Por más que duela a los amantes de la partitocracia y del sedentarismo oportunista, la llama del movimiento 15M está lejos de apagarse. Tras el éxito de la manifestación del pasado domingo los indignados preparan una nueva movilización en la que enriquecerse con la participación ciudadana.
Desde más de 20 ciudades, entre las que ya están confirmadas Santiago de Compostela, Cadiz, Murcia, Valencia, Barcelona, Logroño, Málaga o Granada, partirán marchas entre junio y julio con un objetivo: el “intercambio de ideas y palabras” por cada pueblo por el que pasen. La meta es Madrid y la fecha fijada para el final del trayecto el 23 de julio.
Este recorrido por todo el Estado, además de mantener vivo el movimiento y motivar el pensamiento crítico de los ciudadanos, apuesta por la elaboración de un gran libro en el que recoger las aportaciones de cada asamblea. Un “diálogo ininterrumpido entre las acampadas, ciudades, pueblos, barrios e individuos” que no se resigna a materializar su objetivo de construir “un mundo más justo donde quepamos todas las personas“.
Los responsables de esta Marcha Popular Indignada quieren simbolizar en esta particular peregrinación que su lucha es un camino largo a base de “pasos pequeños”. Buscar nuevas vías de participación directamente de las personas es el leitmotiv de este movimiento, y como tal consideran que la mejor forma de hacerlo es ofreciendo la oportunidad de ser escuchados a aquellos que se sienten olvidados por el sistema actual.