Ciudadanos destapa un informe de Cesicat, empresa dependiente de la Generalitat, donde se diseña la futura «Agencia Nacional de Seguridad».
El Gobierno de Artur Mas no concibe una Cataluña independiente sin unos servicios de inteligencia, otra de las «estructura de Estado»que prepara la Generalitat. Pero comienza con mal pie. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, desveló ayer en el Parlamento catalán la existencia de un informe que sienta las bases de una futura «Agencia Nacional de Seguridad» que contaría ya con presupuesto —28 millones de euros— y personal cuantificado —300 agentes de los Mossos d’Esquadra—. Incluso se alude a la necesidad de colaborar con el servicio secreto israelí, el Mossad, a través de los contactos de la Ertzaintza.
Preguntado al respecto, Mas aseguró desconocer la procedencia de este documento, que tiene 39 páginas y que habría sido elaborado por el Centro de Seguridad de la Información de Cataluña (Cesicat), un organismo público que vela por la seguridad de la Administración ante las ciberamenazas.
Este centro, con sede en Reus (Tarragona), sería el embrión de esa «CIA catalana». Fue creado en 2009 por el gobierno tripartito presidido por José Montilla y, curiosamente, los propios socialistas presentaron el martes una denuncia en la Fiscalía contra Cesicat por supuesta vulneración de los derechos a la intimidad y la privacidad, pues se tiene constancia del seguimiento a activistas sociales y otros ciudadanos en las redes sociales, así como el uso de un «programa espía» en móviles de escoltas de los Mossos d’Esquadra.
En esa denuncia se incluye una información publicada por ABC. Cesicat, supuesto autor del borrador de la citada Agencia Nacional de Seguridad, depende de la Consejería de Empresa y Ocupación de la Generalitat, cuyo titular es Felip Puig. Una portavoz de este departamento aseguró a este diario que «el Gobierno catalán no ha encargado ni ha hecho ningún informe de esas características». No obstante, fuentes policiales aseguran que el contenido del mismo no es descabellado.
Apócrifo o no, el informe pilló por sorpresa a Mas cuando Rivera le preguntó sobre el mismo en la sesión de control celebrada ayer en el Parlamento autonómico. «Puedo contestar sobre cosas que existen, no sobre futuribles o sobre quimeras», dijo el presidente catalán.
El líder de C, le acusó de mentir mientras exhibía el polémico informe, pero el dirigente nacionalista insistió en que su Gobierno «no ha encargado ningún informe» y, además, no se habría gastado en ningún caso ni un euro en estudiar esto». Mas aprovechó su intervención para arremeter contra el CNI y la «Policía española», a los que acusó de hacer «actuaciones inmorales e ilegales que algunos conocemos bien», en alusión a la investigación sobre el patrimonio familiar del propio Mas.
Por su parte, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, acusó a Mas, de «tomar el pelo a los catalanes» al negar su proyecto de crear una agencia nacional de seguridad. «Si Mas no tiene información sobre quién ha pedido este informe es porque no controla su Gobierno o está engañando a los catalanes». El portavoz del PSC, Maurici Lucena, afirmó que Mas no puede escudarse en que «no consta» la existencia del informe.
El coqueteo del Gobierno catalán con funciones que actualmente corresponden al CNI se remontan al Gobierno de Jordi Pujol. La creación de Cesicat fue inspirada por Miquel Sellarés, primer director de los Mossos y secretario de Comunicación de la Generalitat con Pasqual Maragall. Sellarès fue cesado por el tripartito tras descubrirse que había encargado informes secretos sobre diarios y periodistas.
Y es que el espionaje no es precisamente la especialidad del Ejecutivo autonómico. El pasado mes de junio, el director general de Prisiones de la Generalitat, Xavier Martorell, dimitió por su vinculación con la agencia de detectives Método-3, que grabó la conversación de Alicia Sánchez-Camacho y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola en el restaurante La Camarga.