Nota del editor: Ray Kurzweil es uno de los principales inventores, pensadores y futuristas del mundo; ha hecho predicciones acertadas desde hace 30 años. El diario estadounidense The Wall Street Journal lo llamó “el genio incansable” y la revista Inc. lo seleccionó como uno de los principales emprendedores y lo llamó “el heredero legítimo de Thomas Edison”. Ray ha escrito cinco exitosos libros y dirige el departamento de Ingeniería en Google. Aquí nos muestra cinco predicciones sobre cómo cambiará nuestra vida.
(CNN) — Para principios de la década de 2020, tendremos los medios para programar nuestro sistema biológico y evitar enfermedades o el envejecimiento.
Hasta hace poco, la salud y la medicina eran asunto de acertar o fallar. Descubrimos que ciertos remedios como los fármacos tenían beneficios, pero también muchos efectos secundarios. Hasta hace poco no teníamos los medios para diseñar remedios por medio de las computadoras.
Todo eso ha cambiado y cambiará radicalmente la práctica clínica hacia principios de la década de 2020.
Ahora contamos con el código del genoma y avanzamos a pasos agigantados al procesar la información que guardan. También tenemos herramientas nuevas que nos permiten reprogramar nuestra biología de la misma forma en la que lo hacemos con nuestras computadoras.
La interferencia en el ARN (ácido ribonucleico), por ejemplo, puede desactivar los genes que propician las enfermedades y el envejecimiento. Las nuevas terapias genéticas, especialmente los modelos in vitro que no estimulan al sistema inmunitario, tienen la capacidad de agregar genes nuevos.
Los especialistas han desarrollado terapias con células madre —entre ellas el método más reciente de “células pluripotenciales inducidas” (CPI) que agrega cuatro genes a nuestras células de la piel para crear una equivalente a una célula madre embrionaria sin usar un feto — para rejuvenecer los órganos e incluso generarlos desde cero.
Ahora han aplicado cientos de fármacos y procesos que recurren a estos métodos para modificar la evolución de algunas condiciones como la obesidad, las enfermedades cardíacas, el cáncer, otros padecimientos y procesos de envejecimiento.
Uno de los muchos ejemplos es que ahora podemos reparar un corazón “roto” a causa de un infarto —aunque todavía no podamos curar a los de un romance— al rejuvenecer el órgano con células madre reprogramadas.
La salud y la medicina ahora son tecnologías de la información y por lo tanto están sujetas a lo que llamo la “ley de las ganancias aceleradas”: la duplicación anual (al mismo costo) de la capacidad de cualquier tecnología de la información.
Como resultado, las tecnologías para reprogramar el “software” que subyace a la biología humana son mil veces más poderosas de lo que eran cuando fue completado el proyecto del genoma en 2003; dentro de una década serán mil veces más poderosas de lo que son ahora y un millón de veces más en dos décadas.
Las aplicaciones clínicas ahora están a la vanguardia y serán lo cotidiano a principios de la década de 2020.
2030: el año de la energía solar
Para este año la energía producida por el sol tendrá la capacidad de satisfacer todas nuestras necesidades en el ámbito. La producción de alimentos y de agua limpia también habrá evolucionado.
Si pudiéramos captar una diezmilésima parte de la luz del sol que cae sobre la Tierra, podríamos satisfacer el 100% de nuestras necesidades energéticas al usar esta fuente renovable y amigable con el medio ambiente.
Conforme aplicamos las nuevas tecnologías a escala molecular en los paneles solares, el costo por vatio desciende rápidamente. La institución financiera alemana, Deutsche Bank, reportó recientemente que “el costo de la energía solar sin subsidios es casi igual al costo de la energía de la red en India e Italia. Para 2014, serán más los países que alcanzarán la ‘paridad de red’ solar”.
La cantidad total de vatios de electricidad que se produce por medio de la energía solar crece exponencialmente y se duplica cada dos años. Ahora debe aumentar menos de siete veces más para alcanzar el 100%.
Las técnicas similares resolverán otras necesidades de recursos. Una vez que tengamos energía barata, podremos transformar en agua utilizable la gran cantidad de agua sucia y salada que tenemos en el planeta, rápidamente y a bajo costo.
También nos dirigimos a otra revolución agrícola: pasaremos de la agricultura horizontal a la vertical, cultivaremos alimentos de muy alta calidad en edificios bajo el control de la inteligencia artificial. Con esto podremos reciclar todos los nutrientes y poner fin al desastre ecológico que representa la agricultura industrial contemporánea. Habrá plantas frutales y vegetales hidropónicos y tejido muscular cultivado in vitro para desarrollar carne, es decir, sin la necesidad de usar animales, con lo que evitaremos su sufrimiento.
El auge de la impresión 3D
A principios de 2020 imprimiremos una fracción considerable de los productos que consumimos, como nuestra ropa u órganos de reemplazo.
