El bizarro caso de Pier Fortunato Zanfretta

Los Carabineros, haciendo un seguimiento, serían despachados para realizar una investigación de campo. Encontraron que el Fiat había estado expuesto al frío y la lluvia por largo tiempo pero, para sorpresa de todos, el techo tenía una temperatura tan alta que parecía haberse expuesto todo el día al sol. El interior estaba igualmente caliente como un horno. Alrededor de la patrulla habían huellas de pies desproporcionadamente grandes. Las pericias de los Carabineros probaron que las enormes huellas medían 50 cm de largo por 20 de ancho, con un distintivo hueco vacío entre la planta y el talón. Además, también se determinó que el arma, una Smith & Wesson 38 Especial, había sido disparada en cinco ocasiones. Sin embargo, el guardia no recordaba a quién le había disparado tantas veces.


Detalle del tamaño de las huellas encontradas en comparación con un pie humano normal.

Todos los datos presentados aquí figuran en el “Reporte sobre el Avistamiento de un Objeto Volador No Identificado por Fortunato Zanfretta” enviado por el comandante Nucchi el 3 de enero de 1979 a los magistrados de la corte de Génova durante la investigación efectuada. El susodicho reporte llegó a la mesa de Luciano Di Noto, un fiscal sustituto de la República Italiana, quien lo pasó al Magistrado de Investigaciones, Gian Rodolfo Sciaccaluga. Finalmente, el reporte de Nucchi fue enviado al Magistrado Russo, quien, un año después, el 11 de enero de 1980, procedería a archivarlo bajo el siguiente motivo: “No se cometió ningún crimen”.

Por otro lado, el Comando de Carabineros informó que el Departamento Italiano del Interior y otras instituciones militares, fueron notificados sobre el incidente por medio de dos faxes, uno enviado el 8 de diciembre y el otro el 28 de diciembre de 1978. La policía militar caratuló el grado de credibilidad de los eventos ocurridos como “bueno”.

Cabe destacar que en diciembre de 1978 hubo una oleada OVNI sobre el territorio italiano, tan llamativa que Falco Accame, un socialista miembro del Parlamento en aquel momento, le solicitó al Primer Ministro Giulio Andreotti y al Ministro de Defensa Attilio Ruffini, que expresaran su opinión sobre la naturaleza de la inusual actividad en los cielos de Italia.

Cuando la opinión médica respalda al abducido

El segundo encuentro cercano llevó al abducido a ponerse nuevamente en manos del Dr. Moretti para otra regresión hipnótica, la cual, esta vez, sería grabada y televisada localmente para que cientos puedan conocer el testimonio obtenido.

En pocos días, Zanfretta se volvió alguien popular, pero mucha gente desconfiaba de las historias OVNI y pusieron en entredicho su salud mental. Tenía problemas hasta en el trabajo: “Si pudiera volver el tiempo atrás, no reportaría mis experiencias ahora que sé las consecuencias”, dijo. Con el objetivo de evitar cualquier discusión futura de este estilo, y a pedido del Instituto Val Bisagno, Zanfretta accedió a ser examinado por un prominente neurólogo del Hospital de San Martino en Génova, el Dr. Giorgio Gianniotti. El diagnóstico fue: “él está en estado de shock, pero perfectamente sano”. Este diagnóstico por parte de un profesional de renombre ayudó a que las experiencias del guardia tuvieran más credibilidad ante la opinión pública.

Ahora que la historia alcanzaba audiencias fuera de Génova, Enzo Tortora, en aquel entonces una personalidad de la TV italiana, invitó al guardia a su programa llamado “Portobello” con el objetivo de examinarlo ante las cámaras, tarea que recaería en el Dr. Cesare Musatti, famoso psicoanalísta conocido como “el padre del psicoanálisis” en Italia. Musatti dijo que Zanfretta parecía hablar de buena fe, aunque era difícil diferenciar los hechos objetivos de las experiencias subjetivas. Al tiempo que ocurría esto, varios artículos comenzaban a aparecer en periódicos y revistas presentando el peculiar caso.

Las preguntas sin respuesta se acumulaban. Si estas experiencias con OVNIs y ETs eran reales, ¿cuál era el propósito de secuestrar a un mismo hombre varias veces? ¿Qué tenía de especial este hombre? ¿Qué pretendían los monstruosos alienígenas? Nadie tenía una respuesta clara para esto, y mientras intentaban responder a estas preguntas, Zanfretta era abducido por tercera vez.

