Un error de diseño de software está detrás del caos aéreo desatado hace dos semanas en el sudeeste de los Estados Unidos, cuando el sistema informático utilizado para controlar el tráfico en esa zona se colgó y dejó de responder a las órdenes de los operadores.
El fallo, que se produjo el pasado 30 de abril, no provocó incidentes de gravedad, pero decenas de vuelos tuvieron que ser retrasados o cancelados en un sector que abarca desde la frontera de México hasta el sur de Nevada, a lo largo y ancho de la costa oeste de EEUU.
Según varias fuentes, el sistema dejó de responder cuando se introdujo el plan de vuelo de un avión espía U-2 de las fuerzas aéreas estadounidenses.
Pero al operador encargado de informar al sistema de ese vuelo en particular, que incluía varias entradas y salidas de la zona bajo la responsabilidad del control aéreo de Los Ángeles, le faltaba un dato clave: la altitud.
Utilizando la lógica, ese operador asignó al vuelo la altitud a la que operan habitualmente esos vuelos: 60.000 pies (unos 18 kilómetros).
Bucle infinito
El sistema, incapaz de determinar a qué altitud concreta iba a realizar cada una de las entradas y salidas en ese sector aéreo concreto, comenzó a calcular todas las posibilidades… entre 0 e infinito.
Es entonces cuando comenzó el caos: cada vez que el sistema se sobrecargaba, iniciaba un ciclo de reinicio que terminaba en el mismo punto: se quedaba sin memoria para realizar los cálculos.
Conforme asegura una portavoz de la autoridad federal de aviación (FAA), el sistema se vio forzado a analizar un número ingente de rutas para asegurarse de que ninguna de ellas «entraba en conflicto con otros vuelos a baja altitud», utilizando en el proceso «una gran cantidad de la memoria disponible e impidiendo que el sistema realizase otras funciones de procesamiento de datos.
Tras la sobrecarga, el control aéreo cerró por completo el espacio durante una hora, y 45 minutos después ya estaba funcionando de nuevo.
Pese a la rapidez de la respuesta, las autoridadades analizan ahora cómo solucionar el fallo, a qué otras fuentes potenciales de conflictos podría enfrentarse el sistema, y como afrontar la posibilidad de que éste tipo de situaciones puedan utilizarse para bloquear intencionadamente el tráfico aéreo.