Para los egipcios los Números son los Dioses, los Arquetipos Puros de Platón, las Ideas divinas, esqueleto vibrante, articulado, luminoso y puro de todo cuanto nace, vive y muere. Los Números, para los primitivos sabios del país de Kem, no sólo nos enseñarían CÓMO es la realidad; sino también QUÉ es, porque al ser los Números los Dioses- Raíz demarcan los senderos por los que todo se acerca a lo Uno o Raíz Oculta y sin límites. Los Números no serían tan sólo, los peldaños de la escalera que nos acerca al cielo, sino también la Estrella que en él brilla. Los Números son seres Puros, cuyo reflejo en la Diosa Maat, diosa del orden, la verdad y la justicia, se convierte en relaciones, en razones; y en la Naturaleza en cualidades, en las fuerzas vivas presentes en esta misma naturaleza. Porfirio, el neoplatónico afirmaba que los Números son los jeroglifos con que la naturaleza expresa sus operaciones y su quintaesencia.
Pensemos, por ejemplo, en el codo real de Menfis, que está en el Museo del Louvre. Es una regla para trazar la medida, Maat. Para los sacerdotes egipcios todo aquello que no se ajusta a la medida pertenece al caos, el reino de Set.
Thot, la Sabiduría, ha trazado, desde el inicio -desde la raíz- los esquemas o Números de cómo debe ser cuanto en la naturaleza quiera entrar en resonancia o armonía con lo divino. Cuanto no se ajusta a esta medida o geometría perece víctima del caos, devorada por el tiempo que sólo consume lo irreal. Los Siete Sabios de Grecia inscribieron máximas de conocimiento, de prudencia y de geometría sagrada en el templo de Delfos consagrado a Apolo, Dios de la armonía. Son recuerdos de la matemática de sus maestros, los sacerdotes egipcios:
Nada en exceso,
sé fiel a la medida,
la medida es lo mejor,
obedece a las leyes,
usa la medida,
conócete a ti mismo,
conjetura lo invisible por lo visible.
Este codo real de Menfis está dividido en 28 partes, siete palmas de cuatro dedos cada una, o sea, la naturaleza dividida en cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego, de estructura septenaria. Cada uno de estos dedos está relacionada con una divinidad de Heliópolis: Los primeros nueve o Primera Enéada es la llamada Enéada de Heliópolis, los nueve números sagrados de la Matemática, la Tetractis Pitagórica, el equivalente a los Sephirots hebreos. Siguen el orden divino de la creación, y surgen del Cero, que es el No- Número, el abismo de las Aguas Primordiales, lo homogéneo e indefinido, El Espacio ilimitado, sin variación y sin mancha donde nacen y mueren los universos.
El Uno es Atum, “el Nacido por Sí mismo”. Su nombre se traduce como “No- Cosa” y se interpreta conmo “Ser del Todo”. En el Codo real de Menfis aparece como Atum- Ra, el Sol Creador, y su símbolo es un círculo con un punto central. Atum es el punto, sin límites, pero ya existente. El “aquí y ahora” por primera vez dentro de la indefinición de Nun.
El Dos es Shu, el viento del espíritu que corre dando luz y vida. La luz existe porque existe una fuente y un receptáculo de la misma. Shu es también la electrícidad cósmica, que se expresa como relación de los sexos en la naturaleza.
El Tres es Tefnut, que es el Espacio, pero no ya como “plenitud incondicionada y vacío sin límites” (Nun, el número cero), sino como la Forma Pura de donde surgen todas las formas. Con tres puntos trazamos la primera figura geométrica, el triángulo, figura que en geometría plana delimita la superficie.
El Cuatro es Geb, la oca y la tierra. Uno de los dioses símbolos del tiempo. Cuatro son las esquinas o los elementos de todo lo manifestado o tierra. La progresión del uno al cuatro lleva, pues, en matemática egipcia a la pirámide, cuya base cuadrada es la síntesis de todo un proceso creador que se inicia en el azul infinito de Nun y desde el poder creador de la unidad Atum- Ra. El cuatro, tierra o tiempo, es también la cruz, porque todo aquello que vive está crucificado en el tiempo.
El Cinco es Nut, el cielo, como gran madre que protege con sus alas.
El Seis es Osiris, simbolizado en el codo de Menfis como un Ojo, el Espíritu, sobre un Trono, la Naturaleza. Osiris representa el Fuego en el Agua, la corriente renovadora de la naturaleza y el río Nilo.
El Siete es Isis y esta verdad es representada en varios escenarios. En una clave Isis es la Luna luminosa, cuyos ciclos de tiempo están regidos- respecto de la tierra- por el número siete y sus múltiplos. Por otro es la naturaleza y el alma de la tierra, la gran encantadora que arrebata a Ra su Nombre secreto para dárselo a su humanidad, antes ciega y desvalida. Y como tal, es la Señora de los Siete Escorpiones, las Siete Pruebas, para subir los peldaños de su escalera y trono. Es también la diosa de la sabiduría, porque para los pitagóricos jurar, y por lo tanto, saber, es sinónimo de “septear”; el siete es el número o llave que permite abrir las infinitas puertas de la naturaleza, virgen madre de siete velos. Isis es también la virgen que es madre y dadora de vida. Virgen y sutil, porque como la vida no hay modo de atarla ni encarcelarla, ni de fijarla como un heptágono en un círculo. Nadie ni nada puede trazar geométricamente (con regla y compás) un heptágono a no ser, quizás que sometas a vibración el plano del círculo.
