e historiador francés dedicado a la historia medieval. Es conocido por sus análisis de best-sellers históricos. Ha publicado varios libros: Más allá de Ángeles y Demonios, en que me he basado para escribir este artículo, Entre Da Vinci y Lucifer, Traidores a Cristo: La historia maldita de los Papas, Más allá del Código da Vinci, y Más allá de las catedrales.
La Oficina de Servicios Estratégicos, más conocida por su nombre original en inglés, Office of Strategic Services, u OSS, fue el servicio de inteligencia de los Estados Unidos de América durante la Segunda Guerra Mundial.
 Está considerada la antecesora de la Agencia Central de Inteligencia o CIA. Antes de la creación de la OSS (el equivalente al British Secret Intelligence Service), los asuntos del servicio de inteligencia estaban repartidos entre diferentes departamentos del gobierno estadounidense, sin ningún tipo de coordinación.
De hecho, el Ejército y la Armada utilizaban códigos diferentes para cifrar sus mensajes secretos.
El presidente Franklin D. Roosevelt señaló las deficiencias del servicio de inteligencia estadounidense, y aconsejado por el militar y espía canadiense William Stephenson le encargó a su amigo William Joseph Donovan, un veterano de la Primera Guerra Mundial, la creación de un servicio de inteligencia.
Su trabajo fue compilado en el “Memorandum of Establishment of Service of Strategic Information“, y tras ello Donovan fue nombrado “Coordinador de Información” en julio de 1941. Así se estableció la Oficina de Servicios Estratégicos, mediante una orden militar proveniente de Roosevelt el 13 de junio de 1942, pensando en un primer momento en recopilar y analizar información del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, y realizar operaciones no asignadas a otras agencias.
 Un mes y medio después de ganar la guerra, en torno al 20 de septiembre de 1945, la OSS fue disuelta por el presidente Harry S. Truman. Así, durante el mes siguiente las funciones de la OSS fueron desempeñadas por los Departamentos de Estado y de Guerra.
El Departamento de Estado se ocupó de la sección de Investigación y Análisis, que fue renombrada como Servicio Interino de Investigación e Inteligencia (Interim Research and Intelligence Service, IRIS), dirigido por Alfred McCormack. Por su parte, el Departamento de Guerra asumió las secciones de Inteligencia Secreta (Secret Intelligence, SI) y X-2, para lo cual se creó una oficina especial, la Unidad de Servicios Estratégicos (Strategic Services Unit, SSU).
El Secretario de Guerra nombró al brigadier general John Magruder como supervisor de la disolución de la OSS, para preservar el secreto sobre sus acciones.
 Ya en enero de 1946, el presidente Truman creó el Central Intelligence Group (CIG – Grupo Central de Inteligencia), que es el precursor directo de la CIA. En 1947, la National Security Act estableció la primera agencia de inteligencia en tiempos de paz, la CIA, que asumió todas las funciones de la antigua OSS.
Miles de personas han leído la obra Angeles y Demonios, y su lectura ha generado la duda de si realmente explica situaciones reales. Sólo es preciso recordar los atentados de las Torres Gemelas o las guerras de Afganistán e Irak, para darnos cuenta de que algo está ocurriendo.
Todo parece indicar que estamos viviendo en un Nuevo Orden Mundial. Ésta es una frase popularizada por George Bush padre duante la primera Guerra del Golfo.
 Todo parece indicar que George Bush tiene cierta vinculación con los illuminati. La pregunta es: ¿quién dirige este Nuevo Orden Mundial? Quizá la respuesta sea los gobiernos que están en la sombra, quizá dirigidos por determinadas sociedades secretas.
Pero todavía queda otro interrogante por resolver: ¿qué objetivo tienen estas sociedades secretas? La realidad que hay detrás de la obra de Brown es sutil, reveladora e inquietante. Si realmente queremos saber cuáles son los mensajes secretos que se esconden en Ángeles y Demonios tenemos que remontarnos unos cuantos siglos atrás en la historia.
 Así podremos conocer el pensamiento de Galileo y cómo era la sociedad científica en la que vivió. Es el momento histórico en que el conocimiento y el dogma toman caminos divergentes, y la Ciencia se ve impelida a refugiarse en el ocultismo.
Pero para avanzar con este tema, debemos conocer en cierto detalle la vida de Galileo. Galileo Galilei (1564 – 1642) fue un astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico italiano, relacionado estrechamente con la revolución científica. Eminente hombre del Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y artes, como la música, la literatura o la pintura.
Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante al copernicanismo.
 Ha sido considerado como el «padre de la astronomía moderna», el «padre de la física moderna» y el «padre de la ciencia». Su trabajo experimental es considerado complementario a los escritos de Francis Bacon en el establecimiento del moderno método científico y su carrera científica es complementaria a la de Johannes Kepler.
Su trabajo se considera una ruptura de las teorías asentadas de la física aristotélica y su enfrentamiento con la Inquisición romana de la Iglesia católica suele presentarse como el mejor ejemplo de conflicto entre religión y ciencia en la sociedad occidental. Galileo, que nació en Pisa cuando ésta pertenecía al Gran Ducado de Toscana, fue el mayor de seis hermanos, hijo de un músico y matemático florentino llamado Vincenzo Galilei, que quería que su hijo mayor estudiara medicina.
El cardenal Belarmino, que hizo quemar a Giordano Bruno, ordena que la Inquisición realice una investigación discreta sobre Galileo a partir de junio de 1611. A pesar de pasar meses removiendo cielo y tierra para impedir lo inevitable, es convocado el 16 de febrero de 1616 por el Santo Oficio para el examen de las proposiciones de censura. Es una catástrofe para él. La teoría copernicana es condenada como «una insensatez, un absurdo en filosofía, y formalmente herética».
El 25 y 26 de febrero de 1616, la censura es ratificada por la Inquisición y por el papa Paulo V. El proceso comenzó con un interrogatorio el 9 de abril de 1633, donde Galileo no reconoce haber recibido expresamente ninguna orden del cardenal Bellarmino. Por otra parte, dicha orden aparece en un acta que no estaba firmada ni por el cardenal ni por el propio Galileo. Con pruebas endebles es difícil realizar una condena, por lo que es conminado a confesar, con amenazas de tortura si no lo hace y promesas de un trato benevolente en caso contrario. Galileo acepta confesar, lo que lleva a cabo en una comparecencia ante el tribunal el 30 de abril.
Una vez obtenida la confesión, se produce la condena el 21 de junio. Al día siguiente, en el convento romano de Santa Maria sopra Minerva le es leída la sentencia, donde se le condena a prisión perpetua, y se le conmina a abjurar de sus ideas, cosa que hace seguidamente. Tras la abjuración el Papa conmuta la prisión por arresto domiciliario de por vida. Giuseppe Baretti afirmó que después de la abjuración Galileo dijo la famosa frase «Eppur si muove» («Y sin embargo se mueve»).
 Pero según Stillman Drake, Galileo no pronunció la famosa frase en ese momento ya que no se encontraba en situación de libertad y sin duda era desafiante hacerlo ante el tribunal de cardenales de la Inquisición. Para Stillman si esa frase fue pronunciada lo fue en otro momento. El texto de la sentencia fue difundido por doquier: en Roma el 2 de julio y en Florencia el 12 de agosto.
 La noticia llega a Alemania a finales de agosto, en Bélgica en septiembre. Los decretos del Santo Oficio no se publicarán jamás en Francia, pero, prudentemente, René Descartes renuncia a la publicación de su Mundo. Muchos, entre ellos Descartes, pensaron que Galileo era la víctima de una confabulación de los jesuitas, que se vengaban así de la afrenta sufrida por Horazio Grassi en el Saggiatore. Galileo permanece confinado en su residencia en su casa de Florencia desde diciembre de 1633 a 1638.
 El 8 de enero de 1642 Galileo muere en Arcetri a la edad de 77 años. Su cuerpo es inhumado en Florencia el 9 de enero. Un mausoleo será erigido en su honor el 13 de marzo de 1736 en la iglesia de la Santa Cruz de Florencia. Galileo, especialmente en su obra Diálogo sobre los principales sistemas del mundo (1633), cuestionó y resquebrajó los principios sobre los que hasta ese momento habían sustentado el conocimiento e introdujo las bases del método científico que a partir de entonces se fue consolidando.
A partir de Pío XII se comienza a rendir homenaje al gran sabio que era Galileo. En 1939 este Papa, en su primer discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, a pocos meses de su elección al papado, describe a Galileo «el más audaz héroe de la investigación, sin miedos a lo preestablecido y los riesgos a su camino, ni temor a romper los monumentos». Su biógrafo de 40 años, el profesor Robert Leiber, escribió: «Pío XII fue muy cuidadoso en no cerrar ninguna puerta a la ciencia prematuramente. Fue enérgico en ese punto y sintió pena por el caso de Galileo».
En 1979 y en 1981, el papa Juan Pablo II encarga una comisión paara estudiar la controversia de Ptolomeo-Copérnico de los siglos XVI y XVII. Juan Pablo II considera que no se trataba de rehabilitación.
El 31 de octubre de 1992, Juan Pablo II rinde una vez más homenaje a Galileo durante su discurso a los partícipes en la sesión plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias. En él reconoce claramente los errores de ciertos teólogos del siglo XVII en el asunto. El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979.
Pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, confirmó una vez más la tesis de que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de reconocer y prestar obediencia a su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena.
El propio cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en aquellos momentos, antes de devenirr Papa, lo expresó rotundamente el 15 de febrero de 1990 en la Universidad romana de La Sapienza, cuando en una conferencia hizo suya la afirmación del filósofo agnóstico y escéptico Paul Feyerabend: “La Iglesia de la época de Galileo se atenía más estrictamente a la razón que el propio Galileo, y tomaba en consideración también las consecuencias éticas y sociales de la doctrina galileana.
Su sentencia contra Galileo fue razonable y justa, y sólo por motivos de oportunismo político se legitima su revisión“. Estas declaraciones serán objeto de una fuerte polémica cuando en el año 2008 el ya papa Benedicto XVI tenga que renunciar a una visita a la Universidad de La Sapienza de Roma.
Y hasta aquí la detallada historia de Galileo.
Galileo fue un abanderado de su tiempo, aunque no el único. Quizá el hecho de haber sido sometido a un juicio sumarísimo que le llevó a una posterior abjuración de sus teorías es lo que más ha trascendido al gran público. Pero el astrónomo de Pisa no estaba solo. A su alrededor y practicando la misma u otras disciplinas hubo muchos científicos que no siempre contaron con el beneplácito del poder establecido, que en aquel momento era la Iglesia.
 En la época de Galileo, investigar significaba depender de los ricos y poderosos mecenas, quienes a su vez se dejaban guiar u orientar por la Iglesia. Un mecenas, por importante que fuera, difícilmente podía apoyar a alguien cuyas teorías no cuadrasen con el canon establecido. Esto generó que algo que había permanecido oculto saliese a la luz. Algo que se mantendría durante largo tiempo. Se trataba de un tipo de conspiración o conjura. Pese al total dominio de la Iglesia había otras formas de pensamiento, otros sistemas de entender la vida y de comprender la magnitud de las cosas.
Era preciso prescindir de los dogmas religiosos y, lógicamente, hacerlo en secreto. En la época existieron numerosos grupos que, amparándose en el esoterismo y en el ocultismo de lejanas religiones orientales, dieron cauces a las nuevas ideas. Las sociedades secretas apoyaron los avances científicos y la ciencia se hizo conspirativa.
Su objetivo era enfrentarse al poder establecido, liberarse de aquéllos que siempre les habían dictaminado qué y cuándo debían pensar. En aquel tiempo, eso significaba oponerse a la Iglesia y a sus dogmas.
En muchos casos ya no era cuestión de defender una teoría científica, sino una forma de vida, de sociedad e incluso de política. Los conspiradores, o sea aquellos que no estaban conformes con el poder eclesiástico, debían unirse para actuar como una sola fuerza. Pero la verdad es que conspiraciones hubo muchas.
 Sea como fuera, las sociedades secretas llegaron a ejercer una altísima influencia. Consiguieron participar en episodios históricos tan relevantes como la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos y, ya más cerca de nosotros, en las guerras mundiales, por no hablar de otros hechos más contemporáneos. ¿Con qué fin? El autor de Angeles y demonios nos ofrece en su obra algunas pistas al respecto.
A lo largo del siglo XVI se efectúa un cambio de filosofía en la ciencia. Nace una nueva ciencia más moderna, más experimental, y los investigadores comienzan a cuestionar las cosas que hasta ese momento parecían inamovibles.
 Una nueva sociedad científica estaba viendo la luz y comenzaban a tambalearse los dogmas establecidos por las jerarquías eclesiásticas. Ciertamente los investigadores tuvieron que mantener un cierto secretismo para poder llevar a cabo sus descubrimientos sin despertar las iras de la Iglesia. Al igual que Galileo, el médico y teólogo aragonés Miguel Servet, acusado de herejía por haber cuestionado el dogma de la Trinidad, fue condenado a morir en la hoguera. Asimismo otros científicos y pensadores notables fueron perseguidos o murieron en extrañas circunstancias.
 El Vaticano y los «sabios» del sistema que recibían su protección y sus prebendas, estaban dispuestos a cualquier recurso para impedir que el afán de conocimiento acabara destruyendo su poderío. Pero los investigadores siguieron adelante, a menudo amparados en el secretismo, porque creían en la verdad expresada por el gran Galileo:
“La ciencia está escrita en el más grande de los libros, abierto permanentemente ante nuestros ojos, el Universo, pero no puede ser comprendido a menos de aprender a entender su lenguaje y a conocer los caracteres con que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las que es humanamente imposible entender una sola palabra; sin ellas uno vaga desesperadamente por un oscuro laberinto“.
Todos los investigadores y descubridores de aquel tiempo establecían sus especulaciones y teoremas en privado, en sus reuniones, pero no a través de la enseñanza oficial. Ciertamente las universidades italianas del Renacimiento eran las mejores y las más agraciadas por los donativos proporcionados por sus ostentosos mecenas. Investigar y trabajar en otros lugares que no fueran Padua, Pisa, Bolonia o Pavia era arriesgarse a caer en el anonimato.
 Tan relevantes eran estas universidades, que la ciencia en aquella época hablaba en italiano o en latín. En sus claustros enseñaban los sabios de mayor renombre y, como contraprestación, se les ofrecía los mejores patrocinadores para sus investigaciones. Claro que no convenía recibir una subvención y correr el riesgo de que ésta fuera retirada porque el clero considerase que se había llegado más allá de lo que marcaban los dogmas.
Pero no todas las universidades europeas reaccionaron favorablemente al cambio. Así la de Salamanca, que durante otros tiempos se había convertido en un punto de referencia en lo que a investigaciones anatómicas y astronómicas se refiere, durante ese periodo de cambio científico prefirió ser prudente. Su claustro no aceptó los nuevos postulados, refugiándose en las tradiciones clásicas que estaban aceptadas y amparadas por la Iglesia.
Un caso similar se dio en La Sorbona, que no aceptó las nuevas teorías científicas pues temía que generasen problemas en la teología a la que estaba aferrada.
Por el contrario, la Universidad de Montpellier recibió con los brazos abiertos los aires de renovación. Probablemente haya cierta incoherencia histórica en la novela de Dan Brown. No sabemos si Galileo dijo realmente que «cuando miraba por su telescopio los planetas, oía la voz de Dios en la música de las esferas».
Lo que sí sabemos es que Pitágoras (585-500 a. C.) el célebre filósofo y matemático griego, acuñó el término «música de las esferas». Más exactamente, según Aristóteles, Pitágoras dijo en cierta ocasión: «Hay Geometría en el canturreo de las cuerdas; hay Música en el espacio que separa a las Esferas». ¿Puede ser cierto que determinadas mentes preclaras de la época de Galileo se vieron obligadas a reunirse en secreto? Se sabe que varios de esos científicos establecieron vínculos con asociaciones secretas de su época.
Y aunque las grandes figuras de la ciencia de la época no pertenecieron a los illuminati, dado que esta sociedad secreta aún no existía, sin duda se aproximaron a las sociedades secretas, en tanto representaban una posible protección frente a la intolerancia eclesiástica. Antes de consagrarse totalmente al estudio y a la filosofía, el notable pensador inglés Francis Bacon (1561 – 1626) había alcanzado elevadas posiciones políticas y diplomáticas, así como obtenido los títulos de vizconde de Saint Alban y barón de Verulam por sus servicios a la Corona
 En 1618, cuando ostentaba el prestigioso cargo de Lord Canciller, se vio envuelto en un confuso pleito por cohecho y soborno que acabó con su carrera política. No es improbable que su caída respondiera en realidad a una conjura para hundir a quien era, a su vez, un conjurado, miembro de una poderosa logia secreta.
A los 18 años, tras la muerte de su padre, el joven Bacon ingresó en Gray’s Inn, una suerte de colegio mayor que impartía clases de derecho, según la costumbre británica. En 1582 obtuvo el título de abogado, iniciando una actividad legal y política que lo llevóal Parlamento en el 1600.
Tres años después el ascenso al trono de Jacobo I (James I de Inglaterra y James VI de Escocia) dio un nuevo impulso al imparable ascenso político de Francis Bacon. Avanzó varios niveles en su posición pública, hasta ser designado Lord Canciller en 1618, junto a la obtención del título de barón y, dos años después, el de vizconde.
 De pronto, en la cúspide su carrera, fue detenido bajo la acusación de abusar de su cargo para favorecer a determinadas personas que lo habrían sobornado. El tribunal lo encontró culpable de cohecho, pero el rey conmutó su condena, aunque le aconsejó que se alejara de la vida pública. Sir Francis, que ya había bosquejado algunos apartados delNovum Organum, en el que proponía un nuevo método científico, acató el consejo real.
 Dedicó el resto de su vida a escribir una extensa serie de tratados y libros sobre diversos temas que le proporcionaron celebridad como filósofo y admiración como literato, pero nunca llegó a revelar los entresijos del juicio o de los oscuros actos que lo motivaron.
 Entusiasta defensor de los nuevos tiempos de la ciencia, Bacon publicó varios artículos y folletos en los que promueve el enfoque naturalista y experimental.
 En uno de ellos animaba a sus colegas científicos afirmando: “Sólo han existido tres grandes sociedades de la historia, Grecia, Roma y Europa, en las que las ciencias progresen. Sin embargo, la vacilación todavía reina en nuestros días. Debemos empero utilizar la indagación de la naturaleza como método de investigación. Debemos dar salida al espíritu del hombre y dejarle que experimente más allá de las fronteras que imponen los criterios de siempre. Debemos luchar por sentir que hay algo más que aquello que hemos aceptado hasta hoy“.
Algunos autores han querido ver en Bacon a un miembro de alguna sociedad secreta de la época.
 Aducen que, como hemos apuntado, el presunto soborno que provocó su caída fue una trampa tendida por agentes del Vaticano, y se apoyan en dos obras del filósofo que hubieran podido ser firmadas por Adam Weishaupt, creador de los Iluminados de Baviera. Una de ellas es el Tratado sobre el valor y el progreso de la ciencia, de 1605, donde aboga brillantemente por el rigor y la independencia de los científicos. La otra, titulada Nueva Atlántida, publicada después de su muerte en 1626, es, desde el título hasta el contenido, abiertamente esotérica.
Bacon describe en ella un mundo utópico y perfecto, organizado como una república democrática universal, donde el misticismo y la ciencia conviven en armonía. Sin duda se trata de una clara referencia al reino de la Atlántida, perdido a causa del Diluvio, que desean recuperar algunas sociedades secretas.
Lo cierto es que hay constancia de que Bacon estaba bastante vinculado a distintas sectas de carácter esotérico. Se ha especulado también sobre la posibilidad de que tuviera contactos con los seguidores de un ancestral culto de corte filosófico y espiritual, que recibía el sugerente nombre de Rosacruz.
La propiedad financiera y de la tierra de América por parte de una determinada élite fue asegurada mediante la fundación de la Compañía de Virginia por el rey James I, de Inglaterra, en 1606. James I nombró caballero a Francis Bacon, así como para muchos puestos importantes, incluyendo el de Presidente de la Cámara de los Lores de Inglaterra (Lord Chancellor). Bajo el patrocinio del rey James I, los Templarios, Rosacruces y otras sociedades secretas se agruparon bajo el nombre común de Masonería. Algunos de los miembros iniciales de la Compañía de Virginia fueron Francis Bacon, el Conde de Pembroke, el Conde de Montgomery, el Conde de Salisbury, el Conde de Northampton, y Lord Southampton, todos de ellos supuestos miembros de la Hermandad de Babilonia.
 La Compañía de Virginia todavía existe bajo otros nombres y todavía controla los Estados Unidos. Una de las numerosas ramas de los francmasones que surgió en 1307 es oriunda de los templarios, que fueron perseguidos por el Vaticano, por orden del rey francés Felipe IV.
 Aquéllos que pudieron escapar de la prisión y la tortura impuesta por los inquisidores se refugiaron principalmente en Portugal, Inglaterra y Escocia. Allí trabajaron en secreto durante siglos, supuestamente para traer justicia al mundo y para hacer crecer los derechos de los seres humanos.
Pero la historia muestra que, por otro lado, sociedades secretas tales como, por ejemplo, el grado 33 del Rito Escocés de los francmasones, pueden ser una fuerza peligrosa capaz de elegir gobernantes, derribarlos y servirse de alianzas secretas para provocar conflictos globales.
 Los francmasones estaban en el frente de la transición conocida como la Guerra de la Independencia estadounidense.
El programa de la Hermandad para América fue condensado en la obra La Nueva Atlántida, de Francis Bacon, publicado en 1607, en que una “Universidad Invisible” de intelectuales selectos determinaba los acontecimientos. Uno de los francmasones que lideraba las colonias británicas en América era Benjamin Franklin, que es reverenciado como un Padre Fundador.
 Su efigie puede ser vista en el billete de 100 dólares. Se dice que Benjamin Franklin trabajaba para los servicios de inteligencia británicos. Franklin fue el que, el 8 de diciembre de 1730, publicó en La Gaceta de Pensilvania el primer artículo sobre la Masonería. Se hizo oficialmente francmasón en febrero de 1731, y fue elegido Gran Maestre Provincial de Pensilvania en 1734.
En este mismo año, Franklin publicó el primer libro masónico en América y también fue fundada la primera logia estadounidense en su estado de Filadelfia. Curiosamente la Guerra de Independencia estadounidense fue organizada en Filadelfia y allí todavía encontramos la Campana de la Libertad (Liberty Bell), como símbolo de Bel, el dios del Sol de los fenicios y los arios. Franklin, que era también un Gran Maestre Rosacruz, estaba en el núcleo de la operación de la Hermandad para apoderarse de América y reemplazar el control explícito de Londres por un control encubierto.
Cuando en Angeles y demonios se dice que hay una especie de ruta «Illuminata» vinculada con científicos de la época de Galileo, que se reunían en la Iglesia de la Iluminación, nada lleva a pensar en los rosacruces.
Pero los rosacruces existieron realmente y estaban interesados en la ciencia. De hecho, una de los objetivos que tuvo la Rosacruz Real era crear un Colegio Invisible, algo así como una institución secreta que tenía por finalidad promover la ciencia. El Colegio Invisible fue un precursor de la Royal Society del Reino Unido. Se trataba de un grupo de filósofos y científicos, entre ellos Robert Boyle, John Wilkins, John Wallis, John Evelyn, Robert Hooke, Christopher Wren, y William Petty. En las cartas de 1646 y 1647, Boyle se refiere a “nuestro colegio invisible” o “nuestra universidad filosófica“.
 El tema común de la sociedad fue la adquisición de conocimientos a través de la investigación experimental.
A su vez los “Hartlibianos“, un círculo de personas en torno a Samuel Hartlib , fueron los precursores del Colegio Invisible. Sir Cheney Culpeper y Benjamin Worsley se interesaron por la alquimia, pero también por temas agrícolas. Al margen de la ficción de la novela de Brown, la realidad es que en la época de Galileo algunos científicos se reunían en secreto. Hay datos de algunas de estas reuniones alrededor de 1614, pero los asistentes no podían ser illuminati, ya que esta sociedad aún tenía que fundarse. La gran mayoría de las sociedades secretas pretenden proceder de gloriosas épocas de un pasado remoto.
Pues bien, si creemos a los archivos presuntamente milenarios de los rosacruces, tenemos que remontarnos a los tiempos del faraón Tutmosis III, esto es, entre 1504 y 1447 a. C. En aquellos tiempos existían en Egipto numerosas escuelas de misterios formadas por iniciados, sacerdotes, magos y adivinos.
Al parecer, el día que se celebró su investidura como faraón, Tutmosis tuvo una revelación. Según el Archivo Rosacruz él mismo explicó que se sintió elevado hacia los cielos y luego, tras percibir una luz muy potente, recibió la instrucción de aglutinar el conocimiento de lo místico.
Decidió entonces crear una única organización de carácter secreto. llamada Orden de la Gran Fraternidad Blanca. Setenta años después, Amenhotep IV, que como faraón era el máximoPontífice de la Fraternidad, alcanzó altos niveles de sabiduría y elevación espiritual. Cambió su nombre por el de Akhenatón en alusión a su devoción a un único dios, Atón, representado por el Sol. Junto a su esposa Nefertiti establecieron el primer culto monoteísta e impulsaron una nueva cultura espiritual y artística de inspiración humanista.
 En el aspecto religioso no hay duda de que Moisés, precursor de los tres grandes credos monoteístas que han llegado hasta hoy, era un practicante secreto del culto de Atón.
Al morir Akhenatón, los sacerdotes tradicionales lograron recuperar el protagonismo perdido, mediante su dominio sobre el débil Tutankhamón.
 Fue un tiempo de oscuridad para la Fraternidad Blanca, que resucitaría gracias al filósofo griego Tales de Mileto y la supuesta participación que tuvo en la Orden el matemático Pitágoras. Ambos serían los encargados de expandir mediante la cultura griega las enseñanzas de los primigenios rosacruces.
 Más tarde correspondería esta misión a Plotino de Alejandría, filósofo griego neoplatónico, autor de las Enéadas, quien en el año 244 fundó una escuela de filosofía en Roma, que en buena parte se basaba en las enseñanzas místicas de La Gran Fraternidad Blanca. No obstante, hasta el siglo XVII no aparece la palabra «Rosacruz» como nuevo nombre de esta sociedad hermética.
 En 1610 se publica en Alemania un libro de autor anónimo que recopila una documentación hallada seis años antes en el interior de una tumba, la de un misterioso personaje llamado Christian Rosenkreutz.
Esta obra nos habla de la biografía de un hombre que fue instruido en medicina, ciencia, matemáticas y artes mágicas, así como en alquimia y física. Un estudioso que había investigado la historia oculta de Egipto, país en el que tuvo acceso a los textos esotéricos atribuidos a Tot, dios lunar inventor de la escritura que los griegos adoptaron con el nombre de Hermes Trimegisto.
Se cree que en Egipto Rosenkreutz fue admitido e iniciado por los maestros secretos de la milenaria Gran Fraternidad Blanca y se le encomendó, o él se atribuyó, la misión de expandir la Orden por el mundo.
En 1378, 64 años después de la disolución de los Templarios, en el seno de una familia venida a menos de la nobleza rural alemana, nació un niño cuyo nombre desconocemos. Más tarde adoptó el nombre de Christian Rosenkreutz, que traducido del alemán significa «Cristiano de la Cruz Rosada» y cuyas connotaciones simbólicas son evidentes.
Los padres confiaron su crianza y educación a un monasterio, donde aprendió latín, griego, teología y los rudimentos de las ciencias de la época. Según la biografía iniciática escrita en época moderna por el hermano rosacruz Petros Xristos, el joven Rosenkreutz realizó un «arduo y arriesgado» primer peregrinaje a Tierra Santa, junto con un condiscípulo. No se sabe si su acompañante murió o simplemente se separó de él en Chipre, pero sí que Christian continuó desde allí el viaje en solitario. Se detuvo en varios lugares de la región, especialmente en Damasco, y finalmente arribó a Jerusalén. Permaneció largamente en el Templo de Jerusalén, otrora sede de los Templarios, donde, según Petrus Xristos, recibió los ecos del mensaje de los profetas y de las enseñanzas del propio Jesús.
Cerca de Jerusalén había otro templo, perteneciente a una orden esotérica secreta cuyo nombre, Damkar (Sangre del Cordero), la identificaba con el sacrificio del Calvario. Nos dice el biógrafo que allí el joven Christian pasó la ceremonia iniciática y tomó el nombre alegórico de Christian Rosenkreutz.
 Pero el mismo Xristos señala que otros autores opinan que Rosenkreutz fue en realidad el fundador de esa orden como precursora de los rosacruces, para devolver a Tierra Santa el secreto del verdadero mensaje evangélico. Para profundizar sus conocimientos esotéricos, Christian aprendió hebreo y árabe, llegando a traducir al latín al menos un libro hermético, probablemente gnóstico o esenio en origen, que más tarde llevaría con él al regresar a Europa. Más tarde efectuó el antes mencionado viaje a Egipto, que marcaría su destino.
También recorrió varios puntos del Mediterráneo, visitando y fundando sedes de sociedades esotéricas. Luego pasó un tiempo en la ciudad de Fez, en Marruecos, para aprender la Cábala, cuerpo de doctrina recibida en la antigua literatura judaica, y profundizar sus conocimientos mágicos.
 Desde allí, convertido ya en un gran conocedor de las sabidurías herméticas, inició un viaje por España.
 En su ruta por la Península Ibérica trabó amistad con unos monjes, con los que supuestamente compartió sus conocimientos al tiempo que creaba una rama de la Fraternidad Blanca, llamada losHermanos de la Rosacruz. Posteriormente sus miembros serían conocidos como «rosacruces», lo que promovió la falsa idea de que se trataba de una secta distinta.
El misterioso Christian Rosenkreutz se supone que falleció en 1484, a la nada despreciable edad de 106 años, duplicando la esperanza de vida de aquella época. Se llevo todos sus conocimientos a la tumba, en cuya lápida se hizo grabar una leyenda que decía: «Reaparecerá al cabo de ciento veinte años».
 Y realmente fue así, dado que la fecha del hallazgo de sus escritos se corresponde con este premonitorio cálculo. Algo más tarde de aquel hallazgo, un número relevante de rosacruces ingleses y alemanes se trasladaron a América como colonos. Pretendían asentar nuevas cofradías y transmitir sus conocimientos en las colonias británicas del nuevo mundo. Imprimieron libros, efectuaron reuniones formativas y entraron en contacto con otros colonos procedentes de logias como la Masonería y con los iIluminati.
 Presidentes masones como Benjamín Franklin y Thomas Jefferson pertenecieron también a las sociedades de rosacruces.
Lo relevante de los rosacruces fue su amor por la ciencia, por la investigación espiritual y por el esoterismo. Al parecer, estuvieron vinculados a ellos personajes como Da Vinci, Paracelso, Newton y Cagliostro. El Conde Alessandro di Cagliostro (1743 – 1795) fue un médico, rosacruz y masón. Se dedicó a recorrer las cortes europeas del siglo XVIII. Nació en el seno de una familia pobre en Palermo, Sicilia.
La identificación de Cagliostro con Giuseppe Balsamo no es del todo segura, ya que se basa principalmente en el testimonio no fidedigno de Theveneau de Morande, espía francés y chantajista, y más tarde en su confesión a la Inquisición, obtenida a través de la tortura. Cagliostro afirmaba haber nacido en una familia cristiana de noble cuna, pero fue abandonado al poco de nacer en la isla de Malta.
También aseguraba que siendo niño viajó a Medina, y al regresar a Malta, fundó el Rito Egipcio de la Francmasonería, donde al igual de lo que sigue ocurriendo en las logias masónicas de San Juan en la actualidad, se iniciaba a hombres y mujeres en la misma logia. También tuvo influencia en la fundación del Rito Masónico de Misraim, fundador de la masoneria.
Se debe aceptar que los seguidores de la filosofía Rosacruz no se ajustaban exactamente a muchos de los parámetros científicos y filosóficos amparados por la Iglesia. Defendían que la religión, pese a predicar la existencia del alma y su permanencia en un más allá, se perdía en conjeturas y contradicciones cuando pretendía gobernar las dimensiones espirituales del hombre. Los rosacruces prefirieron creer en la reencarnación.
 Pensaban que ésta era necesaria para cumplir diferentes grados de experiencias y adquirir niveles de sabiduría que solamente podían aprenderse a través de vidas sucesivas. Evidentemente, dichas consignas no estaban muy de acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia. Señalaban que era preciso encontrar la felicidad en la vida, y que la evolución se debía efectuar en el terreno material y en el espiritual.
 Afirmaban que su fin esencial era que el ser humano se diera cuenta de que su mente, aplicada de forma adecuada, era capaz de dominar la materia. Predicaban que el proceso de aprendizaje indispensable era el que habían llevado a cabo los grandes místicos y sabios que eran conscientes de que, para buscar y comprender lo invisible, en primer lugar era preciso analizar lo visible. Resulta obvio que tampoco estas concepciones podían ser del agrado de las autoridades religiosas. Tras superar una serie de asignaturas y pruebas, el iniciado obtendría los nueve grados del Templo, convirtiéndose en Iluminado y entrando en una nueva fase de enseñanza, para alcanzar tres grados más, secretos.
 No obstante, es dudosa la vinculación de los rosacruces con las conspiraciones geopolíticas a las que parecen habernos acostumbrado otras sociedades secretas.
La Iglesia Católica siempre se ha negado a comentar oficialmente las historias sobre sociedades secretas. Pese a que el propósito de muchas de ellas ha sido y es derribar el poder del Papado. Sin embargo, al amparo del Vaticano han surgido una serie de «órdenes» muy semejantes a las sociedades secretas, en cuanto a secretismo, organización y jerarquía. Éstas, habitualmente se han sometido al poder eclesiástico y han desempeñado un papel de gran importancia en el funcionamiento de la Iglesia Católica.
Para entender esta aparente contradicción, no se debe olvidar que la propia Iglesia surgió como una sociedad secreta y perseguida, y que en su historia posterior ha sido bastante reacia a publicitar sus asuntos internos.
 No es de extrañar pues que una ficción como la de Ángeles y demonios use esas complicadas y ocultas redes vaticanas como fuente de inspiración para su trama literaria. Consideramos oportuno conocer qué hay tras la ficción que nos presenta Angeles y demonios, como el papel desempeñado por el Instituto para las Obras de Religión.
La Iglesia Católica Apostólica Romana es el órgano de poder más imperecedero que ha existido en toda la historia. Lleva dos milenios protagonizando, dirigiendo o influyendo en los hechos fundamentales del devenir de Occidente y buena parte del resto del mundo. Desde su nacimiento se ha extendido por Europa, África, América, el lejano Oriente y Oceanía.
 Ha visto cómo caían las monarquías absolutas, ha sido testigo del advenimiento de la democracia, del capitalismo, del comunismo y de la llegada de la globalización en el siglo XXI de su reinado.
Ninguna otra institución de poder, ya sea espiritual o terrenal, ha perdurado tanto en el tiempo como la Iglesia Católica. Y parte de su secreto ha consistido en no quebrar nunca su estructura jerárquica.
 Para afrontar nuevas circunstancias sin afectar esa jerarquía inamovible, ha empleado otras estructuras paralelas. Muchas de ellas, como el caso de la Orden del Temple, han sido denostadas cuando ya no eran útiles o cuando amenazaban en convertirse en un peligro para la hegemonía papal.
Otras, como la Compañía de Jesús, han servido para introducir ciertas reformas sin alterar, al menos en apariencia, los principios doctrinales. Estas «ramas paralelas» también han servido en otros casos para aunar las voces disonantes y permitir un diálogo integrador que reestableciera la unidad.
 La diferencia principal entre las sectas o sociedades secretas de origen externo y las órdenes religiosas, es que éstas han nacido en el seno de la Iglesia. Su posterior desarrollo tal vez las haya separado de la doctrina canónica, pero rara vez pudieron cortar totalmente su relación con la Iglesia. Por tanto, su relación con la Santa Sede es muy diferente al caso de las sociedades secretas.
Aunque éstas en muchas ocasiones puedan haberse infiltrado en las estructuras de la Iglesia, no nacieron dentro de ella, o al menos no de forma oficial.
Hay tres sociedades u órdenes eclesiásticas que son sumamente representativas: la Orden del Temple, la Compañía de Jesús y el Opus Dei. Ellas permiten apreciar la variedad de redes secundarias utilizadas por la Iglesia para mantener su poder. Los orígenes de la Orden del Temple o de los caballeros templarios, se pierden en la noche de los tiempos.
 Son muchas las teorías que les atribuyen una misión milenaria, enraizada en los legados que habrían heredado antes de constituirse en el seno de la Iglesia Católica. En este sentido, encontramos hipótesis que creen que eran los supervivientes de la Atlántida, o que proceden de los antiguos druidas celtas. También se les supone un origen ligado a cultos esotéricos cristianos, o a algunas sociedades secretas islámicas, con las que tuvieron contacto durante las Cruzadas.
Es muy probable que el Temple se creara bajo la influencia de San Roberto de Molesmes, un monje benedictino que en 1098 había fundado la orden monástica del Cister. Esta congregación seguía un estricto voto de pobreza, y prohibía absolutamente cualquier estudio o lectura profanos.
 Sus estrictas reglas fueron asentadas por san Esteban Harding, en su «Carta de Caridad» y también por el tratado De laude novoe militae, de san Bernardo de Claraval. Este monje del Cister, noble de nacimiento, explicaba en su obra el ideal de las órdenes de caballería cristiana, a las que llamaba la Milicia de Dios.
El concepto unía el papel de monje con el de caballero, creando un personaje dual que se dedicaba a la oración en tiempos de paz y a la guerra cuando era necesario defender su fe. El Temple y otras órdenes de caballería llegaron a alcanzar un gran poder, ya que se movían tanto en el terreno religioso como en el político y militar, los tres campos estratégicos que dominaban el mundo medieval.
La creación oficial de la Orden del Temple tuvo lugar en 1119 en Tierra Santa, tras la primera Cruzada.
 Las fuerzas cristianas habían recuperado Jerusalén y su Templo, pero su posición era precaria y los alrededores estaban prácticamente en manos musulmanas. Esto, aparte de ser una amenaza latente para la ciudad conquistada, era un peligro real en los caminos que llevaban ella. Por ello, Hugo de Payns, original de Champagne, y otros ocho caballeros franceses, decidieron formar un grupo para proteger a los peregrinos y custodiar los santos lugares.
 El papa Balduino II de Jerusalén les asignó como cuartel un edificio contiguo al Templo. Como vivían de forma austera y gracias a las limosnas, eran conocidos como los «pauvres chevaliers du temple», de donde derivaría el nombre de la Orden del Temple.
Hugo de Payns había tomado una iniciativa, pero sabía que si el Papa no daba el visto bueno, podían acabar formando parte de una secta minoritaria. También tenía claro que aquel movimiento no podía quedar en los nueve voluntarios y, por tanto, aspiraba a convertirlo en una orden de caballería. Para ello era imprescindible que fuera a Roma y solicitara la aprobación del Papa.
Así lo hizo dentro del marco del Concilio de Troyes (1128). Se acordó que los templarios adoptarían la norma de la orden benedictina, además de tres votos perpetuos y de unas reglas de vida especialmente austeras. Pese a la severidad de esas reglas fueron muchos los voluntarios que acudieron. Algunos piensan que se debió al extendido rumor que los templarios poseían el secreto de ciertos poderes mágicos. Otros creen que simplemente era el mejor camino para un caballero en tiempos de paz, al estar cerca de la acción.
El alud de nuevos integrantes obligó a la Orden a establecer una jerarquía, que curiosamente era muy semejante a la secta islámica de los Asesinos. La hermandad tenía cuatro rangos: caballero (que eran los guerreros), escuderos (caballería ligera), granjeros y capellanes.
 Estos dos últimos grupos no tenían que combatir. Para identificar su pertenencia a la Orden vestían el hábito blanco de los cistercienses, al que agregaron una cruz roja en el pecho.
La Orden del Temple creció durante casi dos siglos, ya que eran muy bien considerada tanto por los monarcas europeos como por la Iglesia. Ambas instituciones la premiaban con tierras, castillos y excepciones en el pago de impuestos, lo que provocaba la envidia del resto de los súbditos.
Al estar en tierras remotas, los templarios adquirieron gran independencia y poco a poco se fueron separando cada vez más de los dictados del Vaticano. Los templarios eran un ejemplo de bravura en el campo de batalla y de piedad en los monasterios.
 De hecho, no era tan importante su número como el ejemplo que daban al resto de los caballeros cristianos. Se cree que en sus mejores tiempos la Orden llegó a reunir 400 caballeros, un número discreto, pero con gran poder, tanto para influir en el ámbito caballeresco como para conseguir recursos para la guerra.
Además, cuando eran capturados nunca abdicaban de su fe, que era la única posibilidad que les ofrecían los mahometanos para poder conservar la vida. Se cree que en dos siglos murieron casi 20.000 templarios, entre caballeros y escuderos. Ese desgaste afectó a su rectitud, pues para engrosar sus filas dejaron de ser estrictos en la selección de los aspirantes. Bastaba con que pasaran una prueba secreta, que hasta el momento sigue siendo un misterio y que ha dado pábulo a todo tipo de especulaciones.
La gran riqueza acumulada, ya que se cree que poseían más de 900 propiedades, también sirvió para pervertir sus nobles principios. El resto de las órdenes no veían con buenos ojos su enriquecimiento, su orgullo y su pasión por el poder.
 Entre sus más tenaces enemigos destacaba la Orden de los Hospitalarios, que se había constituido a imagen y semejanza del Temple y que acabó siendo su mayor contrincante. Se cree que es más que probable que estas tensiones internas favorecieran a los musulmanes, y finalmente las huestes de Saladino los expulsaron de Jerusalén en 1187. A finales del siglo XII las intrigas y acusaciones entre templarios y hospitalarios se hacían ya insostenibles para la Iglesia, y los sucesivos Pontífices abogaron por la fusión de ambas órdenes. San Luis lo propuso oficialmente en el Concilio de Lyon (1274) y el papa Nicolás IV reiteró la propuesta en 1293. Pero ambas órdenes desoyeron las recomendaciones papales.
 El clima ya estaba caldeado cuando la codicia de Felipe el Hermoso acabó por condenar a los templarios. El monarca quería apropiarse de la riqueza de la Orden para financiar una nueva Cruzada, pero no podía enfrentarse con una institución protegida por la Iglesia. No obstante convenció al Papa Clemente V, conocido por su debilidad de carácter, de que condenara a la Orden.
 El proceso inquisitorial se inició en 1307, y se baso en las murmuraciones sobre el «demonismo» del Temple.
 Se decía que su ceremonia de iniciación era un misterioso rito pagano, negaban a Cristo y escupían sobre la cruz, practicaban la idolatría, toleraban la sodomía, y otro sinfín de acusaciones tan escandalosas como improbables. Los jefes templarios fueron arrestados el 13 de octubre de 1307, y reconocieron bajo tortura todos los crímenes que se les imputaban.
El Gran Maestre Jacques de Molay y los máximos mandatarios fueron quemados en la hoguera y la Orden se desarticuló. Ninguno de los siguientes Pontífices rehabilitó al Temple, que según algunos estudiosos sigue vigente en la actualidad como una sociedad secreta.
 De acuerdo a esas versiones, los templarios continúan con sus negocios tradicionales, pero actualizados a la banca y a las empresas aseguradoras. Muchas de estas compañías tienen que guardar secreto sobre la composición de su junta de accionistas. Los negocios escogidos tienen que ser siempre legales y con fines lícitos.
 Se cree que la Orden actualmente cuenta con 15.000 afiliados, que incluye un 30% de mujeres. Tienen influencia en una veintena de países, sobre todo en Estados Unidos, América Latina, Medio Oriente y el sur de Europa. Los miembros tienen que vivir con austeridad y sus beneficios se emplean para obras de caridad.
Desde hace un tiempo se rumorea que los templarios están intentando un acercamiento al Vaticano para obtener por fin la rehabilitación de la Orden.
La Compañía de Jesús, a la que pertenece el actual papa Francisco, nació formalmente en 1540, por la bula Regiminis militantis ecclesiae, del papa Pablo III. No hay duda de que surgía en el momento oportuno, como contundente instrumento para impedir que la Iglesia perdiera el poder que ostentaba hasta entonces.
La laxitud en las costumbres cristianas había producido un gran descontento y escepticismo entre los creyentes. Calvino y Lutero captaron ese sentimiento en la declaración de la Reforma, y distintos cultos «protestantes» se extendían por los estados del norte de Europa y comenzaban a infiltrarse en los reinos latinos, tradicionalmente fieles al Vaticano.
 Éste reaccionó con el lanzamiento de la Contrarreforma, movimiento de exaltación de la liturgia y los símbolos católicos que sirvió a la vez para solventar varios problemas dentro de la propia Iglesia. Pero la contraofensiva debía producirse en todos los frentes, y para eso era necesario crear una Orden que actuara con una nueva estrategia y tácticas más flexibles.
Por esta razón se creó la Compañía de Jesús. Su fundador fue San Ignacio de Loyola, una personalidad bélica y mística a la vez que imprimió ese carácter a su congregación, también conocida popularmente como los «Soldados de Dios».
En su concepción inicial la Compañía de Jesús era una organización paramilitar centralizada, que no obstante acabó convirtiéndose en el brazo intelectual de la Contrarreforma.
 Sus tres objetivos principales eran: actualizar el credo católico desde dentro y sin fisuras, emplear la educación para asentar el poder de la Iglesia, y convertir a los pueblos de ultramar mediante las misiones.
 Pese a su juramento de sumisión al Papa, la Compañía fue adquiriendo una particular autonomía a medida que se expandía y fortalecía. Su devoción por la ciencia y la cultura la llevó a sostener posiciones que a menudo iban por delante de la doctrina oficial de la Iglesia, al punto que su superior llegó a ser conocido como «el papa Negro».
Pero se evitó con verdadera astucia jesuítica el enfrentamiento abierto con el Vaticano, y se mantuvo formalmente la fidelidad a su Pontífice.
 Hubo quien los calificó de secta satánica dentro de la Iglesia, y la Compañía acabó siendo expulsada de numerosos países europeos, incluyendo a España, donde debió retirarse en 1767, durante el reinado de Carlos III.
Sin embargo, la Compañía de Jesús ha conseguido resistir a las jerarquías eclesiásticas. Algunos creen que es la Orden más progresista, y otros que ese progresismo es un disfraz para mejor difundir los dogmas canónicos más tradicionales. Durante mucho tiempo ha sido también la Orden más cercana al poder papal, aunque en los últimos años, especialmente con Juan Pablo II, había sido desplazada en ese puesto por el Opus Dei.
Es difícil intentar explicar qué es realmente el Opus Dei. Más aun teniendo en cuenta que para sus miles de adeptos es el camino directo hacia la santidad, mientras que para sus múltiples detractores no es más que una secta integrista con importantes vínculos con el poder político y financiero. El 6 de octubre de 2002, Juan Pablo II canonizó a su fundador, Josemaría Escrívá de Balaguer, ante más de 100.000 católicos y miembros del Opus.
 Después llegaría su santificación en un proceso ultrarrápido.
Y es que los últimos años han sido especialmente buenos para la Obra. Su influencia en el seno de la Iglesia Católica ha crecido de forma imparable desde que Juan Pablo II le otorgara, en 1982, un estatuto que su fundador llevaba pidiendo desde hacia años: el de Prelatura personal.
 En la práctica, esto quiere decir que la organización está dirigida por un prelado que es nombrado directamente por el Vaticano y cuyas decisiones son secretas.
 Únicamente debe rendir cuentas ante el Papa. Además, el Opus goza de independencia absoluta en el seno de Iglesia y no está sometido a la jurisdicción de las diócesis.
El 2 de octubre de 1928 es el día en el que Josemaría Escrivá de Balaguer fundó el Opus Dei. Escrivá presentó su propuesta como la mejor manera de que gente de todas las clases sociales buscaran la santidad sin retirarse del mundo, formando una familia y ejerciendo plenamente su profesión.
Para conseguirlo debían seguir al pie de la letra el espíritu de la Obra, recogido en un libro de máximas escrito de puño y letra por el propio fundador, y titulado Camino. Se afirma que: «El Opus tiene como característica esencial el hecho de no sacar a nadie de su sitio, sino que lleva a que cada uno cumpla las tareas y deberes de su propio estado, de su misión en la Iglesia y en la sociedad civil, con la mayor perfección posible».
Algunos rasgos de ese espíritu declarado por el Opus Dei son la santificación de la familia y el trabajo, el amor a la libertad, la práctica de la de oración y el sacrificio, la caridad, el apostolado y la vida piadosa. Remitiéndonos a las palabras de Escrivá, «La vida ordinaria puede ser santa y llena de Dios.
 El Señor nos llama a santificar la tarea corriente, porque ahí está también la perfección cristiana».
Pero, aparte de los que han reconocido públicamente su pertenencia a esta organización, los miembros de la Obra preservan su privacidad al máximo.
No en vano en su constitución, redactada en 1950, el artículo 191 afirma: «Los miembros numerarios y supernumerarios sepan bien que deberán observar siempre un prudente silencio sobre los nombres de otros asociados y que no deberán revelar nunca a nadie que ellos mismos pertenecen al Opus».
Quizá por ello se ha querido ver al Opus como una sociedad secreta. De hecho es cierto que existen ciertos códigos. Si una persona, por ejemplo, se cruza con el ex ministro español de Defensa Federico Trillo, cuya pertenencia al Opus Dei es pública, y le saluda en latín con la palabra Pax, el conocido político le reconocerá como un miembro de la Obra y le responderá con otra expresión latina: In aeternum.
Es el saludo habitual que utilizan los miembros de la organización. Esta preservación de la privacidad forma parte fundamental en la estrategia de la institución.
Una de las críticas más extendidas hacia el Opus, que cuenta con banqueros, políticos y empresarios en sus filas, es que se trata de un grupo elitista que se nutre de personas con una enorme influencia en la sociedad.
 Como respuesta a esta acusación, los miembros de la prelatura citan las palabras del fundador y aducen que cualquier persona puede pertenecer a la Obra, independientemente de sus talentos o estrato social, y que los que se involucran en política lo hacen sin representar al Opus, sino como ciudadanos libres, siguiendo sus propios criterios.
Los detractores recuerdan la entusiasta frase que dejó escapar Escrivá cuando en los años 60 Franco incluyó por primera vez en el gobierno español a varios miembros del Opus: «¡Nos han hecho ministros!».
Los detractores también apuntan a la especial fobia que parece sentir el Opus hacia el sexo. Una obsesión casi morbosa que, evidentemente, también deja su huella en el libro Camino: «quítame, Jesús, esa corteza roñosa de podredumbre sensual que recubre mi corazón».
De hecho, el prelado Javier Echevarría, llegó a decir públicamente que cuando alguien nace impedido o con una tara, se debe probablemente a que sus padres cometieron prácticas sexuales pecaminosas.
Mucho se ha hablado también de la censura a la que se ven sujetos los miembros de la Obra. El Opus Dei niega rotundamente que haya censura, pero los numerarios reciben constantes cursos de adoctrinamiento, y la lista de libros que pueden leer mientras están en la Obra la decide el director de su centro, quien se encarga de evaluarlos.
 En cualquier caso, sean verdad o no éstas u otras numerosas acusaciones lanzadas contra la primera y única prelatura del mundo, lo cierto es que desde el Opus siempre se ha afirmado que quien está allí es porque quiere.
 Una vez más, Camino tiene la respuesta: «Obedecer, camino seguro. Obedecer ciegamente al superior, camino de santidad.
Obedecer en tu apostolado, el único camino: porque en una obra de Dios, el espíritu ha de saber obedecer o marcharse».
Los vínculos de la Iglesia con sus propias sociedades secretas internas son más que notables. Pero siempre cabe preguntarse cuántos de los grupos que gozan de cierta preponderancia dentro de su seno, están pendientes de que llegue el fin del Papado tradicional.
Y trabajan en la sombra con ese propósito. En Angeles y demonios se nos cuenta la historia de un crimen cuyo objetivo es terminar con la Iglesia y con el Papado. Sin embargo el Papa no es asesinado en un atentado fruto de una conspiración externa, sino envenenado desde dentro del propio Vaticano.
A lo largo de la historia papal han habido muertes sospechosas que permitieron suponer que la oscura mano de una conspiración se cernía sobre el Vaticano. En este sentido se han de distinguir los presuntos asesinatos del pasado de las teorías conspirativas más actuales, que se refieren a la muerte de Juan Pablo I y al intento de asesinato de Juan Pablo II.
 No obstante, para entender mejor estos presuntos crímenes, conviene remontarnos a las oscuras muertes del pasado y saber cómo funcionaban las cosas en aquellas épocas.
 Cuando la Iglesia Católica pasó a ser el culto mayoritario de Occidente, se convirtió en un importantísimo centro de poder. Durante la Edad Media conservó la sabiduría en las iglesias y los monasterios, que no recibían el ataque de las hordas bárbaras cristianizadas. En el Renacimiento, con la nueva concepción de la ciudad estado, la Iglesia aumenta vertiginosamente su poder.
Adopta la estructura de un estado más con los Estados Pontificios, pero ostenta un poder transversal sobre todos ellos. Las intrigas palaciegas de cualquier corte de la época se multiplican por mil en el Vaticano.
El Papa, además de líder espiritual, ha sido en cierta forma el gobernante más poderoso en toda Europa. Sus decisiones podían provocar guerras, enriquecer a unos o desfavorecer a otros.
Por tanto, se producía una peligrosa unión de los intereses terrenales con los espirituales, lo que provocaba que en muchos casos se antepusieran los primeros a los segundos. Como ejemplo de este fenómeno tenemos las historias de Pontífices corruptos, luchas intestinas por el poder en el seno de la Iglesia, y algunos hechos más escalofriantes que la Santa Sede ha preferido no divulgar.
Y dentro de las abundantes conspiraciones palaciegas, hay también una lista de Papas a los que se eliminó porque su reinado no favorecía ciertos intereses concretos.
Pero estamos hablando de un tiempo pasado, en el que la criminología ni siquiera existía y , por tanto, apenas puede haber pruebas de lo que realmente ocurrió. Por ello es difícil separar la verdad de la leyenda y la conjetura. En el caso del Vaticano, además, nos enfrentamos a su tradicional secretismo. En la actualidad se puede hablar de los presuntos crímenes cometidos en la historia de cualquier corte europea.
 Forman parte del pasado y el tema no tiene porqué levantar ampollas. En cambio, cuando revisamos la historia del Vaticano, los nos encontramos con que la Iglesia no ha cambiado su jerarquía ni su funcionamiento.
Por tanto, reconocer los errores del pasado significa socavar la creencia en el propio sistema que la sustenta. Además, estamos hablando de una organización que llegó a ser muy poderosa, pero que predicaba y predica la bondad y la rectitud.
Reconocer que hubo crímenes, conspiraciones y asesinatos pone en entredicho la función de la Iglesia, no tan sólo en el pasado sino también en el presente y el futuro.
 Todo ello dificulta la posibilidad de dilucidar qué Papas fueron realmente asesinados en la oscura historia de la Santa Sede. No hay certezas ni pruebas concluyentes, pero sí una larga y sospechosa lista de muertes que no tuvieron una causa natural, entre las que destaca Juan Pablo I.
Los Alumbrados fueron una corriente mística y esotérica del siglo XVI, que fue fundada en Castilla, aunque otros investigadores aseguran que fue creada en Andalucía y preferentemente en Extremadura.
Sea cual fuere su lugar de nacimiento, procuraron reproducir la idea primigenia de la sociedad secreta de los Iluminados, formada en las montañas de Afganistán en la misma época.
Dichos Iluminados buscaban obtener la perfección humana, al margen de alcanzar grandes poderes mágicos por medio de rituales secretos. Gracias a esa influencia mágica intentaban generar cambios de actitudes en los dirigentes políticos de su época, con el fin de lograr el establecimiento de una armonía mundial.
También los Alumbrados buscaban alcanzar el estado de la perfección física, mental y espiritual, usando como medio de trascendencia la oración.
Para ello dejaban de lado las buenas obras y las prácticas de los sacramentos que venían marcadas por el clero.
 Los Alumbrados consideraban que gracias a ritos de relajamiento y abandono progresivo, que podía incluir tanto el ayuno como el aislamiento sensorial, podrían entrar en contacto con el Espíritu Santo. No obstante se consideraban laicos y entendían al Espíritu Santo como un arquetipo, capaz de despertar en ellos poderes psíquicos y valores espirituales adormecidos.
 Consideraban también que en la Biblia existían mensajes secretos y que, más allá de ser un libro sagrado o religioso, podía ser en realidad un camino sembrado de señales crípticas que tenían que desentrañar para despertar a la Luz.
El movimiento de los Alumbrados surgió a la sombra de la espiritualidad franciscana y del rechazo de las instituciones eclesiásticas, que se interponían en la relación personal de cada individuo con Dios y dificultaban una experiencia religiosa personal más profunda.
 En esa época, inmediatamente posterior a la Reconquista, la avidez de misticismo, revelaciones y manifestaciones de energía espiritual se había extendido en España, abonando el terreno para la prédica de los Alumbrados.
Era el tiempo de las monjas contemplativas que caían en éxtasis, de los anacoretas, las apariciones y las visiones. No dejó de influir la idea de la «religión interior» que propugnaba Erasmo de Rotterdam, en contra del formalismo religioso y alentando la pasión por el misticismo.
Geert Geertsen, latinizado como Desiderius Erasmus Rotterodamus (1466 – 1536), conocido en español como Erasmo de Rotterdam, fue un humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés, autor de importantes obras escritas en latín. Erasmo quería utilizar su formación universitaria y su capacidad para transmitir ideas, para aclarar las doctrinas católicas y hacer que la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento.
Pero estos objetivos no eran compartidos por muchos obispos del siglo XVI.
Es importante tener en cuenta que su “guerra” no era contra los dogmas de la Iglesia sino contra la vida moral y las prácticas piadosas externas de las personas, muchas veces incoherentes, en especial de los eclesiásticos.
Desde su trabajo de académico versado tanto en la doctrina como en la vida monacal, Erasmo creyó que su obligación era liberar a la Iglesia de la parálisis a que la condenaban la rigidez del pensamiento y las instituciones de la Edad Media, ya que él creía que el Renacimiento era una manera de pensar fundamentalmente nueva.
 Buscaba purificar el cristianismo de lo accesorio y pegadizo que se la ha ido adhiriendo a través del tiempo, por medio de una espiritualidad auténtica y no formalista, despojada de ritos agobiantes.
En definitiva, para él, la práctica de la religión debe ser iluminada con las fuentes originales: la Palabra de Dios y los Padres de la Iglesia. Sobre esa base recondujo, al menos teóricamente, la vida espiritual del cristiano al bautismo, «que introduce al hombre en un horizonte de libertad y de amor».
Para Erasmo la vida consagrada no añade nada al cristiano, no representa un grado de vida superior, porque no es el lugar (monasterio o convento) el que cambia la condición del hombre, sino la condición de bautizados.
 El Santo Oficio, al principio tolerante con estos fenómenos, decidió finalmente intervenir. Si bien la primera condena inquisitorial de los Alumbrados se produce en 1525, lo cierto es que no será hasta 1620 que la Inquisición consiga la casi total erradicación de los seguidores de esta doctrina.
 Se cree que en torno a ese año, algunos miembros de la secta decidieron exiliarse en Francia, donde su nombre se tradujo por el de «Les Illuminés».
 Partiendo de la base de que se establecieron en el país galo 140 años antes de que aparecieran los Iluminados de Avignon, bien pudieron ejercer algún tipo de influencia sobre éstos. Los Alumbrados fueron condenados por la Inquisición bajo acusación de herejía el 23 de septiembre de 1525.
El Santo Oficio veía en ellos una vinculación con la espiritualidad de carácter protestante. Sin embargo y pese a la condena, sus ideas inspiraron a otras mentes que irían más lejos que ellos, lejos de los tentáculos de la Iglesia…
Los siglos XVI y XVII fueron prolíficos en conocimiento, en arte y en ciencia, pero también en la búsqueda de la sabiduría a través metodologías ajenas a la Iglesia. En aquella época el complot contra el Vaticano parece haber estado a la orden del día, pero la trama no había hecho más que empezar.
El testigo sería recogido por la Masonería, que será la auténtica protagonista en los siguientes siglos. Una Masonería naciente de la que surgirá la sociedad secreta por excelencia, segúnAngeles y demonios. Se trata de los Illuminati. Un grupo que sabrá beber en las fuentes de los que llegaron antes y que tendrá la habilidad de dejarse cobijar en los brazos de la Masonería para perpetuar la trama hasta el final.
En Angeles y demonios se cuenta que aquéllos que buscaban el conocimiento y que en la obra aparecen como illuminati, terminaron por extinguirse. Pero en las sociedades secretas nada se extingue, sino que todo se transforma. En el libro se explica cómo pudieron sobrevivir los illuminati: “Los illuminati eran supervivientes (…).
Fueron acogidos por otra sociedad secreta, una hermandad de ricos canteros (…). Los masones fueron víctimas de su propia bondad. Después de acoger a los científicos huidos en el siglo XVIII, los masones se convirtieron sin querer en una tapadera de los illuminati. Los illuminati fueron ascendiendo en sus rangos, y poco a poco fueron copando puestos de poder en las logias (…).
Después, los illuminati utilizaron los contactos a escala mundial de las logias masónicas para extender su influencia“.
¿Es real lo que se indica en Angeles y demonios?
La Francmasonería era inicialmente una sociedad esotérica e iniciática, cuyo origen se remonta a las hermandades religiosas del gremio de los albañiles ingleses y franceses de los siglos XII y XIII. Sin embargo, esta primigenia Masonería no es la misma que se crea en 1717.
 Las corrientes esotéricas, culturales y rituales de la Masonería prácticamente se remontan a los misterios griegos y egipcios.
 Se afirma que en esa sociedad secreta se unifican desde el pitagorismo hasta el neoplatonismo, pasando por la cábala, las tradiciones celtas y druídicás, así como aspectos del esoterismo árabe, hebreo y oriental.
Más allá de la participación de los albañiles masones en la construcción de las imponentes catedrales góticas, la leyenda cuenta que los constructores masones participaron directamente en la construcción del Templo de Jerusalén, que contenía el Arca de la Alianza, encargada por Salomón, el rey sabio que buscaba la conexión con lo divino.
De ser cierta esta leyenda, deberíamos situarnos alrededor del 960 a. C.
Más allá de la posible vinculación de la Masonería con Salomón y la erección de su Templo, está comprobado que los masones, en tanto pedreros y albañiles, tuvieron una gran participación en las construcciones de las catedrales góticas. En ellas incluyeron símbolos de significados iniciáticos. Y al margen de crear un templo que tenía como fin rendir tributo a Dios, todo parece indicar que fueron capaces de «erigir templos dentro de los templos».

