Canadá ha anunciado que llevará a cabo ejercicios militares en el Ártico a gran escala. La OTAN también anunció reclamaciones en el Ártico. ¿Qué puede decirse acerca de la militarización del Ártico?
Es algo que ha estado en marcha, más en serio durante los últimos cuatro años. Lo que me parece más llamativo es que el ministro de Defensa de Canadá, Peter MacKay, durante su visita a las tropas de su país en Afganistán la semana pasada, acompañado por el comandante militar de Canadá, Walter Natynczyk, quien va por buen camino para promocionarse como un alto cargo de la OTAN -por lo menos Canadá lo está promoviendo para tal- mencione ahora que este año, desde ahora anualmente, Canadá llevará a cabo ejercicios militares en el Océano Ártico con el nombre en código Operación Nanook, y que estos “ejercicios de soberanía” serán los más grandes hasta la fecha, con al menos un millar de militares canadienses implicados.
Las reclamaciones tienen que ser juzgadas en las Naciones Unidas. Estas fueron, en cierto sentido, casi abandonadas en los últimos días de la antigua Unión Soviética por el gobierno de Mijail Gorbachov. Sin embargo, Rusia, durante los últimos seis años más o menos, ha expresado un renovado interés en el Ártico por una serie de razones.
Hubo un Servicio Geológico de EE.UU. tal vez dos o tres años atrás, que sugirió que hasta un 30% del gas no descubierto hasta ahora y el 13% de los recursos petroleros están en el Océano Ártico.
Por lo tanto, son recursos naturales lo que está involucrado. Por supuesto, ahora, con la fusión del casquete de hielo polar y de la apertura del tan legendario Paso del Norte del noroeste de Canadá, que conecta el Atlántico y el Pacífico, permitiría a las naciones – una de ellas es China – eludir el Canal de Panamá o viajes aún más largos para la navegación comercial y el envío de suministros de energía. El Océano Ártico está adquiriendo cada vez mas importancia, no sólo económicamente, sino también importancia geoestratégica en este momento.
Rusia no hace más que perseguir, como cualquier otra nación puede y debe, supongo, sus intereses nacionales, económicos y otros en el Ártico.
Pero, como respuesta, Canadá comenzó la celebración periódica de ejercicios militares en el Ártico – las maniobras de la Operación Nanook. Y el año pasado por primera vez los ejercicios contaban con la participación de militares de otros países, y esos dos países fueron los Estados Unidos y Dinamarca.
Los Estados Unidos y Dinamarca, junto con el quinto demandante del territorio del Ártico, Noruega, son, por supuesto, miembros de la Organización de Tratado del Atlántico Norte.
Rusia es el único de los demandantes del Ártico que no lo es. Y es irónico que Dinamarca y los EE.UU. son los dos únicos países que tienen acceso directo a las disputas territoriales con Canadá: en el caso de los EE.UU. con el mar de Beaufort, que reclaman al mismo tiempo el estado de Aaska y el territorio de Yukon en Canadá, y, en el otro extremo. la costa oriental, llamado Hans Island, que es reclamada tanto por Dinamarca a través de Groenlandia y Canadá.
Así que, a pesar de las únicas disputas reales que hay son entre los EE.UU. y Canadá y Dinamarca y Canadá, estos tres países, los tres miembros de la OTAN, participan en ejercicios militares conjuntos desde el pasado mes de agosto – Operación Nanook 2010 – con la clara indicación de que son los países de la OTAN los que cierran filas contra la única demandante fuera de la OTAN que, por supuesto, es Rusia.
¿La OTAN tiene interés en el Ártico?
Sí, seguramente. Y es reconocido. En enero de 2009, en los últimos días del gobierno de George W. Bush, la Casa Blanca emitió una Directiva Presidencial de Seguridad Nacional, la Directiva 66, en relación con el Ártico.
Alegó, entre otras cosas que no sólo los EE.UU. contienden con Canadá por la parte del mar de Beaufort, porque los EE.UU. mantienen el Paso del Noroeste como aguas internacionales, mientras que Canadá alega que son enteramente propias.
Y la Directiva de Seguridad Nacional # 66 incluye entre otras cosas, que los buques de guerra de EE.UU. y los aviones de guerra debe tener el paso libre a través de esa zona.
Y en mi opinión, unas dos semanas después, la Organización del Tratado del Atlántico Norte celebró una cumbre sin precedentes en Islandia, algo en el sentido de las perspectivas de seguridad en el Alto Norte, momento en el que la OTAN reconoció abiertamente que tiene intereses estratégicos en la región ártica.
Esta reunión fue de alto nivel. Se contó con la presencia no sólo del Secretario General de la OTAN, también a los dos mejores comandantes militares de la Alianza, el Comandante Supremo Aliado de Europa, que, como usted sabe, era un comandante estadounidense y lo ha sido en todo momento, y también el Comandante Supremo Aliado de Transformación, que está basado en Norfolk, Virginia, así como el jefe del Comité Militar de la OTAN.
No se habla de tiempo. Estaba claro que la OTAN ha trazado en el Ártico, otro de los ámbitos [de interés]. Y esto está muy en línea con el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, que se aprobó en la Cumbre de Lisboa del bloque militar en noviembre pasado, que destacó en particular los llamados problemas de seguridad energética, en los que la OTAN tiene un papel auto-designado, o misión, de proteger la seguridad energética en el Mar Caspio, en el Golfo de Guinea en África Occidental y de hecho en todo el mundo – y, ciertamente, ahora en el Ártico.
¿Para quién?
De los intereses, supongo, de los principales estados miembros de la OTAN – los Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y así sucesivamente – en contra del resto del mundo.
http://www.laproximaguerra.com/2011/07/la-militarizacion-del-artico-operacion.html