Como es adentro, es afuera. Así dice la máxima hermética, y es cierto. La vida nos lo demuestra a cada paso. Si nos sentimos bien, pareciese que todo y todos te sonríen. Hasta los semáforos se ponen en verde a tu paso. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez? En cambio, si nos despertamos mal, parece que el día en vez de mejorar, va a peor.
Ahora quiero que usted observe esta imagen. Que perciba qué le sugiere, como le hace sentir.
Ahora quiero que observe esta otra imagen. Igualmente, me gustaría que se pare a ver qué le transmite.
Nadie nos preguntamos hasta qué punto la arquitectura de los edificios en los que vivimos nos puede afectar y hasta qué punto. Cuando usted contempla un bello paisaje o una obra de arte puede embelesarse y llegar a tener incluso un momento sublime. Es como si aquello que contempla encendiese rincones escondidos de su alma transmitiéndole pensamientos elevados, recuerdos bonitos y desde luego, armonía.
Pero por doquier nos rodean edificios, polígonos y Proyectos urbanísticos que son un atentado a la vista, a la estética y como no, a la belleza. Edificios o, mejor dicho, moles de hormigón, escaleras y puertas mal dispuestas, ventanas minúsculas o inexistentes pues no siguen cánones armónicos como podemos observar en las antiguas catedrales o en los barrios antiguos y deliciosos de algunas ciudades, como París. Alguien podrá pensar que eso es casual, que desde que se descubrió el hormigón se dio rienda suelta a la creatividad y eso permitió dar forma caprichosa y peculiar a los edificios, pero no. Esto obedece a algo mucho más oscuro. A algo que aquellos que desde siempre se ocupan de los designios de la humanidad saben y nosotros no.
Y eso que ellos saben y nosotros no es la importancia de las Ondas de Forma y cómo estas influyen en nuestra psique. Se sabe que las Ondas de Forma emitidas por las formas geométricas simétricas así como las formas redondeadas, son beneficiosas y benignas. En cambio las Ondas de Forma emitidas por polígonos y formas geométricas irregulares no compensadas son nocivas y dañinas.
Ya en el paleolítico superior o incluso antes, se conocía este fenómeno de las formas y su influencia. Los petroglifos o las pinturas en las que aparecen espirales, laberintos, cruces etc. nos indican que la utilización que hacían de las formas los hombres de la prehistoria era probablemente algo más que una mera manifestación artística. ¿Qué conocimiento tenían esos hombres que hemos perdido en nuestros días?
Vivimos en edificios y barrios llenos de ángulos rectos. Como acabamos de ver, está demostrado biológicamente que los ángulos rectos generan violencia. Incluso los conocidos tebeos Manga japoneses, donde las formas angulosas son una constante, tienen en Japón prohibida su emisión en horario infantil.
¿Puede evolucionar la psique o la espiritualidad humana en un entorno donde las Ondas de Forma predominantes son asimétricas, agresivas y desordenadas? Ellos lo saben. Es otro terreno más donde tener acotada nuestra inteligencia, nuestra creatividad y como no, nuestra dimensión espiritual, que es de lo que al fin y al cabo se trata. De que no veamos más allá, que no veamos la otra realidad, que ni siquiera sospechemos de su existencia. Se trata de mantenernos encerrados en una jaula, en una prisión donde ni siquiera vemos los barrotes.
Algunos ejemplos de arquitectura que algunos denominan, y no sin razón, satánica:
Monasterio Tourette. Francia
Park Hill. Sheffield
Torre Velasca. Milán
Facultad de estadística. Madrid.
Por Marta Mundo Desconocido