La Red Española de Atención Primaria (REAP) afirma que la vacuna contra la varicela es un ejemplo de colusión de intereses de la industria y los pediatras, con los intereses de la población y de la salud pública.
“Muchos pediatras españoles recomiendan la vacuna contra la varicela en la primera infancia, fuera del calendario público a los 12 años”, comunicó la Comisión de Vacunas de la REAP en el boletín de septiembre.
En opinión de la REAP, la vacuna en la infancia bloquea la inmunidad que produce la enfermedad natural, de por vida.
“Si evitamos ‘las pústulas’ en los niños podemos provocar a largo plazo un grave problema de salud pública al desplazar las pústulas a jóvenes (mujeres embarazadas incluidas) y adultos que sufren formas más agresivas de la varicela”, aseguró REAP.
En este sentido “la enfermedad (varicela) es más grave si cursa en la vida adulta, con mayores tasas de hospitalización y de letalidad, 4,7 por ciento”, afirmó Francisco Salmerón García, Jefe de la División de Productos Biológicos y Biotecnología de AEMPS, según la gaceta médica del 30 de agosto.
Salmerón García describió que hay hasta 13 veces mayor hospitalización en adultos mayores de 20 años que en niños de 5 a 9 años, y una letalidad de hasta 25 veces mayor en adultos que en niños de 1 a 4 años.
Según la Red de Atención Primaria, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios Productos Sanitarios (AEMPS), trató de evitar la dispensación en las farmacias de esta vacuna pero que “sorprendentemente, tres sociedades “científicas” (Asociación Española de Pediatría, Asociación Española de Vacunología y Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública e Higiene) han reaccionado contra tal racionalización”.
Salmerón García, hizo saber a la comunidad médica española que ante el “uso elevado de la vacuna Varivax (para la varicela)” y “como consecuencia del mercado privado, y por tanto fuera del sistema nacional de salud”, se decidió paralizar la autorización de dosis para este mercado.
Varivax es la marca de la vacuna contra la varicela fabricada por el laboratorio Sanofi Pasteur Merck, Sharp and Dohme (MSD). En España existe otra marca autorizada, Varilrix, de GlaxoSmithKline, pero su distribución está restringida al ámbito hospitalario.
La directora de la AEMPS Belén Crespo Sánchez-Eznarriaga, sostuvo que lo que está sucediendo en el tema de las vacunas de varicela, “es una batalla de una empresa que se mueve por intereses económicos”, según declaraciones publicadas por Salud Equitativa el pasado mes de septiembre.
El periodista español Miguel Jara, especializado en temas de salud, destacó el pasado 13 de noviembre que tras la reacción de estas tres sociedades científicas se esconde el interés del laboratorio fabricante, el mismo que fabrica la vacuna del papiloma marca Gardasil, por ampliar el mercado a través de adelantar “de facto” la edad de vacunación contra la varicela, según publicó en su blog.
José María Bayas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), en una comparecencia ante la Comisión de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Congreso de los Diputados, dijo que había que limitar a lo que consideró “impunidad desinformativa” contra el uso de las vacunas, según publicó la Revista IM Farmacias, el 4 de noviembre.
Bayas explicó que esta situación redunda en una disminución de coberturas de vacunación aunque reconoció que en el caso de la vacuna contra el virus del papiloma humano, dos de cada tres niñas se vacunan.
Según el periodista Miguel Jara, AEV cuenta en su web que tiene como patrocinadores “Platino” a Sanofi Pasteur Merck, Sharp and Dohme (MSD), y al laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), dueños de las dos marcas, Gardasil y Cervarix de las vacunas sobre el papiloma, lo que evidencia el conflicto de intereses de estas asociaciones científicas, aparece en su blog el pasado 11 de noviembre.
Herpes Zóster
En opinión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el uso elevado de la vacuna puede causar un problema de Salud Pública al cambiar el patrón epidemiológico de la enfermedad desplazándola hacia la edad adulta, y por otra parte, incrementar el número de casos de herpes zóster.
En el mismo sentido REAP señaló que el incremento de los casos de herpes zóster es un problema creado por la introducción en la infancia de la vacuna contra la varicela, y que aunque parezca que la solución fuera implantar la vacuna contra el herpes zóster, esta solución es falsa ya que esta vacuna tiene graves efectos adversos y produce, en el mejor de los supuestos, una reducción de cinco casos por mil vacunados.
“El beneficiario claro de tal vacuna contra el herpes zóster es la industria, y podemos ver como ‘colaboradores necesarios’, a quienes promueven vacunar contra la varicela, en la primera infancia”, aseguró Salmerón García de AEMPS.
Vacunas contra la gripe y el papiloma virus
El presidente de la Organización Médica Colegial de España doctor Rodríguez Sendín reconoció el pasado mes la existencia de posiciones contrapuestas muy marcadas con respecto a las vacunaciones, según publicó el sitio médicos y pacientes el 29 de octubre.
Las vacunas contra la gripe y el papiloma son algunas de las más cuestionadas.
Respecto a la vacuna de la gripe y su aplicación a los profesionales sanitarios, Sendín manifestó que: “mal se puede aconsejar a los propios médicos que se vacunen, cuando existen todavía dudas sobre si es una acción eficaz o no la de vacunar a los profesionales sanitarios frente a la gripe”.
Después que el Ministerio de Sanidad incluyó dentro del sistema sanitario público, en el año 2007, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), aumentaron las protestas por evidencias de efectos secundarios.
El Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), definió ese año que “los efectos de la inclusión de la vacuna sobre la salud de la población no se podrán determinar con precisión hasta que pasen bastantes años desde su implantación”.
“Soy una chica de 14 años sin vida propia desde que me pusieron la vacuna del papiloma (…), sufro contracturas generalizadas, pérdida de consciencia, convulsiones, dolores en el pecho, hipoglucemias, espasmos, dolores de cabeza, mareos, visión borrosa… “, narra Leixuri, una afectada por esta vacuna, que publicó su denuncia en el sitio de la Organización de Afectados por la Vacuna del Papiloma.
Zuriñe, otra niña afectada, narra que desde los 12 años tiene problemas para andar, y que la vacunaron con un medicamento llamado GARDASIL: “Antes de que me vacunaran yo jugaba al futbol, (…), así llevo un año, cada vez que voy al hospital los informes son iguales, temblores inespecíficos y me mandan para casa”.
Zuriñe también contó que al ponerse en contacto con la asociación de afectados por la vacuna conoció “a varias niñas que tenían síntomas parecidos”.
“Hace poco me operaron, era más bien una operación exploratoria, (…) y se vio que tenía la trompa inflamada y un ovario poliquístico, me hicieron también pruebas de hormonas y ahora tengo que estar tomando unas pastillas durante un año por desajustes hormonales”, describió Zuriñe.
La Organización de Afectados por la Vacuna del Papiloma explica en su web que España es un país con baja frecuencia y mortalidad de cáncer de cuello de útero, que la vacuna no es efectiva contra todos los serotipos cancerígenos y que se desconoce la inmunidad que confiere.
Por estas razones, entre otras, ellos demandan “se paralice la vacunación del VPH y que se reconozca, de una vez por todas, que ha sido la vacuna la que ha enfermado a las niñas”.