La Cámara de los Lores en el Reino Unido instó al Gobierno este mes a hacer adelantos en el Tratado de Comercio e Inversión de Asociación Trasatlántica (TTIP) pese a la creciente oposición que se vierte en los países de la comunidad Europa.
Los debates aumentan en todo nivel en la medida que se dan a conocer algunos aspectos controvertidos del TTIP como el hecho de no adherirse a la Justicia de los estados sino a un “polémico arbitraje paralelo”; o por no respetar las restricciones que protegen la salud europea, como las precauciones a los productos transgénicos entre otros; y por no significar realmente ganancias aseguradas, entre numerosos puntos de discusión.
El argumento que dieron el 14 de mayo los Lores es el crecimiento económico para Europa, citado con énfasis en la propuesta de inicio, sin embargo el medio informativo inglés International Busines Times que dio la noticia, cita el análisis de Ferdinando De Ville, de la Universidad de Gante y Gabriel Siles de la Uiversidad de Manchester, en el que declaran que estos beneficios son dudosos.
“Los número de la tesis se presentan como estimaciones fiables del futuro mientras que en realidad son todo menos que fiables», dijo Siles al referirse a las cifras de ganancias estimadas por los sostenedores.
“En el pasado, el uso de los modelos económicos políticos para argumentar a favor los diversos acuerdos de libre comercio han demostrado ser una falacia”, añadió el reporte, que enumeró entre éstos al Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN.
El Canciller austríaco Werner Faymann lleva también una creciente oposición contra el “Arbitraje polémico” con que el TTIP pretende asegurar la legalidad de las gestiones financieras, al margen de total justicia ordinaria. Se trataría de arbitrajes supuestamente independientes según propone el tratado.
La agencia Ots comentó el 13 de mayo que en Austria todos los partidos políticos se unieron en contra de los polémicos tribunales paralelos.
“Los tribunales de arbitraje no están ahí para socavar los derechos sociales y ambientales a través de la puerta trasera. Sólo si esto no se hace y se reconocen a los aspectos sociales y ambientales, podemos estar de acuerdo con ese acuerdo desde una perspectiva austriaca», comunicó el canciller Faymann según cita la ONG Greenpeace austríaca el 26 de marzo.
“El Consejo Nacional de Austria podrá vetar los polémicos «tribunales paralelos», dijo a su vez Greenpeace. “Hay una amplia mayoría de la población y en el Parlamento en contra” y agrega que “más de 50.000 personas firmaron una petición de Greenpeace en contra de TTIP” .
Después de un año que el Presidente de Estados Unidos Barack Obama el 12 de marzo de 2013 anunciara el inicio de las negociaciones de su país con la UE para el TTIP, ambas partes han avanzado “con total falta de transparencia: la mayoría de los textos negociados son secretos, incluso el propio mandato negociador”, según unanálisis publicado por la diputada española Laia Ortiz, en conjunto con el economista Ernest Urtasun y el diputado y economista Alberto Garzón.
“Uno de los puntos más preocupantes es el mecanismo que utiliza el TTIP para la solución de controversias inversor-Estado: permite a los inversores estar al margen de la justicia y presentar sus quejas directamente a los «tribunales internacionales de arbitraje», a menudo compuestos por abogados de las mismas empresas”, destacaron los políticos españoles en el documento,
A su vez aclararon que este ya “existe en otros acuerdos comerciales bilaterales y aplicado a un área UE-EEUU puede significar costes millonarios para decisiones de los Estados” .
Entre los ejemplos citados por “hipotecar el futuro democrático, económico, ambiental y social de «Estados de derecho», están:
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la aseguradora sanitaria holandesa Achmea ganó 22 millones de euros contra Eslovaquia por supuesto «lucro cesante» cuando este país paralizó el proceso de privatización de la sanidad.
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Australia y Uruguay tuvieron que indemnizar a Philip Morris cuando estos países aprobaron legislaciones antitabaco más restrictivas.
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La petrolera estadounidense Occidental recibió 1.770 millones de dólares cuando Ecuador puso fin a un contrato por incumplimiento y Canadá tuvo que pagar por una moratoria al fracking.
Según los economistas lo que pretenden empresarios de EE.UU. es “atacar el principio de precaución que guía la legislación medioambiental europea, para introducir sus productos prohibidos por ejemplo por causar efectos dañinos en la salud.
Además en otro aspecto de salud: “El TTIP amenaza importantes aspectos de los principios y protecciones existentes en salud pública: desde el acceso a los medicamentos esenciales y a los servicios sanitarios hasta el control y regulación del sector de la alimentación y los productos sanitarios”, comentó la Revista de Salud Europea European Journal of Public Health.
En el plano laboral se menciona que EE.UU. no tiene ratificadas 6 de las 8 normas de la Organización Internacional del Trabajo, la OIT, lo que significaría una pérdida en derechos fundamental a vasta escala.
Según Ortiz, Urtasur y Garzón, hay que “luchar por la defensa de los servicios públicos, contra el fracking (la propuesta energética de Estados Unidos)”… y también contra el TTIP. Esto no es sólo comercio”, y citan al profesor canadiense David Schneiderman, quien alegó que el TTIP es un «nuevo Constitucionalismo, que garantiza derechos a los inversores por encima de los derechos de los ciudadanos”.
El grupo político italiano Cinco Stelle se manifestó tambien contrario a la forma en que se desarrolla el TTIP. Como lema en estos días están promoviendo: “Transparencia en los acuerdos entre EE.UU y la UE.¡Queremos saber!”, comunicó el partido el 8 de mayo.
“EE.UU. y EU a las espaldas de los ciudadanos”, escribió en su twitter Beppe Grillo, creador de esta emergente fuerza política que se bate por el Parlamento Europeo.
A su vez el grupo Tsipras de Italia solicitó que el TTIP sea vetado de inmediato que el país obtenga la presidencia de la UE. A su vez condenó que “ a una multinacional le den derechos de ir a un tribunal paralelo para condenar a un país que se obstine por hacer valer los derechos de las leyes democráticas”.
Afirman con un ejemplo del queso Parmigiano de Parma, Italia, afirmando que bajo el TTIP los productos típicos de un país terminan siendo “culpables” y no víctimas, “por quitar espacio de mercado a quienes quieren hacerse llamar “Parmigiano”, aún cuando eso no sea Parmigiano”.
La mayoría de las organizaciones dicen que para los sostenedores de TTIP es bueno que los ciudadanos no sepan lo que está sucediendo, ya que se trata de quitar la protección a los ciudadanos en favor a las multinacionales.
“Bajo el ataque están las normas europeas que protegen a la ciudadanía de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o de la carne con hormonas y otras que se relacionan a la protección ambiental”, dice Tsipras.
“En Europa vale el principio de precaución, es decir lo que no está demostrado que no haga mal no puede circular. En EE.UU. vale el principio opuesto, en que es vetado solo si se demuestra que hace mal”.