En la noche del 30 de julio de 1979, el guardia se encontraba en servicio, esta vez a bordo de una motocicleta, en el área residencial de Quarto, lejos de las colinas de Torriglia. Al desaparecer de nuevo, y teniendo en cuenta las experiencias extramundanas previas de este hombre, se puso en marcha una búsqueda intensiva. Pasadas dos horas, sus compañeros lo encontraron en la cima del Monte Fasce, cerca de Génova. Existía solo una carretera que llevaba a la cima de ese monte, y era vigilada por guardias pertenecientes a la misma compañía de seguridad. Ellos dijeron que no habían visto a Zanfretta pasar por esa pequeña carretera. Aún así, éste fue hallado en la cima del monte. ¿Cómo llegó allí?


Zanfetta analizado por el Prof. Marchesan.

La única manera de saber qué había ocurrido era la hipnosis. En esta oportunidad Zanfretta sería llevado al Centro Médico y Psicológico Internacional de Milán dónde, haciendo caso a su propio pedido, sería inyectado con el suero de la verdad por el Prof. Marco Marchesan. Zanfretta confirmó todo lo que había dicho antes y explicó que en esta última abducción él había sido “elevado desde el suelo mediante una extraña luz verde emitida por una nave espacial”. El Profesor Marchesan declaró: “Ningún ser humano puede mentir conscientemente cuando está bajo tratamiento con Pentotal, por lo que es muy probable que él haya tenido estos encuentros cercanos”.

Lejos de concluir, el anterior no sería el último encuentro cercano…

Viajando con alienígenas

A las 10:30 P.M. del domingo 2 de diciembre de 1979, Zanfretta desapareció por cuarta vez mientras conducía un Austin Mini en los suburbios de Génova. Mientras que cuatro policías intentaban dar con su paradero, avistaron un OVNI en el cielo. El objeto se encontraba sobre las colinas cercanas. De repente, desde una gran nube sobre ellos, aparecieron dos luces que se acercaron y se posicionaron súbitamente sobre los cuatro hombres. Los motores de las patrullas dejaron de funcionar y, horrorizados, salieron de los vehículos. Solo uno de los policías, el Tte. Cassiba, reaccionó sacando su arma reglamentaria y disparando hacia el OVNI. Las luces se apagaron y la nube se esfumó gradualmente. Uno de los hombres quedó tan traumado por la experiencia que jamás pudo recuperar por completo su estabilidad mental. Meses después se suicidaría de un disparo a la cabeza. Su nombre era Germano Zanardi.

Este último encuentro cercano, como se desprende del párrafo anterior, tiene una víctima fatal. Los testigos oculares que antes se habían limitado a presenciar los efectos colaterales de una abducción, esta vez pasaron a experimentar en forma inmediata y en carne propia parte de ella.


Policías investigando en una de las zonas donde fue abducido Zanfretta.

En otra hipnosis regresiva, realizada el lunes 3 de diciembre, inducido por el Dr. Moretti, Zanfretta revelaría más hechos sorprendentes. La historia comienza a las 9:30 P.M. En los alrededores del centro de Génova, el guardia hizo una parada en una estación de servicio para cargar combustible por cuenta propia. Allí oyó a alguien que lo llamaba desde la sombra, por lo que decidió acercarse a investigar. La gutural voz que resonaba en sus amedrentados oídos era irresistible; y cuando el dueño de esa voz le ordenó salir de allí y conducir su auto hacia una pequeña nube, no le quedó otra alternativa que obedecer. Acto seguido, y esta es la parte más increíble, su vehículo fue arrebatado dentro de la nube por una gran nave espacial.

Zanfretta describió al hombre que le daba órdenes como poco más alto que él, con una cabeza desprovista de cabello y en forma de huevo, y vestido con un traje a cuadros bajo el cual se vislumbraba algo hecho de acero o metal en lugar de la clásica camisa.

Ya dentro de la nave, el abducido recuerda haber hecho un recorrido de la misma en compañía de los “alienígenas gigantes”. Allí vio cilindros transparentes rellenos de un extraño líquido azul. Uno de ellos contenía una repugnante criatura con cuerpo de rana que los alienígenas llamaron “un enemigo nuestro de otro planeta”. Otros dos cilindros aprisionaban respectivamente un gran ave y un cuerpo humanoide cuyo aspecto se asemejaba al de “un cavernícola”. Todo esto suena muy fantasioso, pero algo más motivo de pasmo ocurriría durante la sesión de hipnosis.

