En Bélgica no hay gobierno pero hay una potente sociedad civil digital que ha conseguido que los mismos senadores que explicaban hace escasos meses las bondades de la “ley de tres avisos” (cuatro en Bélgica) según el modelo francés (Hadopi) hayan comparecido ante la prensa, menos el promotor que se ha retirado de la política, para anunciar que se suprimen todos los artículos del proyecto de ley que se solapan con la legislación francesa.
El senador liberal, Richard Miller, aprovechó que Los Verdes habían presentado una enmienda en defensa de la licencia global para comparecer ante los medios y anunciar la presentación de otra enmienda para eliminar todo el articulado que hace referencia al principio conocido por “respuesta flexible”. Tan flexible que se ha roto.
La Asociación belga para la protección de los derechos de los usuarios de Internet (NURP) ha “celebrado el nuevo consenso en contra del proyecto de ley inspirado en el modelo francés”. Si bien advierte sobre otros aspectos nocivos del proyecto ley que siguen amenazando las libertades en la red como son los que hacen referencia a los acuerdos entre los ISP y las sociedades de gestoras de los derechos de autor, así como a la creación de un “Consejo de la protección del derecho de autor en Internet”, que tendría la responsabilidad de determinar una lista blanca de contenidos legales.
En todo caso una victoria de los ciudadanos digitales que no han querido ser simples espectadores. Han ganado una batalla.