ADDIS ABEBA, 26 feb 2014 (IPS) – Mientras capitales extranjeros se aprestan a extraer petróleo y gas en el atribulado sudeste de Etiopía, arrecian las denuncias de violentos desalojos del pueblo somalí de sus tierras, agravando viejas tensiones separatistas.
“Los recursos en esta región harán rica a Etiopía, pero nosotros seguiremos siendo pobres. Todo lo que podemos esperar es un acuerdo que asegure nuestro reclamo de parte de los beneficios económicos de nuestros recursos naturales”, dijo a IPS el fundador del Frente para la Liberación Nacional de Ogaden (FLNO), Abdirahman Mahdi.
Los ogaden son clanes de la etnia somalí, un pueblo que habita la totalidad de Somalia, el sudeste de Etiopía y partes de Kenia, Yibuti y Yemen.
El derrocamiento del dictador etíope Mengistu Haile Mariam, en 1991, desató un conflicto de dos décadas entre el gobierno y el FLNO, que lucha por la autodeterminación de entre ocho y 10 millones de somalíes etíopes que viven en la cuenca de Ogaden, dentro del Estado Regional Somalí.
La potente respuesta paramilitar del gobierno a la insurgencia ha creado “una crisis humanitaria en toda Ogaden, donde la mitad de la población está viviendo una hambruna”, dijo Mahdi.
Reportes sobre desalojos forzados y abusos de derechos humanos cerca de yacimientos de petróleo y gas están creando una nueva ola de descontento local contra el gobierno.
“El ejército vino a nuestra comunidad y quemó nuestras casas y nuestros cultivos. La situación está empeorando, pues las Fuerzas Armadas quieren eliminar muchas aldeas para explorar gas”, explicó a IPS un hombre ogaden que pidió no revelar su identidad.
“Muchas personas de esta área fueron arrestadas. No sabemos dónde están ni si están vivas”, agregó.
- La confirmación de enormes reservas de petróleo y gas en Ogaden engrosará la riqueza de Etiopía, mientras empresas extranjeras de energía empiezan a invertir.
- Los depósitos de gas de Ogaden representan 2,7 billones de pies cúbicos en un área de 350.000 kilómetros cuadrados.
- Tres compañías petroleras están en la etapa final de la exploración en el área: Africa Oil (Canadá), Southwestern Energy (Hong Kong) y GCL Poly Petroleum Investment (China).
Etiopía se convirtió en la economía de más rápido crecimiento en África, y pronto podría ser un país petrolero. Pero el bloqueo del gobierno a los ogaden impide que esta población pastoril y nómade se beneficie de las ganancias derivadas del desarrollo del país.
En esta etapa, es muy poco probable que se los consulte sobre la explotación de recursos, dijo el profesor Tobias Hagmann, experto en asuntos ogaden de la Universidad Roskilde de Dinamarca.
“No se les permite manifestar sus discrepancias políticas. ¿Cómo se les va a permitir participar en las decisiones sobre el desarrollo?”, dijo a IPS.
El portavoz del gobierno, Shimeles Kemal, aseguró en cambio a IPS que la riqueza petrolera y gasífera “contribuirá al desarrollo del Estado Regional Somalí, incluida la región de Ogaden”.
Organizaciones de derechos humanos aseguran que el gobierno impide prestar ayuda humanitaria a una de las regiones más pobres del país y está generando un éxodo de miles de refugiados.
Claire Beston, investigadora de Amnistía Internacional sobre Etiopía, dijo a IPS que la ofensiva del gobierno contra la población somalí ogaden “ha restringido severamente el acceso a la región, incluso para las agencias humanitarias, y también ha impuesto importantes limitaciones a la información que sale de allí sobre la verdadera situación humanitaria y de derechos humanos”.
En diciembre de 2013, la Asociación de la Diáspora Ogaden Europea envió una carta a la Unión Europea solicitando se congele la ayuda a Etiopía mientras persistan los abusos a los ogaden.
“Vivimos bajo un embargo político y económico. Reclamamos que (el personal de) las organizaciones no gubernamentales circule libremente, pues la situación humanitaria es crítica”, dijo el jefe de la insurgencia del FLNO, Mahdi.
La empresa china GCL Poly Petroleum Investment firmó en noviembre de 2013 un acuerdo con Etiopía para explotar reservas de gas en Calub e Hilala, parte de Ogaden.
Un mes después, el FLNO denunció que la fuerza de seguridad estadual conocida como policía Liyu, quemó pasturas de las comunidades cercanas a los yacimientos de Calub e Hilala.
La ofensiva militar en la región hizo imposible verificar esos reportes. Sin embargo, la organización Human Rights Watch (HRW) informó en 2012 que la policía Liyu estaba cometiendo asesinatos extrajudiciales como forma de castigo colectivo.
“La policía Liyu había ejecutado en forma sumaria a 10 hombres en tres días de vandalismo contra una serie de aldeas. Estos ataques, igual que abusos previos perpetrados por el gobierno etíope en su campaña contrainsurgente, ocurren con total impunidad”, dijo a IPS la investigadora Laetitia Bader, de HRW.
El diálogo parece ser la única manera de combatir el descontento en el principal clan ogaden, el Darod, que representa casi la mitad de la población somalí en Etiopía y constituye la columna vertebral del FLNO.
Sin embargo, las conversaciones de paz entre el FLNO y el gobierno, que se desarrollaban en Kenia, se interrumpieron en septiembre de 2012 y su reanudación está comprometida por el secuestro de dos negociadores ogaden, cometido en enero por agentes etíopes en Nairobi.
“El reclamo del FLNO sobre falta de responsabilidad de las empresas petroleras internacionales en Ogaden es válido. Además, el principal clan de la región está muy frustrado por el continuo acoso y la ausencia de derechos políticos y civiles”, dijo Hagmann.
“Ellos apoyan al FLNO porque es la única oposición organizada. No es la mejor opción, porque muchos ogaden no respaldan al FLNO, pero es la única opción para aquellos que son marginados por las políticas del gobierno”, añadió.