La impresión en 3D ha llamado mucho la atención. Hay aplicaciones específicas como las utilizadas en refacciones para maquinaria, pero aún faltan cinco años para tener la oportunidad de empezar a sustituir partes importantes de la manufactura.
Si analizamos el ciclo de vida de las tecnologías, vemos que existe un periodo temprano de entusiasmo excesivo, al que sigue un “derrumbe”, llega la desilusión y luego ocurre la auténtica revolución.
¿Recuerdan el boom del internet en la década de 1990, al que siguió el “derrumbe” por allá en el 2000? Fue en la época en la que Google iniciaba y ahora tenemos empresas de internet con capital de varios cientos de miles de millones de dólares.
Nos encontramos en la fase temprana del boom del entusiasmo por la impresión en 3D y con suerte hemos aprendido suficiente como para evitar pasar por un periodo de desilusión excesiva, pero me parece que los primeros años de la década de 2020 serán la era dorada de esta tecnología.
Por ejemplo: a principios de la década de 2020 podrás elegir entre muchos miles de diseños de ropa de acceso libre que podrán ser impresos en grandes cantidades por unos cuantos centavos.
Pero eso no significa que será el fin del negocio de la moda. Solo observa al resto de los sectores que ya han pasado de lo físico a lo digital como los libros, el cine y la música.
A pesar de los enormes cambios en los modelos de negocios (y en la disponibilidad de muchos productos de acceso libre), las versiones registradas de esos productos arrojan ganancias sólidas.
Ya podemos imprimir órganos de manera experimental a través de una estructura biodegradable con un dispositivo en 3D y luego poblarla con las células madre del paciente.
Para inicios de 2020, esto llegará a la práctica clínica.
Los buscadores basados en un lenguaje humano
En cinco años, los motores de búsqueda funcionarán a través de la comprensión de un lenguaje humano.
Tomen en cuenta a Watson, la computadora de IBM que obtuvo un puntaje mayor que los dos mejores jugadores humanos en conjunto en el programa de concursos estadounidense Jeopardy.
Jeopardy es una tarea variada: comprende preguntas complicadas que incluyen juegos de palabras, acertijos, bromas y metáforas. Lo que no fue posible apreciar en general es que Watson adquirió sus conocimientos a través de Wikipedia y otras enciclopedias, 200 millones de páginas en total de documentos escritos en lenguaje humano.
No lee cada página tan bien como lo haríamos tú o yo. Tal vez lea una página y llegue a la conclusión de que hay un 56% de probabilidades de que Barack Obama sea el presidente de Estados Unidos.
Tú podrías leer esa página y, si no lo sabías desde un principio, concluirías que hay un 98% de probabilidades.
Por lo tanto, tuviste un mejor desempeño que Watson al leer esa página. Sin embargo, la computadora compensa su escasa capacidad de lectura al leer más páginas, muchas más, y puede combinar todas las inferencias que hace y llegar a la conclusión de que hay un 99.9% de probabilidades de que Obama sea el presidente de Estados Unidos.
En Google hemos creado un sistema que leerá cada documento encontrado en la red y cada libro para extraer el significado y ofrecer una experiencia enriquecida de búsqueda y resolución de dudas con base en el significado real del lenguaje humano.
Por ejemplo: entablará un diálogo contigo para aclarar dudas y discutir respuestas ambiguas o complejas.
En 2020, la vida cotidiana transcurrirá en un ambiente virtual y para 2030 podremos hacerlo tangible
A principios de la década de 2020 trabajaremos y jugaremos cotidianamente con los demás en ambientes visuales y auditivos virtuales. Para la década de 2030 agregaremos el tacto a la realidad virtual de inmersión total.
El teléfono es una realidad virtual en tanto que puedes reunirte con alguien como si estuvieran juntos, al menos en lo que respecta al sentido del oído.
Ahora agregamos el sentido de la vista con las videoconferencias, aunque aún no están totalmente en 3D ni en inmersión total.
El sentido de la vista alcanzará la inmersión total durante la próxima década. También podremos aumentar la realidad “real”: será posible verte sentado en el sofá de mi sala y tú pensarás que estoy en tu casa aunque estemos a cientos de kilómetros de distancia.
Tus anteojos de realidad aumentada podrán sugerirte un chiste interesante o una anécdota que podrías contar en una conversación.
Habrá formas limitadas de agregar el sentido del tacto a la realidad virtual y aumentada a principios de la década de 2020, pero para lograr las experiencias táctiles de inmersión total será necesario explotar directamente el sistema nervioso.
Podremos hacerlo en la década de 2030 por medio de robots microscópicos que viajarán hacia el cerebro de forma no invasiva a través de los vasos capilares y magnificarán las señales que emiten nuestros sentidos reales.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Ray Kurzweil.