De esta forma, utilizaron como excusa la construcción de las catedrales para hacer de ellas sus santuarios esotéricos. Los típicos rosetones, claro exponente del arte gótico, no eran solamente ventanas que dejaban pasar la luz.

La coloración de sus cristales y las figuras que emitía el resplandor de la luz de sol a través de ellos, favorecían la meditación, la introspección y la conexión con lo divino. Las gárgolas que en las catedrales tenían la función de decorar los canalones que recogían el agua de lluvia, eran en principio figuras arquetípicas que aludían a valores morales y espirituales.

Es cierto que entre las gárgolas se pueden encontrar imágenes demoníacas, que según la tradición indican que el mal está fuera del templo, pero también aparecen figuras en actitudes desvergonzadas. Fulcanelli, en su obra El Misterio de las Catedrales, da respuesta a muchos de los enigmas que rodean a las catedrales góticas. Provenga o no de los tiempos de Salomón, pasando por las catedrales medievales, la presencia tangible de la Masonería está registrada en fuentes históricas.

Es sabido que en el año 1717 surge la Gran Logia de Inglaterra, mientras que en 1732 aparece la denominada Gran Logia de Francia. Ambas, presuntamente, persiguen un sistema moral que se expresa a través de la alegoría y se ilustra gracias a los símbolos. Sin embargo, la ingerencia de la Masonería en la historia tiene más que ver con una relación secreta con la política y las conspiraciones que con una simple búsqueda de la verdad suprema místico-espiritual. Quizá el cambio se debió a la influencia que unos años después ejercerían sobre ella los illuminati.

La Francmasonería que sale a la luz en el siglo XVIII ya no está compuesta por asociaciones de albañiles. En este caso se trata de personajes de elevadas clases sociales, dotados de interesadas conexiones políticas y religiosas. Los masones tenían una divisa, de la que unas décadas después se apropió la Revolución Francesa: «Libertad, Igualdad y Fraternidad».

Sin embargo, debemos saber que entre los masones ingleses había poca o ninguna solidaridad. Para empezar, los negros estaban totalmente excluidos de ella.

Se consideraba que eran de una raza inferior y, por lo tanto, no podían participar del objetivo, que no era ya construir la catedral para la Iglesia sino para el hombre, tanto en esta vida como después de la muerte.

Asimismo la Masonería inglesa no aceptaba la presencia de mujeres en sus filas. De hecho, la lucha social por los derechos de la mujer no comenzaría hasta 1851.

En cambio, en la Masonería francesa existía un mayor grado de permisividad, ya que en su seno acogía la diversidad religiosa, política y sexual. La logia que se estableció en Francia era de origen escocés.

Es interesante resaltar que procede de la casa Estuardo, que se consideraba guardiana de la tradición de los templarios franceses y que 400 años antes de la fundación de la Masonería, habían participado en la conquista de Escocia.

Las logias inglesas, por su parte, se organizaron según el rito de York, basado en diez títulos de pertenencia a la orden o grados masónicos. La francesa optó por generar como rito propio el «Escocés Antiguo y Aceptado» que se compone de 33 grados. De hecho, este rito escocés será el que influya mayoritariamente en el continente europeo y en el americano.

La expansión de la Masonería llegó a ser tan relevante y notoria, que el papa Clemente XII emitió en 1738 una bula destinada a condenar a los masones e intentar apartarlos de la Iglesia. Unos años después Benedicto XIV refrendará la postura del anterior Pontífice. Esta exclusión se ha mantenido hasta nuestros días, ya que Juan Pablo II la incluyó en un documento sobre la Francmasonería dirigido en 1983 a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

A tenor de las declaraciones de los estamentos eclesiásticos, parecería que, más que los illuminati, los que realmente molestan a la Iglesia son los masones. A pesar de esta hostilidad, lo cierto es que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII los masones continuaron con sus actividades prácticamente en todas partes.

Sólo la Revolución Francesa provoca una crisis que hizo menguar e incluso disgregar algunas logias. Pero superado aquel momento, muchas se hicieron aún más fuertes y se han mantenido hasta nuestros días.

En la actualidad se calcula que hay alrededor de cinco millones de masones en todo el mundo. Y si al principio encontrábamos dos ritos, hoy existe una infinidad de ellos, que van desde los 10 grados del rito de York hasta los 90 que posee el rito de Misraim. Sabiendo en qué se basan los preceptos masónicos, no resulta extraña la sospecha de que entre sus filas se hayan infiltrado en el siglo XVIII algunos illuminati. Los masones fueron grandes protagonistas del siglo XVIII, conocido como Siglo de las Luces, e influyeron en la Revolución Francesa. También participaron activamente en la independencia y fundación de Estados Unidos y, ya en el siglo XX, no fueron del todo ajenos a las dos grandes guerras mundiales y otros acontecimientos decisivos.

No deja de ser paradójico que una sociedad supuestamente mística haya tenido tanta influencia en el quehacer político en la historia. Posiblemente ésa sea la auténtica conspiración masónica. Una de las abundantes hipótesis conspirativas sobre las sectas secretas, vincula a los rosacruces y los templarios con la búsqueda de un gobierno mundial. Todo parece indicar que fueron los masones quienes recogieron este testigo, pero cambiaron los objetivos. La historia asegura que tras la muerte del último Gran Maestre templario, sus seguidores tenían instrucciones precisas para perpetuar la Orden del Temple.

Era preciso crear una sociedad secreta invisible, ya fuera integrándose en otras ya existentes o creando grupúsculos nuevos y muy discretos. Cuenta la historia que un pequeño grupo de resistentes templarios fundó la Orden de San Andrés del Cardo Real, que más tarde pasaría a denominarse Colegio Invisible. La Antiquísima y Nobilísima Orden del Cardo (en inglés The Most Ancient and Most Noble Order of the Thistle) es una orden de códigos de caballería escocesa. En Escocia, la Orden del Cardo representa el más alto honor y es la segunda en importancia después de la Orden de la Jarretera. La fecha exacta de la fundación de la orden es confusa pero, según la leyenda, data del año 809 cuando el rey Achaius formó una alianza con Carlomagno.

También es posible que Jacobo III de Escocia fuera el fundador de la orden, ya que fue él el responsable de los cambios en el simbolismo real en Escocia, incluyendo la adopción del cardo como la insignia real de los Estuardo.

A pesar de que existía alguna orden de caballería en Escocia en los siglos XV y XVI o incluso antes, fue Jacobo II quien estableció la orden bajo las nuevas normas el 29 de mayo de 1687 para recompensar a los pares escoceses que apoyaban los objetivos políticos y religiosos del rey. La toga de aquella época aún existe y tiene más de 250 motivos de cardos y ramitos de ruda, conocidos como «la Hierba de la Gracia», el antiguo símbolo de los pictos.

