Nota del editor: Alessia Di Bari es sexóloga, terapeuta de pareja y consteladora familiar. Colabora regularmente en distintos medios de comunicación. Síguela en su cuenta de twitter: @SexologaDiBari
(CNNMéxico) — La sexualidad, en mi experiencia, es un reflejo de quiénes somos y cómo estamos en pareja. La manera en la que nos expresamos en el sexo —o no—, dice mucho de nosotros.
Es muy común que lleguen parejas a consulta porque no se entienden en la cama y cuando les pregunto cómo se llevan en el día a día, la respuesta siempre es: “Bien, todo tranquilo, nos queremos mucho. Nuestro problema solo es en el terreno sexual”. Si algo he aprendido en todo este tiempo es que eso, rara vez es cierto.
De hecho, en la medida en que trabajamos con la relación, podemos trabajar lo que sea que ocurra en la cama. ¿Por qué sucede esto? Porque, para muchos de nosotros, la sexualidad es nuestro botecito de basura… ahí vamos echando todo lo que no nos gusta y/o no sabemos manejar.
Todo esto, la gran mayoría de las veces, ni siquiera nos damos cuenta que está ocurriendo. Auténticamente, muchas parejas creen estar bien, porque no conocen otras maneras de interactuar, porque no saben que existen alternativas de comunicación que los van a hacer sentirse más queridos y conectados; por lo tanto, más confiados para poder platicar de lo que sea, incluida la parte sexual.
Si algo se nos complica a las personas es comunicarnos. Normalmente lo que ocurre es que yo digo “negro”, tú escuchas “amarillo” y me contestas con base en lo que escuchaste y así nos seguimos. El primer paso es notarlo. Darme cuenta que no forzosamente es lo que me quieres decir.
Todos tenemos filtros al momento de escuchar, es indispensable que cada uno de nosotros nos hagamos cargo de ellos para poder abrirnos a la posibilidad de que tal vez lo que me quieres decir es muy distinto a lo que esuccho.
Ahora, imaginen esto, en el terreno sexual. Por ejemplo: alguien me dice “mi amor, ¿te gustaría hacer un trío?”. Yo, podría escuchar infinidad de cosas: “lo sabía, no soy suficiente, por eso necesita a otra”, ó, “claro, ya no le gusto, está aburrido de mí”, ó “si no le doy gusto, me va a dejar”, etc.
Se preguntarán qué tiene que ver todo esto con la infidelidad. Pues, muchos opinan que esta falta y/o mala comunicación en pareja es lo que nos vuelve más propensos al engaño.
En mi experiencia, cuando un(a) tercero(a) en discordia aparece es porque hay espacio para ello y es responsabilidad de ambos; no justifico el hecho, pero es importante darme cuenta cuál es mi parte en todo esto, independientemente de si fui el infiel o el traicionado.
Yo no creo que la comunicación sexual sea el único factor ni el más determinante para que alguien sea infiel, pero sí es pieza clave en nuestra relación. He visto que cuando logramos hablar honesta, abierta y vulnerablemente acerca de nuestra sexualidad, podemos hablar prácticamente de cualquier tema y eso nos hace sentir cercanos y conectados con la otra persona.
La comunicación sexual no solo es qué me gusta, no me gusta o me gustaría experimentar en la cama. También tiene que ver con cómo me siento como mujer o como hombre, qué tan cercano(a) me siento a ti, cómo nos llevamos frente a los demás y qué tanto cambia esto cuando estamos solos.
Sí, el nivel y tipo de comunicación en pareja es fundamental para sentirnos amados, escuchados y comprendidos. En la medida en que nos sentimos, ¿es menos probable que busquemos a alguien más? Cierto, pero no es garantía. La situación de estar en pareja es que no hay garantías de ningún tipo, nos aventamos a la aventura al costo de pase lo que pase, porque lo bailado y aprendido, ¿quién nos lo quita?
Así que, te lo paso al costo, anímate a hablar desde lo que sientes. Cuando abrimos nuestro corazón, sí, puede resultar doloroso, pero también la experiencia más gratificante y enriquecedora que nos conecte con nuestra pareja de formas que no creíamos que fueran posibles. Es de gente valiente hablar con el corazón en la mano. Y tú ¿desde dónde te comunicas?