Cómo sobrevivir a la subida de la electricidad

Todos los Gobiernos desde el advenimiento de la democracia han tenido algo que decir y hacer a la hora de encontrar la piedra filosofal que por un lado nos proporcionara la tan ansiada independencia energética, y que por otro lado no supusiera un coste excesivo para los que consumimos electricidad.

La realidad, más allá de las buenas intenciones de nuestros gobernantes, es que en el periodo 2003-2013 la subida de la luz en nuestro país asciende al 71%. Resulta difícil entender por ello que a pesar de esta espectacular subida de ingresos para las compañías, ejecutada –cómo olvidarlo- a costa de nuestros bolsillos, todavía sigamos enjuagando el déficit de tarifa que el Gobierno reconoce a las compañías como diferencia entre el coste que les supone producir la electricidad y el coste al que pueden venderla a ciudadanos y empresas/negocios.

Los costes de la electricidad

Veamos de forma detallada1, para disipar la bruma, cuáles son estos costes que las compañías no consiguen cubrir con sus ingresos.Coste de producción: Este precio es el que se determina en subasta tratando de conciliar la oferta de electricidad (que varía durante el año) con la demanda. Teóricamente es un mecanismo limpio y justo, pero la realidad es que en un mercado con tan pocas empresas participantes se trata de un mecanismo bastante ineficiente.

Muestra de ello fue la subasta celebrada el jueves 19 de diciembre de 2013 que supuso un inesperado aumento de precios del 26,5%, lo cual debería haber repercutido en la factura final que pagamos los consumidores con un incremento a partir de enero de 2014 del 10,5%. El Gobierno, con el susto en el cuerpo ante la que se venía encima, decidió fijar un precio por Decreto mientras pone a sus técnicos a buscar un sistema alternativo a la subasta que sea más claro, controlable y sin tanta volatilidad de precios.

Pérdidas del sistema: Su valor es de 0,59 Kw/h y pretende recoger la pérdida de electricidad por defectos en la red, entre el punto de generación y los consumidores finales.Costes de gestión del sistema: Su valor es de 0,95 Kw/h y es lo que cobra Red Eléctrica Española (REE), la empresa que tiene el monopolio del transporte de electricidad,  por garantizar que siempre esté disponible la electricidad demandada por los consumidores en cualquier momento y en cualquier lugar de España.

Desde la promulgación de la ley por la que el Gobierno  acordaba liberalizar el sector eléctrico, el déficit se ha convertido en una cantidad cercana a los 28.000 millones de euros

Transporte y Distribución: Su valor es de 2,87 céntimos de euro por Kw/h y representa el coste de amortización y mantenimiento de la red que gestiona REE, a través de la cual  se transporta la electricidad a hogares y empresas.Primas a las Energías del Régimen Especial: Su valor es de 3,70 céntimos de euro por Kw/h e incluye las primas a la energía eólica, solar, minihidráulica y biomasa (energías renovables) y a la cogeneración y quema de residuos (no renovables).

Pago de déficits anteriores del sistema: 0,95 céntimos de euro por Kw/hOtros conceptos como moratoria nuclear, subvenciones a la energía eléctrica de las islas, interrumpibilidad, bono social y otros múltiples apartados: 0,63 céntimos de euro por Kw/hImpuestos: 3,90 céntimos de euros por KW/h.

El déficit de tarifa

Este monstruo de apetito voraz, que no cesa de crecer, está suponiendo un desfase anual de 4.500 millones de euros. Desde la promulgación de la ley por la que el Gobierno2 acordaba liberalizar el sector eléctrico, pero por otro lado se reservaba la facultad de fijar el precio, el déficit se ha convertido en una cantidad cercana a los 28.000 millones de euros.

Fue a partir del año 2005 cuando se disparó al alza debido a la subida del precio de la energía y al aumento de las primas de las energías del Régimen Especial (R.E.).Lo cierto es que para detener esta sangría, fruto de los políticas erráticas y cortoplacistas de los Gobiernos de Aznar y de Zapatero, el Gobierno actual está intentando -sin mucho acierto hasta el momento- rediseñar el sistema para evitar estas ineficiencias.

¿Y hay soluciones?

Seguramente esta es la pregunta que muchos se hacen ante la escalada que el precio de la luz ha experimentado y está experimentando desde hace años.Lo cierto es que fórmula mágica no hay o al menos no parece haberse encontrado, pero sí se puede realizar ciertas acciones que resulten útiles.Algunas de ellas son evidentes y conocidas en la mayoría de los casos, pero no por ello deberían obviarse.

La primera pasa por reducir la potencia contratada. Muchos hogares tienen una potencia contratada que solo se justificaría con un uso simultáneo de todos los aparatos eléctricos de la vivienda. Hay páginas web de fácil localización que explican claramente el proceso y qué medidas de precaución deben tomarse al llevarlo a cabo.

Es importante saber, en todo caso, que las compañías eléctricas están obligadas a ejecutar dicho cambio y que el coste es de unos 11€ siempre que el contrato sea de menos de 20 años, ya que si es de más de 20 años exigirán además el boletín de la instalación realizado por un electricista autorizado.

También sería práctico, en el caso de que uno decida ajustar la potencia contratada para pagar menos, que se instale en el hogar -para aquellas ocasiones que obliguen a emplear muchos dispositivos eléctricos a la vez-, lo que se conoce como racionalizadores. Estos dispositivos son legales, están homologados y se encargan de priorizar circuitos para evitar que por un exceso de consumo aislado salte el limitador de potencia.

Otra solución de apoyo evidente para aquellos que por sus rutinas de vida puedan permitírselo es concentrar el consumo en aquellas horas en que el coste es menor, haciendo uso de lo que se conoce como tarifa de discriminación horaria, la cual se aplica desde las 22:00 horas hasta las 12:00 horas del día siguiente, periodo en el que el coste es un 50% inferior al del periodo normal3.

Una última solución, para los que estén interesados en los mercados de inversión (en este caso el mercado bursátil) y que dispongan de la liquidez necesaria, pasaría por compensar el incremento del precio de la luz invirtiendo en acciones de las compañías eléctricas cotizadas. La idea es que las que nos están generando el problema nos proporcionen la solución, ya que estas compañías son tradicionalmente unas grandes repartidoras de dividendo.

La solución pasaría por comprar títulos de la compañía elegida, pero para que resulte interesante hay que hacerlo con la idea de mantener el título en el periodo en que se repartan los dividendos y siempre un plazo superior a 4 meses, pues si no se hace así, debido a la reforma tributaria realizada hace un año para penalizar las inversiones a corto plazo o de naturaleza más especulativa.

Resulta que quien no sea accionista de la compañía al menos dos meses antes y dos meses después del reparto de dividendos tendrá que tributar por los dividendos cobrados, incluidos los primeros 1.500 euros, cuya exención, salvo en estas circunstancias, está garantizada. Así, por poner un ejemplo de referencia, una compañía como Endesa con un precio por acción en el entorno de los 22 euros paga un dividendo a sus accionistas que aproximadamente supone una rentabilidad del 6,76%.

Si se invierte en un valor bursátil, hay que ser consciente de que se está asumiendo el riesgo de la evolución del precio del título. Es decir, mientras se siga invirtiendo, la rentabilidad de la inversión la marcarán los sucesivos dividendos que se vayan cobrando, pero el día que se venda habrá que asumir el beneficio o la pérdida que la evolución del precio de la acción haya experimentado desde el momento de la compra hasta el momento de la venta.

http://www.lagranepoca.com/30593-como-sobrevivir-subida-electricidad

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