Las leyes estipulaban que la orden estaba formada por el soberano y 12 caballeros, en alusión a Jesús y sus 12 apóstoles. Después de la abdicación de Jacobo VII de Escocia y II de Inglaterra en 1688, la orden quedó en desuso hasta que fue restablecida por la Reina Ana Estuardo en 1703.

El número de caballeros se mantuvo en 12. Pese a las rebeliones de 1715 y 1745, el viejo y el joven pretendiente, el Príncipe Jacobo y el príncipe Carlos, fueron nombrados caballeros de la Orden del Cardo durante el exilio. Los primeros reyes de la Casa de Hannover también utilizaron la orden para reconocer a los nobles escoceses que apoyaron la causa Hannover y la protestante.

El interés en la orden resurgió cuando Jorge IV lució el cardo durante su visita a Escocia en 1822. No fue hasta 1987 cuando se les permitió a las mujeres formar parte de la orden. El santo patrono de la orden es San Andrés, santo patrono de Escocia, quien aparece en el medallón.

A la mencionada orden se fueron incorporando un buen número de científicos cuyo objetivo era promover la ciencia y alejarla de los patrones impuestos por el clero. A mediados del siglo XVII, el Colegio Invisible, tal como ya hemos indicado, se convirtió en la Royal Society británica, que según parece sigue hasta hoy estrechamente vinculada a los rosacruces y a la Masonería.

Entre los miembros del Colegio Invisible hubo un personaje que se hacía llamar Comenius. Jan Amos Komenský, en latín Comenius (1592 – 1670), fue un teólogo, filósofo y pedagogo nacido en la actual República Checa. Fue un hombre cosmopolita y universal, convencido del importante papel de la educación en el desarrollo del hombre.

La obra que le dio fama por toda Europa y que es considerada como la más importante, es la Didáctica Magna, y su primera edición apareció en el año 1630. Le dio importancia al estudio de las lenguas y creó una obra llamada Puerta abierta a las lenguas. Se le conoce como el Padre de la Pedagogía, ya que fue quien la estructuró como ciencia autónoma y estableció sus primeros principios fundamentales.

En su obra ¨Las nuevas realidades¨, Peter Drucker realza la posición de Comenius como el inventor del libro de texto, en un intento de incentivar la autonomía del proceso formativo, a fin de evitar que el gobierno católico eliminara del todo al protestantismo en la República Checa.

«Si la gente lee la Biblia en casa, no podrán confundirse» fue el pensamiento de Comenius. Los grandes aportes realizados a la Pedagogía, sus viajes por diferentes países de Europa, invitado por reyes y gobernadores, y la alta preparación y constancia en su labor de educar, le valieron el título de “Maestro de Naciones“. Es relevante decir que las ideas principales de Comenius consisten en la corrección total de la humanidad y no en el sistema educativo.

Para conseguir sus propósitos, Comenius empieza con la corrección del individuo porque sólo el individuo reformado puede favorecer a la corrección total de la humanidad.

Hay que dar la mejor educación y formación a la gente, porque la educación es la puerta que nos lleva al saber y el saber es el medio que nos lleva a la corrección del mundo. Por tanto, la pedagogía y didáctica no fueron los objetivos sino los medios para conocer el mundo. Comenius se interesó por la pansofía, un sistema de la cognición bien ordenado, la filosofía que a través del conocimiento intenta armonizar el mundo y eliminar las barreras entre la gente, incluyendo los obstáculos lingüísticos. En esta filosofía, según él, consiste la reformación de la humanidad.

Comenius entiende a la nación como una unión de la gente con una lengua, cultura, economía y con un gobierno. Las naciones, con respecto a sus diferencias, deberían unirse a los conjuntos superiores, es decir, a una federación universal de los estados y naciones.

Al final de su vida, después de desilusionarse por los monarcas alumbrados, llegó a la conclusión de que el mejor conjunto es la república. Su idea era la creación de una «pansofía», es decir, una doctrina universal capaz de gobernar el mundo.

Algunas de sus propuestas eran la creación de un Parlamento Mundial, así como la reforma universal de la sociedad en general.

También preconizaba la creación de un Tribunal Supremo cuya misión sería velar por la reconciliación de las religiones, así como el establecimiento de una Corte de Justicia Internacional capaz de mediar en los conflictos políticos mundiales.

Otra medida consistía en establecer un consejo mundial de sabios, que recibirían el nombre de Superiores Desconocidos y que tendrían la misión de erradicar desde la sombra la ignorancia, el ateísmo y cualquier atisbo de involución social.

La complejidad de la trama, que debía ser totalmente secreta, era notable. Pero, ¿consiguieron sus objetivos? Sólo es posible tener la sospecha de que buena parte de sus objetivos, en cierta manera, han conseguido ser una realidad. Según Giuseppe Mazzini: “La Verdad no es el lenguaje del cortesano; solamente surge en labios de aquéllos que no confían ni temen a la potencia ajena“. Giuseppe Mazzini (1805 –1872), apodado “el alma de Italia“, fue un político, periodista y activista italiano que bregó por la unificación de Italia. Ayudó al proceso de formación y unificación de la Italia independiente y moderna a partir de los numerosos Estados, muchos dominados por potencias extranjeras, que existieron hasta el siglo XIX. También contribuyó a definir el movimiento europeo en pro de una democracia popular en un Estado republicano.

Fue escritor de los libros: “Italia republicana y unitaria“(1831) y “Una nación libre” (1851). Mazzini fue elegido por los Illuminati para dirigir sus operaciones mundiales en 1834. Según el escritor inglés de teorías conspirativas y antimasónicas, William Guy Carr, en su obra Peones en el juego (1955), indica que en una de las cartas fechada el 15 de agosto de 1871, el masón Albert Pike le hace saber a Mazzini el plan de los Illuminati para el futuro del mundo.

Según escribe Pike: “Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero. La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias causadas por los “agenteur” (agentes) de los Illuminati entre los imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la “nueva Rusia” y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.

La segunda guerra mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias (Nazismo, Fascismo, Comunismo y Socialismo) y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las comunidades judías.

Esta nueva guerra debe permitir consolidar una Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción cristiana/occidental.

La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes.

Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y, además, obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente.

Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión.

Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el Cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación universal de la doctrina pura de “Lucifer”, sacada a la vista pública finalmente.

Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del Cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo“.

En la novela Angeles y demonios, después de haber envenenado a un Papa, la sociedad secreta de los Illuminati se dispone a culminar su siniestro proyecto para destruir a la Iglesia Católica, aprovechando el cónclave para elegir al nuevo Pontífice.

Ellos son los grandes conspiradores que, con la ayuda de algún miembro de la secta árabe de losAsesinos, han ido fraguando crímenes que darán como resultado la desestabilización de la jerarquía eclesial, y que, al mismo tiempo, persiguen, como un último golpe de gracia, volar literalmente el Vaticano mediante la explosión de una bomba de antimateria.

Ésta es en esencia la trama de la novela de Dan Brown. Hay en esa obra elementos, basados en la realidad, que rozan la ficción, como la citada bomba.

Otros elementos son más verosímiles, como que la muerte Juan Pablo I a los treinta y tres días de su reinado haya respondido a una conjura secreta. Y, finalmente, algunos elementos que, convenientemente manipulados, el autor rescata de las tradiciones y textos sobre las sociedades secretas y otras fuentes esotéricas.

La mención de los Illuminati aparece ya desde las primeras páginas de la novela. Efectúan su entrada en escena mediante un ambigrama, texto que puede leerse de izquierda a derecha y, tras girarlo 180 grados, sigue teniendo sentido, una técnica de escritura simbólica y críptica que no consta que fuera utilizada en momento alguno por los auténticos illuminati.

Otro aspecto remarcable es que la ficción sitúa la creación de los Illuminati en la época de Galileo, dando por sentado que los científicos de entonces tenían que reunirse en secreto para intercambiar sus investigaciones, lejos de la presión que ejercía sobre ellos la Iglesia. Pero no existen pruebas de que Galileo o Copérnico fueran illuminati. Tampoco de que esta famosa sociedad secreta existiese en aquel tiempo, al menos oficialmente, aunque sí había otras sectas a las que pudieron haberse acogido los investigadores disidentes.

¿En qué momento nacen realmente los Illuminati? ¿Cuál era su objetivo secreto? En la novela comprobamos que la combinación de ciencia y esoterismo ofrece un mundo apasionante. Hay en el libro de Brown un aspecto que no pasa desapercibido. Se trata de la divergencia entre la Ciencia y la Iglesia. Los illuminati, miembros de la gran sociedad secreta que nació con la misión de terminar con la Iglesia, aparecen en la obra de Brown como científicos:

En el siglo XVI un grupo de hombres luchó en Roma contra la Iglesia. Algunos de los científicos italianos más notables empezaron a reunirse en secreto para compartir sus preocupaciones sobre la enseñanzas equivocadas de la Iglesia. Fundaron el primer gabinete científico del mundo y se autoproclamaron «los iluminados».

Según la historia, una oscura noche de 1785 un mensajero solitario cayó fulminado por un rayo en el camino que unía Frankfurt con París. Al día siguiente una patrulla de guardias bávaros levantó el cadáver y encontró entre sus ropas un extraño documento.

Se trataba de un folleto titulado «Cambio original en días de iluminación», y lo firmaba Espartaco, pseudónimo del renegado jesuíta Adam Weishaupt. Este misterioso personaje, nacido en Ingolstadt en 1748, había sido profesor de Derecho Canónico en la universidad de su ciudad natal, donde exponía, pese a la oposición del clero, sus ideas mesiánicas y la necesidad de una revolución mundial contra el avance del mal. Weishaupt había sido educado por la Compañía de Jesús y era un importante miembro de la Masonería bávara de la época.

Pero tenía una visión muy personal de la situación del mundo y consideraba que la Iglesia jugaba un papel perverso en la moral y la espiritualidad de la humanidad. Con algunos colegas y alumnos de Ingolstadt había formado un grupo autotitulado «perfectibilistas», que propiciaban un cambio radical de orden religioso y cultural, que se produciría en un nuevo mundo regido por una república democrática universal, lo que los haría precursores del anarquismo y el socialismo.

En 1776 Weishaupt y sus seguidores, entre ellos el barón Adolf von Knigge, fundaron la secta secreta de los Illuminati, que en latín significa «iluminados».

En su organización el ocultista bávaro combinó los dos modelos que mejor conocía: el de los jesuítas y el de la Masonería. Según las fuentes históricas esta logia tuvo corta vida, ya que fue disuelta once años más tarde tras el infortunado episodio del mensajero fulminado y el hallazgo del documento secreto de Weishaupt.

Pero diversos autores sostienen que se ha mantenido hasta hoy en forma ultrasecreta, aparte de remontar sus orígenes mucho más allá de la fecha de su fundación histórica. El gobierno de Baviera prohibió la sociedad de los Illuminati en 1787, condenando a muerte a quienes intentaran reclutar nuevos miembros para la Orden y dando publicidad al documento secreto de Weishaupt, así como a los planes conspirativos de la secta.

La orden de los Illuminati había conseguido extenderse rápidamente por toda Europa y reclutar a personalidades como los literatos alemanes Johann W. Goethe y Friedrich Nicolai, el escritor y filósofo Johann Gottfried von Herder, o el insigne compositor Wolfang Amadeus Mozart. En su salto a Estados Unidos, concitó la adhesión de George Washington y Thomas Jefferson, al punto de que hay quien afirma que algunos signos del reverso del dólar, como la pirámide truncada coronada por un ojo, provienen de la simbología hermética de los Illuminati.

Quienes sostienen que la secta de Weishaupt continuó llevando en secreto su revolucionaria conspiración, aseguran que los illuminati, bajo el paraguas de los masones u otras logias, se habrían infiltrado en el Parlamento Británico y en la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, entre otras maniobras para imponer un nuevo orden mundial.

Un orden que, obviamente, haría imprescindible la eliminación del Vaticano y sus poderes terrenales.

Para justificar sus conjuras, engaños y eventuales crímenes, adoptaron a menudo la excusa de que habían sido iluminados por Dios para salvar a la humanidad del mal e instaurar un utópico mundo nuevo. Aparte de la secta de Weishaupt, hubo por lo menos otras dos con el mismo nombre que alcanzaron una cierta importancia, y en las que Weishaupt pudo haber encontrado su fuente de inspiración.

Los iluminados fue una secta secreta que nada tiene que ver con la de los Illuminati. Apareció en torno al siglo XVI en las montañas de Afganistán. Su primer líder fue Bayezid Ansari. No era científico y se limitó a fundar una escuela de iniciación mística en Peshawar.

Los adeptos debían pasar por ocho iniciaciones para perfeccionarse a sí mismos y alcanzar fuerzas mágicas. Los iluminados de Avignon tampoco son los Illuminati.

Se trata de una sociedad secreta fundada en el siglo XVIII, dedicada a la astrología y la alquimia. No tuvo ninguna relación con la ciencia de aquel tiempo. Aunque en la actualidad los presuntos continuadores de los Illuminati parecen estar bastante vinculados al mundo del esoterismo, la magia y, por extensión, el satanismo, lo cierto es que cuando hablamos de los auténticos Illuminati, todos estos temas, al igual que los vinculados con la ciencia, quedan bastante lejos. Es probable que el grupo originario de los Illuminati tuviera vinculaciones con sociedades secretas con un cierto corte esotérico, tales como la Masonería, los rosacruces y otros.

Pero su propósito era muy diferente. No buscaban un camino místico, ni tampoco la defensa de unos métodos científicos ni, mucho menos aún, la obtención de unos poderes mágicos o esotéricos. El objetivo de los Illuminati es derrocar los poderes políticos y religiosos establecidos: anular los gobiernos, eliminar de la mente del pueblo el concepto de «patria» y, por extensión, suprimir la religión.

Para crear su sociedad secreta Weishaupt no tuvo que esperar una revelación divina ni tampoco el hallazgo de unos manuscritos ancestrales, ni mucho menos recibir la herencia hermética de unos antecesores.

A diferencia de otras órdenes, los Illuminati son fruto de la mente de su fundador y del tiempo en que le tocó vivir. Resulta evidente que Adam Weishaupt, el fundador de los Illuminati, no imaginaba poder dominar el mundo. Pero sí buscaba un cierto dominio social y especialmente terminar con la autoridad del Papa y las doctrinas eclesiásticas.

Todo parece indicar que se acercó a la Masonería buscando interlocutores para tener apoyos para ponerlas en práctica. Su ambición era crear y dirigir su propia sociedad secreta. Cansado de la presión a la que era sometido por los jesuítas y decepcionado por las prácticas de la Masonería, decidió buscar algo que se ajustase a sus parámetros mentales.

A partir de ese momento el conocimiento era el suyo y la verdad estaría en su poder. Con este rasgo doctrinal pretendía dejar de lado la religión cristiana, para dar paso al auténtico portador de la luz, que no era otro que Lucifer. Adam Weishaupt se vuelve más racionalista, anticatólico y fanáticamente radical, tanto en lo concerniente a la política como en la religión.

A partir del momento en que los Illuminati se autocalifican como una institución laica que tiene como fin el progreso de la humanidad, comienzan a acercarse a sus filas numerosos racionalistas alemanes que la inclinan cada vez más hacia los postulados de filósofos franceses como Voltaire o de políticos como Robespierre. Ambos personajes, al margen de su papel histórico, tuvieron vinculaciones con distintas sociedades secretas, tales como la Masonería, los rosacruces, y se supone que, de alguna forma, también con los Illuminati.

Fue así como la Orden de los Illuminati se presentaría como una sociedad con más intención política que mística. Pese a que Adam Weishaupt pensaba tenerlo todo atado y bien atado, algo se le escapó. Poco a poco fueron ingresando en la Orden personajes que teóricamente estaban desencantados de la Masonería e incluso de su pertenencia a los rosacruces, pero que quizá no eran sino infiltrados de dichas sociedades.

Dejando a un lado las conspiraciones, lo que sí es cierto es que la orden de Weishaupt llegó a obtener un notable poder.

Un poder que se extendió hasta la Revolución Francesa, fenómeno histórico decisivo en Europa, que hasta cierto punto pudo estar orquestado por los Illuminati. Un poder que avanzó en el tiempo y que quizá tuvo relación con las dos guerras mundiales. Y que, tal vez, será el responsable de una tercera guerra mundial. Ocho años después de su fundación, aunque oficialmente fueron once, llegará el momento de que Weishaupt cancele oficialmente losIlluminati.

El gobierno bávaro, observando la fuerza y la actividad pública llevada a cabo por los Illuminati, que no sólo se habían expandido sino que incluso ya tenían miembros más allá del Atlántico, estima que son demasiado peligrosos. Weishaupt es privado de sus cátedras y, acto seguido, expulsado del país. Oficialmente la Orden se extingue, aunque en realidad se disgrega.

Su creador pasa a vivir en un dulce exilio, ya que acaba refugiado en una de las muchas posesiones que poseía uno de sus protectores, el duque Erast von Gotha, donde permanece hasta su muerte el 18 de noviembre de 1830. Pero no todo termina con la disgregación de los Illuminati.

Una vez disuelta la Orden, su fundador tuvo varias décadas para seguir tramando conspiraciones e ilustrando a sus seguidores sobre el noble arte de las sociedades secretas. Weishaupt escribió diversas obras, entre ellas una crónica sobre la persecución de los Illuminati en Baviera, un manual del sistema del Iluminismo, así como diversos tratados sobre las ventajas de sus principios doctrinales.

Tuvo tiempo además de mantener relaciones con jerarcas de la Masonería, así como de otras órdenes secretas de principios del siglo XIX.

«A veces, es preciso que la oscuridad reine por un momento antes de un nuevo resplandor», afirmaba Weishaupt en alguno de sus textos internos. Los Illuminati encendieron sólo una de las muchas antorchas que conformaban las hogueras de las sociedades secretas. Oportunamente reaparecerán, y muchas de las conjuras y conspiraciones que se producirán más adelante tendrán, sin ningún género de dudas, una influencia de los Illuminati.

A veces se piensa que con el cese de una organización secreta, ésta muere definitivamente. Este mismo error ha sido cometido por lo que respecta a la sociedad de los Illuminati. Oficialmente perduraron once años. La versión histórica afirma que la sociedad fue disgregada, y que su fundador huyó y murió en el exilio. Sin embargo para los investigadores de la conspiración aquello no fue el final, sino más bien el principio de una nueva etapa.

El hecho de que el grupo haya sido oficialmente disuelto, le permitía seguir con sus actividades de forma todavía más clandestina. Los Illuminati habían conseguido ramificarse lo suficiente como para ostentar posiciones de poder en otras sociedades secretas aparentemente más inocentes, como por ejemplo los rosacruces o los masones.

Mientras los illuminati se disgregaban, las filas de la Masonería crecían, al igual que lo hacían los rosacruces y otras sociedades secretas de índole menor como, por ejemplo, los Carbonarios o una sociedad que en España se conocía como la Santa Garduña.

Otras hipótesis postulan que en realidad fue al revés, es decir, que fueron los masones quienes, al introducirse en los Illuminati, consiguieron finalmente su destrucción. Una de las creencias más retorcidas indica que, en realidad, tras la disolución de los Illuminati se creó una sociedad secreta dentro de otra.

Así, en el interior de la Masonería habría habido otra hermandad aún más secreta que ni siquiera los principales masones conocían, compuesta por hermanos masones pertenecientes a los Illuminati. Ellos, según esta creencia, dominaban las dos sociedades, y a través de sus acciones tenían como objetivo dominar el mundo.

Pero, ¿qué otras sociedades secretas influyeron en la conjura de los Illuminati? LosIlluminati, ¿participando activamente en la independencia de las colonias británicas y en la Revolución Francesa?

La singularidad esencial de una sociedad secreta ha sido permanecer invisible a los ojos del mundo. Por lo tanto, la prudencia y discreción eran un componente básico para su existencia.

Sin embargo, en los siglos XIX y XX, antiguos y nuevos grupos secretos de poder han comenzado a actuar a la luz del día. Resulta un poco sorprendente que todavía reciban el nombre de secretas, cuando se habla de ellas no ya para declarar que existen, sino también para debatir públicamente sus intenciones y actividades. Los illuminati, los rosacruces y los masones son tal vez algunas de las más populares de esas sociedades.

Dentro de lo que pretenden ser sociedades secretas existen gobiernos en la sombra, que son los que realmente dictan las instrucciones decisivas. Pero también es factible que las sociedades secretas no sean más que tapaderas de otros grupos que sí son realmente secretos.

Los «Luciferinos» constituyeron un grupo fundado por Gualterio Lollard en el siglo XIV. Defendían que Lucifer y sus ángeles representaban el conocimiento y la sabiduría. Mantenían que la visión que daba de ellos la Iglesia era injusta y, por extensión, también lo era la expulsión de Lucifer y sus ángeles del Cielo, tal como la presentaban los textos sagrados.

Esta sociedad, que se manifestaba totalmente contraria a los postulados de Roma, se extendió en Países Bajos, Alemania, Austria, Francia e Inglaterra. Frente a la Iglesia establecida hay dos corrientes diabólicas. Una es la teórica, intelectual y reflexiva, marcada por el luciferismo; y otra la práctica, mundana, terrenal, dictatorial y jerárquica, en manos del satanismo.

El satanismo postula atacar a la Iglesia, invertir sus símbolos y profanar sus templos. Persigue, simple y llanamente, mantener una línea de actuación totalmente contraria a la que viene marcada desde Roma.

Sin embargo, el satanismo no tendría sentido si no existiera la Iglesia, y ésta no tendría enemigo alguno, al menos desde el punto de vista conceptual, si no pudiera recurrir al Mal y más concretamente a Satanás, como contrafigura de su prédica. Iglesia y Satanismo, es decir, las supuestas representaciones del Bien y del Mal, no tendrían demasiada razón de ser si uno de los dos estamentos dejara de existir.

En cambio el luciferismo buscaba la claridad y el entendimiento. Partió de la base de que Lucifer se enfrentó a Dios por su negativa a entregarle la sabiduría, así como el libre discernimiento y albedrío.

Defendía que el ser humano es en sí mismo una representación de Lucifer, ya que posee los sentidos, las emociones, la sensibilidad, la psiquis y los sueños. Como aquél, busca entender para qué ha venido al mundo, intenta comprender quién es Dios y requiere de una libertad que no esté subyugada a los designios marcados por entidades que no siempre comprende.

No es extraño que, con postulados como los anteriores, Dan Brown plasme a través de su relato la idea de que los Illuminati tienen una vinculación luciferista, dado que buscan el conocimiento, defendiendo la supremacía de la ciencia por encima del dogma. Ahora bien, salvo contados casos, el luciferismo no recurre, como sí lo hace el satanismo, a la violencia y a la trasgresión de las leyes gubernamentales y civiles.

En la estela de la Revolución Francesa y las invasiones napoleónicas, la Europa del siglo XIX se convirtió en semillero de diversas sociedades secretas y grupos conspirativos, algunos de los cuales fueron decisivos en los grandes cambios políticos y sociales de dicho siglo.

La sociedad secreta de los Carbonarios, surgida en el sur de Italia durante la ocupación napoleónica, tenía como símbolo el carbón, al que veían como «capaz de purificar el aire y alejar de las estancias las bestias feroces».

El movimiento Carbonario surgió en Ñapóles a comienzos del siglo XIX, llegando también a operar en Francia, Portugal y España.

Su ideología básica era luchar contra las autoridades civiles y religiosas. Su creencia se basaba en alcanzar la libertad de acción más allá de lo que pudieran dictaminar los poderes establecidos.

Se reunían en secreto en pequeñas chozas que recibían el nombre de «repúblicas». Sus miembros, pertenecientes a la clase alta y media alta, se organizaban en una jerarquía de logias que mantenían una estructuración paralela formada, por un lado, por la población civil, y por otro, por las fuerzas armadas.

Aunque era una sociedad secreta que poseía raíces esotéricas, algunos de sus miembros tenían relación con la Masonería y los Illuminati, por lo que prácticamente el grupo Carbonario era una sociedad conspirativa de carácter político.

Entre sus miembros más destacados se contaron Giuseppe Garibaldi, el gran luchador por la independencia y la unidad italiana; y Giuseppe Mazzini, mentor del anterior y fundador de la logia revolucionaria de «La Joven Italia», vinculada a otras sociedades libertarias conjuradas en la formación de «La Joven Europa».

Dichas cons-piraciones quedarían plasmadas en una serie de cartas que mantuvo Mazzini con Albert Pike, el líder del Ku Klux Klan, tal como antes hemos indicado.

El origen de la Santa Garduña es legendario, y es anterior al surgimiento de los Illuminati. Se funda como un grupo guerrillero y político, también en cierta forma místico.

Según su leyenda fundacional, tras la invasión árabe a España, San Apolinario, un devoto ermitaño, experimenta una visión de la Virgen de Córdoba. La aparición le advierte que la invasión de los musulmanes se debe a un castigo divino, por la dejadez y la falta de atención para con las obligaciones litúrgicas.

La Virgen conmina a San Apolinario a que reúna en su nombre a personas de bien, que deberán dejarse guiar por la Biblia y tendrán la misión de atacar a los invasores árabes, a sus posesiones y sus familias.

Aunque la historia oficial sitúa al movimiento secreto de la Garduña en el siglo XIX, lo cierto es que existen crónicas que nos hablan de sus antecesores, actuando ya entre los siglos XVI y XVII como secretos colaboradores de la Inquisición, participando en las ejecuciones de árabes y judíos, y apropiándose de sus bienes.

Los garduños usaban la Biblia como libro oráculo. Antes de planificar un ataque o tomar una decisión, abrían el libro sagrado al azar y buscaban en él una frase o pasaje inspirador, y después pasaban a la acción.

En tiempos más modernos los garduños se erigen como un grupo político que persigue la resistencia contra la dominación napoleónica. Tras la retirada de los franceses, se convierten en una sociedad de corte liberal formada por miembros acaudalados e influyentes.

Su poder e ingerencia eran notables. Tanto es así que en el año 1821 el gobierno del rey español Fernando VII detiene al Gran Maestre Francisco de Cortina, pretendiendo así descabezar a la Orden.

El 25 de noviembre de 1822, Cortina es ejecutado en Sevilla, y junto a él, 16 mandatarios de la Santa Garduña.

Este hecho provoca que los supervivientes de la persecución pasen a la clandestinidad y muchos de ellos huyen a América del Sur, donde reestablecen su Orden y colaboran en las revoluciones independentistas.

Está comprobada la influencia de la Masonería en la emancipación de buena parte de las colonias españolas.

Partiendo de la base de que el masón Francisco de Miranda intentó una revuelta en Venezuela, que también eran masones los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín, y que los masones Hidalgo y Castillo inician en 1810 el proceso de la independencia de México, cabe suponer que los miembros de la Santa Garduña estuvieron en estrecha colaboración con ellos, realizando cuantas acciones fueran oportunas para lograr sus fines.

Otra sociedad la constituyeron los llamados Poderosos Caballeros Negros. Se trata de una sociedad secreta que presuntamente bebió en las fuentes de los Illuminati y que tuvo ciertas vinculaciones con la Masonería.

Era una orden fundada en el 1815 por un profesor berlinés, con el objeto de luchar contra la invasión napoleónica.

De ser cierta esta historia que nos ha llegado, cabe preguntarse si es posible que hubiera masones entre sus filas, cuando el propio Napoleón estaba adherido a la logia masónica de Hermes.

Los Comuneros eran otra sociedad secreta que nació en 1821 en el seno de la Masonería, y que toma su nombre de los Comuneros castellanos que se alzaron contra el Emperador Carlos I en el siglo XVI.

Los nuevos Comuneros afirmaban que el objeto esencial de su existencia era conservar, por todos los medios que tuvieran a su alcance, la libertad del género humano, y concretamente los derechos del pueblo español contra los abusos del poder, así como auxiliar a quienes por esa causa padecieran desgracias.

Los Conciencíanos se declaraban enemigos de la Iglesia. Aunque en teoría era una asociación de pensadores progresistas, todo parece indicar que en su interior se albergaba un grupo secreto de notable influencia librepensadora, que muchos han visto como satanistas en tanto negaban la existencia de Dios.

En realidad se trató de un grupo protestante de influencia local, que en 1764 redactó en París unos estatutos bastante explícitos respecto de sus creencias. Declaraban la no existencia de Dios, ni tampoco la del Demonio. Los Concienciarios creían que era preciso despreciar a los miembros de la Iglesia, a los que consideraban manipuladores.

Defendían que la ciencia y la razón debían reemplazar a los sacerdotes y magistrados. Su filosofía de acción era vivir honestamente, unido a una conciencia global del todo, dejando de lado lo que marcaban los libros sagrados, en especial la Biblia que, según ellos, estaba llena de «fábulas y contradicciones».

Planteaban no dañar a nada ni a nadie, salvo que fuera preciso «dar a cada uno lo suyo y lo que en justicia le corresponda».

Los Decembristas fueron unos conspiradores aristócratas. De nuevo se trata de un grupo presuntamente secreto y de carácter local, aunque supuestamente influenciado por seguidores de la sociedad Illuminati. Estaba conformado por nobles revolucionarios rusos, que cuestionaban el absolutismo del zar y propiciaban una monarquía constitucional.

A través de los grupos que fueron creando y de su poder económico, lograron escalar posiciones en la política rusa.

El nombre proviene de la fecha de su primer levantamiento, el 21 de diciembre de 1825, para impedir el ascenso al trono del zar Nicolás II.

Esta asonada fue duramente reprimida y la sociedad Decembrista se hizo todavía más oculta, sin embargo su actividad desde la sombra siguió latente. Fundaron varias sociedades secretas que dependían de la Orden, como por ejemplo «Sociedad del Norte», «Sociedad de los Eslavos Unidos» y «Sociedad del Sur».

Se cree que más tarde se disgregaron en pequeños grupos conspirativos. Los Hijos Blancos de Irlanda surge de un grupo local de conspiradores irlandeses cuyos primeros testimonios datan de 1761.

Era una sociedad secreta que se había inspirado en la Masonería, tanto para su organización como para intentar alcanzar determinadas esferas de poder político. Tuvo dos ramas: una más contemplativa y especulativa, que hizo incursiones en el esoterismo y el espiri-tualismo iniciático; y otra mucho más dura, ansiosa de pasar a la acción en contra del poder establecido, para lo cual no dudaron en incendiar casas, derribar cercas y atacar a los grandes terratenientes.

Por otra parte, desafiaban las normas religiosas impuestas, de-fendiendo la libertad del hombre por encima de los mandatos de la Divinidad.

Se ha culpado a las sociedades secretas de estar detrás de acontecimientos como la Independencia de Estados Unidos, de la Revolución Francesa, así como de los levantamientos que propiciaron la independencia de los países sudamericanos, de la Revolución Soviética, de las guerras mundiales, de la caída del Muro de Berlín y la Perestroika de Gorbachov, por no hablar de conflictos más recientes, como las crisis del Golfo Pérsico que han provocado las dos guerras de Iraq.

Antes de afirmar que todos estos acontecimientos respondieron a tramas de las sociedades secretas y de sus intereses, deberíamos dejar un margen a la duda. Pero lo cierto es que los datos con que se cuenta hacen que sea poca la duda .

La Revolución Francesa no se produjo de la noche a la mañana. Se fue gestando lentamente mediante tramas y complots que culminaron, al menos a grandes rasgos, en una Revolución que implicó el derrocamiento de Luis XVI, el fin de la monarquía en Francia y la proclamación de la Primera República.

El motivo proclamado para justificar la Revolución fue que los gobernantes, entendiendo como tales a la nobleza, el clero y la burguesía, eran incapaces de solucionar los problemas que Francia tenía desde.hacía tiempo.

El país era cada vez más pobre, al tiempo que se dotaba de más ideología y capacidad cultural. Estos factores provocaron que aquéllos que no estaban en el poder mirasen a quienes sí lo tenían como injustos merecedores de todo tipo de agravios.

No deja de ser significativo que el eslogan «Libertad, igualdad y fraternidad» que ostentaba la Masonería de la Logia de Francia, bastante anterior a la Revolución, fuera el lema ideológico de sus instigadores. Todo parece indicar que a los intelectuales, financieros y políticos que habían sido iniciados en las sociedades secretas, les resultaba muy interesante poner en marcha un complot capaz de cambiar las estructuras sociales y políticas que dominaban hasta entonces.

El rito escocés de la Masonería fue introducido en Francia a mediados del siglo XVIII por militares y aristócratas que se ocuparon de que la logia, en cuyas filas se encontraban los Illuminati, estuviera perfectamente infiltrada en la sociedad.

Pese a que Luis XVI había amenazado con encarcelar en La Bastilla a quien perteneciera a cualquier tipo de sociedades secretas, que cada vez le resultaban más peligrosas, éstas seguían creciendo, incluso a través de otras oedenes seguidoras de filosofías templarías y rosacruces. El ideario masón resultaba muy atractivo para un pueblo subyugado y empobrecido.

Se estima que en vísperas de la Revolución había alrededor de 60.000 masones en Francia. Una cantidad reducida pero trascendental, si tenemos en cuenta que ocupaban las capas altas de la burguesía y estaban prácticamente a la cabeza de los círculos donde se generaban nuevas ideas y opiniones.

Si a todo ello le añadimos que el proyecto Illuminati era la erradicación de los reinos, la abolición de la propiedad privada y la eliminación del poder del clero, se puede pensar que todos estos aspectos eran adecuados para ser concretados a través de la Revolución.

Otro dato importante es la gran cantidad de movimientos estratégicos que se realizan entre las logias masónicas, que radicalizan sus posiciones políticas al tiempo que generan planes para debilitar la monarquía y el gobierno. En ese momento se crean sociedades como «Los Amigos de la Verdad», destinadas a realizar un plan de reforma social que inspira la Revolución Francesa.

Otra sociedad es la denominada «De las Nueve Hermanas», que busca la creación de un sistema alternativo al de la educación clerical. En estas organizaciones participarán activamente personajes que impulsarán la independencia de EE. UU., como el presidente Benjamín Franklin, filósofos encabezados por Voltaire, y esoteristas como el conde de Cagliostro o el médico Franz Mesmer, autor de la teoría de la sugestión magnética. Cuando tras el alzamiento revolucionario de 1789 se constituye la Asamblea Nacional, el 80 % de los asambleístas son masones.

El resultado de la Revolución implicó que la Asamblea proclamase la libertad religiosa, anulase los derechos de la monarquía, optase por la declaración de los derechos del hombre, y se generase una guardia especial constituida por milicias populares, en las cuales se habían infiltrado miembros de las principales sociedades secretas, con la misión de velar por la seguridad y mantener los preceptos de los gobernantes en la sombra.

Los resultados de la Revolución Francesa no cuadraron al cien por cien con lo pretendido por las principales sociedades secretas que estaban detrás desde el comienzo. Aunque la primera transformación del Estado francés fue convertirse en Monarquía Constitucional, las revueltas resultaban imparables y el pueblo parecía estar tomando el mando, lejos de las instrucciones de los gobiernos en la sombra.

