Cuando Cristóbal Colón recorrió Europa en busca de financiación para su aventurera y arriesgada proposición para llegar a Cipango (Japón), no tenía duda alguna sobre la forma esférica de la Tierra. De hecho, prácticamente nadie le hubiera rebatido la forma esférica de la Tierra, ya que era algo de sobra asumido entre la alta sociedad europea desde tiempos de Aristóteles y Platón.
La gran razón por la que tardó en encontrar la financiación necesaria para su gran viaje fue su estimación de la distancia necesaria para alcanzar las Indias atravesando el Mar Océano. Colón consideró unos números basadas en las medidas de Posidonio de Apamea, modificadas más tarde por Estrabón y asumidas por Ptolomeo, que establecían en 29.000 kilómetros la circunferencia de la Tierra. Estos números, junto al tratado Imago Mundi de Pierre d’Ailly, le llevaron a estimar la distancia entre las Islas Canarias y Asia en unos 5.000 kilómetros, muy lejos de los 20.000 kilómetros que barajaba la mayoría de los geógrafos de la época basándose en las mediciones de Eratóstenes.
Comparación de las estimaciones de tamaño de la Tierra. (fuente)
El resto de la historia seguramente todos la conozcáis. Tras ver cómo su proyecto era rechazado en dos ocasiones por la corona de Portugal, otras dos por la corona de Castilla y una por el Duque de Medinaceli, Cristóbal Colón vio como los Reyes Católicos le ofrecían patrocinio. El 17 de abril de 1492 el acuerdo se formalizó mediante las Capitulaciones de Santa Fe y tres meses y medio más tarde, el 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón comenzó su primer gran viaje.
Fue así como Colón se aventuró a atravesar el Mar Océano en busca de las Indias. Por suerte para él, pese a que las distancias que barajaba eran totalmente erróneas, consiguió llegar a Tierra firme. Con ello, regresó a Castilla a revelar la gran ruta descubierta a los Reyes Católicos y se dispuso a viajar hasta tres veces más.
A lo largo de su segundo viaje, observando el eclipse lunar acontecido del 14 al 15 de septiembre de 1494, demostró (como si no hubiera sido demostrado ya en repetidas ocasiones) la forma esférica de la Tierra, tal y como ya habían descrito los pensadores griegos. Pero la idea de la forma de la Tierra se mantuvo en la cabeza de Colón, como si algo no cuadrase tal y como él esperaba.
Cristóbal Colón. (fuente)
Finalmente, al regreso de su tercer viaje, Cristóbal Colón escribió una carta a los Reyes Católicos, relatando en ella sus conclusiones tras tres viajes atravesando los mares:
Yo siempre creí que la Tierra era esférica; las autoridades y las experiencias de Ptolomeo y todos los demás que han escrito sobre este tema daban y mostraban como ejemplo de ello los eclipses de luna y otras demostraciones que hacen de Oriente a Occidente, como el hecho de la elevación del Polo de Septentrión en Austro. Mas ahora he visto tanta deformidad que, puesto a pensar en ello, hallo que el mundo no es redondo en la forma que han descrito, sino que tiene forma de una pera que fuese muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón o punto más alto; o como una pelota redonda que tuviere puesta en ella como una teta de mujer, en cuya parte es más alta la tierra y más próxima al cielo. Es en esta región, debajo de la línea equinoccial, en el Mar Océano, el fin del Oriente, donde acaban todas las tierras e islas…
Cristóbal Colón se había llegado en ese tercer viaje más cerca del Ecuador que en ningún otro viaje, la Estrella Polar parecía lejos de su curso normal, y las cantidades de agua dulce en el océano hacían el clima muy atípico. Todo esto le llevó a pensar que en realidad la Tierra no era esférica, si no que tenía una protuberancia en forma de pezón, como si de una teta se tratase.
La Tierra según Colón. (fuente)
Por suerte para nuestro presente (que suficientes supersticiones y creencias tenemos ya), aquel razonamiento de Cristóbal Colón no trascendió más allá de aquella carta a los Reyes Católicos. Se desconoce si alguien se lo desmintió o le ayudó a razonarlo de otra forma, pero esta teoría no volvió a aparecer en ningún escrito de Colón.
Sí, la verdadera forma de la Tierra estaba totalmente demostrada, pero no sería hasta 1507, un año después de que Cristóbal Colón muriera cuando Europa comenzó a comprender que lo que había descubierto aquel marinero optimista no era una nueva ruta a Oriente, sino un nuevo continente: América.
Nota: Esta idea se la debo al gran @themarquesito (estáis tardando en seguirle en Twitter), que me lo comentó la última vez que nos vimos.
Fuentes y más información:
- [PDF] Carta-Relación del Almirante Don Cristóbal Colón a los Reyes Católicos sobre su Tercer Viaje (1498)
- El mito de la Tierra plana y el verdadero caso de Cristóbal Colón
- Posidonio de Apamea, el astrónomo que inició el descubrimiento de América
- The lost mariner
- Cristóbal Colón