El conflicto de Libia se traslada al mar por la pesca del atún azul

Las afectaciones que han ocasionado los enfrentamientos entre los rebeldes libios y el líder Moammar Gadhafi en Libia, se han trasladado ahora a los mares del Magreb, siendo el atún de aleta azul el más perjudicado.

Organizaciones a favor del medio ambiente denunciaron que Libia planea abrir sus aguas a la pesca de atún esta temporada, sin un plan establecido y con la nula posibilidad de permitir un monitoreo efectivo por los enfrentamientos armados que suceden en el país del norte de África, a pesar de ser una de las especies sobreexplotadas que tienen protección especial.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y Greenpeace enviaron una petición urgente a los miembros de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) abogando por el rescate de las especies emblemáticas de peces, la restauración del entorno marino del Mediterráneo y de la antigua industria pesquera, según dio a conocer WWF en un comunicado.

De acuerdo con distintos informes, varios navíos libios, sin autorización legal para pescar atún de aleta azul, zarparon de Malta con dirección a aguas libias.

“Este disturbio en Libia significa que no se ha logrado aún monitorear efectivamente la pesca en sus aguas, lo cual pone en grave riesgo al plan internacional de recuperación de las especies sobreexplotadas”, explica WWF en el comunicado.

Pero al menos la mitad de los pescadores en el puerto francés de Sète, el principal para la pesca de atún de aleta azul, no podrán zarpar debido a que los permisos de navegación para las embarcaciones de origen libio fueron cancelados, de acuerdo con información de Reuters.

“10 de los barcos en el puerto de Sète, a unos 185 kilómetros de la ciudad de Toulouse, quedarán varados porque son propiedad de compañías de Libia con nexos con el líder Moammar Gadhafi, que los rebeldes buscan quitar del poder”, añade la agencia Reuters.

Greenpeace denunció que el ICCAT no está haciendo lo suficiente para proteger a las especies marinas y debe impedir que los navíos partan hacia aguas libias y lanzar sus redes para capturar a los atunes.

“Si queremos tener atún de aleta azul en el futuro, la ICCAT deben controlar la pesca, cosa que hasta ahora ha sido imposible en las aguas libias. Esto significa que los países miembro de la ICCAT deben acordar la suspensión de la pesca para proteger sus propios planes de recuperación de especies”, enfatizó Sebastián Losada, asesor de Políticas Marinas de Greenpeace Internacional.

Francia, Italia y España capturan gran parte del atún de aleta azul que se consume en el mundo, y el 80% de esa cantidad va para Japón. Estos pescados también se capturan en el Atlántico Norte, el Golfo de México y el Mediterráneo, de acuerdo con información de Reuters.

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