La crisis global también está afectando a la todavía primera potencia económica mundial, Estados Unidos, que lejos de cumplir las previsiones de creación de empleo estimadas por los analistas, sigue destruyendo empleo, situando la tasa de desempleo en el 9,1%, como consecuencia del deterioro de las circunstancias económicas, y la consecuente caída del consumo.
La economía de este país norteamericano se ha caracterizado por la fortaleza demostrada en el consumo privado y los incrementos de producción del sector servicios, que supone más de un 60% de su producción nacional, y por tanto un factor clave para la determinación de su ‘pulso económico’.
Estos sectores son muy explosivos y sensibles al ciclo económico, con generosas tasas de crecimiento en épocas de crecimiento económico, y también muy afectados en una época de dificultades, tal y como se está demostrando en la actualidad.
En los últimos meses el desempleo se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los estadounidenses, que con el mercado laboral más flexible de cuántos conocidos está apreciando que su tasa de desempleo ha superado el nivel del 9%, cuando habitualmente se situaba en la mitad que la media de los países europeos, que cuentan con mayores rigideces laborales.
Es cierto que la mayor destrucción de empleo en esta crisis económica ya se ha realizado en la economía de Estados Unidos, pero también lo es que el ritmo de creación de puestos de trabajo no compensa al que todavía se destruye. Y de mantenerse esta situación durante muchos meses más, puede debilitar aún más su mercado de trabajo, y vulnerar aún más sus propios argumentos para su salida de la crisis económica.
Vía | Expansión