El transporte público en Portugal está prácticamente paralizado este jueves, después de que los dos sindicatos mayoritarios convocaran una huelga contra las políticas capitalistas que han tenido como resultado una situación de desempleo récord y que han provocado el mayor desplome económico desde la década de los setenta.
Los sindicatos esperan que esta huelga general, la cuarta convocada durante los dos últimos años, lleve a la dimisión del Gobierno que durante este año ha a llevado a cabo drásticos recortes sociales y subidas de impuestos que afectan a las condiciones de vida de la clase trabajadora lusa.
Movimientos sociales y partidos de izquierda llaman a romper con las directrices económicas dictadas por la llamada “Troika”, conformada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE).
Este jueves los trenes no circulan, los servicios de metro y ferri se han paralizado en Lisboa y la mayor parte de las rutas de autobús han sido suspendidas. Como consecuencia ha aumentado considerablemente el tiempo de desplazamiento para los que han escogido ir a trabajar, y les obliga a tomar rutas alternativas con menor periodicidad de lo habitual.
La aerolínea estatal TAP ha advertido de una posible interrupción en los vuelos, aunque ha avisado de que no cancelará ninguno.