Los pescadores andaluces ya podrán volver a faenar en aguas saharáuis. El acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, que se firmó el pasado diciembre, ha sido ratificado por el rey Mohamed VI y se ha publicado en el boletín oficial marroquí la semana pasada. Su entrada en vigor, que supone un aumento de las posibilidades de pesca para la flota comunitaria del 33%, es “inminente”, según informaba la Comisión Europea en Rabat.
La cumplimentación de este trámite implica que, de inmediato, podrán comenzar a operar los beneficiarios de las 126 licencias otorgadas en virtud del mismo para faenar en el “caladero marroquí”. Un centenar de estas licencias corresponden a armadores bajo bandera española, principalmente andaluces y canarios. El regreso al caladero saharaui, posible a partir del 1 de abril, puede retrasarse algo más. Antes, debe reunirse la comisión mixta hispano-marroquí para perfilar detalles técnicos como el uso de luces o los nombres de los tripulantes marroquíes que deben enrolarse en los barcos.
El nuevo protocolo incluye algunas mejoras para el sector pesquero andaluz, como la ampliación de la zona para ejercer la actividad y el aumento de licencias en la modalidad de palangre. El acuerdo, que tendrá una duración de cuatro años, contempla 126 licencias, de las que 98 corresponden a España. Para Andalucía son 44 para embarcaciones cerqueras y de palangre de fondo, localizadas en Barbate, Algeciras y Conil, en las que trabajan más de 400 personas.
Como principal damnificado de este acuerdo se encuentra, una vez más, el pueblo saharaui, a quien pertenecen los recursos. Así los denunciaban tras su aprobación el Frente Polisario, que ponía de manifiesto que las concesiones incluyen las aguas territoriales del Sáhara Occidental, territorio pendiente de descolonización y ocupado ilegalmente por Marruecos. La entrada en vigor del nuevo convenio da carta blanca a los armadores europeos para esquilmar los recursos pesqueros saharauis, en su beneficio y el de la monarquía alauita.
“Hoy es un día triste para el pueblo saharaui. Este es un acuerdo ilegal e injusto porque el Sáhara Occidental es un territorio autónomo y, por consiguiente, no se pueden explotar sus recursos naturales sin la aceptación del pueblo saharaui”, declaró Mohamed Sidati, ministro delegado para Europa del Frente Polisario tras la aprobación del protocolo el pasado diciembre por el Parlamento Europeo.
“Es una grandísima noticia que se aprobara”, declaró por su parte Javier Garat, secretario general de Cepesca, la Confederación Española de Pesca. El acuerdo prevé 120 permisos, de los que 44 corresponden a Andalucía, además de la ampliación del caladero. La ocupación de Marruecos del Sáhara Occidental es uno de los escollos que hizo naufragar el acuerdo en 2011. Una de las razones que adujo entonces el Parlamento Europeo era la falta de pruebas de que fuera beneficioso para la población saharaui. El rechazo “era demagógico”, en palabras del secretario general de Cepesca, que consideró que en otros acuerdos, el conflicto con la región no centre el debate. “Con un “no” al acuerdo no se solucionan los problemas”, agregó Garat, que estimó que el conflicto debe tratarse en la ONU y no en las relaciones bilaterales entre Marruecos y la Unión Europea.
Seguramente, a partir de la próxima semana los pescadores andaluces podrán comenzar a faener en el caladero saharui. El Golfo de Cádiz, saturado de barcos y con problemas en la rentabilidad de la capturas, quedará aliviado. Los sectores patronales pesqueros de Huelva y Cádiz, en calma tensa por el reparto de cuotas, seguirán enfrentados después de que un portavoz onubense reclamara al Gobierno una revisión del reparto. Los armadores gaditanos se niegan a perder su sitio en el caladero nacional y denuncian que gran parte de la culpa de la profunda caída de precios en el Golfo de Cádiz la tienen sus vecinos por poner en el mercado demasiado pescado con barcos sin control.
El vicepresidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores y patrón mayor de Isla Cristina, Mariano García, había expresado su preocupación especialmente por la cuota del boquerón, ya que otras especies como la sardina no están sujetas a limitaciones. García ha afirmado que sería bueno que el Ministerio de Agricultura revisase este aspecto “ya que cuando los barcos se vayan para Marruecos quedaría más cuota para los que se quedan”.
Estas declaraciones a favor de un nuevo sistema de cuotas no sentaron nada bien entre el sector gaditano. “Barbate ha sido uno de los puertos más perjudicados en el último reparto”, ha recordado el presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios Pesqueros, Tomás Pacheco. “Del 62% hemos pasado el 43%”. Barbate es uno de los pueblos más beneficiados del acuerdo pesquero con Marruecos, con más de la mitad de las 44 licencias otorgadas a Andalucía. “Lo que tiene que hacer Huelva es controlar mejor las descargas no autorizadas y los barcos que salen y entran sin control porque están colmando el mercado de boquerones”.
En definitiva, una vez más el Capital se aprovecha de las necesidades populares, en este caso la patronal pesquera utilizando la los pescadores en paro, echándolos a palear entre ellos y utilizándolos como mercenarios económicos contra otros pueblos en su propio beneficio. Es obvio que los pescadores lo están pasando mal pero la solución no puede pasar por el robo legalizado de las riquezas ajenas.
No todo está justificado para ganarse un jornal. No se puede ganar el pan robándoselo a su legítimo dueño. A un pueblo, el saharaui, que además posee aún más carencias y está más explotado que ellos mismos. ¿Qué opinarían estos pescadores andaluces si fuese al revés? ¿Si el acuerdo fuese realizado entre otros dos países para pescar en sus aguas en beneficio propio, quitándoselo a ellos y sin tan siquiera tenerles en cuenta? ¿Les servirían entonces las justificaciones utilizadas ahora para ir al caladero saharaui autorizados por aquellos a quién no pertenece, los marroquíes? Si se quiere pescar en aguas ajenas lo justo es negociarlo con sus verdaderos dueños. Son con los saharauis con los que hay que pedir autorización para pescar en sus caladeros