Se proclamó la primera República y se encarceló a Luis XVI y a su familia. En 1793 el rey es condenado a muerte y decapitado, como otros cientos de condenados, mediante el invento del médico masón Joseph Ignace Guillotin, bautizado como «la guillotina».

Ante aquella situación no prevista, los poderes en la sombra necesitaban buscar entre sus acólitos a alguien que tomara el mando. Y se escogió al brillante general Napoleón, héroe popular y miembro fiel de la Masonería.

En el mismo año en que decapitaron al rey Luis XVI, Córcega declaraba su independencia de Francia. Bonaparte, que era teniente coronel de la guardia nacional en Córcega, huyó al continente con su familia.

A partir de ese momento comenzó su meteórica carrera. Ascendió a general con veinticuatro años, y dos años más tarde salvó al gobierno revolucionario de una insurrección en París.

En 1796, fue nombrado comandante del ejército francés en Italia, donde luchó contra Austria y sus aliados y conquistó para su país la República Cisalpina, la República Ligur y la República Transalpina, según él mismo las bautizó.

Poco después comandó una expedición a Egipto, que en aquel entonces estaba dominado por los turcos.

Conquistó el país del Nilo, reformó la administración y la legislación egipcias, abolió la servidumbre y el feudalismo y dejó en la tierra de los faraones a un buen grupo de eruditos franceses, con la misión de estudiar la milenaria historia de Egipto, así como realizar excavaciones arqueológicas.

Cuando regresó a Francia, Napoleón se unió a una conspiración contra el gobierno jacobino y participó en el golpe de Estado en noviembre de 1799. Se establece un nuevo régimen en el que Napoleón dispondrá de poderes prácticamente absolutos. Crea una Constitución en 1802 y se proclama emperador dos años después, cuando ya casi toda Europa había caído a sus pies.

Para los investigadores de lo conspirativo, la Europa napoleónica y el imperio que consiguió construir fue posible gracias a la sabia intervención de varios seguidores de los Illuminati. Recordemos que lo que había perseguido siempre esta ancestral sociedad secreta era un gobierno mundial, y aquello parecía ser un buen comienzo, ya que el propósito de Napoleón Bonaparte no era otro que crear una federación europea de pueblos libres.

Pero no sólo los masones e illuminati estaban interesados en Napoleón. A espaldas del emperador, otra sociedad secreta menos conocida, y aún más extraña, gestaba una trama oculta. Se trataba de sentar en el trono francés a la dinastía merovingia de los primeros reyes de Francia, e impulsar que su dominio englobara a toda Europa.

Los grupos que estaban detrás de la trama figuran la primera obra de Dan Brown, El Código Da Vinci. Nos referimos al Priorato de Sión, la hermandad secreta precursora de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, más conocidos como Orden del Temple.

Los templarios, según parece, tenían la misión de preservar la descendencia de la sangre real que portaba el hijo de Jesús y María Magdalena, cuya descendencia se había extendido generación tras generación hasta fundar la dinastía de los reyes merovingios.

La idea resultaba un tanto inverosímil. Meroveo, el legendario jefe bárbaro, cuyo nombre tomó la dinastía franca asentada en la Galia, era un pagano de origen germánico, que poco o nada pudo tener que ver con los presuntos hijos de Jesús.

El emperador Napoleón no sabía cuan cerca de sí tenía la sangre real merovingia. Según la leyenda, los miembros del Priorato de Sión se ocuparon de producir un encuentro fortuito entre Napoleón y Josefina, que videntes, magos y conspiradores se encargarían de avivar para que fructificase y conseguir que ambos se casaran. Marie-Joséphe Rose Tascher de la Pagerie, más conocida como Josefina, era la viuda del vizconde de Beauharnais, que había sido guillotinado durante la Revolución. Fruto de ese matrimonio habían nacido dos hijos, Eugenio y Hortensia, que pertenecían a la dinastía merovingia por herencia de la familia de su ajusticiado padre.

Con la boda y la posterior adopción por parte de Napoleón de los hijos de su esposa, la dinastía merovingia volvía a estar en el trono de Francia. Es más, la niña, Hortensia de Beauharnais, llegaría a ser la esposa de Luis I Bonaparte, hermano de Napoleón, al tiempo que madre del creador del segundo Imperio Francés, Napoleón III.

Seguir diciendo que Colón descubrió América ha pasado a ser una ingenuidad. Los habitantes de aquellas tierras hacía tiempo que esperaban la vuelta de los Viracochas, que personificaban a los dioses blancos que los habían visitado en el pasado.

Una de las historias al respecto afirma que la primera llegada de europeos al Nuevo Continente acontece en el año 877. Se trataba de unos monjes irlandeses pertenecientes a una orden secreta conocida como «Culdea», cuyos datos se han perdido en la historia.

A éstos les siguen los navegantes vikingos, quienes, según la leyenda, en primer lugar se asentaron en Canadá y posterirmente se desplazaron hacia México, para expandirse por algunas zonas de Centroamérica.

Los vikingos habrían trazado mapas primigenios del Nuevo Continente, que se supone consultó Colón antes de realizar sus viajes. Sostienen algunas crónicas que estos mapas acabarían en manos de la orden militar del Temple.

La orden militar del Temple, tras la caída del reino de Jerusalén y al sentirse amenazada su permanencia, establecería negociaciones con los vikingos y crearía una primera ruta para poder asentarse en el Nuevo Mundo, mucho antes que Colón.

Y también con anterioridad a ese acontecimiento, se habrían refugiado en América aquéllos a los que el Priorato de Sión había encomendado la misión de velar por la Sangre Real.

El conde de Sant Clair, que mantenía excelentes relaciones con los templarios, ordenó en 1446 edificar una capilla que se levantó en Escocia a diez kilómetros de Edimburgo.

La capilla, además de numerosa simbología esotérica, tiene relieves esculpidos en sus muros en los que se observan mazorcas de maíz y plantas americanas que en aquella fecha no se conocían en Europa.

Recordemos que el descubrimiento «oficial» de América aconteció el 12 de octubre de 1492, es decir, 42 años después de la fundación e inauguración de la citada capilla.

Los primeros colonos que arribaron al continente americano, después del Descubrimiento, tenían más de un motivo para embarcarse en aquella aventura transatlántica. Uno de las razones que más pesaba era seguramente la persecución a la que estaban sometidos en el continente europeo.

En España, Francia, Portugal, Inglaterra, Italia, y otros reinos europeos, había muchísimas personas perseguidas por el poder establecido. Gran parte de ellas vieron en los viajes al Nuevo Continente una forma de reiniciar su vida. Se trataba de condenados por sus creencias religiosas, políticas o filosóficas, pero también por haber cometido delitos comunes en sus países de origen.

A muchos de ellos se íes conmutaba la pena a cambio de que se establecieran en las colonias de América. Y muchos, tanto los que marcharon voluntaria como involuntariamente, se encargaron de «preparar el terreno» para crear el destino oculto urdido por las conspiraciones de las sociedades secretas.

Una de ellas fue la «Orden de la Búsqueda», que supuestamente se habría establecido en América en 1625;, y a la más tarde pertenecería Benjamín Franklin. Otra fue la Orden del Yelmo, con vinculaciones templarías. Poco después llegarían los illuminati y los masones, por no hablar de los rosacruces.

El gran objetivo de los Illuminati había sido siempre la creación de un nuevo orden mundial, y el Nuevo Continente parecía ser campo el perfecto para lograrlo. Todo parece indicar que los Illuminati, ya fuera a través de sus propios recursos o mediante infiltraciones en otras sociedades secretas, tejieron los hilos necesarios para configurar lo que se ha dado en llamar «el destino secreto de Estados Unidos». Para tal fin contaron también con la singular ayuda de la denominada «Orden del Yelmo».

En ella, se habría enrolado un personaje ya mencionado antes. Se trataba del filósofo inglés Francis Bacon, que tuvo vinculaciones con el ocultismo, el esoterismo, la filosofía hermética y el movimiento Rosacruz.

Muchos ocultistas consideran que Bacon fue una de las muchas encarnaciones con que se manifestó el conde de Saint-Germain, que era supuestamente inmortal. La leyenda del conde de Saint-Germain se forja en el apropiado escenario de los Cárpatos, donde nació su protagonista el 26 de mayo de 1696.

Al parecer pudo ser hijo del último soberano de Transilvania, y no ha faltado quien vea en él al auténtico conde Drácula. Saint-Germain estudió cabala y alquimia, materias en las que sobresalió. Se decía que a través de dichas disciplinas había logrado obtener grandes poderes mágicos.

En 1758 Madame Pompadour se interesa por sus hazañas y, tras conocerlo, queda «subyugada por su fuerza y poder, capaz de mostrar maravillas imposibles para un simple mortal».

El aprecio que siente la gran favorita por Saint-Germain hace que lo lleve ante Luis XV, quien lo introducirá en la corte. Lo que más maravilló a los cortesanos, al margen de que el conde aparentaba unos treinta años en lugar de los sesenta y dos que tenía, fue su comportamiento en la corte.

No comía, no bebía y jamás se le veía dormir ni mostraba cansancio. Además, dado el esplendor con que se vestía y los bienes de que parecía disfrutar, de los que nadie conocía el origen, pronto corrió el rumor de que poseía increíbles secretos alquímicos que le daban el poder de mutar el plomo en oro. Pero ese dato no es más que una pincelada en su misterio.

En este tiempo, justo antes de la independencia y posterior fundación de Estados Unidos, existe una verdadera pugna por el poder entre la Iglesia Católica y las sociedades secretas de la época, y en especial los Illuminati.

El motivo es que el clero estaba haciendo todo lo posible por expandir el catolicismo en el Nuevo Mundo, intento que las distintas sociedades veían como una amenaza para sus impulsos libertarios e iniciáticos.

Durante este periodo, la Masonería se implanta en las trece provincias británicas del continente, lo que al paso de los años dará como resultado una gran proliferación de nuevas órdenes, con sus intereses políticos, sociales y económicos.

En los albores de 1776 las colonias británicas estaban casi abandonadas por su metrópolis, que ya no podía hacer frente a las ansias de poder de los colonos.

Esto genera que el 4 de julio de 1776 se efectúe la Declaración de Independencia de las 13 colonias británicas de América del Norte. De los 56 firmantes de dicha declaración, 53 son masones.

Tras la Independencia, es preciso instaurar nuevos símbolos capaces de aglutinar los diversos componentes de la nueva nación. Uno de los más populares, que ha ido sufriendo cambios, es el dólar, en que algunos aspectos de su simbología resultan intrigantes.

El Gobierno Federal aprobó la ley monetaria de 1792 que en principio establecía dos patrones de valor, un dólar de plata y otro de oro, que sólo circuló entre 1849 y 1889. Al tiempo, se adopta el sistema métrico decimal, que consideraban mucho más fácil que el sistema británico. Pero esto no es lo más curioso.

Lo sorprendente es que para el diseño de los símbolos que aparecieron en el dólar, y que todavía se mantienen hoy, se contó con el asesoramiento tanto de masones como de los illuminati.

El fénix fue la criatura alada que se estampó en los primeros dólares, en tanto que simbolizaba el renacer de las cenizas al tiempo que se trata de un símbolo hermético. En 1841 el Fénix, que había simbolizado el pájaro nacional de Estados Unidos, fue sustituido por el águila, un símbolo solar egipcio.

Cuenta la tradición que originalmente el ave fénix poseía en su cola plumas de color rojo y azul, colores que, como sabemos, aparecen en la bandera de Estados Unidos, que presentaba también las 13 estrellas que correspondían a los 13 estados de entonces. Esas estrellas, con sus 5 puntas, son un símbolo masón.

El águila de los dólares tiene 9 plumas en su cola, número que se corresponde con los grados del rito masónico de York, dominante en aquella época en el territorio americano. Sus alas muestran respectivamente 32 y 33 plumas, aludiendo así a los grados del rito escocés.

Con la pata derecha, el águila sostiene una rama de olivo, símbolo de la espiritualidad, la reflexión y el pensamiento. Con la pata izquierda, sujeta 13 flechas que aluden a la acción y la transmutación.

El símbolo que surge de combinar ambas patas es una alegoría entre las dos fuerzas que siempre están en conflicto, pero que dependen la una de la otra. Así representarían, entre otras cosas, la luz y la oscuridad; la guerra y la paz; la apertura y la cerrazón; el sentido público y el sentido privado o secreto.

El águila sostiene en su pico un pergamino en el que está escrita en latín la leyenda E Pluribus Unum, en clara alusión a la necesidad de integrar y agrupar a las gentes de las antiguas colonias que ahora eran una sola nación.

También puede leerse como lema de la doctrina Illuminati de hacer de todas las naciones una sola.

En la mitad izquierda del dólar observamos el que ha venido a llamarse símbolo por excelencia de los Illuminati. Se trata de una pirámide truncada en cuya base, y en números romanos, aparece la fecha 1776, que es la fecha de la Declaración de Independencia del país.

En lo alto de la pirámide vemos un triángulo con un ojo, el símbolo illuminati que también aparecerá en los blasones masones a partir del momento en que aquéllos pasan a formar parte de sus filas.

El ojo resplandeciente del triángulo situado encima de la pirámide era para los Illuminati una alegoría de la capacidad de estar a la vez en todas partes, viendo con claridad y sin la posibilidad de cometer errores al observar el entorno, al igual que Dios.

En la parte superior del ojo, a izquierda y derecha, leemos Annuit Coeptis, que puede traducirse como «Él favorece nuestro comienzo».

En definitiva, se trata de una leyenda que pretende indicar claramente que los objetivos se han cumplido. Ellos, los Illuminati, están en la cúspide. Rodeando la base de la pirámide aparece la leyenda Novus Ordo Seculorum, que se traduce como «Nuevo Orden Secular», y que en la actualidad se traduce como «Nuevo Orden Mundial».

En el centro del billete, por encima de la palabra «One», podemos leer «In Got we trust» que quiere decir «en Dios confiamos».

Esto puede parecer un contrasentido, dado el carácter no religioso de las órdenes imperantes, pero indicar que la divinidad no es patrimonio de una religión en concreto. La pirámide truncada está formada por 72 piedras. Algunos han visto en ellas los 72 escalones de la Escalera de Jacob.

Ello implicaría que estuviese relacionada con el judaismo y la tradición cabalística. Por otra parte, la pirámide está inacabada, lo que podríamos interpretar como que la construcción del país está en marcha y no tiene límites.

Otro de los aspectos de la pirámide es que, al estar truncada, carece de esta gran piedra en la cúspide que se supone tendría la misión de proyectar las energías, al tiempo que atrae el poder de las fuerzas cósmicas. Como vemos, el poder de las sociedades secretas llegó al continente americano.

Precisamente, la tierra del «nuevo orden mundial», tan en boga en los últimos tiempos, nació con la creación del dólar.

Hay quienes dicen que estamos viviendo en los albores de la Tercera Guerra Mundial. Para responder a esta pregunta tenemos que irnos a finales del siglo XIX, a fin de darnos cuenta de que lo peor todavía está por llegar.

Esta tercera gran contienda, que involucraría a todo el mundo, fue programada, a través de una carta, el 15 de agosto de 1871, por dos miembros de la sociedad secreta de los Illuminati, que hoy se guarda en el Museo Británico de Londres.

Albert Pike y Giuseppe Mazzini eran altos miembros de los Illuminati que mantenían una fluida correspondencia, a través de la cual generaban conspiraciones. El primero, autor de la carta, además de ser illuminati pertenecía a la Masonería.

El segundo, que también era illuminati, estuvo vinculado con el movimiento revolucionario del Rissorgimento italiano y con la sociedad secreta de los Carbonarios. Albert Pike (1809-1891), fue general del ejército confederado durante la Guerra Civil norteamericana. Dentro de su pertenencia a la Masonería, en concreto a la del rito escocés, alcanzó el cargo de Soberano Gran Inspector General en Estados Unidos, desde el año 1859 hasta su fallecimiento.

La vinculación de Pike con las sociedades secretas y el esoterismo no acaba aquí, ya que es también autor del libro de filosofía masónica Morales y Dogmas de la Masonería. Además, se cree que tuvo vinculaciones con otra sociedad conocida como Los Comuneros, a la que pertenecía Giuseppe Mazzini. Mazzini (1805-1872), era un político que, una vez terminada la carrera de derecho, se consagró a la lucha nacionalista que perseguía la unidad de Italia y la eliminación de cualquier dominación extranjera.

Encabezó movimientos políticos republicanos contra el absolutismo monárquico de la Restauración.

En 1828, Mazzini ingresó en la sociedad secreta de Los Carbonarios, participando con ellos en la frustrada insurrección de 1821, que le llevó a pasar varios años en la cárcel.

En 1831 fundó «La Joven Italia», un movimiento político revolucionario que fue reprimido por la policía piamontesa al año siguiente. Mazzini, que contaba sólo 27 años, fue condenado a muerte, por lo que huyó de Italia en dirección a Marsella y posteriormente a Londres.

En 1834 funda con otros jóvenes nacionalistas exiliados la sociedad secreta denominada «La Joven Europa», que pretendía crear un gran movimiento revolucionario que fuera capaz de unir a toda Europa bajo una confederación republicana.

La singularidad de la carta radica en que Albert Pike efectúa referencias sobre el correcto desarrollo para alcanzar los objetivos de los Illuminati.

Se trata de la generación de tres guerras mundiales, capaces de propiciar un nuevo orden mundial que dará como resultado el fin de la concepción del mundo basada en el pluralismo y la democracia.

 Primero se preparaba la Primera Guerra Mundial

El conflicto real comenzó oficialmente el 28 de julio de 1914. En apariencia, se trataba de un simple enfrentamiento entre el Imperio Austro-húngaro y Serbia, que acabó por ser una contienda en la que participaron 32 naciones.

Cabe destacar que entre ellas, Reino Unido, Francia, Italia, EE. UU. y Rusia, conocidas como «Potencias Asociadas», lucharon contra una coalición de los denominados imperios centrales que integraban, entre otros, Alemania, Austro-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria.

La guerra finalizó en 1918. Al margen de la gran cantidad de muertos que implicó la contienda, supuso una «reordenación territorial». Veamos cuáles eran los objetivos de losIlluminati respecto de esta contienda. En un pasaje de la carta, escrita en 1871, cuarenta y tres años antes de la primera gran contienda mundial, podemos leer: “La Primera Guerra Mundial se deberá generar para permitir a los Iluminados derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar este país en la fortaleza del comunismo ateo.

Las divergencias provocadas por los agentes de los Iluminados entre los imperios británico y alemán, y también la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo, se debe aprovechar para fomentar esta guerra. Una vez concluida, se deberá edificar el comunismo y utilizarlo para destruir otros gobiernos y debilitar las religiones“.

El texto era increiblemente profético. En marzo de 1917 la Revolución Rusa supone la abdicación del zar Nicolás II. El comunismo estaba ya despertando. Al margen de ese hecho, la guerra sirvió para disgregar en buena parte el pangermanismo, la doctrina que defendía la unión y supremacía de los pueblos de origen germánico.

El fin de la Primera Guerra Mundial supuso que Alemania cediera parte de su territorio a Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Francia y Polonia. En cuanto al paneslavismo, que era una tendencia política que aspiraba a la confederación de todos los pueblos de origen eslavo, también fue afectado. Los eslavos son el grupo étnico más numeroso de Europa.

En la actualidad están distribuidos en los Balcanes, Montes Urales, Biclorrusia, Rusia, Ucrania, Polonia, República Checa, Eslova-quia, Serbia, Croacia y Bulgaria. Sólo hace falta recordar la mencionada reordenación geográfica que padeció Europa tras la Primera Guerra Mundial, para darnos cuenta de que la prevista disgregación de los poderes eslavos fue todo un éxito.

Si la descripción de los planes de la primera contienda resulta sorprendente, otro tanto acontece con la referencia a la Segunda Guerra Mundial, que estalla en 1939. En sus inicios fue un enfrentamiento bélico entre Alemania y una coalición conformada por Francia y el Reino Unido, que acabó por implicar a casi medio mundo.

Lo que en principio era una guerra europea, incorporó también a Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, y acabó por llegar a Asia y África.

El conflicto no concluiría hasta 1945, dando como resultado que desde aquel momento se creó un primer «nuevo orden mundial», dominado por el bloque de la antigua URSS por un lado, y Estados Unidos por el otro. Ambas potencias, apoyadas por sus países satélites y aliados, pronto entraron en una prolongada «guerra fría». Volviendo a las cartas «proféticas» de Pike, éste describía la necesidad y objetivos del conflicto sesenta y ocho años antes de que aconteciera:

“La Segunda Guerra Mundial deberá fomentarse aprovechando las discrepancias entre los fascistas y sionistas políticos. La lucha deberá iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel en Palestina.

Durante la Segunda Guerra Mundial se deberá edificar una Internacional Comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo el conjunto cristiano. En este punto se la deberá contener y mantener, para el día en que se la necesite para el cataclismo social final“.

La Segunda Guerra Mundial supuso el fin del nazismo y, por supuesto, la creación del Estado de Israel que fue declarado Estado independiente el 14 de mayo de 1948. A finales del siglo XIX el número de judíos en Palestina era casi testimonial, ya que se calcula que en 1845 había 12.000, mientras que en 1914 su número creció hasta los 85.000.

Tras la Primera Guerra Mundial, el «mandato de Palestina» aprobado por la ONU, que en aquel momento recibía el nombre de Sociedad de Naciones, encargó al Reino Unido la gestión política de Palestina y la preparación de lo que sería el futuro Estado de Israel.

Los británicos dominaron la zona hasta 1948 y la comunidad judía se multiplicó por diez, especialmente a partir de 1930, a raíz de la persecución a la que fueron sometidos por la Alemania nazi. En 1947 la situación del Reino Unido, tras la guerra, era tan precaria, que fue necesario renunciar a ciertos privilegios sobre las tierras de Palestina.

Como resultado de ello, los británicos decidieron buscar asesoramiento en la comunidad internacional.

Y, en sesión especial, obtuvieron la respuesta. Así, el 29 de noviembre de 1947, la Organización de Naciones Unidas adoptó un plan de partición que preveía dividir Palestina en un Estado árabe y otro judío, con Jerusalén como zona internacional bajo jurisdicción de la ONU.

Otro de los objetivos marcados en la carta de Pike era edificar un poderoso escenario comunista. La Primera Guerra Mundial supone la caída de los zares, y a partir de la Segunda Guerra Mundial se observa la expansión de la antigua URSS. Stalin, junto a Roosevelt y Churchill, jefes de gobierno de Estados Unidos y Gran Bretaña, se reúnen en Teherán en 1943 para generar la estrategia militar y política de lo que será Europa tras la guerra.

Posteriormente habrá otras conferencias como las de Yalta y la de Postdam.

Tras estas reuniones, las potencias vencedoras de la contienda establecieron una serie de zonas de ocupación en Europa.

La parcela oriental le correspondió a la URSS. De esta forma, la zona oriental de Alemania que, hasta la caída del Muro recibía el nombre de Alemania del Este, pasó a estar bajo la influencia del comunismo soviético. Además, quedarían también bajo la influencia soviética otros países como Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria, así como parte de Polonia y zonas de Prusia oriental. La Internacional Comunista «suficientemente robusta» que pretendían los Illuminatisería un hecho.

Pero la última gran contienda del proyecto Illuminati todavía no ha comenzado. No hay una fecha clara que determine cuándo estamos inmersos en un conflicto bélico a escala planetaria, pero el 11 de septiembre de 1990, curiosamente 11 años exactos antes de los atentados de las Torres Gemelas, George Bush padre habló de la necesidad de crear un nuevo orden mundial.

Estas declaraciones se produjeron poco antes de la denominada Primera Guerra del Golfo.

Otra fecha plausible para encauzar la Tercera Guerra Mundial en el calendario es la del 11 de septiembre del 2001, al producirse el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York.

De hecho, muchos titulares de prensa esgrimían el concepto Tercera Guerra Mundial a la hora de explicar lo que estaba pasando. No sabemos si la invasión de Afganistán, la de Irak, los atentados de las Torres o el conflicto de Israel y Palestina forman parte de esta Tercera Guerra Mundial.

Lo cierto es que el caldo de cultivo se corresponde bastante con lo que escribió Pike en 1871: “La Tercera Guerra Mundial se deberá fomentar aprovechando las diferencias promovidas por los agentes de los Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán.

La guerra debe orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se vean obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual-y económicamente“.

Si no tuviéramos la perspectiva que nos da el tiempo, podríamos pensar que se trata de elucubraciones proféticas. Pero cuando el contenido de unas cartas del siglo XIX nos habla de las dos guerras mundiales del siglo XX y de una posible Tercera Guerra Mundial, no podemos menos que asombrarnos.

Respecto a los textos que se refieren al tercer conflicto global, merece la pena observar que, tras el atentado del 11-S en Nueva York, y el del 11-M en Madrid, Bin Laden y Al Qaeda parecen representar la parte musulmana de la destrucción a la que alude Pike.

El conflicto palestino-israelí sigue sin encontrar solución, y no se vislumbran mejoras en un futuro inmediato.

Hay otro aspecto a resaltar. Pike pretende que «otras naciones se vean obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse, física, mental, espiritual y económicamente».

Un año después de la Guerra del Golfo, las voces en contra de aquella operación, no solamente se alzan en Estados Unidos, sino que también lo hacen en los países aliados tradicionales. En paralelo, el terrorismo islamista tiene más fuerza y mayor arraigo.

Resulta sobrecogedor pensar que todo ello pudo ser urdido a finales del siglo XIX, por unos conspiradores que buscarían el caos mundial.

Una catástrofe que se deja entrever en la obra Angeles y demonios.

Los illuminati desaparecen oficialmente de la historia en el siglo XVIII, tras la presunta disolución de la Orden. Sin embargo, conforme avanza el tiempo y como por arte de magia, aparecen vinculados a sociedades secretas que participan en todo tipo de tramas. ¿Quiénes fueron sus herederos?

Los Illuminati generarán numerosas ramificaciones. Algunas de ellas participarán directamente en el nacimiento de la Liga Comunista y acabarán vinculándose con la Primera Internacional.

Otros, que supuestamente preferían el lado esotérico de la vida, como Rudolf von Sebottendorff, se decantarán por seguir actividades espirituales, llegando a fundar distintas sociedades secretas de carácter esotérico.

Una de ellas, creada en la década de los años veinte, fue la sociedad secreta Thule. En los albores de ésta sociedad, su secretario de actas fue un personaje que tiempo más tarde haría temblar al mundo. Se trataba de Adolf Hitler.

En 1918, cuando tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, la deprimida sociedad alemana estaba notablemente influenciada por el ocultismo, nació el grupo Thule.

Su inspirador fue el ocultista Rudolf von Sebottendorff, un personaje que usó diferentes nombres en función de las actividades que realizaba.

Así, bajo el alias de Rosenkrautz, el mismo nombre que tuvo el fundador oficial de los rosacruces, actuó como coordinador de una organización secreta turca denominada Luna Roja.

Estudió astrología, simbología, cabala y ocultismo y se cree que fue el responsable de buena parte de la filosofía esotérica que se introdujo en el nazismo.

La nueva sociedad secreta, cuyo nombre pretendía exaltar el legendario reino de Thule, que para muchos era la Atlántida, era una organización de carácter antisemita a la que pertenecieron, entre otros, Adolf Hitler y su lugarteniente Rudolf Hess.

Merece la pena destacar que el escudo de dicha sociedad es una esvástica situada tras una reluciente espada vertical que representa la fuerza de la transmutación y el cambio de los roles establecidos.

Al año de su fundación, uno de los miembros de Thule, Karl Haushofer, crea una orden secreta paralela con el nombre de «Hermanos de la Luz», cuyo objetivo era perpetuar el conocimiento mágico y esotérico. Haushofer había mantenido relaciones con diferentes corrientes místicas y tuvo un papel muy relevante entre los miembros de Thule y sobre el Partido Nazi.

De hecho se cree que fue él quien introdujo la idea de «refundar» una nueva Alemania basada en la pureza de la raza y la antigua tradición oculta precristiana.

Hemos visto lo que significaron las guerras mundiales, probablemente orquestadas por sociedades secretas. Hemos visto ya que Giuseppe Mazzini fue un conspirador illuminati a la vez que masón.

Pero su función no acaba en la correspondencia con Pike. Mazzini fue el fundador de la Logia Pl, un grupo oscuro de corte secretista, que supuestamente tenía vinculaciones con los movimientos políticos de carácter revolucionario, al tiempo que presuntamente se relacionaba con el esoterismo iniciático.

De dicha logia, poco después, surgió otro grupo bastante más peligroso. Se trataba de la Logia P2, siglas que definen al grupo «Propaganda Dos», que ha sido acusado de protagonizar numerosos atentados terroristas, de introducirse secretamente en la Santa Sede y, según se dice, de preparar y llevar a cabo el asesinato de Juan Pablo I.

Tras la Segunda Guerra Mundial, los movimientos neofascistas quedaron disgregados en distintos grupos que más tarde intentarían pasar a la «política democrática», pero sin perder sus bases y conceptos fascistas.

De hecho las tramas de conspiración política estuvieron a la orden del día en Italia durante toda la década de los cincuenta.

Y, finalmente, en 1964 y en 1970 hubo dos intentos concretos de desestabilizar el régimen parlamentario, que fueron presentados como desórdenes político-estudiantiles. Pero a partir de 1977 las cosas empiezan a cambiar y las sucesivas oleadas de agitación social dan lugar a la creación de grupos más radicales de extrema derecha.

De esta forma, en 1979, nacen «Terza Posizione» y «Nucli Armati Rivoluzionari». En apariencia se trataba de grupos estudiantiles fascistas, pero la trama iba más allá. Quien dirigía dichos grupúsculos era el poder en la sombra, y buena parte de esa sombra estaba poblada por sociedades secretas, entre otras la de los illuminati.

En los años ochenta la Logia P2 decide pasar a la acción. El 2 de agosto de 1980 se lleva a cabo un atentado en la estación de tren de Bolonia, donde mueren 85 personas y hay otras 200 heridas. En diciembre de 1984 otro atentado, esta vez contra el expreso de Roma-Milán, arrojará un saldo de 16 muertos.

Las investigaciones concluyeron que tras aquellos atentados podían estar no sólo los servicios secretos, sino también una logia de supuesto carácter masónico. Su nombre era «Propanganda Due» (P2). Su fundador era Licio Gelli y su misión acabar con el poder establecido en la República de Italia.

La P2 había estado dirigiendo, desde principios de los sesenta, todo tipo de acciones terroristas con el fin de crear desestabilización política para conseguir su particular «Nuevo Orden. Licio Gelli tenía influyentes contactos con el Vaticano, que le permitían sus planes utilizando la estructura de la Iglesia.

Disponía de notables relaciones, no sólo entre las jerarquías eclesiásticas, sino también en la CÍA y el KGB. Gelli había sabido convencer a más de un ámbito de poder.

Las investigaciones que se hicieron tras la desarticulación de la P2, comprobaron que, además de miembros del Vaticano, había jefes de las fuerzas armadas de Italia, entre ellos treinta generales y ocho almirantes.

Por si esto no fuera bastante, pertenecía también a la logia el jefe de los servicios secretos, así como una serie de empresarios notablemente vinculados con los medios de comunicación.

La logia de Gelli fue disuelta por el parlamento italiano. Tras la «desarticulación oficial» de la P2, su fundador fue acusado de varios delitos de los que salió airoso. Incluso a finales de los 90 fue definitivamente absuelto de los cargos de conspiraciones contra el estado italiano. Si bien se le otorga la paternidad de la expresión «nuevo orden mundial» a George Bush padre, en realidad no le corresponde a él.

Ya aparece algo muy similar en el dólar de presunto diseño masónico-illuminati. Pero si buscamos referentes más contemporáneos, vemos que en 1968 Nelson Rockefeller, tras introducirse en el ala liberal del Partido Republicano y presentarse como candidato en las elecciones de ese año, dijo que si alcanzaba la presidencia trabajaría con todas sus fuerzas para «obtener la creación de un nuevo orden mundial». Nelson Rockefeller fue masón.

Los buscadores de tramas ocultas en la historia afirman que supo rodearse de asesores que estuvieron vinculados a los Illuminati y, de hecho, la Orden Gran Logia Rockefeller al igual que la Orden de Skulls & Bones, con vinculaciones con la familia Bush, son una muestra de ello.

En relación con el conflicto entre los Illuminati y la Iglesia que aparece en la obra Ángeles y demonios, es interesante resaltar que en agosto de 1969, al volver de un viaje por América Latina, Rockefeller envió un informe al presidente Nixon en el que le dicía: «la Iglesia Católica ha dejado de ser un aliado de confianza para nosotros y la garantía de estabilidad social en el Continente Sudamericano…

Debemos estudiar la necesidad de sustituir a los católicos por otros cristianos en América Latina, apoyando grupos fundamentalistas».

En la búsqueda de un gobierno mundial aparecen un gran número de instituciones compuestas, no sólo por las principales fortunas del mundo, sino también por personas dotadas de grandes capacidades de mando.

En la actualidad la visión que se tiene de estos grupos es que son asociaciones empresariales, financieras, o que tienen misiones de asesorías en las relaciones exteriores de numerosos países.

Sin embargo, la cosa parece ir más allá, y si bien no es posible afirmar que dichas instituciones estén gobernando el mundo, todo apunta a que son utilizadas como tapaderas por algunos de sus miembros que sí son los que manejan los hilos.

El Club Bilderberg está considerado como el club de los dueños del mundo. Sus actos aparentemente no son muy conocidos, ya que no suelen difundirse al público.

Está formado por jefes de gobierno, banqueros, presidentes de multinacionales, dueños de medios de comunicación, etc, y su costumbre suele ser la de encerrarse unos días antes de que lo haga el G8, es decir, el grupo de los ocho países más ricos e industrializados del mundo (Alemania, Canadá, EE. UU., Francia, Italia, Japón y Reino Unido, más Rusia desde 1997).

Son muchos los que piensan que el Club Bilderberg es la rama secreta del G8, aunque en apariencia simplemente sea ía de un club más, formado por exquisitos miembros. El Club Bilderberg se fundó oficialmente en mayo de 1954 en Holanda, concretamente en Oosterbeek, y tomó su nombre del hotel en que se reunieron por primera vez. No obstante se supone que ya existía en la sombra desde años atrás y estaba formado por miembros de distintas sociedades secretas.

Su creador fue el príncipe Bernhard de Lippe-Biesterfeld, que pertenecía a la Casa de Orange-Nassau, actual familia real de Holanda. Su nombre había aparecido ya en la prensa, no con motivo de la fundación de un club, sino nada menos que por haber sido oficial de las SS de Hitler y miembro del Partido Nazi.

El príncipe Bernhard ya poseía extraños negocios especulativos en la época de los nazis. Bernhard decidió crear un club de élite que aglutinara a los principales poderes del mundo. Entendía que en la nueva época el poder ya no estará exclusivamente en la religión ni tampoco en la política, sino en ambas, pero también en el mundo industrial, económico y de la empresa.

