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Alteraciones climáticas naturales causaron los fríos anómalos en América del Norte y un invierno caluroso en Europa Central y en la parte europea de Rusia, declaró la portavoz del Organización Meteorológica Mundial (OMM), Clare Nullis.
”Cuando los fríos extremadamente fuertes azotan a EEUU, los termómetros en Europa pueden marcar temperaturas más altas de lo habitual”, señaló la portavoz, al añadir que no es una regla fija.
Los habitantes de EEUU soportan los fríos más duros en los últimos veinte años, mientras que los europeos disfrutan de un invierno caluroso. Por ejemplo, en Moscú las temperaturas superan en más de once grados la temperatura habitual para la temporada invernal.
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