En cierto punto de la regresión hipnótica, Zanfretta pronunció las siguientes palabras: “¿Dónde han estado? ¿Qué es lo que quieren hacer en España? ¿Por qué? ¡¿Pero todo junto?! ¡Eso asustará a la gente!”. En la mañana del día posterior a la abducción, el martes 4 de diciembre, la agencia de noticias italiana, ANSA, publicaba una noticia sobre un dentista español, el Dr. Alfredo Sánchez Cuesta, quien había fallecido en la noche del sábado como consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de tránsito. El doctor conducía su coche desde Guadalajara hacia Madrid, cuando vio un OVNI brillante que lo comenzó a seguir. El objeto estaba a cincuenta pies sobre el auto del perseguido, quien, en pánico y cegado por la potente luz, perdió el control de su vehículo y descarriló. ¿Es esta una coincidencia? ¿Y por qué, si la historia bajo hipnosis parece fantasiosa, se menciona a España? El guardia fue plagiado por los alienígenas en las últimas horas del domingo y dio su testimonio bajo hipnosis en la tarde del lunes. El incidente del Dr. Cuesta sucedió el sábado a la noche. Antes del martes nadie en Italia sabía sobre el destino del Dr. Cuesta. La coincidencia de fechas y lugares en los acontecimientos dejan a la casualidad un margen muy pequeño para abrirse paso entre la cruda y asombrosa realidad.

Un regalo de otro mundo

¿Cuál era la razón subyacente de estas abducciones? Quizás una explicación pueda provenir de un objeto que los misteriosos seres quisieron que el abducido conserve como souvenir. Una esfera transparente con una pirámide dentro de cuyos vértices se desprendían “chispas” o luminiscencias hacia el interior de la misma. Según los alienígenas, poseyendo esa esfera era posible entender quiénes eran y cómo vivían. Bajo hipnosis, Zanfretta dijo que no quería el presente que le daban porque solo deseaba regresar a su vida ordinaria y no tener nada que le generara remembranza de estos bizarros encuentros. Pero los secuestradores insistieron y le dijeron que le debería entregar la esfera a un hombre en especial, alguien de quien el guardia jamás había oído hablar: un tal Dr. J. Allen Hynek… Desde ya, desconocemos qué relación puede haber entre estos alienígenas y el Dr. Hynek, pero el dato sin dudas supera cualquier mente que se haya atrevido a indagar algo en el pantanoso terreno del fenómeno OVNI. Entonces no les sorprenderá tampoco el saber que este no es el final de la seguidilla de abducciones.

Zanfretta sería abducido otra vez el 14 de febrero de 1980. En esta ocasión su auto estuvo en contacto radial constante con las oficinas de seguridad y se lo pudo escuchar durante un periodo breve de tiempo mientras estaba en las colinas. Aquella álgida noche el guardia fue encontrado por sus colegas en estado de shock. Un vecino de las cercanías declaró que pocos minutos antes que los rescatistas arribaran al área, pudo avistar en el cielo una masa enorme y brillante con forma de balón de fútbol. Durante la hipnosis subsiguiente a esta experiencia, el Dr. Moretti enfrentó un nuevo problema. De pronto, el abducido comenzó a hablar en un idioma desconocido. Decía algo como: “Ei chi snaua… si naila… isne ghe… il se lai… go ghe ti snau exi ghe… sci nis che ixi kai snoue…chisnauag the…aiex piscinau kep na…tei sdei”. Moretti no fue capaz de controlar la regresión mientras el hipnotizado continuaba por su cuenta y decía estar contactando a los alienígenas. Su voz cambió en una forma muy bronca y dijo: “No puedes averiguar nada en un caso como este. Creer o no creer no significa nada: cada cosa a su debido tiempo”.

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La última desaparición tendría lugar el 13 de agosto de 1980. A diferencia de las veces anteriores, Zanfretta estaría bajo estricta vigilancia las 24 horas del día y fue alcanzado antes de ser secuestrado. Posterior a este hecho, el Dr. Moretti también realizaría la última sesión de hipnosis con un resultado poco favorable. El abducido repetía constantemente: “Pregunta con respuesta negativa, tixel”, y fue imposible continuar.

Zanfretta, quien recuerda solo unas pocas cosas de estas extraordinarias experiencias, dice que en algún punto cerca de las colinas próximas a Génova, él ha escondido una esfera que le dieron los extraterrestres, y que está esperando… No se sabe a quién o a qué. Tal vez piensa que regresarán…

Escrito por Rino di Stefano. Traducido y editado al español por Arkantos Khan para MysteryPlanet.com.ar

 http://www.mysteryplanet.com.ar/site/?p=8340&page=2

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