Presidió el singular club hasta el año 1976 y durante todo este tiempo se buscó aumentar el entendimiento entre Estados Unidos y el continente europeo.

El príncipe Bernhard legó posteriormente la presidencia a Alec Douglas Home (1903-1995), que fue un relevante político británico que permaneció en la Cámara de los Comunes hasta 1945. En 1951 fue ministro de Estado para Escocia, y en 1955 pasó a coordinar las relaciones con la Commonwealth.

Por último ascendió al cargo de primer ministro el 19 de octubre de 1963, permaneciendo al frente del gobierno durante un año. Otro punto interesante en la biografía de este personaje es que, entre los años 1970 y 1974, fue secretario del Foreign Office, que es la institución encargada de controlar la política exterior del Reino Unido.

Tras Douglas Home, presidió el Club un político alemán; Walter Scheel, que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Luftwaffe, operando con la unidad Nachtjagdgeschwader. Terminó la contienda con el grado de Teniente primero y condecorado con la Cruz de Hierro. Según la revista Der Spiegel, Walter Scheel se hizo miembro del Partido nazi en 1942. La Comisión Independiente de Historiadores criticó en su informe publicado en octubre de 2010 que Scheel no había admitido su afiliación al partido nazi hasta muchos años después de su nombramiento como ministro de Relaciones Exteriores.

En 1953 fue elegido miembro de la Cámara de los Diputados alemana, más conocida como Bundestag.

Entre los años 1961 y 1966 fue ministro para la Cooperación Económica y el 1 de julio de 1974 llegó a presidente Federal, manteniendo dicho cargo hasta 1979. Scheel mantuvo la jefatura del Club Bilderberg hasta 1985, fecha en la que fue sustituido por Eric Roll, presidente de un notable grupo bancario, el S. E. Warburg. Otro de los presidentes destacables fue Peter Rupert que popularmente era conocido como Lord Carrington que fue secretario general de la OTAN así como ex ministro de varios gobiernos británicos.

Como vemos, el club no tiene sino influyentes y poderosos miembros. Pero, ¿podemos considerar que es realmente un centro de conspiraciones? Se dice que quien entra en el Club Bilderberg al poco tiempo logra ascender.

La suya será una ascensión política y social a nivel internacional, siempre que la persona en cuestión acate los consejos que recibirá de los miembros dominantes de dicho club. Una muestra de este éxito lo tenemos en Clinton y en Blair, que ingresaron en el club poco antes de ser escogidos presidente y primer ministro de sus respectivos países. Como curiosidad debemos indicar que, al parecer, el dirigente del PSOE español, Pedro Sánchez, ha sido invitado a la próxima reunión del Club.

Como toda sociedad secreta que se precie, el Club no publica anuncios para captar socios. Entrar en esta institución no es fácil, ya que son «ellos», al igual que los Illuminati, los que escogen a los candidatos. Se supone que el proceso de selección se basa en los intereses que tiene el club en sus proyectos a escala global.

Un comité de dirigentes supervisores es el encargado de seleccionar a las cien personas que serán invitadas en la próxima convocatoria. Los invitados tendrán que guardar en secreto su asistencia.

Ésta es una norma indispensable para mantener buenas relaciones con el club, que además en sus reuniones cuenta con la colaboración en seguridad no sólo de la CÍA, sino también del servicio secreto israelí, el Mossad.

Nadie sabe oficialmente cuándo se reúnen. Tampoco se efectúan ruedas de prensa o comunicados oficiales. Los encuentros de los miembros del club sirven para abordar aspectos políticos y financieros.

El nuevo orden mundial está presente en dichas reuniones. Sería de suponer que con la cantidad de personajes importantes que se congregan en las reuniones del Bilderberg, hubiese presencia de la prensa.

Pero, sorprendentemente, el secretismo es lo que domina. Todo parece indicar que los miembros del Club vuelven a casa con una posición tomada, y las instrucciones siempre suelen ser bastante claras.

En caso de duda, sólo hay que llamar al Club. A través de diferentes medios de comunicación se ha tenido constancia de algunos de los «sabios consejos» que se han vertido en el Club.

Por ejemplo, se le acusó de estar tras el bombardeo ruso sobre Chechenia.

Al parecer los responsables de la OTAN que eran miembros del club, autorizaron en reunión secreta a otro miembro, el presidente ruso Putin, a atacar la región rebelde.

Pero no siempre los consejos del Club son acatados.

En 2003 se filtró la noticia de que Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos y uno de los clásicos asistentes a las reuniones del Club, había asegurado tras los atentados del 11-S a las Torres Gemelas, que no invadiría Irak.

Sin embargo, sí lo hizo. El resultado causó tal malestar en el Club Bilderberg, que Colin Powell tuvo que dar explicaciones a sus miembros respecto a las operaciones militares en Irak. Si el Club Bilderberg nos parece sospechoso de influir en los destinos del mundo, otro tanto sucede con la organización fundada por uno de sus miembros y que popularmente recibe el nombre de Comisión Trilateral.

En julio de 1973 un miembro de la mítica familia financiera Rockefeller decide fundar un grupo, la Trilateral, que estará formado por la élite de la política y la economía mundial. David Rockefeller tenía el objetivo de que dicha organización fuera selecta y contara sólo con los mejores. Se trataba de crear un organismo privado que aunara los esfuerzos de Estados Unidos, Europa y Japón, en lo que a materia social y política se refiere.

De algún modo se trataba de poder regir los destinos del mundo más allá de las fronteras y los gobiernos. Curiosamente esta decisión recuerda bastante a la que pretendía el fundador de los IIluminati. David Rockefeller quería un gobierno mundial más allá de los estados.

Tanto en la década de los setenta como en la actualidad no es la política la que maneja los hilos, sino las finanzas.

La Comisión Trilateral era una forma de anular la autonomía de los países y de crear un gran bloque del primer mundo capaz de regir los destinos del segundo y el tercer mundo. En la Trilateral no entraban América Central y del Sur, ni tampoco África ni los países asiáticos. Sólo Japón estaba llamado a ser el representante de Oriente.

En su fundación inicial se explícita: “Esta comisión se crea con el fin de analizar los principales temas a los que debe hacer frente Estados Unidos, Europa del Oeste y Japón“.

Entonces todavía no se había producido la caída del Muro de Berlín y la Perestroika. Los miembros de la Comisión reúnen más de 200 personalidades provenientes de las tres regiones y comprometidos en diferentes áreas.

Muy parecido en su funcionamiento al Club Bilderberg, la Comisión Trilateral, dotada de una discreción absoluta, no ofrece ruedas de prensa ni sus miembros conceden entrevistas sobre sus reuniones.

Sin embargo, sí suelen publicarse unos documentos oficiales sobre distintos temas abordados.

Dichos informes son elaborados por equipos de expertos que informan al mundo sobre «aquello que hay que hacer más allá de las soberanías nacionales y las fronteras».

De hecho uno de los fines de la Comisión Trilateral es «manejar adecuadamente la gobernabilidad mundial». Una de las ideas que desde sus inicios pretende poner en práctica la Trilateral, es la consecución de un nuevo orden mundial, que recuerda mucho a los objetivos de las sociedades secretas.

Para conseguir este nuevo orden los miembros de la Trilateral no dudan en efectuar declaraciones y dar «consejos» a los gobiernos, pero también a las instituciones mundiales, asesorando al respecto de la globalización, la economía, los intercambios financieros entre países ricos y pobres, etc.

Los miembros de la Trilateral defienden que ellos están más allá de los poderes establecidos, y que son quienes están «en mejores condiciones para planificar y construir la arquitectura mundial».

Tras los atentados del 11-S la Trilateral insistió en la necesidad de un orden internacional distinto y una respuesta global al proyecto.

Poco después el presidente Bush proclamaba que se erigía en paladín universal de la democracia y que atacaría al terrorismo en cualquier lugar del mundo.

Estados Unidos declaró en aquel momento la guerra al terrorismo, y la «limpieza» comenzó en Afganistán. La excusa fue atrapar a Bin Laden, que supuestamente fue asesinado bastantes años más tarde. Eso sí, la búsqueda permitió que Estados Unidos crease un gobierno afgano a su criterio.

En aquella reunión de la Trilateral estuvieron presentes, entre otros, varios miembros del gobierno Bush, como Colin Powell, secretario de Estado; Donald Rumsfeld, secretario de Defensa; y Richard Cheney, vicepresidente. Tiempo después, mientras se mantenía la presencia americana en Afganistán, le tocó el turno a Irak y los tres citados afirmaron tener pruebas de que el gobierno de Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva.

 La guerra de Irak vendría a continuación.

El nuevo orden mundial y la «justicia» global eran imparables. A diferencia de otras organizaciones la Trilateral es más discreta que secreta. En apariencia el esoterismo y las teorías de la conspiración mundial son ajenos a ella. Es una institución conocida por todo el mundo, algo así como un «consejo de sabios experimentados». Sin embargo son muchos los que ven en la Trilateral la cara visible y de otros que están detrás, como el Club Bilderberg o incluso esferas relacionadas con sociedades secretas clásicas como los illuminati, la Masonería y otras. Vivimos en un mundo globalizado.

Es cierto que sigue habiendo fronteras y estados, pero si analizamos con frialdad los principales «clubs» del mundo vemos que, más allá de los estados, sus fronteras y banderas, parece haber un destino marcado por sus dirigentes, que se reúnen en agrupaciones aparentemente inocentes y que miran las cosas desde una perspectiva supranacional.

Los tentáculos de las sociedades secretas, de los verdaderos dueños del mundo, están por todas partes. Con la popularización de internet y el acceso a la TV vía satélite, hemos conseguido empequeñecer nuestro planeta.

Es cierto que cada vez tenemos más recursos a nuestro alcance. También es verdad que gozamos de una capacidad de información muchísimo mayor que la que tuvieron nuestros padres y abuelos. Sin embargo, dichas ventajas no son unidireccionales.

Dicho de otra manera, creernos más libres sólo por tener acceso a la información es estar equivocados. Las sociedades secretas, pero también los servicios de información y los propios gobiernos, se valen de una sociedad tecnológica para controlarnos.

Podemos ser espiados por medio de algo tan inocente como el número de una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito; a través de los servidores de internet y de todos los programas que los diferentes distribuidores de contenidos introducen en nuestros ordenadores.

Los que manejan los hilos desde la sombra, tienen la capacidad de saber a qué hora nos conectamos a la red, qué tipo de navegación hacemos, qué periódico virtual hemos leído. También pueden descubrir nuestros gustos musicales, políticos, sociales y hasta sexuales.

Si el seguimiento por internet es implacable, no digamos ya otras fuentes, como los datos de la inscripción a la Seguridad Social, los registros de Hacienda, o el empadronamiento en un municipio.

Nuestro teléfono móvil puede ser detectado vía satélite con un margen de error de poco más de un metro. Pensar que somos libres y que vivimos en un mundo libre en una sociedad como la nuestra, es una paradoja.

Tiene más libertad de movimientos que nosotros cualquier habitante del mal llamado Tercer Mundo. Sus conversaciones no son tan fáciles de capturar. Visto el panorama, de una cosa podemos estar seguros: el «Gran Hermano» de Orwell no es sólo una novela sino la realidad en la que estamos viviendo.

El proyecto illuminati era conquistar el mundo después de tres grandes contiendas. Dos ya han acaecido. El inicio de la tercera sería provocar «batallas cruentas».

¿Quizá se trata del terrorismo? Tras la tercera contienda, siempre según los proyectos illuminati, debería producirse la destrucción del Cristianismo, que es el objetivo de la trama del libro Angeles y demonios.

Tras dicha época de convulsión llegaría el momento de la redención, del nuevo tiempo, de la «iluminación de las mentes».

Sería el tiempo de Lucifer, quien para los Illuminati no es en absoluto una figura diabólica, como la define la Iglesia, sino un símbolo de la elevación.

Según ellos, Lucifer es el auténtico portador de «La Luz».

El complot no ha hecho más que empezar. Las sociedades secretas han tejido los hilos capaces de conducir a la humanidad durante los próximos siglos. En la documentación de los illuminati encontramos párrafos reveladores:

“Arrojaremos a los nihilistas y ateístas y provocaremos un cataclismo social que mostrará claramente a todas las naciones el efecto del ateismo absoluto, origen del salvajismo más sangriento. Entonces, por doquier, la gente forzada a defenderse contra la minoría de revolucionarios, exterminará a estos destructores de la civilización“.

Según losilluminati, las multitudes, desilusionadas con el cristianismo, recibirán la verdadera luz a través de la manifestación universal de la doctrina de Lucifer, seguida por la destrucción del cristianismo y del ateismo, ambos conquistados y destruidos al mismo tiempo…

Los grupos de la conspiración mundial están actuando en todas partes. Nadie repara en ellos. Sin embargo, todo parece indicar que estamos bajo el mandato de un poderoso e invisible gobierno mundial que persigue, continúa y sustenta la idea de un ex jesuita alemán llamado Adam Weishaupt, fundador de los Illuminati.

Algunos investigadores opinan que losIlluminati ya están en las filas de la curia vaticana.

Teóricamente, la Comisión Trilateral está formada por un grupo de personas que representan las más altas finanzas y el mundo de los negocios y la política de Estados Unidos, Europa y Japón. Pero lo que no todo el mundo sabe es que desde la Trilateral se establecen nexos de unión y colaboración con la Masonería.

Lo que tampoco se reconoce oficialmente es que detrás de la Masonería estén los Illuminati. Los investigadores del mundo de la conspiración afirman que el llamado nuevo orden mundial es en realidad la puesta en práctica de uno de los símbolos por excelencia de los Illuminati: la pirámide que aparece en los billetes de un dólar. Y el presidente Washington era masón, así como también lo era su rival, Thomas Jefferson. Los miembros del club Bilderberger, fundado en 1954 e integrado por los 500 hombres más influyentes del mundo, estarían en la base de esta pirámide.

Por encima de ellos encontraríamos el llamado «Consejo de los 33», formado por los grandes maestres masones de más alta graduación de todo el mundo. Sobre estos masones hallaríamos el gran consejo de los 13 Grandes Druidas. Sobre ellos actuaría un estamento denominado «El Tribunal», compuesto por personas desconocidas.

Todos los consejos, grupos y estamentos referidos estarían gobernados por alguien sin nombre que poseería el grado 72 de los cabalistas. Este alguien recibiría el nombre de «El Illuminati», el omnipotente gran hermano elucubrado por Weishaupt y anunciado nuevamente en 1949 por George Orwell en su novela profética 1984.

El 1 de agosto de 1972 uno de los mandatarios de esta pirámide lanzó una frase críptica, que muchos han querido ver relacionada con la caída de las Torres Gemelas: «Cuando veáis apagarse las luces de Nueva York, sabréis que nuestro objetivo se ha conseguido». ¿Fueron las Torres del World Trade Center las señales que marcan el cambio del mundo?

Dado todo lo antes indicado, ¿hay alguna posibilidad para la esperanza? Unos pocos analistas, en relación con el típico coro de voces que únicamente pronostican las crisis cuando ellas ya están ocurriendo, han percibido que la situación económica y financiera internacional se ha vuelto, silenciosamente, alarmante.

Si, además, introducimos el grave problema energético, que explica el afán de invadir Irak contra viento y marea, resulta obvio que la crisis definitiva no sólo no parece ser evitable, sino que los tiempos pueden estar mucho más cercanos de lo que las transitorias bonanzas en los mercados pueden augurar. Obviamente los cambios no se van a producir sin costos. Éstos hoy no pueden evaluarse. Sólo puede pensarse que muy probablemente serán superiores a los alguna vez vividos por las actuales generaciones.

 Puede que esto no guste, pero la alternativa sería nada menos que la profundización de la globalización a niveles desastrosos para las mayorías populares.

Puede resultar paradójico, pero todo indica que la estocada mortal al poder de la élite la dará, en algún momento aún incierto del tiempo, el propio “dios” creado por ella misma. Como en el Dr. Frankenstein, la élite ha contribuido a desarrollar un ser que se apresta a volverse en contra de su propio creador y merendárselo. Ese ser no es otro que el mercado.

A veces la propia realidad nos sorprende y parece proporcionar datos paradójicos o premonitorios.

Por ejemplo, pocos parecen haber reparado en que si se recorre Wall Street, en Manhattan, en el mismo sentido del Sol, o sea de este a oeste, finaliza en un muy extraño lugar.

Sobre todo resulta extraño por tratarse del centro financiero del mundo. Wall Street no termina en el agujero que dejaron las Torres Gemelas en su caída precipitada el 11 de septiembre de 2001. WallStreet termina en el pequeño y lúgubre cementerio colonial de Saint Paul, al lado de una ruinosa, oscura y casi siempre cerrada o vacía iglesia.

Allí, en ese cementerio, muy anterior a la globalización y al mundo de las finanzas, bajo unas descuidadas y viejas lápidas cuyos nombres y fechas ya ni se leen, debido al paso del tiempo, yacen los únicos restos, las únicas “calaveras y huesos” que hoy descansan en paz en Manhattan.

Fuentes:
René Chandelle – Mas Alla De Angeles Y Demonios – El Secreto De Los Illuminati
Dan Brown – Ángeles y Demonios
David Icke – El Mayor Secreto
Louis Pauwels & Jacques Bergier – El Retorno de los Brujos
Robert Lomas – El Colegio Invisible
Lynn Picknett y Clive Prince – La revelación de los templarios
William Bramley – Dioses del Edén
Jan Van Helsig – Las Sociedades Secretas y su Poder en el Siglo XX

https://oldcivilizations.wordpress.com/2015/07/24/el-curso-de-nuestra-historia-ha-sido-planificada-por-sociedades-secretas/

Fuente: http://carlosagaton.blogspot.com.es/2015/08/ha-sido-la-historia-dirigida-por.html
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Una revisión de las alianzas actuales de las sociedades secretas y centros de poder visibles

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En preparación para lo que seguro que será un otoño ajetreado, ahora es un buen momento para revisar las estructuras de poder secretas y públicas del mundo y sus alianzas. Con el fin de aportar un valor añadido a los abonados, este informe se basa principalmente en la experiencia de primera mano con diversas sociedades secretas y las estructuras de poder público.

Mi entrada en el mundo de las sociedades secretas se inició después de haber advertido públicamente a los asiáticos que el SARS era un arma biológica dirigida a ellos. Debido a esto y a mi exposición de la verdad del 11-S y otras actividades periodísticas, la administración neo-con jázara de Bush ofertó un contrato de asesinato contra mí.

El primer grupo secreto que contactó conmigo después salir este contrato fue enviado por Henry Kissinger través del ex ministro de Finanzas japonés, Heizo Takenaka. El enviado que mandaron, que se describió a sí mismo como un asesino, dijo que representaba a “los ancianos de Sión”. El me dijo (y lo tengo esta en la cinta) que necesitaban matar al 90% de la población mundial a través de la enfermedad y el hambre con el fin de “salvar el medio ambiente”. Su grupo me ofreció grandes riquezas y la posición del ministro de Finanzas de Japón si yo estaba de acuerdo en colaborar con sus planes genocidas. Este es el grupo al que que ahora me refiero con el nombre de mafia jázara. Sus cabecillas ahora incluyen las familias criminales Bush / Clinton, Sheldon Adelson, Benyamin Netanyahu, los Rockefeller y la mayor parte del lado americano de la Junta de la Reserva Federal.

El segundo grupo secreto que contactó conmigo fue “el Rojo y el Azul”, que dice representar a la dinastía Ming, diciendo que tenía 6 millones de miembros (mucho más ahora) incluyendo “100.000 asesinos”. Ellos dijeron que su sociedad sólo podría ser utilizada para el bien común y no para beneficio personal. Elegí unirme a ellos en la batalla contra los jázaros.

El tercer grupo que contactó conmigo era el complejo industrial militar de Estados Unidos. Enviaron a Paul Laine, un ex miembro de la unidad de guerra psíquica del Pentágono. También afirmó que estaba con la CIA. Laine me dio mucha información esotérica. Señaló que el programa espacial de los Estados Unidos había sido detenido en seco por una fuerza desconocida. También me proporcionó evidencia de que este planeta había sido destruido antes. Este grupo estuvo de acuerdo con el objetivo de “el Rojo y el Azul” de prevenir la Tercera Guerra Mundial porque todos los juegos de guerra del Pentágono mostraron que tal guerra destruiría el 90% de la humanidad y dejaría el hemisferio norte del planeta inhabitable.

El cuarto grupo que se puso en contacto conmigo era “la familia”, a menudo denominada como los Rothschild. Este grupo lo constituyen los linajes reales europeos e incluyen a la familia Saxe Gotha, los Rothschild, los Habsburgo y otros linajes reales europeos. Este es el grupo detrás de la llamada campaña de “calentamiento global”. Esta campaña, a pesar de estar basada en un fraude, me fue presentada por ellos como una forma de salvar el medio ambiente sin genocidio. El Rito escocés de la masonería representa en última instancia a este grupo. Su representante, el Dr. Michael Van de Meer conocido como Meiring se refirió a la gente detrás del genocidio planificado como los “Judíos”. La investigación adicional reveló que eran los dirigentes no judíos de los Judíos, conocidos históricamente como los hicsos, quienes eran el problema. Una vez más, la mafia jázara.

El quinto grupo en ponerse en contacto conmigo fueron los gnósticos Illuminati. Su representante, el autoproclamado Grandmaster Illuminati Alexander Romanov (alias Richard Sorge, Sasha Zaric, Gordon Moore, etc.), dijo que este grupo estaba detrás de las revoluciones rusa, francesa y americana. Se oponen a la regla de la línea de sangre. Este grupo también me advirtió sobre el ataque terrorista nuclear y tsunami planeado contra Japón del 11-3-11 antes de que pasara. Romanov afirmó que había sido contratado por el ex campeón de ajedrez Bobby Fischer. Fue Romanov quien mencionó a Isis primero, mucho antes de que apareciera en las noticias.

El sexto grupo que contactó conmigo fue la logia Francmasónica P2 que envió a Leo Zagami a visitarme en Japón. Este grupo dice que controla el Vaticano y a la mafia y es gobernado por los descendientes de los césares romanos. Cuando visité la Logia P2 en Italia me presentaron a generales, periodistas, políticos, etc. El miembro de más alto rango del P2 que conocí fue Vincenzo Mazzara, un caballero de la Orden de los Caballeros Teutónicos. Este grupo adora al Sol Negro y afirman que estaban detrás de comunismo y otros grandes movimientos políticos. Ellos mostraron su poder al quitar de sus cargos al primer ministro, Silvio Berlusconi, y al Papa Benedicto (maledicto) XVI.

El séptimo grupo me encontré fue la familia del Dragón. Fui presentado en este grupo después de conocer a su representante en Singapur. El representante Rothschild dijo cuando organizó la presentación que “si usted quiere hablar con China, esto es lo más alto que hay”. Este grupo afirma estar compuesto de varios linajes reales asiáticos y también afirma tener protectores ET. Tienen reivindicaciones históricas legítimas sobre la mayoría de oro del mundo.

El octavo grupo que se acercó a mí fue la Sociedad del Dragón Negro. Como varios grupos afirman tener este título, en la actualidad Chodoin Daikaku, director de sociedades marciales japonesas en el mundo de las artes (Karate, Ninjutsu, Aikido, etc.), con más de 50 millones de practicantes en todo el mundo, parece ser su mejor representante.

Un poderoso noveno grupo que contactó conmigo fue la liga juvenil del partido comunista chino o la parte meritocrática del gobierno chino. Su agente en Japón, un tal señor K, es el principal medio que tengo para la información por parte del gobierno chino.

Hay muchos otros grupos que también hicieron contacto, incluyendo:

Los masones de la Gran Logia de Oriente de Francia

El grupo Yakuza Inagawa

El grupo Yakuza Sumiyoshi

El grupo Yakuza Yamaguchi Gumi

Los Asesinos (Persia)

La mafia nigeriana

La dinastía Moghul de la India,

La Familia Real de la India,

La Familia Real de Tailandia

Las agencias británicas de inteligencia MI5 y MI6

Los Rosacruces (BIS / Cruz Roja)

El grupo Sokka Gakkai budista

Etc. etc.

Cuando “el Rojo y el Azul” me pidieron que encontrase sociedades secretas occidentales benevolentes, los anteriores son algunos de lo que me encontré. Una red informal que contiene los miembros de todos los grupos anteriores se ha formado y se llama la Sociedad del Dragón Blanco.

Al igual que “el Rojo y el Azul”, el SDB solo se puede utilizar para el bien común y no para beneficio personal. Hasta ahora, el SDB y sus aliados han detenido todos los intentos jázaros de hacer estallar la Tercera Guerra Mundial, de crear pandemias y de causar hambruna generalizada. En otras palabras, hems salvado al mundo de la destrucción.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Por un lado, contactar todos estos grupos dejó claro que no hay un solo gobierno secreto o público gobernando el mundo. En su lugar tenemos ciertos grupos secretos vinculados a determinados centros de poder como el Vaticano, el Imperio Británico, la UE, la ONU, el complejo industrial militar de Estados Unidos, Wall Street, China, la Banca suiza etc.

Mientras que muchas personas, con razón, temen la creación de un gobierno mundial de Nuevo orden mundial fascista, igual que en cualquier pueblo, hay ciertas reglas mínimas básicas de cooperación que son necesarias. En este momento el poder mundial es tal que pandilleros fuera de la Ley pueden saquear y asesinar impunemente en lugares como Ucrania o en Oriente Medio sin sufrir ninguna consecuencia.

Todos respiramos el mismo aire, bebemos la misma agua y deseamos la seguridad y el bienestar de nosotros mismos y nuestras familias. También hay cuestiones, como la sobrepesca, la deforestación y la guerra, que la actual arquitectura política y económica internacional no ha sido capaz de resolver. Tenemos que tener un nivel mínimo de cooperación a nivel internacional con el fin de resolver los problemas de este tipo.

Por otra parte, debido a la anarquía en el sistema internacional, este planeta no tiene objetivos coherentes o planes para el futuro. En su lugar tenemos un batiburrillo de metas y agendas. Las viejas élites tienen también parte de razón sobre la masa de “comedores inútiles”, o gente ociosa que malgasta su vida sin hacer ninguna contribución real para el planeta. Ellos necesitan que se les de algo valioso y satisfactorio que hacer. ¿Qué pasaría si todos tuviéramos algunos objetivos mínimos que acordamos hacia los que dirigirnos? Por ejemplo, mucha gente estaría de acuerdo en que deberíamos tratar de convertir este planeta en un paraíso para todos los seres vivos. Muchos quieren explorar el universo. Otros desean la inmortalidad. Todas estas cosas se pueden hacer realidad si trabajamos juntos para que así sea.

La gente que dirige el actual sistema internacional están planeando anunciar todo tipo de reformas este otoño. Mientras que sus intenciones son buenas, es probable que sea demasiado poco, demasiado tarde.

La próxima semana, en el último número de nuestra serie de verano, vamos a demostrar en detalle hasta que punto es realmente disfuncional el actual sistema político y económico internacional. Esto debería proporcionar el impulso para una campaña de otoño para reiniciar completamente la forma en que llevamos este planeta. La gente no criminal en la parte superior del sistema actual no tienen nada que temer porque no queremos destruir nada antiguo, queremos construir algo nuevo.

24-08-15. Una revisión de las alianzas actuales de las sociedades secretas y centros de poder visibles

PRESIDENTES NORTEAMERICANOS MASONES

George Washington, primer Presidente, 1789 – 1797, Comandante General durante la Revolución Americana, se hizo un masón en Agosto 4, 1753, en la logia Fredericksburg (ahora No. 4), A. F. & A. M., Fredericksburg, Virginia.
James Monroe, quinto Presidente, 1817 – 1825, hecho un masón Noviembre 9, 1775, en la logia Williamsburg (ahora No. 6), A.F. & A.M., Williamsburg, Virginia.
Andrew Jackson, Séptimo Presidente, 1829 – 1837 Logia Harmony No. 1, Nashville, Tennessee, un miembro honorario de la Logia Federal No. 1, F. & A.M., Washington, D.C., y la Logia Jackson No. 1, F. & A.M., Tallahassee, Florida. En 1822 y 1823 él sirvió como el Gran Master de Masones en Tennessee.
James Knox Polk, Décimo primer Presidente, 1845 – 1849, hecho un Mason en Septiembre 4, 1820, en la Logia de Columbia No. 31, F. & A.M., Columbia, Tennessee.
James Buchanan, Décimo quinto Presidente, 1857 – 1861, hecho un Mason en Enero 24, 1817, en la Logia No. 43 (no tiene nombre), F. & A.M., Lancaster, Pennsylvania.
Andrew Johnson, Décimo Séptimo Presidente, 1865 – 1869, hecho un Mason durante mayo, 1851, en la Logia Greeneville No. 119 (ahora No. 3), F. & A.M., Greeneville, Tennessee.
James Abram Garfield, Vigécimo Presidente. 1881, hecho un Mason en Noviembre 22, 1864, en la Logia Columbus No. 30 F. & A.M., Columbus, Ohio.
William McKinley, Vigécimo quinto Presidente, 1897 – 1901, hecho un Mason en May 3, 1865, en la Logia Hiram No. 21, A.F. & A.M., Winchester, Virginia.
Theodore Roosevelt, Vigécimo sexto Presidente, 1901 – 1909, hecho un Mason Abril 24, 1901, en la Logia Matinecock No. 806, F. & A.M., Oyster Bay, New York.
William Howard Taft, Vigécimo Séptimo Presidente, 1909 – 1913 – Principal Juez de Justicia en Corte Suprema 1921 – 1930, hecho un “Mason a la vista” en una “Logia Ocasional” llamada para ese propósito en Febrero 18, 1909, en la Catedral del Rito Escoces, Cincinnati, Ohio, por Charles S. Hoskinson, Gran Master de Masons en Ohio.
Warren Gamaliel Harding, Vigécimo noveno Presidente, 1921 – 1923, hecho un Mason en Agosto 27, 1920, en la Logia Marion No. 70, F. & A.M., Marion, Ohio.
Franklin Delano Roosevelt, Trigécimo segundo Presidente, 1933 – 1945, hecho un Mason Noviembre 28, 1911, en la Logia Holland No. 8, F. & A.M., New York, New York, la misma Logia en que George Washington, el primer Presidente de la Nación, tuvo membresía honoraria.
Harry S. Truman, Trigécimo tercer Presidente, 1945 – 1951, hecho un Mason en Marzo 18, 1909, en la Logia Belton No. 450, A.F. & A.M., Belton, Missouri. Él sirvió como el Gran Master de Masones de Missouri en 1940. Iniciado: Febrero 9, 1909, en la Logia Belton No. 450, Belton, Missouri. En 1911, varios miembros de la Logia Belton se separaron para establecer la Logia Grandview No. 618, Grandview, Missouri, y el Hermando Truman sirvió como su primer Maestro de Adoración. En la Sección Anual de la Gran Lodgia de Missouri, Septiembre 24-25, 1940, el Hermano Truman fue elegido (por un landslide) el 97 Gran Master de Masones de Missouri, y sirvió hasta Octubre 1, 1941. El hermano y presidente Truman fue hecho un Gran Soberano Gran Inspector General, 33º, y miembro honorario, del Concejo Supremo en Octubre 19,1945 en el Concejo Supremo A.A.S.R. en las Direcciones de la Juridisción Sur en Washington D.C., en dicha ocasión él sirviócomo ejemplar (Representante) para su clase. Él también fue electo un Gran Maestro Honorario del Concejo Supremo Internacional, Orden de DeMolay. En Mayo 18, 1959, el Hermano y expresidente Truman fue condecorado con un premio de 50 años, el único presidente de los Estados Unidos en alcanzar ese aniversario dorado en la Masonería.
Gerald R. Ford, Junior. Trigécimo octavo Presidente, 1974 – 1977. Él fue levantado al grado sublime de Master Mason en Mayo 18, 1951 in Columbia Lodge No. 3, F. &.A.M., of Washington, D.C., como una cortesía por la Logia Malta Lodge No. 465, F. & A.M. of Grand Rapids, Michigan.
Lyndon Baines Johnson 1908-1973. Trigécimo sexto Presidente, 1963 – 1969. Entró grado Apprendiz en Logia Johnson City No. 561, Johnson City, Texas Octubre 30, 1937. no avanzó
1993-2000 William J. Clinton, Cuadragécimo segundo Presidente de los Estados Unidos (D) Confirmado Mason. Clinton, A Rhodes Scholar, un mimbro CFR, un miembro de la comisión Trilateral y un participante Bilderberger. Él se unió al Concejo de Relaciones Extranjeras en 1989, atendió una reunión Bilderberg en 1991 y era un miembro corriente de la Comisión Trilateral en el tiempo de su nominación. Pam Harriman es la persona detrás de Bill Clinton. Ella está atada con los Collins del grupo satánico Club Fuego del Infierno. Su esposa Hillary es conocida bruja practiante del shamanismo. Vice Presidente Al Gore 1993-2000. Confirmado Mason. Bill Clinton tiene antecedentes Criminales
Diciembre 13, 2000 – George Bush Jr. Se convierte en cuadragésimo tercer Presidente de los Estados Unidos. Confirmado miembro del Cráneo y Huesos. George W. admite ser un miembro del Cráneo y Huesos a la revista Times. También un miembro swl Concejo de Relaciones Extranjeras. Confirmado Mason. Bush está cercanamente relacionado a cada monarca Europeo en fuera del trono — incluyendo el rey de Albania — y tiene parentezco con cada miembro de la familia real Británica, la Casa de Windsor. Él es el décimo tercer sobrino de la reina madre de Inglaterra, y de su hija Reina Elizabeth y el décimo tercer una vez removido el heredero a trono, Príncipe Carlos. El árbol familiar de Bush puede ser documentadohasta el siglo 15. Él es un descendiente directo del de Henry III y la hermana de Henry VIII María Tudor, quien también fue la esposa de Louis XI de Francia. Él es también descendiente de Carlos II de Inglaterra. George Bush Jr. And the Number 13
FUENTE : Publicaciones

El curso de nuestra historia, ¿ha sido planificada por sociedades secretas?

