Poco tiempo después de que desapareciera el faraón que adoraba a un sólo Dios, Akenaton, hacia 1344 a.C., su capital, ahora conocida como Tell el-Armana, fue desalojada por el futuro faraón Aï, que reinaría poco después de Tutankamon.Los egipcios de Aket-Aton que fueron expulsados a Canáa, provincia situada a diez días de marcha desde el valle del Nilo, no se llamaban hebreos sino «yahuds» (adoradores de Faraón), que fundaron más tarde el reino de Yahuda (Judea).
A partir de esta comparación, Messod y Roger Sabbah han descifrado el Génesis, que reproduce punto por punto la cosmogonía griega.Abraham, Sarah, Isaac, Rebeca, Jacob, Israel ocultan nombres y títulos de la realeza egipcia. Con la Biblia en la mano, los autores de Les secrets de l’Exode identifican a Aaron como el faraón Hormhed. Moisés era en realidad el general egipcio Mose (Ramesu) que se convertirá después en Ramsés I y Josué, «servidor de Moisés», su primogénito.Ambos comparten los mismos símbolos (la serpiente y el bastón, los cuernos y los rayos) y un mismo destino, el de servir de acompañantes a los disidentes a través del desierto.
Akenaton no era otro que Abraham: la Biblia, al hablar de Abraham, respeta el orden cronológico de la vida del faraón monoteísta y refleja su biografía (su sacrificio, la ruptura con el politeísmo, la destrucción de los ídolos, la separación política y religiosa entre él y su padre, las intrigas entre sus esposas) en perfecta sintonía con la egiptología.
Así se explicaría que no se hayan descubierto en jeroglíficos egipcios testimonios de un pueblo que vivió 430 años en Egipto -210 como esclavos- bajo distintos faraones. También se aclararía cómo los expulsados pudieron instalarse en Canáa, administrada por Egipto a lo largo de toda su historia, sin que la autoridad faraónica reaccionara. Y sobre todo, cómo un pueblo tan impregnado por la sabiduría de Egipto pudo desaparecer tan misteriosamente, sin dejar rastro ni en las tumbas ni en los templos.
Que la Biblia podía ser estudiada como elemento de la egiptología y a la inversa lo adivinaba ya el padre de esta ciencia, Jean-François Champollion: «El conocimiento real del antiguo Egipto interesa igualmente a los estudios bíblicos y la crítica sacra obtendrá numerosas aclaraciones». Sigmund Freud, fascinado por Moisés, tuvo un presentimiento aún más acertado. Aseguraba que de ser millonario, financiaría las excavaciones arqueológicas de Tell el-Armana, la antigua Aket-Aton. «Me gustaría aventurar esta conclusión: si Moisés fue egipcio, si transmitió su propia religión a los judíos, fue la de Akenaton, la religión de Aton».
Incluso se viene comparando el Himno a Atón con el salmo 140 de la Biblia . A título de ejemplo vamos a ver una tabla en la que se apuntan algunas similitudes entre la Biblia y Ajenatón ; estos pasajes están extraídos de 2 textos: El de la Biblia se refiere a la traducción de la Escuela Bíblica de Jerusalén (París , editions du cerf 1961, Págs. 754-58) y el de Akenatón se encuentra en la obra de François Daumas, la civilización de l’Egipte Phareonique, París , Arthaud 1965, Págs. 322-25.
Akenatón
Todo país extranjero, por lejos que esté, lo haces vivir. Pusiste el Nilo en el cielo que hacia ellos llega. Forma las corrientes de agua sobre las montañas como el verde mar.Para regar sus campos y territorios. Desde el alba , desde que tú asciendes por el horizonte, la humanidad está alerta y alzada sobre sus pies. El universo entero se entrega a su trabajo. Los barcos descienden y remontan la corriente. Que numerosas son las cosas que has creado. Hombres, rebaños, fieras salvajes , Todo lo que está sobre la tierra y camina porsu pie, Lo que vuela en las alturas con las alas desplegadas. Pusiste a cada hombre en su sitio y le proporcionaste lo necesario. Cada uno tiene para comer y su vida está predeterminada. Tú , no cesas de alentar para que las criaturas vivan.
MOISÉS
Las aguas corren por las montañas,descienden a los valles. Hacia el lugar que tú has fijado. Haces brotar fuentes en los barrancos. Ellas horadan el centro de las cordilleras . Desde tus altas cámaras alimentas las montañas. La tierra se sacia con el líquido de tu cielo. Sale el sol. Sale el hombre de su trabajo,Trabaja hasta la noche.Que numerosas son tus obras, Yahvé pequeños y grandes animales son movidos por ti, por ti los barcos se pasean. Todos esperan de ti.Que les des su tiempo y su comida. Tú les das, ellos reciben, Tú abres la mano , ellos se sacian ,Tú escondes tu rostro, ellos se espantan,Tú retiras tu aliento, ellos expiran,Tú envías tu aliento , ellos son creados,Tú renuevas la faz de la tierra.
Gervasio Fornier, Catedrático de geografía crítica e histórica de la edad antigua en la Universidad Central escribió en 1906 una magnífica obra titulada «Geografía crítica e histórica de la edad antigua » donde argumenta que la famosa frase Bíblica «Dirás a los hijos de Israel , QUE YO SOY EL QUE SOY Y EL QUE ES ME HA ENVIADO A VOSOTROS «(ÉXODO, Cáp. III , V 14 y 15), nos recuerda a la frase escrita en la lápida del templo del templo de Sais que dice «YO SOY TODO LO QUE HA SIDO , ES Y SERÁ Y NADIE HA DESCUBIERTO AÚN EL VELO QUE ME CUBRE», además de estas hay otras similares con inscripciones dedicadas a Ptah, Ra, Ammon , Osiris y otras divinidades.