En su discurso sobre Oriente Medio y el norte de África, el presidente de EE.UU. envía un claro mensaje a los países que protagonizan la primavera árabe: «si os arriesgáis con las reformas tendréis todo el apoyo de EE.UU.»
En un esperado discurso sobre Oriente Medio y las revueltas árabes en el norte de África que busca una audiencia global, el presidente de EE.UU., Barack Obama, recoge el testigo de las palabras que pronunció en El Cairo en 2009 (y que le ayudaron a ganar el Nobel de la Paz al inicio de su presidencia).
Obama vuelve a hablarle al mundo musulmán y a pedir la paz entre israelíes y palestinos, aunque esta vez lo hace con el trasfondo de la primavera árabe y unos cuantos mensajes para cada uno de los países que se han despertado pidiendo democracia y libertad.
«El mensaje es simple: si os arriesgáis con las reformas tendréis todo el apoyo de EE.UU.», ha dicho Obama, enviando una consigna directa al presidente sirio, Bashar Al Asad: o lidera la transición, o tiene que irse.
Dispuesto a dar miles de millones de dólares al norte de África y Oriente Próximo para ayudar a los Gobiernos que resulten de la ola de protestas en la región, Obama presentará esta iniciativa en la reunión del G-8 en Francia la semana que viene, buscando la ayuda de las potencias mundiales.
«Las estrategias de represión ya no funcionan en el mundo árabe. Las revueltas ciudadanas han demostrado más cambios en seis meses que los terroristas en décadas», ha apuntado el presidente de EE.UU., recordando que Bin Laden «no era ningún mártir».
A Israel: «El status quo es insostenible»
En su empeño por retomar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, Obama ha reiterado la amistad incondicional entre EE.UU. e Israel, pero ha advertido: «precisamente por nuestra amistad es importante decir la verdad: el status quo no es sostenible».
Obama cree que las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967. «El pueblo palestino debe tener el derecho al autogobierno y a alcanzar su potencial en un Estado soberano y contiguo», ha insistido, añadiendo que los «actos simbólicos para aislar a Israel en la ONU» el próximo septiembre «no crearán un estado independiente» palestino, en referencia a la votación prevista para el próximo septiembre en Naciones Unidas sobre la creación de un Estado palestino.
El presidente estadounidense ha subrayado que «Israel debe actuar para lograr una paz duradera», puesto que «el sueño de un estado judío y democrático no puede alcanzarse con la ocupación permanente». En su opinión, dicha paz debe sustentarse en el principio de «dos estados para dos pueblos» que vivan uno junto al otro «en paz», reconociéndose mutuamente.
Las fronteras de 1967
Según Obama, las fronteras de estos dos estados deberían basarse «en las de 1967, con algunos cambios acordados» entre las partes. También ha considerado que es posible avanzar en el ámbito de la seguridad, con una retirada coordinada del Ejército israelí y unas fuerzas de seguridad palestinas que asumieran el control del territorio, por lo que quedaría para más adelante dos de las cuestiones clave en las conversaciones: Jerusalén y el retorno de los refugiados.
En cuanto al acuerdo de reconciliación alcanzado por Al Fatah y Hamás, ha apuntado que «plantea preguntas legítimas a Israel», ya que el movimiento islamista no reconoce el Estado hebreo. Así pues, «en las próximas semanas los palestinos tendrán que dar una respuesta creíble a la pregunta de si se puede negociar con ellos».
Nuevo capítulo en la diplomacia americana
Bautizando sus objetivos en la región como «un nuevo capítulo en la diplomacia americana», Obama promete «escuchar a aquellos que quieren darle forma al futuro, sobre todo a jóvenes, mujeres, empresarios y grupos que rechazan la violencia, utilizando la tecnología que ha ayudado a conectar a la gente en las protestas».
Obama tiene mensajes para cada uno de los países en plena crisis:
– Bahrein: «Estamos comprometidos con la seguridad del país, pero las reformas son la única vía para conseguir la estabilidad. El Gobierno debe crear las condiciones para el diálogo y la oposición, participar en el futuro del pueblo».
– Egipto: «Es importante adoptar modelos positivos, y Egipto es clave como el país árabe más grade y un histórico socio de EE.UU. Trabajamos con la comunidad internacional para asegurar la prosperidad económica que debe acompañar la transición egipcia». El plan de ayuda al mundo árabe incluye 2.000 millones de dólares para Egipto en cancelación de deuda y garantías para préstamos.
– Jordania: «Estamos comprometidos con nuestros socios jordanos, y les pedimos que aprovechen la oportunidad para avanzar en las reformas y demandas de los ciudadanos. Continuaremos ayudando para modernizar el ejército jordano y asegurar sus fronteras».
– Libia: «EE.UU. ha liderado el esfuerzo internacional para frentar la masacre de Gadafi contra el pueblo libio. Ahora que hemos pasado el testigo a la OTAN continuaremos presionando a Gadafi para que deje el poder y ayudando al Consejo Nacional de Transición, un interlocutor creíble».
– Marruecos: «Reconocemos los esfuerzos del Gobierno marroquí para responder a las demandas de su pueblo, y pedimos más esfuerzos para poner en marcha las reformas, incluyendo la defensa de los derechos humanos y la libertad política».
– Siria: «EE.UU. condena los asesinatos y arrestos ordenados por el Gobierno sirio contra su pueblo. Hemos impuesto sanciones adicionales al régimen. Apoyamos a los ciudadanos. El presidente Assad tiene dos opciones: liderar la transición o marcharse».
– Túnez: «Apoyamos la transición democrática y un nuevo acuerdo entre la sociedad civil y las compañías tecnológicas para que la población tenga más acceso a la información y las comunicaciones».
– Yemen: «EE.UU. apoya las aspiraciones del pueblo yemení para una nación más próspera y estable. También queremos ayudar a erradicar la amenaza de Al Qaida en la Península Arábiga. El presidente Saleh debe hacer realidad su compromiso y traspasar el poder».