A través del libro El Código Da Vinci, Dan Brown abrió una puerta que dejaba entrever ciertos secretos celosamente guardados durante siglos. Se abrió una puerta que nos llevaba a ver y a conocer  aspectos ignorados o que, como por casualidad, habían pasado desapercibidos. EnÁngeles y Demonios, Dan Brown libera otros secretos aun más peligrosos. Se trata de una guerra abierta contra el poder de la Iglesia,Imagen 4capitaneada por una sociedad secreta denominado Illuminati. La pregunta que nos podemos plantear es: ¿quién está manejando los hilos de la sociedad? La  conspiración y los  ritos iniciáticos   vinculados   a las  sociedades  secretas, no son temas nuevos. En   el   siglo  XI   Hasan   ibn   Sabbah   fundó  una   secta   inspirada   por   una   rama   fanática   del ismailismo, los Asesinos  o Hashashin,   que   significa  «los que   consumen haschís».   Ejecutaban   a sus víctimas con gran crueldad, impulsados por un estado de euforia criminal que les propiciaba el uso de esa droga.   En   el   siglo   XIII  fueron   condenados   a   muerte   más   de   doce   mil   miembros   del citado  grupo.  Muchos  lograron salvarse y  se dispersaron por Siria, sin que actualmente se sepa que ocurrió con los supervivientes de la secta. En 1776 Adam Weishaupt crea la secta de los Iluminados de Baviera, conocidos como Illuminati. Su objetivo oficial y explícito era conducir al ser humano al correcto camino de la espiritualidad primitiva. Pero el método para lograrlo era erradicar los   gobiernos   y   las   propiedades   privadas,   derrocando   monarquías   e   instaurando   repúblicas autoritarias.  Aunque  las fechas  son  confusas,  en 1785  la orden  fue oficialmente disuelta, aunque no desapareció. Pero hay otros aspectos que aluden a la masonería, los rosacruces, o los que vinculan las tramas secretas de conspiración mundial con   algunas siglas, como, por ejemplo, la OSS, denominación de  un  grupo de  investigación precursor  de  la  CÍA  actual, o bien la  Logia P2,  una  de  las sociedades más poderosas que hubo en Italia. René Chandelle es un escritor e historiador francés dedicado a la historia medieval. Es conocido por sus análisis de best-sellers históricos. Ha publicado varios libros: Más allá de Ángeles y Demonios, en que me he basado para escribir este artículo, Entre Da Vinci y Lucifer, Traidores a Cristo: La historia maldita de los Papas, Más allá del Código da Vinci, y Más allá de las catedrales.

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La Oficina de Servicios Estratégicos, más conocida por su nombre original en inglés, Office of Strategic Services, u OSS, fue el servicio de inteligencia de los Estados Unidos de América durante la Segunda Guerra Mundial. Está considerada la antecesora de la Agencia Central de Inteligencia o CIA. Antes de la creación de la OSS (el equivalente al British Secret Intelligence Service), los asuntos del servicio de inteligencia estaban repartidos entre diferentes departamentos del gobierno estadounidense, sin ningún tipo de coordinación. De hecho, el Ejército y la Armada utilizaban códigos diferentes para cifrar sus mensajes secretos. El presidente Franklin D. Roosevelt señaló las deficiencias del servicio de inteligencia estadounidense, y aconsejado por el militar y espía canadiense William Stephenson le encargó a su amigo William Joseph Donovan, un veterano de la Primera Guerra Mundial, la creación de un servicio de inteligencia. Su trabajo fue compilado en el “Memorandum of Establishment of Service of Strategic Information“, y tras ello Donovan fue nombrado “Coordinador de Información” en julio de 1941. Así se estableció la Oficina de Servicios Estratégicos, mediante una orden militar proveniente de Roosevelt el 13 de junio de 1942, pensando en un primer momento en recopilar y analizar información del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, y realizar operaciones no asignadas a otras agencias. Un mes y medio después de ganar la guerra, en torno al 20 de septiembre de 1945, la OSS fue disuelta por el presidente Harry S. Truman. Así, durante el mes siguiente las funciones de la OSS fueron desempeñadas por los Departamentos de Estado y de Guerra. El Departamento de Estado se ocupó de la sección de Investigación y Análisis, que fue renombrada como Servicio Interino de Investigación e Inteligencia (Interim Research and Intelligence Service, IRIS), dirigido por Alfred McCormack. Por su parte, el Departamento de Guerra asumió las secciones de Inteligencia Secreta (Secret Intelligence, SI) y X-2, para lo cual se creó una oficina especial, la Unidad de Servicios Estratégicos (Strategic Services Unit, SSU). El Secretario de Guerra nombró al brigadier general John Magruder como supervisor de la disolución de la OSS, para preservar el secreto sobre sus acciones. Ya en enero de 1946, el presidente Truman creó el Central Intelligence Group (CIG – Grupo Central de Inteligencia), que es el precursor directo de la CIA. En 1947, la National Security Act estableció la primera agencia de inteligencia en tiempos de paz, la CIA, que asumió todas las funciones de la antigua OSS.

Miles de personas han leído la obra Angeles y Demonios, y su lectura ha generado la duda de si realmente explica situaciones reales. Sólo es preciso recordar los atentados de las Torres Gemelas o las guerras de Afganistán e Irak, para darnos cuenta de que algo está ocurriendo. Todo parece indicar que estamos viviendo  en un Nuevo Orden Mundial.  Ésta   es   una   frase   popularizada   por   George Bush padre  duante  la   primera   Guerra  del   Golfo.  Todo parece indicar que George Bush  tiene  cierta  vinculación con los illuminati. La   pregunta   es:  ¿quién   dirige  este  Nuevo Orden Mundial? Quizá  la   respuesta   sea  los gobiernos que están en la sombra, quizá dirigidos por determinadas sociedades secretas. Pero todavía queda otro interrogante por resolver:  ¿qué objetivo tienen estas sociedades secretas? La realidad que hay detrás de la obra de Brown es sutil, reveladora e inquietante. Si   realmente   queremos   saber   cuáles   son   los   mensajes   secretos   que   se   esconden   en  Ángeles y Demonios tenemos que remontarnos unos cuantos siglos atrás en la historia. Así  podremos  conocer   el  pensamiento   de  Galileo  y   cómo   era   la  sociedad  científica   en   la que vivió.   Es el momento histórico en que el conocimiento y el dogma toman caminos divergentes, y la Ciencia se ve impelida a refugiarse en el ocultismo. Pero para avanzar con este tema, debemos conocer en cierto detalle la vida de Galileo. Galileo Galilei (1564 – 1642) fue un astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico italiano, relacionado estrechamente con la revolución científica. Eminente hombre del Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y artes, como la música, la literatura o la pintura. Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante al copernicanismo. Ha sido considerado como el «padre de la astronomía moderna», el «padre de la física moderna» y el «padre de la ciencia». Su trabajo experimental es considerado complementario a los escritos de Francis Bacon en el establecimiento del moderno método científico y su carrera científica es complementaria a la de Johannes Kepler. Su trabajo se considera una ruptura de las teorías asentadas de la física aristotélica y su enfrentamiento con la Inquisición romana de la Iglesia católica suele presentarse como el mejor ejemplo de conflicto entre religión y ciencia en la sociedad occidental. Galileo, que nació en Pisa cuando ésta pertenecía al Gran Ducado de Toscana, fue el mayor de seis hermanos, hijo de un músico y matemático florentino llamado Vincenzo Galilei, que quería que su hijo mayor estudiara medicina.

El cardenal Belarmino, que hizo quemar a Giordano Bruno, ordena que la Inquisición realice una investigación discreta sobre Galileo a partir de junio de 1611. A pesar de pasar meses removiendo cielo y tierra para impedir lo inevitable, es convocado el 16 de febrero de 1616 por el Santo Oficio para el examen de las proposiciones de censura. Es una catástrofe para él. La teoría copernicana es condenada como «una insensatez, un absurdo en filosofía, y formalmente herética». El 25 y 26 de febrero de 1616, la censura es ratificada por la Inquisición y por el papa Paulo V. El proceso comenzó con un interrogatorio el 9 de abril de 1633, donde Galileo no reconoce haber recibido expresamente ninguna orden del cardenal Bellarmino. Por otra parte, dicha orden aparece en un acta que no estaba firmada ni por el cardenal ni por el propio Galileo. Con pruebas endebles es difícil realizar una condena, por lo que es conminado a confesar, con amenazas de tortura si no lo hace y promesas de un trato benevolente en caso contrario. Galileo acepta confesar, lo que lleva a cabo en una comparecencia ante el tribunal el 30 de abril. Una vez obtenida la confesión, se produce la condena el 21 de junio. Al día siguiente, en el convento romano deSanta Maria sopra Minerva le es leída la sentencia, donde se le condena a prisión perpetua, y se le conmina a abjurar de sus ideas, cosa que hace seguidamente. Tras la abjuración el Papa conmuta la prisión por arresto domiciliario de por vida. Giuseppe Baretti afirmó que después de la abjuración Galileo dijo la famosa frase «Eppur si muove» («Y sin embargo se mueve»). Pero según Stillman Drake, Galileo no pronunció la famosa frase en ese momento ya que no se encontraba en situación de libertad y sin duda era desafiante hacerlo ante el tribunal de cardenales de la Inquisición. Para Stillman si esa frase fue pronunciada lo fue en otro momento. El texto de la sentencia fue difundido por doquier: en Roma el 2 de julio y en Florencia el 12 de agosto. La noticia llega a Alemania a finales de agosto, en Bélgica en septiembre. Los decretos del Santo Oficio no se publicarán jamás en Francia, pero, prudentemente, René Descartes renuncia a la publicación de su Mundo. Muchos, entre ellos Descartes, pensaron que Galileo era la víctima de una confabulación de los jesuitas, que se vengaban así de la afrenta sufrida por Horazio Grassi en el Saggiatore. Galileo permanece confinado en su residencia en su casa de Florencia desde diciembre de 1633 a 1638. El 8 de enero de 1642 Galileo muere en Arcetri a la edad de 77 años. Su cuerpo es inhumado en Florencia el 9 de enero. Un mausoleo será erigido en su honor el 13 de marzo de 1736 en la iglesia de la Santa Cruz de Florencia. Galileo, especialmente en su obra Diálogo sobre los principales sistemas del mundo (1633), cuestionó y resquebrajó los principios sobre los que hasta ese momento habían sustentado el conocimiento e introdujo las bases del método científico que a partir de entonces se fue consolidando.

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A partir de Pío XII se comienza a rendir homenaje al gran sabio que era Galileo. En 1939 este Papa, en su primer discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, a pocos meses de su elección al papado, describe a Galileo «el más audaz héroe de la investigación, sin miedos a lo preestablecido y los riesgos a su camino, ni temor a romper los monumentos». Su biógrafo de 40 años, el profesor Robert Leiber, escribió: «Pío XII fue muy cuidadoso en no cerrar ninguna puerta a la ciencia prematuramente. Fue enérgico en ese punto y sintió pena por el caso de Galileo». En 1979 y en 1981, el papa Juan Pablo II encarga una comisión paara estudiar la controversia de Ptolomeo-Copérnico de los siglos XVI y XVII. Juan Pablo II considera que no se trataba de rehabilitación. El 31 de octubre de 1992, Juan Pablo II rinde una vez más homenaje a Galileo durante su discurso a los partícipes en la sesión plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias. En él reconoce claramente los errores de ciertos teólogos del siglo XVII en el asunto. El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979. Pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, confirmó una vez más la tesis de que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de reconocer y prestar obediencia a su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. El propio cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en aquellos momentos, antes de devenirr Papa, lo expresó rotundamente el 15 de febrero de 1990 en la Universidad romana de La Sapienza, cuando en una conferencia hizo suya la afirmación del filósofo agnóstico y escéptico Paul Feyerabend: “La Iglesia de la época de Galileo se atenía más estrictamente a la razón que el propio Galileo, y tomaba en consideración también las consecuencias éticas y sociales de la doctrina galileana. Su sentencia contra Galileo fue razonable y justa, y sólo por motivos de oportunismo político se legitima su revisión“.  Estas declaraciones serán objeto de una fuerte polémica cuando en el año 2008 el ya papa Benedicto XVI tenga que renunciar a una visita a la Universidad de La Sapienza de Roma. Y hasta aquí la detallada historia de Galileo.

Galileo   fue   un   abanderado   de   su   tiempo,   aunque   no   el  único.   Quizá  el   hecho   de   haber   sido sometido  a  un juicio sumarísimo  que le llevó  a  una  posterior  abjuración  de sus teorías  es lo  que más ha trascendido  al gran público.  Pero  el astrónomo  de Pisa no estaba  solo.  A su alrededor y practicando la misma u otras disciplinas hubo muchos científicos que no siempre contaron con el beneplácito  del  poder  establecido,  que  en  aquel  momento  era  la  Iglesia.  En  la  época  de  Galileo, investigar   significaba   depender   de   los   ricos   y   poderosos   mecenas,   quienes   a  su   vez   se   dejaban guiar u orientar por la Iglesia. Un mecenas, por importante que fuera, difícilmente podía apoyar a alguien   cuyas   teorías   no   cuadrasen   con   el   canon   establecido.   Esto   generó  que   algo   que   había permanecido oculto saliese a la luz. Algo que se mantendría durante largo tiempo. Se trataba de un tipo de conspiración o conjura.  Pese   al  total dominio   de   la   Iglesia   había   otras   formas   de   pensamiento,   otros   sistemas   de entender la vida y de comprender la magnitud de las cosas. Era   preciso   prescindir   de   los   dogmas   religiosos y, lógicamente, hacerlo en secreto. En la  época existieron numerosos grupos que, amparándose en el esoterismo y en el ocultismo de lejanas religiones  orientales, dieron   cauces a   las   nuevas   ideas.   Las   sociedades   secretas   apoyaron   los   avances científicos y la ciencia se hizo conspirativa. Su   objetivo   era   enfrentarse   al   poder   establecido,   liberarse   de   aquéllos   que siempre   les   habían   dictaminado   qué  y   cuándo   debían   pensar.   En   aquel   tiempo,   eso   significaba oponerse a la Iglesia y a sus dogmas. En muchos casos ya no era cuestión de defender una teoría científica,   sino   una   forma   de   vida,   de   sociedad   e   incluso   de   política.   Los   conspiradores,   o   sea aquellos  que  no   estaban  conformes  con   el  poder  eclesiástico,   debían   unirse  para   actuar como una sola fuerza. Pero la verdad es que conspiraciones hubo muchas.  Sea  como  fuera,  las  sociedades  secretas  llegaron  a  ejercer una altísima  influencia.  Consiguieron participar en episodios históricos tan relevantes como la Revolución Francesa, la Independencia de Estados   Unidos   y,   ya   más   cerca   de   nosotros,   en   las   guerras   mundiales,   por   no   hablar   de   otros hechos   más   contemporáneos.  ¿Con   qué  fin?   El   autor   de  Angeles   y   demonios   nos   ofrece   en   su obra   algunas   pistas   al   respecto.

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A lo largo del siglo XVI se   efectúa   un   cambio   de   filosofía   en  la   ciencia. Nace una nueva ciencia más moderna, más experimental, y los investigadores comienzan a cuestionar   las   cosas   que   hasta   ese   momento   parecían   inamovibles.   Una   nueva   sociedad   científica   estaba   viendo   la   luz   y   comenzaban   a   tambalearse   los   dogmas establecidos por las jerarquías eclesiásticas. Ciertamente los investigadores tuvieron que mantener un cierto secretismo para poder llevar a cabo sus descubrimientos sin despertar las iras de la Iglesia. Al igual que Galileo, el   médico   y   teólogo   aragonés Miguel Servet, acusado de herejía por haber cuestionado el dogma de la Trinidad, fue condenado a morir   en   la   hoguera. Asimismo   otros   científicos   y   pensadores   notables   fueron   perseguidos   o   murieron   en extrañas  circunstancias.   El  Vaticano   y  los  «sabios»  del   sistema   que   recibían  su  protección  y  sus prebendas, estaban dispuestos a cualquier recurso para impedir que el afán de conocimiento acabara destruyendo su poderío. Pero los investigadores siguieron adelante, a menudo amparados en el secretismo, porque creían en la verdad expresada por el gran Galileo: “La   ciencia   está  escrita   en   el   más   grande   de   los   libros,   abierto   permanentemente   ante   nuestros ojos, el Universo, pero no puede ser comprendido a menos de aprender a entender su lenguaje y a conocer los caracteres con que está  escrito. Está  escrito en lenguaje matemático y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las   que   es   humanamente   imposible   entender   una   sola   palabra; sin ellas uno vaga desesperadamente por un oscuro laberinto“.Todos   los   investigadores   y   descubridores   de   aquel   tiempo   establecían   sus especulaciones y teoremas en privado, en sus reuniones, pero no a través de la enseñanza oficial. Ciertamente   las   universidades  italianas   del   Renacimiento  eran   las   mejores   y   las   más   agraciadas por   los   donativos   proporcionados   por   sus   ostentosos   mecenas.   Investigar   y   trabajar   en   otros   lugares   que   no   fueran   Padua,   Pisa,   Bolonia   o   Pavia   era   arriesgarse   a   caer   en   el   anonimato.   Tan relevantes   eran   estas   universidades,   que   la   ciencia   en   aquella  época   hablaba  en   italiano   o  en latín. En sus claustros enseñaban los sabios de mayor renombre y, como contraprestación, se les ofrecía los mejores patrocinadores para sus investigaciones. Claro que no convenía recibir una subvención y correr el riesgo de que ésta fuera retirada porque el clero considerase que se había llegado más allá de lo que marcaban los dogmas.

Seguir leyendo El curso de nuestra historia, ¿ha sido planificada por sociedades secretas?

Significado de Kadosh

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Dentro de la amplia lista de grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería encontramos en el grado 30 al Kadosh o Gran elegido Caballero Kadosh también conocido como Águila Blanca y Negra.

Significado de Kadosh

Conforme a los estudiosos de la masonería, Kadosh es una palabra de origen hebreo que quiere decir santo, purificado, elegido o sagrado.

Los Caballeros Kadosh se encuentran en uno de los grados más avanzados de la Francmasonería. Entre sus obligaciones estaban las de defender los principios de la Masonería, al igual que la de proteger a los peregrinos que se encaminaban a Tierra Santa, de hecho, sus bases descansan en la Orden de los Templarios y de los Masones; pero además de estas obligaciones, el Caballero Kadosh incorpora otras tradiciones y deberes espirituales fuera del catolicismo y de las sociedades anteriormente señaladas.

Algunos estudiosos del tema sitúan el origen del Kadosh alrededor del año 1743 en la Ciudad de Lyon, Francia. Entre sus principales símbolos se encuentra un águila bicéfala mitad blanca y mitad negra, que podría simbolizar la cercanía con Dios, recordemos que esta ave es considerada la reina de todas ellas y la más cercana al Sol y a Dios.

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En 1918, este grado fue considerado anti-católico en la Catholic Enclyclopedia y además se decía que iba en contra del Papa pues, se decía que en el rito de iniciación el futuro Caballero Kadosh debía apuñalar una tiara y una corona, ambos objetos representaban el poder del Papa.

El Kadosh (decimotercer grado), pisoteando la tiara papal y la corona real, se destina a desahogar una justa venganza en estos “grandes criminales” por el asesinato de Molay [128] y “como el apóstol de la verdad y de los derechos del hombre” [129] librar a la humanidad “de la esclavitud del Despotismo y de la Tiranía espiritual”. [130] “En la mayoría de los rituales de este grado todo respira venganza” en contra del “Despotismo” religioso y político. [131] Por eso se dice que los símbolos Masónicos “resplandecen de ideas, que deben penetrar el alma de cada Masón y ser claramente reflejados en su carácter y comportamiento, hasta que llegue a ser una columna de fortaleza para la fraternidad”. [132]

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Los manuscritos del mar muerto por Cesar Vidal Manzanares.

 

Índice

  1. ¿Por qué son relevantes los manuscritos del mar Muerto?
  2. El hallazgo
    1. El descubrimiento de la cueva 1
    2. Las excavaciones
    3. La cueva 4
    4. La cueva 11
  3. La publicación
    1. La década de los cincuenta
    2. La década de los sesenta
    3. La década de los setenta
    4. De la década de los ochenta hasta el día de hoy
  4. La identificación de la secta del mar Muerto
  5. El Maestro de Justicia
  6. Antología de los manuscritos del mar Muerto

 

I  – ¿Por qué son relevantes los manuscritos del mar Muerto?

Desde su hallazgo a finales de la década de los cuarenta, las referencias a los manuscritos del mar Muerto constituyen una especie de ir y venir constante en los medios de comunicación. Durante este tiempo casi no ha pasado un año sin que se anunciaran sensacionales revelaciones conectadas con su presunto contenido o sin que se editaran magníficos ejemplos de literatura amarilla en los que se manifestaba la pretensión de contar toda la verdad que se nos está, supuestamente, ocultando.

 

Ante conductas así es lógico que el hombre de la calle se pregunte si los mencionados manuscritos son realmente importantes o si, por el contrario, está siendo objeto de una sucesión de operaciones comerciales de las que es involuntario copartícipe y, finalmente, víctima. Con los pies en el suelo y los datos en la mano, ¿son tan relevantes los manuscritos del mar Muerto?

La respuesta resulta afirmativa y además es así por una serie de razones muy específicas. En primer lugar, habría que señalar que la importancia de los manuscritos va más allá de la trascendencia que, ya de por sí, se supone a otros restos arqueológicos como pueden ser los relacionados con el hallazgo de la tumba de Tut-Anj-Amón realizado por Howard Cárter y Lord Carnavon o con los descubrimientos relativos a los mayas de Copan.

 

Lejos de quedar circunscrito su interés a los especialistas de ciertas disciplinas o a los aficionados a las mismas, los rollos del mar Muerto trascienden ese radio de acción y, en buena medida, alcanzan al ser humano de a pie. Esto es así porque los citados documentos llevan insertos en si mismos otros aportes de importancia especial y pocas veces comparable. Acotando al máximo el alcance de esta afirmación, podría decirse que Qumrán reviste un interés especial por tres aspectos muy concretos.

En primer lugar, el estudio de los manuscritos del mar Muerto nos proporciona la posibilidad de analizar la transmisión del texto bíblico. No es extraño que personas interesadas por el mundo de la Biblia se pregunten por la fiabilidad del texto que sostienen en las manos ni tampoco es inhabitual que polemistas antisemitas o anticristianos insistan en el carácter alterado de los documentos que componen las Escrituras de ambas fes.

 

Puede decirse sin temor a exagerar que los hallazgos de Qumrán han significado un golpe mortal para este tipo de especulaciones. Pese a que los documentos encontrados anteceden en multitud de siglos al Antiguo Testamento hebreo-arameo del que disponíamos, lo cierto, sin embargo, es que el contenido es semejante.

 

Lejos, pues, de ser un semillero de revelaciones que llevarían a tambalearse a las grandes religiones universales de corte monoteísta, en realidad la biblioteca de Qumrán es un palpable testimonio de que las Escrituras del Antiguo Testamento se han transmitido con una fidelidad extraordinaria a lo largo de los siglos.

No cabe duda de que ya por semejante circunstancia los restos de Qumrán tienen una importancia trascendental, pero su relevancia va mucho más allá. En segundo lugar, la literatura de Qumrán tiene una repercusión evidente en la imagen que ha existido hasta hace relativamente poco tiempo en relación con el judaísmo del Segundo Templo y el cristianismo primitivo.

 

Para muchas personas, quizá ambos temas carezcan de interés, pero lo cierto es que, prescindiendo de la postura que se tenga al respecto, los dos siguen teniendo una importancia considerable para decenas de millones de personas y precisamente esa circunstancia, proporciona un interés muy específico a los rollos del mar Muerto.

Para empezar, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el judaísmo del periodo conocido como del Segundo Templo distó mucho de ser un bloque monolítico. Ciertamente contaba con bases comunes —especialmente las referidas al monoteísmo y a la Torah o Ley de Moisés —pero, a la vez, registraba una fecunda riqueza de interpretaciones de la Biblia.

 

Según se desprende de los documentos del mar Muerto, ya eran muy comunes las referencias a cuestiones que a muchos les parecerán (erróneamente) cristianas. Me refiero a la visión de un mesías que había de morir o que con su muerte expiaría los pecados; me refiero a la noción de un Nuevo Pacto entre Dios e Israel; me refiero a la mención ferviente del Espíritu Santo.

 

Arrancando de la lectura directa del Antiguo Testamento, los sectarios de Qumrán habían comenzado una fecunda tarea de reflexión ideológica sobre estos aspectos anterior en cerca de dos siglos al nacimiento deJesús. Conocer ese caldo de cultivo merece —poca discusión puede haber al respecto— realmente la pena.

Finalmente, y en tercer lugar, Qumrán reviste una especial importancia porque resitua al cristianismo original en su justo contexto. Por razones históricas, ha existido un cierto interés en afirmar la absoluta originalidad del cristianismo como si hubiera, prácticamente, surgido de cero. Las causas de tan equivocada pretensión han sido históricamente varias. Para algunos integristas cristianos se trataba de «limpiarlo» de cualquier conexión con la fe judía.

 

Para los polemistas judíos significaba un intento de privar a la predicación de Jesús de legitimidad histórica y teológica de cara a la nación de Israel. Para los enamorados del mundo clásico era una oportunidad de deslindar el supuestamente zafio judaísmo del presuntamente superior helenismo, helenismo en el que se insertaría la predicación de Jesús y sus primeros discípulos. Para antisemitas y ocultistas (no pocas veces ambas categorías se superponen) de todos los tiempos era la vía para seccionar al cristianismo de sus raíces y para imponer interpretaciones del mismo propias y, sin lugar a dudas, disparatadas.

 

Todas esas visiones interesadas han carecido siempre de base pero quiebran de una manera definitiva con los hallazgos de Qumrán. Ahora podemos afirmar más que nunca que Jesús fue un judío que vivió, actuó y enseñó como tal y que lo mismo puede decirse de sus primeros discípulos, incluido Pablo. La diferencia fundamental entre su enseñanza y el judaísmo de su época no fue fundamentalmente ideológica —amplios sectores del judaísmo, por ejemplo, creían entonces en un mesías que moriría de manera expiatoria por los pecados del pueblo — sino personal. Donde el resto de los judíos esperaba, Jesús el judío y sus seguidores judíos afirmaban: «ya ha llegado».

Poca duda puede haber de que estos tres aspectos mencionados van más allá de lo que, comúnmente, se deriva de ningún hallazgo arqueológico. Precisamente por ello, constituyen un eje de interés específico que se extiende más allá de las diversas disciplinas científicas y poseen una relevancia que trasciende de lo meramente histórico para adentrarse en algunos de los terrenos más íntimos y esenciales de la vivencia humana.

 

Así pues, los manuscritos del mar Muerto son importantes, aunque no porque en ellos se escondan revelaciones de supuestos extraterrestres, antepasados de los Templarios o rosacruces, o enseñanzas ocultistas al estilo de la Teosofía (esas y otras afirmaciones no pasan de ser burdos disparates) sino, entre otras cosas, porque nos muestran la fidelidad de la transmisión del texto bíblico y también porque nos permiten conocer mejor el judaísmo del Segundo Templo y a través de esa luz podemos captar más cabalmente las raíces del judaísmo posterior y del cristianismo primitivo.

 

Nunca se insistirá bastante en ello: sin conocer el judaísmo del Segundo Templo es imposible captar lo que fue el cristianismo primitivo, pero para comprender aquel judaísmo es imprescindible entender Qumrán. Eso es lo que vamos a intentar, siquiera a breve vuelo de pájaro, en las páginas siguientes.

 

Antes, sin embargo, de adentrarnos en la identificación de la secta de Qumrán, en la trayectoria del fundador de la secta y en la lectura de algunos pasajes de los manuscritos, debemos recalar a una distancia menor del momento actual. Detengámonos siquiera por unos instantes, en las circunstancias que rodearon el hallazgo de tan grandiosa biblioteca y en la aventura de su publicación.

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II – El hallazgo

Los grandes descubrimientos arqueológicos han venido no pocas veces más de la mano del azar que de un proyecto madurado por la voluntad del hombre. Por audaz que pueda parecer una afirmación así lo cierto es que nuestro siglo ha sido testigo de dos ejemplos harto significativos de la veracidad de la misma. Uno de ellos fue el hallazgo de la biblioteca de Nag Hammadi, entre cuyas obras se hallaban una serie de evangelios extracanónicos como el de Tomás o el de Felipe, así, como un conjunto de escritos relacionados con el gnosticismo.

 

El otro fue la aparición de los documentos del mar Muerto. En los dos casos, tanto por la cantidad como por el contenido, nos hallamos ante dos descubrimientos de relieve trascendental. De hedió, cabe decir que tras la aparición y publicación de ambos, ni la historia del cristianismo ni la del judaísmo del Segundo Templo pueden ser escritas como hasta ahora.

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El descubrimiento de la cueva 1

En las dos ocasiones mencionadas, los descubridores de ambos conjuntos de documentos resultaron ser personajes desconocidos hasta entonces. Nada los relacionaba ni por su formación ni por su labor habitual con el mundo académico. Tampoco era su intención servir al curso de la investigación histórica o, siquiera, al menos inicialmente, encontrar algo que pudiera proporcionarles un mínimo lucro.

En el caso de los documentos del mar Muerto, aunque los relatos transmitidos discrepan en pequeños detalles, conocemos sustancialmente como se desarrolló la secuencia de los descubrimientos iniciales. De acuerdo con una de las versiones conocidas, a finales de 1946, tres pastores pertenecientes a la tribu beduina Táamireh, llamados Jalil Musa, Jum’a Mohamed y Mohamed ed Dhib descubrieron, de manera fortuita, una serie de manuscritos ocultos en la cueva de Qumrán a la que, posteriormente, se denominó número 1.

 

Otro de los relatos circunscribe el mérito del descubrimiento sólo al último de los individuos mencionados. En cualquier caso, lo que sí parece obvio es que, en el curso de un par de visitas, los beduinos se apoderaron de siete rollos y un par de jarras en las que se ocultaban manuscritos.

Para la primavera del año siguiente, los hallazgos estaban en poder de dos anticuarios árabes, Jalil Iskandar Shalim y Faidi Salahi. Por medio suyo, cuatro de los rollos fueron comprados por el archimandrita del convento de san Marcos en Jerusalén.

 

El profesor Sukenik, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, adquiriría para la institución a la que pertenecía los tres manuscritos restantes. Siete años más tarde, esta misma entidad docente conseguiría hacerse con la totalidad de los documentos, comprando los que se hallaban en poder del archimandrita. Si tal transacción no se realizó antes fue debido al elevado coste de la misma.

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Las excavaciones

Como era de esperar, las primeras noticias publicadas sobre los hallazgos provocaron la lógica respuesta arqueológica. Identificada la cueva 1, se iniciaron las excavaciones bajo la dirección del P. R. de Vaux, director de la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa de Jerusalén, y de G. L. Harding, director del Departamento de Antigüedades de Jordania.

 

La cueva había vuelto a ser visitada por los beduinos que olfateaban negocio en aquellos documentos, pero pese a su labor depredadora, pudieron encontrarse unos seiscientos fragmentos procedentes de una setentena de manuscritos, así como los restos de cincuenta jarras y otros materiales. El material llevado por los beduinos no se había extraviado sino que obraba en manos de Jalil Iskandar Shalim, el anticuario al que nos referimos antes.

Las excavaciones prosiguieron entre 1951 y 1965, llegándose a realizar cinco campañas en las ruinas de Qumrán bajo la dirección de De Vaux y de Harding. Pronto se llegó a la conclusión de que un colectivo —al que se denominó «comunidad de Qumrán»— había ocupado durante un par de siglos el enclave, constituido por las ruinas de una fortaleza construida en los siglos VII o VI a. de C. y abandonada durante siglos.

 

La labor arqueológica permitió distinguir tres fases de ocupación de Qumrán. La primera debería fecharse poco antes del reinado de Juan Hircano o durante el mismo (135/4-104 a. de C.), aunque De Vaux prefirió datarla en torno al 161-143/2 a. de C.). Durante el reinado de Alejandro Janeo (103-76 a. de C.) las instalaciones se ampliaron, adquiriendo su estructura definitiva.

 

En esta fase —que llega hasta el reinado de Heredes el Grande (37-4 a. de C.)— se produjo un terremoto, un incendio o ambos desastres a la vez. Asimismo, tuvo lugar un abandono del lugar por parte de los miembros de la secta. Durante el reinado de Arquelao (4 a. de C. 6 d. de C.) el enclave volvió a ser ocupado hasta c. 68 d. de C. en que los romanos destruyeron el lugar y la comunidad que lo ocupaba desapareció.

En paralelo a las excavaciones, De Vaux y Harding se dedicaron a explorar las cuevas del área de Qumrán con resultados importantes. Como era de suponer, no estaban solos en esa tarea. Al año siguiente de comenzar las tareas arqueológicas, y mientras los arqueólogos descubrían las cuevas 3 y 5, los beduinos hacían lo mismo con la 2 y la 4. En 1956, los beduinos hallaron la cueva 6 y los arqueólogos las cuevas 7, 8, 9 y 10.

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La cueva 4

Como hemos indicado, el descubrimiento de la cueva 4 tuvo lugar en 1952, y no deja de ser curiosa la circunstancia de que los beduinos dieran con la misma antes que el equipo arqueológico. Pese al saqueo previo realizado por los miembros de la tribu, se logró salvar un millar de fragmentos, procedentes de un centenar de manuscritos, gracias a que los beduinos habían pasado por alto una pequeña habitación subterránea en que se encontraban aquellos. Obviamente, era esencial hacerse con los manuscritos en poder de los beduinos y fruto de ese intento se inició una batalla que duraría hasta 1958.

Para dar una idea de la importancia de lo escondido en esta cueva, puede señalarse que el volumen de este hallazgo se calcula en unos quince mil fragmentos procedentes de quinientos cincuenta manuscritos distintos. Un centenar de los mismos son reproducciones de los libros de la Biblia hebrea (el Antiguo Testamento sin deuterocanónicos o apócrifos) salvo el libro de Esther.

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La cueva 11

Corría el año 1956, cuando los beduinos, en estrecha competición con el equipo arqueológico, obtuvieron otro triunfo al dar, cerca de la cueva 3, con los manuscritos de la cueva 11. A esas alturas, los descubridores eran más que conscientes del valor de estos manuscritos, lo que tuvo como consecuencia que las negociaciones encaminadas a conseguir los mismos resultaran muy prolongadas y que hasta 1961 no se pudiera conocer su contenido.

Las autoridades científicas se estaban viendo abocadas por lo tanto a una lucha en dos frentes. Por un lado, el propio de sus tareas como especialistas; por otro, el de intentar recuperar aquello de lo que se había apoderado gente, poco consciente de la relevancia de los documentos, pero que sospechaba sus posibilidades monetarias.

 

Todavía en 1967 quedaba en poder de Jalü Ikkandar Shalim, alias Kando, un manuscrito de enorme importancia. La cantidad pedida por el anticuario era astronómica y existía la sensación de que no podría ser adquirido. Estalló entonces la Guerra de los Seis Días y, al día siguiente de concluir la ocupación israelí de la zona árabe de Jerusalén, el gobierno de Israel se incautó del documento que obraba en poder de Kando.

 

Se iniciaría así un proceso judicial que duraría dos años y que concluiría en 1969 con una sentencia en virtud de la cual el Estado de Israel conservaba el manuscrito a cambio de entregar a Kando una indemnización superior a los cien mil dólares. El proceso de adquisición estaba concluido.

