Los científicos han dado los primeros pasos para la redacción del proyecto de la vida con un desconocido alfabeto de la naturaleza, informaban desde la revista Nature.

Hasta ahora, los biólogos que sintetizan el ADN en el laboratorio han estado utilizando las mismas moléculas –llamadas bases– que se encuentran en la naturaleza. Pero Floyd Romesberg, del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla, California, y sus colegas, no sólo han creado dos nuevas bases, sino que también las insertan en un organismo unicelular, y han descubierto que dichas bases inventadas se replican como el ADN natural, aunque más lentamente.

Informan que han conseguido que organismos, como las bacterias comunes de E. coli, puedan replicarlo alrededor de 24 veces en el transcurso de 15 horas.

Este logro «redefine esta característica fundamental de la vida», escribían los biólogos Ross Thyer y Jared Ellefson, de la Universidad de Texas, Austin, en su comentario en Nature.

El auge del campo de la biología sintética guarda promesas de crear nuevos antibióticos y otros medicamentos. Los científicos también han manifestado su preocupación sobre si están de alguna manera «jugando a ser Dios» al crear seres vivos que podrían escapar de los laboratorios hacia el mundo exterior, donde no tienen depredadores naturales y nada para comprobar su propagación .

En el presente experimento, los científicos hicieron, sin mucha pena al respecto, lo que parecía imposible, según su estudio. Estas nuevas bases no se encuentran en el medio ambiente natural, Romesberg y sus colegas dijeron que, aun en el caso que estos organismos con ADN artificial pudiesen escapar del laboratorio no podrían sobrevivir, y mucho menos infectar a otros organismos.

En la naturaleza, las bases de ADN, designados A, T, C y G, se emparejan. A se empareja con T y C con G, formando lo que se ve como los escalones de una escalera de caracol, la doble hélice de la molécula de ADN. Las bases determinan qué aminoácidos codifica una hebra particular de ADN, y por lo tanto qué proteínas (cadenas largas de aminoácidos) se producen.

Hasta el momento, las bases sintéticas, que el equipo de Romesberg llama X e Y, no codifican ningún aminoácido. Sin embargo, en principio, tantos éllas como otras bases artificiales, sí podrían. Sí se suman las letras 27 y 28 al alfabeto inglés, esto permitiría crear más palabras, por lo que añadir X e Y a las bases del ADN naturales permitiría crear nuevos aminoácidos y proteínas. Lo desconocido en esta primera etapa es si estas nuevas proteínas serían un galimatías o algo significativo.

Creyendo en su utilidad, Romesberg co-fundó una compañía de biotecnología llamada Synthorx, abierta oficialmente el miércoles, con sede en San Diego, California, que se centrará en el uso de la biología sintética y el objetivo «de mejorar el descubrimiento y desarrollo de nuevos medicamentos, medios de diagnóstico y vacunas», anunció la compañía en un comunicado.

Synthorx, además, tiene los derechos exclusivos para el desarrollo del ADN sintético.

– Imagen: La doble hélice del ADN según la ilustración del artista . Reuters/ Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano / Handout. – See more at: http://bitnavegante.blogspot.com.es/2014/05/nuevas-letras-para-el-alfabeto-vida.html#sthash.yp9Bdw6g.dpuf