Traducido por Adela Kaufmann, Biblioteca Pleyades
Albert Einstein dijo una vez que,
“Toda la ciencia no es más que el refinamiento del pensamiento cotidiano.”
Muchos expertos coinciden en que nuestra capacidad de pensamiento lógico y de decisiones racional ha surgido de nada más que la aleatoriedad de la información que hemos tratado de clasificar lógicamente con poco o ningún éxito. De hecho, no hay evidencia científica de la ‘evolución’ del pensamiento y esto ha retrasado el avance de nuestra especie.
Tenemos más que suficiente evidencia de los registros arqueológicos para demostrar que la humanidad era mucho más avanzada decenas de miles de años atrás de lo que somos hoy. De hecho, pocas personas se dan cuenta que las armas nucleares y la tecnología existían mucho antes de lo que los historiadores convencionales nos estuvieran considerando como “evolucionados”.
El arqueólogo Francis Taylor declaró que grabados en algunos templos cercanos que él tradujo, sugerían que ellos oraron para ser librados de la gran luz que venía a llevar la ruina de la ciudad.
“Es tan inconcebible imaginar que alguna civilización hubiera tenido la tecnología nuclear antes que nosotros. La ceniza radiactiva agrega credibilidad a los registros antiguos hindú que describen la guerra atómica. “
Otra señal curiosa de una antigua guerra nuclear en la India es un gigantesco cráter cerca de Mumbai (antes Bombay).
El cráter Lonar casi circular de 2,154 metros de diámetro (imágenes abajo), situado a 400 kilómetros al noreste de Mumbai y fechado de al menos 50.000 años de antigüedad, podría estar relacionado con la guerra nuclear en la antigüedad.
No hay rastro de ningún material meteórico, etc. Que haya sido encontrado en el lugar o en sus proximidades, y este es el único cráter en basalto de “impacto” conocido en el mundo.
Indicaciones del gran choque (de una presión superior a 600.000 atmósferas) y el intenso, abrupto calor (indicado por esférulas de cristal de basalto) pueden ser comprobados en el sitio.
En general, los historiadores hacen un notable trabajo de reconstrucción de lo que sucedió hace mucho tiempo, pero ellos también cometen errores y muy a menudo estos errores son deliberados. Siempre han sido los poderosos, los ganadores y los seguros quienes tienen el lujo de decirle a la gente lo que sucedió. Usted puede estar seguro que en la mayoría de los casos, la historia que cuentan los hace lucir bien y se ajusta a sus creencias ideológicas.
Los megalitos de Baalbek, los Tubos de Iluminación de Dendera, los Tallados de Abidos y los Vimanas son sólo algunos ejemplos de evidencia de que hubo una avanzada tecnología que fue claramente suprimida a las generaciones sucesivas.
Sabemos que la ciencia convencional ha hecho poco para desentrañar los antiguos misterios de poder chamánico de curación. Divorciado de contextos tradicionales, la medicina y las prácticas chamánicas y visionarias siguen siendo un misterio.
Sólo recientemente, a través del trabajo de los investigadores en las ciencias más “suaves” de la entheo- y etno-botánica, que el verdadero papel de estas plantas puede ser entendido en términos que la mente occidental podría apreciar.
No es simplemente una “conciencia elevada” o un “estado alterado” que busca el chamán a través del uso de estas plantas, sino que, en su lugar, se dice que el chamán trabaja su magia a través de un real vínculo psíquico a la piscina de la sabiduría biológica sostenida dentro de la red de toda la vida terrestre, a menudo conocida como la “mente de planta” o la “mente de Gaia.”
Pero estas no son prácticas que se pueden medir prácticamente con la ciencia, por lo que son simplemente descartadas.
En su mayor parte, la ciencia ha sido un poco más que una empresa muy controlada que ha construido, organizado y controlado el conocimiento para suprimir a los seres humanos. La mayor parte de los conocimientos reales, el 95% de lo que está a disposición del mundo, es mantenido en secreto por un puñado de individuos en las sociedades de élite.
El resto del mundo está sólo al tanto del restante 5% del conocimiento que es liberado para que la “ciencia” lo estudie y lo explique a las masas.
La ciencia actual pone a la gente en los mayores riesgos de su salud y bienestar.
Somos constantemente bombardeados con falsa información de los supuestos científicos, incluyendo anti-factoides,
- que el mercurio es bueno para nosotros
- que la radiación de teléfonos celulares evita trastornos cerebrales
- que los vegetales no orgánicos cultivados con pesticidas contienen más vitaminas
- que el Ritalin estimula el aprendizaje
- que el plutonio fortifica la salud humana
Esto es lo que la ciencia está transmitiendo a nuestro mundo a diario. A menudo, la ciencia es un gran engaño, sobre todo a través de la medicina convencional.
Mucha gente acepta que el método científico es la única base fiable para creer que algo es verdadero. Pero en realidad, ¿cómo sabemos que esta afirmación es verdad? Sin duda, la ciencia no puede demostrarlo. Eso sería un argumento circular – usando la ciencia para probar que la ciencia es la fuente de la verdad.
Por lo tanto, no podemos saber con certeza que la ciencia es la única manera de probar la verdad. Es evidente que también hay que reconocer que, por definición, la ciencia sólo puede responder a las preguntas relativas a la naturaleza, no a los conceptos sobrenaturales que son tan abundantes en nuestro universo.
Los científicos afirman que los seres humanos están en contacto con el universo a través de sus cinco sentidos. Nadie puede alcanzar el verdadero “mundo exterior” yendo más allá de estos sentidos.
Entonces, ¿cómo podemos saber que este mundo no es diferente de lo que percibimos que es?
Dado que lo que sea que causó el espacio, el tiempo y la materia para empezar a existir no puede ser espacial, temporal o material. Además, lo que causó nuestro universo ordenado a entrar en un tiempo finito debe ser inmensamente poderoso, inteligente, consciente y personal, y por lo tanto, imposible de definir por la ciencia.
La ciencia contribuye a nuestro conocimiento de la realidad al hacer observaciones acerca de las cosas físicas. Si son capaces de, directa o indirectamente observar algunas X, entonces tenemos buenas razones para agregar X para nuestra ontología.
Por ejemplo, cuando los científicos detectan una nueva partícula como el neutrino, añadimos los neutrinos a nuestra lista de cosas que existen.
Mientras que la ciencia puede identificar lo que existe mediante lo que observa, la ciencia no puede identificar lo que no existe por lo que falla en observar. Si la ciencia no puede identificar lo que no existe por lo que falla en observar, entonces la falta de observación para la producción de pares de partículas no implica la ausencia de una causa.
Está más allá del alcance del método científico para sacar conclusiones sobre lo que no existe.
Si existe tal cosa como una entidad sin causa, sería imposible determinarla científicamente porque la ciencia está basada en la observación y la inducción. Es imposible observar la ausencia de algo, por lo que es imposible descubrir una entidad sin causa por métodos científicos. Si las entidades sin causa existen, deberán estar identificados filosóficamente, no empírica/científicamente.
Esta es la eterna falla de la ciencia, y por esta razón el futuro del conocimiento no viene de una observación de laboratorio o experimental, sino que viene de identificar lo que la ciencia no puede observar y lo que ya hemos sabido durante mucho tiempo. Cada respuesta se encuentra dentro de nosotros mismos. Nuestra base de conocimientos es muy amplia y universal y nuestra fuente de energía sabe todo lo que es.
Cuando aprendamos a aprovechar esta energía, hará que la mayor parte de nuestros fundamentos científicos y la práctica misma parezcan bastante triviales.