 

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III – La publicación

La década de los cincuenta

Los descubrimientos arqueológicos prácticamente carecen de valor científico si no van seguidos por una publicación y posterior evaluación de lo hallado. En el caso de restos escritos, la importancia de este paso resulta aún mayor. Contra lo que se ha venido afirmando en literatura especialmente sensacionalista, más atenta a las cifras de venta que a la información fidedigna, lo cierto es que la publicación de los diferentes materiales de Qumrán se inició ya en una fecha cercana a la de los primeros descubrimientos.

 

En 1948, diversos artículos de BASOR, así como una obra de L. Sukenik dieron inicio a un proceso de divulgación de los hallazgos, marcado por un acercamiento rigurosamente científico a los mismos. Dos años después aparecía ya la edición oficial de las obras conocidas como lQIsa y de IQpHab, gracias al patrocinio de la ASOR.

 

En 1951, fue publicado 1QS; y un lustro más tarde sucedió lo mismo con los tres manuscritos en manos de la Universidad Hebrea (IQIsb, 1QH y 1QM). En 1956, bajo el título de Génesis Apócrifo (IQap Gen), sacan de la imprenta los elementos mejor conservados del Rollo de Lamec.

También en esta década serían publicados materiales procedentes de la excavación arqueológica realizada en la cueva 1, así como algunos de los fragmentos que, encontrados por los beduinos en la misma, obraban ahora en manos del equipo arqueológico (1Q8, 1Q19 bis, 1Q28, lQ34bis, IQTObis, 1Q71, 1Q72).

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La década de los sesenta

El proceso de publicación no se vio interrumpido durante la década siguiente. De hecho, a inicios de la misma, tendría lugar un nuevo hito en el proceso al que nos estamos refiriendo al publicarse todos los materiales de las cuevas 7-10. Asimismo, vieron la luz los primeros manuscritos pertenecientes a la cueva 4.

 

Como ya tuvimos oportunidad de señalar en el capítulo anterior, el material hallado en esta gruta fue muy numeroso. Precisamente por ello, se optó por encomendar las tareas relacionadas con el mismo a un equipo internacional e inter confesional de especialistas, reunido en Jerusalén bajo la dirección de R. de Vaux.

Es de admirar la rapidez con que este grupo de eruditos —muy limitado numéricamente si tenemos en cuenta la magnitud de la labor— consiguió ordenar los materiales, describir su contenido, preparar la transcripción de los fragmentos y elaborar una concordancia de las palabras contenidas en ellos.

En 1969, se publicó el material que le había correspondido a J. M. Allegro, si bien la labor realizada por este especialista pecó, quizá, de excesivo apresuramiento y de ahí que, prácticamente, hoy se considere que carece de valor a menos que sea utilizada junto a las más de cien páginas de correcciones propuestas por J. Strugnell al año siguiente.

En este mismo decenio se puso al alcance del público el rollo de los Salmos y el de Ezequiel, procedentes ambos de la cueva 11.

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La década de los setenta

Pero si las dos décadas anteriores habían estado caracterizadas por una intensa actividad editora, los años setenta apenas vieron la aparición de nuevo material publicado, salvo excepciones como el targum de Job o el rollo del Templo. Esta circunstancia, unida al hecho de que aún no estuviera concluido el proceso de publicación de los materiales hallados en la cueva 4, llevó a algunos especialistas a protestar por lo que consideraban un retraso imperdonable. Así, en 1977, el profesor de Oxford, Geza Vermes, afirmó que semejante episodio constituía el «escándalo académico del s. XX».

Declaraciones de ese tipo sumadas a otras —que ya tenían décadas— en el sentido de que los manuscritos del mar Muerto revelaban la existencia de un cristianismo heterodoxo o el caldo de cultivo espiritual del que había surgido Jesús, provocarían, entre otros resultados, la aparición de una literatura, de ínfima o nula calidad científica, destinada a revelar los supuestos «secretos» de Qumrán, que «altas autoridades» estaban interesadas en ocultar.

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De la década de los ochenta hasta el día de hoy

Tal situación iba a experimentar un avance decisivo durante los años ochenta. Por un lado, se produjo la publicación de material inédito como el asignado a M. Baillet procedente de la cueva 4, el Levítico escrito en caracteres paleo-hebreos de la cueva 11, o los textos arameos.

 

Por otro, se inició un movimiento de opinión tendente a ampliar el número de especialistas que tuvieran acceso a los manuscritos y a concluir con la publicación de los mismos. Papel preponderante en este último aspecto lo desempeñó una campaña de prensa iniciada en 1985 por Hershel Shanks, director de la Biblical Archaeological Remew, en 1985.

Tres años después, las autoridades israelíes nombraban como jefe del Departamento de Antigüedades de Israel a Amir Drori. Este, que había sido general en el pasado, no tardó en imponer un ritmo de trabajo al conjunto de eruditos que se ocupaban de los rollos del mar Muerto que a algunos les ha hecho pensar en sus antecedentes militares.

 

Bajo sus órdenes, el equipo de expertos fue aumentado a cincuenta, el profesor Emanuel Tov, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue nombrado editor-jefe del proyecto y se fijó una fecha para el estudio y publicación de los materiales restantes, pasada la cual, el especialista que no hubiera realizado su tarea se vería privado de la posibilidad de seguir participando el proyecto.

La norma se ha venido cumpliendo hasta la fecha con meticulosidad. En 1992, J. T. Milik —en cuyo poder obraban más de cien documentos— aceptó el requerimiento de Tov para que el material que tenía entre manos fuera asignado a otros estuDiosos. En poco tiempo, un conjunto de obras relacionadas de manera casi exclusiva con un grupo reducido de especialistas pasaba, pues a convertirse en patrimonio común de investigación y se cimentaba la razonable expectativa de que todo el material hubiera quedado publicado para finales de 1993.

Con esta última fase de publicación puede decirse que concluye una controversia y se fija un hito en el estudio de la historia del Antiguo Oriente.

 

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IV – La identificación de la secta del mar Muerto

El conjunto de hallazgos realizados en las cercanías de Qumrán dejó pronto de manifiesto que nos encontrábamos ante una biblioteca de contenido teológico perteneciente a un colectivo judío cuya identificación no resultaba evidente a primera vista.

 

Para poder establecer a qué grupo estaban adscritos los sectarios del mar Muerto fue necesario ir esperando pacientemente la publicación de los materiales y, con posterioridad, proceder a un análisis en profundidad de los mismos.

 

En las siguientes páginas vamos a hacer, en primer lugar, un análisis somero de las diversas teorías articuladas en relación con la identidad de la secta del mar Muerto, y, finalmente, formularemos la solución que, a nuestro juicio y al de la mayoría de los estuDiosos, encaja mejor con los datos que nos proporcionan las fuentes.

1. La tesis judeo-cristiana

A los pocos años de producirse los primeros descubrimientos relacionados con los rollos del mar Muerto, J. L. Teicher abogó por la identificación de la secta del mar Muerto con el judeo-cristianismo primitivo. En un sentido similar se definió G. Margoliouth. No obstante, las conclusiones defendidas por cada uno de estos autores distaban mucho de identificarse. Para el primero, el Maestro de Justicia sería Jesús y el Sacerdote Impío debería identificarse con Pablo de Tarso.

 

En favor de esta tesis abogaba el hecho de que, ciertamente, en algunos grupos judeo-cristianos de corte heterodoxo, como es el caso de los ebionitas, existía una clara animosidad contra el apóstol de los gentiles. De acuerdo a los mismos, Jesús habría representado el cristianismo en su estado más puro y Pablo, la corrupción del mismo.

El principal problema —aunque no el único— que presentaba esta tesis deriva de la clara dificultad existente a la hora de encajar los datos que tenemos sobre el Maestro de Justicia y el Sacerdote Impío con los relativos a Jesús y a Pablo. De hecho, este último ni persiguió a Jesús hasta Qumrán, ni despojó a la comunidad de sus bienes en un día de Yom Kippur, etc. A esto se unirían otros inconvenientes para aceptar esta tesis, a los que haremos referencia más adelante.

Para el segundo de los autores mencionados, el Mesías de Aarón y de Israel al que hacen referencia los manuscritos del mar Muerto debía ser identificado con Juan el Bautista, mientras que Jesússería el Maestro de Justicia. Como en el caso anterior, hay que señalar que los datos contenidos en las fuentes hacen imposible tal identificación. Así, por citar algún ejemplo, el Maestro de Justicia murió en Qumrán; sin embargo, Jesús fue crucificado en Jerusalén, etc.

Una variante de esta postura es la representada por la «tesis mixta» de B. E. Thiering, que pretendía demostrar el paso de los sectarios por diversas fases teológicas. De acuerdo con esta profesora, inicialmente, la secta habría sido esenia para luego convertirse en zelote, judeo-cristiana y, finalmente, zelote.

 

El Maestro de Justicia sería Juan el Bautista y el Sacerdote Impío, Jesús de Nazaret. De esta manera, los escritos del Mar Muerto vendrían a mostrar otra visión de las relaciones entre Juan y Jesúsdiferentes a las contenidas en el Nuevo Testamento. El cisma en la secta vendría a ser la división de la misma al seguir la mayoría de sus miembros a Jesús. Una vez más, las objeciones formuladas en relación con los autores ya mencionados son válidas respecto a la obra de B. E. Thiering.

En los últimos años, la tesis del origen judeo-cristiano del colectivo de Qumrán —que es rechazada de manera unánime por la opinión científica independientemente de su adscripción ideológica— ha sido reflotada por R. Eisenman y popularizada por M. Baigent y R. Leigh en un tono que, en el último caso, recuerda más la prensa amarilla que la investigación científica.

 

De acuerdo con R. Eisenman, los sectarios de Qumrán fueron los judeo-cristianos capitaneados por Santiago, el hermano de Jesús. Estos mantenían, supuestamente, una ideología que, aún reconociendo a Jesús como el mesías, debe ser identificada con la de los zelotes. La oposición a los mismos vendría de Pablo de Tarso, más partidario de colaborar con los romanos.

La tesis de la identificación judeo-cristiana, en sus diversas manifestaciones, ya quedó refutada hace años por A. Dupont-Sommer, pues no deja de ser claro, a la luz de los documentos, que el Maestro de Justicia no puede identificarse con Jesús y que Pablo difícilmente puede ser el Sacerdote Impío puesto que no pertenecía a la casta sacerdotal sino a la tribu de Benjamín. Debe añadirse a esto —como ya hemos indicado— que los retratos históricos que de los diversos personajes nos muestran las fuentes, en absoluto, permiten considerar que se trate de los mismos.

A todo lo anterior hay que sumar dos argumentos que desestiman de una manera decisiva la mencionada posibilidad. El primero es el análisis paleográfico. El segundo, la datación mediante el carbono 14. El método paleográfico ha dejado establecido que todos los manuscritos fueron copiados en un arco temporal que va del s. III a. de C. al último cuarto del s. I.

 

Precisamente por ello, mal pueden referirse al cristianismo primitivo, ya que éste se encontraba, cronológicamente, en algunos casos, hasta a unos trescientos años de distancia en el futuro. No es de extrañar, por lo tanto, que los sustentadores de la tesis judeo-cristiana hayan ocupado buena parte de sus estuDios en tratar de invalidar los análisis paleográficos. Las evidencias, sin embargo, resultan irrefutables.

A las mismas conclusiones que el método paleográfico nos ha permitido llegar el análisis con C-14. El descubrimiento en 1987 de una nueva técnica, en virtud de la cual la cantidad de material que hay que destruir para proceder a una datación concreta se reduce a 0.5-1.0 miligramos de carbón, permitió proceder a una nueva evaluación cronométrica de los manuscritos.

 

En 1990, se aplicó este método a ocho manuscritos de Qumrán, obteniendo unos resultados similares a los derivados del análisis paleográfico. Todos estos elementos conjugados excluyen de raíz las teorías que atribuyen un origen zelote o judeocristiano a la secta del mar Muerto.


2. La tesis karaíta

Formulada en 1949, al poco de descubrirse los manuscritos, y defendida inicialmente por S. Zeitlin, esta teoría apuntaba a un origen medieval y karaíta de los escritos de Qunram. Partiendo de esta base, el Documento de Damasco sería un «fraude pío» destinado a demostrar el origen antiguo de los karaítas.

 

Con el tiempo ha ido ganando terreno la posibilidad de una relación teológica entre los sectarios de Qunram y los caraítas pero la idea de un origen medieval de los escritos de Qumran se viene abajo cuando tenemos en cuenta los resultados del análisis paleográfico y de la aplicación del C-14 a los mismos.


3. La tesis saducea

La identificación de los sectarios de Qumrán con los saduceos ha sido sostenida por R. North y A. M. Habermann. Aunque las diferencias entre lo que conocemos de los saduceos y los sectarios del Mar Muerto en una fase desarrollada son evidentes y no permiten identificar a los dos grupos, no puede descartarse «a priori», como se ha hecho frecuentemente, toda relación entre ambos colectivos.

 

El carácter sacerdotal, fuertemente conservador, y su asociación con el clero sadoquita son factores difícilmente explicables si no se acepta la idea de puntos de contacto que van más allá de lo superficial. Posiblemente, lo erróneo en los autores citados haya sido el tratar de insistir en una identidad de los dos grupos en lugar de rastrear más a la búsqueda de un posible origen común.


4. La tesis zelota

De mayor predicamento aunque de menos base, desde nuestro punto de vista, ha gozado la teoría que identificaba a la secta de Qumrán con los zelotes o zelotas. Ya antes de los descubrimientos de Qumrán, el P. Lagrange se había mostrado partidario de identificar a los sectarios del Documento de Damasco con los zelotes.

Tras producirse los hallazgos de Qumrán, y partiendo de argumentos muy similares, C. Roth y G.R. Driver se pronunciaron por identificar a la secta del Mar Muerto con los zelotes. Para el primero, el Maestro de Justicia fue Menahem ben Judá, uno de los caudillos zelotes de la guerra contra Roma (66-73 d. de C.).

 

Su muerte habría que situarla en el año 66 d. de C. cuando, como consecuencia de un enfrentamiento con el «Sacerdote Impío» —al que se identificaba con Eleazar ben Hananía, capitán de los guardias del Templo— sus seguidores fueron dispersados y el propio Menahem ben Judá fue ejecutado sumariamente en la colina del Ofel.

G. R. Driver articuló una tesis zelote mucho más elaborada que la de Roth y, aunque hoy sabemos que resulta insostenible en bloque, no puede negarse que aparentaba contener algunos elementos más de verosimilitud. También para Driver, el trasfondo histórico de los rollos se encontraba en la Guerra contra Roma (66-73 d. de C.).

 

Los sectarios de Qumrán procederían del cisma sadoquita que, por otro lado, también habría dado nacimiento a los saduceos. El grupo desgajado con ocasión del cisma sadoquita habría huido a Egipto hacia el 170 a. de C. con Onías IV, regresando posteriormente a Jerusalén y aceptando la jefatura del sacerdote Boecio, tras la intervención pompeyana.

 

Con posterioridad, el liderazgo de Boecio se habría visto cuestionado y sus seguidores se habrían colocado bajo el mando de Judas el galileo, uno de los presuntos fundadores de los zelotes. Tras la muerte de Judas el 6 d. de C., estos zelotes se habrían trasladado a Qumrán. En cuanto a la identificación del Maestro de Justicia y del Sacerdote Impío, Driver optaba por una solución similar a la de Roth.

Ya hemos señalado que la teoría de Driver está mucho mejor articulada que la de Roth. No obstante, su desprecio por los datos arqueológicos, que indican una ocupación continua de Qumrán desde el siglo n a. de C. hasta el 68 d. de C., la convierten en igualmente insostenible.

 

Así lo supo señalar De Vaux, a nuestro juicio, de manera irrefutable. Por otro lado, como ya hemos visto, los análisis paleográfico y de C-14 obligan a descartar la más mínima posibilidad de que se corresponda con la verdad histórica.


5. La tesis farisea

Al igual que sucedió con la tesis zelote, la atribución de una identidad farisea al Documento de Damasco ya había sido formulada antes de los descubrimientos del mar Muerto. Con posterioridad a éstos, se han producido varios intentos encaminados a demostrar una identidad entre los sectarios del Mar Muerto y los fariseos.

 

Tanto A. Dupont-Sommer como R. de Vaux refutaron en su día tal posibilidad con argumentos que, desde nuestro punto de vista, continúan siendo definitivos. Entre ellos cabe destacar el hecho de que los fariseos constituían una secta fundamentalmente laica mientras que la del Mar Muerto era sacerdotal, que el calendario de los fariseos era lunar mientras que el de los sectarios de Qunram era solar, etc.


6. La tesis esenia

La teoría que identifica a los sectarios de Qumrán con los esenios o con una escisión de éstos es la sostenida mayoritariamente por la comunidad científica internacional. El primero en señalar tal posibilidad fue E. L. Sukenik pero el mérito de su difusión se debe principalmente a Dupont-Sommer. En términos generales, los esenios son el grupo que resulta más fácil de identificar con los sectarios de Qumrán.

 

Por otro lado, las diferencias entre los datos contenidos en los manuscritos del mar Muerto y los transmitidos sobre los esenios por Flavio Josefo pueden achacarse a un desconocimiento por parte de éste último de toda la evolución doctrinal de la secta.

En 1987, se formuló en público por primera vez la denominada «Hipótesis de Groninga», que permite conciliar las similitudes entre los esenios y la secta de Qumrán con las diferencias existentes entre ambos. De acuerdo con esta hipótesis, el colectivo de Qumrán se habría originado a partir de una escisión que tuvo lugar en el seno de los esenios.

 

Estos nacen dentro de una tradición apocalíptica que está pujante en Palestina a finales del s. III y durante el s. II a. de C. Por el contrario, la comunidad de Qumrán aparecería en virtud de un desgarramiento de los esenios acaecido en la segunda mitad del s. II a. de C. y habría sido capitaneada por el Maestro de Justicia.

Con ligeras variaciones en cuanto a la fecha y lugar de aparición del grupo esenio, hemos sustentado con anterioridad una tesis similar en cuanto a la identificación de los sectarios de Qumrán con una escisión de los esenios. A nuestro juicio, hoy por hoy, esta visión constituye la respuesta más coherente a la hora de conciliar las coincidencias y divergencias entre los esenios y los sectarios de Qumrán, así como en relación con el origen del movimiento.

Por otro lado, y aparte de las similitudes en cuanto a organización y pensamiento se refiere, esta posibilidad encaja a la perfección con los datos suministrados por el análisis paleográfico y la datación realizada en 1990 con una nueva técnica de C-14. Además, armonizan con las noticias en relación con el surgimiento de la secta que aparecen en los propios manuscritos de Qumrán.

 

Así, en el Documento de Damasco (CD), se establece claramente como fecha del nacimiento de la secta 390 años después de que el reino de Judá fuera destruido por Nabucodonosor (CD 1, 6 ss). Veinte años después, habría aparecido el Maestro de Justicia (CD 1, 10 ss). Teniendo en cuenta que Jerusalén fue arrasada por Nabucodonosor en el 587 a. de C., el nacimiento del grupo tuvo que tener lugar en el siglo II a. de C., y no en la época de Jesús o en la que se originaron los zelotes.

 

De la misma manera, el documento 4QMMT o Miqshat Ma’aseh Ha-Torah permite percibir un intento de acercamiento entre los sectarios de Qumrán y el clero de Jerusalén. Del mismo se deriva que la secta de Qumrán se identificaba con la halajah de los saduceos, en lo que al culto del Templo se refiere, más que con la de los fariseos. Al mismo tiempo, el contexto, de nuevo, nos remite a un periodo situado en el siglo II a. de C.



En conclusión podemos decir que los datos de que disponemos actualmente permiten zanjar de manera definitiva el problema de la identificación de los sectarios de Qumrán. El análisis paleográfico, la datación con C-14, los datos históricos de las fuentes y las noticias relacionadas con la vida y creencias de los sectarios obligan a descartar de manera definitiva las teorías que identifican a la secta con karaítas, fariseos, zelotes o judeo-cristianos. Tampoco fueron saduceos los sectarios de Qumrán aunque, ciertamente, parecen haber tenido puntos de conexión con la halajah saducea.

El colectivo de Qumrán sólo puede ser identificado con los esenios, o mejor, con una escisión acontecida en el seno de los mismos. Con el paso del tiempo y debido especialmente a la poderosa personalidad del Maestro de Justicia, este grupo iría radicalizando progresivamente sus puntos de vista hasta convertirse en un colectivo original y específico.

El nacimiento del grupo debe fijarse, sin lugar a dudas, en la segunda mitad del siglo II a. de C, y precisamente por ello en ese marco cronológico es donde deben ser buscados e identificados los diferentes personajes a los que se hace referencia en los manuscritos del mar Muerto. Hechas estas salvedades ya podemos entrar en la persona del que fue su fundador, primero, y su inspirador, después.

 

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V – El Maestro de Justicia

Si existe una figura en el conjunto de los Documentos del mar Muerto que haya despertado interés, se trata, sin lugar a duda posible, de la denominada «Maestro de Justicia» (MJ). Ciertamente, el personaje en concreto resulta de una importancia incomparable a la hora de intentar desentrañar el inicio de la secta de Qumrán, así como las motivaciones que cristalizaron en su formación.

 

Aunque el movimiento del que procedía la secta de Qumrán se articuló un par de décadas antes de que el MJ pasara a formar parte del mismo, lo cierto es que su ingreso en aquel resultó tan trascendental que sus seguidores contemplarían los veinte años anteriores como una era de tinieblas, durante la que se había caminado a tientas. En otras palabras, la luz se había hecho cuando había aparecido el MJ.

1. Lo que pretendió ser el Maestro de Justicia

La tarea destinada a identificar históricamente la figura del Maestro de Justicia ha sido objeto de especulaciones diversas desde el mismo descubrimiento de los rollos del mar Muerto. Dado que, aparentemente, se habla de su muerte en los manuscritos y que él mismo nos es presentado como el fundador de un movimiento religioso surgido en el seno del judaísmo, la posibilidad de que se lo comparara con Jesús resultaba prácticamente ineludible.

 

En algún caso, se llegó incluso a identificarlo con él mismo. Como tendremos ocasión de ver, tal tesis es pura y simplemente imposible aunque sólo sea porque el MJ vivió un siglo y medio aproximadamente antes de que naciera el Nazareno. Pese a todo, el MJ sigue siendo un personaje de enorme interés y dotado de una entidad histórica propia dentro del judaísmo del periodo del Segundo Templo.

 

Aunque las referencias al mismo se reducen a los manuscritos del mar Muerto, el testimonio que emana de éstos resulta sumamente revelador. Así, el documento conocido como la Regla de la Comunidad procede, sin duda, de su inspiración principal y lo mismo podría decirse, al menos en parte, de los Hodayot o Himnos que, posiblemente, nos permiten acceder hasta la raíz de su subjetividad espiritual.

 

Este conjunto de fuentes nos permite obtener un perfil del MJ en el que se delimitan características muy concretas y significativas.

El primer aspecto que resulta de especial importancia —y que impide por principio identificar al MJ con Jesús o con Santiago, el hermano de Jesús— es el hecho de su condición sacerdotal. El Pesher de los Salmos hallado en la cueva 4 de Qumrán señala de manera ineludible esta circunstancia al proceder a interpretar los versículos 23 y 24 del salmo 37. El texto dice de la siguiente manera:

«Pues por YHVH son asegurados [los pasos del hombre]. Se deleita en su camino. Aunque tropiece, no caerá, porque YHVH [sujeta su mano]. La interpretación se refiere al Sacerdote, el Maestro de [Justicia, al que] Dios eligió para estar [ante Si, porque] lo constituyó para edificar mediante él la congregación [de sus elegidos] y enderezó su camino en verdad.»
(4Q Pesher Salmos 3, 14-17)

El MJ no sólo era sacerdote, sino que además esta circunstancia era interpretada como un elemento esencial en el desarrollo de su papel espiritual. Resulta altamente posible que perteneciera a la estirpe de Sadoc (o Zadok) a juzgar por el papel que la misma tenía en la secta del mar Muerto.

Precisamente su pertenencia a una línea sacerdotal específica permitió legitimar la pretensión del Maestro de Justicia de ser el garante de una tradición religiosa concreta. Hasta qué punto su propia interpretación de la misma fue fiel al pensamiento inicial de los esenios o resultó más bien innovadora es algo que resulta difícil de establecer con certeza.

 

Sin embargo, a juzgar por datos como los proporcionados por el documento 4QMMT, resulta indiscutible que el MJ sostenía la pretensión de continuar una tradición interpretativa concreta referida a la Torah de Moisés. De hecho, la negativa de sus adversarios a aceptar esa tradición hermenéutica concreta había resultado un factor determinante a la hora de optar por retirarse a Qumrán.

A estas afirmaciones acerca de si mismo, el Maestro de Justicia unió otra más que tendría una especial importancia para sus seguidores y que además lo situaba aparte y por encima de sus contemporáneos. Me estoy refiriendo a la pretensión de ser poseedor de una revelación divina que, específicamente, se manifestaba en una capacidad especial para comprender las Escrituras.

 

Esta cualidad, empero, no se consideraba como un mérito especial del MJ o una cualidad que se desprendiera de su esfuerzo personal, sino que era atribuida a una especial concesión de Dios. Las afirmaciones al respecto en los Documentos del mar Muerto resultan evidentes:

«…yo he sabido gracias al espíritu que has colocado en mi […]»
(1 QH 5, 24-5)

«[Te doy] gracias, Señor, porque me has enseñado Tu verdad, me has hecho conocer Tus maravillosos secretos»
(IQHodayotb)

Si el MJ entendía de una manera especial lo contenido en la Biblia, tal comprensión emanaba de la misericordia gratuita de Dios y no de sus merecimientos. Como señala el documento conocido como 1 QH 9, 21-3:

«Estas cosas las sé por Tu conocimiento,
porque abriste mis oídos a misterios maravillosos
aunque soy criatura de barro, modelada con agua,
fundamento de oprobio, manantial de impureza,
horno de impiedad, edificio de pecado,
espíritu de error, descarriado, sin conocimiento,
aterrorizado por tus juicios justos»

Esta especial conciencia del Amor de Dios y al mismo tiempo de su propia ausencia de merecimientos personales es otro de los ejes existenciales esenciales para comprender la persona y la obra del Maestro de Justicia. De hecho, si existe una nota característica que aparezca de manifiesto en los Hodayot atribuidos al mismo es la de conciencia de imperfección, de deficiencia y de pecado.

Para el MJ —como para muchas personas que lo precedieron o sucedieron— resultaba evidente que ningún ser humano podía pretender ser justo ante Dios por la sencilla razón de que todos eran pecadores y la comisión de los pecados los convertía automáticamente en seres injustos y dignos de recibir el justo castigo divino.

Cómo llegó a tal conclusión es algo que no podemos saber con total seguridad. Es posible que derivara tanto de su propia experiencia sacerdotal como de la lectura del Antiguo Testamento. La primera quizá le llevo a ver que los sacrificios expiatorios de animales ofrecidos por los pecados del pueblo no conseguían evitar que éste volviera a incidir en el pecado.

 

Por otro lado, diversos pasajes del Antiguo Testamento parecen incidir en ese punto de vista de la pecaminosidad universal del ser humano. En el libro del profeta Isaías, cuyo rollo es uno de los hallazgos más valiosos dentro de los descubrimientos bíblicos de Qumrán, se afirma tajantemente:

«En los pecados hemos perseverado por mucho tiempo, ¿podremos ser salvos? Lo cierto es que todos nosotros somos como inmundicia, y todas nuestras justicias como paño de menstruación. Todos nosotros caímos como la hoja y nuestras iniquidades nos arrastraron como el viento.»
(Isaías 64, 5-6)

Partiendo de esta base no es extraño que en los documentos del mar Muerto se indique la futilidad de pretender ser justo ante Dios. Por el contrario, hay que encomendarse al Amor inmerecido de Diospara que El, graciosamente, borre ese pecado:

«YHVH, no me juzgues de acuerdo a mi pecado, porque ningún viviente es justo ante Tu presencia»
(11 Q24, 7)

«No hay respuesta alguna para tu reprensión, pues Tu eres justo y nadie lo es ante Ti»
(1 QHodayot20, 31)

Que esta vivencia debió estar cargada de angustia es algo que no se puede negar a la luz de preguntas como la contenida en 1QH 22, 10:

«¿Quién podrá ser declarado inocente cuando Tu lo juzgues?»

Esa convicción de pecado está relacionada en el pensamiento del MJ con dos afirmaciones muy claras. La primera fue que la salvación humana no podía ser obtenida por medios propios sino que dependía sólo del favor de Dios.

Una vez más, los datos suministrados por los documentos del mar Muerto resultan de una claridad y un patetismo espiritual notables:

«El hombre es justificado sólo por Tu misericordia. Es purificado por la abundancia de Tus bondades»
(1QH5, 23)

«¿Qué criatura de barro puede hacer maravillas?
Desde el seno materno se halla en pecado,
y hasta la vejez seguirá en culpable impiedad.
Porque yo sé que la justicia no le pertenece al hombre,
ni al hijo del hombre el camino recto…
Tú expías el pecado
y purifi[cas al hombre] de su culpa por Tu justicia.
No le es posible al hombre»
(1QH 12, 29-30 y 37-8)

«No hay justicia,
para ser salvado [del pecado, salvo] por perdón»
(1 QH 15, 17-8)

«Nadie es declarado justo en tu juicio,
ni ino[cente] en tu proceso»
(1 QH 17, 14-5)

La segunda afirmación derivaba de manera casi obligada de una paradoja evidente que ha resultado el drama de muchos teólogos posteriores a Qumrán. Esta paradoja se podría expresar de la siguiente manera: si el hombre es tan perverso, si está de una manera tan absoluta determinado por el pecado, ¿qué hace que algunos respondan y otros no a la llamada de Dios?.

 

El MJ creyó hallar la respuesta a este enigma en la doctrina de la predestinación divina:

«Yo soy polvo y ceniza,
¿Qué puedo planear, si Tú no lo quieres?
¿Qué puedo idear sin Tu permiso?
¿Cómo puedo ser fuerte si Tú no me sostienes?
¿Cómo puedo ser instruido, si Tú no me moldeas?
¿Qué puedo hablar si Tú no abres mi boca?
y ¿cómo contestar si Tú no me enseñas?»…
Sin Tu voluntad nada se hace
y nada se conoce sin que Tú lo desees»
(1 QH 18, 5-9)

Si un determinado individuo llegaba a ser justo, tal situación se debía no a sus méritos ni, en última instancia, a su propia decisión, sino a un decreto soberano del omnipotente Dios que había sido pronunciado incluso antes de que la persona naciera.

 

Como señala 1Q 7, 20:

«Tú lo has determinado
antes incluso de crearlo.
¿Cómo podrá nadie evitar Tus designios?
Tú, sólo Tú, has creado al justo.
Desde que estaba en el vientre estableciste para él el tiempo de la gracia,
para que observe Tu pacto y marche por todos Tus caminos,
Para [derramar] sobre él la abundancia de Tus misericordias,
para abrir la angostura de su alma a la salvación eterna»
(1 QH 7, 20)

En cuanto al impío, su destino emanaba también de un decreto predestinatorio:

«A los impíos los has creado para el tiempo de la ira, desde que estaban en el vientre de su madre los has predestinado para el día de la ruina.»
(1QH7, 21)

Poco puede discutirse el hecho de que esta visión resulta cuando menos sobrecogedora y de que, para una mente occidental, resulta especialmente difícil de aceptar. Sin embargo, no es una «rara avis» en la historia del pensamiento. Personajes tan dispares pero que han disfrutado de tanta influencia en la historia humana como Calvino o Mahoma se encuentran entre los defensores de la misma.

 

Ocasionalmente, fue la sensación de sentirse abrumados por la propia pecaminosidad —algo que encontramos en Agustín de Hipona o Lulero— lo que los llevó a esta conclusión. Pero en otros, se trató simplemente de una consecuencia de su visión de la soberanía divina.

La comprensión de esta autoconciencia nos permite entender en buena medida la mentalidad típica que hallamos en los documentos del mar Muerto. En medio de una Humanidad sumergida en el pecado, el MJ y sus seguidores se contemplaban como un resto salvado no por propios merecimientos sino por un decreto de predestinación de Dios.

 

En el seno de ese grupo además se hallaba el único lugar donde era interpretada correctamente la Escritura, gracias a que sus secretos habían sido mostrados al MJ por el Espíritu divino.

Históricamente, las visiones predestinacionistas suelen revertir en sistemas diametralmente opuestos. En un caso, nos hallamos frente a aquellos que consideran que la elección divina no obliga en absoluto a guardar la obediencia a unos mínimos principios éticos. Si, efectivamente, la elección es gratuita, ¿qué sentido tiene someterse luego a un código ético que parece establecer un pago por la misma? Esta es la lógica del antinomianismo.

 

En otros casos, sin embargo, las conclusiones son absolutamente distintas. Precisamente porque la elección es gratuita, los elegidos deberían mostrar su gratitud mediante la sumisión a una ética de corte no pocas veces estrictamente legalista.

 

Esta última opción fue la tomada por el Maestro de Justicia que creó un sistema de ritos y conducta que giraba en torno al puntilloso cumplimiento de la Torah. Esta obediencia era difícil —como señala el Elogio de la Sabiduría (4Q 185), «Yo se el trabajo que cuesta hacer el bien» (2, 15)— pero sin ella no había posibilidad de salvación. A tal respecto señala el Pesher de Habacuc 8, 1 ss, que aquella se obtiene por entrar en la secta, creer en el MJ y hacer las obras propias del colectivo:

«Su interpretación se refiere a todos los que cumplen la Ley en la casa de Judá, a quienes Dios librará del castigo a causa de sus obras y de su fe en el Maestro de Justicia».

Sin guardar la Ley no era posible la salvación y en este punto es donde se puede percibir, por ejemplo, una diferencia fundamental entre el pensamiento de Pablo de Tarso y el de la secta de Qumrán. Para el apóstol cristiano —y en ello seguía el pensamiento de Jesús y de los apóstoles judeo-cristianos— la salvación sí que era sólo por la gracia, a través de la fe y no por las obras de la Ley.

 

Como él mismo señaló en su carta a los Calatas:

«El hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesús el Mesías, nosotros también hemos creído en Jesús el Mesías, para ser justificados por la fe en el Mesías y no por las obras de la Ley, ya que por las obras de la Ley nadie será justificado.
(2, 16)

«De forma que la Ley ha sido nuestro pedagogo, para llevarnos hasta el Mesías, para que fuésemos justificados por la fe. Venida la fe, ya no estamos bajo el pedagogo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Jesús el Mesías»
(2, 25-26)

Por el contrario, para los seguidores del Maestro de Justicia, el cumplimiento estricto y rígido de la Ley era condición indispensable a la hora de obtener la salvación.

