Michael White asegura en el prólogo de “Leonardo, el primer científico”, que da Vinci fue un hombre que bordeó la herejía y la necromancia. En esta línea se sitúa el historiador Eugene Muntz cuando asegura que el artista se divertía en “la sociedad de los místicos iluminados, astrólogos, alquimistas, charlatanes de toda clase” (sic).
Sea por su pertenencia a esta “sociedad” o por su fascinación por las leyes armónicas de la naturaleza, Leonardo da Vinci se nos revela como fiel a la escuela cósmica. Afirmó que la Tierra es uno de tantos astros y que refleja la luz del Sol igual que la Luna; explicó que nuestro planeta tiene grabadas las huellas de su historia, aún antes de cualquier reseña escrita; se refería a los fósiles que aseguraba se habían producido en el agua del mar; Leonardo intuía que se habían levantado las montañas para ocupar nuevas posiciones…
Estas ideas, junto a sus experimentos con cadáveres –de los que descubrió cómo la sangre recorría constantemente el cuerpo, alimentando sus células– se oponían frontalmente a las de la jerarquía eclesiástica. No deja de ser irónico, pues la Iglesia era su principal cliente. Ello no fue impedimento para que Leonardo plasmara en sus pinturas religiosas la impronta de la herejía.
“La Virgen de las Rocas” es una tabla destinada a los franciscanos de Milán que muestra la inmaculada concepción. Cuando Leonardo entregó su pintura en 1483, los monjes obligaron al artista a reelaborarla porque en lugar de una escena que ensalzara a la Virgen, les había presentado a María, el arcángel Uriel, Jesús y San Juan niños, reunidos en una cueva durante su huida a Egipto, algo que no guardaba relación alguna con los Evangelios canónicos.
También Paul Vulliaud insiste en su libro “La Pensée ésotérique de Léonard de Vinci” (1906) en el misterio perturbador contenido en sus obras “El Bautista” y “Baco”; su examen comparativo nos ayudará a comprender que Leonardo abrazaba alguna suerte de creencia pagana que quiso plasmar dibujando para el santo Precursor y para el dios étnico los mismos labios sonrientes e idénticos gestos simbólicos
Baco, justo es recordarlo, es un dios solar, creador de la vida sobre la Tierra y la fuerza generadora del Universo. Leonardo lo pinta recubierto de la nébrida, emblema del dios-sol de Egipto; la piel es el cielo, y sus manchas, las estrellas.
Mucho se ha especulado acerca del viaje que Leonardo efectuó a Egipto entre 1472 y 1483 y de si pudo tomar contacto con escuelas de misterios.
Mucho se ha especulado acerca del viaje que Leonardo efectuó a Egipto entre 1472 y 1483 y de si pudo tomar contacto con escuelas de misterios.
En la Biblioteca Nacional de París se conserva un microfilm que ha levantado una gran polémica entre historiadores y esoteristas. Fue descubierto por los autores de “El enigma sagrado”, best-seller publicado en España en 1976 y que bautizó a los documentos como Dossiers secrets.
Contenían recortes de prensa, cartas pegadas en láminas de refuerzo, opúsculos y numerosos árboles genealógicos. En ellos se menciona a una misteriosa sociedad secreta denominada Priorato de Sión entre cuyos Grandes Maestres figura Leonardo da Vinci quien habría ostentado el cargo entre 1510 y 1519.
El objetivo confeso del Priorato de Sión sería la restauración de la dinastía y la estirpe merovingia… Pero pronto se sabría que la misteriosa ficha había sido ingresada en la biblioteca en 1956 y que, por lo tanto, no era –como se pretendía– un documento histórico solvente.
Aún con todo, la aparición del libro de Dan Brown, “El código da Vinci”, ha vuelto a insistir en la vinculación de Leonardo con esta misteriosa sociedad y en que sus obras ocultan un mensaje cifrado y reivindicativo de los propósitos de la misma.
Parece que, en efecto, algunas de sus obras más emblemáticas como “La Última Cena” o “La Virgen de las rocas”, ocultan claves relacionadas con la descendencia de Jesús, la Magdalena como encarnación de los valores de la Diosa primordial o las enseñanzas apócrifas del evangelio de Juan. Pero, ¿es suficiente para vincularlo con esa corriente subterránea puesta en tela de juicio por los historiadores o es que Leonardo participaba de otras ideas heréticas? Parece admitido que da Vinci flirteó con alguna suerte de sociedad. ¿Surgen de allí sus ideas revolucionarias y sus herejías?
http://www.proyectopv.org/1-verdad/105marcoshistoriaignorada.htm