El Ocho es Set, el doble cuadrado, la cárcel del karma y el desierto, más allá de donde se desarrolla la vida.
El Nueve es Neftis, y a Neftis se le llama señora del castillo y la que guarda las murallas, porque es ella la que cierra el primer círculo de números o dioses. Por eso se la relacionaba con la cara oculta de la luna, como Lilith en Grecia, guardiana del secreto y de los juramentos, de aquellos límites y conocimientos que nadie debe transgredir.
El Diez es Horus, el primero en la siguiente Eneada de dioses. Es una de las muchas formas de Ra, la de la Unidad en acción, pero en un mundo mucho más cercano al de los hombres.
Dicen los egiptólogos que la segunda Enéada está relacionada con el mundo funerario y psíquico- así como la primera lo está con la mente- y la tercera está constituida por dioses estelares. Algunas de las letras hebreas conservan este mismo significado. La letra D equivale al número cuatro y significa puerta, asociado, por tanto a la tierra. Y la letra He es el cinco o ventana, asociada al cielo. La letra zayin es el número siete y representa la espada de la sabiduría, y la het es el ocho y su imagen el cerco que impide salir. La letra tet, el 9, es la serpiente que al principio se mordía la cola sobre sí misma, delimitando un círculo, y que como Neftis, en los primitivos silabarios se relacionó con el escudo que protege. Esto hace evidente que el primitivo conocimiento hebreo deriva del egipcio.
Jose Carlos Fernández
los numeros no existen…..
la geometria no existe…..
son construcciones mentales…. entes de razón lógica…..entelequias.-
(nadie vio al numero UNO caminando por ahi…. o a un TRIANGULO tomando un cafe….lo que si vemos son cosas que PARTICIPAN de una ENTELEQUIA que llamamos CANTIDAD… o cosas que participan de algo que llamamos TRIANGULARIDAD o FORMAS geometricas….)
son estructuras que la humanidad ha creado, para entender el mundo que lo rodea…..
reconozco , que en su momento historico, el descubrimiento de las «relaciones» matematicas, y su evolucion cientifica….o de la logica de las FORMAS, la Geometria… fueron tan increibles para la humanidad… que cometimos el «desliz» intelectual de creer que eran mágicas…. o peor aun…. Divinas.-
la idea en si es tan infantil, que algunos creyentes en cosas mágicas o en actitudes pseudoreligiosas, comenzaron a adorar círculos, y a colgarse triángulos del cuello…..y asignarles cualidades humanas….(números buenos, números malos, números de buena suerte, de mala suerte, figuras geométricas «positivas» o «negativas»….. todo muy comprensible…. pero infantil).-
considerar que una imagen geométrica es DIVINA o SAGRADA … es como si Yo para tener energía…. me hago un tatuaje de la formula de Energia de Einstein….E=m.V2… es absurdo….
podemos entender el Universo , o , la realidad que nos rodea, a traves de las Matematicas, o la Geometria…. tambien podemos hacerlo a través de la Quimica, la Fisica….o de cualquier ciencia en particular y general…..
tambien tengo otras opciones….igualmente validas a la matematica….como «ver» el mundo a travez de la Musica, de la Poesia, del Arte….o del amor, de las emociones…de los sentimientos….
las ciencias, son maneras de «entender» a la «cosa» en si…..pero no son «la cosa» en si.-
todos somos ciegos, en lo que se refiere a entender el Mundo.-
profesor J
Querido profesor J:
¡¡Decir que los números no existen!!
Para que algo exista en este universo, necesariamente debe ser un número.
Numero son las coordenadas espaciotemporales en las que el evento de la existencia tuvo lugar y no por casualidad.
Pero eso nos lleva al comentario anterior que realizó usted.
Número son los algoritmos empleados por las celulas del cuerpo, de su ADN,
Geometría tambien.
Porque sin la geometria del ADN no existiría la vida.
Aquí no hay aleatoriedad o probabilidad, si el ADN no tuviera esa geometría y fuera plano
Nadie habitaría la Tierra.
La geometría no es algo que esté en nuestros cerebros o que nos inventemos para describir el mundo.
La fractalidad del universo es geometría y números.
No hay nada aleatorio en un fractal.
Si usted quiere construir algo debe hacerlo con geometría y con números ya que sin estos, no tendría nada al final.
Piense en lo más aleatoria de la naturaleza, El oceano, las arenas del desierto, las nubes en el cielo…
Piense lo que piense mi querido amigo, al final se dará cuenta de que existe un patron de número y de geometría sin el cual nada de lo contemplado existiría.
A pesar de que en nuestras respectivas casas, el agua que va por el sumidero tenga espines diferentes, al final también hay un número y una geometría.
La geometría está ahí, el número está ahí, muy anterior a nosotros.
Quizás, lo que sea pretencioso es pensar que está por nosotros.
Siempre un placer conversar con usted profesorj
Gracias por el detalle.me sirven mucho a mis investigaciones espirtuales personales. Si me sorprende que en estos tiempos se mencione tanto a Lilith , porque es justamente una entidad-animal muy negativo/a, y de gran incidencia en los cultos de este orden global.