2. Lo que no pretendió ser el Maestro de Justicia

De los aspectos citados en las páginas anteriores se desprende que las pretensiones del MJ eran de considerable altura y, precisamente por ello, facilitan la comprensión de cómo pudo formarse un grupo de discípulos tan estrechamente ligados a él. Erraríamos, sin embargo, si pensáramos que el MJ se vio a si mismo como el final de la Historia o la consumación del destino de Israel.

 

Ciertamente, de los documentos del mar Muerto parece desprenderse que el MJ esperaba vivir en ese punto del tiempo y que contaba con asistir a la derrota de sus enemigos. Pero las noticias que tenemos no lo relacionan con esa victoria, ni tampoco le conceden en la misma un papel importante.

También es muy significativo que el MJ nunca se atribuyera la identidad del mesías. Hoy en día, la investigación sobre Qumrán tiende a considerar que la secta no tuvo una mesianología uniforme. Sabemos que en un momento determinado sus miembros esperaron la venida de dos mesías pero también es posible que el MJ sólo creyera en uno.

 

Sea como fuere —y esto resulta menos importante para el objeto de nuestra discusión de lo que puede parecer a primera vista— el MJ no se identificó con ninguna figura mesiánica. A diferencia deJesús o Bar Kojba no pensó que era el mesías, y tampoco lo creyeron sus seguidores.

Finalmente, y aunque sus seguidores lo consideraron un justo perseguido, la muerte del MJ no fue contemplada con un significado expiatorio. La tesis de que el Siervo de YHVH moriría expiatoriamente por los pecadores aparece ya en el capítulo 53 de Isaías y tuvo un peso muy considerable en la autoconciencia de Jesús y en la fe de los primeros cristianos. Sin embargo, se halla ausente de la visión que acerca del MJ tuvieron él mismo y sus seguidores.

Ausente de la misma manera está cualquier referencia a una posible preexistencia del MJ, como la que las fuentes señalan en relación con Jesús. Ciertamente, tal hecho no se puede atribuir a un desconocimiento por parte de los esenios de este tipo de figuras propias de la tradición judía. En los documentos del mar Muerto hay, por ejemplo, referencias al Melquisedec pre-existente, pero, a diferencia de lo que sucedió en el cristianismo, nunca se identificó a aquellas con la figura del fundador.

Este conjunto de aspectos —que aquí hemos debido tratar de manera muy somera— nos permiten acceder a un retrato del MJ sustentado en las fuentes históricas de que disponemos.

 

Sus pretensiones fueron de no pequeña envergadura. Lo suficiente como para trazar toda una teología de la salvación y de los tratos de Dios con el ser humano; lo suficiente como para abandonar el culto jerosimuitano y vertebrar otro en el seno de una comunidad de tinte sacerdotal y laico afincada en Qumrán; lo suficiente como para pretender contar con una revelación específica en lo que a interpretación de las Escrituras se refería.

 

Sin embargo, ni el MJ ni sus seguidores asociaron al fundador de la secta de Qumrán con un ministerio mesiánico, con una función expiatoria ni con la preexistencia. La diferencia del MJ en relación con otros personajes posteriores, especialmente Jesús, resulta evidente en estas áreas concretas.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Aquí termina nuestra brevísima incursión por el mundo de los manuscritos del mar Muerto. De manera sucinta hemos intentado explicar por qué estos documentos tienen una importancia especial y distintiva, describir las peripecias de su hallazgo y publicación, identificar al colectivo en el que fueron concebidos y recalar en la personalidad sin duda sugestiva de la figura máxima de aquel, el enigmático Maestro de Justicia.

 

Poco sobrevivirían sus discípulos a su muerte. Al llegar Heredes el Grande al poder, optaron por volver a reintegrarse a la sociedad judía y abandonaron su retiro de Qumrán. Había varias razones para ello. Para empezar, el monarca era un enemigo declarado de la dinastía hasmonea con la que el Maestro de Justicia se había enfrentado, pero, además, el nuevo rey sentía cierta estima por los esenios.

 

Quizá podríamos incluso conjeturar que los esenios pensaron en una muy cercana llegada del Mesías. La profecía de Jacob en el Génesis hacía referencia explícita a que el Mesías vendría cuando el cetro de Israel (el trono o la corona, diríamos nosotros) ya no estuviera en manos de un judío, y, efectivamente, Herodes no era judío sino idumeo.

Pero Herodes defraudó a los esenios y cuando fue sucedido por su hijo Arquelao, aquellos decidieron regresar a Qumrán. Allí permanecerían hasta el año 68 d. de C. en que las fuerzas romanas ocupadas en sofocar la gran revuelta judía iniciada dos años antes arrasaron el monasterio qumraní.

 

A sus moradores les había dado tiempo previamente para ocultar los manuscritos que, finalmente, han llegado hasta nosotros. En el año 70 d. de C., el romano Tito tomó Jerusalén y arrasó el Templo. Los esenios de Qumrán habían dejado de existir ya, aunque es posible que alguno de ellos aún siguiera combatiendo contra Roma en la fortaleza de Masada, cuya guarnición prefirió suicidarse en masa antes que verse convertida en esclava del pagano vencedor.

 

Durante la Edad Media da la sensación de que lejanos ecos de Qumrán suenan en la controversia originada en el seno del judaísmo por la secta de los karaítas. En cualquier caso, el episodio es de breve duración y aquella desaparece prácticamente como surgió. No podía ser de otra manera porque el judaísmo había cambiado de faz siglos antes.

La destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d. de C., a la que ya nos hemos referido, había marcado, de hecho, un punto de inflexión en la historia del judaísmo. Apenas tuvo lugar este acontecimiento se produjo en el seno de aquel un movimiento encaminado a interpretar los hechos desde una perspectiva espiritual peculiar.

 

Para un sector de los fariseos, había sonado la hora de controlar de manera total y absoluta la vida espiritual del pueblo. Para los judíos que creían en Jesús como Mesías (los judeo-cristianos) el hecho se vivió como una prueba de que las profecías sobre la destrucción del Templo pronunciadas por aquel se habían cumplido y que, por lo tanto, el viejo sistema había caducado espiritualmente.

 

Los saduceos trataron infructuosamente de recuperar la influencia religiosa que se había evaporado junto con el Templo, y su fracaso en conseguirlo selló su destino. En cuanto a los esenios, como hemos indicado, ya no volverían a tener un peso relevante en la vida del pueblo judío.

En un espacio de tiempo relativamente breve —no debió extenderse seguramente mucho más de una década— un ala de los fariseos se alzaría con el dominio espiritual sobre el pueblo de Israel. Los saduceos fueron excluidos de la vida espiritual de la nación hasta que desaparecieron antes de finalizar el siglo i d. de C. Sobre los judeocristianos se decretó una maldición especial (la birkat haminim) que debía ser pronunciada tres veces al día en la oración de las Shemoné Shré.

 

En adelante o se maldecían a si mismos —y seguían siendo judíos pero apóstatas del Mesías Jesús— o abandonaban las sinagogas —y seguían siendo cristianos pero apostatando de su pueblo. Ni siquiera el ala shammaita de los fariseos pudo contar con un lugar bajo el sol en el judaísmo posterior a la destrucción del Templo. Para finales del s. I d. de C., éste era un edificio relacionado con el judaísmo del Segundo Templo, pero ya diferente del mismo.

Los rollos del mar Muerto confirman precisamente este análisis histórico. Nos permiten ver que la concepción de un judaísmo uniforme desde Moisés hasta el Talmud, discurriendo de sabio en sabio, que consagró el sector hillelita de los fariseos, es radicalmente ahistórica y espiritualmente interesada, aunque quedara establecida como prácticamente una verdad de fe que, posteriormente, se encarnaría en los dos talmudim.

El judaísmo del Segundo Templo constituyó un mosaico de visiones teológicas que iban desde los saduceos a los judeo-cristianos pasando por esenios y fariseos, así como por una mayoría de la población no adscrita específicamente a ninguno de estos colectivos.

 

Los rollos del mar Muerto dan testimonio de cómo cada una de estas porciones del judaísmo del Segundo Templo podían tener una teología específica muy desarrollada, una visión muy concreta del Mesías (o de los mesías) y una vivencia muy determinada y diferenciada. El judaísmo —supuestamente monolítico— que aparece en el Talmud no fue, pues, el único judaísmo legítimo del período, sino el vencedor.

En cuanto al cristianismo original era, fundamentalmente, un movimiento judío que se expresaba siguiendo categorías que, en contra de lo propugnado, por ejemplo por los miembros de la Escuela de Tubinga, eran medularmente judías. Estas categorías —que cuentan con paralelos en Qumrán— incluían las referentes a la generación divina del Mesías, a la obra expiatoria de éste, a la identificación del mismo con el Siervo de YHVH de Isaías 53 o a su muerte antes del triunfo.

 

De hecho, un estudio de las fuentes rabínicas nos permite ver que tales puntos de vista —y otros como el de la desaparición del Mesías y su segunda venida— fueron mucho más comunes en el judaísmo del Segundo Templo anterior al cristianismo de lo que jamás habríamos podido imaginar. Su desaparición —casi total— en el judaísmo posterior a Jamnia derivó de un deseo de no proporcionar armas teológicas a los judíos que confesaban a Jesús como su Mesías. En realidad, éstos eran tan judíos en sus concepciones como los fariseos, los esenios o los sectarios de Qumrán.

 

La diferencia radical estribaba en que ellos no esperaban al Mesías. Por el contrario, aseguraban que el mismo había llegado y se llamaba Jesús. El cristianismo no era una fractura ni una innovación, sino que pretendía constituirse en continuación de lo ya formulado, continuación porque afirmaba que en Jesús se había cumplido la esperanza mesiánica.

Regresamos, pues, a nuestro punto de partida. Después de los hallazgos de Qumrán, ni la historia del judaísmo ni la del cristianismo pueden ya seguir escribiéndose igual porque, contra lo que puedan pretender muchos de sus fieles, ambos movimientos espirituales, lejos de ser dos entes separados, son en realidad fruto de una raíz común, el judaísmo del Segundo Templo.

 

Como ha señalado lúcidamente el escritor judío H. G. Perelmutther, los dos colectivos son «parientes». La desgraciada historia de las relaciones entre ambos no altera lo más mínimo esa situación, aunque sí contribuya a teñirla aún más con los colores de la tragedia.

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VI – Antología de los manuscritos del mar Muerto

I. El origen de la secta

«…a los trescientos noventa afijos [de haberlos entregado en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia], los visitó e hizo que creciera de Israel y de Aarón un retoño del plantío para poseer su tierra y para engordar con los bienes de su suelo».
(4Q 266 13-15a)


«Escuchad ahora, por lo tanto, todos los que conocéis la justicia, y entended las obras de Dios, porque El está en pleito con toda carne y descargará el juicio sobre todos los que se burlan de El. Porque cuando fueron infieles abandonándolo, El escondió su faz de Israel y de su Templo, y los entregó a la espada. Pero, cuando se acordó del pacto de los antepasados, guardó a un remanente de Israel y no permitió que fueran aniquilados.

 

Y en el tiempo de la cólera, a los trescientos noventa años de haberlos entregado en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, los visitó e hizo que creciera un retoño del plantío de Israel y de Aaron para que poseyera la Tierra y engordara con los productos del suelo. Y ellos comprendieron cuál era su maldad y se dieron cuenta de que eran culpables. Pero durante veinte años fueron como ciegos y como los que buscan un camino a tientas.

 

Y Dios tuvo en consideración sus obras porque lo buscaban con un corazón completo, y les levantó un Maestro de Justicia para que los guiara en la senda de su corazón [en blanco] Y para dar a conocer a las generaciones finales lo que él había hecho a la última generación, la asamblea de los traidores.»
(CD 1, 1-12)

 

II. El Maestro de Justicia y sus adversarios

«¿Cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén? Convertiré Samaria [en una ruina campestre, en un viñedo]. La interpretación de esto se refiere al Diseminador de Mentiras [ya que él ha extraviado a los] sencillos. ¿Cuáles son los lugares altos de Judá? [¿No es Jerusalén? La interpretación de esto se refiere al Maestro de Justicia, que [enseña la ley a su consejo] y a todos los que se presentar para unirse a los elegidos de [Dios cumpliendo la ley] en el consejo de la comunidad, ellos serán salvados en el día del [juicio].»
(1Q Pesher Miqueas Frag.10 3-7a)


«Lo contases [en blanco]. [La interpretación del pasaje está relacionada con] los traidores con el Hombre de Mentira, porque no [dieron fe a las palabras del] Maestro de Justicia de la boca de Dios; y con los traidores al pacto] nuevo, porque no creyeron en el pacto de Dios [y contaminaron] su santo nombre.»
(1Q Pesher de Habacuc 2, 1-4)


«Su interpretación está relacionada a todos los que cumplen la Ley en la Casa de Judá, aquellos a los que Dios librará del castigo en virtud de sus obras y de su fe en el Maestro de Justicia.»
(1Q Pesher Habacuc 8, 1-3)


«Pues por YHVH son asegurados [los pasos del hombre], él se complace en su camino. Aunque tropiece no caerá, porque YHVH [sujeta su mano]. La interpretación de este pasaje se refiere al Sacerdote, el Maestro de [Justicia, al que] Dios escogió para estar [ante El, porque] lo colocó para edificarle la asamblea [de Sus elegidos] (y en)derezó su camino en verdad.»
(4Q Pesher Salmos 3, 14-17)


«¡Ay del que embriaga a su prójimo, del que derrama su cólera! ¡Le embriaga ciertamente para mirar sus fiestas! Su interpretación se refiere al Sacerdote Impío, que persiguió al Maestro de Justicia para devorarlo con el ardor de su cólera en su lugar de exilio, en el tiempo de la festividad, en el reposo del día de las Expiaciones. Se presentó ante ellos para devorarlos y provocar su caída en el día del ayuno, el sábado de su reposo.»
(1Q Pesher Habacuc 11, 2-8a)


«Tu me has colocado como estandarte para los escogidos de la justicia,
como sabio diseminador de los secretos maravillosos [en blanco].
Para probar a [todos los hombres de] la verdad, para acrisolar a los que aman la enseñanza.
Para los que esparcen errores soy un hombre contencioso,
[pero un hombre de paz] para todos los verdaderos profetas.
Me he convertido en un espíritu celoso contra todos los intérpretes de cosas hala(güeñas).
[Todos los] hombres soberbios murmuran contra mi como el tremendo clamor de las aguas estruendosas.
Todos sus proyectos son pensamientos demoníacos.»
(IQHodayotlO, 13-16)

 

III. La entrada en la secta

«Todo el que entra en el consejo de la comunidad entrará en el pacto de Dios en presencia de todos los que se presentan voluntarios. Se comprometerá mediante un juramento a volver a la ley de Moisés, con todo aquello que ordena, con todo el corazón y con toda el alma, de acuerdo con todo lo que ha sido revelado en relación con la misma a los hijos de Sadoc, los sacerdotes que guardan el pacto e interpretan su sentido, y al conjunto de los hombres del pacto que juntos se presentan voluntarios a su verdad y a caminar según su voluntad. Que por el pacto tome el compromiso de apartarse de todos los hombres malvados que camina por sendas de iniquidad. Porque éstos no son contados en el pacto, ya que no han buscado ni han escudriñado sus mandatos para conocer las cosas ocultas en que pecaron por su culpa, y porque con soberbia hicieron las cosas reveladas.»
(1QS5, 7-11)


«Todos aquellos que entren en la Regla de la Comunidad establecerán ante Dios un pacto en virtud del cual han de cumplir, todo lo que ordena y no han de desviarse de su seguimiento por ningún miedo, terror o pena, que tenga lugar durante el dominio de Belial. Cuando entren en el pacto, los sacerdotes y los levitas bendecirán al Dios salvador y a todas sus obras fieles, y todos los que entren en el pacto dirán «Amén, Amén» [en blanco]

[en blanco]. Los sacerdotes narrarán las justas acciones de Dios en sus obras poderosas, y proclamarán todas sus misericorDiosas bondades para con Israel. Y los levitas narrarán las perversidades de los hijos de Israel, todas sus iniquidades culpables, y sus pecados durante el dominio de Belial. [Y todos] aquellos que entran en el pacto proclamarán después de ellos:

«Hemos obrado malvadamente,
hemos desobedecido,
hemos pecado, hemos actuado impíamente,
nosotros y antes de nosotros nuestros padres,
puesto que anduvimos
[en contra de los mandatos] de verdad y de justicia
[…] su juicio contra nosotros y contra nuestros padres,
pero El ha derramado sobre nosotros su misericordiosa gracia
para siempre jamás».

Y los sacerdotes bendecirán a todos los hombres de la porción de Dios que caminan con justicia en todas sus sendas y dirán:

«Que os bendiga con todo bien y de todo mal os guarde.
Que alumbre vuestro corazón con la inteligencia de la vida
y os conceda eterna sabiduría.
Que alce sobre vosotros su faz llena de gracia para paz eterna.»

Y los levitas maldecirán a todos los hombres de la porción de Belial. Tomando la palabra, dirán:

«Maldito seas por tus obras culpables e inicuas.
Que [Dios] te suma en el terror,
en manos de los que ejecutan las venganzas.
Que haga recaer sobre ti la destrucción
por medio de los ejecutores de las penas.
Maldito seas, sin piedad,
por la oscuridad de tus actos,
y sé condenado
a la oscuridad del fuego eterno.
Que Dios no se compadezca de ti cuando lo invoques,
ni te perdone cuando hagas expiación por tus culpas.
Que El levante su colérica faz para vengarse de ti,
y no tengas paz
en la boca de los que interceden».

Y todos los que entran en el pacto dirán a continuación de los que bendicen y de los que maldicen: «Amén, Amén».»

(1QS 1, 16-2, 10)


«Y a todo el que se ofrece voluntario de en medio de Israel para unirse al consejo de la comunidad lo examinará el Instructor que está al frente de los Muchos en cuanto a su conocimiento y obras… Y después cuando entre para estar entre los Muchos, se pedirá opinión a todos sobre sus asuntos. Y según resulte en el consejo de los Muchos será incorporado o rechazado.

 

Si es incorporado… que no toque el aumento puro de los Muchos mientras es examinado acerca de su espíritu y sus obras durante un año entero; y que tampoco tenga parte en los bienes de los Muchos. Cuando haya concluido el año dentro de la comunidad, serán preguntados los Muchos sobre sus asuntos, acerca de su conocimiento y de sus obras relacionadas con la ley.

 

Y si es incorporado… también sus bienes y sus posesiones serán incorporados por mano del Inspector a las posesiones de los Muchos. Y se inscribirán por su mano en el registro, pero no se emplearán en beneficio de los Muchos. Hasta que complete su segundo año entre los hombres de la comunidad no probara la bebida de los Muchos.

 

Y cuando este segundo año haya sido completado, será inspeccionado por la autoridad de los Muchos. Y si es incorporado a la comunidad, lo inscribirán en la Regla de su rango en medio de sus hermanos para la ley, para el juicio, para la pureza y para la puesta en común de sus bienes.»
(1QS6, 13b-23)

 

IV. La vida en la secta

«Y en el día del sábado que nadie pronuncie una palabra vana o necia. Que no preste nada a su prójimo. Que no se discuta sobre la riqueza y la ganancia.
Que no se hable de cuestiones de trabajo ni de la labor que hay que ejecutar al día siguiente.
[En blanco] Que nadie vaya al campo para trabajar según su deseo
[en] el sábado. Que nadie se aleje de la ciudad más de mil codos.
[en blanco]. Que nadie coma en el día del sábado salvo lo que ya está preparado; y de lo perdido
en el campo que no coma. Y que no beba salvo lo que hay en el campamento.


De camino, si baja a bañarse, que beba donde está, [en blanco]. Pero que no saque con
un vaso. Que no utilice a ningún gentil para hacer lo que él quisiera hacer en el día del sábado.
[en blanco]. Que nadie se vista con ropas sucias o que estén en el arcón, a menos que
hayan sido lavadas con agua o frotadas con incienso [en blanco]…

Que nadie saque nada de la casa
o entre nada a la casa. Que no abra un vaso sellado en sábado [en blanco]…
Que nadie ayude a parir a su animal en el día del sábado, [en blanco]. Y si cae en un pozo o una fosa, que no lo saque en sábado….
[En blanco] Y a todo hombre vivo que cae a un lugar con agua o a un lugar con […],
que nadie lo saque con una escalera o una cuerda o un instrumento…»
(CD10, 17-11, 17)

«[En blanco] Estos son los mandatos en los que caminarán unidos los hombres de santidad perfecta.
Todo el que entra en el consejo santo de los que caminan por la senda perfecta tal y como se ordenó, cualquiera que quebrante una palabra de la ley de Moisés, por orgullo o descuido, será expulsado del consejo comunitario
y no podrá regresar, que ninguno de los hombres santos se mezcle con sus bienes o con su consejo en ninguna
cuestión. Pero si actuó sin dolo, que se le separe del alimento puro y del consejo, y que se le aplique la norma siguiente:

«Que no juzgue a nadie y que no se le consulte durante dos años completos».

Si su andar es recto
en la reunión, en la interpretación y en el consejo [según la autoridad de los Muchos, [y] si no ha vuelto a pecar sin dolo hasta que concluyan los dos años
completos [en blanco].
Porque por […] un pecado sin dolo será castigado dos años, pero el que actúa con soberbia no podrá regresar. Sólo el que peca sin dolo
será sometido a prueba durante dos años completos en lo que se refiere a la perfección de su conducta y de su consejo según la autoridad de los Muchos, y después será inscrito según su rango en la comunidad santa.»
(1QS 8, 20-9, 2)

 

V. Condición humana y acción divina

«Yo soy polvo y ceniza,
¿Qué puedo planear, si Tú no lo quieres?
¿Qué puedo idear sin Tu permiso?
¿Cómo puedo ser fuerte si Tú no me sostienes?
¿Cómo puedo ser instruido, si Tú no me moldeas?
¿Qué puedo hablar si Tú no abres mi boca?
y ¿cómo contestar si Tú no me enseñas?»…
Sin Tu voluntad nada se hace
y nada se conoce sin que Tú lo desees.»
(1QH 18, 5-9)


«Y todo el que se niegue a entrar en el pacto de Dios para así seguir caminando en la dureza de su corazón, no entrará en la comunidad de su verdad, porque
su alma odia las disciplinas del conocimiento del justo juicio. No ha perseverado en la conversión de su vida, y no será contado entre los justos.
Su conocimiento, su fuerza y su riqueza no entrarán en el consejo de la comunidad, porque actúa en el fango de la perversidad y hay mácula
en su conversión. No será justificado mientras siga la dureza de su corazón, porque mira las tinieblas como si fueran caminos de luz. En el manantial de los perfectos
no será contado. No será limpiado por las expiaciones, ni quedará purificado por las aguas lústrales, ni se santificará por los mares
o ríos, ni será purificado por toda el agua de las abluciones. Impuro, impuro será todos los días que rechace los mandatos
de Dios, sin dejarse enseñar por la comunidad de su consejo. Porque en virtud del espíritu del verdadero consejo en los caminos del hombre son expiadas
todas sus iniquidades para que pueda ver la luz de la vida. Y mediante el Espíritu Santo que lo liga a su verdad es purificado de todas
sus iniquidades. Y por el Espíritu de rectitud y de humildad es expiado su pecado. Y por la sumisión de su alma a todas las leyes de Dios
es purificada su carne al ser bañada por las aguas lústrales y ser santificada con las aguas de arrepentimiento.»
(1QS2, 25-3, 9)


«… todo espíritu es formado por Tu mano,
[y toda su labor] Tú la has determinado
antes incluso de crearlo.
¿Cómo podrá nadie evitar Tus designios?
Tú, sólo Tú, has creado al justo.
Desde que estaba en el vientre estableciste para él el tiempo de la gracia,
para que observe Tu pacto y marche por todos Tus caminos,
para [derramar] sobre él la abundancia de Tus misericordias,
para abrir la angostura de su alma a la salvación eterna.»
(1QH7, 20)


«A los impíos los has creado para el tiempo de la ira, desde que estaban en el vientre de su madre los has predestinado para el día de la ruina.»
(1QH7, 21)

 

VI. El Mesianismo de Qumrán

«[…como dijo] Isaías el profeta: serán cortados [los más robustos del] [bosque con el hierro y el Líbano, con su esplendor] caerá. Brotará un renuevo del tocón de Jesé […] […] el retoño de David se enfrentará con […] […] y lo matará el Príncipe de la Congregación, el reto[ño de David…] […] y con heridas. Y un sacerdote ordenará […] […] la aniquilación de los Kittim […].»
(4Q285, 5, 1-6)


«No se apartarán de ningún mandato de la ley para caminar
con toda la dureza de su corazón, sino que serán regidos por los mandatos primeros con los que empezaron a ser instruidos los hombres de la comunidad,
hasta que venga el profeta y los mesías de Aarón e Israel.»
(1QS9, 9-11)


«Y así, todos los hombres que entraron en el pacto nuevo en la tierra de Damasco y se volvieron y traicionaron y se apartaron del pozo de aguas vivas, no serán contados en la asamblea del pueblo y no serán inscritos en sus [lis]tas desde el día de la reunión [del que enseña del maestro] del Maestro único hasta que aparezca el mesías de Aarón y de Israel.»
(CD-B 19, 33-20, 1)


«Será llamado hijo de Dios y lo llamarán hijo del Altísimo. Como se ve al rayo, así será el reino de ellos. Reinarán sobre la tierra durante algunos años y todo lo hollarán. Un pueblo hollará a otro pueblo y una ciudad a otra ciudad [en blanco] Hasta que se alce el pueblo de Dios y todo repose de la espada. Su reino será un reino eterno, y todos sus caminos discurrirán en verdad y justi[cia].

 

La tierra [andará] en la verdad y todos concertarán la paz. La espada dejará de moverse en la tierra, y todas las ciudades lo adorarán. Él es un Dios grande entre los Dioses. Hará la guerra contra él. Pondrá en su mano los pueblos y los derribará ante él. Su dominio será un dominio eterno…»
(4Q Hijo de Dios o 4Q 246 2, 1-9)


«[porque los cielos y la tierra escucharán a su mesías [y nada de] lo que en ellos hay se apartará de los santos mandamientos. Esforzaos, los que buscáis al Señor en su servicio [en blanco]. ¿Es que acaso no vais a encontrar así al Señor, los que esperáis en su corazón? Porque el Señor vigilará a los justos y llamará a los justos por su nombre, y hará descender su Espíritu sobre los humildes, y dará nuevas fuerzas a los fieles mediante su poder. Porque honrará a los justos en el trono del dominio eterno, liberando a los cautivos, otorgando la vista a los ciegos, rectificando a los desviados.

 

Siempre estaré al lado de los que esperan. Juzgará con su misericordia y nadie recibirá con retraso la recompensa de su buena (obra), y el Señor realizará actos gloriosos como no se produjeron nunca, tal y como El di[jo], porque curará a los maltrechos, y resucitará a los muertos, anunciará buenas noticias a los sencillos, enriquecerá [a los pobr]es, guiará a los expulsados, y satisfará a los hambrientos […] y todos […].»
(4Q 521 o 4Q Sobre la Resurrección Frag. 2, 2, 1-14)

 

VII. La confrontación final

«[…Y enviará un ángel] poderoso y te arrojará de toda la tierra.
[…] cielos […]
Golpeará YHVH con golpe fuerte que te destruirá para siempre
y en el ardor de su ira [mandará] contra ti un ángel poderoso [para llevar a cabo]
[todos sus manda]tos [uno] que [no se apiadará] de ti, que […]
[…] sobre todos estos, que te [lanzará] al gran abismo [al Sheol] más profundo. Habitarás le[jos de la morada de luz], porque es oscuro
en grado sumo el gran [abismo. No gobernarás] más sobre la tierra
[sino que permanecerás encerrado] para siempre. [Maldito serás] con las maldiciones del Abadón,
[y castigado por] el ardor de la cólera de YHVH. Tu gobernarás sobre las tinieblas durante todos
[las eras de] las humillaciones […]
tu regalo
[…].»
(11Q Salmos Apócrifos 3, 1-12)


«El primer ataque de los hijos de la luz será lanzado contra la porción de los hijos de las tinieblas, contra el ejército de Belial, contra la tropa de Edom y de Moab y de los hijos de Amón
y la tro[pa de… y de] Filistea, y contra las huestes de los Kittim de Asur y [los que los ayudan de entre los inicuos] del pacto. Los hijos de Leví, los hijos de Judá y los hijos de Benjamín, los exiliados del desierto, combatirán contra ellos
[…] contra todas sus huestes, cuando los hijos de la luz exiliados en el desierto de los pueblos regresen para acampar en el desierto de Jerusalén. Y después de la guerra subirán de allí
[…] de los Kittim en Egipto. Y a su tiempo, saldrá con gran cólera para combatir contra los reyes del Norte, y su ira aniquilará y cortará el cuerno de…
[se]guirá un tiempo de salvación para el pueblo de Dios y un periodo de dominio para todos los hombres de su porción, y de aniquilación eterna para toda la porción de Belial. Habrá terror
g[rande entre] los hijos de Jafet, y caerá Asur, y no habrá auxilio para él; el dominio de los Kittim concluirá, siendo derrotada la iniquidad sin que quede ni rastro, y no habrá escapatoria.
Y [los hijos de la jus]ticia resplandecerán en todos los rincones de la tierra…»
(1Q Regla de la Guerra 1, 1-8)


«Pues habrá un tiempo de tribulación para Israel [y un decreto] de guerra contra todos los pueblos. Para la porción de Dios habrá redención eterna,
y ruina para todos los pueblos inicuos. Todos los que [están preparados] para la guerra irán y acamparán frente al monarca de los Kittim y frente a todo el ejército
de Belial, reunido con él para el día [de exterminio] por la espada de Dios [en blanco].
El Sumo Sacerdote se colocará en su puesto, y sus hermanos los sacerdotes y los levitas y todos los hombres de la regla estarán con él. Y pronunciará a sus oídos
la oración para el tiempo de la guerra [tal y como está escrito en el Li]bro de la Regla de ese tiempo, con todas las palabras de acción de gracias. Y allí ordenará
todas las líneas, como está es[crito en el Libro de la Guerra]. Y se adelantará el sacerdote designado para el tiempo de la venganza según la decisión
de todos sus hermanos y confortará [el corazón de los guerreros].»
(1Q Regla de la Guerra 15, 1-7)

«Entonces se precipitará la espada de Dios
en la era del juicio,
y todos los hijos de su verdad despertarán
para aniquilar la impiedad
y todos los hijos de la culpa dejarán de existir para siempre.

El guerrero tensará su arco
por una anchura inmensa.
[Abrirá] las puertas eternas
para sacar las armas de guerra,
y dominarán del uno al otro confín.


No habrá salvación para la inclinación culpable,
será hollada hasta el aniquilamiento
sin que quede nada.»
(1Q Hodayot 14, 29-32)

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Las 7 sociedades más secretas de la historia

Las sociedades secretas pueden ser una reliquia de tiempos antiguos, pero todavía tienen el poder de intrigarnos. Estas siete sociedades selectas, según creen algunos, tienen algún vestigio de influencia incluso hoy en día.

Los francmasones

La masonería se remonta al año 1717, cuando en Londres fue fundada la primera logia masónica (aunque los rumores sobre su existencia ya circulaban desde, por lo menos, un siglo atrás) y existe todavía. Los masones se convirtieron en sinónimo de apretones de manos secretos, rituales estrafalarios y una jerarquía en la que los miembros ascienden a través de varios niveles a medida que adquieren experiencia y respecto dentro de la sociedad. La mayoría de las sociedades secretas modernas se inspiraron en la masonería adoptando sus apretones de manos, palabras-códigos, rituales privados y complejas cadenas de mando, escribe ‘The Huffington Post’.

Los iluminados

Pese a que los iluminados originariamente se ramificaron de los masones en 1776, ya desde su inicio se han convertido en el enfoque principal de los teóricos de la conspiración, muchos de los cuales les atribuyen sucesos como la derrota de Napoleón, el asesinato de Kennedy o el triunfo de Barack Obama en las presidenciales. En efecto, no hay ninguna evidencia de que existan todavía, pero eso solo parece aumentar su misterio.

Calavera y Huesos

Tal vez la menos secreta de las sociedades secretas, Calavera y Huesos de la Universidad de Yale (Connecticut, EE.UU.), fue fundada por William Huntington Russell en 1832. La organización cuenta con muchos prominentes jefes de Estado (entre ellos, los presidentes William Howard Taft, George Bush y George H. W. Bush), líderes de la industria y jefes de las agencias secretas entre sus miembros. La sociedad se reúne dos veces a la semana para rituales que se parecen a los masónicos, pero muchos afirman que la sociedad realmente no es más que una fraternidad universitaria glorificada.

Los rosacruces

Fundada a principios del siglo XV por Christian Rosenkreutz, la orden de Rosacruz pretendía usar las prácticas ocultas para lograr una transformación global. Dos siglos más tarde, con la publicación de tres manifiestos ganaron fama. Según creen los teóricos de la conspiración, los rosacruces fundaron a los masones, a los iluminados y al grupo de filósofos de la naturaleza el Colegio Invisible. También los consideran como la fuerza conductora detrás de cada revolución importante en la historia moderna.

El club Bilderberg

En 1954, las figuras más influyentes del mundo se reunieron en un hotel para discutir y planificar la agenda global del siguiente año. Desde entonces, han continuado reuniéndose anualmente, pero el contenido de sus conversaciones se mantiene en un secreto celosamente guardado. Técnicamente, Bilderberg no es una sociedad secreta, pero muchos teóricos de la conspiración se preocupan por la influencia que tienen sus reuniones anuales.

Los sabios de Sion

En 1920 un periódico propiedad de Henry Ford publicó una serie de artículos que reimprimían un documento antisemita llamado ‘Los protocolos de los sabios de Sion’. El documento fue rápidamente desacreditado como un engaño, pero esos artículos fueron recogidos en forma de libro titulado ‘El judío internacional’, que influenció mucho en la expansión mundial del antisemitismo, en particular, en la formación de la ideología nazi. Así, Adolf Hitler fue influenciado por el libro y se apropió de muchas de sus ideas. Los teóricos antisemitas todavía creen que los protocolos eran genuinos y que hubo una conspiración judía para dominar el mundo.

Los Caballeros Templarios

A principios del siglo XII, nueve caballeros hicieron un voto para proteger a los peregrinos que viajaban a través de la Tierra Santa. Más y más caballeros se unieron, y la organización creció acumulando riqueza, fama y poder. En la cultura popular los caballeros asumieron el papel de proveedores de fondos de muchas otras sociedades secretas, así como de guardianes de los tesoros cristianos más sagrados como el Santo Grial o la sangre de Jesucristo. Sin embargo, los miembros de la sociedad fueron finalmente torturados y ejecutados por el rey francés Felipe IV, los señores feudales y la Iglesia católica, con lo que a principios del siglo XIV la organización se disolvió.

http://actualidad.rt.com/sociedad/view/130406-sociedades-m%C3%A1s-secretas-exclusivas-historia